Partida Rol por web

Kara se separó de Samuel para acto seguido abrazar a Daniel también. Sería sospechoso que solo se disculpase con uno de ellos. Le habría gustado decirselo al medico también, sobre todo porque uno más uno son dos y no quería que desconfiara de ella, pero no podía arriesgarse tan seguido a que la pillaran.

Se apoyó contra la pared para escuchar a Samuel mientras se cruzaba de brazos, aunque tuvo que hacer varios gestos con una mano para evitar que el humo de aquel cigarrillo le diera en la cara.

- Estamos encerrados. Es normal que sientas esa presión. Cuando te acostumbres esa sensación desaparecerá - recalcó la última palabra y carraspeó. No sabía como hacerles ver que estaban siendo vigilados y que todo lo que hablaran se quedaría grabado y podían usarlo en su contra. Le parecía una violación a su intimidad enorme, observarlos incluso cuando dormian, pero no se podía hacer nada.

- Si me disculpais, este olor me está matando - señaló con un gesto de la cabeza el cigarro. - Voy al salón -

Kara entró al salón con un libro y se acomodó en uno de los sofás. Si había alguien allí lo saludaría cordial. Si no, simplemente se enfrascaría en la lectura, aunque los ojos le pesaban debido al cansancio.

Samuel miró a Daniel y se encogió de hombros ante la reacción de Kara, nuevamente espero a ver que tenía que decir el médico mientras daba varias caladas al cigarro, lentas y con visible ansiedad contenida, exhalando el humo para que no molestase a su compañero.

El medico se quedó en blanco por un par de segundo, su teoría conspirativa se había ido a la borda por un acto tan normal como un agradecimiento o muestra de cariño, algo que solo había sentido por parte de su hija y de su fallecida esposa…

Una vez que la mujer se retira, Daniel, aun un poco confundido, le hace un pequeño gesto a Krieg para que le diera uno de sus cigarrillos y así pensar con más claridad-. No he fumado desde que Amanda me informo que estaba embarazada de Magy-. Pensó con una pequeña y sincera sonrisa al recordar como su suegro y ella le advertían las consecuencias del tabaco en un embrión recién desarrollándose.

Una vez que enciende el cigarro y le da la primera calada después de más de una década, mira con un tono serio al soldado mientras saca un lápiz y una pequeña libreta de su uniforme.

Entonces señor Krieg… en pocas palabras nos han timado… Y lo más probable que los altos mando lo sepan… es sospechoso, al menos que haya uno de ellos jugando a ser dios. No es por ser paranoico, pero tenga cuidado.

Escribe con una brillante caligrafía, algo raro para ser un médico, para luego mostrárselo al soldado.

La escuche hablar de Italia, de los italianos y de la ciudad capital. Roma. Me trajo recuerdos, lo suficientemente intensos como para que mis ojos por un momento perdieran esa dureza y frialdad, que parecian seguirles a todas partes. Las palabras de Susan, me evocaron ese sempiterno ruido de fondo, las colosales columnas de los templos, las carpas de coloridos colores y la magnifica escultura que los acompañaba, casi como si estuviera alli, enfrente mio de nuevo, en casa. Una suave sonrisa, oculta por un rostro que no parecia acostumbrado a sonreir. Apenas duro un instante, apenas un parpadeo, pero habia estado alli, si habias estado atenta. Melancolia y añoranza. - Suena... a un sitio que merece la pena visitar.

Tu sentencia corto el momento, la sonrisa desaparecio como si nunca hubiera existido, la dureza volvio a mis ojos y mi diestra se cerro con fuerza sobre si misma. - El tiempo se cree con el derecho de borrarlo todo, porque es su privilegio. - Ese malnacido Dios que lo borra todo como si nunca hubiera existido. Ese maldito al que no le entregare nunca nada, no mientras este vivo. Me di cuenta de lo extrañas que debian haber parecido mis palabras, pero ya estaban dichas. El silencio se quedo ahi, porque sin duda parecia que te habia afectado y yo tenia mi propia vendetta.

