Partida Rol por web

Livia se hallaba en ese momento en plena faena de armar su pequeño y modesto altar a Marte en el rincón de la celda donde más luz recibía de las ventanas. Le pareció más adecuando darle al dios de la guerra el mejor puesto para que pudiera ser iluminado y admirado como si de un modesto templo se tratase.

Por razones evidentes, Livia no contaba con clavos ni martillo así que unía los maderos con resina y grababa inscripciones quemando con una vela la punta de una madera y escribía con la carbonilla. Era un trabajo realmente duro por lo lento del proceso.

Cuando la avisaron de la llegada de la domina  no se sorprendió demasiado pero si lo hizo cuando la vio aparecer con otra patricia de gran belleza.

La gladiadora suelta las improvisadas herramientas y se prepara para recibir a las mujeres:

-Domina, me honra con su visita. Y vos también, señora Cornelia...un placer conocerla.- saluda respetuosamente.

Un ligero asentimiento de cabeza, a modo de reconicimiento hacia la gladiadora. La observo someramente al entrar en la celda, mirando con curiosidad lo que estaba haciendo al llegar - ¿Un altar a Marte?.. Pensaba que preferiaís el favor de Fortuna, a fin de cuentas todos estamos sujetos a su capricho.. Soy Elia Cornelia Plancina, sacerdotisa de Mercurio y discípula de Hipocrates. Domina Camila dice que has necesitado los servicios de una sanadora, quiero ver los resultados-

La romana asiente con la cabeza ante la observación de Elia y sonrie con humildad:

-Es una buena forma de verlo, incluso los dioses deberían esforzarse en tener contenta a la diosa Fortuna, mas ella es el capricho hecho divinidad entre todos los olímpicos, así que adorarla o no hacerlo creo que te da las mismas posibilidades de obtener su favor que de obtener su desdicha.- explica con calma su punto de vista, con la tranquilidad y la seguridad de quien ha dedicado cierto tiempo al estudio.- Con gusto, señora.- dice con sumisión, aunque no entendía nada, se temía lo peor. Si Camilia confiaba en la egipcia...¿porqué hacer venir a una discípula de Hipócrates? Casualidad no podía ser.

Sea como fuere, Livia no deja que sus dudas se muestren en sus movimientos, rápidos y directos a liberarse de la parte superior de su ropa, desatando los cordones de cuero que unían las telas por delante, al tiempo que se giraba y dejaba caer la prenda. Finalmente se aparta el cabello para ponerlo sobre su hombro por delante para que éste no entorpezca la visión de las marcas.

Examinó con cuidado las marcas. -Hablas como alguien que está instruido, eres romana.. de la gens Octavia, aunque eso es dudoso.. hay más senadores en mi linaje que pulgas en un perro del aventino.. Fortuna está más que presente en nuestras vidas, más prudente es tenerla presente - 

"Lamento decirlo pero concuerdo con la guerrera. La diosa de la fortuna es muy caprichosa y puede ofenderse si no le gusta su estatua." comento la mujer mientras Elia examinaba. "Aqui las estatuas de Marte y Minerva no deben faltar. En especial de la ultima que nos ayuda a organizar todo."

De pronto parecio darse cuenta de algo."Eso me recuerda, en las celdas de los hombres hay un santuario a Mercurio. Tal vez podrias verlo. Lo hicieron gladiadores hace mucho tiempo." le sugiere como propuesta para cuando terminaran aqui.

La espalda de la esclava romana estaba bastante golpeada y algunas de las marcas dejaban en claro que habian sido latigazos. Aunque no se veia bien con las cremas y empastes que decoraban su espalda. El olor te acordaba a a varias hierbas curativas de las que viste en el jardin.

Parecia todo en orden, la egipcia habia hecho un buen trabajo. No era algo que hiciera un principiante.

