Partida Rol por web

El rostro de Roger se ilumino al escuchar el apellido de James. Tal vez la casualidad se transmutaba por algo más que un milagro…

- ¿Bartlevy? ¿Muchacho, tu padre es Joseph Bartlevy? ¡Por todos los cielos! – responde exaltado ante el mero nombre del padre del joven empresario.
- Joseph era el Gran Maestro Arquitecto en nuestra orden hace muchos años. Se retiro de la misma por una enfermedad, no sin antes dejar las directivas para la siguiente generación. El fue el guardián del Sello por muchos años, entonces ahora comprendo porque tu lo llevas. – El hombre parece recuperar años al hablar de su ex compañero. Sus ojos presentan un brillo de gloriosos años pasados.
- Entonces pediré encarecidamente que cuides con tu vida el Sello de Metatron hasta que sea entregado a mi hija. Promete que lo cuidaras ya que el destino de todos pende de mi hija y del talismán que cuidas. – Roger extiende las manos para tocar a James en señal de suplica formal.

Se le escapó un sollozo de verdadera alegria cuando por fin, tras aquellos sonidos horribles, el agua salio limpia. Casi habia perdido toda esperanza, toda ilusion de poder ser ella misma, pero el destino les habia regalado cierta paz en la tormenta. Se deshizo de las ropas casi con asco, lanzandolas a un costado, con lagrimas en los ojos y se metio despacio en la bañera, con la piel erizada por el placer de volver a notar el agua sobre la carne, llevandose la sangre, llevandose el dolor. Alargó la mano hacia las sales, esparciendolas mientras que aun terminaba de llenar la tina, asi como olio suavemente los jabones, con el cuerpo cada vez mas relajado, olvidandose de todo. Con los ojos cerrados, podia imaginar que estaba en su propia bañera, rodeada de lujos y de aquellos exoticos olores.
Frotó aquella pastilla en sus manos, creando una suave espuma para empezar a acariciar con cuidado las heridas de los garrazos de sus hombros, aguantando el escozor, pero sabia que debia limpiarlas, asi como la de su abdomen.

Todavia recordaba aquella horrible sensacion de algo retorciendose en su interior, era horrible. Pero ciertamente, ahi ya no habia nada. Pasó el jabon con suavidad, haciendo espuma por la superficie del agua, cubriendo su cuerpo y maravillandose del olor. Por fin se sentia fresca, relajada. Cerró el agua una vez la bañera estuvo llena y se acomodó contra la ceramica, con los ojos cerrados, olvidandose de todo. Casi se permitio sonreir otra vez. Ahora todo iria bien. Se secaria, vestiria, peinaria y todo seria como siempre. Buscaria la forma de quedarse con el señor de la casa, hasta que todo se hubiera calmado y tuviera una forma segura de volver a su casa. Realmente, nadie la esperaba ahi, solo el maltratador de su esposo. No le importaria vivir ahi, entre tantas riquezas. Pero la mansion no estaba en sus mejores dias.

El tiempo paso mientras se relajaba, esperando a estar un poco arrugada antes de salir, con el cabello humedo y limpio tras enjabonarlo y enjuagarlo, envolviendose en las toallas para ir a descansar, con muchisimo sueño tras la relajacion

Harry sigue tapando durante unas enérgicas paletadas más mientras escucha a Jules y aún después de haberla oído.

Después para, y parece darse un poco por satisfecho, clavando la pala al lado. Se espolvorea las manos, sin aún haber mirado a sus compañeros de desventuras.

Adelante... explicadme el plan

Ahora sí les mira. Parece bien enfadado, aunque no con ellos. Tal y como le conocen, parece que ha hecho un buen esfuerzo de autocontrol. Coge el saco de servilletas y el agua que tenía guardado, y en vista de que la comida y la bebida no parecían ser el problema, fue comiendo y bebiendo mientras le explicaban la idea. Guardó silencio todo el tiempo.

