Partida Rol por web

Ten Candles [+18]

2-9 Velas

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01/10/2020, 06:20
Narradora

El camino había sido tranquilo, lo cual era una ventaja teniendo en cuenta el nerviosismo general. Donna había logrado mantener su pulso tan estable como pudo mientras trataba la herida de Rémy, la cual era superficial. Solo lo suficiente para rasgar su piel, ensuciar su ropa y dejar marca, pero nada que pusiera en riesgo su vida. Lo que sí pudieron notar en su piel fue una marca de color negro alrededor de donde estaba la herida, parecían ser restos de escamas o algo parecido a la piel. Traslúcidas y delgadas. Pudieron retirarlas, pero vaya que causaban asco.

Mientras tanto. Mara seguía conduciendo a la par que Donna reconocía el pequeño pueblo, las pequeñas casas y el módico urbanismo. Sin duda, era uno de esos pueblos pequeños donde los jóvenes solían abandonar para buscar mejores horizontes en la gran ciudad, pero también era un lugar desolado. Aunque ya no se sabía si era solamente desolado porque todos habían muerto o porque quienes allí se refugiaban, guardaban silencio para no atraerlos a Ellos a su escondite. El silencio era tal que el viento soplaba con fuerza y rugía como si tratara de avisar del peligro que les esperaba. Todo era desolación. pero hubo algo que el falso sentimiento de estar a salvo les mostró: el mapa, el mensaje del puerto... Eran destinos muy lejanos y solo tenían gasolina suficiente para buscar dónde aparcar. Si querían poder lograr el viaje, sería necesario buscar una bomba de gasolina.

A medida que iban avanzando por el pueblo, notaban pequeñas luces en algunas de las casas, pero hubo una que llamó su atención. Una luz parecía intermitente mientras que algunos de Ellos parecían estarse acercando al lugar. Era justo detrás de una de las casas de la avenida y tendrían que detenerse si pensaban ayudar. Para hacer la situación más complicada, escuchaban los gritos de una pequeña niña venir de allí. La luz perdía intensidad y la niña gritaba con más fuerza.

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02/10/2020, 21:01
2-Mara Jones

Al escuchar aquellos gritos, algo en el interior de Mara se revolvió, era consciente de que no tenían mucho combustible, miró la flecha del depósito rozando la ralla roja que avisaba de que apenas les quedarían unos pocos kilómetros. El silencio en aquel lugar era aterrador y hacía que aquellos gritos reverberaran en las calles o simplemente era ella que los sentía con fuerza en su interior. Sin soltar el volante, dio un giro al volante, haciendo que los focos de la camioneta enfocaran a aquella casa. La niña estaba en la parte trasera, los focos no serían de mucha ayuda pero le cubriría a ella o ellos si iban, una retirada.

- Debemos ayudar -la chica tiró del freno de mano, aunque sin apagar el motor. Se giró hacia sus compañeros, tanto a quién iba de copiloto como los que estaban en la parte trasera. Inconscientemente se llevó la mano al vientre en gesto compungido-, sabéis el terror que se sufre estando solo en esta oscuridad. Nosotros tenemos la suerte de tenernos unos a otros y solo oigo unos gritos, así que puedo suponer que la niña está sola.

Mara echó un rápido vistazo a Rémy, estaba algo pálida, pero parecía que Donna había conseguido estabilizarla, le dedicó una sincera sonrisa de agradecimiento a su "enfermera".

- Alguien puede quedarse en el coche con Rémy. Pero esta decisión debemos tomarla ya -Mara abrió la puerta del coche, dispuesta a salir corriendo si era necesario- ¿Quién tiene la escopeta? ¿La linterna? -su mirada les rogaba que por favor la acompañaran.

Aquel llanto la llamaba con urgencia, estaba clavándosele en el fondo del pecho.

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03/10/2020, 17:31
2-William “Will” Thornton

Will fue consciente de que estaban atravesando un pueblo incluso sin que nadie se lo dijera. Había algo diferente en la forma en la que el sonido rebotaba en los árboles o en las paredes de piedra. Pero supuso que sería tan sólo otro pueblo abandonado y arrasado… o al menos, eso creía hasta que escuchó un grito infantil que atravesó la noche eterna y se clavó en su mente como un cuchillo.

Fue Mara la que detuvo el coche y expresó en palabras lo que él sentía. Aunque no pudo evitar que sus facciones compusieran una mueca de desagrado cuando habló del terror de estar sólo en la oscuridad. Ellos creían que conocían esa sensación, pero sólo habían visto la superficie.

-Sí, vamos. –Contestó a Mara cuando dejó de hablar. Lo cierto era que, a pesar de todo lo que había pasado, Will no era un hombre capaz de dejar atrás a una niña y vivir con ello. Y además… -Con gasolina o sin ella, la batería aún durará un rato, así que el coche tendrá luz. Pero hay que encontrar más o no llegaremos muy lejos.

