Partida Rol por web

Durante un momento los azules ojos de aquel extraño ser se cruzan con los vuestros y sabéis sin ninguna duda que os ha visto sin embargo nada podéis hacer ya que Eneas tira de vosotros hacia abajo para que os sumerjáis en el agua alejandoos de allí unos metros

Azariel sintió un escalofrio al sentir la mirada azul de aquel ser. Se dejó hundir por Eneas, sintiendo su mano sobre la suya.

- Gracias. Yo... - retiró la mano mientras carraspeaba e intentaba alejar la confusión que brillaba en su semblante. Era el lider, no podia demostrar debilidad. - Nos ha visto ya. El de cabeza de tiburón. Creo que deberiamos de alejarnos un poco e ir atrayendo la barca con nuestros cantos. Si dices que hay más dentro de la cueva... es mejor robarles su forma de volver a tierra. Y tendrán dos aliados menos- miró a Eressëa a los ojos antes de seguir hablando. - Aunque también estoy conforme con buscar al resto si es lo que quereis -

Atenta como estaba a lo que sucede con aquella persona, de repente siente como la sumergen en lo más profundo de un tirón, descubriendo que se trataba de Eneas para lograr escondernos de las vistas. La curiosidad siempre mata al gato y en esta ocasión, Eressea era como uno, así que tras escuchar las palabras de ambos tritones, analizó por un breve instante que hacer de ahora en más..

- No vamos a desaprovechar esta oportunidad, no ahora que estamos demasiado cerca de cumplir con nuestro objetivo. - responde desviando la mirada primero a Eneas y luego.a Azariel. - Tenemos que atraerlos. ¿Alguno de los dos sabe cantar? Yo manejo los vientos, aunque si ambos me cubren, me ofrecería como señuelo.  ¿Qué ideas tienen?- termina por preguntar mientras mueve su cola de lado a lado, un tanto expectante.

Sonrió ampliamente ante la bella sirena. - Es perfecto! Puedes impulsar la barca lejos de la entrada de la cueva y acto seguido nosotros los atraemos con nuestro canto para que impriman más velocidad a su camino hacia nosotros - miró a Eneas esperando que estuviera de acuerdo tambien 

Eneas escuchó las palabras de sus compañeros como una liberación. El deseo de despertar el poder de su voz era intensa estando cerca de los habitantes de la tierra.

—¡Por todos los diablos de los mares!— exclamó Eneas, aliviado porque los humanos parecía que no habían llegado a descubrir su presencia—. Mucho estábamos tardando. No te demores, Eressëa, convoca a los vientos para manejar la barca. Deja lo de los cantos en nuestras manos... o gargantas, según lo quieras pensar.

Reflexionó durante un momento. Primero rememoró de nuevo las palabras de la Anciana Ryna cuando le habló de la mujer con el terrible rostro de tiburón: "Muchas veces aquellos con aspecto temible son los más cercanos a nosotros". Lo repitió varias veces en su cabeza. No iba a dudar de la palabra de la Anciana. Esa humana no debía ser lo que parecía. Después, pensó en el rostro ensimismado con el que el anciano miraba las rocas sagradas, casi con reverencia y curiosidad. Por lo que parecía, si en el grupo de habitantes de la superficie había alguno con intenciones de dañar a las sirenas, pensó Eneas, seguramente no era uno de estos dos. Y eso hecho ayudaba para lo que estaban a punto de hacer.

—Maneja los vientos con cuidado, Eressëa— dijo el tritón con tono divertido—. No queremos que la aparente brisa marina les dé ningún indicio. Azariel— comenzó de nuevo Eneas mientras buscaba el contacto visual con su compañero, al que sonrío pícaramente—, prepárate. Un humano no escucha todos los días el canto de uno de nuestra especie. Tenemos que estar a la altura de sus leyendas.

El plan era perfecto, más aún cuando entre los tres podían hacer algo que valga la pena sin ir directamente a la violencia y por esa razón, la sirena de largos cabellos dorados salió apenas a la superficie para extender sus manos mientras concentra su poder. 

No era la primera vez que lo experimentaba, incluso le divertía jugar con los vientos, más ahora que serviría para algo muy útil mientras sus compañeros endulzan con su voz. Es que la apariencia de aquella chica le daba impresión, hasta el punto de extrañarse por el aspecto de su rostro y la curiosidad como siempre, atrae en demasía. 

Y mientras va corriendo la embarcación suavemente, controlando el impulso de excederse, sonrie divertida al ver como Eneas busca la mirada de Azariel. ¿Había atracción allí? No obstante, negando con la cabeza hizo lo propio y siguió centrada en generar un viento suave que le permita movilizar la barca. 

