Partida Rol por web

Aunque a un nivel psicológico aquel resumen era insuficiente a varios niveles, en una perspectiva amplia podrían aceptarse las conclusiones de Steve. Pero aun así, no estaba libre de la discusión sobre los procedimientos y tácticas llevadas a cabo. El Agente Bester adoraba el orden, no solo era un amante del método y el protocolo, además creía en la pureza de la forma. Por ello no podía estar más en desacuerdo con Rogers, aunque aquel no era el momento ni el lugar para hablar sobre ello.

- Riddick tiene un perfil psicológico de lo más... peculiar. A mi parecer, nos ha ofrecido material muy interesante con el que trabajar. - Riddick quería hablar. Bester lo sabía, y aquellos "motes" por los cuales se refería la gente eran la clave de su análisis subjetivo sobre los que le rodeaban. Para Riddick, él era su mayor virtud y a su vez, su mayor debilidad.

Debilidad de la cual solo habría que enredar el dedo en el hilo, y tirar ligeramente para que colaborara.

- Ahora esperemos que el Comandante no ceda ante sus exigencias, eso sería fatal para la investigación. - Y se giró hacia la puerta, como si esperara que pudiera salir de un momento a otro. Si con lo que estaba tardando, le hubiera dejado trabajar a él, ahora mismo podría saber hasta el sabor de su helado favorito.

- Me alegra trabajar con usted, Steve. En la ONUG pocas veces podemos trabajar con los mejores de cada campo. -

- No te preocupes, Lucy. Una parte fundamental del aprendizaje es equivocarse. Lo estás haciendo bien, puedes estar segura que estoy orgulloso de ti. Cuando acabemos con este teatro, hablaremos en un lugar más privado. -

Asiento ante las exigencias de Riddick, nada que no quiera, por mis propios principios hacer -Así se hará Riddick, le ayudaré a protegerse frente a Smith, le procuraré ayuda para quitar el implante y trataré de liberarle de sus cadenas lo antes posible.

Apenas queda nada que decir, pero necesito aclarar un par de cosas - Respecto a lo que tengo que perder, sólo me queda mi hijo, que partirá y no volveré a ver nunca. Ya perdí a mi otro vástago, a mi esposa, todo lo que me importaba. Sólo me quedan mis valores y esta tripulación, mi familia. En cuanto a que usted no es un tirano, estoy de acuerdo, tan solo trataba de hacerle ver que no me gusta la idea de obligar a la gente a oponerse a las corporaciones, sino que prefiero que sean ellos mismos los que se liberen de sus cadenas.

Miro al hombre con el que me he aliado, un ser sanguinario a ojos de muchos, un justiciero para otros

- Una última cosa ¿Puede darme algo de información de interés para mostrarle a Smith su colaboración? Y, por último, algo de ámbito personal ¿Le suena a usted algunos de estos nombres? Atlas, Hydra, Cerberus, Tytán, Sirene, Grifón o Mantycora - soy consciente de cuánto le extrañará esta última pregunta, pero debo hacerla.

- De veras le agradezco su colaboración señor Riddick, le estrecharé la mano en cuanto le libere de las cadenas.

- Sí, lo cierto es que es un alivio trabajar con personas tan preparadas como tú, Steve- menciona la agente. El semblante de la mujer es algo serio, y parece que está un poco cansada, aún así vuelve a expresar lo que piensa  - Quizá si Adama ofrece a Riddick lo que quiere, este se confíe ¿no creeis? - les plantea.

- Sí, Alfred. Estoy deseando terminar con esto y poder hablar contigo. -

El comandante acepta mi trato. Libertad en su nave y la seguridad de quitarme este jodido trasto de mi columna... no ha pasado ni un dia desde que sali de Himalia y la cadena que me ata a esa maldita hiena pronto estara rota. La situacion se esta volviendo complicada por momentos, alianzas en las sombras y golpes que no veremos venir. Me gustaria mostrar una sonrisa depredadora, una que ansia el momento en que llegue todo eso... pero me controlo.

Sin embargo, una cosa está clara: las sombras son mi habitat natural.