Así que, cuando escuchó cómo la puerta del conductor se abría, él también abrió la puerta de atrás y salió al exterior, acercándose a la mujer hasta que pudo poner su mano sobre el delgado hombro de ella.

-Voy contigo, Mara. Aquí tiene que quedarse alguien que pueda conducir. –Añadió, con una sonrisa un tanto amarga, bien consciente de que para muchas cosas no era más que un peso muerto para el grupo. -Pero si hay que entrar dentro y está a oscuras, soy igual de bueno que cualquier otro. Quizás incluso mejor.

Con decisión, apretó el hombro de Mara y la instó a comenzar a caminar. Lo haría él mismo... pero mientras tuvieran algo de luz, sería mejor que ella fuese sus ojos. 

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04/10/2020, 18:50
2-Padre Michael Reston

Apenas habían hablado durante su trayecto de huida a ningún lugar. Donna había estado demasiado ocupada encargándose de Rémy mientras la radio hacía de telón de fondo a un cielo nocturno que se iluminaba ténuamente por los estallidos de los fuegos artificiales.

Sin embargo, había algo que ocupaba su mente y no era aquella extraña trampa, aquellos nombres que se repetían como una lista de caídos. Ni siquiera era que les instaran a huir hacia el puerto, lo cual podía ser una nueva trampa. No, lo que de verdad le carcomía por dentro eran las escamas negras. Incluso un hombre recto como él conocía el popularizado concepto de los zombies. Hasta hacía pocos días lo hubiera tachado de la imaginación desbocada de un atajo de púberes de educación pobre. Y, probablemente, ateos.

Pero en esos momentos, una herida con escamas le recordaba demasiado a eso. Desde luego, era un efecto ponzoñoso, de eso no cabía duda. Esperaba que mortal. La otra opción era suponer que la semilla del mal había penetrado en el cuerpo de la joven.

Pero como no tenía agua bendita y acabar con la vida de alguien, ni que fuera por piedad, no entraba dentro de la doctrina cristiana, el hombre mantuvo en silencio sus conjeturas hasta el momento en que los gritos de la niña arrasaron con todo pensamiento de egoísta supervivencia que reinara en la mente colectiva del grupo.

- Iré. Cerremos el grupo conmigo - no iba a quedarse en el coche con Rémy. Sin esperarse a que alguien diera su consentimiento, bajó del coche, llevando la escopeta consigo -. Tres y tres serán lo mejor. Si os atacan o debéis alertarnos de algo, haced sonad el claxon.

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06/10/2020, 03:39
2-Rémy Baudin

El viaje, afortunadamente tranquilo, sirvió para descansar sus nervios. Había pasado el trayecto recostada contra el respaldo con los ojos cerrados mientras Donna trabajaba en ella. Era superficial, y había tenido heridas peores en el trabajo por lo que no le dio demasiada importancia, pero aún así agradecía a la mujer que le estaba previniendo futuros problemas, considerando el poco lugar que había para estos. El miedo había sido peor que el daño. No podía quitarse el recuerdo del olor de esa cosa. Agradecía a sus compañeros que la habían sacado de allí en una demostración envidiable de pensamiento rápido.

-Gracias - Agradeció a la médica cuando termino de trabajar, incorporándose en el asiento y acomodándose correctamente la ropa, no que tuviera pudor alguno, pero no estaba acostumbrada a que algo le dificultase moverse. 

Los gritos de la niña le helaron la sangre. Mara hizo lo que ella misma hubiese hecho arrojó el coche hacia donde provenían los gritos. -No necesito nadie que se quede conmigo - Protestó intentando sumarse al grupo, pero al ver que ya habían decidido ir tres de los seis, suspiro y le alcanzó la linterna a su compañera. -No se separen - Pidió esperando que pudiesen llegar a la niña a tiempo. 

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07/10/2020, 04:47
Narradora

Las luces del auto iluminaron con fuerza hacia la casa, y aunque no cubría la casa por completo, lograba llegar a la entrada. Algunas de las sombras que parecían avanzar, retrocedieron, dándoles el espacio necesario para entrar por la parte delantera de la casa. Sin embargo, no podían asegurar qué era lo que les esperaba en esa casa.

Mara avanzaba junto al Padre Michael y William en el seco césped que crujía con cada paso que daban. Mientras avanzaban, la luz del auto se hacía menos intensa, aunque aún era suficiente. La casa que pasaron estaba completamente a oscuras, así que era posible pensar que no fuera un lugar precisamente tranquilo. Mientras tanto, avanzaban hacia esa casa con despacio, sin pausa pero sin prisa. El Padre sostenía la escopeta con toda la firmeza que encontraba mientras el temor se entremezclaba con la expectativa. ¿Qué encontrarían allí? ¿Sí podrían salvar a la niña? ¿Estaría rodeada? Y si estaba rodeada, ¿se arriesgarían por ella?

