Partida Rol por web

3 de Fuego del Hogar, Tarde, calles de Helgen

- Ah, el Paso Pálido, si, escuche lo ocurrido de boca de un superviviente. Dijo mientras asentía. Había entendido Gélido, dijo mostrando una amable sonrisa mientras se disculpaba. Sin embargo no le molesto la rudeza de la herrera, ya que si había deducido bien, pronto no tendría material para trabajar. Estaría estresada ante tal perspectiva. Un placer conoceros. Soy Eldrid, recién llegada a Helgen y nueva camarera de "El final del camino". Siento haberme metido en vuestra conversación, de verdad. Pero es que me llamo la atención.

De hecho ella lo único que se había encontrado habían sido aquellos Draurg, y había sido dentro de una cueva en las inmediaciones de donde estaban acampando. 

- Oh, sí, un dragón, enorme, nos sobrevoló cuando atravesábamos el Paso Gélido, pero no nos vio, fue una pasada, comenzó a hablarle sobre aquello al chico, con los ojos llenos de emoción. Siempre le habían gustado aquellas criaturas por la magnificencia que poseían y aquella belleza en sus colores. Pude ver cómo le brillaban las escamas, incluso a pesar de la distancia. Creo que fue lo más cerca que estuve nunca de tan bellas y letales criaturas.

3 de Fuego del Hogar, Tarde, calles de Helgen

La joven herrera hizo un gesto restando importancia a tu intervención, ella seguía moldeando un metal ardiente.

Bienvenida Eldrid, a Helgen.. lugar de las oportunidades dicen.. espetó con acidez, Marco miró de soslayo a Dorthe y suspiró. Bueno.. bueno.. no me hagas mucho caso, ya ni siquiera se puede bromear..

Siguió dándole al metal con furia antes de proseguir, escuchando la conversación.

¿Un dragón, eh? No se ven muchos últimamente, no se pasean delante de los morros de nadie.. pero desde que el Sangre de Dragón desapareció.. escupió a las brasas, se secó el sudor. ..solo espero que esos lagartos no les dé por empezar a tomar confianza.. y si lo hacen. un sonoro golpe de metal contra metal. A esta herrera le encantaría hacer una buena armadura con sus escamas.. y a este muchachito venderla, ¿a que sí, Marco? empezó a reír de buen humor al verle la cara al imperial. ¡Oh, vamos! No pongas esa cara, ¿no ves que estoy bromeando? Eres un hombre hecho y derecho. le sacó la lengua ante el suspiro resignado del joven, tú dirías que tendrían la misma edad más o menos, algo mayores que tú.

1 de Fuego del Hogar, Mañana, Fortaleza de Helgen

El hechicero quizá no se esperaba esa clase de pregunta formulada por ti, te miró con detenimiento unos segundos ahora prestándote atención.

¿Y para qué quiere una jovencita como tú saber algo como es? preguntó sin tapujos mientras te miraba inquisitivamente.

El arcano se movió hacia una estantería repleta de legajos viejos, pero no tomó ninguno de ellos, pensativo.

No me he traído mi carta astral, por lo que debería analizarlo a la vieja usanza. comentó mientras te miraba de soslayo. Piensa tu respuesta con detenimiento, chica. Yo miraré con detenimiento el cielo esta noche y te daré la respuesta  mañana, ¿quieres algo más, chica?

3 de Fuego del Hogar, Tarde, calles de Helgen

Si no fuera porque no estaba allí por elección propia, tal vez habría añadido algo a aquel comentario, pero prefirió callar y observar a los dos. Aunque la chica parecía bastante basta y seca, por lo que veía tenia sentido del humor, aunque fuese un poco tosco.

Sonrió mientras la herrera seguía hablando y poniendo nervioso al joven muchacho. La verdad es que era una estampa bastante graciosa.

- Pues yo creo que lo dice muy en serio le susurró al chico bromeando dejando escapar alguna carcajada Aunque yo preferiría tener uno de esos lagartos como mascota. Tiene que ser una pasada poder ver todo desde las alturas.

1 de Fuego del Hogar, Mañana, Fortaleza de Helgen

Sostuve la mirada del anciano. Confiar en las personas no era lo mío y mucho menos algo tan peligroso como aquello.

-Mis asuntos sólo me conciernen a mí, hechicero- dije, aunque pronto me arrempentí de mi falta de tacto. Bajé la mirada y suspiré, antes de mirarlo nuevamente -. Soy cazadora... tenemos nuestras propias supersticiones. El otoño está al caer y la última luna llena del mismo, se denomina la Luna del Cazador. Pocas veces coinciden el plenilunio de Secunda y su hermana, por eso me gustaría saber cuándo llegará ese momento. Si no ha vivido la intensidad de la caza de noche, probablemente no comprenda mi petición, pero cualquier cazador que se aprecie, valorará la importancia de ese doble plenilunio- dicho así, no parecía una excusa muy buena, pero era mejor que decirle: "esto... es que ese día puede que me convierta en una bestia sin raciocinio ávida de sangre". 

