Partida Rol por web

Susan reprimió un escalofrío. Bichos que segregan ácido, parásitos... Era un poco como en esa peli, Alien. A Susan nunca le habían gustado especialmente las pelis de terror, tampoco era amante de las emociones fuertes y desde luego, no era ninguna aventurera. ¿Cómo puñetas se las arreglaba para acabara siempre en sitios así? Con lo bien que se le daba hacer ganchillo, le habría ido mucho mejor vendiendo jerseis por internet. Cada vez que pensaba en que pronto volvería a saltar, las tripas se le ponían del revés.

Parecía que iba a decir algo más cuando, de pronto, la chica rubia que había visto en la cocina interrumpió brúscamente la conversación. Marko volvió a tensarse repentinamente y Susan se quedó inmovil, como un conejo sorprendido por los faros de un coche. Tal y como vino, sin esperar ninguna respuesta, se marchó.

- Vaaale... Eso ha sido un poco raro – Admitió ciertamente contrariada. Es decir, era un detalle que hubiera venido a avisarles y eso, pero la manera en que había aparecido y desaparecido como un fantasma era un pelín inquietante.

Se fijo en como Marko volvía a moverse con esa actitud de león enjaulado. - ¿Quieres ir? - preguntó. La verdad es que ella no lo tenía muy claro. - O... Um... A lo mejor podríamos ir a buscarte algún analgésico – Sugirió. Que estaba hecho polvo, era evidente.

También ella parecía volver a esconderse en su timidez como un caracol cuando estaba con gente extraña o cada vez que Marko recuperaba su mal humor, que por otro lado, era casi todo el tiempo.

Samuel salió de su dormitorio con cara adormilada y portando un libro en la mano derecha, su rostro parecía algo mas animado y mucho mas suavizado que cuando entró al mismo e incluso saludo a los presentes con algo mas de enfásis que la primera vez.

Tras observar como estaban todos dispuestos se fue a la mesa del comedor y se sento junto a los compañeros de su misión, asintiendo con la cabeza a Kara que les había avisado. 

 - ¡Vaya! Pensaba que comeríamos el rancho insípido que nos daban en los barracones - Comentó con una sonrisa amigable - Esto si es una buena novedad. ¿no? Si quereís mañana os hago algo de comer yo, eso sí traed protectores estomacales y material médico de urgencia.

Bromeo mientras reclinó su silla hacia atrás peligrosamente, para dejar el libro en otra mesa mientras se tambaleaba , finalmente lanzó el libro a la otra mesa golpeándola con las tapas del maltratado papel y haciendo que este resbalase hasta el centro de la misma, Samuel puso cara de haberle dolido y luego sonrió a los demás colocandose propiamente en la mesa.

-Guau, tiene una pinta espectacular- ​dije con alegría al comprobar que lo que el doctor Trainor había preparado no se parecía en nada a lo que yo hubiera sabido cocinar.

​-También tomaré vino, creo que la situación bien lo merece, incluso pienso que sería capaz de brindar...- ​comentaba con mucho mas ánimo del que hubiera imaginado tener después de hacer el repaso mental de la misión -Voy a avisar a Marko, que está en el patio y vuelvo raudo y veloz- ​dije tratando de hacer un gesto irónico levantando las muletas simultáneamente para acto seguido marcharme a buscar a mi compañero muleta a muleta, pasito a pasito. 

Kara se sentó a la mesa, al lado de Samuel, con ganas, saboreando su copa de vino y mirando sonriente a todos los presentes. Se dió cuenta de que se sentía agusto allí.

- Animate - le dijo amistosa a Teo ante su propuesta del brindis. - Estamos entre compañeros y vamos a vivir muchos días juntos - la dura Kara de la misión había desaparecido y solo quedaba la mujer que hacía tiempo que no disfrutaba de algo tan sencillo como una buena cena hecha con cariño.