Mientras tanto, Donna, Rémy y Thomas se quedaron en el auto. La escopeta se la había llevado el Padre, así que realmente no tenían cómo defenderse en caso de ser atacados. ¿Era realmente inteligente haberse separado? Solo el tiempo lo diría. Todo parecía tranquilo afuera, pero ¿era eso mejor?

Notas de juego

1/2

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07/10/2020, 05:30
Narradora

El silencio era casi total. Solo los gritos de la pequeña surcaban en cielo nocturno. La tensión podría cortarse en el aire y el hecho de tener tres personas menos hacía que el frío de la noche fuera más intenso. No había sol, no podía haber vegetación, ni tampoco habría calor que no proviniera del fuego. Cinco días acostumbrándose y era imposible no extrañar ese astro gigante. Claro que el hecho de ser cazados representaba una motivación mayor.

El crujir del césped martilleaba sus oídos mientras veían a sus compañeros adentrarse en la casa. Era bastante arriesgado entrar allí, sin duda. Lo mejor era que salieran pronto, pero el trayecto se hacía largo incluso para cada uno de los allí presentes. La expectativa de lo desconocido crecía mientras los veían desaparecer en la penumbra. Ahora incluso el sonido de sus corazones latiendo con fuerza los alertaría a Ellos. 

Hablando de Ellos, las luces del auto habían ahuyentado a algunas de esas sombras de la entrada de la casa, pero no por eso quería decir que fueran a dejar su jugoso nicho abandonado. Podían escuchar sus garras rastrillando el pavimento y todo alrededor lleno de huecos opacos que seguro eran ellos camuflándose. Estar en el auto no era tampoco un refugio cien por cierto seguro, pero era grande. Tal vez podrían pensar en algo. 

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07/10/2020, 05:48
Narradora

Era tanta la tensión que era difícil avanzar así. Podrían incluso ver su aliento frente a ustedes formar vahos constantes con cada paso que daban. El crujir del césped se hacía infernal. Sin importar lo suave que pisaran, sus pasos eran marcados por este. Además, podían sentir varios pares de ojos vigilando sus movimientos. Desde lo más profundo de las sombras, Ellos vigilaban su andar, esperando que la luz de la linterna se extinguiera con el fin de atacar. Justo en el borde del refugio que les brindaban las farolas del auto. Un paso en falso y podrían no volver a respirar. O así se sentía conforme avanzaban.

En sus mentes era un trayecto corto, eso seguro, pero la tensión lo hacía parecer eterno, como si el pórtico se alejara de ustedes con cada paso que daban dándole posibilidad a Ellos para que les atacaran. Con respiración difícil y el frío de la penumbra enchinando su piel, llegaron a la entrada. El pórtico tenía unas pocas escaleras, pero la madera crujía con la pisada de cada una. La linterna iluminando su camino mientras subían y pasos en el segundo piso. Si la niña estaba en alguna parte era en el segundo piso de la casa.

Por lo que se veía por fuera, parecía ser una casa tradicional de los suburbios: de madera, dos plantas con la zona social en la primera y las habitaciones en la segunda, sala y comedor a la entrada con unas escaleras en el pasillo que daba al jardín trasero. La luz intermitente provenía de las escaleras que daban al segundo piso, seguro de una habitación cercana, así que lo más seguro es que fuera allí. La mala noticia era que su intensidad bajaba con cada segundo. No quedaba mucho para que la única fuente de luz de ese lugar fuera la linterna que llevaban en sus manos.

Notas de juego

Bueno, es momento de elegir al jugador activo que hará la tirada de conflicto :D.

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07/10/2020, 20:17
2-Mara Jones

La sensación de que cada uno de sus pasos estaba siendo vigilado, les perseguía. Mara se sentía caminar por una cuerda floja en la que cualquier paso en falso o la más leve brisa de viento puede empujarte al vacío más oscuro y profundo. Miró a ambos lados, allí donde las luces de los faros del coche marcaban su límite de seguridad. Los imaginaba justo al otro lado, chafando imprudentemente la línea, con sus bocas sedientas de sangre, de muerte, babeando las puntas de sus pies. No sabía cómo eran, pero en su imaginación habían tomado mil formas diferentes, a cada cuál más terrorífica que la anterior. Aquella sensación era como aguantar la respiración bajo del agua, cuando la falta de oxígeno empezaba a abrasar los pulmones.

Sus pasos parecían ralentizarse hasta que llegaron al pórtico, se escuchaban pisadas. Mara levantó la vista hacia la parte superior, preguntándose si no sería mejor trepar por allí antes que entrar en una casa que podría ser un laberinto mortal sin salida.

Las manos le sudaban, aferró la linterna con fuerza al ver que la luz del interior de aquel hogar parpadeaba en un inexorable camino a su extinción. Aunque el miedo se apoderaba de su alma, posó la mano en la puerta de madera.