Miro al comandante con un brillo en los ojos que delata que se esta ganando mi respeto... si realmente el hombre que tengo enfrente mio quiere ir directo a por las corporaciones, jugandose el cuello, probablemente es porque lo he subestimado. O, como bien ha explicado, no tiene nada que perder. Sea como sea, está lo suficientemente loco como para caerme bien. Es la última parte de ese dialogo donde escucho con atencion y asiento con gravedad ante sus palabras. Mismas palabras, mismos ideales, diferente camino... tal vez tuviera razon en que no somos tan distintos... tal vez.

Su siguiente pregunta es mas que aceptable. Pienso durante un momento y me doy cuenta de que el hombre que debia ser mi sucesor natural es el contacto mas importante. Ademas es un nombre que ya deben conocer tras mi detencion y la ayuda de Suther. Así que se lo proporciono. - Ronon Dex. - No hace falta decir mas a ese respecto, pero aun asi me sorprende con una ultima pregunta donde ademas añade nombres de criaturas y seres mitologicos, griegos, sino recuerdo mal. Niego con la cabeza. - No sé nada de esos nombres. - No me gusta reconocer algo asi, pero este hombre esta dando muchos pasos a favor de todo esto. Ademas, ahora ya sé que si oigo alguno de esos nombres, debe ser que algo interesante se cuece.

Sonrío ante sus ultimas palabras y asiento, aceptando su propuesta... aunque desde luego soy capaz de ver lo cómico que debe ser ver a alguien como Adama y a alguien como yo estrechandose la mano tan tranquilamente.

Asiento con una ligera sonrisa paseando la mirada por los dos agentes de la ONUG.

- El gusto es mutuo - afirmo mientras continúo hasta cruzar la mirada con la de los dos soldados que están a nuestro lado, con toda la intención de extender la afirmación hacia ellos. Tanto Agathon como Greer son grandes profesionales para tener a nuestro lado; el primero sin duda ascenderá en el escalafón militar y podrá sacar buen partido de su gran sentido ético, mientras que el segundo es un marine nato. - Siempre es de agradecer compartir  una misión con gente tan capaz. Estoy convencido de que aprenderé mucho de ustedes en los próximos meses.

Me vuelvo hacia Lucy y niego con la cabeza, pensativo.

- Sinceramente, dudo que Riddick se confíe. No creo que sea algo que esté en su naturaleza... - Probablemente, ni siquiera se relaje con sus compañeros del MNM. Ese hombre tiene los mismos instintos de un animal salvaje, pero acompañados de un notable autocontrol y un agudo intelecto. - No es alguien fácil de engañar y es probable que trate de utilizarnos tanto como nosotros a él... - Sin embargo, esa misma desconfianza en todos los demás es uno de los puntos débiles que podemos tratar de aprovechar, aunque tendremos que investigar algo más al respecto. Después de todo, no me gusta llegar a conclusiones demasiado precipitadas.

- Riddick afirma que fue traicionado por un tal Donald Suther cuando le atraparon - digo, más para que los dos soldados estén al tanto que para los agentes de la ONUG, pues es algo que ellos ya sabrán. - Tiene intención de vengarse de él -y no es probable que ni siquiera el Reobox que tiene instalado vaya a impedirle hacerlo... o  como mínimo intentarlo. - ¿Qué saben de ese hombre?

La agente niega con la cabeza.

- Pues lo cierto es que no había oído ese nombre en mi vida - le responde al capitán Rogers - ¿Tú has oído hablar de ese individuo, Alfred? - le pregunta. Mientras su mentor responde, Lucy piensa que Riddick hará todo lo posible por dar con ese Donald Shuter - Al final se convertirá en el juego del gato y el ratón - comenta.

En cuanto la comitiva salio me mantuve firme, tal y como estaba acostumbrado a hacer. Sin embargo, que mi cuerpo permaneciera rigido no era sinonimo de que mis oidos estuvieran cerrados.

Escuche aquella conversacion entre Rogers y aquella tétrica pareja. Y no necesite mas que aquellos retazos para darme cuenta de que la mente de aquel tipo bajito y mal hecho no funcionaba como la del resto. Habia hablado de manipular al prisionero, de hacerle creer lo que ellos querian para obtener lo que deseaban de él. Pero la cuestion para mi era... ¿Por qué molestarse en todo aquello? Si era un prisionero... ¿por qué no obligarlo sin mas? ¿Y qué es lo que tanto querían de él, como para que existiera la posibilidad de que aquel asesino se negara a hacerlo?

