Partida Rol por web

Tiempos Difíciles en el Norte

Fornost Erain

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30/05/2010, 14:13
Director

La compañia llegó finalmente a la capital del reino del Norte. En ella los dunedáin habían construido una gran fortaleza-ciudad, era su capital y estaban sobradamente orgullosos. Era posible encontrar en ella bastantes sabios, y poseía la mayor biblioteca de los hombres del norte. Gran parte de la actividad se invertía en la forjas, debido a la inminente guerra. Aunque los hombres se mostraban confiados y alegres pese a la sombra del Norte. 

No obstante los armeros se esperaban en la creación de lanzas, espadas, dagas, hachas, escudos, y demás armas para surtir al ejercito de los dunedáin de Arthedain.

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30/05/2010, 16:20
Nagredog

Ya habiamos llelgado a esa impetuosa ciudad, llamada Fornost Erain. Nunca habia estado alli, aunque amenudo habia pasado cerca. Habia pedido al conductor de la carreta en la que yo dormia que me despertara un poco antes de llegar y asi lo hizo. Al levantarme, aun algo cansado por las pocas horas de sueño, veo la imponente ciudad.

Nunca me habian dejado de impresionar sus fuertes murallas en piedra, dignas de cualquier maestro enano. Sus enormes terrazas, dispuestas alrededor de la cima, abrazando el palacio que alli arriba se alzaba. Sin duda Norburgo era una gran ciudad.

El recuerdo de mi pueblo natal, de como lo abandono para instaurarse en las laderas de las Ered Luin le lleno de orgullo. Alli consiguieron penetrar en la roca, crear grandes mansiones, explotar minas y renacer. Alguna vez estubo en Kazhad-dûm, y las estancias que alli habia, y todo el esplendor que irradiaba esa ciudad, junto con su pueblo, hacian empequeñecer, si cabia, la magnificiencia de esa ciudad construida por edain.

Pero la verdad es que ahora estaban alli, en Fornost, en medio de una guerra que los dirigentes del reino "Se niegan a reconocer los problemas".  Pienso mientras recuerdo las palabras de aquel oficial del ejercito en la comida del dia anterior.

La guerra esta presente, se nota por la cantidad de armas y armaduras que se fabrican, y en la excitacion de los soldados.  Irremediablemente, veo en ella una manera de hacer fortuna. Tal vez otra caravana necesite escolta, algun comerciante un guardaespaldas o sencillamente el ejercito contrate mercenarios para ayudar en el frente de batalla. Fuera como fuese estaba preparado.

Enseguida me viene a la mente el enigmatico Galastel, ¿que sera de el ahora?, ¿habia venido a la ciudad para intentar timar a mas gente?, si continuaba con nosotros no le quitaria la vista de encima. En el fondo esperaba no volver a verle, no me fiaba de el, y parecia ser el unico.

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31/05/2010, 14:44
Elacar, Brazo Afilado

En la misma puerta de la ciudad Elacar brazo afilado se fue despidiendo del grupo que escoltaba a la dama.

Ha sido un placer compartir camino con vosotros. Finalmente resultasteis una grata compañia pese a todo.  Dijo mostrando una sonrisa. Pero me temo que aquí nos separamos.

Elacar y sus hombres se dispusieron para entrar en la ciudad junto al pasaje de la caravana después de que los guardias de la ciudad inspeccionaran las carretas.

¡Hasta más ver!

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31/05/2010, 14:48
El Tahúr Púrpura

El medio elfo también se acercó hasta ellos.

Ha sido un placer entretenerla con mis historias. Dijo inclinandose ante la dama, consciente de que ella había acudido todas las noches a escuchar sus historias.

Debemos separar nuestros caminos puesto que otros asuntos nos reclaman, tal vez nos veamos por la ciudad.

Lanzó una mirada picarona hacía el enano que le había vencido y sonrió de medio lado. Espero poder obtener la rebancha tarde o temprano.

¡Saludos!

