Partida Rol por web

Con su número reducido a cuatro, los sirvientes del lado oscuro emprenden un viaje para cumplir la voluntad de sus señores.

Cuando las imángenes de vuestros amos se disipan experimentáis un momento de alivio, pero es transitorio porque volvéis a notar todo el cansancio que hunde vuestros hombros debido a la gran cantidad de esfuerzo realizado y tiempo sin dormir, la adrenalina que recorría vuestros cuerpos se ha disipado y el que menos de vosotros tiene grandes ojeras.

Bicho os  hace una seña y se dirige hacia la puerta.

-Sssi ssson tan amablesss de sseguirme lessss llevaré al hangár donde essspera su transssporte-

Se dirige hacia la puerta, pero antes de llegar se acerca a Danko y le entrega una tarjeta de plastipapel.

-Aqui essstá su itinerario y su billete, asssí como los contactosss que le llevarán a ssu dessstino-

Durante un momento que tenéis antes de iros Danko se te acerca mientras acaba de recoger los objetos y te susurra.

-Gracias por cubrirme ante Darth Larius, si no le hubieses explicado la muerte de Lazzo de esa manera probablemente para mí sería un viaje sólo de ida-

-De todas maneras yo pago mis deudas y hoy has ganado un aliado-

Luego ya se marcha, siguiendo las instrucciones que le ha dado vuestro repugnante contacto alienígena.

Krona sonrie. No es que le hiciese gracia la situación. sino que entiende perfectametne lo que quería decir Danko. Además, si Danko no hubiese acabado con Lazzo seguramente lo habría hecho él.
Realmente dudadba de que los maestros se enfadaran con eso, bueno Larius seguramente sí. Pero también creía que entenderían el punto de vista de ellos. Un herido no les resultaba úyil y además los retrasaría.
Pero eso no era algo que fuese a compartir con Danko. Tener un aliado como él le podría venir bien en el futuro.

No hay de qué. Los buenos agentes somos dificiles de conseguir. Sería una lastima perder un aliado valioso com tú. La verdad es que preferiría que fuese Mudir y no tú el que lleva las reliquías. Es un hijo de perra incontrolable.
En fin. Ya nos veremos.

Danko parte a pie. -Hasta más ver- se despide en dirección a Lia, Krona y Pher.

Bicho os lleva hasta un deslizador de superficie aparcado al lado del local, al cabo de media hora de callejeo a toda velocidad por las avenidas de Bandor entráis en el enorme puerto espacial, diez minutos de vuelo más y os deja enfrente de un hangar.

Está amaneciendo, y el sol de Bandor molesta vuestros ojos, acostumbrados por la fuerza durante la noche a la oscuridad; sin embargo la brisa tonificante del amanecer os despeja... hasta que oléis los hedores de astropuerto... aceites, lubricantes y corrosivos se unen para asaltar vuestros sentidos, otros espaciopuertos son limpios y bien gestionados, éste (o al menos esta zona) no.

Alrededor vuestro se esparcen hangares de varios tamaños, de vez en cuando alguna nave asciende sobre sus repulsores y se eleva en la atmósfera, encendiendo probablemente los repulsores antes de tiempo.

-Ahí dentro essstá la nave que ssuss ssseñoresss han proporcionado, con el piloto y losss ssirvientes apropiadosss- señala el hangar con un miembro que sale por uno de los agujeros de su abrigo.

-Me desspido, que suss pressas ssean muchasss y buenasss y que nuestross amoss queden complacidoss con sssu trabajo-

Bicho espera a que bajéis y entréis al hangar...

Despues de una corta conversación con Danko, Krona acompaña a Bicho y al resto hasta el hangar donde les espera la nave y su siguiente misión. Mientras viajaba recapitulaba sobre todo lo que había sucedido.

Estaba vivo, lo cual era bueno, pero el grupo no había sabido actuar como un equipo. Bueno, algunos sí, pero no todos. Si seguían haciendo las cosas bien lo más seguro es que se convirtieran en un grupo de asalto especial de sus amos, por lo que había que empezar a limar asperezas. Y esas asperezas tenían nombre. Mudir.
Pero ahora no podía preocuparse de ello, estaba cansado y tenía cosas más importantes que hacer. Lo primero era llegar a la nave examinarla, asearse y descansar un poco, todavía le quedaban unas horas antes de la reunión.