"Alea jacta est"

Empujó la puerta de madera.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Alea Jacta est, chicos. Máster, creo que solo debía tirar nueve dados porque quedan 9 velas encendidas, ¿verdad?

Edito: He añadido un poco de narración porque me parecía muy frío tirar sin más :/ jeje

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07/10/2020, 21:02
Narradora
- Tiradas (1)

Notas de juego

Como has obtenido un 6 yo ninguno, la narración es tuya. Sin embargo, tienes dos 1s. Si quieres, puedes usar una carta de personalidad para volverlos a tirar con la esperanza de que no sean 1s. Si eliges no hacerlo, yo me quedaré con esos 2 dados para mi propia pila. ¿Qué decides? n.n.

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07/10/2020, 23:50
2-Mara Jones

Mara sintió la áspera madera en la yema de sus dedos, la puerta necesitaba una mano urgente de lacado, aunque suponía que a aquellas alturas a nadie le importaría lo desvencijada que luciera una puerta. A pesar de su envite inicial, sus manos estaban sudando, vio la huella de su dedo corazón sobre aquellas agrietadas tablas. Sentía la mano de William sobre su hombro, así como los pasos del padre tras ellos. No estaba sola y eso era lo que le daba valor para seguir adelante. Se giró hacia su compañero y aunque éste no podía verla le dedicó una efímera sonrisa antes de girarse y con todo el valor que pudo acumular, empujar aquella puerta. La chica esperaba que ésta ofreciera resistencia, pero para su sorpresa, cedió con facilidad emitiendo un estridente chirrido. Mara entrecerró los ojos, en un gesto vano de intentar evitar despertar a la bestia dormida que habitaba aquel lúgubre lugar, pero lo cierto era que la bestia ya estaba allí, nunca se había ido y mucho menos dormitaba, estaba pendiente, expectante, atenta al mínimo margen de error, y les observaba agazapada en la oscuridad.

La puerta dio paso a un pequeño pasillo de no más de cuatro metros que se vio iluminado por los faros de la camioneta. Al fondo se veían los armarios de lo que parecía ser una cocina, habían trozos de porcelana rota esparcidos por el suelo, así como algún que otro cristal y restos de comida podrida. Junto al pasillo había una escalera que daba paso al piso superior, de donde venían los gritos. La escalera de madera maciza, tenía varios de los balaustres partidos, uno de ellos tenía varias manchas de sangre y aunque en un primer vistazo no habían sido conscientes, justo bajo él, en el pasillo había una mancha de sangre reseca.

Mara dejó escapar el aire mientras la luz del piso superior titilaba cada vez con más frecuencia.

-Debemos darnos prisa -sin más dilación dio un paso al frente.

A ambos lados se extendían dos habitaciones cuyo final estaban sumidos en la oscuridad. Mara los presentía allí, entre las sombras, esperando su oportunidad. Encendió la linterna que Rèmy le había dado, sabiendo que aquello era una ventaja frente a ellos, aunque no si era la única luz que les quedaba antes de salir de allí. Así que haciendo de tripas corazón, se convenció a sí misma de que no había nada en aquellas habitaciones y seguida de sus compañeros ascendió al piso superior.

Los peldaños de la escalera crujían a cada paso, anunciando su llegada. Aparte de eso, solo el silencio... y sus respiraciones desacompasadas. ¿El silencio? La niña había dejado de gritar.

- ¡Mierda! -Mara apresuró el paso, guiando a William con su mano para que no tropezara en la escalera.

Al llegar al piso superior se extendía un pasillo a izquierda y derecha con puertas a ambos lados. Casi todas cerradas, menos una, de donde provenía aquella tenue y parpadeante luz. Sin dudar ni un segundo se encaminó hacia la puerta y la abrió de golpe, temiéndose lo peor.

Aquella habitación pertenecía a una niña, seguramente la que emitía aquellos gritos de auxilio. Paseó el haz de luz de la linterna por la habitación buscando algún rastro de vida. En una esquina de la habitación, semiescondida en un armario, había una niña de unos 5 o 6 años, con un muñeco brillante entre las manos. Aquel juguete emitía luces sobre el armario, estrellas lunas. "Chica lista" pensó Mara antes de acercarse.

- Hola, no te preocupes, hemos venido a ayudar -abrió la puerta del armario y lo que vio le encogió el corazón. Allí dentro, junto a la niña estaba su madre, quieta, inmóvil. Mara sonrió a la pequeña para tranquilizarla mientras acercaba sus dedos al cuello de la mujer. No había pulso-. Ven cielo, me llamo Mara y éstos son William y el Padre Michel, vamos a sacarte de aquí, ¿vale?

La escalera crujió y el corazón de los tres dio un vuelco. Tenían que salir ya. La luz titiló de nuevo. La niña se aferraba al brazo de su madre, reticente a irse de allí.