Mi mente no paraba de dar vueltas a todo lo que estaba sucediendo. Y, conforme más pasaba el tiempo, iba creciendo en mí la sensación de que sólo habia una verdad clara: que poco a poco cada vez estabamos a punto de correr un peligro mayor, aunque desconociera las razones.

Escucho a Riddick, cuya intención de colaborar es más que obvia. El nombre que me ha dado me servirá para mostrar su ayuda ante el resto.

Gracias por todo Riddick, me reuniré con Smith de inmediato. Espero sacarle de aquí lo antes posible y prepararle un lugar para dormir. Por cierto, voy a hacer un comunicado dejando claro que usted no es peligroso, para que la tripulación no sienta temor hacia su persona. Le ruego no se sienta insultado con lo que voy a decir -le pido al reo antes de salir del lugar. Aún queda mucho por hacer.

Asiento ante sus palabras levemente, reunirse con la hiena. Sin duda va directo al grano, eso me gusta. - No se preocupe por mi ego, Adama. - Me callo un momento antes de volver a hablarle, cuando ya se ha dado la vuelta y se encamina hacia la puerta. - Ese carroñero tiene la tendencia de hablar mas de la cuenta cuando cree tener el control, úselo a su favor. -

- Me temo que soy de la opinión de Steve. Riddick no colaborará a pesar de que Adama le dé lo que desea. Solo se rige por sus propios intereses, y darle más libertad o poder únicamente acelerará el proceso. A pesar de todo, la sobrada confianza en sus propias aptitudes es su mayor debilidad. Y nuestra mejor baza. - Cuando preguntaron por Donal Shuter asintió con la cabeza, llevando las manos a la espalda.

- Shuter no es más que otro terrorista. Estaba al cargo de otra célula dentro del NMN. Una celula menos radical, cabe decir. Menos peligroso y menos importante. Es posible que la envidia lo empujara a traicionar y vender a Riddick, o que simplemente, decidiera llevar a cabo otra ruta de acción... y las acciones de Riddick solo mancharan su curriculum. No disponemos de tanta información, pero sospecho quien puede tenerla. - Una clara referencia a Smith.

Observo un momento al agente Bester. Nuestros métodos no pueden ser más diferentes, pero es un alivio ver cómo llegamos a las mismas conclusiones. El hecho de que Riddick sólo se fíe de sí mismo es una consecuencia directa de su natural desconfianza hacia todos los demás, y ese tipo de gente suele pecar de sobreconfiada. Además, tenemos la misma opinión sobre quién puede darnos más información sobre el hombre que traicionó a Riddick.

- Riddick parece creer que Suther trabajaba en secreto para una megacorp - confirmo. - Si eso es así, ellos mismos deberían tener información sobre los antiguos colaboradores del asesino. Si vamos a bajar a Marte con ellos, estará bien disponer de toda la información posible sobre su organización.

Me vuelvo un momento hacia Agathon y Greer, que escuchan atentamente, aunque es posible que no estén siguiendo toda la conversación. Con suerte, sus oficiales les darán toda la información que necesiten en breve, aunque tampoco tendría ningún problema en contestarles yo mismo.

- Soldados, ¿saben si alguno de sus compañeros ha servido en Marte antes? - les pregunto. Por supuesto es algo que podría averiguar rápidamente pidiendo acceso al historial de la tripulación, pero tal vez pueda ahorrar algo de tiempo si ellos ya saben algo. Muchos altos mandos olvidan que los demás también tienen información que puede resultar tremendamente útil, a menudo complementando la suya desde otro punto de vista, pero yo no soy el tipo de oficial que comete ese error.

Así lo haré -respondo únicamente, demasiado enfrascado en mis propios pasos como para pararme a decir algo más.

Una vez salgo del hangar busco con la mirada al agente Bester y a Rogers. Necesito disculparme con ellos por lo ocurrido, razón por la que me acerco a cualquiera de ellos sin dilación.

- Siento lo ocurrido allí dentro. Debo admitir que me sentí frustrado y perdido cuando me percaté de las pretensiones de Smith respeto al reo -les digo, separándolos del resto de guardias para que no escuchen mis palabras- Nunca pensé que necesitáramos algo más que nombres por parte de Riddick. Pero logré recuperar el control y encontrar una salida. Tengo información y un trato, creo que lo mejor que podía sacarle a ese hombre. Ya os contaré más detenidamente.