Johan miró a Jules esperando que le corrigiera si decía algo mas de la cuenta, pero teniendo en cuenta que el Teniente debía venir con ellos, lo mejor era contarle el por qué de nuestro deseo de dirigirnos al otro faro.

-Hemos visto en un mapa de la mansión, la existencia de otro faro además del que se ve desde la mayor parte de la isla. Está en dirección contraria, y por algún motivo, parece estar oculto. Es posible que allí encontremos alguna información útil. 

Aún permanecía sorprendida por el estado de aquel soldado pero no se notó en ninguna expresión de mi rostro la preocupación que tenía. Lo importante era su aceptación para acompañarnos y luego veríamos como tratar sus problemas de ira, como así también el enterrar cosas o personas. 

Por esa razón, luego de intercambiar unas miradas con Johan acompaño las palabras del muchacho para intentar convencerlo. - Perdemos tiempo encerrados en aquella mansión, desconocemos el motivo por el cual estamos aquí y la única pista al parecer se encuentra en aquel faro. No puedo decirte con seguridad que es lo que hay allí, ni tampoco hemos creado un plan maestro, tienes un arma y estás acostumbrado al ambiente hostil. Por mi parte también, desde que soy una niña. -  voy explicando a Harry la idea general mientras pienso en lo que diré a continuación. 

- El plan es salir de aquí, algo de comida he juntado y armas no tenemos, salvo un bisturí y lo que tienes. No sé que pasará en Bar harbor pero es conveniente salir de día porque ya sabes que sucede de noche. Además... Cuánto menos sepan de esto mejor, no confió en Martinson y no nos viene mal que el resto del grupo permanezca allí hasta regresar sin saber lo que haremos. Es ir al faro y volver, nada más. - termino por decir y ahora un tanto ansiosa espero la respuesta del soldado. En el caso de negarse, seguiríamos camino con Johan ya era una decisión tomada. 

La estadía en la bañera había cumplido su propósito. Ahora Evelyn se encontraba relajada y libre de todo pesar, como si el agua no solo hubiese lavado su cuerpo sino también su cansada mente. Ahora solo deseaba dormir.

Pero el Mundo de Niebla no permite el olvido, ni tampoco la esperanza…

Cuando la delicada mujer deseó salir de la tina sus fuerzas flaquearon, como si intentase escalar por un poste enjabonado. La antigua bañera de esmalte y metal se transformaba en un ataúd líquido.

Sus muchos intentos de abandonar la bañera fracasaron estrepitosamente y para colmo de males la tubería comenzó a crujir en anticipo al líquido que pronto expulsara el grifo. Agua completamente negra escapa de la canilla que alimenta la bañera, llenando la tinaja y ahogando a Evelyn que por mucho esfuerzo no logra asir los resbalosos bordes de la misma.

En ella sus fuerzas comienzan a flaquear, al punto de verse sumergida en el líquido negro y maloliente. Aunque las segundas oportunidades son escasas en el Mundo de Niebla, porque una mano se extiende desde el borde ofreciendo la ayuda necesaria para salir de aquella trampa mortal.

¿Quién intenta ayudar a Evelyn?

Harry encuentra un diván, y se tumba en él. Se siente mareado, fatigado, y todo en la cocina se esta volviendo de lo más raro. Al momento de estirarse se queda traspuesto.

Despierta, no sabe cuanto tiempo se ha quedado así, pero no cree que sea más de unos minutos. Se levanta rascándose la cabeza, parece que el dolor se le ha pasado, que se encuentra mejor. Se levanta y se dirige a la cocina, a ver que ha sucedido con el resto de compañeros...

Harry termina de comer con avidez lo que había guardado, y echa mano al pantalón, como buscando un paquete de cigarrillos. Resopla una vez y tira las servilletas por ahí.

Está bien Dice mirando a Jules y Johan. Aunque por aquí nada es sencillo Dice en referencia a su último comentario. Ir y volver significará peligro. Coge la pala y la arroja a Johan para que pueda cogerla al vuelo, asumiendo que el bisturí lo tenía la gemela. Al menos tendrás algo con lo que defenderte, o al menos algo que ponerles en la boca mientras los acribillo.

