Partida Rol por web

Una reunión de donde saldrá un equipo cohesionado de seres capaces de llegar a ser algo en la Fuerza o quizás todo acabe en un baño de sangre....

El planeta Bandomeer, un planeta minero muy contaminado en mitad de la ruta comercial Hyndiana, consta de un enorme continente y océano aún más grande.

La única ciudad del planeta Bandomeer, Bandor, es un desolado conglomerado de rascacielos de oficinas donde olvidados burócratas de corporaciones deficitarias tratan de arrancar unos créditos a las enormes minas del planeta, mezclados con habitáculos donde se hacinan miles de mineros retirados, aparte las familias de los millones más que se esfuerzan en las minas de todo el planeta.

Puede que éste sea uno de los lugares más opresivos de la galaxia ya que aunque Bandomeer pertenece a la Nueva República, liberado hace pocos años del Imperio, y ya nadie obliga a los mineros a malgastar sus breves vidas aquí, muchos de ellos no tienen otro sitio donde ir y se dedican a excavar las aparentemente inagotables y sin embargo mal gestionadas minas del planeta.

Avanzáis a vuestro destino con ánimo decidido ya sea vuestra primera misión en solitario para vuestro maestro o simplemente otra oportunidad para probaros. Además hay algo en el aire que no es la contaminación sino la propia Fuerza que parece deciros que este es el primero y decisivo de los días de grandeza que llegarán.

Avanzas por las calles de la ciudad mientas anochece; ves multitudes de mineros humanos y de otras razas que acuden a los establecimientos en busca de compañía o bebida. Madres llaman a los niños que juegan en las calles para la cena.

Ves la entrada del tugurio delante tuya; es un edificio de metal de una planta con un enorme portero humano que parece decir "no queremos problemas", un rótulo luminoso averiado proclama el nombre en aurebesh (básico) y varios alfabetos e idiomas más.

Krona llegó a Bandomeer sin nindún problema. Al finy al cabo era la parte facil de la misión. Una vez en Bandor se conectó a la holores y se descargó los mapas de la ciudad y los lugares más frecuentados. Era un planta minero, pero alguna que otra actividad debería de tener.

Había llegado con tiempo y decidió registrase en un hotel de media-baja categoria. Teoricamente no se quedarían en el planeta, pero nunca se sabía. Además no pensaba dejar nada en la habitación, simplemente quería tener un sitio donde poder estar en caso necesario.

Se dirigió a la zona de la ciudad donde estaba el lugar de reunión, y antes de entrar dió una vuelta por los alrededores buscando posibles salidas de emergencia, o por si detectaba a alguién sospechoso. Paranoia o espirito de supervivencia, le daba iagual a Grend. Había logrado llegar vivo hasat donde estaba ahora, y eso era lo que importaba.

Al entrar al local buscó una mesa apartada de las ventanas y que tuviese una buena visibilidad del tugurio, y se sentó a esperar.

Bueno, no me gusta ser el primero pero me imagino que alguien tendrá que serlo.

Das un paseo por los alrededores pero no descubres mucho más aparte de callejones inmundos donde se hacinan borrachos y locales aún más deprimentes que el vuestro.

No encuentras apenas matones, éste es un vecindario pobre y eso indicaría criminalidad pero te parece que a pesar de los pocos años que lleva gobernando la República no ha podido eliminar todo el bien que hizo el Imperio a este planeta recolectando a los criminales y matones como mano de obra barata en las minas.

El local no está tan mal como parece en un principio, a pesar de haber sido construido a partir de un habitáculo de metal sin ventanas; el matón de la entrada te deja pasar sin dedicarte una segunda mirada y entras en un ambiente de música relajada sin instrumentos de percusión, mineros y mineras toman bebidas en grandes mesas redondas.

Ocupas una de las mesas más pequeñas (como para 8 personas) en un rincón y te quedas esperando a ver quien viene.

Avanzas por las calles de la ciudad mientas anochece; ves multitudes de mineros humanos y de otras razas que acuden a los establecimientos en busca de compañía o bebida. Madres llaman a los niños que juegan en las calles para la cena.

Ves la entrada del tugurio delante tuya; es un edificio de metal de una planta con un enorme portero humano que parece decir "no queremos problemas", un rótulo luminoso averiado proclama el nombre en aurebesh (básico) y varios alfabetos e idiomas más.

Avanzas por las calles de la ciudad mientas anochece; ves multitudes de mineros humanos y de otras razas que acuden a los establecimientos en busca de compañía o bebida. Madres llaman a los niños que juegan en las calles para la cena.

