Partida Rol por web

El pelirrojo se sentía en forma, tenía que salir de allí y había prometido a su amiga buscar a Orien, con lo cual no había mucho más que hacer: usar el cuerpo humano debilucho para salir de allí. Se encogió para saltar y agarrarse a la pared con los dedos, antes de mirar hacia atrás y tenderle la mano a Nay.

Vamos.

Trepó hasta arriba, ofreciéndole ayuda a Nay por si la necesitaba, quería salir de allí, y prefería hacerlo con ella.

Miro el muro y su altura, luego miro a Enna algo confusa ¿que podían hacer con ese muro de piedras? Enna comenzó a trepar, al parecer sin mucho problema, a ella le costo mucho más, las prendas de ropa que llevaban tampoco ayudaba, no eran nada elásticas y le limitaban los movimientos, por suerte Enna la ayudo, si no ella sola no podría haber subido. Asintió cuando él le animo a seguir -vamos- sonrío.

La cogió de la muñeca y sonrió, tirando hacia arriba. En el agua todo era más fácil, pero fuera de ella para el pelirrojo seguía siendo igual de ligera.

¡Vamos!

Exclamó, poder ayudarla había hecho que su enojo fuese un poquito, muy poquito, menor.

El pelirrojo sube con una facilidad asombrosa aquel muro que se les antoja prácticamente liso pero el chico consigue encontrar los pequeños agujeros que hay para introducir sus dedos e impulsarse con los pies.No corre la misma suerte la bella sirena que tan sólo consigue dar un pequeño salto elevando los brazos para tratar de alcanzar la parte superior de aquel obstáculo que se interpone entre ellos y su libertad.

Por suerte para la morena Enna se pone a horcajadas en el muro y se agacha ofreciéndole su mano que ella coge aliviada y siente cómo el fuerte brazo del pelirrojo la eleva hasta que ella puede agarrarse e izarse lo suficiente para poder sentarse también en lo alto del muro.Una vez ahí ambos se descuelgan con facilidad y se encuentran en el camino de entrada rodeados de árboles y sin saber muy bien hacia dónde dirigirse.Desde allí ven el mar a sus pies,algo alejado pero no tanto como para sentirse agobiados por encontrarse tierra adentro ¿hacia dónde dirigirse ahora?

No tenía ni idea de cómo buscar, pero al menos habían cruzado y para el pelirrojo ahora la morena estaba más cerca que nunca. Se empezaba a sentir realmente cómodo en su presencia. Sin muchas más pistas giró hacia la derecha y comenzó a caminar en busca de Orien. No gritaría para llamar su atención, tampoco quería llamar humanos que quisieran cazarlos. Salvo que la joven Nay le diese alguna otra pista o indicación.

Mientras Ronan asciende el camino hacia la casa puede ver con claridad a dos figuras encaramadas al muro que se descuelgan por fuera del mismo y comienzan a caminar saliéndose del camino para internarse entre las casas hacia la derecha,por la montaña.Al girar una pequeña curva descubre que se trata del pelirrojo y la bella morena que parecen tener prisa ya que caminan con rapidez.Al mismo tiempo la pareja le descubre a él subiendo por un camino que ellos han ignorado

Observé a aquella pareja, reconociendo de inmediato a la joven de cabello oscuro que había conocido en compañía de Eneas y Eressëa. Sabía que era una sirena, por lo que algo me dijo que el hombretón pelirrojo que la acompañaba también debía serlo. ¿Habrían venido para buscar a Azariel?

Alcé una mano a modo de saludo. No quería asustarlos. Recordaba que para Azariel todo había sido nuevo la primera vez que había acudido a la villa, sorprendiéndose de detalles tan cotidianos para los seres humanos como una televisión, vídeos en un teléfono móvil o una botella de agua.

-¡Hola! -exclamé, agitando la mano-. ¡Conozco a Azariel! ¿Son amigos de él?