-Puede que no le parezca gran cosa, mas es importante para mí... casi como un bautismo, una prueba- dije, esperando que con eso bastara y, la verdad, mis ojos verdes, suplicantes, delataban la necesidad de ese conocimiento.

Pude haber esperado a encontrar una respuesta mejor, lo admito, pero era menester averiguar eso, por el bien de muchos -Volveré mañana, entonces- dije, mirando la puerta -. Gracias por vuestro tiempo.

Resoplé y salí re la fortaleza para regresar con Botitas a la posada. No sabía si el mago me ayudaría, pero rezaba porque lo hiciera -Necesito saberlo... necesito prepararme y alejarme de todo y de todos ese día. Si Hircine me reclama, no le daré el gusto de regocijarse al verme asesinar a inocentes- pensé. En ese momento, lo que viví en Falkreath, lo que soñó Kaeso, asaltó mi mente. Tragué saliva, temiendo perder aquello que jamás pensé que se convertiría en el centro de mi vida.

3 de Fuego del Hogar, Tarde, calles de Helgen

Es más probable que ellos te cojan como mascota a ti. aseveró la herrera mientras seguía trabajando. Pero oye.. si alguna vez vienes por aquí a lomos de un dragón, seré la primera en aplaudirte. en ese momento empezó una batería de golpes contra el metal, haciendo que tomara forma una especie de coraza.

Marco comentó que se sentía inquieto por el hecho de que el Sangre de Dragón hubiera desaparecido, que si empezaban a verse dragones mal fario rondaba por Skyrim. Dorthe escupió al fuego suspirando.

A veces eres demasiado miedoso, imperialito. Ya.. ya.. tú lo llamas cautela, pero en fin.. si te sirve de consuelo, si aparece un dragón por aquí correremos los dos en dirección opuesta. desde luego, por la cara que ponía Marco no daba la sensación que eso lo aliviara.

1 de Fuego del Hogar, Mañana, Fortaleza de Helgen

El hechicero te escuchó con atención, y su mirada denotaba una suspicacia plena que no disimulaba en absoluto. O no se estaba creyendo ni una palabra de lo que decías, o siempre tenía esa mirada para todos.

A pesar de que lance hechizos con las puntas de los dedos, sigo siendo nórdico. No lo olvides nunca muchacha. espetó enrollando un pergamino. Nunca des tantas explicaciones a un viejo, y menos a un viejo mago. Di que no es asunto mío y mi curiosidad quedará congelada. Es lo que haría yo. dijo con cierta ironía. Tus asuntos son tuyos, muchacha. Pero ándate con ojo con los asuntos que requieren que las dos lunas estén llenas.

No dijo nada más, ni siquiera había un tono desaprobatorio o desconfiado en sus palabras. Miró como marchabas sin decir nada y regresó a sus legajos.

1 de Fuego del Hogar, Mañana, Fortaleza de Helgen

A pesar de las palabras del anciano, a pesar de que en un primer momento fruncí el ceño y sentí el impulso de replicarle, pronto mi expresión se suavizó y asentí lentamente con la cabeza.

Giré sobre mis talones y chasqueé la lengua para que Botitas me siguiera. Lo que quizá Silgurf pudo notar, era que en mi silencio, yo gritaba necesitada de ayuda, desesperada.

Salí de la fortaleza y emprendí el camino de regreso a la tabaerna, donde había dejado a Kaeso. Estaba más seria de lo normal, casi ausente.

3 de Fuego del Hogar, Tarde, calles de Helgen

Se rió ante el comentario de la herrera, le gustaba el sentido del humor que tenía. Ambos le habían caído bien en realidad, al menos en aquel momento. Obviamente solo podía soñar con poder montar a lomos de un dragón ya que algo así no pasaría nunca en la realidad. Y como bien había dicho la chica, si uno aparecía por allí, lo mas sensato seria echar a correr lo mas rápido posible y poner distancia de por medio. 

Pronto se despidió de ellos dos, quería seguir dando su paseo y conocer mas aquella ciudad.

1 de Fuego del Hogar, Mañana, Capilla de Kynareth

No tardo mucho en llegar de nuevo al sitio donde estaba el templo, pues había sido al primero que se habían dirigido nada mas llegar hacia al menos una hora, puede que algo mas, pero en aquel momento se encontraba acompañada y aquel tema prefería llevarlo ella sola, ya que consideraba que aun podía hacerse cargo ella.

- em... ¿hola? hablo una vez dentro, buscando a la sacerdotisa que había visto antes, pues no sabia si había mas o no.

1 de Fuego del Hogar, Mañana, Capilla de Kynareth

A tu encuentro salió la joven sacerdotisa de Kynareth, se estaba lavando las manos de tierra, aunque su túnica estaba llena de restos que indicaba que había estado en contacto con el suelo.

¿Sí, muchacha? sonrió beatífica, aunque tampoco parecía mucho mayor que tú. ¿Qué necesitas de las bondades de Kynareth? volvió la mirada con curiosidad hacia ti.

