Partida Rol por web

Al humano le gustaba mucho hablar, casi tanto como a Enna cuando estaba de buen humor. Al escuchar que su amiga iba a hacer de guía le dieron ganas de suspirar, más no lo hizo. Sabía que Erëssea era una sirena complicada e inocente, fácilmente sugestionable.

Despacio.*

Le dijo, para intentar enterarse de todo lo que decía. Aunque cuando mentó a Eneas un leve gruñido surgió de lo más profundo de su garganta. Estaba bastante claro era precisamente su tritón favorito.

Hijo de Bruja.*

Respondió, sin darle mucha más importancia al hecho.

¿Qué hacer Eneas?*

Preguntó, aunque más bien inquirió. Mientras traducía la conversación como podía a su compañera.** Intentó recordar, pero no se fijó en ningún humano con nariz grande. La verdad es que para él todos eran bastante similares.

-Es difícil de explicar lo que hizo Eneas -dije, aún sin comprender lo que Eneas había hecho-. Había una mujer rara que se acercó a nosotros. Aparentemente fotógrafa. Eneas desconfió de ella, creyó que era su madre o tal vez un ardid preparado por ella y obligó a esa mujer a sumergirse en el agua utilizando vuestros... poderes.

Me era difícil explicar lo que había sucedido o qué pretendía Eneas con su acción. ¿Había sido una especie de hechizo o conjuro lo que el tritón había empleado con la fotógrafa?

-Fuera lo que fuera que quería probar Eneas, no funcionó -agregué, a modo de aclaración-. La mujer empezó a ahogarse, no se transformó ni nada por el estilo, y Eneas paró... Ahora Eneas está con Máximo y la fotógrafa.

Tuerce el gesto cuando Enna coge el arpón, no le gustan, ni en manos de unos ni de otros, confía en Enna pero las armas nunca le gustaron, ni si quera las que usaban las sirenas, aun así no dijo nada.

Cogió a Enna de la mano y tiro de el hacia la playa -Venga vamos a buscar a los demás, no me entero de nada de lo que dices-miro a Ronan y le hizo una señal de que los siguiese -No me imagino a Eressëa llevando a humanos abajo- refiriéndose al agua donde vivían -no le gustaban mucho, creo recordar- se encogió de hombros, a todo esto Ronan solo escucha parlotear a la sirenita.

Asintió a las palabras de Nay, pero no las tradujo directamente.

Nay decir que irnos ya. No entender. Preocupada.*

Comenzó a caminar tras ella, aunque por la tensión de su mandíbula se notaba que le costaba reprimirse.

¿Eneas asesino?*

Era un resumen de lo que había escuchado. Tenía que ser rápido, por el humano narizón.

Escuché cómo Enna ejercía de traductor para Náyade y para mí. Al escuchar que la joven sirena indica que a Erëssea los humanos no le gustaban mucho, hizo un claro gesto de negación.

-No. Con nosotros fue muy cordial -indiqué, recordando incluso que la sirena rubia había tenido cierto feeling con Marc, uno de mis compañeros-. Quizá simplemente no le gustaban los humanos a los que conoció antes.

Mientras continuábamos caminando hacia la playa, hice un nuevo gesto de negación a lo dicho por Enna.

-No. Eneas no es un asesino. Supo parar esa especie de hechizo o control mental a tiempo -añadí, para tranquilizar al dúo de tritones-. Él estaba controlando todo. La fotógrafa está bien. No llegó a ahogarse, mi amigo con gran nariz y los pescadores la ayudaron a tiempo.

Azariel consigue encontrar ropa aunque esta vez se trata de la de Maximo y mientras Ligeia limpia él se viste.Ambos escuchan que hay alguien más por la casa y cuando se encuentran abajo deciden salir de la casa para buscar a quien sea y contar lo que Azariel sabe o cree saber por medio de su madre.

Al salir de la casa ven que Enna,Nayade y Ronan están en el camino hablando.El tritón lleva un arpón en la espalda y parecen a punto de ponerse a andar camino de la playa,cuesta abajo de donde estáis ahora mismo.El gesto de Ronan es serio mientras les dice algo mientras que el de Enna es de extrañeza y el de Nayade de impaciencia

La habitación que encontró era una arcón maravilloso de tesoros. Tenía cientos de cosas como las que él tenia en su muñeca, pero estos no tenían el cristal astillado. Comenzó a probarse de todo ilusionado hasta que dió con uno que brillaba como los corales y ciertas rocas del fondo de su hogar.