Cuando bicho les dejó ni siquiera se molestó en despedirse.

Bueno, veamos qué es lo que no has conseguido nuestros maestros para volar.

Mudir es de nuevo el último en salir. Permite el paso "caballerosamente" a sus compañeros. Después mira a Danko que tiene las cosas y se despide de él con un gesto de la cabeza, éste parece ignorarle, algo que le dá completamente igual. De hecho, es casi mejor, la indiferencia es lo mejor que te puede pasar.

De nuevo aparece ese repugnante ser y les hace señas para que se acerquen. Antes de salir, Mudir le dedica una mirada siniestra al lugar donde estaban los "señores". Realmente le resultan molestos, como una patada en el trasero, está deseando tener poder suficiente como para librarse de ellos.

Mudir viaja en silencio, como de costumbre, con los brazos cruzados y la mirada perdida. Lo único que quiere es que se acabe todo. Siente que está perdiendo el tiempo en un lugar tan asolado y ridículo como aquel. Sentía que era en parte un castigo de su maestro, quizás por eso le había elegido a él, antes que a ella.

El lugar al que llegan no hace sino confirmárselo... ¿Podíamos estar en un lugar peor?... Sus pensamientos se alejan de eso y mira las cosas de otra manera, para al menos, no sentirse tan mal ni perder el ánimo... Esta gente vive en la basura, si se centraran un poco en tratar de llegar más lejos, pero la gente no tiene la mirada amplia, se limita a vivir su mierda de vida sin preocuparse más que en sonreir... que asco...

Por supuesto que no se despidió de bicho, al menos no, si no entendemos un gruñido de asco como tal. Sin pararse un segundo, se dirige al hangar, con los sentidos alerta. Ya se sabe, en los barrios bajos uno nunca se puede fiar...

Correspondo con un gesto de cabeza a la despedida de Danko e inmediatamente escucho las instrucciones de Bicho.

Esta vez no tardo mucho en ponerme en camino, tengo ganas de salir de este planeta.

Con el mortecino brillo del alba las calles que había pisado hace unas horas muestran una cara diferente, el hedor, la inmundicia continúan visibles y en su sitio, pero ahora todo me parece, además, triste, las calles de Bandor tranmiten una horrible sensación de desamparo.

Llegamos ante el hangar y nuevamente tengo que despdirme de alguien, en esta ocasión del lacayo de los maestro. Escucho su formal despedida y nuevamente me sorprendo por su exotismo, y le correspondo con un escueto.

-"Así sea."

Entonces contemplo el acceso al hangar y la prudencia vuelve a llamar a las puertas de mi sentido común.

Lia, al despedirse de Danko, le dice.- Espero que nos veamos pronto, guapo.- Y tras esto, se monta en el deslizador y se aleja del tugurio donde estaban los holos de los Sith.

De camino al angar, su mente analizó todo lo que habían encontrado y el por qué sus maestros querían esas... baratijas. Supongo que tendrían algo que ver con los Jedis... o para que no los pudieran conseguir los mismos. No sé, pero algo raro había en todo ese asunto. Y para más inri, los capullos esos, adoradores del dios negro... o lo que fuesen. Esto, sin duda alguna, se está animando por momentos. Pensó Lia, asomando, en la comisura de sus labios, una sonrisa entre juguetona y malvada.

Cuando estuvieron cerda del hangar, los efluvios de basura que generaba el mismo, le llevaron a tiempos pasados, cuando "vivia" en casa de su señor del crimen, donde todo era suciedad y porquería. Todo menos sus aposentos. Que suerte tuve en aquellos momentos. Espero que no se me haya acabado. Pesó y rió nevamente.

Al llegar, Bicho se despidió de ellos a su estilo. Lia se acercó y le dijo.- Qué ¿a mi no me deseas que tenga millones de larvas y sea devorada por ellas?.- Pregunto maliciosamente.- Descuida, yo te deseo lo mismo.- Dicho esto se dio media vuelta y se encaminó a la nave, respondiendo a Krona.- Sí, veamos que trasto nos llevará ahora. Por cierto, dejaréis a una señorita escoger primero la habitación, ¿no?.- Preguntó mirándoles a todos. 

