Partida Rol por web

Cleo podía ver que Billy, a pesar de lo del pendiente y el tatuaje, se veía... feliz. Animado. Haciendo amigos. Sin embargo recordó que ella también había estado así los primeros días. ¿Qué pretendías?

"¿Hacer amigos sobrenaturales? ¿Entrar en su mundo? ¿Ser uno de ellos? No eres uno de ellos. Jugarán contigo, se divertirán al principio junto a ti, luego a tu costa y al final te desecharán."

Cleo lo había tenido claro, pero Billy... Billy se había metido allí por ella. No dejaría que se enredara aún más en ese mundo por su culpa.

-Nada de drogas. O asesinatos.- Dijo, no apartaba la mirada de los aterradores ojos felinos. -Pero puedo servir de mediadora en alguna situación, puedo buscar información... Hay maneras en que una humana puede ser útil en situaciones que un demonio no puede.- La chica seguía los pasos de Yibul, su padre le había enseñado a bailar y aunque no era experta sabía cómo dejarse llevar por un buen bailarín. -Además, aún soy prácticamente desconocida en la ciudad, puede ser algo que uses a tu favor.-

Aún a pesar del desagrado que le causaba, no se alejó, sino que lo miró con reto. -¿Tenemos un trato? Deja en paz a Billy, a cambio de me tendrás a mi.-

— Gracias Andy —

Dijo Yakub mientras miraba el pintalabios negando con la cabeza. Miró a Bayhas, suponía que no sería necesaria más explicaciones que las que el mago hubiera sido capaz de sacar por él mismo. Orion se acercó a ellos. Yakub miró a Amethyst y volvió su mirada a Orion ya junto a ellos.

— Me alegra que te hayas reunido con nosotros Orion. Hay ciertas novedades de la velada que me gustaría compartir con vosotros. Me han aconsejado que terminemos, o al menos que termine yo, la fiesta antes de las 12. Al parecer hay un evento especial cuando la orquesta termine. — 

Miró a Bayhas ahora.

— Respecto a Rhiannon. Parece que lo tendremos hoy por aquí. Quizá podamos preguntarle educadamente si sabe algo de la llave. En cualquier caso creo que será mejor tener controladas las salidas de emergencia, los baños y esas cosas*—

-Me debes una, Orion Jones... -masculló Amethyst alejándose entre la creciente multitud. 

Yakub miró a Bayhas y Orion.

— ¿Os parece si damos un paseo ahora que tenemos algo de beber y hacemos un reconocimiento? —

La idea de Yakub era recorrer aquella gran sala sin separarse de las paredes. Tratando de localizar puertas sin custodiar así como puertas custodiadas. Si alguna estaba abierta trataría de ojear a ver a donde podía dar. Si alguien le paraba para hablar desde luego la cortesía mandaba hacer una parada. Pero confiaba que al ir los tres no tuvieran demasiadas interrupciones. De paso miraría cuantas personas tenían algún tipo de pinganillo para comunicarse, sería la seguridad del lugar... veríamos cuanto jaleo esperaban.

—¿Qué hacéis aquí? —inquirió Orion visiblemente irritado—. ¿Tanto os gusta jugar a la ruleta rusa?

El vampiro ni siquiera se volvió hacia Amethyst y comenzó a caminar al lado de Yakub y de Bayhas. Cogió una copa de champán de manera inconsciente y le ofreció su brazo al anciano para que se apoyara en él al andar.

—Con todos estos ghouls de Eva y tanto rakshasa suelto me temo lo peor. Podrían dar un golpe de mano definitivo y quitarse de enmedio a gran parte de la oposición. Es una pena que ese espectro, Braddock, no haya logrado matar a más esbirros de la arpía.

- Claro. - dijo Bayhas, mientras le daba un trago a su bebida. - Demos un paseo. Es una fiesta, al fin y a cabo. - Se alejaron de la barra (y de Nina y su ginebra), recorriendo el lugar, probablemente en busca de salidas. Bayhas no le quitaba ojo a Cleo y a Yibul, bailando en mitad de la gran sala.

