Partida Rol por web

Ten Candles [+18]

2-9 Velas

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16/10/2020, 23:51
2-Donna Stevens

Ciertamente el que la gasolinería estuviese tan iluminada en un estado tan perfecto, no era algo que les entregara alivio y un buen augurio... así como todos pensaban que se podría tratar de una trampa, así mismo Donna lo pensaba. Una trampa de luz y ellos los pequeños insectos que iban hacia ella, pero era eso o mantenerse en la oscuridad a merced de esas bestias, porque era el único termino que ella podría encontrar para encontrarse con algo que superaba el instinto de supervivencia de los animales... es que ni siquiera los mismos animales llegarían a un estado tan puro de frenesí ¿no?

William había decidido que lo mejor era que los dos fueran a revisar e internamente lo agradecía, no se sentía capaz de pedirle a los demás que hicieran ese trabajo y aunque Mara tratara de ser silenciosa, ella claramente la vio llorar y derrumbarse... todos ellos eran humanos y estaban tan acostumbrados a no temer bajo la luz del sol, que el estar ahora en penumbras era una tortura psicologica a la que todos estaban siendo sometidos. Sonrío en agradecimiento al padre que le ofreció la escopeta y con cuidado fue saliendo del asiento del conductor para ver a Mara -Mantente fuerte... ahora hay una vida que te necesita- decía en voz baja refiriéndose a la pequeña Lisa, su apellido le sonaba de algo, pero ahora mismo su mente no estaba para pensar mucho en ello... puede que cuando lograran encontrar un lugar seguro, podría pensar mejor en ello.

Rodeo el auto para ir hasta la puerta de los pasajeros al lado derecho y al abrirla, tomo la mano de William para apoyarla en su hombro -¿Llevas la linterna? No creo que la luz del auto llegue a tocarse con la de la gasolinera, así que es mejor estar... prevenidos

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18/10/2020, 06:56
Narradora

Notas de juego

Lo oculté para que puedas corregir la tirada y luego arreglar el post de ser necesario n.n.

En tu primera tirada, obtuviste tres 1s y ningún 6. Por lo tanto, la carta de personalidad no te deja tirar toda la pila, sino solamente los dados que tienes en 1. Es decir que gastas tu virtud: bondadoso para tirar 3D6 y yo tiro 3D6. En ese momento, quien tenga más 6 en los dados es quien gana el derecho de narrar. No puedes narrar todavía porque aún no sabemos cómo será la resolución total del conflicto.

Lo dejo visible para todos, de modo que puedan leer esto y usarlo en sus futuros posts.

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18/10/2020, 09:58
2-William “Will” Thornton
- Tiradas (1)

Notas de juego

Hecho, menos mal que sale el 6. Creo que confundí la mecánica de la tirada.  Cuando se repite todo el pull es con el límite, no?

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18/10/2020, 13:46
Narradora
- Tiradas (1)

Notas de juego

Bueno, como no saqué ningún 6, sí tienes el derecho de narrar el resultado, y yo me quedo con ese 1. A partir de este momento, tiran 6D6 para la resolución de conflictos y yo tiro 4D6. William no podrá usar más cartas de personalidad durante la escena (hasta que se apague una vela). Y no olvides que la narración se debe basar en que usaste tu virtud para resolver el conflicto.

Sí, sólo con el Límite se puede volver a tirar toda la pila de dados. 

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18/10/2020, 18:21
2-William “Will” Thornton

Antes de que pudiera dar un par de pasos, Donna ya estaba a su lado. La mano de la chica tomó la suya para apoyarla en su hombre y guiarle en la dirección correcta. Resultaba curioso, cómo todos los pequeños detalles podían conformar la imagen de una persona cuando no había ninguna otra cosa con la que construirla.

William nunca había visto el rostro de ninguno de los que ahora le acompañaban, pero había ido construyendo una imagen de cada uno de ellos. Un retrato hecho de retazos de recuerdos, de sensaciones y hasta de su propia voz hecha imagen. La sombría pero firme resolución de Donna se transmitía también en la forma en la que tomaba su mano, de la misma forma que la brillante calidez de Mara lo había hecho minutos antes, en el coche, cuando ambos habían hablado sin palabras.

Juntos, avanzaron poco a poco hasta la gasolinera, Donna observando y William escuchando cada detalle que lo rodeaba. Sentía el cambiante ruido del viento. El más leve, pero permanente, murmullo del generador que desde algún lugar iluminaba la gasolinera.

Y… nada más. Un nada más que dejaba un extraño vacío.

-Ve despacio. Hay demasiado silencio, ¿lo notas? –Susurró Will a su compañera, ralentizando sus pasos. Había algo a su alrededor, una sensación que no era capaz de definir completamente, pero que hacía que la piel de su espalda se erizara.

Y entonces, lo escuchó. O tal vez sólo creyera escucharlo. Un crujido metálico, casi imperceptible. El ruido al amartillar un arma de fuego. Y una clara visión de ellos dos siendo abatidos a tiros apareció con tanta claridad en su imaginación que por un momento casi pareció haber recobrado la vista. Y su cuerpo se movió sólo.

-Al coche. ¡Ve al coche! –Dijo, y con decisión, la mano que se apoyaba en el hombro de Donna se cerró con fuerza y tiró hacia atrás, empujándola hasta derribarla en el asfalto. Justo a tiempo, porque un instante después el estruendo de un disparo se escuchó en la noche y una chispa destelló junto a ellos cuando una bala golpeó el lugar en el que había estado, haciendo que el corazón de Will se acelerara mientras un frío sudor empapaba su espalda. Con sus ojos ciegos no sabía, no podía saber, si el disparo había sido de advertencia o había sido a matar.

-¡Stephen! ¡Soy yo, Will! ¡Will Thornton! –Gritó inmediatamente, avanzando un par de pasos decididos hacia delante mientras abría los brazos y trataba de cubrir a Donna. No tenía ninguna forma de saber si Stephen seguía allí. Pero no se le ocurrió nada más que intentarlo. -Por todas las veces que hemos conducido juntos, no dispares. Estoy aquí con unos amigos, me han ayudado a llegar. Llevamos una niña pequeña. Te prometo que no vamos a molestaros, sólo queremos algo de gasolina y seguiremos el viaje.