Tuvo que pedir ayuda a Ligeia con la prenda blanca que había elegido y que resaltaba el color tostado de su piel y la tinta de los dibujos de su piel. Ella le explicó que aquello eran botones.

Salieron al exterior y al ver a Enna con el arpón rodeó la cintura de la chica para atraerla hacia su costado. Recordaba lo mucho que le afectó la otra vez, y quería que se sintiera segura.

- Hola Ronan - dijo acompañando sus palabras con un cabeceo mientras se acercaban - Nosotros buscar a Eneas. Su madre estar aquí, en tierra. ¿Tu saber donde encontrar? - su mirada se dirigió hacia sus congeneres - ¿Donde ir vosotros?  - lo repitió en sirenido para Nayade. Allí parecia seguro todavia emplear su idioma natal.

-Eneas y Máximo están en la playa -le indiqué a Azariel, aunque me extrañó su siguiente pregunta. ¿Estaban al tanto de quién era la madre de Eneas y que podía estar implicada en los ataques?-. Él también piensa o sabe que su madre está en la superficie.

Me disponía a dirigirme a la playa con Enna y Náyade para intentar buscar a Orien o unirnos al grupo de Erëssea, donde quizá pudiera estar el tritón.

-Nosotros vamos a buscar a Orien. ¿Lo has visto? -le pregunté a Azariel.

- ¡Fueguito! - sonrío a Nayi y a Enna - veo que no habéis ido lejos.

Alrepasarlos con la mirada veo el dichoso arpón y me alejo un poco del pelirrojo por puro instinto. Desvío la mirada al suelo con cierta tristeza y como si me hubiera leído la mente mi sirenito me rodea la cintura con el brazo antes de ver mi gesto. Me sujeto con suavidad a su muñeca, emulando una sonrisa que si bien no me sale perfecta, estoy más tranquila que la última vez que vi eso. Me ardía el pecho.

Los recuerdos de padre y de esa cosa siempre duelen, odio ese aparato con todo mi herido corazón. Mis ojos buscan automáticamente a Poe por el cielo, no debe andar lejos.

Por lo visto Eneas lo intuía ya.

- Iremos hacia la playa entonces. Eneas querrá confirmar sus sospechas, él mejor que nadie sabrá cómo encontrarla.

Enna -respondió casi de un modo automático a Carapescado, quien se alejaba de él por algún motivo que no alcanzaba a comprender-. Sí, buscar a Orien.*

Confirmó. Hablaban muy rápido y su mirada iba de unos a otros.

Quizá encuentre antes a Eneas.*

Masculló con un aire de rabia. Estaba sin parar y desde luego el ambiente no estaba mejorando ni un poco siquiera.

Miró a Ronan para negar ante lo que le había dicho antes de cruzarse con ellos. Ahora carecía de importancia, habían otros objetivos que buscar y localizar.

Vamos.**

Al escucharon el nombre de su hermano los músculos del tritón se tensaron bajo la tela de la camisa que cubría su piel y tatuajes. Su sonrisa también se convirtió en una fina linea que sesgaba su rostro por normal, afable y distendido. - No. No encontrar - dijo respondiendo a Ronan con un brillo de dolor traspasando sus oscuros ojos.

No añadió nada más a lo dicho. Había que encontrar a Eneas y estaba en la playa, al parecer. Mantuvo a su tesoro cerca de él, pues su contacto al menos le proporcionaba cierta paz ante el hecho de que quizás se encontrara con Orien.

Asintió ante las secas palabras del que antes fue su amigo y avanzó junto al resto.

Se alegro al ver bien a Azariel y le sonrió. Luego se dispuso a seguir a Enna hacia la playa, cuanto antes supiesen de Orien más tranquila estaría y quizás así encontraban a Eneas y podían ver que hacían si su madre era responsable de los ataques, aunque no estaba segura de que poder hacer otra ella, ademas era la madre de Eneas.

No había mucho que añadir, sólo objetivos que cumplir. Con lo cual avanzó con todos los demás.

Eran un grupo raro, y de algún modo sentía que todos aquellos querían solucionar los problemas. Miró de reojo a Carapescado y asintió lentamente, después al humano que les había acompañado e hizo un ademán con la cabeza. Había que ir a la playa para solucionar los problemas cuanto antes.

- Enna...- murmuro sin perder de vista el cacharro infernal que lleva, asiento manteniendo la distancia - perdona si te ofendí, soy pésima para los nombres. Enna - repito el nombre varias veces murmurando para retenerlo en mi mente.