En un momento dado, el mago miró a Orion. - Me han confirmado que tu sire me busca, Orion, con no muy buenas intenciones, y quería ver si podía averiguar algo. - Echó un vistazo a las personas, ¿cuántos serían rakshasa? ¿cuántos vampiros? - Supongo que tendrá que ver con lo que nos contó Carter de que Eva se ha aliado con los rakshasa... pero sabe que carece del poder suficiente para no resultar sojuzgada tarde o temprano. Quiere sangre de mago, y soy el más fácil de hacer desaparecer. La Orden de Merlín y yo tenemos una vinculación muy tenue. - Lo cual sirve a los propósitos de esos magos manipuladores (un adjetivo redundante, en realidad) más que bien cuando quieren hacer algo sin que los salpique.

- Así que Rhiannon va a estar aquí hoy, ¿eh, Yakub? Muy interesante. Pero no sé si será prudente preguntar directamente por la llave. Habría que ser intentar ser más sutiles.

- Muy bien, tú mandas: echaré al joven McNamaniak-(¿No es tronchante?¡Se hace llamar así!)-de mi piso franco y le retiraré del negocio. Pero me debes un favor: hace un buen equipo con Khao Khao... de alguna manera, sus respectivas faltas de talento se anulan mutuamente... deshazte de su pendiente, ¿quieres?

De repente, sin saber cómo, Cleo estaba sola en la pista de baile. Nina Bowen estaba entre los brazos del rakshasa.

-Niñata insolente...-masculló Nina con ojos vidriosos.

Y se alejaron bailando. 

Cleo se quedó aún unos segundos en la pista, mirando a la pelirroja y a Yibul alejarse. Sólo cuando quiso moverse se dio cuenta que estaba temblando. Pero había logrado lo que quería, así que se recompuso lo mejor posible y se encaminó directamente a donde estaba Billy.

-¿Bailamos?- Le dijo a su amigo, sonriéndole y tomándole de la mano para arrastrarlo a la pista. Su mirada recorrió el lugar, viendo donde estaban Yakub, Orion, y Bayhas en ese momento. Se les quedó mirando unos segundos por si le hacían alguna señal o gesto mientras se llevaba a Billy a la pista de baile.

Orion le hizo un gesto a Cleo para que se acercara a ellos, de ese modo no habría que repetir dos veces lo mismo. Ya le parecía suficientemente arriesgado estar hablando tan libremente en aquel lugar.

—Estoy casi seguro de que Eva no va a aparecer esta noche y que está preparando algo jodido —reflexionó cuando Cleo estuvo a distancia de poder oírle—. Cuando la joven Matahari y yo visitamos las obras del hotel los ghouls de Eva descargaban armamento suficiente para armar a un pequeño ejército, además de una jaula enorme y vacía con grilletes en su interior. Es posible que las armas fueran para los rakshasa, como pago por su alianza. Lo de la jaula me escama más... Antes pensaba que podía estar destinada a Owain; pero después de lo que has dicho, tal vez la haya preparado para ti, Bayhas.

-Eh... ¡claro!

Billy no era un buen bailarín y colocado como estaba, menos todavía. Lo suyo era bailar a lo tonto en las fiestas universitarias después de beberse cuatro o cinco copas. Saber moverse con pareja en la pista estaba fuera de sus posibilidades. 

Cleo guiaba. Notaba en la espalda la mano floja de Billy. 

-... Khao es un tío guay. Nos... hemos pasado las noches de maratón de series... yo... pongo las series, él pone la hierba... Buah, es brutal... ¿sabías que con la hierba... de tumba rakshasa puedes hablar con los personajes de la tele...? ¿Te he contado que... estuve hablando de tetas con el... señor Spock? ¡Le gustan pequeñas!

— Y si se decidiera a aparecer no creo que eso fuera impedimento para montarla gorda. Bayhas — Dijo mirando al mago. — Si Rhiannon aparece veo dos opciones. Una, que esté confabulado para lo que quiera que vaya a pasar o que también sea una trampa para ellos. Si están implicados me imagino que tratarán de bloquear con magia las salidas para que nadie huya. Si no están involucrados... entonces se puede armar un jaleo demasiado gordo. —

Se detuvo y miró las ventanas y sus barrotes.