Kara cogió unos segundos la mano de Samuel por debajo de la mesa con afecto y gratitud

Mire a Susan cuando dijo eso, sin perder ni un apice de brusquedad en mi mirada, desvie la misma, mientras gruñia de tal forma que casi parecia una afirmacion o una confirmacion de tus palabras. Casi parecia que se creyese que eramos unos niños a los que avisar como haria una madre o algo similar. Nunca habia tenido de eso, pero habia visto suficientes peliculas para saber como funcionaba. Entendia ciertos puntos, pero lo que parecia estar ocurriendo como si fueramos una especie de comunidad, no, eso me superaba. Recordaba las palabras dichas por ella, cuando nos reunimos en nuestra primera fiesta de Navidad. Cuanta razon tenia... y que poco sabia yo por aquel entonces. La hipocresia de un mundo...

No conteste a las primeras palabras de Susan, mas que con ese gruñido, hasta que pregunto algo que no tenia claro, aunque tenia hambre. La mire, porque de pronto habia vuelto a las preguntas, sin importarle lo mas minimo mis formas actuales. Puse mal gesto, y el tono arisco volvio. - No, no quiero ir, pero tu... - Apenas estaba empezando la frase cuando me sorprendiste con tus palabras, y eso se noto en como volvi a mirarte. Me mire a mi mismo por un segundo, notando cada maldita parte que me dolia y eran muchas, jodidamente demasiadas. Volvi a mirarte sin entender por que te preocupabas por mi estado. Era duro y cabezon y como diria ella testarudo, pero el dolor no me ayudaria, solo me cabrearia mas y eso no seria bueno para nadie, ni siquiera para mi mismo... ademas eso bien podia llevarme a acabar estrangulandolo.

Negue, dejando escapar un suspiro de cansancio, lleno de dolor. - Un analgesico. - No diria mas, aunque mi cuerpo denotara que efectivamente estaba hecho pedazos y que el dolor sin duda caminaba por cada uno de los nervios de mi cuerpo. Di un par de pasos en direccion a la puerta. - ¿Vamos? - El tono arisco y seco seguia ahi, el lenguaje agresivo y rabioso de mi cuerpo igual,pero no tanto como al principio, ni por asomo como cuando la mujer esa habia aparecido rompiendo el momento o lo que fuera de hacia unos instantes.

Enrollé parte de la boscaiola en el tenedor —está estupendo Daniel, felicidades —vi que Teo se levantaba a buscar a Marko, y me mordí el labio con algo de nervios.

—¿Sabéis algo del resto de misiones? ¿Cómo han ido las cosas en general? —las caras que llevaban ellos hacían presagiar que habían ido no muy bien, como la nuestra.

Samuel asintió a Kara mientras se preparaba para probar la comida que Daniel había preparado y finalmente comenzó a comer mientras escuchaba la pregunta de Ella, negando con la cabeza y tras tragar y limpiarse brevemente la comisura de los labios con una servilleta comentó.

 - No hay nada que yo sepa, por lo que entendí esto es un aislamiento completo, a saber como nos están estudiando ahora mismo. - Luego se quedó mirando al plato por unos instantes pensando en la misión que les había tocado y como había salido - Nuestra misión fue fallida pero al menos pudimos constatar la mitad de los objetivos que se nos impusieron, del viejo equipo de Titán que estaba en aquel universo alterno se les dá por muertos, ese lugar era un caos psiónico , seres mutantes como si fueran necromorfos y hasta canibalismo. 

Guau.- Exclamé al levantar la tapa que cubría mi plato. Imité al resto y probé la pasta que había cocinado Daniel.- Está exquisita.

El ambiente seco de las primeras horas empezaba a distenderse al estar todos alrededor de la mesa, cosa que agradecí enormemente.- La nuestra no fue mucho mejor.-Reconocí a Samuel.- De hecho, lo único positivo que podemos contar es que hemos conseguido regresar todos con vida, lo cual ya me parece un completo milagro en vista de la devastación que esos seres ha causado en ese universo en menos de tres meses.