La mire cuando me hablo ella, cuando me pregunto porque me definia a mi mismo, de esa manera. Su tono no era agresivo en si, pero si parecia ofendida o... quizas ¿molesta? Hasta ahora habia parecido muy poca cosa en ese sentido, no lo sabia. hablo de un padre que era un soldado tambien, y que ella me veia como un protector, no como un asesino. Lo digo de una forma un tanto categorica. La mire entrecerrando los ojos, mi mirada seguia siendo iguald e directa, igual de brusca, mientras sin duda intentantaba entender, por que narices me estabas diciendo eso a mi... un completo extraño. - ¿Un protector? - El tono seguia siendo como el frotar de dos piedras, habia duda aun asi. Una cierta sonrisa ironica, y triste. Solo una vez lo he sido y he fallado. No, no soy el protector de nadie. Solo me queda mi espada, o solo me quedaba ella hasta que esos gilipollas me han hecho perderla. Mentira, me queda la esperanza...

El tiempo paso mientras yo parecia metido en mi cabeza, cavilando lo que habias dicho hasta que tu pareciste darte cuenta de lo que habias hecho, pero yo simplemente me habia metido en mi mundo. Hablaste y volvi lentamente, mirandote aun con hostilidad, aunque en menor grado que antes... sentia que tu conexion con tu padre habia sido fuerte. La entendia en gran medida. - Yo no he dicho que fuera un asesino, eso lo has insinuado tu... - El tono no habia variado, hosco y abrupto, pero la mirada era mas intensa. - Solo te he dicho que mi trabajo es matar, el resto lo has rellenado tu... porque incluso ese protector tuyo, tiene que matar para proteger a los suyos. Asi que al final, el trabajo es el mismo, solo cambia el fin del mismo. - No desvie la mirada, sino que me quede mirando que tenias que decir.

Susan frunció levemente el ceño. - Esa diferencia es importante. - Respondió. Su tono seguía siendo amable, pero firme. Que Marko le resultaba intimidante no era ningún secreto, sobretodo cuando la miraba de esa manera, aun así, no parecía que fuera a bajarse del burro con facilidad. - Al menos lo es para mí. - Añadió. Es más, podía decir misa si quería, pero estaba casi, casi, segura de que para él también lo era. De no ser así, no se habría ofendido cuando ella le había confundido con una especie de sicario.

Le sostuvo la mirada o al menos lo intentó, parecía triste. Hablar de su padre siempre hacía que el alma se le encogiera un poco. No importaba el tiempo que pasara. - Está bien, soldado. - asintió esbozando una sonrisa muy breve. - Siento haber insinuado que fueras un asesino. - dijo con absoluta sinceridad.

Después volvió a quedarse un rato así, sin decir nada, sumida en sus propias cavilaciones, hasta que de repente volvió a fruncir el ceño, como si acabara de caer en la cuenta de algo. - Eso que decías antes del tiempo...- Se humedeció los labios, dudosa y bajó la voz. - ¿Sabes? También creo que tienes razón. Yo ... um, yo también lo he visto. -

—Supongo que estaréis meditando vuestro informe. No quiero extenderme, seguro que lo imagináis. Pero diría que todo se torció desde que subimos al ala de psiquiatría, no estábamos preparados para lo que allí había. Posteriormente tratando de estudiar en un futuro al gusano lo atrajimos hacia el interior, donde se produjo una escabechina y a duras penas pudimos escapar. No va a ser muy halagüeño —.

El hecho de que en cierta forma tocara a su familia, la habia hecho cambiar de postura, se la notaba menos timida, con algo mas de fuerza en su tono. Tenia gracia como con solo tocar aquello que queria, cambiaba de formas de una manera tan obvia... aunque la entendia en ese punto. No contenta con dejar claro su punto de vista, quiso ratificarlo, dejando entreveer que habia demasiada etica y moral en ella, para el lugar donde trabajaba. ¿Que haria si supiera solo la mitad de las cosas que se hacian entre bambalinas? ¿Seguiria pensando lo mismo? Lo dudaba. La mire por un momento, pero no llegue a darle mas motivos para continuar con esa conversacion. Mi mirada no habia cambiado, aunque al menos ya no parecia que fuese a matarte o a darte un golpe al minimo comentario... incluso notabas que me habia ido relajando en cierta forma, con todo lo que habiamos hablado.

Me llamo soldado, mientras se disculpaba por un comentario que me habia molestado... aunque quizas no por los mismos motivos que a ella. Negue con la cabeza y deje escapar un suspiro de cansancio, mientras mi cuerpo dejaba claro que estaba bien, que no te preocuparas, aunque las formas fueran mas las de un leon enjaulado, que las de una persona que busca mas acercamiento social.