Un silencio tenso, incómodo, se tragó las palabras de William. Pasaron uno, dos, veinte latidos de su desbocado corazón antes de que hubiera una respuesta.

-¿William? –Una voz se escuchó en la noche, llegando de ninguna parte, como si quien surgiera del propio cielo. Era una voz algo cascada y vacilante,  –Joder, sí que eres tú. Eres el puto William Thornton en carne y hueso, no me jodas. En esta mierda de apocalipsis, un ciego es la última persona que esperaba volver a ver. ¿No me digas que has conducido tú?

Un par de risitas siguieron a la inapropiada broma, saliendo de la oscuridad. Unas risitas en la que no se apreciaba ni un rastro de alegría, y que recordaron de algún modo al sonido que emiten las hienas.

-No disparéis. –Volvió a hablar la voz, y en esta ocasión sí pudieron ver de dónde procedía. Había un hombre en el tejado de la gasolinera, junto a los carteles luminosos. El contraste de luz hacía casi imposible verlo a menos que se moviera. A su orden, algunas formas oscuras se movieron también en el tejado, y algunas comenzaron a descender por una escalera de mano. –Son amigos. Jim, quédate arriba vigilando, voy a bajar.

Estaban vivos.

Ese pensamiento ocupaba la mente de Will, sin dejar casi espacio para nada más. Había estado seguro de que iba a morir. De que la bala dirigida a Donna acabaría en su cuerpo. Incluso estaba conforme con eso. Así, Mara y los demás podrían escapar. Pero seguía vivo. Lentamente, trató de normalizar su respiración mientras se sentaba en el frío asfalto. El corazón latía tan fuerte que ya ni siquiera era capaz de escuchar otra cosa.

-No bajéis la guardia. Murmuró, de todas formas, esperando que alguno de sus compañeros le escuchara. -Son amigos ahora, pero si estaban preparados no será la primera vez que llega gente aquí. Y Stephen nunca fue precisamente un santo.

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21/10/2020, 06:24
Narradora

Notas de juego

No olviden que les corresponde postear n.n.

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22/10/2020, 00:07
2-Mara Jones

Mara se sentó al volante dispuesta a arrancar y salir a toda prisa en caso de que fuera necesario, aunque no sabía si sería capaz de hacerle si Donna o William no estaban en el coche con ellos.

Echó un vistazo por el retrovisor a sus compañeros en la parte trasera. El padre Michael, tras orar con la pequeña, se había refugiado en su rosario, quizás buscando, respuestas, o descanso o algo de paz. En momentos así envidiaba no tener aquella fe inquebrantable en un ser etéreo que pudiera salvarte si lo deseabas con mucho fuerza. Rèmy le contaba una historia a Lisa, manteniéndola entretenida y dándole un poco de espacio al padre, en la parte trasera de aquella camioneta. Uno de los vendajes asomaba por la parte inferior de su camiseta, en la cabeza de Mara habían muchas preguntas sin respuesta que danzaban incansables. Siempre se había imaginado a aquellos seres como sombras o fantasmas, incluso hasta como dementores, aquellos que salían en las novelas de Harry Potter. Pero aquellas escamas débiles y translúcidas... ¿Qué eran aquellos seres? Aquel nuevo descubrimiento había abierto las puertas de su imaginación y los seres cósmicos de las novelas de Lovecraft habían tomado una fuerte presencia en sus elucubraciones.

Escamas... si tenían escamas, tenían cuerpo y si tenían cuerpo... ¿podían morir? ¿sufrían? Lo que estaba claro es que temían a algo, a la luz, y si la temían era porque les dañaba. Habían apagado "el mundo" habían ocultado el sol, la luna y las estrellas, algo que denotaba inteligencia, se habían encargado de aquello que podría dañarles. O quizás aquella oscuridad era el terror y ellos solo los parásitos que la acompañaban. Fuera como fuese, otra cosa tenía clara, no se comían a sus víctimas, entonces ¿por qué los mataban? ¿supremacía? ¿instinto? ¿seguían órdenes? ¿serían inteligentes o simples animales instintivos? Y si eran inteligentes debían comunicarse, de alguna manera. Si tan solo pudieran hablar con ellos, preguntarles el por qué de aquel exterminio. La lingüista en el interior de Mara se removía por descubrir respuestas a aquellas preguntas.

En ese momento le pareció escuchar un quejido de Rèmy, miró de nuevo por el retrovisor, preocupada, pero la chica no parecía haberse quejado, seguía hablando con Lisa. Habían tenido mucha suerte de que la herida fuese superficial, y de que Donna les acompañara, tener con ellos a alguien con conocimientos médicos era toda una ventaja... alguien con conocimientos médicos... aquel hilo de pensamientos le dio una punzada en el corazón, porque aunque  intentar evitarlo durante todo el día, a menudo aquel recuerdo la atormentaba con fuerza inusitada. Cerró los ojos, conteniendo las lágrimas mientras escuchaba de nuevo aquellos golpes en la puerta, la despedida acelerada y el olor a sangre en el pasillo.

Pero entonces el ruido de un disparo rompió el silencio de la gasolinera. Mara abrió los ojos de golpe y en ese momento lo supo, ¡NO!, no estaba dispuesta a perder a nadie más. Sin ser consciente, su cuerpo reaccionó antes que su mente, abrió la puerta del coche y corrió tras los pasos de William y Donna. Con el corazón en un puño se dirigió al recodo tras el que habían desaparecido. Cuando giró les vio, a ambos, vivos, y a varias figuras en las sombras sostenían armas. En un gesto automático, levantó las manos, quedándose a 20 o 30 metros tras William y Donna.

