Partida Rol por web

Valeria guiaba a Eressëa hacía la casa, la situación era muy triste pero no podía evitar mirar el trasero de ambas contornearse de camino a la casa, sobretodo el de la sirena, al llegar a la puerta estaba allí Francesca, miró a la mujer cuando comenzó a hablar y por los gestos de Valeria y como le miraba le dejó claro que había pensado lo mismo que el, el tacto de los ricos solo es algo escrito en una hoja. - No te preocupes. le indicó a Valeria que continuara andando.

No iba a dejar que Mike pasara por el trago de ver como las cosas de Bianca se iban recogiendo. - Me encargaré yo de recoger las cosas, tal y como estamos no creo que sea bueno que este paseando más personas por el sitio. 

Hizo un gesto para que Francesca pasase delante suya. -Espéreme en el salón ahora mismo le bajo las cosas.

No pudo evitar oír la historia de Eressëa, su rostro se entristeció aún más, se acercó a ella y le besó en la mejilla. - Ahora nos vemos. 

Miro a Valeria y bajó la voz, -Si no te importa darle ropa, si no te llevaré a la habitación ahora algo mio.

- No es nada - Respondí a la sirena, sin saber muy bien de qué me daba las gracias. Pero correspondí como dictaba mi manera de ser.

A decir verdad los notaba a todos muy educados, quizá porque me habían visto bastante afectado con lo de Bianca, pero era algo que agradecía y que en el adelante trataría de corresponder - Gracias Marc

Poco a poco iba aceptando lo sucedido. Ya no pensaba en emborracharme, pero un par de copas me vendrían muy bien para cambiar el chip - ¿Alguien quiere una copa? - Ya por fin tomé un poco la iniciativa y me dirigí a donde hubiese algo que beber.

Salís del café-bar y veis a lo lejos cómo el hombre,aún en traje de buzo y con algo colgado a la espalda que deduces que es una caña o un arpón,asciende por Marina Piccola en dirección a las villas que hay en la montaña.Apretando el paso conseguís no perderle de vista aunque a bastante distancia de él por lo que no lográis alcanzarlo antes de que llegue a una de las viilas unos diez minutos después y desaparezca por la puerta

Se trata de un lugar inmenso y que desprende riqueza por todos lados. Un camino de piedra sombreado por plantas trepadoras que se enrollan en pérgolas os da la bienvenida y desemboca en la puerta principal a cuyo lado hay un timbre que Mónica pulsa sin dudar y mirándote te guiña un ojo

-"Al menos sabemos dónde vive ¿no?"-sabes que aquel lugar es dónde los millonarios pasan sus vacaciones por lo que te sientes algo nervioso por irrumpir así en la casa de aquel hombre sin embargo la seguridad que muestra Mónica hace que te calmes lo suficiente y esperes a que os respondan con una aparente tranquilidad

-Admiro tu decisión- dije no muy seguro de hasta que punto estaba bien que nos plantásemos delante de su casa sin conocerle de nada, o al menos yo -¿crees que nos cerrará la puerta al instante si comenzamos con un: "¿tiene un minuto para hablar de sirenas?"?- bromeé al sentir que no estábamos haciendo algo demasiado distinto a los testigos de Jehová con la intención de liberarme ligeramente de los nervios que sentía.

A través del vídeo portero ves a dos personas,una de las cuales conoces ya que se trata de Monica y viene acompañada de un chico joven al que no has visto nunca,quizás su hijo.La mujer mira hacia la cámara y sonríe mientras espera a que abras la puerta del exterior para poder acceder al jardín

Mónica sonríe mientras mira hacia la cámara del vídeo portero 

-"No sé si sería buena idea aunque muchas veces sorprender a la otra persona te da una ventaja considerable y esa frase seguramente le dejaría varios segundos sin habla"-comenta la mujer sin dejar de mirar la cámara,con cierta curiosidad dirías-"Ese interés por las sirenas en alguien tan joven me llama la atención,creo que me tendrás que contar más detalladamente el por qué"-la amabilidad de su voz indican que no se burla de ti sino que realmente le interesa saber el por qué de tu interés

En ese momento suena una voz a través del interfono

-¡Mónica! ¡Buenas! -saludó Ronan a través del portero automático, aún sin decidirse a abrir-. Acabo de llegar a la villa. Estaba pensando en cambiarme, aún llevo el equipo de submarinismo. En un momento te abro. ¿Ha habido alguna novedad?

-"Hola,me alegra que te acuerdes de mi nombre,me temo que tú no llegaste a decirme el tuyo pero Maximo me salvó de ahogarme y estoy un poco en deuda con vosotros así que he venido con este joven que quizás pueda aportar algo a lo que buscáis ¿podemos pasar?Me disculpo de antemano por haberte seguido pero andas demasiado deprisa para una anciana como yo y no pudimos darte alcance antes de que llegaras aquí"-responde señalando al chico que se encuentra junto a ella

-Ahora mismo abro. Soy Ronan, por cierto -añadí, como presentación a Mónica, puesto que no sabría mi nombre-. ¿Y Máximo? Pensaba que estaría contigo.

-Claro... creo que es lo mínimo que te debo- expresé ante su petición de explicarle sobre mi interés por aquellos seres mitológicos cuando de pronto obtuvimos respuesta -encantado, Ronan, sentimos molestarte- expresé ligeramente avergonzado no solo por la situación en general, sino también porque me sentía alagado por lo capaz que parecía considerarme Mónica.

Por otra parte no pude evitar sentirme sorprendido al escuchar con más detalle como se habían conocido, atento para a la conversación.