El silencio se adueño del tiempo, al menos, mientras ella asi lo permitio, porque sin duda se notaba que necesitaba hablar. Retomo esas palabras que yo preferia no haber mencionado y me vi obligado a mirarla intrigado, porque de haberlo sacado de cualquier otra forma, hubiera sido mordaz como poco, pero esas formas... esas palabras. "Yo tambien lo he visto" Un gruñido ante esas palabras, uno mas grave, mas bajo, casi como una afirmacion. El final, el final de algo, el fin de una historia, de un imperio, de un pueblo o de una civilizacion. El saber que todo lo que somos puede extinguirse como apagamos la luz de una habitacion, con el simple hecho de que alguien o algo, apague el interruptor. ¿Lo habia visto? No sabria decirlo bien, pero sentirlo. Si, sentirlo, lo hacia cada dia de mi vida. Mi mirada se fijo en la tuya, notando el tono de duda en tu voz. Asenti levemente. - Resulta curioso como tras algo asi, nuestra perspectiva cambia tanto. - Aun en el susurro, seguia siendo brusco, hosco, como si a diferencia de ti, yo lo sintiera de verdad, en lo profundo de mi, como si fuera algo mas que simplemente un cambio de perspectiva. - Volvera a ocurrir, ocurrira una y otra vez... y algun dia... le tocara a este lugar. - No habia miedo, ni siquiera aprehension por lo que significaban mis palabras, solo era una realidad... que por algun motivo me importaba poco. Desvie de nuevo la mirada, perdiendome en mi mundo, porque recordaba lo que yo habia perdido... y lo mucho que seguia doliendo.

Susan observaba a Marko con atención. Quien más y quien menos, todo el mundo había perdido algo a causa del tiempo, un ser querido, la familia, el hogar… Sin embargo, la mayoría de las personas solo podían hacerse una idea aproximada de la magnitud de la pérdida a la que Susan se refería, a través de los libros de historia. Cuando se había atrevido a confesarle que ella también lo había visto, no estaba muy segura de que Marko pudiera comprenderlo del todo, sin embargo, no fue precisamente incomprensión lo que encontró en su respuesta. Y eso, tenía que admitir, sí que era una sorpresa. Al final iba a resultar que tenía más cosas en común con ese tío, arisco y gruñón, que con cualquiera en todo el complejo.

- Fue durante mi primera misión - Se animó a continuar, a pesar de que Marko ya no la miraba. - Sidarta 7 no era un mundo tan diferente de la Tierra. Tenía grandes mares, continentes, selvas, desiertos, dos polos magnéticos y un clima apropiado para la vida. Estaba habitado por gente como nosotros, una civilización próspera entusiasmada con el descubrimiento del multiverso y durante el primer contacto, estaban interesados en el comercio y el intercambio cultural y tecnológico. Lo único que yo tenía que hacer era reunirme con uno de sus embajadores durante una hora, más o menos. -  Explicó. Hablaba despacio y en voz baja, queda. - Pero sucedió algo, el tiempo, de hecho - Hizo una pequeña pausa en la que no pudo evitar esbozar una sonrisa triste. - 720 años más de lo previsto, para ser exactos. -

- Cuando se cerró el portal detrás de mí, no quedaba nada. Lo que antes eran colosales edificios ahora solo eran ruinas y esqueletos de metal. No había calles, no había gente, no había… bueno, no había nada. Solo un infinito desierto nuclear. -

- No se exactamente cuanto tiempo estuve atrapada en ese sitio, pero las horas se alargaron hasta convertirse en días  y los días en semanas. Los meses pasaban tan lentos… Durante mucho tiempo pensé que nunca regresaría, que lo había perdido todo y que era el final. Es… bueno, fue una puñetera pesadilla.  - La chica se encogió un poco, abrazada a sus rodillas. - El problema es que ahora que he vuelto. Bueno... No lo se, es extraño. - frunció el ceño - Estar aquí… la gente, la que conocía y la que no, me parece extraña. Supongo que tienes razón y algo así te cambia. - 

Cuando terminó, se quedó observando a Marko con cierta ansiedad contenida. Era probable que fuera la primera persona a la que relataba su experiencia y le daba miedo que la tacharan de loca. 

- Que... -dudó brevemente. - ¿Qué te pasó a tí? - Preguntó finalmente en un hilillo de voz.