Desvío la mirada al suelo con tristeza mientras camino, apretando la manita de mi sireno qué no parece entusiasmado con la idea de ver a Orien, no sé qué pinta tiene pero ya me cae mal solo por las reacciones que Az tiene con mentarle y por lo dolido que está con todo lo que pasó. Aprieto un poco su mano y lo miro de reojo: ey.... Busco una sonrisa convincente y cómplice mientras caminamos lo más alejados posibles de ese arpón. No es que nos separe de todos, caminamos juntos pero esa cosa me produce terror y tristeza en cantidades abrumadoras.

El grupo llega a la entrada de la casa sin apenas abrir la boca,aún conmocionados por lo sucedido con Bianca.En la entrada se encuentra Francesca vestida con su elegancia habitual y unas grandes y oscuras gafas de sol que se quita al vero llegar

-"El capitán me ha avisado de lo sucedido,lo siento muchísimo y les traslado así mismo las condolencias del señor Belloch.Por favor,si necesitan algo no duden en decírmelo.He de recoger las cosas de la señorita Bianca para hacérselas llegar a su familia pero no les molestaré más de lo imprescindible"-al fijarse en Eressëa su boca se abre por la sorpresa y la adoración transforma su rostro-"Santo Cristo, es usted la mujer más bella que he visto en la vida"-exclama acercándose a la chica y acariciando su rostro antes de darse cuenta de lo que hace-"Oh,per favore,mie scuse"-se aparta azorada y se coloca las gafas con rapidez señalando la puerta-"Será mejor que entremos,no traen buena cara y deberían descansar"-su acento italiano se intensifica un poco más tras lo sucedido con Eressëa y carraspea mientras espera a que abráis la puerta

Avanzo con calma ayudando a Eressëa a caminar. En el fondo, tengo hambre, pero se que en estos momentos eso no es lo más importante.  Respiro profundo. Lo primero en estos casos es el paciente y su estabilidad emocional. Además, ¿cómo no apoyar a una chica como ella? Sirena y toda la cosa, pero es todavía una niña.

-Vamos,chica. ya casi llegamos. A ver, cuéntame un poco más sobre tu madre.

Llegamos entonces con Francesca y enarco una ceja al escucharla, ¿cómo puede tener la sangre para hablar y actuar de esa forma, ¿es que no sabe lo que es el tacto? Instintivamente muevo mi mano para detener su acoso, pero ella la suelta y da la media vuelta para entrar. Mira a los ojos a Marc como esperando que haga algo, pero... hombres. Con cuidado termino de ayudar a Eresseëa a entrar.

Había que hacer trámites con respecto a Bianca. Por suerte Francesca se iba a encargar de buena parte de ellas - Le agradezco mucho que se encargue de esas cosas, a mi me resultaría doloroso tener que hacerlo. Pero si necesita algo, no dude en decírmelo - El hecho de que resultara una tarea dolorosa no haría que dejara de ayudar, Bianca lo merecía.

Valeria se muestra dispuesta a entrar en la casa y yo hago lo mismo - Vamos, necesito una copa.

Me dejé guiar hasta la vivienda en la que los humanos pensaban reunirse.  Me sorprendió la calidez con la que Valeria me trataba, pues sólo la esperaba por parte de Marc, y  sobretodo, me sorprendió descubrir que me resultaba muy agradable esa proximidad.

Empezaba a sospechar que no solo cambiaban nuestros cuerpos al salir del mar, si no que nuestras mentes también lo hacían.  Nos volvíamos más emocionales, menos capaces de controlar nuestras decisiones.  Eso explicaría tanto el enamoramiento de Azariel, como todas esas leyendas de sirenas que al salir a la superficie se habían quedado a vivir allí 'por amor'.  

-​​​​​​Mi madre murió, hace tiempo - Otra vez, el limitado idioma humano me hacía parecer fría y analítica, pero había dolor, añoranza y horror tras mis palabras. - Envenenada por algo en el agua.  Algo vuestro. 

Interrumpe mis palabras Francesca, que acaricia mi rostro, desatando cierta reacción defensiva de Valeria, que no comprendo. Sólo era una caricia, ¿que hay de malo en acariciarse? ¿O en ir desnuda?  ¿Era acaso que se sabían incapaces de controlarse?  

​​​​-Gracias, Valeria, Mike y Marc.  Estáis siendo muy amables conmigo - Dije con total sinceridad.