- Pequeña, sé que quieres quedarte, pero debemos irnos. Si quieres, le dejaremos a mamá tu muñeco, para que no se quede a oscuras -sintió una profunda angustia subiendo de su estómago hasta su garganta, reprimió las ganas de vomitar.

Otro nuevo crujido. Mara quitó el muñeco de las manos de la niña, lo arrancó casi, a pesar de saber que aquello quizás la asustaría más y lo dejó en el regazo de la madre. La niña gritó.

Otro crujido, otro parpadeo de una luz moribunda.

- Lo siento mucho -de un tirón cogió a la niña entre los brazos y le dio la linterna al padre Michel-. Alumbra la puerta, vamos a salir de aquí. William, no me sueltes, por nada del mundo. No te quedes atrás.

---

Cuando le preguntaron en el coche qué había ocurrido, no recordaba apenas nada, todo eran rápidas escenas difusas que sucedieron sin control ni sentido. El haz de la linterna, la luz extinguida al fin, los pasos apresurados, los gritos de la pequeña, los ruidos de aquellos seres, una torpe bajada por la escalera, los faros del coche y el sonido de un motor saliendo a toda prisa de allí.

Con la respiración completamente acelerada abrazaba a la niña, que ya calmada había dejado de patalear sus piernas y solo lloraba encogida sobre su hombro.

- Ya está pequeña, ya se han ido. Estás a salvo -acarició su pelo.

Notas de juego

Me guardo la carta y te cedo los dos dados máster ^^ Creo que las necesitaremos mucho más cuando avancemos. A ver cómo se nos da muchach@s!!

Dire: entendido :D. Yo tomo el control de la niña :). Y aprobado n.n.

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08/10/2020, 00:38
Narradora

Notas de juego

A partir de ahora, las tiradas de conflicto las harán con 7D6 y yo tiraré con 3D6. Ya pueden seguir con la narración n.n.

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08/10/2020, 23:59
2-Donna Stevens

Luego de que se decidieran los papeles a llevar a cabo en este rescate un tanto improvisado y recibir el agradecimiento de Rémy por tratar su herida, sabía que alguien debía de tomar el volante y estar preparado para salir a toda prisa de ese lugar. Donna ni floja ni perezosa se paseo por los puestos desde la parte de atrás con algo de esfuerzo hasta llegar al asiento del conductor, se ajusto el cinturón de seguridad y espero pacientemente a que llegaran los valientes.

Minutos que parecieron horas eternas y a la primera en ver fue a Mara, no tardo en colocar los cambios y al ver que ya estaba el grupo de nuevo con una integrante más, dio reversa y acomodando la direccional acelero para salir de ahí y por el retrovisor ver una especie de puntitos brillantes verles a lo lejos... en su mente aún estaba grabada la silueta de esas criaturas, aunque solo les hubiese visto por un fragmento de un segundo al haber encendido las luces de esa camioneta, no tenía una palabra para definirlos, pero sus sombras daban pavor... pero al haber atendido a la rubia y tener entre sus dedos esas escamas oscuras, a su mente le llegaba la idea de que se enfrentaban contra una especie de reptiles.

-''Sería demasiado irónico donde resultaran ser reptilianos... si así fuera, entonces ese grupito friki de la facultad estarían más que felices de tratar con esas cosas ¿estarán siquiera con vida?...''- sacudió ligeramente la cabeza para borrar ese pensamiento mientras sus ojos se centraban en las luces que alumbraban el camino en tierra, su pueblo no era tan grande y estaban ya saliendo de este... su vista bajo unos momentos al panel y al ver que la flecha roja estaba más cerca de la E, miro a los demás por medio del espejo retrovisor -Más adelante hay una gasolinera, así que podremos cargar combustible y si tenemos suerte, podremos abastecernos en la pequeña tienda que tienen... ¿Cómo se encuentra la niña?

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09/10/2020, 16:18
2-William “Will” Thornton

Todo ocurrió más rápido de lo que pensaba. Atravesaron la casa, mientras él se guiaba únicamente por la calidez del hombro de Mara y los sonidos de los pasos del sacerdote a sus espaldas. El hecho de saber que ese hombre llevaba una escopeta cargada a sus espaldas no le ayudó a tranquilizarse, pero tampoco los ruidos que parecían rodear la casa.

Pero casi no tuvo tiempo de pensar. Tras llegar a la parte de arriba, fue Mara la que encontró a la chica, y con ternura la convenció para dejar allí su muñeco de luz y acompañarlos. Will no llegó a ver realmente qué era lo que había en aquella habitación, pero las palabras de su compañera y el inconfundible olor de la sangre coagulada y la carne muerta era suficiente pista para que sacar conclusiones.

Para cuando regresaron al coche con la pequeña, los que se habían quedado en el coche ya estaban listos para salir. Con cuidado, Will tanteó hasta tocar los bordes de la puerta y se metió de nuevo en el asiento trasero.