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31/05/2010, 16:14
Emyr

Por fin llegamos a aquella ciudad y pude respirar más aliviado, admirando aquella fortaleza comenzaron las despedidas, el primero en despedirse fue Elacar, al que me dirigí: – Y un honor Elacar, que la fortuna te acompañe amigo

Luego hizo otro tanto el Tahur, que aunque al principio algunos recelábamos de él se ganó nuestra confianza – Echaré de menos tus historias amigo tahúr, lo mismo digo, que la fortuna te acompañe allá donde vayas

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31/05/2010, 17:21
Nagredog

Me despido de Elacar con un cordial salido

- Suerte en tus idas y venidas, y espero poder volver a encontrarnos.

Al cabo de un rato al despedirse tambien Galastel, de nuevo lo hago con un saludo, algo hipocrita.

- Espero que te vaya bien en esta ciudad, y descuida, algun dia volveremos a jugar, no lo dudes.

En realidad me alegraba perderle de vista, no me fiaba de el. sin duda cuanto mas lejos estubiera mas ranquilo estaria yo.

Despues en silencio, segui los pasos de Dimrod hasta nuestro destino, fuera cual fuera, segurametne una casa o algun otro alojamiento, alli terminaria nuestro cometido, melyanna habia llegado a salvo.

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31/05/2010, 20:41
Yuma Brandigamo

Notas de juego

Pido disculpas por mi larga ausencia, se me quemó el mader y no me puse las pilas para avisar, igual veo que continuó sin inconvenientes la aventura, me pondré al dia en breve y pretendo seguir, perdón.

 

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31/05/2010, 21:33
Lunadan

Al fin Fornost. Me impresiono al verla y me vienen recuerdos de mi ciudad. Es una pena que la guerra esté tan cerca ensombreciendola. Llegamos a las puertas donde Elacar se despide del grupo.  Lo mismo digo Elacar. Que la suerte y los negocios te sonrían en estas tierras. Después de irse Elacar y posteriormente Galastel queda decidir que hacer. ¿Que vais a hacer ahroa uqe habeis llegado hasta aquí? pregunto a Dimrod.

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31/05/2010, 22:47
Dimrod

Dimrod también tuvo palabras amables para Elacar y para el Tahúr, aunque sobretodo para el primero ya que ambos hombres habían hablado bastante durante todo el camino y se hicieron grandes amigos.

Después respondió a la pregunta de Lunadan.

Iremos a una casa, después os explicare. Allí acabareis vuestra misión y saldaremos cuentas. Bromeó refiriendose evidentemente al pago de los servicios prestados por el grupo.

Vamos, no perdamos más tiempo.

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31/05/2010, 22:50
Director

La compañía entró a Fornost y se dirigió, encabezada por Melyanna, al distrito norte de la ciudad. Tras caminar durante un rato y percartarse de la situación de la ciudad (la antes comentada), llegaron a la verja de una gran casa de piedra con un enorme y bello patio delantero. Donde había fuentes y setos verdes crecían a lo largo de un camino que llevaba hasta la entrada de la casa. También había algun árbol frutal y por las paredes de la casa de piedra, en algunas zonas, trepaba una enredadera con bellas flores blancas.

Los sirvientes les recibieron amablemente y les llevaron hasta un cuarto fresco y alto, con una mesa y sillas de bella factura dignas de la nobleza más alta, como todo lo que había en la casa y la casa misma. Un colorido tapiz de cada que representaba a un hombre cazando ciervos con un arco, adornaba una de las paredes.

Dos criadas les invitaron a sentarse y comenzaron a servir comida y bebida. Toda una recompensa después de tantos días de viaje.

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01/06/2010, 02:44
Alraim

 Alraim, al igual que la primera vez que estuvo en la capital del Norte, quedó fascinado. No sólo por la fuerza de la ciudad, sino por el sentimiento que le transmitía. Sus ancestros, sus raíces, estaban en este lugar de una forma que ni él mismo podía comprender. Era un lugar que apenas conocía, y sin embargo se sentía de alguna manera ligado a sus muros.