La mujer se encoge de hombros con cierto gesto triste

-"Oh,ese maravilloso hombre recibió una llamada al parecer urgente y se marchó para coger un ferry que le llevara a la península y coger un avión"-suspiró-"Apenas pude hablar con él un par de palabras después de lo sucedido,espero poder verle de nuevo alguna vez"-explica mientras señala la puerta-"¿Nos abres y hablamos dentro mejor,querido Ronan?"-pide mirando a Andrea

Escuché qué había sido de Máximo, y no pude evitar ponerme un tanto triste al saber que se había marchado. En el poco tiempo en que lo había conocido, había entablado una buena relación con el argentino, por lo que lo echaría de menos.

-Claro, ahora mismo os abro -indiqué, procediendo ya a abrirles la puerta a Mónica y el joven que la acompañaba-. Pasad. Voy a subir arriba para cambiarme de ropa. Mi compañero Mike está en el comedor. Podéis hablar con él mientras me cambio.

La gran puerta de hierro se abre para daros acceso a un pequeño paraíso que no se aprecia desde fuera.Un hermoso jardín os da la bienvenida mientras que el olor de las flores os inunda las fosas nasales.Una escalera de piedra blanca conduce hasta la casa situada un piso por encima y a la derecha,semitapada por los árboles hay una piscina que en esos momentos se encuentra cubierta.Mónica se detiene brevemente para admirar lo que vuestros ojos abarcan antes de ascender las escaleras que llevan a la casa propiamente dicha 

Se trata de un lugar inmenso y que desprende riqueza por todos lados.Un camino de piedra sombreado por plantas trepadoras que se enrollan en pérgolas te da la bienvenida y desemboca en la puerta principal. Mónica y su acompañante están un rato parados ante esa puerta antes de que la mujer hable a través de una máquina y la puerta se abra dando acceso a un pequeño paraíso que no se aprecia desde fuera.Un hermoso jardín te da la bienvenida mientras que el olor de las flores te inunda las fosas nasales.Una escalera de piedra blanca conduce hasta la casa situada un piso por encima y a la derecha semitapada por los árboles hay una piscina que en esos momentos se encuentra cubierta.Mónica se detiene brevemente para admirar todo antes de ascender las escaleras que llevan a la casa propiamente dicha.

Tú te cuelas al jardín antes de que la puerta se cierre por lo que oculto puedes ver cómo poco después otra mujer que no conoces sale de la casa y se marcha con una maleta y una carpeta en la mano.Ahora sólo te queda decidir si entras en la casa o no

Eneas estaba completamente sorprendido por la riqueza que se iba encontrando según avanzaba. Nunca había estado en un lugar tan sumamente decorado y rico en el mundo de la superficie, de manera que cada pequeña cosa el resultaba sorprendente. Intentaba no distraerse demasiado a pesar de todo, y estar atento. En cualquier momento podían descubrirle de lo contrario. El tritón siempre había desconfiado profundamente de Mónica, especialmente tras ese momento en las rocas de los pescadores. ¿Qué se traía entre manos aquella mujer? ¿Estaría relacionado con su madre?

Finalmente, Eneas se decidió a entrar en la casa. Tenía que saber lo que estaba ocurriendo y en qué clase de asuntos estaba metida. Su acompañante no le sonaba, o eso creía. Necesitaba observar todo más de cerca, así que les siguió con todo el sigilo del que fue capaz en las profundidades del rico edificio, expectante ante lo que pudiera pasar.

¿Y quién era esa mujer que salía de la casa? ¿Qué tenía que ver con esos dos?, se preguntó a sí mismo. Trató de memorizar su cara por si más adelante volvía a cruzarse con ella.

Decidido avanzas hacia la entrada y pulsas el botón que otras veces has observado pulsar a los humanos y que suele ir acompañado de una especie de música chirriante.Segundos después...

Te diriges al pasillo y acercas los ojos a la mirilla para averiguar que tras la puerta se encuentra el irresistible Eneas esperando a que alguien le permita el acceso a la casa

Tras proporcionarle la dirección a Carlo el chico pone rumbo nuevamente a Marina Piccola aunque esta vez no llegáis a la zona de la playa sino que el muchacho se mete con el coche por un camino que accede a la parte más alta de la montaña y por ende os acerca más rápido a la casa que si tuvierais que aparcar abajo y ascender a pie por el camino que ya conocéis.

El joven detiene el vehículo a pocos metros de la puerta y da un silbido de admiración mientras baja del coche y se dirige a abriros sendas puertas para que bajéis también

-"Bonita casa¿a quién pertenece?"-pregunta con curiosidad mientras Ligeia hurga para encontrar unas llaves que no aparecen y que os obligan a llamar al timbre de la puerta

La muchacha de pelo azulado sonríe mientras contempla la isla desde la parte más alta de la montaña. A penas de tiempo a ver nada pero el paisaje es precioso. Desliza su mano por debajo de la del sireno, y entrelaza sus dedos con los de él, con el otro brazo rodea el cuello del chico, buscando subir sus piernas a las del chico y ponerse sobre él.

Le da un beso en la mejilla con todo su cariño y se queda así todo el trayecto hasta que el coche se detiene, buscando el contacto con el muchacho el mayor tiempo posible. No dice nada.

De alguna manera se siente fuera de lugar y no es que le importe, normalmente no le importa, siempre ha sido así, pero ahora… ahora es diferente, quiere ser parte de él, con todo su corazón.

Cuando el coche se detiene rebusca las llaves en la mochila, obviamente, tratándose de Ligeia, todos sabemos que no las tiene, a saber dónde andan, de hecho juraría que no cogió llaves nunca.

- No lo sé, Francesca es la que lleva esas cosas. Supongo que será del señor Belloch.

Se encoge de hombros y llama al timbre.