Al momento de escuchar las primeras opiniones, el medico suspira de alivio para luego dirigirse a su puesto con una cansada pero confortable sonrisa-. Que agradable tema de conversación… creo que el canibalismo con las mutaciones queda perfecto para esta comida ¿no? -. Expresa Daniel con un tono totalmente sarcástico para luego mirar a los presentes-. Aunque hablando en serio, me alegro de que les esté gustando la comida… de alguna forma esto da inicio a nuestro merecido descanso… si no les molesta me gustaría ser el encargado de cocinar al menos la cena… es un pasatiempo que me relaja bastante y si alguien esta interesando en aprender, con gusto le enseñare... una de esas puede servir para impresionar a alguien en especial en algún momento dado-. Señalo moviendo mis cejas de arriba hacia abajo varias veces para luego dar mi primera degustación-. Esto le hubiese encantado a ella…-. es lo que mis recuerdos me susurran al momento que mi lengua hace contacto con la mezcla de sabores…

DEL GIMNASIO A LA HABITACIÓN DE SUSAN

Susan esbozó una sonrisa diminuta al darse cuenta que aunque el tipo era cabezón, no lo era tanto como para negar su estado. Rápidamente se puso en pie, apoyándose en la máquina. No parecía especialmente ágil y sus movimientos solían ser atropellados cuando le pillaban de improviso.

- Si, si, voy - corroboró dándose prisa para alcanzar a Marko, quién ya estaba a la altura de la puerta.

- Supongo que en algún sitio nos habrán dejado un botiquín, pero no se donde. Además, es posible que esté a cargo de algún… um, de algún médico - Siguió bajando la voz al final, como si se quedara sin fuelle. Podría tratarse de su compañero de misión, o podría no serlo, el caso es que no era su intención hacerle enfadar, pero parecía lo más lógico. - De todos modos, a mí me han dado medicación para montar una farmacia, por lo de la radiación y eso…- Se encogió de hombros tratando de no pensar mucho en ello. Cada vez que veía el montón de frasquitos que había guardado en su equipaje se mareaba. Pensar que podría tener un tumor del tamaño de un pomelo...

Terminó guiando a Marko hasta su dormitorio. No tenía muy claro si la antigua Susan se escandalizaría o la felicitaría por haber conseguido que un tío como él pusiera un pie en su cuarto. Sacudió casi imperceptiblemente la cabeza con la intención de librarse de aquella idea estúpida y se acercó hasta la maletita que había sobre la cama. La habitación estaba intacta, ni siquiera había tenido tiempo de deshacer su equipaje.

- Veamos… - con cuidado, sacó un neceser un tanto abultado, lleno de botecitos de color naranja debidamente etiquetados. - Yoduro de potasio, azul de prusia, DTPA, Neupogen… - Descartó unos cuantos. - Oh, aquí está. Tylenol. - Le tendió un frasquito. - Se supone que es para el dolor. Un antiinflamatorio - Aclaró.

Había pasado ya más de media cuarentena y cada día me encontraba físicamente mejor, las costillas ya no me dolían, y a falta de una radiografía que confirmara mi diagnóstico podía afirmar que estaba casi recuperado.

Decidí que si quería aumentar mis posibilidades de supervivencia en las misiones a las que nos enviaba Titán debía tratar de aprovechar el tiempo entre saltos en recuperar y mejorar mi capacidad atlética, así que fui al gimnasio antes de desayunar a hacer algo de ejercicio, pensaba que estaría solo, pero al llegar Kara estaba allí.

Buenos días. ¡Qué madrugadora! - Le dije al entrar. Me subí a la cinta de correr y pulsando los botones la programé a baja velocidad para comenzar a calentar.- ¿Terminaste de releer la historia interminable?

Samuel continuó comiendo lentamente mientras atendía a lo que los demás decian y asintió intentando mantener la sonrisa de animo, finalmente contestó a Daniel igualmente intentando banalizar la situación.