-Pequeña… ¿estás bien? -Dijo en voz baja cuando Donna preguntó por ella, en dirección al lugar donde escuchaba una respiración acelerada que no parecía la de ninguno de los adultos.

La chica miró al rostro fuerte y tranquilo del hombre, recelosa, tratando quizás de sacudirse los horribles recuerdos de los últimos momentos que había vivido, y asintió. Un gesto que sirvió de algo a los demás, pero no a él.

-Yo soy Will. -Continuó, y tendió una mano abierta hacia ella, manteniéndola en el aire. -Estamos buscando un sitio seguro, todos nosotros. Uno sin que haya cosas malas en la oscuridad y estemos a salvo. Puedes acompañarnos, si quieres.

Con cuidado, como un animal salvaje tanteando el terreno, la niña siguió mirándolo, y lentamente fue adelantando su propia mano hasta colocarla sobre la de Will. Y una extraña sonrisa, dulce y amarga a parte iguales, tomó forma en las facciones del hombre.

-No quedará mucho en la gasolinera… -Dijo, desgranando las palabras poco a poco, como si el contacto de la niña lo hubiese paralizado. -Pero puede que quede algo. Llévanos allí, Donna. Y luego seguiremos.

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10/10/2020, 12:47
2-Padre Michael Reston

Su mente se había quedado allí, en esa casa, en esa habitación, junto al cadáver de la mujer bañado por las danzantes luces de las lunas y las estrellas. No había podido decir unas palabras por ella, su cuerpo quedaría sin sagrada sepultura, pasto de aquellos seres. ¿Qué harían con el cadáver? ¿Se lo comerían? Por un momento su desbocada imaginación pensó en seres de oscuridad vistiendo con pieles humanas.

Cuando por fin reaccionó, se encontraba sentado en el asiento del copiloto, sudando profusamente y todavía con el arma entre las manos, el dedo sobre el gatillo, tenso. Con mucho cuidado, dejó el arma en el suelo antes de darse la vuelta en su asiento.

- No te preocupes, pequeña - todos la estaban llamando así, quién sabía cuál sería el nombre de la niña, pero como Will se había presentado esperaría a ver si ella hacía lo mismo en lugar de presionarla -. Ahora tu mamá está camino del cielo. Voy a rezar un poco para que Dios cuide del alma inmortal de tu madre hasta que os podáis volver a ver. ¿Te gustaría rezar conmigo?

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12/10/2020, 05:42
Lisa Milles

La pequeña niña reaccionaba aún temerosa y bastante reacia, pero cuando escuchó la voz dubitativa de William, lo miró. Su curiosidad se despertaba y puso su mano sobre la del hombre, como queriendo decirle que estaba bien. Miraba sus ojos curiosa, sin comprender del todo el porqué de su mirada desenfocada y dijo con un tono suave y tembloroso - Lisa... Lisa Milles - y movió su cabeza con suavidad para acomodarse sin lastimar a Mara, quien era la que le brindaba consuelo.

Entonces, el Padre le habló, por lo cual se alejó ligeramente de su protectora para mirar al padre y asentir. Se acomodó soltándose de Mara y acercándose al padre. Juntó sus manos y miró al sacerdote a la espera de que la guiara. Sus ojos aún llorosos, sus ropas se veían bastante sucias, su cabello desaliñado, pero a pesar de eso, era una preciosa niña. ¿Qué destino podría tener esa pequeña?

En medio de toda esa oscuridad era difícil para cualquiera poder conducir, pero no era el caso de Donna. Ella conocía aquel lugar al dedillo, así que no era difícil conocer los giros, los lugares peligrosos e incluso los baches en el camino. Las luces del auto seguían encendidas para fortuna de todos y, a medida que se acercaban a su destino, podían ver un reflejo de luz muy grande como para provenir de uno de esos faros de luz personales que todos cargaban. Al llegar, notaron que la gasolinera estaba iluminada, pero no solo eso, sino que el minimercado no parecía haber sido víctima de los saqueos o de la inclemencia de esas criaturas. Algo de normalidad en un mundo sumido en el caos. ¿Cómo era posible? Y a pesar de eso, no había nadie visible en los alrededores.

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14/10/2020, 12:35
2-William “Will” Thornton

-No apaguéis las luces. –Dijo en voz baja Will hacia la parte delantera, después de pensarlo unos momentos, cando Donna terminó de detener el coche y escuchó de sus compañeros lo que veían. –Las cosas no pasan sin una razón… así que, o bien este sitio está defendido, o bien es una trampa.

Transcurrieron un par de segundos, antes de que el hombre añadiera en tono amargo. –O ambas.