Cambia de posición el arma para tenerla lista para apuntar y disparar.

Movámonos. Vosotros guiáis. Tras unos segundos, preguntó. ¿Tu hermana no viene?

-Mi padre me dijo que sabría lo que hacer con él cuando llegase el momento-contestó James visiblemente nervioso por la revelación que acababa de hacer aquel hombre sobre su padre-No sé de dónde me vendrá esa...iluminación, pero así lo haré, si es lo que he de hacer. Nunca supe mucho de los asuntos de mi padre. Entonces, ¿qué es esto? Es decir...usted y mi padre pretenecían a una...secta que quería evitar la llegada del mal...o algo así ¿No? Y no lo han conseguido, por lo que se ve.

Algo de tiempo después, Harry regresa al salón comedor ya con algo más de fuerza aunque un poco extraviado en cuanto al horario. Aunque en realidad solo había transcurrido poco menos de una hora, para él había sido un poco más.

Al llegar a la mesa Harry se une al coronel que lentamente vaciaba una botella de ron Escocés. El suave liquido logra relajar al policía, que había tenido un día difícil desde el amanecer.

Roger apenas se inmuta ante el regreso de Slaughter porque su interés ahora radica en la plática con James. Sin lugar a dudas tiene mucho para informar al joven empresario, solo que sus próximas palabras no serán para oído de todos.

- Joven Bartlevy, su padre era un visionario en cuanto a los negocios y la implementación de nuestros conocimientos en las finanzas. Podría decir que él fue el primero en generar su fortuna mediante “conocimientos ancestrales”. Pero no diré más, porque tendremos una charla privada luego del almuerzo. –

Roger deja la silla porque se dispone a retirarse para ocupar tiempo en sus asuntos. Antes de retirarse aconseja a sus invitados. – Ahora debo atender mis asuntos y por ello Alan se ocupara de atender sus peticiones de material para ir en búsqueda de mi hija. Nos volveremos a ver en el almuerzo. Disculpen. –

Y lentamente Roger Martinson abandona el comedor seguido por sus dos damas de compañía.

Antes de que pudieses responder a la pregunta de Harry, un movimiento apenas vislumbrado por el rabillo del ojo llamó tu atención. Seguramente fuese simplemente la niebla arremolinándose por una breve corriente de viento pero, en aquel lugar, y tras lo que había sucedido hasta ahora, era mejor no confiarse, nunca se sabía lo que podía pasar… y justo cuando ya casi pensabas que no era nada, que lo habías imaginado, ahí estaba de nuevo, solo que un poco más lejos que antes. No, no era la niebla, era una persona, pero... ¿quién?

Apenas si habías podido vislumbrar un instante aquella silueta, pero algo en ella te resultaba vagamente familiar. Terriblemente familiar. Ahí estaba de nuevo, la figura de alguien alejándose, y con ella, la sensación de familiaridad que no hace sino agrandarse. Solo vislumbras su espalda mientras se aleja, pero sabes que la conoces, su forma, su complexión, su modo de caminar, firme, seguro, decidido… casi tienes el nombre en la punta de la lengua. Entonces la figura se detiene y se gira.

Incluso en la distancia, reconoces ese rostro, esa mirada que sabes que te está dedicando y en la cual te perdiste en numerosas ocasiones.

Mischa…

Casi te parece oír su voz a través de la niebla, casi…

Entonces dirige su mirada a Johan, y no necesitas distinguir su expresión para saber que esta ha cambiado y lo que ello significa. Un instante después, vuelve a desaparecer entre la niebla, y en tu mente, un nombre, una pregunta…

¿Jan?

James hubiera querido seguir aquella conversación. Hubiera querido hacerle a aquel tipo cientos de preguntas más...¿generar su fortuna mediante onocimientos ancestrales?...Sin duda los acontecimientos recientes le habían abierto la mente, pero hasta donde podía recordar su infancia no había sido diferente de la de cualquier otro chico de clase alta que ve poco a su padre porque siempre está en viajes de negocios. Claro que nunca supo lo que hacía en aquellos viajes. Y luego está el medallón. Aquel medallón.