1 de Fuego del Hogar, Mañana, Capilla de Kynareth

- Me preguntaba si... dudo un momento, buscando las palabras adecuadas. ¿Conoceis algun remedio que pueda ayudar a... no soñar? Era evidente por las ojeras bajo los ojos que el sueño y el descanso la eludian desde hace dias, ademas se la veia cara de cansada

1 de Fuego del Hogar, Mañana, Capilla de Kynareth

La sacerdotisa te vio en ese estado, enseguida te atendió con premura. El ceño fruncido de la mujer palpaba preocupación por ti.

No conozco ningún remedio que te ayude a paliar lo que sufres. de algún modo vio que tu mal trascendía lo físico. Pero.. podemos hablar si quieres. te ofreció llevándote a uno de los bancos de madera frente a la capilla. No soy una sacerdotisa de Mara, pero sé escuchar.. liberarte de las penas que puedas tener.. te ayudará. te miró con atención, para ver si la seguías.

1 de Fuego del Hogar, Mañana, Capilla de Kynareth

Soltó un suspiro y miro al suelo, no era aquello lo que quería precisamente, y no estaba segura de que fuese a servir de algo. Por un momento, con lo que tardaba en contestar, parecía que fuera a rechazar la oferta de la sacerdotisa. 

Finalmente levanto la vista de nuevo, clavandola en la mujer y asintiendo. Camino a uno de los bancos y se sentó en el, esperando que la sacerdotisa hiciese lo mismo antes de empezar a hablar.

- Yo... Dudo de nuevo, no sabia como empezar. Perdí a mi familia hace poco dijo finalmente clavando la vista en ningún lado, a diferencia de otras veces, apenas sintió una leve humedad en sus ojos. Ya no le quedaban lagrimas que verter y desde entonces no hago mas que tener pesadillas. Horribles pesadillas donde veo sus rostros de decepción o sus muertes sin poder hacer nada.

1 de Fuego del Hogar, Mañana, Capilla de Kynareth

Eisya se sentó a tu lado, y con un gesto muy natural tomó tu mano con delicadeza mientras te escuchaba con atención. La mirada serena de la sacerdotisa reconfortaba, animaba a hablar.

No imagino cuan terrible debe haber sido para ti.. dijo con suavidad, apretó tu mano con delicadeza. El dolor es sofocante, no se va a marchar por mucho que no sueñes.. apretó los labios. ¿Te has podido despedir de ellos al menos? Quizá.. te encuentras así porque no has podido hacerlo.. dijo con cautela. ¿Has tenido un momento para llorarles? Y no lágrimas de dolor.. sino lágrimas de despedida..

3 de Fuego del Hogar, Tarde, calles de Helgen

Te dirigiste a la empalizada, no fue un trayecto muy largo pues enseguida alcanzaste la principal defensa de Helgen. Una colección de troncos tallados como muro, con varias secciones rotas y en las cuales parecía residir el principal esfuerzo constructivo del pueblo.

Había algunas plataformas elevadas por las que los legionarios imperiales, que ejercía de guardia de la ciudad, vigilaban esos huecos. No parecía tener mucho interés esa zona.

1 de Fuego del Hogar, Mañana, Capilla de Kynareth

Agarrando el borde del banco con las manos, se quedo en silencio mientras escuchaba sus palabras. Palabras que eran muy ciertas y que habían dado en un gran blanco. Pero las lagrimas seguían sin caer. Soltó un suspiro bajando la mirada al suelo.

- No... no pude, de hecho... ni siquiera estaba allí. Dijo con gran tristeza en la quebrada voz. 

3 de Fuego del Hogar, Tarde, calles de Helgen

Aquella zona resulto ser mas aburrida de lo que esperaba. Solo una zona que aun no habían restaurado del todo y en la que se podían ver los estragos de otras batallas. Tal vez lo único realmente interesante, era posiblemente lo que pudieran estar viendo los guardias de aquella zona en las zonas elevadas.

Acercandose lo suficiente a una de esas, y donde se encontraba uno de los legionarios, le pego una voz.

- ¿Se ve algo interesante desde allí arriba?

1 de Fuego del Hogar, Mañana, Capilla de Kynareth

El rostro de la sacerdotisa era contenido, empatizaba con tu tristeza mientras sujetaba una de tus manos.

Es duro lo que dices. asintió lentamente. Ni siquiera has podido despedirte.. y eso te reconcome. apretó los labios padeciendo. Llevas una carga muy pesada a tus espaldas, y seguirá hundiéndote poco a poco hasta que no logres liberarte de ella. Quizá debas hablar con un sacerdote de Arkay para que pueda ayudarte con el tránsito, he oído que recientemente ha llegado uno a Helgen. Sino.. quizá puedas ir a Falkreath. te propuso con cautela, buscó tu mirada y te sonrió levemente.

3 de Fuego del Hogar, Tarde, calles de Helgen

El legionario tardó un poco en darse por aludido, se asomó viéndote, frunció el ceño extrañado ante la pregunta. Pero fue algo tan improvisado que respondió casi de inmediato.

Ninguna novedad, ciudadana. respondió tratando de mantener la marcialidad del puesto. Arrugó la frente extrañado. ¿Necesita ayuda con algo, señorita?