Partida Rol por web

Ten Candles [+18]

Ecos en la Umbra

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30/04/2021, 10:30
2-William “Will” Thornton

Refugio: Guardia de Will y Mara. 

 

Después de su última pregunta, hubo unos momentos de silencio. Unos que él aceptó como parte natural de la conversación, al menos hasta que sintió que una inesperada y líquida calidez sobre su rostro. Una lágrima que no supo interpretar, y por la que se culpó inmediatamente.

-Mara, yo… si he dicho algo que… -Pero no llegó a terminar la frase, porque el susurro que ella le dedicó fue de agradecimiento, y borró su titubeo. Sí, sin duda había dolor en las lágrimas que resbalaban por sus mejillas, pero era un dolor calmado, tranquilo. Liberador.

Así que Will guardó silencio, dándole el tiempo que sin duda necesitaba, y escuchó cada uno de sus sollozos sin apartar la mano de su rostro, moviendo sus dedos sólo lo suficiente para limpiar sus mejillas de lágrimas, hasta que sintió las manos de ella cerrándose sobre las suyas, y apartándolas de su rostro para llevarlas a su pecho y hablarle.

Sintió bajo sus dedos la tela de su ropa y no pudo evitar ser dolorosamente consciente de la curva que su pecho formaba. Y más profundamente, notó también el calor de su cuerpo y el acelerado latir del corazón de Mara. Su propio corazón se aceleró, acompasándose con los rápidos latidos de los de ella, y de pronto se sintió como un adolescente, completamente turbado por la situación. Sentía el rostro caliente, y fugazmente se preguntó si se habría ruborizado.

-No, yo sólo… -Musitó, ligeramente abrumado por la intensidad de sus palabras. -Vosotros me salvasteis y yo… sólo intento ayudarte…

Ni siquiera fue muy consciente de cuánto tiempo estuvieron así, conectados a través de los latidos del corazón de la mujer, ni encontraba forma o motivo para romper el momento. Así que aguardó hasta que, finalmente, fue ella quien lo hizo, tirando de su mano para retomar ese afeitado del que él casi se había olvidado. Pero antes de echar a andar, se detuvo, y de pronto Will sintió el mismo tacto de esos labios anchos y cálidos sobre su mejilla, en un beso tan suave que lo sacudió por completo.

En esa ocasión, no tuvo ninguna duda de que se había ruborizado.

-Vamos. -Consiguió asentir finalmente, devolviendo una sonrisa a esa risa que parecía un bálsamo para el alma. -Mi barba está en tus manos.

Y yo.

Resulta extraño la facilidad con la que había aceptado esa conexión con Mara así, en la misma entrada del infierno, después de media vida de soledad. Pero trató de no pensar en eso, ni en otros oscuros recuerdos, mientras dejaba que ella lo arrastrara hasta el baño.

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12/05/2021, 12:53
2-Mara Jones

Refugio: Guardia de Will y Mara. 

Mara sonrió ante el rostro ruborizado de Will, aunque el suyo respondió con la misma reacción y, a pesar de que él no pudiera verla, agachó la mirada avergonzada. Will tenía aquel efecto en ella, se había negado a aceptarlo, pero su corazón latía más fuerte cuando estaba a su lado y en medio de aquella pesadilla, le daba la seguridad que hacía mucho tiempo había perdido. Mara siempre se había considerado una mujer fuerte y valiente, una revolucionaria como le gustaba decir a su abuela, pero toda aquella valentía le fue arrebatada cada segundo que pasó sentada tras las cortinas de su piso, sosteniendo la linterna entre sus temblorosas manos y viendo como el mundo se derrumbaba unos pisos más abajo, cómo los gritos, la sangre y la muerte inundaban las calles, mientras ella seguía buscándole con la mirada. Era algo que había preferido olvidar, pero siempre era el preludio de sus pesadillas, después los golpes en la puerta, el ruego entre lágrimas, la luz parpadeante, el charco de sangre y una zapatilla temblando en la oscuridad. Aquel bucle la atormentaba incluso con los ojos abiertos, pero... cuando sostenía la mano de Will, en aquel gesto inconsciente que había adquirido para mostrarle que estaba a su lado, la pesadilla desaparecía frente a aquella sonrisa franca y amable; era como si él fuese capaz de arrastrarla fuera de la oscuridad, de sacarla de sus sueños más oscuros.

"Will no me sueltes" gritaba en su interior cada vez que sostenía su mano. Pero el deseo y la lógica todavía danzaban el uno contra el otro, intentando encontrar su lugar en el infierno que les había tocado vivir. Los paradigmas de la lógica habían perdido su peldaño en la escala de la moralidad y la necesidad de sentirse vivos imperaba al raciocinio. Y el tacto de su mano imperaba a todo el resto de sentidos; la necesidad de abrazarle y que el mundo desapareciera a su alrededor latía cada vez más fuerte.

Un ronquido del padre Michael la sacó de aquella espiral en la que se había metido.

- Vamos -le confirmó, sacudiendo ligeramente el rostro para centrarse.

La chica tiró suavemente de la mano de Will, guiándolo hasta el baño. La pequeña habitación todavía estaba empañada de la ducha que se había dado Rèmy.

- Es una lástima que no haya ventanas aquí -dijo por la pesada humedad del ambiente-, pero después de tanto tiempo de viaje, esto es un sueño hecho realidad.

Mara soñaba con una ducha de agua caliente antes de poder descansar, pero sin saber porqué, aquel pensamiento mientras sostenía la mano de Will provocó una sensación en su cuerpo que no esperaba, su respiración se agitó ligeramente y se mordió el labio inferior. Apartó la mirada de las cortinas de la ducha por las que aún resbalaban pequeñas gotas cristalinas y la posó en un taburete de madera que había junto a ella.

- Ven, siéntate -Mara lo acercó al hombre, en un punto donde seguía vigilando a los que dormían en la sala de fuera y con ternura posó la mano de él sobre el borde de la madera.

Cuando Will se sentó y ella se incorporó, durante unos breves segundos sus rostros quedaron el uno frente al otro, tan cerca que un ligero movimiento habría hecho que sus labios... Mara cerró los ojos y se apartó un par de pasos, respiró profundamente, tratando de calmar aquella agitación que forcejeaba por abrirse paso en su interior.

- Solía arreglar la barba de mi abuelo -le dijo de espaldas, intentando calmarse un poco-, te habría caído bien. Era un hombre sencillo que siempre sabía sacar lo mejor de todo el mundo, me recuerdas un poco a él.

Hablar de su abuelo siempre la hacía sonreír, pero ni aquel recuerdo era capaz de obnubilar por completo la agitación de su pecho. La mujer cogió el neceser del estante, Will escuchó el ruido de una cremallera, ella rio ligeramente al ver el contenido de la bolsa.

- El padre de Donna era un hombre chapado a la antigua, no tiene maquinilla, solo una navaja -Mara sostuvo la navaja entre las manos, mirándola con cariño, el mango de nácar era como la que le regaló a Klaus en su último aniversario juntos-. Dame un momento y prepararé la espuma.

Cogió el pequeño recipiente y echó el jabón con un poco de agua en su interior, sus manos temblaban. Lo dejó todo sobre el lavabo y las sostuvo una contra la otra para calmarse. No sería muy buena idea afeitar a Will con aquel temblor en sus manos. Consiguió controlarse y cogiendo la brocha acabó de hacer la mezcla antes de acercarse al rostro del hombre. Sin poder evitarlo, se recreó de nuevo en el color de sus ojos, en la línea definida de sus labios. 

"Nena, cuando atraviesas el huracán..." las palabras seguían palpitantes en su mente.

Apartó las manos en un gesto involuntario, intentando resistirse a aquellas palabras, luchando contra aquella tormenta que solo ella inútilmente se empecinaba en mantener. "¿Cuándo sabes si has atravesado la tormenta?" Ella sabía que lo había hecho, pero seguía negándolo.

- Will... -"bésame" gritaba aquella mujer sentada en el ojo de la tormenta- ...la espuma está un poco fría, no te asustes -concluyó.

La brocha era demasiado grande, seguramente el padre de Donna se afeitaría toda la barba, pero Will solo necesitaba un retoque, así que cogió un poco de espuma entre sus dedos y la puso allí donde la barba había crecido sin control. Sintió un calambre al rozar su piel, un calambre que sacudió todo su cuerpo, tembló, sin poder controlarse y seguro que él fue consciente de ello.

- Luego te recortaré la barba, pero primero voy a sanearla -dijo con normalidad tratando de dominar el caos de emociones que sentía.