Samuel observó la nota y asintió con mucha calma, ya suponía que estarían bajo vigilancia estricta y seguramente que este tipo de notas en confidencia acabarían siendo captadas por una de los "Ojos" de Titán que tendría puesto en toda la instalación pero sus compañeros se dejaban llevar por una ilusión de seguridad...¿Quien era él para negarsela?. Simplemente contesto de la misma manera, escribiendo lentamente tras pasárle el paquete de tabaco a Daniel para que se sirviera, seguido del mechero.

 - Sea como fuere, no nos reportaba nada tener la estatuilla solo mas dolores de cabeza y misterios que seguramente no podríamos resolver si no es bajo la supervision de Titan. Si te soy sincero todo esto parece ser un tejemaneje de nuestro amigo de la Trastienda, y me juego el cuello y no lo pierdo que casi todos teníamos un objetivo en particular que nos resultara útil para obtener lo que queríamos, por eso mismo quería hablarlo en grupo. Hubiera sido mejor cooperar para ganar todos que ir por la vía egoísta. Si alguien juega a Dios en Titan, mientras no me afecte me da igual, yo me he criado en este lugar y por ahora no he visto nada que haga que se tambalee mi lealtad hacia la misma, pero comparto las reservas que podamos tener, no soy ciego y sí, andaré con pies de plomo.

Le entregó la nota y suspiró, negando con la cabeza y soltó otro suspiro cansado, frustrado. Algo no estaba bien con el joven soldado, quizás le doliese la cabeza o el cansancio psicológico de la misión le había afectado mas de lo pensado, había sido su primer salto real, sin simulaciones o entrenamientos y el impacto todavía lo tenía aturdido, en su cara, la cual figuraba un amago de sonrisa tranquilizadora se podían entrever la enorme cantidad de dudas y tribulaciones respecto a lo vivido.

Sí.- Coincidí con Teo.- Con las necesidades de la misión y los datos que teníamos poco más pudimos hacer.

Luego escuché a Ella.- Por ahí irá mi informe, - Le confirmé.- aunque supongo que tendré que justificar mi decisión de sedar a Marko y también la de no tratar de recuperar la GaRock. Lo único positivo es que pudimos regresar todos con vida.

Bueno.- Me levanté para irme.- Creo que estaré un rato el salón. ¿Venís?

—Por si te vale de algo... tu decisión fue acertada —me dolía en el alma haber dicho eso de un amigo como Marko, pero tras esta misión ni siquiera sabía si podía seguir considerándolo amigo. Esta claro que él me había tratado ya de otra manera.

—Te acompaño —no me agradaba estar sola mucho tiempo, las pesadillas eran horribles.

Conocia la descripcion demasiado bien, aunque no la siguiera con la mirada puesta en sus ojos, mi mente anotaba los detalles que ella le daba. Un mundo similar a este. Una civilizacion similar. Dispuestos a comerciar, a conocerse, a interpretar nuevas relaciones fueran del tipo que fueran, pero entusiamados ante lo que acababan de descubrir. Una persona enviada alli, para dar fe de ello, para ver lo que se podia sacar de ello en una conversacion que bien podia cambiarlo todo, a un punto dificil de imaginar, ¿Por que que seria sino un puente interversos entre dos cilizaciones que nunca se hubieran conocido de otra forma?

La forma en que menciono al tiempo, como si fuera un agente de la destruccion, como si fuera un ente vivo me trajo recuerdos de otra epoca mas facil, mas simple... hasta que describio lo que habia quedado tras 720 años. ¿720 años? ¿Habia quedado atrapada de alguna forma en vida? La mire porque se me escapaban los detalles de lo que mencionaba. El ceño fruncido, intentando averiguar que escondian tus palabras, tan detallistas en algunos puntos, tan simples en otros. Llego la descripcion de lo que quedo y si no fuera por el añadido nuclear, casi sentiria lastima por ese mundo que habia dejado atras... mas entonces me di cuenta de que posiblemente, solo era una sobreestimacion mia. La conclusion es que solo quedaba un desierto, una imagen tan conocida en cierta forma porque... yo era... yo era aquello que ella habia mencionado una vez entre susurros de amor y ternura. Cerre los ojos, viendo no solo el desierto, sino tambien los dos soles... a ellos... a nosotros... y como siempre, dolia demasiado.