Detectas un ser vivo cerca de la entrada del hangar pero más al fondo.... no parece haber nadie más cerca, igual un poco más lejos podría haber algun otro.

Cuando le dices eso Danko te giña el ojo con una media sonrisa mientra se va.

Mas pronto de lo que te piensas-oyes en tu mente

Entráis en el Hangar sin sufrir ninguna emboscada, en él descansa una nave espacial sobre su tren de aterrizaje con la rampa de carga abierta justo debajo del centro de la nave

Es un transporte o carguero ligero sin ninguna marca o señal distintiva; tiene unos treinta metros de largo y un cañón láser en la proa.

En la rampa os espera un humano, que lee algo en un datapad.

Nada más veros el humano, con cara de cabreo, se dirige a vosotros.

-Vaya panda de miserables me mandan los señores... ¿es que no sabéis como limpiaros? estáis llenos de polvo y manchas... hasta parecen de sangre ¿no podéis pasar sin matar un minuto? ¿os frotáis con los muertos para disfrutar más?.-

-Antes de entrar en mi pequeña-dice señalando con el pulgar hacia atrás- me vais a dar todos vuestros palitos luminosos, los últimos como vosotros que llevé casi penetran el casco con sus "duelos" y sus mierdas, dejandolo además todo perdido.-

Su brazo derecho reposa sobre un enorme bláster enfundado en su cintura.

-¿está bien? ¿que va a ser?- dice como retandoos a musitar algo.

Mudir entra en el hangar con paso firme y decidido. Permanece alerta, pero eso no quiere decir que vaya mirando a diestra y siniestra constantemente.  Mira el transporte con indifrerencia. Al fin y al cabo para él es eso, un montón de chatarra que les llevará al lugar a dónde quieren ir. Sin más.

 Entonces el tipo con cara de cabreo se acerca al grupo. La mueca que pone Mudir es dificilmente describible. Es una mueca de sarcasmo, ironía y asco a la vez. Inmediatamente su rostro se vuelve oscuro a medida que la ira le invade por dentro.

¿Quién demonios te crees que eres, listillo?

Prefiere no hablar la boca y, poco a poco, acerca la mano al sable, pero no con intenciones de dárselo. Al menos no por el mango. Pero finalmente decide tratar de controlarse. Le necesita para llegar al lugar a dónde van, quizás incluso para volver. Por ahora se estará calladito, luego llegará el momento en el que será inútil, al menos para Mudir.

- Uno,... - iba a describirle, pero no encontraba palabras para semejante montón de estiercol - no tengo ningún interés en hacer "duelos" con los que me acompañan, segundo, serás el capitán pero a mí tú no me das órdenes. A ti te pagan por llevarme de un lado a otro, y eso harás, si no vete a hablar con los amos oscuros... - o resuelve tus problemas con mi palito luminoso, seguro que hay cientos de pilotos muertos de hambre que nos llevarían por dos créditos... - y tercero... si un sable corta carne, no manchará, asi que no digas estupideces.

Y acto seguido trata de avanzar hacia delante. Sin mirarle ni hacer ningún gesto amistoso hacia él.

¿Por qué tendremos que soportar semejante panda de inútiles?

Krona entra en el hangar alerta. No es que no confie en su amo, pero con los problemas que tuvieron con la información de bicho prefiere asegurarse. Además, de esa forma se vive más.
El hangar parece aceptablemente mejor que el exterior, y la nave esta bien. Seguramente será un caguero modificado, por lo que no hay que fiarse de sus apariencias.

Se acerca al capitán junto al resto, y una vez llegan ante él descubren su "encantadora" personalidad.
Por un momento cree que Mudir le saltaría encma, y la verdad es que si lo hubiese hecho habría hasta aplaudido. Despues de lo que habían pasado no tenía ganas de escuchar gilipolleces.

Mira capullo, el único palito que podrías conseguir sería pagando a un marica en un tugurio de Nar Shada para que te diera por culo. Y aun así te saldría un pastón.
Así que ves preparando la nave para que partamos de inmediato, ya que los que te pagan por llevarnos tienen prisa.

Sin más, pasa por al aldo del tipo y se dirige a la nave. Vigilandole por el rabillo del ojo eso sí. No vaya a cometer alguna estupidez.