— Desde luego lo tienen todo pensado para que cuando llegue el momento nadie pueda escapar. Sea lo que sea lo que trama Eva tendrá lugar aquí y al parecer a las doce. Quien no esté con ella... bueno. Supongo que serán eliminados. Si eso ocurre se alzará como nueva líder de la noche de Swansea. —

Yakub miró al techo, al sistema de incendios. 

— No se como lo véis vosotros. Pero creo que lo mejor sería estropear esta fiesta. Estoy pensando en el sistema anti incendios. Eso haría que todo el mundo saliera. — Miró a Orion — No digo de provocar un fuego de verdad, pero ante esa posibilidad gouls y vampiros no creo que duden demasiado. Otra opción es llamar a la policía y dar un falso soplo... pero no me gustaría que me vieran aquí; y supongo que a vosotros tampoco.

-Suena a que te has divertido, McNamaniak. Pero hoy te quedas conmigo, ¿vale?- Cleo no tardó en darse cuenta que Billy no estaba en ese momento lo suficientemente lúcido para explicarle lo que había hecho, y puesto que prácticamente se le estaba echando encima, se fue moviendo con él hasta llegar a los otros tres, sin dejar de mirar alrededor. Atendió a lo dicho por Orion y Yakub, antes de mirar al último.

-Hagamos lo que hagamos, Bill se viene con nosotros. Necesitaremos un lugar donde quedarnos, y sé que usted puede ayudarme en eso. Que no sea el apartamento de Joe, por favor. Ese ya parece una casa de putas, todos lo visitan.- Miró con mucha seriedad al veterano. -Va a ayudarme con Billy, ¿de acuerdo? Me lo debe, Yakub.-

Luego meditó unos instantes. -Para sabotaje... podríamos intentar contactar con Bleeder.- Propuso, mirándolos a todos.

-¿Yo? Yo no necesito nada, me las arreglo muy bien por mi cuenta. Tengo mi piso, mi colega... ¡hasta tengo un trabajo!

La mirada de Cleo a Billy daba miedo. -Escuchame bien, William McNamara, vas a quedarte callado y a hacer lo que te diga, ¿me entiendes?- Si alguna vez Cleopatra Baldwin se había parecido más a su madre y a su padre era en ese mismo momento.

—Lo de Bleeder es una idea excelente. Además, si no me equivoco, el viejo espectro ya se dedica a hacerle la vida imposible a la gente de Eva. Creo que Bayhas y tú podréis encontrarlo con más facilidad. Cleo y yo podríamos sonsacarle algo a Marcus, el chiquillo de Eva. Se supone que iba a ser uno de los protagonistas de esta fiesta, aunque la última vez que le vi no andaba a buenas con ella. 

Orion echó una mirada siniestra a Billy cuando replicó a Cleo. Le entraban ganas de cerrarle la boca a aquel mequetrefe de un sopapo, pero Cleo no se lo perdonaría en la vida*

Yakub asintió a las palabras de Cleo y miró a Billy.

— Tienes suerte de tener a alguien como Cleo que se preocupe por ti chico. —

Miró el tatuaje de la cara y cogió al chaval del mentón girando su rostro a un lado y a otro. Luego puso su mano en el pecho y cerró los ojos murmurando unas palabras en japonés mezcladas con algún idioma inexistente. No es que estuviera buscando nada, pero no hay nada como un buen teatrillo para convencer a la gente.

— Creo que todavía estamos a tiempo de salvarlo Cleo. Creo. —

— Escucha William. Esto funciona de la siguiente manera. Si Cleo te dice algo tu lo haces. Si yo te digo algo tu lo haces. Si no haces caso... bueno; esperemos no llegar a eso o podría acabar muy mal. Si tienes dudas sobre lo que estamos haciendo o porqué guardas silencio. Cuando terminemos estarás recuperado y con un poco de suerte sin secuelas y quizá, solo quizá... podamos hablar. —

Yakub dió un golpecito suave con el bastón en el suelo.

— ¿Estamos de acuerdo? — 

Cleo se hubiera reído del teatrillo de Yakub si no estuviera en ese momento tan seria y concentrada en las distintas cosas que había que hacer. Sintió una vibración en el móvil y lo sacó, levantando la mirada de inmediato para observar a todos los invitados alrededor. Escribió algo rápido, y estuvo atenta por si alguien revisaba su teléfono luego que enviara el mensaje.