Partida Rol por web

Indala se encuentra sola en un planeta hostil y tiene órdenes de retirada ¿conseguirá escapar o acabará tan mal como sus compañeros?.

Retrocedes atenta a tus alrededores hasta la posición de Madrian y las 4 motojets, que se encontraban ocultas en un afloramiento de vegetación; la mujer asustada te pregunta:

-¿que ha ocurrido? ¿que hacemos ahora?.

Me subo a la motojet comprobando cualquier señal de movimiento aunque en principio la considere cosa de imaginación, apenas pasan segundos desde que apunto de un lugar a otro previniendo posibles ataques.

- Si tienes algún escaner portatil será mejor que le prestes atención. - le comento mientras la arranco - El planeta quiere que nos quedemos a dormir y nosotros tenemos órdenes de lo contrario.

Acto seguido me pongo en marcha, esperando no sufrir más percances o por lo menos tener la iniciativa en el asunto.

Durante un breve rato os deslizáis sobre la superficie del planeta a toda velocidad hacia la nave... sin embargo, el control férreo que has tenido sobre tu mente todos los días de tu vida empieza a flaquear, tienes sensaciones extrañas... ves el paisaje rielar...

-Hola, pequeña- oyes una voz afectuosa en tu mente -mi nombre es Darth Skarus, y estoy francamente impresionado de como te deshiciste de mis asesinos-

Percibes, no con los ojos desde luego, sino con algún otro sentido, a una figura encapuchada que está hablando directamente a tu mente, viendolo todo e introduciendose en los rincones más recónditos de tu alma.

Te parece reconocer su voz, ahogas un gemido cuando la reconoces, es la voz de tu padre.

A un millon de años luz de distancia, al menos para tu asaltada y confusa mente, Madrian está a tu lado y desde su motojet sujeta la tuya para que no te estrelles, ha reducido la velocidad y trata de gritarte, pero aunque eres consciente de ello no alcanzas a responderla.

La moto sigue avanzando sin que sea muy consciente de hacia donde, la escasa vegetación se ha vuelto invisible a mis ojos y el negro paisaje empieza a ser una irreconocible mancha negra con finas rayas verdes que bailan constantemente como si dibujar una recta fuera un imposible para ellas. La cabeza me duele, los oídos me pitan, ni siquiera siento el aire contr mi piel y supongo que respiro por ser un acto reflejo.
Debo de mantener una expresión de pánico y dolor con cada espacio que registra Darth Skarus, cada recuerdo de mi instrucción sale rápido a la luz, mi misión se esconde tras una hoja de papel que el atraviesa sin inmutarse.
Poco a poco se acerca al muro de oscuridad del accidente, aquel que ni Darth Quarum consiguió atravesar y siento como la negrura se funde con él como si fuera un viejo conocido, un amigo, un familiar...

Sal. ¡Sal de mi cabeza!

Le pido desde mi mente, resonando en la negrura como un eco que poco a poco se amplifica hasta que un alud se asemeja al ruido que provoca una hormiga para un humano, pero Darth Skarus hace caso omiso. Empiezo a comprender que sólo se irá cuando él lo quiera, y no resulta nada agradable.

En un universo alternativo, lejos de la caja abierta que es ahora tu mente, un disparo en la motojet de Madrian, dejando un agujero oscuro en su lateral, esquirlas metálicas ardientes se clavan en su espalda.

Madrian aprieta los dientes hasta hacerse sangre y salta a tu motojet, situandose detrás de tí; agarra los mandos por encima de tus manos y mueve el acelerador al máximo.

-Engendro Sith ¿Que pelotas te pasa? ¿te han dado?- toda su fomalidad anterior perdida, su cara llena de lágrimas y sangrando por la espalda y por la boca pulsa el botón comunicador. -Gladriss, enciende los motores NOS VAMOS-

-Tienes una oportunidad, patética criatura azul, frena esa motojet en la que vas, corta el cuello a la mujer que va contigo y únete a mis fuerzas, sea quien sea tu señor ahora no puede ayudarte; si no lo haces me apoderaré de tu mente y lo haré yo mismo. lo que quede de tí entonces lo usarán mis hombres como quieran.-

El control de Skarus sobre tu mente se desvanece, aunque sigue ahí, a la espera.