-Claro, cuando desee-contestó James-Agradezco el detalle.

Cuando Martinson se fue, miró a sus compañeros con un cierto sentimiento de culpa dibujado en su rostros. Le resultaba extraño que conociesen a la vez que él un secreto tan íntimo de su pasado y que de alguna forma, estaría relacionado con lo que estaba pasando y con lo que debía pasar a continuación...y no sabía como se lo tomarían. Estaba la posibilidad de que aquel tipo estuviese loco o fuese un embaucador y que todo esto no fuese más que una sarta de mentiras. El truco ese de halagar a una persona que quieres que haga algo para que se sienta importante y quiera colaborar era viejo, pero de todos los presentes, ¿porqué querría Martinson convencerle precisamente a él? Además, todo era perfectamente coherente. De alguna forma, sabía que Martinson le estaba diciendo la verdad.

Entonces vino ese silencio incómodo, que James no tardó en atajar.

-Un tipo peculiar este Martinson ¿No es cierto? Aunque no esperaría menos de quien ocupe el puesto de alcalde en un lugar como este. Bueno, ¿entonces lo haremos?¿Le ayudaremos a encontrar a su hija?
 

Justo cuando estaba por responder a Harry siento como las palabras se deshacen en mi boca, gracias a un latido acelerado, producto de un fuerte e intenso sentimiento. Con la mirada puesta en la lejanía, algo me inquieta lo suficiente al punto de que en mi rostro la expresión se modifica literalmente. Doy un paso al frente, ajena a todo mientras que muerdo mi labio inferior de los nervios, no era consciente del daño que me estaba haciendo porque allí estaba pendiente de lo que mis ojos podían captar. 

En un silencio profundo, mi mente iniciaba una conversación conmigo misma acompañado de imágenes muy fuertes, era mi pasado recobrando vida a través de flashes. La semilla de la esperanza, un atisbo de encontrarme con aquello que he extrañado durante un año, tal vez dos. 

Perdí el sentido de todo estando allí de pie, avanzo otro paso más sintiendo mi corazón en vilo. ¿Cómo podría ser? ¿Cómo?- pronunciaba entre murmullos ahogados hasta perderlo de repente. Extiendo mi mano, como si quisiera tocarlo e incluso mis piernas intentan moverse en aquella dirección pero algo me detuvo, una mirada oscura de recriminación. No lo hagas... -mi voz interior se calla y niego con mi cabeza. 

Una gota de sangre mancha mi blusa, luego otra y otra... No me importaba porque mordía con fuerza el labio, no sentía dolor pero si unas ganas locas de ir hacia allí. 

Justo cuando estaba por responder a Harry siento como las palabras se deshacen en mi boca, gracias a un latido acelerado, producto de un fuerte e intenso sentimiento. Con la mirada puesta en la lejanía, algo me inquieta lo suficiente al punto de que en mi rostro la expresión se modifica literalmente. Doy un paso al frente, ajena a todo mientras que muerdo mi labio inferior de los nervios, no era consciente del daño que me estaba haciendo porque allí estaba pendiente de lo que mis ojos podían captar. 

En un silencio profundo, mi mente iniciaba una conversación conmigo misma acompañado de imágenes muy fuertes, era mi pasado recobrando vida a través de flashes. La semilla de la esperanza, un atisbo de encontrarme con aquello que he extrañado durante un año, tal vez dos. 

¿Jan? No... No puede ser... -Intento convencerme a mi misma hasta que en su andar noto el detalle, aquella espalda por la que he surcado cielos al acariciarla y su mirada, por la que tantas veces me perdía sin darme cuenta de que un mundo acontecía a mi lado. Era él... Mi gran amor, la única persona que he amado con locura y la que no veía en años.

Mi amor... ¿Tú? - pronuncio interiormente, apretando mis manos anhelando con todas mis fuerzas ir a sus brazos. Moría por él, maldito destino que me obligó a irme de su lado. 