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14/05/2021, 16:52
2-William “Will” Thornton

Cuando llegaron al baño, Will sintió de pronto como si se zambullera en el aire cargado de cálida humedad que la ducha de sus compañeros había dejado atrás. Era una sensación algo cargante, pero no del todo desagradable debido al olor del jabón que impregnaba todo el pequeño aseo. Casi parecía que había pasado una eternidad desde la última vez que se había lavado a conciencia, y era dolorosamente consciente de que en esos momentos su olor corporal no sería precisamente perfume.

-Casi es agradable sentir el calor de la ducha. –Contestó, distraído, cuando ella lamentó la ausencia de ventanas.

Donna se detuvo a su lado, y tras unos momentos guio su mano hasta lo que parecía ser un taburete de madera. Y mientras se sentaba junto a ella, sintió el rastro del olor de la mujer. Una mezcla de polvo, sudor y un toque difícil de definir que debía ser el suyo propio. Sin embargo, Will encontró que no le resultaba desagradable en absoluto.

Estaba perdido en ese pensamiento cuando sintió algo. El olor de ella, mucho más intenso, en su nariz, y el suave roce de una cálida brisa sobre sus labios, como si ella estuviera respirando justo frente a su rostro, su boca a menos de un suspiro de distancia. Por un momento se quedó congelado por la sorpresa, y tomó aire en un gesto reflejo, tratando de decidir si dejarse arrastrar por el impulso de avanzar hacia delante…

Pero debía haber sido simplemente una mala pasada de su imaginación alterada por la presencia de la mujer, porque unos momentos después la sensación desapareció, y la voz de Mara le llegó desde mucho más lejos de lo que había esperado. Y Will maldijo una vez más al accidente que lo había privado de su vista. Deseaba verla y, sin sus ojos para hacerlo, sus otros sentidos parecían querer engañarlo.

-Espero que no lo digas por el aspecto. -Se obligó a bromear cuando ella habló de su abuelo, y hasta se molestó en dar a su voz una fingida indignación para olvidarse de esa sensación que creía haber imaginado. -No me digas que ya se me ha llenado el pelo de canas.

Cuando ella, un momento después, le dijo que tendría que afeitarle a navaja, sintió un momento de inquietud por imaginar el filo rozando la piel de su garganta, y tragó saliva. Pero, tras unos momentos pensando, se dio cuenta de que no estaba asustado. En todos sus años de ceguera no había dejado que nadie lo afeitase así… pero, de alguna forma, encontraba natural que ella lo hiciera.

-Confío en tu pulso, ¿eh? -Dijo finalmente, sonriendo en la dirección de su voz. -Las cicatrices sólo quedan bien a los tipos duros de las películas… yo prefiero simplemente una barba normal. Además, no quiero tener que limpiar el baño luego.

Un momento después, ella volvió a su lado. La espuma, tal y como había dicho, estaba fría, pero incluso a través de ella Will sintió el calor de su piel sobre su rostro. Y también el temblor que la sacudía, tan profundo como la sangre o el latir del corazón. Y aunque al principio quiso convencerse de que debía ser miedo, o tal vez inseguridad con la cuchilla, su instinto le gritaba otra cosa. Le gritaba que ese temblor era uno que hacía años que no sentía, pero que recordaba. Que era, en definitivo, el mismo tipo de temblor que sacudía su pecho cuando terminó de decidirse.

No dijo nada. No encontraba las palabras, y tal vez estuvieran de más. Con cuidado, levantó la mano hasta encontrar el brazo de Mara, aún parado sobre su rostro, y lentamente cerró sus dedos sobre él. Lentamente, con cuidado, temiendo tal vez que ella de pronto se soltara o lo rehuyera. Temiendo, al fin y al cabo, aceptar la esperanza de que incluso él podía encontrar de nuevo aquello que se había negado tanto tiempo.

Su mano terminó de cerrarse, y con delicadeza tiró de ella hacia sí mismo, en un gesto que tenía mucho más de caricia que de fuerza. En una muda y desesperada invitación.

Notas de juego

Un poco apresurado pero espero que guste :)

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15/05/2021, 22:17
2-Mara Jones

Refugio: Guardia de Will y Mara. 

Mara se estremeció cuando la mano de Will sostuvo su brazo. Era consciente de la creciente atracción que había ido naciendo entre ambos, al igual que lo era de que ésta no podía contenerse más. Aquel pequeño habitáculo les había dado la intimidad que necesitaban para que su cercanía fuera más que evidente. 

Las palabras no eran necesarias, mientras Will tiraba con delicadeza de ella atrayéndola hacia sí. Mara sintió que su corazón se paraba, suspendido en aquel instante. No podía apartar la vista de Will, de sus labios, pero cuando estuvo al borde de aquel abismo, del inminente momento de un beso que deseaba hacía tiempo, supo lo injusto que aquello era para él.

- Will... -susurró con el corazón encogido por romper aquel momento que ambos deseaban.

Mara siempre se había enorgullecido de su sinceridad y ahora, en el fin del mundo, no podía traicionarse a sí misma y a él de aquella manera.

- Espera... -si Will hubiera podido ver las lágrimas en sus mejillas, habría sabido lo que le dolía detener aquel mágico momento, aquella luz de esperanza en medio de la oscuridad en la que estaban sumergidos-. Quie... deseo -corrigió- esto tanto que... -no parecía encontrar las palabras-. Will yo... -llevó la mano del hombre junto a las suyas hasta su corazón-, hace días que no puedo pensar en otra cosa que no sea en ti. Que no sea en tus labios o estar entre tus brazos -arrancó con el valor que solo Mara podría tener para hablar con el corazón abierto, completamente vulnerable ante el hombre sentado frente a ella-. No sé cómo ha podido suceder todo tan rápido -sí lo sabía, pero las explicaciones sociológicas estaban de más-, pero mi corazón late desbocado cuando estoy a tu lado.

La chica hizo una pausa y Will pudo sentir en su mano aquel rítmico y acelerado latido, así como la respiración acelerada de la chica que hacía subir y bajar su pecho bajo el tacto de las yemas de sus dedos.

- Pero no sería justo dejarme arrastrar a este momento y arrastrarte a ti a él, sin que sepas algo importante... para mi. Hace unos días, cuando todo esto empezó, cuando ellos aparecieron, perdí a mi marido. Él fue mi mundo, mi universo, el sol y la luna de mi cielo y lo quería como si nuestras almas hubieran estado hechas para encontrarse la una a la otra, pero... hacía años que algo entre nosotros estaba roto, quebrado... -su voz se quebró también y no fue capaz de continuar.

Un nuevo silencio se hizo entre ambos, pero a pesar de aquella interrupción, la chica era incapaz de soltar su mano. La voz de Mara era un ruego silencioso. Se maldecía a sí misma por haber roto de aquella manera ese instante.

- Quiero ser sincera contigo -a pesar del temblor de su voz esa frase la pronunció con una ternura inabarcable-. Le amaba, amé a Klaus con toda mi ser y pensaba que solo dos almas estaban destinadas a encontrarse la una a la otra. Creí que podríamos superar esa distancia, como siempre habíamos hecho, todavía acogía la esperanza en mi pecho, cuando ellos... -cogió aire sin necesitar acabar la frase. Todo lo que empezaba con ellos, acababa en muerte-. Y entonces... te conocí a ti -continuó- y sacudiste todo mi mundo con esa sonrisa, con esa amabilidad y ternura con la que afrontas cada piedra en tu camino. Y tú... -sin soltar la mano de Will sobre su pecho, Mara acercó la otra a su mejilla y la acarició con dulzura- me hiciste entender que me había aferrado a algo que ya no existía, que ambos lo habíamos hecho por el amor que un día nos tuvimos. Pues ya no me estremecía entre sus brazos, como lo hago con el simple roce de tus manos.

Mara cerró los ojos tratando de ordenar sus ideas.

- Todavía me duele cuando pienso en él Will, pero -apretó la mano del hombre contra ella- no puedo negar más que... me estoy enamorando de ti -el siguiente latido en su pecho apoyó las palabras de la mujer-. Entiendo que éstas cosas necesitan su tiempo, que el duelo, el dolor... -se aceleró, pero su voz fue cortada por un sollozo- ...pero tiempo es justo lo que no tenemos y creo que todo mi ser lo sabe. Todo lo que me grita que me lance a tus brazos, que te bese, que deje a mi corazón y mi cuerpo estremecerse bajo tus caricias y sentirme viva de nuevo. Lo siento Will por estropear un momento inolvidable y maravilloso. Pero habría sido tan injusto para ti... y jamás podría herirte de esa manera. Entenderé que ya no... -no necesitaba acabar la frase, pero en su interior no pensaba repetir los errores de cualquier película romántica y quedarse en aquel standby donde ambos desearían amarse, pero no lo harían por no haber sabido hablar, por no haberse sincerado. Ella no era una niña, no era alguien que tuviera miedo a sus sentimientos, así que sacando valor de las palabras que le habían hecho entender la tormenta, se lanzó al vacío-. Entenderé y respetaré que sabiendo esto no quieras... no puedas acabar ese beso que tan estúpidamente he interrumpido. Pero no voy a guardar mis sentimientos y menos aún en este infierno, no sé que sucederá mañana, dónde nos llevarán nuestros pasos. Pero sí sé que aquí y ahora, lo único que deseo es... a ti.