¿Cómo había sido tan estúpida? La realidad cayó sobre ella como un jarro de agua fría. Había abandonado a Michael, Rèmy y Lisa en el coche. Se había ido. Seguramente les había asustado ¿por qué había reaccionado así? ¿por qué había sido tan tonta? pensó mientras levantaba las manos con la esperanza de que no acabaran con ellos en aquella gasolinera en medio de la nada.

- ...En esta mierda de apocalipsis, un ciego es la última persona que esperaba volver a ver. ¿No me digas que has conducido tú?

Un par de risitas siguieron a la inapropiada broma, saliendo de la oscuridad. Unas risitas en la que no se apreciaba ni un rastro de alegría, y que recordaron de algún modo al sonido que emiten las hienas.

-No disparéis. –Volvió a hablar la voz, y en esta ocasión sí pudieron ver de dónde procedía. Había un hombre en el tejado de la gasolinera, junto a los carteles luminosos. El contraste de luz hacía casi imposible verlo a menos que se moviera. A su orden, algunas formas oscuras se movieron también en el tejado, y algunas comenzaron a descender por una escalera de mano. –Son amigos. Jim, quédate arriba vigilando, voy a bajar.

"Son amigos" Mara dejó escapar todo el aire, pero continuó con las manos en alto por si acaso, tras el golpe de adrenalina, ahora temblaba y era incapaz de bajarlas. William y Donna estaban bien, eso era lo importante. Ahora su corazón necesitaba volver atrás, al coche que estúpidamente había abandonado.

- ¿Estáis bien? -consiguió pronunciar con un hilo de voz, aunque suficiente para que ambos la escucharan.

Bajó la mirada incómoda, sabiendo que no había actuado bien, que les había fallado al salir corriendo de la camioneta. Tendría que haber esperado, William le pidió que esperara con Lisa, que la cuidara. "Si al final resulta que no pasó porque no debía pasar" pensó con remordimiento, en sus recuerdos la imagen de la papelera se repetía, la última noche antes de la oscuridad... de nuevo los golpes en la puerta. "Céntrate Mara" se reprendió a sí misma. Sacudió la cabeza, la falta de sueño estaba empezando a hacer mella en ellos. 

Lo hecho, hecho estaba, ahora solo restaba esperar y cuando pudiera volver junto al resto, disculparse por lo ocurrido. "Son amigos" seguía escuchando, aquello era un alivio, aunque en aquel apocalipsis las palabras podía llevárselas el viento y ni William ni Donna parecían relajados a pesar de la declaración de buenas intenciones.

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22/10/2020, 18:17
2-Padre Michael Reston

Agradeció enormemente que ni la niña ni nadie interrumpiera su cuenta pues aquello le haría volver a empezar y no podía con ella. Los nervios nunca eran buenos consejeros y lo único que podía calmarle un mínimo era aquel rosario que siempre le acompañaba. Su faro en la noche.

No obstante, poca paz le dio la cuenta. En el silencio que se había formado en su cabeza había sitio para demasiadas cosas. La primera, el elefante en la habitación, era qué iban a hacer con la pequeña y pobre Lisa. Una cosa era saber que había niños muriendo en aquel reinado del terror y la otra muy distinta era verlo con sus propios ojos. Sabía que debían acogerla y cuidarla, pero si el Señor venía a por ellos, cosa que tenía la certeza de que sucedería tarde o temprano, esperaba marchar antes que la pequeña. Si no sucedía así, eso acabaría con la cordura de todos. Una parte de él se preguntó si no hubiera sido más magnánimo por su parte dejarla morir donde la habían hallado, junto al rostro de un ser amado, en lugar de condenarla a unas últimas horas, días o semanas de terror constante para hallar el mismo crudo final junto a desconocidos.

Por supuesto, era el instinto de supervivencia el que al final había tomado sus propias decisiones y el que le hacía intentar con todas sus fuerzas alargar el momento de reunirse con Dios. Lo cuál hacía que se sintiera como una mala elección para manifestar la voluntad de Dios.

Las otras pequeñas burbujas que eclosionaban en su mente eran variadas y, por desgracia, no tan insignificantes como hubiera deseado. William se apuntaba a todo a pesar de que su ceguera difícilmente podía ayudar, aunque él lo esgrimiera de forma opuesta. ¿Cuánto tiempo pasaría hasta que en uno de aquellos escarceos con la muerte su falta de visión actuara como detonante?

Rémy era un punto y aparte, por supuesto. Herida por una de esas criaturas, sin saber si esa herida era tan inofensiva como aparentemente parecía.

Donna había resultado ser alguien imprescindible con sus conocimientos de medicina pero, ¿qué pasaría si ahora que estaban por la zona donde vivían sus padres, sólo hallaban sus cadáveres? ¿Cómo, por todos los cielos, sobrellevaría la chica eso?

Y Mara... Mara era el pegamento que los mantenía a todos juntos y cuerdos. Pero...

Un disparo surcó la noche.

Y la chica que ocupaba sus pensamientos en ese momento actuó confirmando sus temores. Tenía sus propios demonios que la hacían saltar como un resorte, tomando decisiones impulsivas.

- Vamos a cerrar la puerta sin hacer ruido... - musitó despacio, acercándose a la misma para cerrarla despacio. Se sentía como en la película de Jurassic Park -. Bien...bien... - sus dedos toquetearon su rosario, nervioso, conteniendo la compulsión a duras penas antes de moverse hasta el hueco del conductor -. Si no han vuelto en diez minutos... - "nos marchamos" completó ávidamente en su cabeza. Pero en su lugar sacudió un poco la cabeza para decir -... tendremos que pensar en hacer algo - y sin poder más, volvió a empezar a hacer girar el rosario entre sus dedos, contando las cuentas en voz baja.

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23/10/2020, 04:27
2-Rémy Baudin

Mientras contaba la historia, prestaba atención a las expresiones de la niña, agradeciendo para sus adentros que aún alguien inútil con niños como ella hubiese logrado capturar su atención. Incluso parecía que por un momento había logrado olvidarse de todo cuando les rodeaba, y aquello hizo que el peso en sus hombros se hiciera más ligero por unos segundos. La inocencia de sus rasgos parecía algo tan ajeno, casi extraterrestre. No sabía rezar pero si acaso alguien la escuchaba emitió una plegaria mental porque esas niña estuviese entre los sobrevivientes, si es que había alguno, y si no los había, porque al menos muriera en paz lejos de las garras de esos monstruos. Nadie debía morir como el hombre del gimnasio. Creía que la imagen de su cuerpo y de ese monstruo la acompañaría hasta sus últimos momentos. Mirar el cañón de un arma de frente era más agradable que aquello. 