-El caso es que… recuerdo bien este sitio. –Continuó, frunciendo ligeramente el ceño mientras hacía un esfuerzo por abrirse paso entre sus recuerdos enterrados. Recuerdos de otra vida, de otra persona. De alguien cuyos ojos aún funcionaban. -Cuando conducía, solíamos venir aquí para practicar en la carretera que baja hacia el valle. El sitio era de Stephen Wickman, pero no tengo ni idea de si ha seguido siendo suyo o si lo ha vendido. El caso es que… si no ha cambiado… en la parte de atrás tenía un garaje. A lo mejor hay algo mejor allí. O al menos, suficientes recambios.

Con cuidado, Will abrió la puerta del coche, y agarrándose a los bordes, sacó medio cuerpo afuera, alzando la cabeza y tratando de captar algo con los cuatro sentidos que le quedaban. Un olor inconfundible y familiar era arrastrado por el viento y saturó su olfato.

-Huele a gasolina. Y si hay luz, estarán usando un generador. Espero que no la hayan acabado. –Anunció, y guardó silencio unos momentos, tratando de escuchar algo por encima del ronroneo mecánico del motor de su vehículo. –Tendremos que ir a echar un vistazo. Mejor si somos Donna y yo… puede que incluso conozcamos a alguien aquí. Y con suerte, no nos saludarán con un disparo.

-Mara… ¿te quedas tú con Lisa? –Preguntó a la joven. Sabía perfectamente lo valiente que podía llegar a ser, como también sabía que él mismo no se había sentido tan seguro como cuando había caminado tras ella, con la mano en su hombro. Pero aunque quizás todos la necesitaran, Lisa la necesitaría más que nadie.

-De todos modos, dejadme intentarlo a mí. Es poco probable que no nos hayan escuchado o visto llegar. -En la mente de Will, si había algo que podía hacer él, era mejor que lo hiciera. Especialmente, si era correr un riesgo. Él, al fin y al cabo, valía menos que el resto. -Si hay problemas, salimos pitando de aquí, ¿vale?

Notas de juego

Voy a suponer que mientras llegábamos, alguien me dice lo que veis, porque si no me quedo muy a remolque en cuanto a acciones.

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14/10/2020, 21:24
2-Mara Jones

Mara abrazaba a la niña de la misma manera que le habría gustado que la consolaran a ella; no podía admitirlo, debía ser valiente, pero el miedo anidaba profundamente en su corazón. Cada noche al cerrar los ojos continuaba escuchando los golpes en la puerta de su casa, la voz al otro lado de la madera, la despedida atropellada y el olor a sangre en el pasillo. Se aferró a aquella pequeña como si realmente abrazara su propio terror, a la niña desconsolada que lloraba en su interior.  Sintió cómo las lágrimas empezaban a aflorar a sus ojos e intentó contenerse. No sabía muy bien por qué, pero tenerla entre sus brazos despertó muchos sentimientos que pensaba haber enterrado, sentimientos que habían sido parte muy importante de su vida anterior, de otra Mara, de otro mundo... sentimientos que fueron suplantados por la oscuridad absoluta y el miedo que en ella aguarda.

Pero no hay miedo que se entierre para siempre, por mucha tierra que eches encima; porque cuando menos te lo esperas, éstos encuentran la salida a la superficie y cierran de nuevo la garra sobre tu garganta, asfixiándote. Por un momento imaginó la angustia que debió pasar la madre de Lisa viendo que no podían huir, que iba a morir, ella y su pequeña. Incapaz de contenerse más, un par de lágrimas cayeron de sus ojos. Lisa se separó de ella para acercarse al padre Michael, la dejó ir... supuso que si la niña era creyente, encontraría en la oración algo de paz.

No sabría decir muy bien porqué, era algo estúpido si te parabas a pensarlo, pero el vacío que dejó Lisa entre sus brazos hizo que el miedo que habían pasado cayera sobre ella como un jarro de agua fría. La asaltó una tremenda sensación de soledad, a pesar de que no estaba sola. Se giró hacia William sintiendo que las lágrimas brotaban de sus ojos y dejó escapar un pequeño sollozo, muy suave, seguramente solo él lo escucharía o Donna podría intuirlo, que podía ver sus lágrimas en el espejo retrovisor. Mara apoyó su mano derecha en el asiento y encontró la de William, la apretó con fuerza, sus manos temblaban todavía. Se permitió derrumbarse, unos minutos, mientras apretaba la mano del hombre y perdía su mirada en el paisaje negro al otro lado de la ventanilla, eso sí, intentó que Lisa no lo advirtiera. Tras unos minutos, logró recomponerse, pero no le soltó la mano, necesitaba aquel contacto, la calidez de una mano amiga, y así se quedó hasta que sus manos dejaron de temblar y aquel sentimiento de soledad desapareció.

Poco después encontraron la gasolinera en mitad de la oscuridad. Un faro en mitad de la noche... Mara no pudo evitar pensar en los peces abisales capaces de quedarse quietos entre las aguas, esperando a su presa, con aquel apéndice luminoso sobre su cabeza para atraer a las presas a sus fauces. Era una trampa, también lo pensó, pero fue Williams quién lo puso en boca de todos. Escuchó sus palabras, al parecer tanto William como Donna conocían el lugar, así que no le parecía descabellado que fueran ellos los que bajaran.