Conformarnos con saber pequeñas cosas... era el único lujo que podían permitirse; el aquí y el ahora.

Notas de juego

* La canción perfecta. Vamos, le viene a la escena como anillo al dedo ;)

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20/05/2021, 10:15
2-William “Will” Thornton

El brazo de ella cedió suavemente ante su el tirón de su mano, y su cuerpo comenzó a descender hacia el suyo en silencio, orbitando como dos planetas atrapados en una lenta pero inevitable colisión hacia los labios del otro.

Pero entonces, Mara se detuvo, y el aliento de Will se detuvo con ella.

Tras un eterno instante de silencio, con voz estrangulada, empezó a hablar. Lenta, entrecortadamente al principio, como si le costara un mundo comenzar a desnudar sus emociones. Pero a medida que éstas comenzaban a fluir, se desbordaron y se convirtieron en un río imparable de descarnada sinceridad.

La escuchó en silencio, consciente de pronto de lo mucho que no sabía. Sobre ella, sobre todos los demás. Llevaba tanto tiempo viviendo en su particular oscuridad que en ocasiones no recordaba cómo era vivir una vida bajo la luz. El tipo de vida de la que Mara estaba hablando en esos momentos. Una vida con alegría, con dolor. Con dudas y miedos. Muy lejos de la resignación que había atrapado su alma tiempo atrás.

Las palabras de la mujer lo sacudían con emociones contradictorias. Sentía lástima y tristeza cuando ella hablaba de su pérdida, cuando su voz se quebraba en un sollozo, pero no podía evitar sentir que la llama de su deseo se avivara cada vez que se refería a él, cada vez que sentía su corazón acelerado a través de su mano.

-Mara… -Susurró, impactado por la sinceridad de sus palabras, y su mano libre buscó el rostro de ella, acariciando su mejilla húmeda por las lágrimas que había derramado.

-No tenemos pasado… El mundo del que veníamos ya no está. -Continuó, limpiando los rastros de sus lágrimas con ternura. -Y el futuro, si es que hay uno, está demasiado lejos. Sólo nos queda el ahora.

-Así que… gracias por contármelo, pero saberlo no me hiere, Mara. Sé que antes de que esto pasara éramos otras personas. Pero ahora… somos lo que somos. No podemos negarlo… como no podemos perder el tiempo que nos queda.

-Yo tampoco quiero detener esto. -Añadió finalmente, con su voz ligeramente ronca por el anhelo apenas contenido, y liberó la mano que aún permanecía sobre su pecho.

Sin prisa, se inclinó hacia delante hasta que pasó su mano por detrás de su espalda, y tiró de ella de forma mucho más decidida que la primera vez. Lo que debía decirse con palabras estaba ya dicho, pero a ambos les quedaba aún mucho por decir sin necesidad de ellas. Así que Will atrajo a Mara hacia él, hasta que ella quedó sentada a horcajadas sobre él y su cuerpo se pegó al suyo como si deseara convertirlos en uno sólo.

Con el corazón acelerado, sintió las formas de su cuerpo sobre el suyo, y el calor de la piel de ella a través de la ropa húmeda por el vapor que los rodeaba. Y supo que ella también debía estar sintiendo lo mismo, el calor y la reacción de su cuerpo sobre el suyo.

Sintió sobre su rostro la caricia de sus rizos, y su boca buscó la de Mara, guiándose por el sonido de su aliento entrecortado, hasta que finalmente encontró en la calidez de sus labios lo que había estado buscando.

La besó. Suavemente al principio, descubriendo sus labios con los suyos sin prisa, disfrutando de su tacto y de la forma en la que sus respiraciones se mezclaban. Y poco a poco, de forma más atrevida, permitiéndose ir más allá y dejarse llevar para fundirse en el beso profundo con el que había estado soñando.

Notas de juego

Espero que la espera haya merecido la pena xD

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21/05/2021, 14:50
2-Mara Jones

Refugio: Guardia de Will y Mara. 

El susurro de su nombre en los labios de Will frenó el desbordado torrente de sentimientos por el que Mara se había visto arrastrada.

Con esa calma que le definía, la que hacía que volviera a respirar cuando ni ella misma era consciente de que había contenido el aliento, secó sus lágrimas.

Mara le escuchaba en silencio, asimilando el significado de sus palabras. Siendo consciente de que su sinceridad solo había sido un reflejo del caos que la azotaba por dentro y de cómo él era capaz de sosegar aquel mar embravecido con una sola de sus palabras.

"El mundo del que venimos ya no está"

Todos arrastraban una maleta consigo, un peso de un mundo que había quedado atrás y ya carecía de valor. Las palabras de Will le hicieron entender que podía soltar ese peso sin sentirse culpable, pues no tenía sentido llorar en las cenizas de una hoguera consumida.

La mano de Will en su espalda la hizo estremecerse, despertando su cuerpo de un letargo en el que no había sido consciente de estar. Dejó escapar un quedo suspiro mientras Will la atraía hacia él, sentándola sobre sus piernas. La proximidad de sus cuerpos aceleró los latidos de su corazón, su calidez la acogió mientras el rubor cubría sus mejillas y solo entonces, fue consciente de lo desnuda que se sentía a pesar de no estarlo; de lo vulnerable que era entre sus manos. El mundo al otro lado de la puerta del baño se desvaneció mientras se sentían el uno al otro en aquella húmeda atmósfera que intensificaba sus sentidos.

Sus labios se aproximaron, sin prisa, recreándose en el camino hacia aquel inexorable momento. Sabiendo que ya nada ni nadie podría pararlos, porque el deseo ardía más fervientemente que el miedo en sus corazones.

"Sólo nos queda el ahora."

Y sus bocas se encontraron, al principio como una suave caricia, disfrutando de ese lento roce que tanto habían ansiado. La ternura de Will conmovió a Mara, que dejó escapar un leve suspiro sobre sus labios. Le costaba controlar su respiración mientras aquel beso se abría paso a través de su razón desbaratando una a una sus barreras; enzarzándola a él, a su cuerpo... a ese deseo prendido en el íntimo lapso de tiempo que la calma les había regalado.

Las manos de Mara acompañaron la intensidad del beso acariciando su mejilla derecha, arrastrando, sin importarle, la espuma que quedaba en su barba y esparciéndola de forma inconsciente por su cuello y su nuca.

Los dedos de Will ardían a través de su ropa y Mara se apretó más contra él, con la necesidad acuciante de sentirle más cerca, de compartir una intimidad todavía más profunda que la de sus bocas. Buscó a tientas el borde de la camisa de Will y empezó a deslizarla lentamente por su torso, esperando que él fuera preso del mismo deseo que la arrastraba a ella.

Notas de juego

Valió la pena, ¡Qué bonito! :'(

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28/05/2021, 12:12
2-William “Will” Thornton

Refugio: Guardia de Will y Mara. 

 

La mano de Mara esparció por su rostro y su pelo la espuma de afeitar, pero Will ni siquiera se dio cuenta de ello. Sus cuatro sentidos estaban ya atrapados por la mujer que estaba sentada sobre él, y el resto del mundo había desaparecido para él.

La besó más profundamente, vertiendo en su boca toda su ansiedad, su deseo, mientras bebía desesperadamente del de ella. El aliento de Mara sobre sus labios era como un fuego que hacía arder todo su cuerpo y consumía sus pensamientos.

Alzó los brazos cuando ella agarró el borde de su camisa, dejándola tirar de ella hasta que su torso quedó desnudo, y en el momento en el que lo estuvo, la tomó de la cintura y comenzó a retirar también su camiseta mientras seguía besándola.

Lo hizo despacio.

A pesar de la urgencia que sentía, del deseo, se obligó a no acelerarse. A disfrutar de lo que hacía. A ir sintiendo la forma de su cuerpo mientras la tela de la camiseta resbalaba por su piel, hasta que finalmente se unió a su propia camisa en el suelo, ambas olvidadas por completo.

Su ceguera le hirió una vez más. Deseaba tanto poder verla... Poder recorrer con su mirada las curvas del cuerpo que tenía frente a él. Descubrir la forma de su esbelto cuello, admirar sus facciones, la piel que acababa de desnudarse para él… Y ver el deseo que imaginaba que ardía en los ojos de ella.