Mi gesto se volvio duro, mi mandibula se tenso por los recuerdos aciagos y el desconocimiento de los demas. Cuando por fin volvi de mi mundo, cuando consegui dejar atras aquello a lo que esta mujer habia accedido tan facilmente con unas palabras tan bien escogidas, escuche que habia quedado atrapada en cierta forma... y aun asi habia sobrevivido a casi un milenio.

Dijo que se sentia fuera de lugar y no pude mas que sonreir con ironia y tristeza, por igual, pero no era una sonrisa agradable, era casi dañina, pero mas hacia mi eprsona que hacia los que estuvieran a mi alrededor. - No hace falta que tenga razon, tu misma te has dado cuenta. - Levante los ojos, siendo por primera vez mucho menos duro en mi mirada, aunque mi lenguaje corporal seguia levantando las murallas que no serian atravesadas. - La muerte o desaparicion de una persona puede cambiarnos, puede romper nuestro mundo de mil formas, romper nuestra realidad hasta que no la reconozcamos. - Habia dolor, dolor de verdad, profundo, sangrante aun, por mis palabras, mientras mi mano se cerraba hasta formar un puño. - La muerte de un mundo, aunque no este conectado a nosotros... - Un ligero gesto de tristeza infinita en mis ojos, cuando mire al suelo. - sigue siendo el final de millones de vidas, la destruccion de mil millones historias, que ya no seran contadas. - El tono seguia siendo arisco, brusco, pero notabas que habia menos distanciamiento, menos frialdad... en cierta forma, aunque las defensas siguieran levantadas. - Si no te afectara... entonces es que algo no estaria bien en ti. - Ese ultima frase no vino cargada de nada diferente, lo dije como era, si no lo sentias, es que estabas mal de la cabeza o no eras del todo humano en cierta forma. Aun asi quedaba claro que no te consdieraba que estuvieras loca... ni por asomo.

Me calle, deje de mirarte de nuevo, para mirar al hueco entre mis piernas, directamente al suelo, con las manos cogidas delante mia, apretandose con cuidado la una a la otra pues el minimo punto de tension me provocaba dolor por todo el cuerpo. Espalda y pecho sobretodo, aunque los pies tampoco es que estuvieran en su mejor punto. Te escuche, note la duda, pero sobretodo el tono tan absurdamente bajo que me obligo a centrarme en tus palabras.

Un gruñido ante tus palabras, un gesto parcialmente hostil por un momento, antes de rebajarlo a un suspiro de cansancio, de hastio por algo que estaba claro, que estaba enterrado a profundidad. Mis ojos azules se clavaron en los tuyos, con cierto grado de agresividad directa, porque tu habias decidido hablar, tu. Yo no te habia obligado y habia cosas que eran... privadas. Que tu las compartieses, no implicaba que yo fuera a hacerlo. Mi mandibula se tenso, abri la boca, pero me contuve por un momento, popr el recuerdo de todo lo que habia dicho y me habia contado. El tono volvio a ser brusco, directo, casi como un gruñido contenido... mientras las palabras salian y el tono solo empeoraba, apra nada siendo tranquilo o suave. - Un mundo murio, un mundo similar al que has descrito, aunque no tan avanzado, convertido en un erial de muerte, en un desierto de extensas arenas deonde los craneos de los muertos brillaban a la luz... - Me calle, suspire y mire de nuevo al suelo. - Murio, eso es lo unico importante.

Desvie el tema, no queria hablar mas de eso, era demasiado... y no, no me apetecia. - ¿Como acabaste tantos años encerrada ahi? ¿Has dicho el tiempo como entidad, como un enemigo tangible? - Como un Dios cabron y malnacido con demasiado poder. No te mire, pero pudiste ver que no perdia detalle de tus gestos, aunque fuera de reojo. Curiosidad... algo extraño en mi.

Abro el ordenador y tecleo un e-mail.

Estimado señor Doe:

Como supongo sabrá me encuentro actualmente en zona de cuarentena pero necesitaré de sus servicios al salir de aquí.

-       He sufrido un accidente en el discurso de la misión por lo que estaría interesada en el prototipo extremidad cibernética. Adjunto fotografía del estado actual de la mano por si es preciso.

-       También estaría interesada en el laboratorio móvil. 4

Espero que todo le vaya bien.