Sonrió pues ya había visto anteriormente a ese humano, saludo con la mano, ese gesto era un tanto universal. El humano se acerco y hablo algo de lo que solo entendió Azariel, entonces se acordó que había aprendido algo de humano con la mujer de los cabellos azules y aunque no se acordaba bien de lo que significaba, se acordó de que a Ligeia le gusto, así que seria bueno -"Tu bonita"- le dijo a Ronan con una enorme sonrisa.

Aquel humano fue más rápido que el pelirrojo. Su plan era perderse en la oscuridad para cumplir su misión, pero era tarde. Extendió una mano frente a Nay, quien ya se propuso hablar y suspiró profundamente, dándose por vencido.

Estar dentro. Estar con carapescado. Estar sexo.

Explicó. Se llevó una mano al pecho desnudo.

Enna -puso la mano en el pecho de Nay- y Náyade. Tener prisa, buscar a Orien.

Sonreí al escuchar a la joven sirena de cabello negro llamada Náyade. Parecía que no controlaba demasiado bien el idioma, aunque se notaba que era agradable.

-Tú más bonita -le dije, con una sonrisa. El pelirrojo, en cambio, hablaba ligeramente más fluido. Dijo llamarse Enna y explicó que Azariel estaba dentro manteniendo sexo con cara... bueno, con Ligeia. Tampoco es que le sorprendiera mucho, teniendo en cuenta que desde que la perturbada mujer había descubierto la existencia de las sirenas, solo había pensado en sexo-. Ah, bueno, lo habitual... Ligeia es así. Orien es el hermano de Azariel, ¿verdad? Si queréis, cojo mi equipo de buceo y os acompaño. Creo que mis compañeros también han ido a buscar a Orien y los vuestros.

Se acerco a él, con la manos juntas casi en una suplica y dijo -Orien- realmente estaba muy preocupada, hacía muuucho que no lo veía, miro a Enna -¿él sabe donde esta Orien?- pues no sabia que decía, solo escucho el nombre de este.

Lo que dijo el humano estuvo a punto de hacer que el pelirrojo saliese corriendo hacia el agua sin mirar a ningún otro lado, pero las palabras de Nay le detuvieron por un momento para dar explicaciones.

Dice que están buscando a Orien. Que van a bajar a ver a nuestra gente.*

En su tono de voz se notaba la preocupación por lo que pudiera pasar. Le habían dicho que tenía que disfrutar la superficie y que confiase en ellos, pero si Azariel estaba follando y Orien desaparecido, alguien tendría que intermediar.

Voy a bajar. ¿Vienes?*

Después miró al hombre.

Yo ir a bajar. Quizá pueda ir antes para... decir que vosotros bajar. Sin problemas.**

No sabía qué hacer, pero tenía que hacer algo. Miró a Nay, esperando su reacción pero dando ya los primeros pasos hacia la playa.

-Cojo el equipo de buceo y os acompaño -le indiqué a los dos sirenos.

Me sorprendió escuchar que sus compañeros aún no habían bajado para visitar al pueblo tritón, puesto que él, Máximo y Eneas se habían separado del grupo para buscar al pescador horas atrás. ¿Habría surgido algún inconveniente que había hecho que tardasen tanto en bajar? Teniendo en cuenta el reciente mensaje de Valeria, sabía que Enna no mentía y que era cierto que sus compañeros aún no habían descendido.

-Esperad un minuto, no tardaré en regresar -añadí y, en tono más serio, añadió-: Tengo que contaros algo sobre Eneas. Es importante. -Y por el tono en que lo dije, era evidente que los dos sirenos necesitaban saberlo.

Sin más, entro en la villa para tomar mi equipo de buceo en mi habitación.

No tardé mucho en regresar a la entrada, donde se encontraba aún la pareja de sirenos. Llevaba puesto el equipo de buceo y portaba el arpón colgado a la espalda.

-Vamos. Vayamos a buscar a Orien -le dije a Enna y Náyade. De los dos, veía en el pelirrojo más capacidad de liderazgo que a su compañera, por lo que decidí dirigirme a él-. Tú guías. Quizá nuestros compañeros aún no hayan empezado con el buceo y podamos unirnos a ellos.