- Cuando quieran. - avisa Eressea. 

Tal como han aparecido las dos cabezas se sumergen en el agua antes de que puedas llegar a levantarte del todo y por más que miras no logras verles por ningún lado.

Mientras el barquero intenta acceder a tu petición tratando de remar hacia las rocas pero la barca parece moverse como si tuviera vida propia y os lleva en paralelo a las Faraglioni,apartándote de ellas mientras el viejo intenta con los remos retomar el control sin lograrlo pues una suave brisa se ha levantado formando unas olas que os mueven sin que el anciano pueda hacer demasiado

El ser de la cara extraña estaba medio incorporado en la barca mirando en la dirección en la que antes os encontrabais,al parecer buscandoos a vosotros.El viento que Eresëa levanta forma unas pequeñas olas que balancean la barquita atrayéndola hacia vuestra posición

Azariel emerge a la superficie cerca de la sirena. Ahora que conocia la localizacion de la barca intenta en un primer momento colocarse de modo que las rocas le tapen. No hace falta que le vean, al menos no es su intención hasta que sepa que están bajo el influjo de sus voces.

Observa como Eressëa cumple su parte y le guiña un ojo para acto seguido buscar la localización de Eneas. Estaba cerca de él y sujetandose en su brazo, se acercó a su oido para susurrarle lo que pensaba cantar. Tras un pequeño intercambio de ideas se aproxima más a las rocas para poder sujetarse en ellas. No puede hacer esfuerzos al cantar o toda la magia se iria al traste.

Con la señal de Eressëa empezó a entonar las primeras estrofas que le correspondian con voz grave pero lento para luego ir animando la melodia, enviando un mensaje claro y conciso.

Aquel momento en el que la voz de Azariel resonó entre las rocas sagradas hizo recordar a Eneas en la antigua leyenda que su madre le había contado sobre las sirenas y la tripulación del griego Ulises, que se libró de ser hechizada por el canto gracias a cera que utilizaron para taponar sus oídos. En cambio, el capitán del barco, con gran curiosidad, se ató al mástil de la nave para poder oír las hipnóticas voces y salvarse. ¿Cuántos años deberían haber pasado sin que un humano hubiera escuchado el canto de una sirena, y más junto a aquel adorado espacio?, pensó el tritón.

La voz de Azariel inmediatamente gustó a Eneas. Los primeros segundos los pasó simplemente escuchando y evaluando, como pensando cómo entonar cuando ambos cantaran al mismo tiempo. Incluso cerró los ojos para concentrarse. Cuando volvió a abrirlos vio que su compañero lo observaba casi con tensión contenida, como dudando si realmente iba a cantar, ya que apenas se había movido todavía. Entonces sonrió, queriendo tranquilizarlo, y se colocó junto a él cerca de las rocas, saliendo a la superficie. Y dejó que su voz se uniera la de Azariel. Esta salió suave de su garganta y se desplazó como una pluma llevada por el viento convocado por Eressëa a través de las olas y las rocas.

Instintivamente, sin quererlo, sus recuerdos le llevaron a bellas playas de la costa de península ibérica, donde su canto provocó que la ira de las profundidades cayera sobre muchos habitantes de la tierra. Dejó aquellos momentos atrás mientras trató de disfrutar de la canción junto a Azariel. ¡Qué bien sonaba y se sentía aquello! La voz de su compañero era como el disfrute de la brisa del mar contra el rostro y la de Eneas una resonante, vibrante y cautivadora respuesta. Así, sus palabras se fundieron y recorrieron las sagradas rocas y, de nuevo, los hombres volvieron a escuchar los cantos de las sirenas.

Frunzo el ceño cuando desaparecen ene l agua  ¡En el agua! Eso significa que es zona de baño, supongo.

- ¡Se puede nadar aquí! Si esas dos personas han podido ¡Yo también!

¡Pero nos alejamos de la roca! ¡No! Le pido al anciano que me espere, que no reme, o lo que sea que haga,, que voy a nadar un poco, que no se vaya tampoco, se lo pido porfavor, juntando las palmas de las manos y poniendo cara d ebuena, todo lo posible al menos, y me tiro al agua sin pensar nada más.

Antes de que los tritones empiecen a cantar el ser de la extraña cara se pone en pie en la barca que se alejaba de las rocas y se lanza al agua comenzando a nadar hacia las mismas

La primera nota quedó atascada en su garganta al ver la acción de aquel híbrido. Abrió sus brazos en cruz por delante de Eressëa y Eneas como si así pudiera protegerlos.