Como respuesta a sus pensamientos, un disparó cortó el silencio de la noche como un cuchillo. Se estremeció de golpe, abrazando por instinto a la cría que tenía frente a ella y volteando hacia sus compañeros con el corazón en la boca. -Hijo de... - Murmuró por lo bajo sin terminar el insulto cuando sintió las pequeñas manos en su ropa. -¡Mara! - La llamó estirándose hacia ella para intentar detenerla pero sin llegar a alcanzarla por culpa del pequeño cuerpo que seguía sobre su falda. No podía salir tras ella, ni ir con Will y Donna, teniendo a la niña allí. "Vamos Will" Pidió acariciando el cabello rubio de la pequeña, y esperando que su compañero lograra que no disparasen a nadie. Suspiró y se recargó en el asiento, acomodando a la niña sobre sí sin dejar los mimos para intentar mantenerla tranquila. Frunció el ceño al escuchar el comentario del padre -Si no han vuelto en diez minutos, se baja y va a buscarlos, o me bajo yo y usted cuida de ella - Corrigió con firmeza y con muy pocas pulgas, adivinando sus intenciones después de que cerrara la puerta de esa manera. No iba a dejar a nadie allí, y mucho menos porque un cobarde se lo diera. 

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23/10/2020, 06:22
Stephen

La pequeña seguía con Rémy cuando todo sucedió, pero minutos más tarde, el disparo estalló aquello que la pequeña venía conteniendo y gritó con una fuerza casi imposible para su joven garganta. La pequeña estaba angustiada. Temblaba abrazando a Rémy con toda su fuerza. No parecía escuchar, y fue peor cuando vio que Mara salió corriendo por ellos. La miró y gritó para que no se fuera, mientras lloraba todas las lágrimas que se había guardado por ser presa del pánico.

Los hombres con las escopetas bajaban en grupos de tres, organizados como si de inteligencia militar se tratara. Aquel que había reconocido a Will hizo señas a un grupo que se quedó un poco más atrás. Pudieron notar que cada uno parecía llevar su propio farol iluminado. Los faroles de ese segundo grupo se alejaban mientras otros tres iban con Donna, William y ahora Mara.

- Entonces sí eres tú, maldito ciego suertudo. ¿O desafortunado? No se sabe qué sería mejor en estas circunstancias. ¿Qué te trae por acá a este pueblo fantasma? - y se giró hacia Donna para mirarla con bastante sorpresa -. Vaya, vaya. Pero si es Donna Stevens. Una vez pedí tu mano a tus padres, ¿sabes? - su risa era ronca, al igual que su tono de voz. Seguramente se trataba de alguien que había fumado por muchos años -. No sabía que se conocían, aunque si antes el pueblo era pequeño, ahora sí que más con esos putos monstruos acabando con todo a su paso - y escupió al suelo. 

¿Y qué les trae por aquí? Podemos darles provisiones si quieren, pero hay un precio a pagar - y como si hubiera evitado a Mara hasta ese momento, miró a la morena con una sonrisa bastante... diciente.

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24/10/2020, 06:27
Narradora

Así que esto es el final. Ya poco importa. no queda nadie a quien conozca por su nombre y la mayoría de las personas en mi vida estaban ya en el otro lado de la laguna Estigia. Nadie próximo. Ningún amor. Solo resquemor por el tiempo perdido. Gracias, padre. Si hay otro lugar, espero que no nos veamos en él.

Brendan.

Diez días... Diez días desde que el sol se había ido y la oscuridad había llegado. Cinco días desde que Ellos habían aparecido. Cinco días en que los humanos se habían vuelto las presas de cacería más codiciadas, el trofeo máximo. ¿Su objetivo? Desconocido. ¿Su éxito? Garantizado. Tal vez las lágrimas se habían secado de haber tenido que correr dejándolo todo atrás, perdiendo poco a poco aquello que los modestos llaman cordura y pasando al instinto más primario de todos: el instinto de supervivencia.

 Después de la partida de Ambrose, no volviste a verle, siquiera a saber de él. Era posible que una parte de ti quisiera reencontrarse con él, pero otra aún resentía su abandono. Por ello, tal vez no te quedabas demasiado con un grupo, abandonándolo cuando la oportunidad se presentaba. Afortunadamente, habías logrado cuidarte bastante bien por tu cuenta, viendo solo por ti y tus intereses. Sin embargo, era muy difícil sobrevivir solo. Era el momento de buscar un nuevo grupo.

A tus oídos, llegaron rumores sobre un refugio en un hotel costero. Se decía que era el último asentamiento masivo y a salvo, y sabías que muchos de esos con quienes te topaste lo habían escuchado. Sin embargo, solo sabías que era un hotel llamado Miami. No lo habías escuchado, pero tal vez sería el lugar indicado para ir. Un lugar más masivo podía ser tu salvación o solamente una jaula más grande. Mientras decidías si tomar el riesgo o no, pasaste por un pequeño pueblo de los suburbios con la intención de buscar provisiones. Las provincias habían caído primero, así que había mucho que recoger. Era gracioso cómo ya no solo limpiabas por trabajo, sino por beneficio. Llegaste a un lugar bastante iluminado, cosa extraña de ver en esos días. Habías pasado un día entero sin comer algo decente o probar líquido, por lo que buscar provisiones sería vital. Te seguiste acercando y viste a un auto aparcado sin estar completamente dentro de una gasolinera que parecía ser la fuente de luz intensa. En este parecían haber algunas personas, al igual que tres personas que hablaban con quien se veía como el dueño. Sin embargo, algo más llamó tu atención. Bajándose de la caseta del minimercado había varios hombres con escopetas y parecían estar dando una vuelta demasiado larga como para considerar que vigilaban. ¿Qué tendrían en mente? Lo que podías dar por sentado era que estaban mirando hacia el auto aparcado donde todavía había personas dentro.