Pero no podía. Al menos, no con sus ojos. Pero sí con su cuerpo.

Lentamente, sus manos subieron desde sus caderas, explorando su piel ahora desnuda, deteniéndose unos momentos para acariciar la curva de sus pechos y la dureza de sus pezones, hasta que alcanzó sus hombros, y sus dedos se hundieron entre los mechones rizados de su pelo. Suavemente, tiró de ellos hasta obligarla a arquear la cabeza hacia atrás, y sus labios buscaron su cuello ahora expuesto.

El primer contacto fue algo torpe mientras la buscaba a ciegas. Pero el segundo tuvo más confianza. Will besó su cuello, pero el beso se acabó convirtiendo en un suave mordisco que apretó sólo lo suficiente para que ella sintiera su deseo. Lentamente, fue ascendiendo por su cuello hasta alcanzar el lóbulo de su oreja, y sus labios se prendieron de él.

-Mara… -Susurró entrecortadamente, con su corazón latiendo desbocado. -Quiero sentirte.

La mano que había recorrido su pecho se cerró de nuevo sobre su espalda, y empujó su cadera sobre la suya hasta pegar el cuerpo de ella sobre su entrepierna, y la sensación del calor de Mara sobre él le arrancó un gemido involuntario.

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31/05/2021, 00:49
2-Mara Jones

Refugio: Guardia de Will y Mara.

Mara se estremeció cuando los dedos de Will rozaron su costado. Cerró los ojos y suspiró, sintiendo como la tela se deslizaba por su busto seguida cariñosamente de las manos del hombre. Will escuchaba su respiración expectante, junto al movimiento acompasado de su pecho. La camisa se deslizó por su cabeza y cayó junto a la de él, arremolinadas en un mar de pliegues, como si ellas también desearan fundirse la una en la otra.

Se hizo una pausa entre ambos, mientras Mara le miraba conteniendo los latidos de su pecho. Las manos de Will dibujaron senderos de pasión por su piel, acariciándola como jamás lo había hecho nadie, se estremecía con cada suave movimiento y no pudo contener un dulce gemido cuando Will acarició sus pechos, pero el hombre siguió el recorrido mientras ella le daba  tiempo para explorarla, para sentirla, para dibujar con sus dedos lo que sus ojos no podían mostrarle. Cerró los ojos, entregándose a aquellas manos que se habían convertido en su oasis en medio del desierto, y si bien Will no podía verla, la intimidad que crearon sus caricias fue mayor que la de cualquiera de las miradas.

Will era firme, pero no brusco, una mezcla de esa masculinidad contenida que la desestabilizaba en un punto de dulce locura. Echó su cabeza hacia atrás y él mordió su cuello, la leve presión la hizo gemir de nuevo, aunque sin olvidar que a unos pasos de ellos estaban sus compañeros. 

Aunque Will se empeñaba en romper su decoro, siguiendo el recorrido de sus labios hasta aquel excitante susurro. La acercó, con aquel gesto seco y excitante. Los pechos de Mara se aplastaron contra el torso de Will y sintió entre sus piernas, a través del pantalón que ambos todavía vestían, la masculinidad erecta del hombre. Esta vez el gemido escapó entre los labios de Will y Mara decidió que ahora era a ella a la que le tocaba perderse en su cuerpo. Besó a Will con toda la delicadeza que pudo, apagando quedos jadeos en la danza furiosa de sus lenguas. Deslizó su mano por su nuca, acariciándole con suavidad, descendiendo lentamente por su columna vertebral, entreteniéndose con las yemas de sus dedos y algún pequeño arañazo furtivo. La mano siguió el recorrido en dirección a su torso, ascendiendo por el costado, erizando la piel de Will a su paso hasta llegar a sus fuertes brazos. La boca de Mara consiguió despegarse de sus labios e iniciar el descenso hacia su cuello, pero la espuma de afeitar todavía cubría la piel.

- Espera -le dijo, levantándose un segundo de su regazo y entornando ligeramente la puerta.

Se giró de nuevo hacia él, admirando la perfecta musculatura de su torso. Se acercó con calidez y le instó a levantarse, Mara era más bajita que él, así que se puso de puntillas para reposar un suave beso en sus labios. Sin soltar su mano se alejó dos pasos y abrió el agua de la ducha, Will escuchó el repiqueteo de las gotas contra el suelo mientras la mujer volvía a la intimidad de su abrazo.

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02/06/2021, 12:43
2-William “Will” Thornton

Refugio: Guardia de Will y Mara.

 

Continuaron besándose, entrelazando sus bocas y sus respiraciones como si nada más importara. Hacía ya mucho que Will había perdido la noción del tiempo, y cuando Mara dirigió sus labios a su cuello, se arqueó en respuesta, ofreciéndoselo.

“Espera”

El susurro fue inesperado, como también la forma en la que se alejó de él. Y, aunque era consciente por el tono de su voz de que simplemente era una pausa, se sintió repentinamente frío sin el calor de su piel sobre su cuerpo. Escuchó con atención, tratando de saber qué era lo hacía a través del suave sonido de sus pasos.

El sonido del agua de la ducha cayendo sobre las baldosas resolvió sus dudas, y un segundo más tarde Mara regresó junto a él, devolviéndole su calor cuando se colocó de nuevo entre sus brazos , y le instó a levantarse antes de besarlo de nuevo.

Will la abrazó, dejando que su cabeza se enterrara en su melena rizada, y dejó que sus párpados cayeran. Así, con los ojos cerrados, casi podía imaginarse de vuelta en los tiempos en los que era un hombre completo. No veía, pero no necesitaba ver en ese momento. Mara lograba hacerle sentir que tenía todo lo que necesitaba.

Por un momento, estuvo a punto de arrastrarla directamente hacia la tentación de la ducha, pero entonces los últimos ecos de su mente racional le recordaron que posiblemente una ropa empapada no sería la mejor idea cuando tuvieran que salir de aquel refugio para enfrentarse de nuevo al frío de la noche.

O, tal vez, no fuese su mente racional la que hablaba, sino simplemente su deseo buscando una excusa para poder liberarse de la poca ropa que les quedaba. Con una sonrisa aleteando en sus labios, se agachó ligeramente para buscar de nuevo la boca de Mara, y unir sus lenguas en otro beso que parecía no tener fin.

-No hay dónde secar la ropa… -Susurró entonces, separándose unos centímetros de su cuerpo. Lo cierto es que le importaba bien poco si lo había o no, y confiaba en que a ella le sucediera lo mismo con su pobre excusa.

La besó de nuevo, mordiendo lentamente su labio inferior, y luego dejó que sus besos se deslizaran por su mentón, resbalando lentamente por su esbelto cuello y moverse, sin prisa pero sin detenerse a través de su pecho, hasta que él mismo quedó arrodillado frente a ella. Sus manos, que sostenían las redondeadas caderas de Mara, se movieron siguiendo la línea de su pantalón hasta el botón que lo cerraba, y lo soltó con una destreza que sólo podría alcanzarse por alguien cuya vista estaba en el tacto.

Sus manos se detuvieron un instante, inseguras. Temerosas de ser demasiado atrevidas y acabar por cruzar algún límite que ella rechazara. Pero fue sólo un instante, antes de que el valor y el deseo lo empujaran de nuevo a continuar. Sin prisa, empujó el pantalón hacia abajo, haciendo resbalar la ropa sobre su oscura piel mientras cubría de caricias sus piernas hasta que la tela quedó sobre el suelo.

Sus manos ascendieron de nuevo, disfrutando de la forma de sus muslos, y con una sonrisa provocadora se inclinó para morder suavemente su cadera antes de levantarse de nuevo y rodearla con sus brazos con fuerza.

Había pasión en ese abrazo. Estaba en la forma en la que la apretaba, en el acelerado latido de su corazón, en la dureza de su masculinidad sobre el cuerpo de ella. Pero, cuando él sostuvo su mentón para depositar en sus labios un beso lento y profundo, Mara supo que había más que únicamente pasión.

Notas de juego

No tenía mucho tiempo para escribir, así que ha sido un poco apresurado el post. 

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04/06/2021, 20:05
2-Mara Jones

Refugio: Guardia de Will y Mara.

Los brazos de Will hacían desaparecer todo el miedo que arrastraba pesadamente en su corazón. Se refugió en su pecho mientras él enterraba el rostro entre los rizos oscuros. Cerró los ojos también, deseando que el tiempo se parara en aquel minúsculo y húmedo baño, deseando que el tiempo le concediera una tregua, un alto el fuego de su eterna pesadilla.