Un saludo,
Ella Weiland

Tras lo cual cierro el ordenador.

​-Sin duda el informe va a dar que hablar, quizás hasta cambie la forma en que Titán evalúa las misiones antes de mandar equipos... no lo sé, quizás los que no estuvimos a la altura fuimos nosotros. No lo sé- repetí suspirando pensativo -aunque tampoco se me ocurre que mas podríamos haber hecho.

Recogí la muleta sin decir nada y después la taza de café, medio bebida, le di un trago ​-Yo me voy al salón tengo mucho en que pensar- dije acompañándolos al pasillo, fuera de la habitación -creo que todos tenemos mucho en que pensar- añadí mientras me encaminaba al salón. 

- No, um... Nadie podría haber sobrevivido tanto tiempo, creo que no me he explicado bien. Perdona, la física no es lo mío. Es complicado. - Susan frunció levemente el ceño, esforzándose por hacerse entender mejor. - Me llevó unos días comprender que el tiempo no transcurre de la misma forma en todos los mundos. No se si es un enemigo, pero sí es otra dimensión, o eso dicen. Una que no podemos ver, pero sí sentir y que además, puede estirarse o encogerse como el chicle. Todo eso de la relatividad, ya sabes.-

- Tras el primer contacto, teníamos dos meses para preparar la reunión con el embajador, momento en el que volvería a abrirse el portal. Sin embargo, lo que en la Tierra fueron dos meses, en Sidarta fueron unos 700 años. Supongo que los científicos de Titán no tenían manera de preverlo, o quizá sí y cometieron un error. No lo se. El caso es que el portal volvió a abrirse en dos meses terrestres, yo lo atravesé y según lo hice, volvió a cerrarse, como sucede habitualmente. El próximo volvería a abrirse en una hora, una hora terrestre, claro. Para la gente de aquí solo estuve perdida una hora en ese sitio, pero para mí fue algo así como medio año de … Bueno, ya sabes...- Volvió a encogerse brevemente con el recuerdo.

No le pasó desapercibida la reacción de Marko a su historia. Sus palabras, quizá rimbombantes y extrañas para otros, para Susan y sus circunstancias resultaban de lo más elocuentes. Además, no había que ser especialmente perceptivo para darse cuenta de la marea de emociones que llevaban consigo.

- Yo um... siento tu pérdida. - No lo decía por decir, de verdad lo sentía y no solo eso, lo comprendía. Del mismo modo, también entendía que no quisiera hablar de ello. Para ella tampoco era fácil. Sin embargo, por algún motivo le resultaba más sencillo hablar de lo ocurrido con él, un completo desconocido, que con sus propios amigos. 

- ¿Cuantos años tienes, por cierto? - Preguntó entonces con un arrebato repentino de curiosidad, tanto hablar del tiempo... Además, tenía la impresión de que los dos agradecerían un tema menos comprometido.

Andando cual robot llegué al salón acompañado por Ella y Teo, la conversación que habíamos tenido podría decirse que había sido hasta cierto punto provechosa.

Al llegar estaba kara, la chica rubia del otro equipo, que sin duda era un soldado, leyendo un libro. Supuse que habrían terminado ya la reunión que habían tenido. Como pude me senté en otro de los sofas. - ¿Qué lees?

Tomo el papel y lo comienzo a quemar con la punta del cigarrillo, observo detenidamente como el fuego consume las letras de tinta que se habían tatuado en ella.

-.Totalmente de acuerdo señor Krieg-. Rompo el silencio-. Si requiere cualquier tipo de apoyo con gusto se lo daré… digamos que también me considero alguien con carácter apátrida y no nos diferenciamos de muchos puntos-. Miro hacia la ventana por un segundo-. En cualquier caso, si se siente mal o presenta algo que le moleste con gusto lo atenderé-. Finalizo con mi cigarrillo para luego volver a mirar al soldado-. Por si me disculpa me retiro, si necesita algo simplemente búsqueme, dudo mucho que sea dificil especialmente si hablamos de esta pequeña ratonera-. Digo tranquilamente para estrechar mi mano con Krieg y retirarme del lugar con dirección a la cocina.

Con una cara seria pero con ojos brillantes el medico se dirige a la cocina con el objetivo de cocinar algo más elaborado "la comida de campaña es bastante... interesante" pensaba Daniel mientras su mente divagaba diferentes recetas...