Ves la entrada del tugurio delante tuya; es un edificio de metal de una planta con un enorme portero humano que parece decir "no queremos problemas", un rótulo luminoso averiado proclama el nombre en aurebesh (básico) y varios alfabetos e idiomas más.

Avanzas por las calles de la ciudad mientas anochece; ves multitudes de mineros humanos y de otras razas que acuden a los establecimientos en busca de compañía o bebida. Madres llaman a los niños que juegan en las calles para la cena.

Ves la entrada del tugurio delante tuya; es un edificio de metal de una planta con un enorme portero humano que parece decir "no queremos problemas", un rótulo luminoso averiado proclama el nombre en aurebesh (básico) y varios alfabetos e idiomas más.

Menudo sitio de mierda. - Pienso mientras recorro las calles intentando no llamar mucho la atención.

Al menos mi viejo mono de trabajo no desentona con los aborígenes.

Mientras camino me detengo con frecuencia para cambiar de dirección, miro a derecha e izquierda intentando hacerme un mapa mental de la ciudad, sus calles, sus callejones. -Nunca olvides que hay que saber por donde correr y si el camino es estrecho mejor. Repaso mentalmente las lecciones que la vida me ha enseñado, las cuales aún son más fuertes que las del camino de la fuerza que acabo de descubrir.

Casi sin darme cuenta llego ante la puerta del descanso del minero, y casi me doy de bruces con un humano de proporciones simiescas.

Espera. Pienso para mis adentros, ¿no irás a entrar el primero?, nunca entres el primero.

Entonces haciéndome el distraido paso de largo y doy una vuelta alrededor del lugar, mirando distraidamente puertas, ventanas y cualquier vía de escape, entonces, apoyando la espalda en uno de los paneles metálicos del edificio me concentro e intento percibir la fuerza a mi alrededor.

Si hay algún sith en la zona quizá pueda sentirle...

Mientras das una vuelta alrededor del edificio te das cuenta de tres cosas:

1) No tiene ventanas

2) No tiene otras salidas

3) Sientes un ser sensible a la fuerza dentro, cerca de una esquina

Esto no parece una cita, parece una trampa...y parece que ya hay un ratón dentro.

Regreso sobre mis pasos por el camino al espaciopuerto y me refugio en la primera esquina que encuentre.

Vamos a ver quien acude a la cita.

Con la capa calada y la capucha uesta, Lia avanza por la calle sin detenerse. No quiere problemas, hoy no. Según las coordenadas que le han dado llega a un tugruio de mala muerte. Que bien, comieza la fiesta. Piensa mientras entra en el bar.

Una vez dentro se dirige a una de las mesas y desde ahí observa todo y todos los que hay en el interior.

Ves a una hermosa alienígena Twi´Lek entrar, lleva una capa roja y francamente, desentona algo en el lugar; mira algo en unos brazaletes que lleva.

Ves a una hermosa alienígena Twi´Lek pasar por la calle y entrar en el lugar, lleva una capa roja y francamente, desentona algo con el resto de habitantes.

Esto va para rato, quedan 3...

Pienso mientras miro a derecha e izquierda. Entonces decido dar una vuelta para ver si alguien está observando al igual que yo.

El local no está tan mal como parece en un principio, a pesar de haber sido construido a partir de un habitáculo de metal sin ventanas; el matón de la entrada te deja pasar sin dedicarte una segunda mirada y entras en un ambiente de música relajada sin instrumentos de percusión, mineros y mineras toman bebidas en grandes mesas redondas.

Ocupando o reservando una mesa para ocho en una esquina hay un hombre de mediana edad, coleta perilla y barba que te mira como analizándote.

Avanzas por las calles de la ciudad mientas anochece; ves multitudes de mineros humanos y de otras razas que acuden a los establecimientos en busca de compañía o bebida. Madres llaman a los niños que juegan en las calles para la cena.

Un efecto que notas ahora que no pasaba antes, la gente se APARTA de tí y nadie se atreve a mirarte a la cara.

Ves la entrada del tugurio delante tuya; es un edificio de metal de una planta con un enorme portero humano que parece decir "no queremos problemas", un rótulo luminoso averiado proclama el nombre en aurebesh (básico) y varios alfabetos e idiomas más.

Encuentras varias posiciones desde las cuales puedes observar bien el local y toda la zona, subes y bajas por desvencijadas escaleras de incendios, si había suciedad y podredumbre en las calles, ves aún más en los callejones, incluyendo varios mineros o vagabundos totalmente colocados y gravemente desnutridos que miran al vacío.

No parece que haya nadie tratando de emboscaros ni observando especialmente el lugar... y has registrado los alrededores a conciencia.