- Estoy de acuerdo, pero os lleváis la escopeta. Me quedo y creo que Michael debería quedarse con Lisa también -los observó rezar todavía. Mara bajó del coche para ponerse de nuevo al volante-. Y sí, por nada del mundo apagaría las luces, es demasiado bonito para ser real. 

La chica perdió la vista en la gasolinera mientras esperaba que Donna bajara de la camioneta y le cediera el sitio. Imaginó por un momento que nada había pasado, que la oscuridad no les había invadido y aquellos seres nunca habían aparecido para aniquilarlos. Imaginó que era un grupo de amigos, comprando comida para un fin de semana en la casa de la montaña. Una pequeña sonrisa asomó a su rostro. Habría sido tan bonito... El ruido del resto la despertó de su maravilloso sueño.

- Tened cuidado y no os arriesguéis más de la cuenta por favor. No se trata solo de ellos, hay mucha gente con miedo -no hacía falta decir más, todos sabían que las personas podían ser más crueles que aquellos seres y a veces igual de letales.

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15/10/2020, 18:38
2-Padre Michael Reston

Le sonrió a la pequeña, una sonrisa que pretendía mostrar compasión y benevolencia pero vino cargada con una inequívoca parte de cansancio. Habían sido pocos días desde que la oscuridad se había cernido sobre ellos. Podía contarlos sin problema pues si vida anterior seguía reciente en su memoria. Los días en que la noche se había convertido en un peligro para ellos podía contarlos con los dedos de una mano. Sin embargo, ya no llevaba la cuenta de la de veces que había encomendado a Dios un alma desde que todo aquello había empezado. Tantas almas habían cruzado hacia el cielo... si es que aquella densa capa de oscuridad permitía alumbrar el camino.

Sonrió un poco al ver a la niña, solícita, sumándose a sus plegarias, rogándole a Dios la paz de quien había hallado una muerte tan cruenta e injusta. Alguien que había fallecido para proteger a un ser amado. Sin duda, alguien que se había ganado la entrada del cielo. Pero, ¿era esa muerte una redención de unos pecados que ya nadie conocía? ¿Llevaban tanto pecando que ya ni siquiera percibían el pecado? ¿Por qué Dios los castigaba?

Terminó de sopetón con las plegarias, saliendo de su ensimismamiento sin darse cuenta del estado nervioso en el que se hallaba Mara.

- Lo has hecho muy bien, Lisa. Estoy seguro de que tu madre está muy contenta - dirigió una mirada a Donna y a William, que se preparaban para salir por la puerta, llegando a pasar la escopeta a Donna.

Quería decirle algo más, quería mantener a la niña entretenida mientras los demás ponían en peligro su vida. Pero, simplemente, no pudo. Sus pensamientos se habían desviado demasiado de su camino y una oleada terrible de culpa le acometió ante sus pensamientos sobre Dios. Tragó saliva con esfuerzo mientras su mano temblorosa buscaba su rosario y empezó a pasar cuentas con los dedos lentamente, nervioso.

- Una, dos...

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16/10/2020, 09:19
2-Rémy Baudin

Habían llegado a algo que parecía asemejarse a cualquier película de terror habida y por haber. Gasolinería en medio de la nada, que en ese momento bien podría considerarse un oasis. Comida, combustible, luz, todo perfecto. Contuvo la risa sarcástica, si aquello era lo que parecía hubiese sido tan normal como ganarse la lotería. Entre todo ahora tenían también una pequeña acompañante. Una pequeña acompañante traumada que acababa de perder a su madre, dudaba que fueran los adecuados para cuidar de ella. Bueno, quizás Mara si. Ella no sin duda. -Tengan cuidado - Solo pidió al equipo que salía cuando vio que su idea principal de ir con ellos se había visto apagada. Por un lado quizás era mejor, considerando que esa gente probablemente dispararía a cualquiera que no conociera, y ella no había pisado ese pueblo en su vida. Pero al margen de eso, se encontró con sus dos compañeros muy nerviosos y una cría de la cual no tenía idea como hacerse cargo. -Hey, Lisa, ¿te gustan las historias? - Preguntó lo primero que le vino a la mente. Queriendo desviar la atención de la chica y esperando que los otros se recuperaran en el (escaso) tiempo que creía poder mantener la atención de esta. No era buena idea mostrarse nervioso frente a un niño, hasta ella sabía eso. Y Mara parecía poder apreciar unos minutos de paz, ni hablar del padre que ya se había enfocado en su rosario, que a ella por momentos le recordaba a una versión muy extraña de un ábaco. -¿Quieres que te cuente alguna?-Esperaba poder acordarse de algo, la última vez que había escuchado una historia infantil había sido cuando se las contaba su madre hacia ya mucho tiempo.