Partida Rol por web

La compuerta del ascensor se abrió, dejando ver el cuerpo de alguien bastante quemado y totalmente desnudo defendiéndose de algo bajo la luz rojiza intensa del estado de emergencia que brillaba en el techo del cubículo. Ese algo, era una especie de pelota negra que rebotaba como una loca en el interior hasta que la compuerta estuvo abierta casi del todo y salió despedida hacia el final del pasillo en el que estabais. 

Dag se había encogido en la camilla gravitacional que llevaba Daniel como primera opción, teniendo en cuenta la condición que tenía, era lo mas adecuado. 

Daniel llevaba ya un par de dias sin afeitarse y vete a saber las horas sin dormir. Aun asi parecía alerta, con los ojos muy abiertos y palpaba nervioso de cuando en cuando sus bolsillos. Aunque sus manos estaban casi siempre ocupadas empujando la camilla mecanizada en la que iba Dag. Su camisa debió de estar bien planchada cuando se la puso, pero ahora daba la sensación de que había dormido con ella puesta. Sus pantalones, elegantes y comodos, aguantaban el tipo.

Al abrirse la puerta y ver lo que ven, 

Daniel ve lo que se les viene encima y se agacha instintivamente. Empuja al interior del ascensor la camilla, de un porrazo.

- ¡Adentro!

El hombre que aparecio en el ascensor tenia practicamente toda la epidermis del cuerpo quemada, hasta el punto de que podian verse tatuajes a medias o casi totalmente destruidos en algunos puntos de su cuerpo. Por lo demas era literalmente la definicion de un mastodonte, armado con un cuchillo encerrado en un cubiculo cerrado con algo que nada mas abrirse la puerta salio disparado fuera del mismo.

Maldita sea que se quede quieto de una puta vez Por Marte!

La puerta se abre, me giro para seguir a mi enemigo. Mi mirada va mas alla de ellos y solo ante la reaccion de de uno de ellos me aparto de su camino porque paso de comerme una puta camilla.

Cerrad las puertas.

La chica, vestida con unos vaqueros de color azul y una camiseta de manga larga de color rojo, ambas manchada de algo que parece sangre, aunque ella, por la forma y facilidad con la que se movió para esquivar la bola, no parecía en absoluto herida. Como casi siempre, llevaba puestas unas zapatillas de deporte no demasiado discretas. Ah, y no podemos olvidar olvidar el rifle de asalto que sostenía entre sus manos con relativa firmeza, y a diferencia del hombre, parecía descansada y lista para enfrentarse a lo que fuera.

Siguió a Daniel al interior del ascensor, y al escuchar la voz que pidió que cerraran las puertas, se fijó en el cuerpo que ocupaba buena parte del espacio… ¿Marko? No había muchos tipos así de grandes. Pulsó el botón de cerrar las puertas del ascensor mientras levantaba el arma con la otra mano apuntando hacia el exterior ¿a qué planta? Preguntó en general, aunque en caso de duda, pulsaría hacia una superior desde luego.

¿Qué es eso? ¿Estás bien? Era obvio que no, claro que ella se refería a saber si era capaz de moverse o sea… ya me entiendes… no podía perder la concentración por si esa pelota o lo que fuera intentaba entrar en el ascensor.

Si no se hubiese sujetado a la camilla, estaría ahora mismo en el suelo. Intentó sacar el cuchillo que llevaba en la pernera del pantalón de la única pierna que podía doblar ahora mismo, y se lo puso por delante por si algo se le venía encima. Si, se notaba que no estaba muy despierto. 

La puerta se empezó a cerrar, demasiado lento para Marko, demasiado lento para todos cuando vieron a la pelota del tamaño de una pelota de baloncesto dirigirse como una mancha oscura a toda velocidad de nuevo al interior. 

Usa la puta camilla para que esa cosa rebote. - Grite a Daniel, sin apenas mirar a Hilv. El tono fue aspero, seco y desagradable ademas de ronco. Estaba de vuelta de todo.

Levante mi arma, lo unico que tenia encima para prepararme si esa cosa volvia a entrar dentro del maldito ascensor.

- ¡Lo siento Dag! -grito Daniel. Levantó la camilla autopropulsada de un lado y con un golpe de hombro, echó a su ocupante al suelo. De inmediato la cogió de la parte trasera y la levantó cuanto pudo, dejando sitio por si alguien quería cooperar - ¡arriba! ¡No bloqueéis la célula fotoeléctrica!

Aquel tipo a su lado iba a necesitar un trasplante de piel. Eso si no moría de una septicemia en los próximos dos días. Aquellas quemaduras tenían una pinta horrible. Y no quería terminar igual.

Después escuchó a Hilv realmente. Antes solo era ruido. 

- Marko... ¿Marko? ¿Qué coño te ha hecho esa cosa? 