Will buscó de nuevo sus labios y sus lenguas se enlazaron de nuevo la una a la otra, la chica sentía temblar todo su cuerpo y aunque intentaba controlar su respiración para que no les oyeran desde fuera, ésta se hacía cada vez más pesada, incitante, consciente del deseo que consumirían en la vorágine de sus cuerpos.

- No -Mara dejó escapar una risa fresca, natural- no lo hay -pronunció cómplice de su excusa.

Sus labios se hallaron de nuevo, en un beso pausado, contenido, que ardía bajo la ropa que todavía llevaban. Will bajó por su cuerpo, dibujando un camino de besos. Mara coló los dedos entre su pelo y lo acarició con cariño, dejando escapar un pequeño gemido cuando sus labios atravesaron el valle de sus pechos. Le miraba anonadada, perdida en la suavidad con la que era capaz de tratarla. Desabrochó su pantalón, Mara se mordió el labio, pero no le pasó desapercibido el temblor de las manos de Will, le acarició la mejilla en un tierno gesto que le rogaba "está bien, continúa por favor". La tela se deslizó con fluidez por sus piernas, dejándola tan solo con la ropa interior frente a él. Antes de que se levantara, Mara llevó sus manos al borde de los pocos restos de pudor que le quedaban y le ayudó a desnudarla del todo. Will la abrazó con fuerza, Mara estaba algo bloqueada, todos los sentimientos que Will provocaba en su cuerpo y su corazón la estaban desbordando, asombrando... había olvidado esa cálida sensación que te acuna. Había olvidado lo que era perderse en un abrazo que te aislaba de todo. El corazón de Will latía atronador en su pecho y Mara supo que había algo más en aquel abrazo, al igual que él también.

Se puso de puntillas y besó su torso, en un principio suavemente, pero el deseo la estaba perdiendo y pronto los mordiscos e incendiarios paseos de su lengua le dijeron a Will que Mara no tenía intención de pararse allí, ya no. Sintió las manos de la chica recorriendo sus brazos de forma estremecedora, jugaba con las yemas de sus dedos y la sutileza del suave arañazo de sus uñas. Hasta que llegó al borde del pantalón de Will y lo desabrochó, no tan fluidamente como él, pero también con soltura. Mara coló la mano en el interior y acarició su miembro, mirándole, bebiendo de su deseo.

Sus mano se demoró en aquella caricia, escuchando su pesada respiración, su rostro anulado por el placer. Con la otra mano, empujó delicadamente sus pantalones, que acabaron en el suelo, junto al resto de su ropa que ya yacía entremezclada en una presagio de lo que iba a suceder.

Le desnudó, dejándolo frente a ella sin más que sus cuerpos preparados para entregarse al otro. Le empujó con delicadeza bajo el agua de la ducha que perfiló su cuerpo con millones de gotas transparentes. Suspiró al verlo tan atractivo bajo aquella cascada de agua.

- Will... 

Y cuando el agua arrastró los restos de espuma, Mara, incontenible ya, se abalanzó sobre su cuello con deseo. Mordiéndolo con necesidad, con urgencia, pegando sus pechos al torso de Will y su sexo al miembro erguido del hombre. Su respiración se había convertido en suaves jadeos que apagaba el repiqueteo de la ducha.

- Tómame... - le susurró al oído.

Y apoyándose en contra la pared de la ducha y levantó una pierna a la altura de su mano para que él la sostuviera. Dejando su intimidad expuesta al firme deseo de Will que estaba ahora entre sus muslos.

Notas de juego

*Pues habrá que acelerarlo, que la máster nos tira de las orejas y con razón XD

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07/06/2021, 13:38
2-William “Will” Thornton

Un escalofrío recorrió la espalda de Will cuando los labios de Mara comenzaron a recorrer su pecho, y sus manos descendieron lentamente por sus brazos, cubriéndolos de caricias que acabaron alcanzando su cintura, adelantando lo que ambos sabían que estaba por suceder. Inconscientemente, contuvo el aliento cuando las manos de Mara comenzaron a desabrochar su cinturón, pero no pudo evitar que todo ese aire se escapara, en forma de un gemido de placer, cuando sintió los dedos de ella cerrándose sobre su miembro en una ardiente caricia.

Lo había esperado. Lo había imaginado, deseado, desde el primer momento en el que sus pieles se tocaron, o tal vez incluso antes. Pero ni su imaginación ni sus recuerdos lo habían preparado para la oleada de sensaciones que ella le hizo sentir cuando comenzó a masturbarlo. Perdido en el placer que el roce de la Mano de mara causaba sobre su erección, con su respiración acelerada, apenas sí fue consciente de cómo ella terminaba de liberarle de la poca ropa que le quedaba.

Al menos, hasta que ella lo soltó el tiempo suficiente como para empujarlo al interior de la ducha y las gotas de agua empaparon su cuerpo desnudo. Agua caliente, y que sin embargo casi parecía fría por el contraste de la piel de Mara. Afortunadamente, no tuvo que esperar mucho para recuperar ese calor, pues un momento después ella se lanzó contra él, rodeándolo con sus brazos.

Los dientes de ella en su cuello hicieron que un nuevo gemido ahogado se escapara entre sus labios, pero lejos de huir, levantó la cabeza para facilitar esos besos que lo estaban volviendo loco. Sentía sobre su pecho los pezones de Mara, endurecidos por la excitación y el agua, y el vello y el calor de su sexo sobre su miembro.

Se ahogaba. No por su respiración, sino por la necesidad de fundirse con ella. Apenas podía pensar en otra cosa que el deseo de tenerla, pero cuando ella susurró una palabra que pareció una orden, incluso ese pensamiento terminó por esfumarse, dejando tras de sí sólo el instinto desatado.

“Tomáme”

Su respiración, ya encendida, se aceleró aún más al escucharla, y cuando sintió el toque de la pierna de ella cerca de su mano, su cuerpo reaccionó por instinto. Su mano buscó su sexo, demorándose en él sólo un instante, el que necesitó para recorrerlo con el dedo corazón, sintiendo el calor y la humedad de ella, y después sus dedos resbalaron por sus nalgas y muslos, hasta sujetar firmemente la rodilla de la pierna que ella había levantado.

-Mara, yo… -La voz de Will era sólo un susurro ronco a través del murmullo del agua que los rodeaba. Pero, antes de que terminara la frase, su deseo ganó la partida, y sus caderas se movieron hacia ella, lentamente pero con decisión, penetrándola profundamente, y dando por acabado el momento de las palabras.

Un gruñido de éxtasis grave, primario, brotó de la garganta de Will al sentirla. El interior de Mara se cerraba sobre su miembro, quemándole con su calor, recordándole cosas que había perdido tiempo atrás, y otras muchas que nunca había sentido. Era como si descubriese todo de nuevo. Como fuese la primera vez, como si fuese la única. Como si ella fuese la respuesta a todas las preguntas que alguna vez hubiera tenido.

Supo que necesitaba más. Más de ella, más de su calor, de sus besos. Supo que podría tomarla una y otra vez, y aún no tendría bastante de ella. Jadeó, asustado y embriagado a partes iguales por esa sensación que amenazaba con quebrar su juicio.

-Más… -Murmuró, más para sí mismo que para ella. -Mara… más…

Su mano libre rodeó la curva de su cintura, apretándola contra él, hundiéndose aún más en ella. Y entonces, haciendo gala de una fuerza que ya ni siquiera recordaba poseer, tiró de ella hacia arriba, levantándola en vilo, y giró hasta que la espalda de Mara quedó pegada a la pared de la ducha, sostenida únicamente por sus manos y el sexo que compartían.

Will bajó sus manos entonces, acariciando sus muslos hasta situarlas bajo sus nalgas, y sus labios buscaron los de Mara. Y así, mientras unían de nuevo sus lenguas en un nuevo beso, comenzó a mover sus caderas lentamente, acompasándolas con el movimiento de sus brazos y en una lenta y profunda danza que hizo que todo su cuerpo se estremeciera.

Notas de juego

Bueno pues aceleramos... Pero sin prisa xD

Por cierto, me ha gustado mucho tu post, es muy evocador :)

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10/06/2021, 19:46
1-Fer Dunkel

Refugio: poco antes de que todos se levanten

Poco antes de que todos se levantaran, Fer quiso mover ligeramente el hombro de Katrina para hablar con ella, no le había pasado desapercibido que habían sucedido ciertos momentos de tensión horas atrás.

Buenos días -su tono era ¿musical? ¿alegre?- ¿Cómo te encuentras?

Ya había recuperado el tono normal. Miró a la muchacha, sentado al lado de su cama.

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10/06/2021, 18:42
2-Mara Jones

Refugio: Guardia de Will y Mara.