Cuando le vio aparecer el pelirrojo se tensó y se puso frente a la morena. Le miraba de arriba a abajo, pensando si era un atrevido, una amenaza o un ignorante. En pos de la promesa de darles una oportunidad señaló el arma que llevaba el humano.

No.

Negó, esperando ser lo bastante claro.

Supe de inmediato a qué se refería el tritón: el arpón. Azariel ya se había mostrado bastante asustado por el arma, aunque Eneas y Erëssea no habían mostrado la menor molestia cuando le habían visto con el arpón durante la mañana.

-Escucha -le dijo a Eneas, en tono serio-. Está habiendo ataques en el mar. Humanos muertos. Llevo esto como protección. No contra las sirenas, sino contra las criaturas responsables de los ataques. -Se llevó la mano a la espalda y se descolgó el arpón lentamente-. Si te sientes más seguro, llévalo tú a la espalda. -Se lo tendió a Enna-. Mientras no haya ataques, no lo necesito.

Cuando vio a Parker aparecer con el arpón se escondió detrás de Enna, no era la primera vez que veía un arpón, había visto animales ensartados con esas cosas y no le gustaba un pelo. Negó con la cabeza enérgicamente mirando a Enna cuando Parker le tendió el arpón, era un arma humana y solía hacer mas daño que ayudar, por experiencia sabía que los humanos respetaban poco el mar y sus seres.

Luego escucho que habkaba sobre Eneas y ladeando la cabeza le pregunto a Enna -¿Eneas y Erëssea?- sabia que uno no andaría muy lejos de otro, después de la relación que había visto entre ambos.

El hombre hablaba con cierta razón, y cedía en una parte importante. Pese a la pregunta de Nay, el pelirrojo sentía su miedo y extendió el brazo de un modo protector, para asentir.

Yo llevaré.*

Le concedió, antes de mirar hacia atrás.

Quiere contar algo sobre Eneas.** -miro hacia delante- ¿Qué sucede con Eneas? ¿Y con Erëssea?*

Tras preguntar comenzó a caminar hacia el mar una vez el humano le entregó su arpón y él lo guardó en su espalda. Volvió a mirar a su compañera con una sonrisa que pretendía ser tranquilizadora.

Lo llevo yo. Tranquila. ¿O quieres llevar tú el arma?**

Esbocé una sonrisa al ver que Enna había aceptado llevar el arpón. Me quedaba más tranquilo de que al menos alguien llevase el arma y sabía que los sirenos estaban acostumbrados a utilizar armas similares como tridentes, por lo que si asistíamos a un ataque, al menos uno de los dos podría ayudar.

-Eneas y Erëssea no están juntos -aclaré, haciendo saber que si buscaban reunirse con ambos, lo más probable es que sólo encontrasen a uno de ellos-. Se separaron para ayudar. Erëssea está actuando como guía para mis compañeros. Los llevará a vuestro hogar haciendo submarinismo. Ellos... De hecho, pretendían reunirse contigo y con Orien, pero una de mis compañeras me dijo que ya han partido, así que es probable que Orien esté con Erëssea.

Y ahora venía lo difícil de explicar. ¿Cómo informarles de lo que había hecho Eneas si ni yo mismo entendía lo que acababa de ver en la playa unas horas atrás?

-Eneas está con un amigo mío en la playa. Máximo. Humano con gran nariz -expliqué y, llevándome una mano a la nariz, hice un gesto como si la nariz se alargase. Aunque sabía que Enna me entendía, era un gesto más dirigido a Náyade-. Están bien, aunque Eneas ha hecho algo que me resulta difícil de explicar. ¿Qué sabéis sobre la madre de Eneas? -Lancé aquella pregunta sin estar muy seguro de qué respondería el pelirrojo-. Él está convencido de que su madre está involucrada en los ataques a humanos.