¿Has venido por mi? -pregunto incrédula, como si pudiera escucharme hasta que su voz pronunciando mi verdadero nombre, hizo que colapsara. 

¡Jan! No no te vayas... no... -grito en silencio desgarrándome por dentro. Deseaba ir tras él pero estaba confundida. ¿Cómo llegó aquí? ¿Ha seguido mi rastro? - muchas preguntas ante su desaparición, mientras que mis sentimientos estaban a flor de piel, haciendo mella cada vez de una forma más aguda, punzante. 

Perdí el sentido de todo estando allí de pie, avanzo otro paso más sintiendo mi corazón en vilo. ¿Cómo podría ser? ¿Cómo?- pronunciaba entre murmullos ahogados hasta perderlo de repente. Extiendo mi mano, como si quisiera tocarlo e incluso mis piernas intentan moverse en aquella dirección pero algo me detuvo, una mirada oscura de recriminación. No lo hagas... -mi voz interior se calla y niego con mi cabeza. 

Una gota de sangre mancha mi blusa, luego otra y otra... No me importaba porque mordía con fuerza el labio, no sentía dolor pero si unas ganas locas de ir hacia allí. 

Harry entra fatigado a la cocina, ve que la mitad de la gente ya no esta, quedando solo James, el coronel y una de las gemelas psicóticas. Inconscientemente se coloca al lado del coronel y acto seguido le da un trago al dulce ron escocés. Al momento nota como sus músculos se relajan, todo se tranquiliza... entonces se da cuenta de lo que esta haciendo y rápidamente suelta la botella.

Su mano busca la chapa de alcohólicos anónimos... no pasa nada, solo es un trago, a sido un día muy duro, relajate...

En esas su anfitrión acaba de hablar y sale de la estancia, seguido por esas dos mujeres que le acompañan todo el rato. Unos segundo de incomodo silencio que James finalmente rompe.

-Mmmm...pues claro que la buscaremos. Soy policía, si su hija a desaparecido, hemos de ayudarle. Pero antes...-Se gira hacia James -....he llegado un poco tarde a la charla me temo. ¿Qué decía de su padre? Me he dado cuenta desde que hemos entrado de su comportamiento James, en esta casa hay algo que le perturba. ¿Qué tiene que ver su padre con todo esto?- Su trabajo de policia le obligaba a seguir preguntando.

-Y ya que estamos...¿donde estan el resto?

James suspira y sonríe mirando hacia el resto de sus compañeros.

-Verán...yo no creo en las casualidades. Desde el principio pensé que estábamos en este lugar por un motivo concreto. No sé cómo, ni porqué, pero el caso es que tengo la convicción de que cuando despertamos en esa habitación...fue algo preparado. Es decir, que alguien nos quería ahí en ese justo momento. A nosotros y no a nadie más.

James se toma una pausa como si estuviese pensando en cada una de las palabras que diría a continuación.

-Creo que desde que nos despertamos, cada cual a su modo se ha estado enfrentando a sus propios demonios. Todos hemos podido ver la reacción de los demás...en ese condenado lugar y durante esa hora 13, he sentido que lo que sucedía era como muy...personal. Y del mismo modo, me ha parecido que con ustedes pasaba lo mismo.

A medida que va avanzando en su disertación, parece que James se va poniendo cada vez más nervioso y, aunque consigue mantener la compostura, hay signos visibles en su aspecto que demuestran que lo que está diciendo le está afectando sobremanera. Una fina capa de sudor perla su frente, la voz le tiembla ligeramente y sus gestos son poco naturales, como si estuviera intentando contenerse.