 - Es cosa del pasado ya, ahora lo mejor es disfrutar de la comida y no pensar en comernos entre nosotros cuando se acaben los viveres que Titán nos ha dejado aquí - Terminó guiñando un ojo a Daniel y luego se dispuso a finalizar su plato mientras cogía una copa de vino para darle un trago.

Como cada día, Kara se encontraba en el gimnasio. Solo bajaba una hora cada día, pero le servía para mantenerse en forma, y para no olvidar las costumbres que había implantado el ejercito en su rutina.

A veces solo corría en la cinta, otras algo de pesas o ejercicios de calistenia. Había días que solo estiraba y hacía algo de eliptica. Ese día en concreto estaba haciendo algunas abdominales y cuando Mike le habló se encontraba contando ya la última. Dejó caer su espalda contra la colchoneta sobre la que estaba y sus brazos quedaron desparramados a ambos lados.

-Buenos días - respondió de buen humor sin moverse - Veo que te has animado a hacer ejercicio. Me alegro - se sentó para poder empezar con los estiramientos. Sabía que el hombre había estado jodido así que era buena señal verlo allí.

- Me ha dado tiempo a terminarme otro - se agarró a la puntera de sus zapatillas de deporte mientras sentía la tensión y el ligero dolor que indicaba que estaba haciendo de forma adecuada el estiramiento - El tiempo aquí se hace eterno. Aunque tampoco se si tengo ganas de volver... ¿A ti te apetece? Te veo siempre muy serio y callado -

No podía dejar de pensar en que la misión, a parte de que casi nos mata literalmente, también había fracturado el equipo de alguna manera, tenía la sensación de que las relaciones entre nosotros también habían cambiado para siempre.

Encontré a Marko donde él dijo que estaría, disfrutando del falso cielo que Titán nos brindaba para evitar que nos volviéramos locos estando encerrados tanto tiempo, desde mi punto de vista, de momento, lo conseguía.

-Eeeh… ¿Marko?- pregunté al vacío en un patio desierto quedándome brazos en jarra y francamente desconcertado -¿Dónde se habrá metido?- Me pregunté encogiéndome de hombros mientras volvía sobre mis pasos hacia el comedor.

Despues de haber estado "corriendo" en la cinta, uno podia esperar algun tipo de coordinacion por parte de la misma, pero estaba claro que el moverse y el ejercicio, no estaba entre sus mejores facetas. Eso no menguo la impresion que tenia de ella, al fin y al cabo habia conocido a gente de todo tipo en este lugar, y los musculos eran siempre la ultima opcion, que hubiera gente con aptitudes diferentes daba flexibilidad a cualquier posible confrontacion o problema. La espere en el umbral de la puerta antes de seguirla hasta su habitacion, sin que mi gesto cambiase mucho.

El termino "medico" provoco que por un momento mi gesto se torciera, solo fue un momento que incluyo obviamente un gruñido aspero, antes de simplemente pasar al gesto de siempre. Hosco y arisco, pero que por el momento no parecia dirigido especialmente a ti, sino en general, incluyendo breves momentos donde podia notarse el dolor en mis facciones. Es mas mis pasos no eran especialmente rapidos, como comprobaste rapidamente.

La mire cuando menciono que le habian dado mucha medicacion, suponiendo que tambien le habian dicho las tomas y recordando que ella se estaba preocupando por mi, me di cuenta de que debia intentar mostrarme interesado. - ¿Te han hecho pruebas? - Estaba claro a que me referia, aunque eso si, el tono y las formas bien podria estar preguntando por si habias comprado mal la fruta. Demasiado cortante e incisivo.