Los dedos de Will se perdieron con decisión en la humedad de su sexo y Mara gritó de placer sin poder controlar el volumen de su voz. Sus mejillas se sonrojaron y algo avergonzada, escondió su rostro en el cuello del hombre, tratando de apagar el eco de su deseo o, tal vez, solo disminuirlo hasta que Will fuera el único que pudiera deleitarse con él.

Trataba de contenerse, respirando entrecortadamente mientras las manos del hombre recorrían con afán sus piernas. Pero a pesar de su esfuerzo, pequeños jadeos escapaban involuntariamente de sus labios siendo el fiel reflejo del incendio que estaba provocando en su interior. Will alcanzó su rodilla y la sujetó con firmeza, y en ese momento los latidos de sus corazones se detuvieron de golpe, un segundo, algo efímero, pasajero, fugaz... Mara le miró, deleitándose en los músculos de su cuerpo, en las atrevidas gotas de agua que osaban resbalar por su piel. Se mordió el labio, consumida por el deseo y acarició su torso compitiendo con el agua para hacerle arder. 

No necesitaba que él la viera, la ruda masculinidad de sus manos le decían todo lo que necesitaba saber: el deseo, la pasión, el ansia, el apetito... Acarició su mejilla, mientras sentía como su erección rozaba la entrada de su vagina. Le deseaba como jamás había deseado a ningún otro hombre. Una sensación eléctrica les recorrió a ambos y compartieron esa dulce tensión que precedía el momento que sus cuerpos anhelaban como agua en medio de un desierto.

Contoneó su cadera decidida a entregarse, pero entonces él pronunció su nombre. La mujer se separó ligeramente para mirarle, pero nunca llegó a saber lo que él quería decirle, pues las palabras quedaron flotando en el aire, como el fantasma de una idea, de un deseo, de algo tan secreto que no debía ser pronunciado... y Will la penetró. Mara gritó de placer, escondiéndose en el recoveco de su cuello, temblando contra él mientras la penetraba con una lenta decisión que saturó sus sentidos, descartó su razón y pateó su lógica... alcanzando lo más profundo de su ser... convirtiéndose en todo lo que ella siempre había necesitado.

- Will... -susurró conmovida.

Pero sus cuerpos ya no atendían a palabras o quietas atenciones, la levantó en vilo y a pesar de la dulzura, el golpe contra la pared de la ducha la encendió como el combustible más ignífugo. Las cadenas que ataban su decoro se soltaron con un estruendoso chasquido y enlazó las piernas a su cintura apretándole contra ella, provocando que la penetrara más profundamente todavía. Will gimió esta vez y su masculino jadeo la arrastró a un abismo de placer del que sabía que ya no había retorno. Se abalanzó contra sus labios, devorándolos con fruición mientras su lengua buscaba la complicidad de su boca y empezaban a moverse inevitablemente el uno contra el otro.

Will danzaba lentamente contra ella, eternizando aquellos minutos que se habían atrevido a robarle al tiempo y ella cerró los ojos, dejándose llevar, confiando en él y en las pausadas sensaciones que le estaba provocando. Ardía, cada parte de ella ardía y Will era el culpable de ello. Pero sabía, con cada nuevo movimiento, que caería una y otra vez sin remedio en la tentación de su abrazo. 

Estaba acostumbrada a otro amor, más salvaje, más apurado, más urgente... pero Will estaba tocando una nueva melodía sobre su cuerpo compuesta por una desesperante sensación de excitación. Sonrió traviesa cuando la levantó contra él para dejarla caer de nuevo, sus pechos se apretaban contra el torso del hombre, pero incluso aquella caricia involuntaria le arrebataba el sentido. Sus gemidos se acomodaron a ese lento vaivén y acarició los brazos de Will recorriendo un sensual camino hasta su nuca, tiró de su pelo con una erótica y pulsante firmeza, dejando escapar un largo y sensual gemido cuando sintió el miembro de Will de nuevo en su interior. Ardía... no podía definirlo de otra manera y sus caderas le buscaban, deseando consumirse en él, sedientas cada vez que le abandonaba aunque fuera solo para volver a internarse en la humedad de su sexo. Will advertía aquel deseo en la presión, cada vez mayor, que Mara ejercía contra su virilidad, así como en sus gemidos cada vez menos pausados.

- Will... -susurró entrecortadamente. Las piernas de Maras se tensaron contra su cuerpo-. Te deseo -pronunció con dulzura mientras volvía a penetrarla. 

La estaba enloqueciendo y cada nueva embestida amenazaba con arrastrarla hacia un éxtasis como nunca antes había experimentado. Mara sentía como el calor empezaba a acumularse entre sus piernas, en una acuciante necesidad de tener más de él.  La mujer soltó su pelo y deslizó lentamente la mano por su espalda, recorriendo su columna vertebral con la delicadeza de sus uñas, solo para acabar el sendero en las nalgas de Will y apretarlas entre sus manos.

- Dame más -le rogó entre gemidos-. Te necesito.

Y Mara se asustó por la magnitud de sus sentimientos, pues en el fin del mundo al fin le había encontrado... a él.

Notas de juego

*Sorry por la tardanza, he tenido una semana terrible. Espero que el post esté a la altura del de Will :/

Dire, ya apresuramos XD

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16/06/2021, 14:45
2-William “Will” Thornton

Refugio: Guardia de Will y Mara.

 

El mundo de Will había desaparecido, reducido únicamente a sus sentidos y a su unión con Mara. Con cada uno de sus movimientos, con cada gesto de sus caderas que lo llevaban de nuevo a su interior, su consciencia parecía fundirse en la oleada de sensaciones que lo arrastraba. Era la presión de su cuerpo, el calor de su sexo, el roce de su piel, la calidez de sus labios, la humedad de su lengua… era todo eso, pero también era mucho más. Tanto que descubría nuevas sensaciones en cada embestida.

Sintió las piernas de ella cerrarse a sus espaldas, aferrándose aún más a su cuerpo, permitiéndole hundirse aún más profundamente en ella, arrancándole un nuevo gemido que se hizo más profundo cuando los dedos de Mara se agarraron a su pelo, haciéndole alzar la cabeza mientras la penetraba de nuevo.

Las gotas de agua cayeron sobre su rostro mientras tomaba aire en mitad de sus jadeos, sin que Will supiera decir si estaban frías o calientes. No importaba, porque parecían arder tan pronto los tocaban a ellos.

El tiempo pasó, abstracto y alterado. Los minutos hacía mucho que habían dejado de tener sentido, y Will ya sólo podía medirlo en el movimiento de sus cuerpos, el latido de sus corazones, y el cálido exhalar de los jadeos de Mara sobre sus labios. Unos jadeos que gradualmente fueron siendo más y más rápidos, y que hicieron que su necesidad de tenerla se volviera casi enloquecedora.

Quería más de ella. Quería llevarla al límite junto a él, escuchar cómo sus gemidos se convertían en un clímax. Y cuando las manos de ella alcanzaron sus nalgas y lo reclamaron, aceleró el ritmo de sus embestidas, tratando de igualar con sus caderas el ritmo cada vez más rápido de los suspiros de Mara, hasta que la lenta danza que habían iniciado se volvió cada vez más frenética, y la espalda de ella se pegó a la pared de la ducha.

Su lengua se enlazó con la suya de nuevo, ávida de sentirla, en un beso lleno de necesidad. Un beso que acabó por abandonar sus labios y se deslizó de nuevo por su rostro para buscar su cuello, bajo su oreja. Allí donde el aroma de la piel de la mujer inundaba sus sentidos. Allí donde sentía su piel pulsar con el desbocado latido de su corazón, la besó con fuerza.

-Mara… Ven… -Susurró con una voz cada vez más entrecortada por sus propios gemidos. -Siénteme. Olvídate… de todo…

Y como si él mismo también quisiera entregarse a sus palabras, abandonó el beso de su cuello para morder su piel, con fuerza pero sin excederse, mientras sus embestidas la penetraban con toda la rapidez de la que era capaz.

Notas de juego

Yo también he tardado así que no pasa nada. 

Y vaya, desde luego que está a la altura tu post :)

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17/06/2021, 23:21
2-Mara Jones

Refugio: Guardia de Will y Mara.

Los gemidos de Mara se volvieron una excitante cadencia, susurrada tan solo para él. Cuando no podía resistirlo, los ahogaba en su cuello entre apasionados besos y suaves mordiscos. La estaba haciendo enloquecer, cada nueva embestida amenazaba con deshacer su cuerpo entre los brazos del hombre. Conforme sus respiraciones se aceleraban, también lo hicieron sus movimientos, buscándose con más urgencia, con más deseo... ardiendo el uno sobre el otro, el uno contra el otro.

- ¡Will! -el pequeño gritó de Mara no se ahogó a tiempo en su cuello y se sonrojó avergonzada. 