Teniendo en cuenta mis obligaciones decido no demorarme más y vuelvo al puesto de mando, buscando aclarar a la tripulación todo lo vinculado a nuestro invitado. Una vez en el puesto de mando saludo a mis oficiales.

- Señores, es hora de avisar a los tripulantes y a ustedes mismos todo lo que se refiere al invitado del señor Smith -afirmo acercándome al comunicador. Para otros mensajes me gusta que mis oficiales se encarguen pero necesito transmitir a los míos confianza, razón por la que debo ser yo quién hable con ellos. 

Además, si algo ocurre será mi responsabilidad.

- Al habla el Comandante Adama. No es ningún secreto que a nuestra nave ha subido un hombre condenado por asesinatos y es mi deber informaros de la situación. El individuo en cuestión, el señor Riddick, ha accedido a colaborar con nosotros en nuestra misión, ayudándonos con información que posee. No dudo que ustedes han oído hablar de él y de los atroces actos que cometió en el pasado. Pese a ello, quiero dejar claro que la integridad de todos nosotros no corre ningún peligro y que el trato entre todos los que convivimos en esta nave debe y va a seguir igual, basado en la cordialidad, el compañerismo, el respeto y la jerarquía. Nadie va a sufrir daño o un trato vejatorio en esta nave mientras yo esté al mando. Una vez aclarado todo, pueden continuar con sus quehaceres -concluyo, tratando de apaciguar los malos pensamientos de algunos tripulantes. Puede que no sea mi mejor discurso pero he querido dejar claro que el reo no es el enemigo, que piensa colaborar y que, en el fondo, la última voluntad es la mía.

El comandante Adama abandona la bodega de proa y cuando se encuentra con el pequeño grupo que espera junto a la doble compuerta estanca, indica con autoridad que le acompañen a un aparte Rogers y Bester.

Cruza unas breves palabras con ellos y a continuación se encamina hacia el puente de mando.

Poco después, un mensaje transmitido esta vez por la propia voz del comandante resuena por toda la nave.

Un mensaje transmitido en esta ocasión por la voz del propio comandante Adama resuena por megafonía:

- Al habla el Comandante Adama. No es ningún secreto que a nuestra nave ha subido un hombre condenado por asesinatos y es mi deber informaros de la situación. El individuo en cuestión, el señor Riddick, ha accedido a colaborar con nosotros en nuestra misión, ayudándonos con información que posee. No dudo que ustedes han oído hablar de él y de los atroces actos que cometió en el pasado. Pese a ello, quiero dejar claro que la integridad de todos nosotros no corre ningún peligro y que el trato entre todos los que convivimos en esta nave debe y va a seguir igual, basado en la cordialidad, el compañerismo, el respeto y la jerarquía. Nadie va a sufrir daño o un trato vejatorio en esta nave mientras yo esté al mando. Una vez aclarado todo, pueden continuar con sus quehaceres.

- Suponiendo que las Megacorporaciones vayan a reconocer que usan elementos terroristas para la finalización de sus objetivos. - Desde el punto de vista de Bester, aquello era más un asunto de políticas correctas que de sinceridad o deseo por finalizar el trabajo. Posiblemente, si aquel lobo se les había escapado y ahora marchaba sin correa, desearían acabar con él, la pregunta es... ¿Qué excusa se inventarían las corporaciones para no reconocer sus actos, y aun así utilizar la ONUG para que les solucione este "pequeño" problema?

- Es posible que estén dispuestos a ceder la información, siempre y cuando no haya una acusación o ataque directo. - Acabó por matizar, lanzando una mirada de reojo a los soldados allí situados, mirándolos fijamente sin decir nada, esperando su respuesta con gesto serio y sin apenas moverse, concentrado en una respuesta que bien podría ofrecerles bastante luz.

Los caminos de la mente suelen ser estrechos pasillos oscuros llenos de recobecos donde esconder la información. Las puertas, son infinitas, y muchas veces es mejor esperar, simplemente, a que aquel que sabe donde se esconden las verdades ocultas eche un vistazo a ver si siguen ahí. Es en ese preciso momento donde miras al infinito, y contemplas el interior del ser humano. Si existe un alma, Bester contempló la de cientos de personas.