Llegamos al cuarto de la mujer, entre detras de ella pero quedandome ligeramente rezagado, este era su lugar privado, eso si lo entendia. No me gustaba que entraran en mis cosas. Empezo a sacar una verdadera farmacia como habia indicado, hasta que me paso un bote que era un antiinflamatorio. - Gracias... Susan. - De nuevo ese tono arisco, pero rebajado, sutilmente. Abri el bote y vi las pastillas, no iba a metermelas en el gaznate y forzar la msuculatura tal yc omoe staba, iba a necesitar agua, al menos. - ¿No tendras algo de agua, verdad?

Sí, hoy es el primer día. Las costillas parecen haberse soldado bien y ya no me duelen.- Poco a poco fui aumentando la velocidad de la cinta hasta un caminar ágil, donde aún no necesitara comenzar a correr pero ya comenzara a notar el ejercicio.- Necesito recuperar la forma antes del nuevo salto.

Kara comenzaba sus estiramientos finales mientras hablaba. - El aislamiento te deja tiempo para pensar, tal vez demasiado, pero al menos he conseguido poner en orden mis pensamientos.- Subí un punto más la velocidad y comencé a trotar ligeramente, a ese ritmo mi respiración era correcta y lo seguro que lo podría mantener durante bastante tiempo, así que decidí que para ser el primer día no pasaría de ahí.

He estado demasiado callado estos días, pero en mi defensa diré que tenía muchas cosas en las que pensar, - Puse mi mejor cara de chico que nunca a roto un plato.- incluido como tratar a alguien que me desea cuanto más lejos mejor y que está obligado a convivir conmigo encerrados en esta casa.- Callé unos segundos.- ¿Volver? Sí que quiero volver a saltar, aún creo que lo que podemos hacer aquí puede marcar la diferencia. La misión a la que nos mandaron era importante, la información con la que debimos haber regresado podría salvar muchas vidas en un futuro. Lástima que no lo consiguiéramos y temo que se haya perdido la oportunidad.

¿Tú no quieres? ¿Tan dura fue vuestra misión?

Volví al comedor todavía pensativo, agarré el respaldo de una silla vacía tras apoyar las muletas en el suelo y crucé una mirada rápida con Mike y Ella -Marko no está en el patio, supongo que no le apetecerá tener compañía todavía- dije tirando de la silla y dejándome caer con cuidado.

Levanté la tapa de mi plato después de ojear rápido el de los demás y mi mirado se fue de forma inconsciente al doctor Trainer -Si esto sabe como huele es posible que le de un beso en la boca- dije haciendo una mueca sacando morritos y afirmando con contundencia mientras agarraba los cubiertos -Buen provecho- y centré todos mis esfuerzos y atención en enrollar algunos de los hilos de pasta en el tenedor.

- No sabía que tenías problemas con alguien de tu grupo - dijo con suavidad y cautela mientras terminaba con los ejercicios sobre la colchoneta. En eso estaba agradecida. Ella se llevaba bien con los de su equipo.

Su rostro se ensombreció al escuchar la última pregunta - Fisicamente no. Estabamos preparados para enfrentarnos a los enemigos que hicieran falta pero... ¿que haces cuando no sabes que es real y que falso? ¿Qué haces cuando no sabes si el compañero que tienes al lado es de carne y hueso? - su mirada estaba clavada en el suelo pero la alzó poco a poco hasta fijarla en Mike

- ¿Conocias a Joel? Estabamos todos juntos, moviendonos en formación, alertas, y de pronto solamente él está a mi lado. O el que creía que era él. Resulta que por dentro era todo cables y liquido, pero sangraba... - se llevó un puño a la frente y se dió varios golpecitos suaves, como si así pudiera borrar la imagen de su compañero destripado sobre aquel sillón giratorio, despatarrado como un muñeco roto.

- Lo siento. Bastante tienes ya como para escuchar mis desvarios - intentó componer una sonrisa forzada mientras se levantaba para coger la toalla y secarse el sudor.