El proceso me parece adecuado y la evolución satisfactoria tras el examen. -Parece todo correcto, tu egipcia sabe lo que hace Camila..¿Un altar a Mercurio? Me gustaría verlo por supuesto-

-Provengo de la región de Liguria...pero como decís, los apellidos se repiten en demasía a lo largo y ancho del imperio, imposible determinar o aislar una gens tras tantos nombres ilustres.- responde Livia, algo animada por el tema de conversación, alejado de las habituales peleas dialécticas con otras gladiadoras y sirvientes del ludus.

Cuando Elia da su dictamen sobre el buen trabajo de la egipcia, la romana casi suspira con alivio y se vuelve a girar hacia las señoras.

-Me alegra que el examen haya sido satisfactorio. ¿Desea que me cubra ya, domina?- pregunta Livia manteniendo su actitud perfectamente sumisa.

“Por supuesto. No estan muy lejos las celdas de los hombres.” dijo sonriendo hospitalaria. Pareciendo contenta de que hubiera terminado bien el examen de ella.

Dejo un poco que conservaran. “Ya puedes cubrirte Livia.” le aclaro y miro a ambas pero mas a Elia. “Cuando termines tu conversacion con nuestra Livia podemos seguir.” comento esperando no interrumpir, aunque conociendo a su amiga tal vez terminaria rapido.

-Volveré en unos días Livia y seguiré observando la evolución-. En un tono indiferente , aprendido para marcar la distancia entre patricia y esclavo, me despido de la gladiadora y salgo de la celda, esperando que Camila me guíe. -Tengo mucha curiosidad en ver cómo funciona el Ludus, querida Camila.. ¿Los hombres y las mujeres se mantienen siempre separados? ¿Es para evitar peleas? - 

-Ha sido un honor, señora Cornelia, me quedo más tranquila de contar con el conocimiento de una romana.- dice con una inclinación respetuosa y empieza a cubrirse de nuevo con las ropas que se había quitado- Disfrute de su visita.-le desea. En verdad le hubiera gustado responder a la pregunta de Elia, mas no le habían preguntado a ella así que se guarda su opinión aunque una suave sonrisa pícara se forma en su rostro.

"Mas bien es para que no se pongan muy comodos entre ellos." comenta la noble dandole una sonrisa picara tanto a su amiga como a Livia. A la ultima la saluda con un gesto de la mano antes de retirarse.

Tras lo dicho continuo. "No es bueno tenerlos a ambos juntos. Uno de los premios que ofrecemos a ambos es la posibilidad de tener sexo con los otros." comenta explicandole un poco de como funciona el ludus.

Su camino por las celdas no es muy largo hasta llegar a la seccion de los hombres. Parece observar un poco a los costado. "Sin duda estan todos entrenando. Eso es bueno." comenta ella y ya en el interior del lugar le señala un pequeño santuario.

No es algo muy grande, aunque tampoco una cosa pequeña. Les llega a las rodillas ese pequeño refugio construido con maderas y otros materiales basicos que consiguieron los gladiadores. En su interior esta una figura, que si bien no parece el Mercurio de todas las demas estatus conserva muchos de sus atributos. Unas botas aladas y un caballo alado cerca de èl.

"Disculpa si no es lo que esperabas pero fue hecho por los gladiadores, no lo cambiamos por uno mejor ya que nos parece que asi logra acercarse mas a ellos." le explico temiendo tal vez un poco su forma de juzgarlo.

-¿Sexo como recompensa? Es.. original. Sigo a Camila hasta las celdas de los hombres y observo con atención la pequeña estatuilla -Hermes-. 

El sonido de una ligera palmada requiriendo atención, precede a una pequeña reverencia. 

-Mercurio, hijo de Maya y de Jupiter, patrón de los trabajos y dispensador de bienes, concédenos beneficios.. Mercurio, señor de las sombras, aparta a los que nos mienten, guía las almas de los difuntos hasta el inframundo.. En ti deposito mi porvenir y el porvenir de esta casa, poderoso Mercurio, señor de todos los engaños, emperador del mundo-

"Sexo y otras cosas." dijo rapido por si habia entendido algo de sarcasmo ahi. "De cualquier forma, ellos suelen aprovechar mas lo primero." comento con una sonrisa picara.