Pero era demasiado tarde para rostros sonrojados pues con las manos presionando el trasero del hombre, sentía como la excitación empezaba a crecer de manera pulsante entre sus piernas. Con cada nueva embestida Will la asomaba al borde de aquella locura, para atraerla de nuevo a su abrazo y Mara estaba volviéndose loca con el cuerpo del hombre. Acariciaba su espalda, tiraba ligeramente de su pelo, clavaba las uñas en sus nalgas... le quería entero, quería entregarse sin tapujos, sin barreras, quería ser de él y que él fuera de ella.

- No pares por favor -le rogó mordiéndole sensualmente el hombro.

Y conforme el orgasmo de la chica se acercaba, la presión de su sexo se hacía mayor. Mara acompañaba los movimientos de Will contoneando sus caderas contra él. Se perdió de nuevo en su rostro, en aquella barba rebelde, en sus ojos, en sus labios... le faltaba el aire y en calor entre sus piernas era cada vez más abrasador. 

- Will, will ¡¡Will!! -gritó su nombre mientras notaba el inminente orgasmo.

Y con la última embestida de Will, Mara gritó de placer, ahogando aquella sensación en la complicidad de sus bocas. La tremenda sensación nació en su clítoris y se extendió por todo su cuerpo como una placentera sacudida eléctrica, su vello se erizó y Mara tembló contra él, sacudiendo su cuerpo en cada nueva oleada de placer. Sin soltar aquella presión que ejercía sobre el sexo del hombre, deseando devolverle todo aquel placer, dejando que él también se refugiara en su cuerpo que se entregara a ella en el abrazo que compartían. Así que a pesar de los temblores siguió moviendo su cuerpo, deseando arrastrarle con ella hasta arder en el clímax del fuego que ambos habían provocado.

 

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18/06/2021, 11:33
2-William “Will” Thornton

Refugio: Guardia de Will y Mara

 

Cada vez que Mara gemía, cada vez que él la penetraba, una oleada de placer recorría a Will con tanta fuerza que sus piernas temblaban. Las suaves manos de su amante acariciaban su espalda, la arañaban, lo reclamaban. Sintió los dientes de ella en su hombro, mezclando dolor y placer, y su voz pidiéndole que no parara, pero no era necesario. Parar nunca había sido una opción.

Escuchar su nombre en los labios de ella terminó de romper la última barrera que lo separaba del más absoluto abandono, y Will se dejó arrastrar por el grito de placer de Mara hasta que ella lo enterró en el abrazo de sus bocas.

El cuerpo de su amante se retorcía, estremeciéndose en mitad del clímax, pero no se detenía, y los gemidos de Will se volvieron cada vez más roncos, más primarios, a medida que el calor del sexo de ella parecía querer derretir su miembro y su mente. Sus embestidas se volvieron más lentas y profundas, acompasándose a sus gemidos, hasta que finalmente, con un último gesto que pegó por completo la espalda de Mara a la pared de la ducha, terminó por abandonarse a un interminable orgasmo que lo llevó a fundirse con ella. A vaciarse en su interior, y a sentirse lleno al mismo tiempo con un último y contenido grito que se ahogó entre sus bocas.

El mundo fue regresando poco a poco.

Lo primero fue la lluvia. La caída del agua de la ducha de la que ambos se habían olvidado hacía ya tiempo, resbalando sobre sus cuerpos desnudos.

Entre jadeos, Will seguía sosteniendo en vilo a Mara como si sus fuerzas no fueran a fallarle nunca, empujándola aún contra la pared, con su miembro aún enterrado en su sexo. Sin prisa, buscaba sus labios, dándole lentos besos, disfrutando aún del calor del fuego en el que habían ardido. De tanto en cuando, cuando uno de los dos se movía y su miembro aún duro rozaba de nuevo su interior, una nueva oleada de placer lo recorría como un lento y extático escalofrío.

-Mara… Ha sido… -Susurró, sin saber muy bien lo que decía, ni por qué lo decía. Los pensamientos pasaban, inconexos, por su mente aún sumida en la bruma de lo que habían compartido. De lo que aún compartían. -Increíble… yo… Gracias.

Quiso decir más, pero dudó. Tal vez por miedo. O tal vez, porque lo que acababa de pasar lo abrumaba mucho más de lo que nunca hubiera creído posible. Había estado muerto, y Mara lo había devuelto a la vida.

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20/06/2021, 01:44
2-Mara Jones

Refugio: Guardia de Will y Mara.

El orgasmo de Will fue intenso, profundo, se enterraba en su interior como si nunca tuviera suficiente de ella, como si cada embestida pudiera unirles más todavía. Mara lo disfrutó, disfrutó el orgasmo del hombre tanto o más como había disfrutado el suyo y mentiría si no dijera que el éxtasis que Will sentía solo la hizo excitarse de nuevo. Le habría buscado otra vez, tras un breve descanso, pero sabía que era imposible y que debía estar agradecida por aquellos minutos que habían compartido, ya que eran un regalo del aciago destino. Resignándose, retuvo su deseo y apoyó su cabeza en la del hombre. Sus pulsaciones empezaban a normalizarse y ella se perdió en su abrazo, permitiéndose por un momento no ser esa mujer fuerte que se plantaría delante de cualquier criatura para salvarlos a todos, permitiéndose simplemente sentirse débil entre sus brazos, protegida, a salvo.

Mara acarició su cabello con ternura, entrelazando los dedos entre las hebras oscuras. Will respiraba pesadamente, agotado tras  el orgasmo que había sacudido todo su cuerpo. Pero a pesar del evidente agotamiento, seguía sosteniéndola contra la pared de la ducha, negándose a que aquel momento terminase, aferrándose a ella y a la unión calmada que todavía compartían. Mara todavía le sentía en su interior, quizás no con la dureza de hacía unos minutos, pero todavía erecto y su sexo se contraía contra él en algún movimiento involuntario. Le miró con dulzura, separándose unos centímetros, podría amarle durante horas, días y noches, podría encerrarse en su apartamento durante semanas sin abandonar la intimidad de sus sábanas. ¡Ójala lo hubiera conocido en otro momento! se lamentó, antes de que todo cambiara, antes de la oscuridad.

Will la besó lentamente, con dulzura, desprendido del salvajismo que había saciado entre sus piernas y ella se dejó arrastrar por sus labios, devolviéndole el mismo cariño, disfrutando cada segundo que sus bocas se unían y separaban de nuevo. Su corazón se estremecía.

-Mara… Ha sido… Increíble… yo… Gracias.

La chica dejó escapar una ligera risa al escucharle.

- Will -se rio de esa manera que solo ella sabía hacer- creo que nunca me habían dado las gracias por esto. No estoy muy segura de si suena bien o mal -le dijo en un tono algo divertido.

Acarició de nuevo su pelo, sin dejar de mirarle, seguía con el corazón encogido en un puño. Latiendo solo cada vez que él la tocaba o la besaba.

- ¿Sería tan malo si te dijera que esto no ha sido solo sexo? -dijo en un tono más serio mientras se mordía el labio algo insegura por aquel pequeño atrevimiento; pero no la habían educado para callar, sino para abrir su corazón y ser sincera. Además recordó las palabras de su amante, tenían que vivir ese momento pues no sabían si tendrían otro. Aún así temblaba como una hoja, todo había pasado demasiado deprisa, acelerado-. Will, yo... -acarició sus labios con las yemas de los dedos- has despertado algo en mí que creí que jamás volvería a sentir y me... agrada y asusta por igual. Quizás si nos hubiéramos conocido en otro momento, habría sido diferente, más lento, pausado, pero sé que mañana puede que no estemos aquí y no quiero morir con este sentimiento escondido en mi interior. No sé que es, pero me encantaría disfrutarlo a tu lado el tiempo que nos quede -acabó la frase en un susurro, temblando casi imperceptiblemente pues incluso ella dudaba de lo atrevido, rápido y histriónico de la situación-. Aunque si tú no quieres lo mismo, tampoco quiero que le des más vueltas una vez salgamos del baño. Lo entiendo, apenas nos conocemos y todo esto es una locura. Si ese es el caso, perdona si te he incomodado.

Y así era Mara, sincera, abierta, descarnada para lo bueno y para lo malo. Pues las decepciones siempre nos vienen de esperar de los demás lo que no somos capaces de pedir. La verdad era el arma más poderosa que la chica podía blandir en sus manos, era como había aprendido a amarse y amar a los demás. Aunque en aquel momento la verdad la atemorizaba un poco.

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21/06/2021, 13:39
2-William “Will” Thornton

Refugio: Guardia de Will y Mara.

 

-Creo que yo tampoco las había dado nunca. –Contestó, sonriendo cuando ella dejó escapar esa suave risa que tanto la identificaba. -Pero esto… ha sido tan… No sé. Simplemente quería dártelas.