- ¿Entonces vas a pedir misión en cuanto salgamos de la cuarentena? -

Escuché a Kara, - Sí lo conocía, de vista, habíamos hablado solo un par de veces en el hospital.- en sus palabras noté lo dura que había sido su misión y lo que le había cambiado, pues por mi cabeza habían pasado pensamientos similares a los suyos.- No tienes que disculparte, escuchar tus desvaríos creo que me ha sentado bien, mejor que varias sesiones de psicoterapia. - Bajé un poco el ritmo a un caminar deprisa al notar que las costillas empezaban a dolerme.- esas dudas se parecen mucho a las que rondan por mi cabeza.

No tenía problemas con nadie de mi grupo. Al menos hasta que un alien le atacó y le lanzó una pasta que lleva unos gusanos diminutos que atraviesan tu piel y se apoderas de tu cerebro controlando tus actos. - Pasé a explicarle.- Atendí a Marko de urgencia, le retiré la pasta y un gusano negro del grosor de un alfiler que amenazaba con perforar su piel e introducirse en su cerebro, ahora sé que le salve la vida, pero allí no sabía si le habían lanzado más gusanos o si alguno había alcanzado ya su destino sin que yo pudiera evitarlo.

Uno de los habitantes del planeta al que saltamos me advirtió que si Marko empezaba a hacer cosas raras tendría que matarlo, porque ese ya no sería mi compañero. De hecho me dijo que si no lo hacía, si yo lo dejaba vivir y luego se demostraba que estaba infectado los cuatro lo pagaríamos con nuestras vidas.

No tenía forma de saber si estaba infectado o no, ninguna.- Le expliqué.- Pero decidí jugarme la vida de todos, confiar en que Marko no estuviera infectado y regresar con los locales. - Callé unos segundos poniendo en orden mis pensamientos.- Luego todo se descontroló. Los aliens atacaron la planta del hospital donde nos encontrábamos, con una precisión exacta, de las ocho plantas del edificio atacaron justo la nuestra, como si fueran guiados por una señal emitida por uno de nosotros.

Y empecé a pensar que le había fallado a Marko, habían incluido a un médico en el grupo solo para esas cosas y yo, en lugar de solucionar el problema, había dejando que uno de esos gusanos entrara en su cerebro y guiara a los otros alines hasta el hospital. Para colmo de males, Marko empezó a comportarse de forma extraña, y las palabras del local en las que me decía que él ya no era mi amigo y que tenía que matarlo no dejaban de resonar en mi cabeza.

Me callé, no sabía si podía compartir aquella información con Kara, pero decidí que no tenía sentido ocultar directrices de Titán a sus propios saltadores.- Y no solo recordaba esas palabras.- ¿Sabes que Titán tiene un protocolo de contención en caso de infección, verdad? Uno no muy diferente al que tenían en Mercurio con respecto a sus propios infectados.

Dejé que las implicaciones de lo que le había contado llegara a Kara.- Hubo un tiroteo, no lo vi, solo lo escuché y, por un momento, deseé que Marko hubiera muerto en él.- Me dolía reconocerlo, pero así era.- He jurado curar al herido y solo podía pensar en que sería una bendición que un compañero hubiera muerto.

Paré la máquina. Ya no me apetecía seguir corriendo. - Pero no fue herido en ese tiroteo, seguía herido pero con vida y seguía comportándose de modo extraño. Quería tomar el control del grupo y conducirnos en una misión suicida, todos lo vimos, no solo yo, seguir el plan de Marko era firmar nuestra propia sentencia de muerte.

Así que hice lo único que pude hacer, incapacitarlo y mantenerlo sedado durante el resto de misión, mientras tratábamos de salir con vida de aquel infierno confiando en que al volver pudieran curar su infección o que confirmarán que me había equivocado en mi diagnostico y nunca había estado infectado.- Era la primera vez que contaba a alguien lo que había pasado y noté como me sentía algo mejor, aún seguía sintiéndome mal por mi comportamiento, por desear que un compañero hubiera muerto, y sabía que siempre lo haría. Pero estaba mejor que antes de haber ido a la sala de entrenamiento.