Las formas del terreno empiezan a distinguirse cuando Darth Skarus retrocede en su asalto, permitiéndome comprender la situación en la que me encuentro.
Sin duda acabar con Madrian sería fácil ahora que ella controla la motorjet, pero sería un accidente seguro del que sería difícil salir indenme. Y también existía la posibilidad, más que real, de que sus esbirros me sentencieran a pesar de su promesa de unirme a sus filas. Por no olvidar la posibilidad de que él podía volver a atacarme y destrozarme en el proceso.

- Aún no pienso morir.

Susurro más como para mí misma y Darth Skarus que para que lo oiga Madrian. Seguramente el señor oscuro se esté riendo dondequiera que esté al haber descubierto su treta, al igual que la oficial de vuelo se sienta aliviada al comprobar que por fín reacciono y utilizo mi rifle contra nuestros perseguidores.

Víbora. Si de verdad quieres que me una a tí, hazme esa oferta cara a cara.

Me dirijo a mis adentros mientras espero que el arma vuelva a enfríarse, pero resulta evidente que la sensación de cercanía que me une a él ha condicionado mi respuesta impidiendo una negativa rotunda a su oferta a la vez que busco poder encontrarme con él, la única persona que parece haberme conocido antes del accidente.

Tus intenciones son igual de débiles que tus defensas... muere en paz.

Tu mente se aclara y cuando miras hacia atrás ves a dos motojets modelo imperial que os persiguen, sus pilotos indescriptibles borrones negros a esta velocidad.

Estás tumbada sobre el lomo de la motojet, sobre tí Madrian se esfuerza por pilotarla hacia vuestra nave, la motojet de Madrian se ha estrellado un par de minutos más atrás.

Ambos vehículos perseguidores disparan sus cañones frontales, fallando por muy poco.

¡Sí!

Parece que Darth Skarus abandona mi cabeza dejando el trabajo de aniquilarlos a sus secuaces, salvo que consiga hacer algo para impedirlo.
El disparo es puramente instintivo a éstas velocidades y me agrada comprobar una diana en el piloto de una de las motojets.

Tu disparo i

Tu disparo impacta en el perseguidor más cercano que pierde inmediatamente el control de la moto y colisiona contra un afloramiento rocoso cercano, con un resultado aplastante.

El otro perseguidor ignora la horrible suerte corrida por su compañero y te sigue persiguiendo, disparando y fallando por bastante.

En menos de un minuto, a la velocidad que Madrian está conduciendo, estaréis en la nave.

Disfruto al ver como se estrella uno de nuestros perseguidores tras recibir el disparo convirtiéndose en un amasijo de hierros ensangrentados mezclados con la negra superficie del planeta.
Pero no dispongo de mucho tiempo para regodearme y me dispongo a eliminar al otro, aunque ésta vez el disparo pasa a unos pocos centímetros de su objetivo y acaba perdiéndose en la lejanía.

Tu disparo, que no tiene nada que envidiar en potencia a los láseres de algunos vehículos ligeros, pasa rozando a vuestro perseguidor. Que devuelve los disparos sin conseguir impactar.

- Ya te tengo...

Comento saboreando la victoria, pero un giro imprevisto de Madrian para evitar el disparo la motojet me hace fallar por mucho.

- ¡Joder Madrian!

-¡O vuelo recto y nos matan seguro, o hago giros y puede que falles! ¿qué prefieres?-

Su dolorida espalda y la adrenalina que recorre su cuerpo hace que te replique a gritos...

Sin embargo empieza a hacer giros menos bruscos... con lo que consigue que uno de los disparos te rice el pelo... y se lleve su gorra.