Notas de juego

Brendan comienza únicamente con lo que tenga en los bolsillos. Lo demás, lo podrá ir consiguiendo en el camino. 

Dependiendo de lo que decidas hacer, te doy más detalles. Y bienvenido n.n.

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24/10/2020, 13:48
2-Brendan Brooks
Sólo para el director

No podía dejar de esperar que el hotel Miami me ofreciese al menos un lecho en el que descansar 10 horas seguidas, no pedía mucho más, peor todavía tenía que llegar y ver qué me exigían. El tener que parar en este pueblo no me hacía demasiada gracia, pero el ruido que hacían mis tripas podía llegar a ser un gran handicap en caso de que me tuviese que esconder para pasar desapercibido. Había pensado que uno se solía esconder en las sombras, qué ironía, ahora tocaba esconderse en l máxima cantidad de luz que uno pudiera encontrar.

Fui atraído por la escena como una polilla es atraída por una bombilla, peor supe pararme a tiempo, oteando desde unas sombras no demasiado peligrosas, para tratar de deducir qué se estaba cocinando allí, entre la gente del primer coche, cuya osadía de estar brindando tanta luz en el lugar casi me había parecido una posible trampa (Es curioso lo rápido que uno puede caer en la paranoia aún cuando en su vida anterior había estado alejado de ese tipo de estados mentales), pero ahora comenzaba a pensar que tal vez estuviesen en problemas, tampoco sabía de buenas a primeras cómo podría ayudar, en caso de que se pudiese hacer algo.

Puede que no diese ni un penique por el futuro, seguía necesitando al menos dos monedas para pagar a Caronte. Procuré mantenerme al margen, ya que no sabía ni de qué lado posicionarme o en qué dirección correr si aquello se salía de madre...

Notas de juego

Ok, alguna duda... ¿Pudo llevar la lámpara de camping recargable que había comentado en mi intro o no? En los bolsillos, más allá de eso poco más llevo que un móvil sin batería, el cargador del mismo, casi más que ada un recuerdo del pasado que algo útil sin carga (Aún así con la caída de los satélites no e podrá usar ni de walky), y una navaja multiusos que solía emplear en mi trabajo, más que nada para raspar superficies o hacer marcas para otros  trabajadores, y unas cuantas monedas sueltas, cuya utilidad también se ha perdido ¿Así bien o es demasiado?

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25/10/2020, 23:46
2-Donna Stevens

Estaba asustada, no tenía miedo admitirlo pues era humana y el miedo era uno de los tantos encantos del ser humano... aunque el mismo podría llegar a ser una debilidad y un obstáculo difíciles de superar a la hora de llevar a cabo una resolución en una situación que requería de una respuesta por el instinto de supervivencia, pero... ¿Acaso los humanos contábamos con dicho instinto, luego de vivir tantos años bajo la comodidad y sin la necesidad de cazar nuestra propia comida porque ya habían personas que se encargaban de ello y solo debíamos de comprarla y cocinarla? Claramente no, era un instinto que se había perdido hace eones de años, pero que en estos momentos era necesario e importante de recuperar.

Sus manos se aferraban fuertemente al cuerpo de madera que amoldaba el cañón de doble cilindro de la escopeta que estaba previamente cargada, su cadera dolía ligeramente por haber caído sentada ante el tirón que el mismo William le había propinado para mantenerla a salvo y solo podía mantener sus ojos fijos en el hombre que iniciaba la conversación... se estaba maldiciendo a si misma por no ponerse de pie en esos momentos y protegerlo aunque fuera por la retaguardia, pero entonces fue que escucho más pasos y la voz de Mara detrás de ellos. Solo eso fue necesario para que la pelinegra volteara a verla con la boca ligeramente abierta ¿en serio había ido por ellos dos y dejado en el auto a los demás? No sabía que pensar; si era demasiado ‘‘madre’’ como para no querer abandonar a unos pocos por el bienestar de una mayoría o simplemente… era inconsciente.

Lentamente se fue colocando de pie y sin soltar la escopeta, fue que escucho las palabras de que se hacía llamar Stephen ¿había pedido su mano en matrimonio? Su madre algo le había comentado unos días antes de partir a iniciar su vida de estudiante más nunca se interesó en saber quién era el valiente, pero ahora viéndolo detenidamente… se veía mucho más mayor que ella ¿Qué edad tendría, unos 30 por lo menos? Se veía igual de desgastado que ella y todos los demás y es que en los pocos días en el que el mundo se fue a la mierda, el aseo personal ya no era una prioridad tan grande como la de sobrevivir –Así que tú eres el famoso hombre que quería mi mano a cambio de unas cuantas reces… buen negocio, pero no lo suficiente para que mi padre cediera al parecer. Sobre mí colega aquí presente fueron azares del destino; ya sabes que toda esta mierda se desato y el andar solo en el mundo no es la mejor opción-

Chico listo, claro que sabía que ellos necesitaban provisiones… no se iban a acercar a una gasolinera por puro amor al arte, pero lo que no le cuadro ni le gusto para nada fue la frase ‘‘hay un precio a pagar’’ y la mirada dirigida a la morena que estaba más atrás. Apretando aún más el arma, retrocedió unos pasos para colocarse frente a Mara protegerla de alguna manera de esa mirada, aunque no fuese tan productivo por su baja estatura –Yo pagare ese precio, no es necesario que la involucres a ella… conmigo tendrás suficiente y de sobra

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26/10/2020, 15:14
2-William “Will” Thornton

-Sí, estamos bien. De todos modos, Mara, ten -Susurró, cuando escuchó la voz de Mara a sus espaldas, pero se interrumpió de golpe cuando la voz de Stephen lo interrumpió, más cerca de lo que esperaba.