Se despidió brevemente de Elacar y sus hombres, asi como del medio elfo y continuó andando tras la comitiva de escoltas, sin dejar de observar la ciudad y a sus gentes.

Tras llegar a la casa y degustar las comidas y el vino que les ofrecían, Alraim comenzó a impacientarse. Tenía que darse prisa en conseguir la flor y llegar a su tío

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01/06/2010, 09:38
Vârkim

Vârkim había estado ausente durante todo el día desde que habían llegado a Fornost, la ciudad era grande y con pretensiones. Para ser una ciudad humana se veía el poder de la gente que la había construido hace muchos años.

Al llegar a la casa de la dama, les agasajaron con todo tipo de lujos a los que el Enano al principio estuvo un poco reacio de aceptar pero viendo a sus compañeros relajarse después de un duro camino y escuchar a sus tripas quejarse ampliamente de que no les estaba deleitando con los manjares que estaban a la vista, decidió unirse y relajarse con el resto de sus compañeros. Incluso se animó a hacer un brindis.

- Compañeros ha sido un viaje lleno de peligros y alguna que otra aventurilla, pese a todo nos hemos salido con buena nota de todos los problemas y habéis actuado de forma digna, incluso algunos que no me hubiese pensado nunca, dijo dirigiendo la copa al hobbit. Por todo ello brindemos, ha sido un placer luchar a vuestro lado, espero volver a veros partiendo cabezas de Orcos.

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01/06/2010, 10:52
Emyr

Llegamos a la casa que era destino de la dama, ahora me embargaba un sentimiento de satisfacción por la labor bien hecha, por haber conocido a una gente tan distinta pero tan buenos compañeros a la vez. Sonreí al brindis de Vârkim – Así se habla Vârkim, coincido con tus palabras, ha sido… ha sido un honor compartir el camino con todos vosotros – y al terminar mis palabras sentí un poco de tristeza ya que pronto nuestros caminos se separarían

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01/06/2010, 13:17
Nagredog

Con la boca llena y sin hablar, levanto mi copa en señal de aprovacion sobre el discurso de Vârkim. Saciaba mi hambre y disfrutaba del delicioso vino que nos habian servido. No estaba acostumbrado a que me sirvieran de aquella manera, pero la verdad es que no estaba nada mal.

Con la cabeza puesta en la disolucion del grupo, planeaba ya lo que haria. Primeramente descansaria el resto de la mañana y despues de comer iria a dar una vuelta por la urbe. Tal vez hubiera alguna oportunidad de trabajo.

Una vez hubo terminado, se dirijio a su compañero Vârkim.

- Tal vez esta tarde, despues de dormir un poco, vaya a dar una vuelta por la ciudad, podrias acompañarme, bueno, quien desee esta invitado tambien- digo al resto, para despues volver a dirirgirme al enano - Tal vez haya algun trabajito aqui dentro para enanos como nosotros, en tiempos de guerra siempre hacen falta guardaespaldas o escoltas. Por unas monedas por supuesto. - digo en general, aunque realmente me dirijo a Vârkim.

Mientras espero las respuestas de mis compañeros degusto una ultima copa de vino a la espera de que Dimrod arregle cuentas con nosotros.

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01/06/2010, 13:33
Vârkim

- Realmente compañero, llevo mucho tiempo solo vagando por las montañas sin rumbo y matando Orcos por unas monedas con el fin de encontrar alguna pista de mi padre. Sería un honor para mi unir nuestras fuerzas en alguna emprenta pero con una condición - dice Vârkim a Nagredog amablemente - aceptaremos cualquier trabajo que nos pueda llevar a luchar con Orcos, por peligroso que sea o mal pagado, no quiero olvidar mi fin para venir aquí.