Pero rapido calla cuando estan frente a la estatua y Elia empieza a rezar. Con gran respeto junta sus manos y le deja a ella que hable con el dios. Aunque se sorprende un poco con algunos de los dominios que le da su amiga a este dios.

Acabo la súplica a Mercurio inclinandome ante el altar. -Mercurio tiene muchas caras. La próxima vez le ofreceremos 4 lenguas de buey, y cuatro gallos. Aquí, en este altar en la sombra. El 4 es su número, y el gallo su heraldo. Su sacrificio llevará nuestra petición.. Las lenguas nos otorgarán el don de la palabra y enturbiaran la de aquellos que quieran mentirnos. Su favor nos dará astucia y nos permitirá descubrir los trucos de los que quieren engañarnos. Muy útil para tus gladiadores en la arena ¿no crees? - 

Ella tambien se inclina junto a su amiga. “Por supuesto. Podremos hacer la ceremonia junto a los gladiadores.” comenta como sugerencia tal vez para ver la reaccion de ella.

Camilia sonrio y miro al altar. “Es util aunque no se si para los gladiadores, tal vez solo por su ayuda para descubrir los trucos de sus rivales. Sin embargo no se si conoscan tanto o porque le rezan. No he tenido la oportunidad de preguntarle a quienes lo hicieron porque ya estan muertos.” le converso como dato de lo que pasaba volviendo a mirar a la estatua.

“Serviria en mi oficina, donde hago negocios. Pero Minerva a tomando fuerza ahi.”

-Con placer oficiaré un rito en tu oficina, algo más general. Necesitaré unos bollos de pan blanco y algo de vino.-Vuelvo mi atención a la tosca estatuilla. -Que curioso y casual que haya aquí un altar a mi Dios patrón. Quizá Mercurio quiere decirme algo-

-En cuanto al rito a Mercurio me parece correcto que tus esclavos estén presentes-Volviendo mi atención a Camila

-Para eso me harán falta cuatro gallos y cuatro lenguas de buey, una daga afilada, un cuenco de agua limpia, unos paños blancos para lavarme y un racimo de laurel fresco...ah, y una de tus esclavas para que me lave la sangre.. No puedo ser tocada por un hombre durante el rito, quedaría contaminada y sería un augurio nefasto-

“No sere yo quien diga que no. Aunque bueno debo hablarlo con mi prometido que seguro quera formar parte de esto.” comento encogiendose de hombros.

Asintio aunque no del todo segura, despues de todo los mensajes de los dioses eran misteriosos. Su amiga tal vez lo lo entenderia mejor. “Supongo que todos mis esclavos? Mis gladiadores?” pregunto para estar segura “o solo los hombres? Que ellos son los que tienen el altar.”

“Estoy seguro que podremos conseguir lo necesario para la ofrenza.” comento aunque seguro se podria ocupar ella sola. “Una esclava. Puede ser cualquiera? Pero que sea mujer.” pregunto de nuevo mostrando no saber mucho del ritual. Aunque se guiaba con tus palabras.

-Este lugar es nauseabundo.. ¿Porque no salimos fuera?  Iniciando el camino de vuelta. -Habla con tu prometido, por supuesto.. Ligeramente extrañada que deba hacer ese trámite en su casa. 

-Sólo los gladiadores, son ellos los que tienen el altar.. Cualquier esclavo del templo le proporcionará a uno de tus siervos los elementos necesarios, solo debe decir mi nombre. Y mi asistente debe ser mujer, y que comprenda nuestro idioma por Jupiter, no me envíes una germana que no entiende una palabra- 

Entrecruzo mi brazo al de Camila con una sonrisa. -Tenemos que hacer muchas cosas, ponernos al día.. Tienes mucho que contarme y enseñarme-