-Simplemente sigo vivo. -Contestó a las palabras del hombre armado. -Creo que con el accidente y los cabrones que saquearon mi casa hace tres días ya he acumulado suficiente karma como para tener algo de suerte ahora. Donna y el resto me sacaron de allí. Les debo la vida.

Escuchó el extraño cruce de frases entre el pistolero y Donna. No esperaba que ambos se conocieran, pero lo cierto era que Stephen siempre había sido un mujeriego empedernido, así que la anécdota no le resultaba extraña del todo. Con todo, celebraba el juicio del padre de la chica. Nada bueno le podría haber pasado teniendo un esposo como su conocido.

Cuando les ofreció provisiones, Will estaba a punto de enumerar algunas cosas que necesitarían, hasta que escuchó la mención al precio a pagar, sin entenderla. No podía hacerlo, claro. No tenía forma de ver la brillante mirada en los ojos de su conocido, como tampoco podía saber del atractivo de sus compañeras. Pero aunque no podía saber nada eso, hubo algo en la voz de Stephen que le hizo ponerse en guardia, y cuando Donna habló de nuevo, comprendió de golpe la naturaleza del precio insinuado.

-No me jodas, Stephen… -Contestó, dando un paso tambaleante hacia el lugar en el que había escuchado la voz de Donna.  ¿De verdad te parece el momento para eso?

Y mientras lo decía, él mismo se lanzó esa misma pregunta. El mundo se había ido ya a la mierda, y era más que probable que todos ellos, los que aún vivían, tuvieran su destino sellado en cuestión de días. U horas. Si Dios estaba observando, desde luego les había abandonado. No había ninguna ley, ninguna norma, sólo la supervivencia. Estaba seguro de que el hombre del rifle pensaba así. Si realmente iba a morir, lo haría intentando pasar un buen rato, a costa de quien fuese. Y, a juzgar por las palabras de Donna, era evidente que parecía haber escogido a Mara.

Will sintió una confusa mezcla de emociones. Rabia, por la actitud de Stephen, pero también una extraña sensación de pérdida. Había pasado tanto tiempo desde la última vez que había llegado a olvidar siquiera lo que se sentía. La sensación de compartir el cuerpo con alguien más, de unir sus alientos con un beso, de alcanzar el clímax con algo más que sus propios pensamientos. Apretó los dientes, con amargura, sabiendo el motivo.

Y es que era, y seguiría siendo hasta el final, sólo un ciego.

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26/10/2020, 18:34
2-Padre Michael Reston

El hecho de que cortaran la cuenta de su rosario se vio traducido en un ligero tic nervioso en el ojo. Pero más allá de eso, su rostro se tornó en una expresión ceñuda al escuchar el comentario de su compañera, enfadándose bastante por la actitud y lo que iba implícito.

- Entonces, dígame cuál es su plan porque me encantaría saberlo. Si alguien les ha disparado, alguien evidentemente armado, no como nosotros, la idea es ir uno a uno y morir según vayamos apareciendo, entiendo. Y... -se calló. Le costó mucho, pero lo hizo.

Iba a preguntarle sobre las posibilidades de supervivencia de un adulto y una niña. La niña no podría quedarse sola, el adulto se la tendría que llevar cada vez que fuera a buscar recursos, haciendo que la tarea se complicara con creces y las posibilidades de supervivencia de ambos se convirtieran en nulas. No podía decir eso delante de la niña, lo cuál era lo que le había frenado la primera vez de explicitar más. Pero, por supuesto, pensar con los pies era mucho más eficaz. Aunque que podía esperar de alguien que se había internado en la oscuridad sola...

- ...No he dicho que nos marcharíamos, aunque no negaré haberlo pensado. Pero desde luego, ir uno por uno no es una opción. Acercarnos con el coche en un acelerón sería nuestra mejor posibilidad. Pero no todavía. Hemos escuchado un sólo disparo. Uno. No dos. Ni tres. Así que cabe suponer que la situación no es tan mala y que si fuéramos podríamos actuar de detonante, cosa que pdoría haber provocado perfectamente Mara con su impulso de marcharse. Pero si su idea es cometer suicidio uno por uno... - abrió la puerta, con el mismo gesto enfadado que ella -...adelante, no la privaré. Yo seguiré esperando los diez minutos que le he dicho, por si le preocupa que me marche.

Tenía narices la acusación implícita de cobardía cuando acababa de entrar en una casa prácticamente a oscuras y llena de aquellos seres sólo por salvar a Lisa. La memoria selectiva de las personas resultaba sorprendente.

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29/10/2020, 18:09
2-Mara Jones

Cuando Stephen la miró, Mara alzó las cejas incrédula. La sola idea de que aquel hombre la tocara le produjo náuseas. Una arcada subió hasta su garganta, pero por el bien de todos, la chica contuvo la cara de asco. No creía que Stephen fuera del tipo de hombres que le importara la reticencia de una chica a tocarle, más cuando había exigido una extorsión para que ella cediera a ello. Mara lo miró de arriba a abajo, analizando la situación, dándose cuenta de que tenían un grave problema. Aquel hombre se había denominado Lobo Alfa y tenía tras él a una manada que impresionar. Además, no cabía olvidar que seguía ahí, en aquel mundo de oscuridad, con suficiente comida y baterías eléctricas para mantener aquel lugar iluminado cual feria de pueblo. Si había conseguido acumular todo aquello, no era un hombre al que se debería subestimar. Era un superviviente y todo el mundo sabe que cuando alguien está desesperado es capaz de todo.

"Homo Hominis Lupus"

A Mara le repugnaba, sobremanera. Podía entender la lucha por la supervivencia, la socióloga de su interior sabía los límites que alcanzaban las personas en situaciones extremas. Pero aquel ser había pensado en el sexo, estaba tan seguro de su posición en la cima de aquel techo de hojalata, que no pensaba en sobrevivir, sino en gozar de aquella situación de poder. Las personas como él eran peligrosas, Mara le miró directamente a los ojos, mientras decidía el plan a seguir. Stephen tenía el poder en la mano y una posición que mantener y reafirmar, debía ser precavida.