-En fin...mi padre. Sí...verán. Mi relación con mi padre durante mi infancia fue...distante. Viajaba mucho y no tuvo muchas muestras de afecto para mí. Me enseñó muchas cosas y tuvo mucho que ver en que llegase a ser el hombre que soy...para bien y para mal. Este objeto es lo único que me ha acompañado desde que el barco en el que viajaba se hundió. Un recuerdo de mi padre. Mi último recuerdo es hundirme en el auga...No sé qué hacía mi padre durante sus largos viajes, pero sé lo que pretendía en su último viaje, ese que emprendimos juntos y que acabó de esa manera. Y respecto a la casa...algo extraño, condenadamente familiar. Familiar...no,...¡es idéntica a una casa que mi padre tenía a las afueras de Nueva York! Y ese reloj, el cual tiene este símbolo...este mismo símbolo...mi padre tenía uno igual. También he visto cosas...cosas que solo pueden ser alucinaciones, pensé que por la comida y ahora pienso que la propia comida es una alucionación. Bueno...no me hagan mucho caso...estoy divagando. Para lo que importa, sepa que el señor Martinson acaba de confersarme que mi padre fue el "Gran Maestro Arquitecto" de su orden y que y este medallón, tienen un papel importante que jugar en todo esto. Yo...no sé nada de todo esto, pueden creerme.

Perdí el sentido de todo estando allí de pie, avanzo otro paso más sintiendo mi corazón en vilo. ¿Cómo podría ser? ¿Cómo?- pronunciaba entre murmullos ahogados hasta perderlo de repente. Extiendo mi mano, como si quisiera tocarlo e incluso mis piernas intentan moverse en aquella dirección pero algo me detuvo, una mirada oscura de recriminación. No lo hagas... -mi voz interior se calla y niego con mi cabeza. 

Jules parece que vio algo perturbador y al mismo tiempo inquietante. Solo que al momento de actuar nada había allí, solo el producto de la niebla de Bar Harbor.

Desde la llegada de los Despertados todos los sucesos que les rodean se asemejan a un cuadro surrealista con la marcada diferencia que la imagen proyectada adquiere vida y voluntad. Tal vez la niebla juega malas pasadas con las mentes de los visitantes, o quizás todo es real porque el mundo ha dejado toda la cordura de lado y La pesadilla de lo real es una evidencia.

La rubia permanece un instante petrificada ante la visión que es engullida por la niebla porque un segundo después todo acaba en la nada, como las olas llevando una botella hacia el interior del mar. El precio de aquello es la merma de la voluntad de Jules. Su autoconfianza acaba de irse junto a su aparición espontanea y ahora todo le inspira desasosiego y dudas…

Tal vez la situación requería una dadiva, una ofrenda o en el peor de los casos, un precio que pagar y la moneda es una porción de su alma…

Los dos acompañantes de Jules no logran asirla a tiempo, porque la mujer cae de bruces al suelo, absorta de todo y de todos…  

Pueden seguir hablando mientras también responden al Mayordomo.

Krebs había permanecido allí todo el tiempo hasta que su jefe se retiró a quien sabe dónde. Martinson siempre tenía cosas para hacer solo que había dejado instrucciones específicas al mayordomo.

Por ende  Krebs trajo de la cocina un bolso de cuero reforzado (de esos que se emplean en los safaris) y lo dejó en la esquina opuesta de la mesa.

- Aquí tienen lo necesario para la búsqueda. Si quieren algo más deberán pedirlo ahora porque tengo más tareas que permanecer aquí escuchando sus gimoteos. -

La verdad es que el tiempo de Alan es muy acotado y permanecer allí es, para él, una pérdida de tiempo.

Harry iba a acercarse a Jules, pero ésta se desvanece y no logra cogerla a tiempo. Al llegar a su lado la mira, ida, inconsciente, y toma aire, para soltarlo en un largo suspiro.

Maldito pueblo de locura... Murmura

Vuelve a colgarse la Thompson a modo de bandolera, y coge a Jules en brazos, apoyándola contra el hombro para la comodidad de ambos. El semblante de Harry aún es serio, y no parece que se le vaya a pasar pronto.

Guíame, Johan. Más temprano que tarde despertará, y será de ayuda. No vamos a devolverla a la Mansión, y mucho menos dejarla aquí... Así que avancemos y dejemos que su cabeza descanse un poco.