- No pensará que puede amedrentarnos, verdad? Voy a interceptarlo. Estad atentos por si necesito ayuda -

Y sin esperar respuesta se sumergió para comenzar a bucear con rapidez y alcanzarlo desde abajo.

Su intención era agarrarlo por una extremidad desde abajo y hundirlo. Intentaría atrapar ambas manos por si llevaba algún arma oculta y comprobaría si podía respirar debajo del agua

Al ver cómo se desarrollaba la situación, Eneas salió detrás de su compañero. Tenía una de las armas que le habían entregado entre las manos, pero no sabía bien cómo se empleaba. Solo se había lanzado al agua uno de los humanos, pero quedaba tenía otro compañero más en la barca. Imaginaba que Azariel no tendría problemas en el uno contra uno, aunque ayudar nunca estaba de más. De alguna forma las cosas podrían torcerse. 

"De hecho, pensó el tritón, siempre puedo emplear mis habilidades para hechizar al humano y atraerlo a las profundidades".

Así, Eneas marchó justo detrás de Azariel mientras también vigilaba la superficie del agua, por si veía que el humano de la barca daba señales de actuar.

Luego de haber atraído la barca hacia donde se encontraban, le sorprende que el humano con rostro de tiburón se sumerja al agua. Solo que antes de mover siquiera un paso, ya Azariel salía a su encuentro y Eneas detrás. 

Por su parte la rubia sirena fue nadando un poco más lento, con si tridente en la mano mientras analiza la situación. No desea meterse de lleno en el meollo para poder realizar un contraataque en caso de que las cosas se compliquen. Prefiere prevenir antes que dejarse llevar por la impulsividad. 

Y mientras su cola se mueve de lado a lado, su ceño se frunce a medida que los minutos transcurren, no hay nervios, solo concentración y cuidado.

Mientras nadas hacia las rocas algo te coge por las piernas y tira de ti hacia abajo hundiéndote con fuerza en el agua e impidiéndote ascender.Ves que la superficie se aleja de ti mientras el agua entra en tu boca ahogándote y haciendo que entres en pánico

¡Eh! ¿Dónde están las personas que estaban nadando aquí? No las veo, en ello estoy pensando cuando de repente me hundo en el agua, la luz ahí arriba se aleja, el aire empieza a salir de mis pulmones, me ahogo. El pánico inherente al instinto de supervivencia pugna por salir, cierro los ojos, voy a morir aquí y ahora, pero si algo me está alejando de la superficie es porque algo quiere mi muerte.

Sonrío y me dejo llevar, de nada servirá intentar soltarme, la luz cada vez está más lejos, si de alguna manera había que morir, sin duda ésta es la que mejor se me ocurre, una vida por otra. Recuerdo aquellos labios, recuerdo el beso, recuerdo su cola, ahora más que nunca, recuerdo su torso desmembrado, recuerdo sus ojos muertos hundiéndose. Yo merecía morir así. La justicia universal existe y yo tenía que pagar con mi vida, estaba claro.

Así que no lucho, cierro los ojos, estoy aterrada, como lo debía estar ella; y sola, como ella cuando padre le clavó el harpón, agradezco todo lo vivido desde entonces y acepto mi sino aquí y ahora. La mataron por mi culpa, y le daré mi vida al océano a cambio, ojalá ella, en algún lugar del basto azul, puede nacer otra vez. Poseidon, si estás ahí te ruego que enmiendes el error de aquella noche.

Poe, te quiero mucho. Gracias por tus alas.

El terror en la cara de aquel ser es patente sin embargo no lucha para liberase sino que cierra los ojos y sonríe a medida que la hundís en las profundidades.De su nariz salen burbujas pero llega un momento que el instinto le hace abrir la boca para respirar y el agua entra en ella comenzando a ahogarla y haciendo que su cuerpo se mueva espasmódicamente

Lo has visto otras veces y además a esta humana no le ha dado tiempo a coger aire cuando Azariel ha tirado de ella hacia abajo y ha comenzado a nadar hundiéndola en las profundidades del mar por lo que ves con claridad que se ahoga y morirá en pocos segundos

Confuso observa el rostro del ser el cual tiene los ojos cerrados. No forcejea, no opone resistencia. Le suelta una mano para recorrer aquellos extraños dientes de...tiburón?

De repente se percata de que no puede respirar, al menos no como él piensa que debe hacerlo un tiburón o un humano.

Le sostiene el cuello con la mano libre mientras enreda sus dedos en su pelo para intentar mantenerla quieta y poder unir sus labios a los suyos, dándole el regalo de poder estar debajo del agua, tal y como había hablado con Eressëa y Eneas