Lo primero de todo, ¿por qué no había tomado lo que quería sin más? ¿Quién iba a enterarse? ¿Quién iba a castigarle por ello? Si no lo había hecho tenía una razón, o no era tan malo como aparentaba ser o su relación con William lo impedía. ¿De qué se conocerían aquellos dos? Aunque también había una tercera posibilidad, que les hiciera pensar que aceptaba el trato y lo tomara todo igualmente. Estaban en la tela de la araña y un movimiento en falso solo traería la muerte consigo. Debían moverse con cautela, seguramente no serían los primeros ni los últimos en caer en aquella trampa. Aquella gasolinera se le antojó una de esas lámparas luminosas que atraían a las moscas a una muerte segura. La chica miró a izquierda y derecha buscando los restos de otros incautos, las moscas muertas junto a la lámpara de luz, seguro que habrían coches abandonados por doquier. De repente, las palabras de Donna la sorprendieron, sacándola de su ensimismamiento.

Yo pagare ese precio, no es necesario que la involucres a ella… conmigo tendrás suficiente y de sobra.

La chica se puso frente a ella, tapándola, protegiéndola y a Mara se le encogió el corazón. "No Donna, ni tú ni nadie. Hay que pensar rápido" iba a ganar aquella batalla.

-No me jodas, Stephen… -Contestó, dando un paso tambaleante hacia el lugar en el que había escuchado la voz de Donna.  ¿De verdad te parece el momento para eso?

Mara repasó deprisa lo ocurrido, no estaban en la mejor de las situaciones. Aquel imbécil tenía algo que necesitaban y podía exigir un precio. Su prioridad había sido su propio disfruten, aunque algo que impedía tomarlo sin más, siendo completamente capaz de hacerlo como era, teniendo aquel batallón armado tras de sí; las hienas reían ante el festín que se avecinaba. Así que seguramente su relación con William era la que le había retractado de disparar en primer lugar, haciéndole plantearse ayudar a un amigo; aunque eso sí, a cambio de un pago. Fuera como fuera, tenían que negociar y lo primero que se necesita al negociar es que ambas partes estén predispuestas a ello, necesitaba llevárselo a su terreno.

"Empecemos por ahí" decidió y alzando la vista por encima del hombro de Donna, le dedicó a Stephen una sonrisa. No se trataba de una sonrisa delicada, ni una de aquellas que según su abuela iluminaban su alrededor, tampoco se trataba de algo seductor. Era un reto, era un "te reconozco como fuerte, pero yo también puedo serlo, juguemos". Los hombres como Stephen jamás rechazan una buena partida y más cuando piensan tener la mano ganadora.

Mantuvo la calma, aunque lo único que le apetecía era pegarle una patada en los huevos. En ese momento se arrepintió de no haber ido más a menudo a Krav Maga con Klaus.

"Un halago para empezar la negociación", la voz de su profesora de sociología sonó en su mente, "es importante que tu adversario se sienta valorado".

- Jamás habría pensado que necesitaras un trato para conseguir algo así -le sonrió y bajó las manos, evitando nombrar a aquello que se referían, no sobrevaloraría a su contrincante. Y como algunas de sus alumnas decían, insinuar es más efectivo que enseñar. 

Por otro lado, Mara sabía que Stephen tenía una reputación que mantener, su ejército de hienas debía pensar que era capaz de conseguir lo que deseaba. Así que haber materializado en palabras su petición habría sido peligroso, ya que Mara no pensaba ceder a ella y él tampoco lo haría, si ésta se convertía en una una condición para mantener su posición de prestigio. Evitarían llamar a las cosas por su nombre, al menos por ahora.

Una vez conseguido aquel primer paso para una negociación, necesitaba lo más importante, tiempo. Si quería convencerle necesitaba que él quisiera escucharla. Necesitaba tiempo para llevarle con su oratoria al punto que ella quería, pero sin darle a entender que no tenía interés, sin sobrevalorarle por ello y haciéndole ver que tenían algo más interesante que ofrecer. Demasiados objetivos... ¿Cómo conseguirlos?

- Creo que tenemos información que puede serte de interés. Si nos ofreces un trago, quizás podamos conversar un rato -la chica le mantuvo la mirada, firme y decidida.

Tras aquella mirada, bajó el rostro y se estiró el borde de su chaqueta con gesto firme. Ella debía emanar seguridad, dejar de vigilarle y arreglar su vestimenta demostraba, seguridad y firmeza. Lo intentó al menos, aunque realmente estaba aterrorizada, se alegró que Donna la semitapara.

Se permitió aquel segundo donde no debía mantenerle la mirada, para meditar su siguiente paso. Mara estaba acostumbrada a negociar con sus alumnos, pero aquí la posición de superioridad le pertenecía a él. Analizó las ocasiones en las que sus alumnos habían conseguido  salirse con la suya y hacerla retractarse de alguna nota o de ampliar el plazo de entrega de algún trabajo. Alzó la mirada de nuevo.

- ¿Y bien? -inclinó el rostro amablemente, dejándole ver que esperaba una respuesta.

Tanto William, como Donna, que habían compartido con Mara las últimas semanas, sabían que ésta no era ella, la Mara que estaban viendo era un personaje que había decidido interpretar para afrontar a Stephen. La chica era valiente y decidida, pero jamás andaba con juegos de aquel estilo. Quería jugar con aquel animal, porque los hombres como aquel no razonan, se guían por necesidades y miedos. Así que Mara se había visto obligada a recurrir a tretas. La chica parecía segura de sí misma, pero Donna pudo sentir el temblor de sus manos cuando las apoyó en su espalda, buscando la calidez de su compañera, simplemente saber que no estaba sola. Necesitaba ayuda, les necesitaba a ellos. pero a pesar de aquel temblor, su rostro, aquel que Stephen podía ver sobre el hombro de su compañera, se mantenía firme e inalterable.

Stephen era un superviviente, pero ellos también. Saldrían de allí o reventaría todas las luces de la gasolinera en el intento.