Las manos de Mara continuaban acariciando su pelo, provocándole pequeños escalofríos que atravesaban su espalda, mezclándose con la cálida sensación de sus labios cada vez que sus bocas se unían, ya sin prisa, hasta que ella rompió de nuevo el silencio con voz más seria.

-No pensé que lo fuera. Así que no… no es tan malo. –La voz de Will era sólo un susurro que se colaba entre el repiqueteo de las gotas de agua que seguían cayendo de la ducha. El rostro del hombre se puso más serio de pronto, a medida que él se sumía en el silencio de sus pensamientos, y así permaneció durante unos largos segundos.

-Sabes… desde mi accidente… desde que perdí la vista… no había hecho esto con nadie. –Acabó por decir, dejando que sus palabras surgieran lentamente de sus labios, como si le costara hablar de ello. Pero sentía que Mara se había abierto a él… y quería ser capaz de corresponderla. -Sé que podría haberlo hecho, claro, pero… no quise.

-Supongo que una parte de mí murió en ese momento, cuando la luz se apagó. –La voz del hombre se ahogó durante un momento, negándose a seguir. Era evidente que lo que estaba diciendo le resultaba enormemente difícil. Cuando continuó, su voz había vuelto a enronquecerse. -Y ahora… está viva otra vez. Ni siquiera estoy seguro de qué significa eso, o de… qué va a pasar conmigo ahora. He vivido tanto tiempo de esa forma que… no sé si sabré vivir de nuevo. Yo…

Su voz volvió a extinguirse como la llama de una vela, y un sombrío velo pareció caer sobre sus facciones cuando sus pensamientos volvieron a sumergirse en algún lugar desprovisto de luz. Como si algo le estuviera hiriendo por dentro. Afortunadamente, fue sólo un instante.

-Ya sé que apenas nos conocemos, y que no sabemos cómo puede acabar esto, pero el mundo se acaba. –Una sonrisa, leve pero sincera, regresó al rostro de Will, alejando las sombras que lo habían cubierto. -Así que no me importa pasar lo que nos quede conociéndote, Mara.

Liberó una de las manos que la sostenían de sus nalgas, llevándola al rostro de la mujer para acariciarlo de nuevo, y para sostenerla apretó un poco más sus caderas contra la pared, lo que le provocó un suave e involuntario gemido.

-Incluso aunque esto sea una locura… -Añadió, pasando un dedo por sus labios con ternura. -Creo que no me importa ser un loco.

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27/06/2021, 19:06
2-Mara Jones

Refugio: Guardia de Will y Mara.

Mara le escuchó en silencio, sintiendo como el corazón se le encogía al escucharle. No porque pensara en lo terrible que tenía que ser ser privado de un sentido del que tanto dependíamos, sino por escuchar lo que aquello había significado para Will.

Acarició su mejilla con cariño.

- Will "La felicidad requiere algo que hacer, algo que amar y algo que esperar" -recitó Mara aquel proverbio africano- pero cuando la vida se empeña en hundirnos es muy difícil ver o buscar una de esas tres cosas. Reunir el valor para levantarse de nuevo es muy difícil, pero lo has hecho y me alegro por ello, por ti y por mí, porque yo no sé si me habría atrevido a... -la chica pensó en su propio camino, en sus propios fantasmas- besarte -concluyó.

Mara vio aquella sombra fugaz cruzando su rostro, antes de que emprendiera a hablar de nuevo y su corazón se estremeció. Alegre y triste por partes iguales, pues sentía una conocida y agradable sensación en su pecho, algo que le decía que podría ser "uno de los hombres de su vida", que podría amarle, que podría acostumbrarse a ver esas sonrisa todas las mañanas, pero saber que ya no habían mañanas y que el tiempo que tenían podría ser solo el de descuento, ensombrecía su corazón.

Will la apretó de nuevo contra la pared de la ducha y sentirle aún en la intimidad de su sexo hizo que volviera a recorrerla aquella excitación. Pero a pesar de la privacidad que les concedía el vaho que había formado el agua caliente en la pequeña habitación, la puerta seguía semiabierta y los ronquidos de sus compañeros se escuchaban al otro lado. Tenían que romper aquel maravilloso sueño en el que se habían ocultado de la realidad. Aunque no deseaba hacerlo, era lo último que deseaba hacer, pensó recorriendo la línea de su cuello con las yemas de los dedos, erizándole la piel.

- Entonces, ya que el mundo se acaba, permitámonos esta locura.

Mara bajó una pierna y apretándose contra él, le besó de nuevo con una pasión desbordante, una con mucho más significado que todas las anteriores, pues en aquel beso, un poco de ella se quedó en él. Porque en ese beso, Mara no puso solo sus labios, sino también parte de su corazón y de su alma.

- Sigo teniendo que arreglarte la barba -rio y jugueteó con el crecido vello de su mentón- ¿Confías en mí? -le dijo bromeando y chocando su nariz con la de él-. Aunque eso sí, deberías vestirte, porque sino no voy a poder concentrarme, dudo que lo haga aunque estés vestido -sus labios se rozaron de nuevo y Mara mordió con dulzura su labio inferior-. Si tuviéramos más tiempo... -se lamentó- no te habría dejado vestirte en días.

Mara bajó la otra pierna, separando sus cuerpos. El miembro de Will salió de su interior y apenas lo hizo, ella ya lo echó de menos. Mara buscó el jabón y ambos se ducharon, entreteniéndose en tiernas caricias y dulces besos. Finalmente cerró el grifo y le acercó a Will una toalla, mientras cogía otra para ella.

- Ven, hagamos algo ya con esa barba -le acercó hasta el taburete y tras desechar la espuma ya inservible que quedaba en el bol, preparó nueva.

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01/07/2021, 11:53
2-William “Will” Thornton

Refugio: Guardia de Will y Mara.

 

Aún unidos, Mara lo besó de nuevo, y Will se abandonó a la sensación de la boca de su amante uniéndose a la suya. No sabía muy bien cuánto tiempo llevaban allí, bajo el agua de la ducha, dando rienda suelta a su pasión, pero lo cierto era que cada vez que sus labios se unían, era diferente.

Una parte era normal. Sus cuerpos, sus lenguas, aún hablaban idiomas diferentes, y poco a poco iban adaptándose al otro. Con cada roce, con cada beso, aprendían y se volvían más afines. Pero a pesar de ello, la forma en la que Mara lo besó allí, bajo la ducha, era mucho más que eso. Sin palabras, con sólo la danza de sus lenguas, le dijo más de lo que él hubiera creído posible. Y cuando Will respondió a ese beso, trató de contestarle del mismo modo y explicarle que después de haberse unido así, ella llevaría siempre una parte de él mismo.

-Me vestiré, me vestiré, lo prometo. -Bromeó mientras ella pegaba su nariz a la suya. -Aunque… mentiría si dijera que no me ha gustado desconcentrarte.

Will se retiró ligeramente hacia atrás cuando ella bajó una de sus piernas, acompañándola con la mano que la sostenía hasta que tocó el suelo de la ducha. Lo hizo despacio, peleando con la parte de él que parecía negarse a dejarla ir. Se consoló pensando que, tal vez, el futuro les brindaría una oportunidad como aquella.

-Si tuviéramos más tiempo… -Repitió él, sonriendo cuando ella finalmente se puso de pie y separó sus cuerpos. Pero antes de dejarla ir, la sujetó de las caderas y besó su cuello. -Me encantaría dejarme encerrar sin ropa.

La ducha fue un dulce contrapunto a lo que había sucedido instantes antes. Bajo el agua, ambos encontraron excusas para entretenerse en lentos besos y caricias al cuerpo del otro mientras se lavaban los restos de sudor y suciedad que aún arrastraban. Y cada beso, cada roce que compartían aumentaba la sensación de familiaridad que Will sentía con Mara. Se sentía realmente cómodo con ella, como si llevasen juntos ya tiempo. Como si siempre hubiese sido parte de él, y simplemente hubiese tardado toda una vida en descubrirlo.

-Entonces… ¿qué me recomiendas? -Dijo, sonriendo en dirección a la voz de Mara mientras ella preparaba la espuma. Se sentía realmente ligero, como si la ducha hubiese borrado las cargas que lo lastraban. -¿La recortamos, o quieres afeitarme entero? Aunque aviso, no estoy muy seguro del aspecto que tendré sin ella. Siempre la he llevado.

Ella regresó unos momentos más tarde, y la mano de Will la buscó hasta encontrar su cuerpo, que acarició con cariño. Una parte de él quería hablar de temas más serios, pero no lo hizo. No quería romper el hechizo que los unía. No aún.