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03/06/2010, 11:01
Alraim

 Alraim sonrió ante las palabras de despedida que pronunció Vârkim y alzó su copa junto a las de sus compañeros. Tras elegir y comer los platos menos elaborados que le ofrecían, y viendo que Dimrod no se decidía a hablarles, decidió intervenir.

Dimrod, no quisiera parecer descortés, pero la vida de mi tío está en juego. Necesito la flor que prometisteis como pago cuanto antes. No tengo tiempo que perder, debo marchar

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03/06/2010, 20:06
Baronesa Eketta

Una voz desagradable de mujer mayor malhumorada y demasiado orgullosa se escuchó a sus espaldas.

Faramis no está en la casa, partió a luchar en Ilmaryen con su guarnición. Dijo la voz. Al darse la vuelta pudieron ver a una señora de aspecto mayor, vestída elegantemente, que bajaba las escaleras de la casa caminando con la cabeza levantada y mirandoles con prepotencia por encima del hombro.

Se quedó mirando fijamente a Melyanna con gesto de desaprobación.

¿Y qué más puedo deciros? Dijo sin hablar con nadie en particular, si no más bien para ella misma. ¿En verdad esta desagradable criatura es Melyanna? ¿No te enseñaron nada en Gondor? ¡Niñas Dijo refiriéndose a las criadas. ¡Lleváosla y adecentadla!

Apenas miró de reojo y por encima al resto para decir:
Y ustedes, señores, muchas gracias por el trabajo. Por favor márchense, ¡las alfombras no están acostumbradas a recibir botas tan sucias!

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05/06/2010, 11:20
Melyanna Forestel

¡Pero mi señora! Protestó Melyanna que no quería que sus escoltas se fueran ya que se había encariñado con ellos. Está es parte de mi servidumbre, no puede despedirla.

Realmente no pensaba que fueran su servidumbre, pero no quería que se fueran tan bruscamente.

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05/06/2010, 11:24
Baronesa Eketta

Muy bien, pero no podrás salir de la casa. Le dijo duramente a Melyanna. Pues no puedes acercarte al populacho si no es en el brazo de un caballero, y hasta que no venga Faramis no lo haras.

La baronesa Eketta era conservadora y rígida al máximo, y la alegría y belleza de Melyanna le irritaban en gran medida. Es por eso que, aprovechando que poseía el mando actual en la mansión, había impuesto unas normas ciertamente duras con la joven.

Melyanna deberá levantarse al laba y vestirse con ropa fina y decente, y no esos andrajos que lleva ahora. Hasta la hora del almuerzo, deberá recluirse en la bibliotca, pues es de dama de alta cuna la constumbre de aprovechar la luz matinal para concentrarse en estudios y en cultura.

Durante el almuerzo, se reunira conmigo en el comedor, comeremos ella y yo, y solamente las criadas de la casa. Después de comer Melyanna debe recluirse en su habitación para reposar el estomago y alimentar la mente y el alma. Ahi permanecerá hasta la cena, la cual también hará conmigo. Y después se acostará para poder estudiar con placidez a la mañan siguiente. Así hasta que regrese Faramis.

Dio unas palmadas que alertaron a varias de las criadas. ¡Niñas! Adecentarla un poco. Que se bañe y se ponga ropas más decentes.

Dicho esto la baronesa dió media vuelta y subió las escaleras para desaparecer por donde había venido, seguida de un par de criadas.

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05/06/2010, 11:40
Dimrod

Cuando la baronesa se fue Dimrod se dirigió a los demás.

Bueno, os pagaré lo acordado... Aunque me gustaría seguir teniendoos a mi disposición. Estoy muy satisfecho con vuestro trabajo y me gustaría que siguierais siendo la escolta de la dama, si decidis quedaros os contare que es todo esto que acabais de presenciar...

Si no, os pagare lo acordado y separaremos nuestros caminos. No me olvido de tu flor, Alraim, pero debo ir a comprarla a la herboristería. Además os pagare una pequeña prima de tres monedas de oro a cada uno si decidís seguir, a parte del sueldo habitual.