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31/10/2020, 02:11
2-Rémy Baudin

-La idea suya es dejarlos abandonados a su muerte, ya veo, mucho mejor sin duda - Lo acalló con frialdad fulminándolo con una mirada. En algo tenía razón, no tenían más armas que la escopeta que llevaba Donna en las manos, aunque eso el otro grupo no lo sabía. Tenía una idea, pero prefería no usarla, las posibilidades de asustarlos eran tan altas como la de generar un tiroteo, y ahí seguro tendrías las de perder. Abrazó más a la niña, dibujando suavemente con sus dedos en su espalda como su madre solía hacer con ella cuando se levantaba por alguna pesadilla. "Debo estar muriendo" Pensó sonriendo con humor negro, era muy raro que pensara demasiado en su familia, pero esos últimos días se le habían venido a la mente con mucha mayor frecuencia. Recordaba muchas más cosas de las que en verdad creía. Y la niña le recordaba un poco a su hermana, quizás de eso se tratara todo. 

Chasqueó la lengua ante el nuevo comentario del padre, aunque tenía que reconocer que contaba con algo de razón. El coche era un arma, que podían tirar encima de esa gente si era necesario. Pero para eso tenía que haber alguien en el volante. -¿Pequeña? - La llamó con suavidad esperando a que la niña la mirase antes de pedirle lo siguiente - ¿Puedes seguir rezando con el padre unos minutos? Tengo que tomar el volante - Si la situación llegaba no tendrían mucho tiempo de reacción. -No le dejaría nuestro único vehículo a usted, pierda cuidado - Respondió con una sonrisa sarcástica esperando con calma que la cría se bajara de encima de ella para hacer lo que pretendía.

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01/11/2020, 10:34
2-Padre Michael Reston

Respira Michael, respira.

Estaba bien hablar y que alguien se quedara con una pequeña parte. Por lo visto, la sinceridad no se premiaba cuando se decía que se le había pasado por la cabeza mas en la frase había un pero tamaño elefante. Por otra parte, ignorando que él ocupaba ya el espacio del conductor y que a pesar de los grandes temores de la joven no había arrancado el coche y se había marchado, la chica decidió que aquel era su lugar porque, por supuesto, él se había convertido en el gran villano de la película. Sólo por haber pensado que lo más sensato sería dejar a los otros atrás. PENSADO. Y, evidentemente, todas las buenas cosas que había hecho por el bien del grupo habían quedado atrás, en el olvido, inexistentes, para ser ahora una persona que, por lo visto, era capaz de arrancar el coche a traición dejando a todo el mundo a su suerte. Merecedor de la mayor desconfianza.

...Bien.

No tenía nada más que decir. Se dio cuenta de que discutir no valía la pena, que decir algo no merecía su esfuerzo. Ya estaba. Para ella, era mucho mejor tener un villano cercano. Como cuando la gente se quejaba de lo mal que educaban los padres a sus hijos porque era mucho más sencillo que criticar la sociedad que los avocaba a ello.

...Bien.

Se encogió de hombros con evidente frustración y sin tener muchos problemas para saber hacia dónde derivaría todo aquello. Pero, ¿qué iba a hacer? Las persones hoy en día no confiaban en los representantes de Dios en la tierra. Ni confiaban ni respetaban.

Sin más ganas de discutir, se levantó sin más, abriendo la puerta para desplazarse hacia el asiento trasero, para ir al lado de la pequeña. Por lo visto, e irónicamente, eso sí le estaba permitido a un sádico como él.

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02/11/2020, 06:12
Narradora

Llegar a ese hotel te tomaría mucho tiempo a pie. Era obvio que de caminar a tu destino, estarías semanas caminando y, ¿de verdad podrías hacerlo durante semanas? Aquellos que estaban en el auto parecían discutir. Podías escuchar una voz femenina y una masculina, pero no podías saber qué decían. Otro aspecto extraño que notaste es que los hombres que rodeaban el carro, caminaban entre las sombras con bastante confianza. ¿Cómo lo hacían? ¿Acaso no temían ser devorados? ¿O eran Ellos? Era extraño porque ellos se veían bastante humanos como para algo así. Sin embargo, las hipótesis no podían ser desechadas tan fácilmente.

La actividad en la gasolinera aumentaba y se sentía la presión en el aire. Tal vez lo mejor sería alejarse, pero estabas seguro que tendrías tiempo suficiente para llegar al auto y alertarles. ¿Qué haría el solitario Brendan en esta situación?

Notas de juego

Te permito una linterna, porque las lámparas de camping no suelen caber en los bolsillos XD. 

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02/11/2020, 06:20
Stephen

La pequeña Lisa observaba la conversación entre Rémy y el Padre con temor, aunque no intervino ni protestó. Eran cosas de adultos que tal vez su mente infantil no quería procesar. Por esto, lo mejor era solo ignorar aquello. Thomas no hablaba, solo se mantenía en el asiento trasero inquieto y taciturno. Parecía el más afectado del grupo por todo lo sucedido.

Por otra parte, Stephen se rió ante el comentario último - Es el momento ideal para eso, idiota. Después de todo, es el fin del mundo y se necesita repoblar la Tierra cuando todo esto acabe -. El escucharle hablar de sus desdichas no despertó lástima en su rostro - No sabría decir si eres afortunado o no. Después de todo, estar vivo en esa mierda de realidad es una patada en las bolas -.

Apenas Donna se ofreció tomar el lugar de Mara, este la miró de arriba a abajo sin reparos ni intenciones de no dejarse notar, mientras que cuando escuchó a la morena, frunció el ceño ligeramente y chasqueó la lengua - Tienes mi curiosidad, mas aún no mi hospitalidad. Dame una pista o me quedaré con Donna. Después de todo, a las chicas jóvenes les encanta la experiencia de la edad - rió y tosió. Su tos era seca, de seguro alguien que fumaba en exceso.

Había pasado casi de cualquier negativa y más que enojarse con la actitud de Mara, parecía complacido - Primero, ¿para qué se acercaron inicialmente? Dudo mucho que haya sido a compartir información -.