Hilv pensó en disparar por unos instantes, pero, a pesar de su puntería, resultaría casi imposible darle, la opción de hacer que rebotase parecía mejor, claro que no sabía la fuerza que podía tener aquella cosa, así que, cuando bien el movimiento de Daniel, se colocó en uno de los laterales de la levantada camilla…

Hagamos fuerza para que no la tumbe y pueda rebotar…

Dijo en general, entre ella, Daniel, lo que pudiera aportar Dag desde su nueva posición en el suelo, y bueno, Marko era el más fuerte de entre todos los presentes.

Se preparó para amortiguar el impacto.

Una máquina bien engrasada...por el miedo y la necesidad de supervivencia. Daniel tiró a Dag de la camilla, y este acabó con un golpe seco en el suelo, acompañado de un quejido para nada halagüeño. Hilv nada mas se vio la intención del médico empezó a coger a peso la pesada máquina, apoyada por Marko y después Daniel. 

Justo a tiempo. El golpe fue tal en la parte alta de la camilla que os deslizó unos centímetros hacia atrás, pero lo que sea rebotó hacia afuera. 

Gruñi mientras ayudaba con la puta camilla. El impacto fue simplemente brutal, pude sentir como vibraban los musculos de mis brazos debido a ello.

Nada... esa cosa odia la luz roja de emergencia o lo que sea... la ha puesto frenetica... - Me prepare agarrando bien la camilla y anclando en los posible los pies al suelo para el proximo impacto, porque habrian mas. Estaba claro que hasta que no se cerrase la puerta no dejaria de aguantar la camilla, eso si lo haria principalmente con mi mano buena y el hombro mas sano que tuviera.

Mire a Hlv un instante, para ver su estado en general.

Hilv se había quedado un poco en ninguna parte, mientras Daniel apoyaba el empujón como buenamente podía. 

Tras el primer golpe buscó un segundo y Dag intentó desde su postura, que era bastante cercana al peligro, cortar a lo que fuera con el cuchillo. Sin conseguir absolutamente nada. La parte que sujetaba Marko empezaba a costar demasiado, y se estaba escurriendo, lo que dejaría la parte de arriba mas vulnerable para entrar dentro. 

Dag se movía, Hilv parecía en su mundo y no tenía claro que pasaba con Daniel pero la puta camilla empezaba a escurrirseme y pesar... Lo que daba opciones esa cosa.

¡Que cojones hacéis! ¡Centraos maldita sea o esa cosa va a entrar! - Gruñi con ningún tacto y una mala hostia creciente. 

Busque como coger mejor la camilla, como afianzarla en su posición, esperando que los demás ayudasen porque yo solo, no podía con ella... mientras esperaba la llegada de esa cosa de nuevo. 

El impacto había sido más fuerte de lo esperado, y había hecho que la chica diera un pequeño traspiés, pero enseguida se recuperó y buscó aplicar su peso y su fuerza a la parte que ahora mismo era la más débil, esperaba que el entrenamiento al que la habían sometido en Titán, ayudara.

La chica se veía en perfecto estado de salud, no parecía tener ninguna herida visible, y de nuevo parecía concentrada en lo que estaba haciendo.

Buscó puntos de apoyo en las paredes del ascensor donde poder amortiguar el impacto y evitar que el improvisado escudo cayera.

La puerta se cerró al fin, y la batería de la camilla empezaba a fallar por lo que en breve aquello se convertiría en una losa demasiado pesada que llevar. 

El ascensor se pudo en movimiento, y mientras, Dag se arrastraba hacia la parte de atrás, empezando a perder sangre de nuevo aunque en baja cantidad. El rastro en el suelo era claro. 

Con cuidado, la camilla. - Adverti mientras usaba mi fuerza y postura para ir deslizandola hasta volver a ponerla en la posicion que debia y no en la que habia estado. Mire a Daniel, luego a Hilv, parandome algo mas de tiempo en ella verificando si estaba bien y por ultimo a Dag.

Me acerque al herido, deteniendolo con la mano en el hombro y esperando a que Daniel me dijera como moverlo sin destrozarlo mas de lo que ya parecia. Esa sangre no era normal.

!Dag para de moverte! Gritó la joven nerviosa al ver que su amigo había comenzado a perder sangre de nuevo lo han herido abajo, en las celdas al intentar ayudarnos contra una especie de demonio que se convertía en arena explicó muy por encima pero Daniel lo ha estabilizado en la enfermería esperó a que el médico se hiciera cargo del chico, era él quien tenía los conocimientos y quien podía ayudarlo.

La chica se quedó de pie, pendiente por si alguna cosa más se disponía a atacarlos, con el arma en la mano y una postura alerta, en aparente perfecto estado de salud.

¿Qué te ha pasado?

Preguntó a Marko sin querer mirarlo demasiado.

Daniel pareció salir de repente de la estupefacción. Agitó la cabeza y luego, como si les volviese a ver a todos por primera vez, empezó a pasar la mirada de uno a otro. Su respiración se fue calmando y finalmente la depositó en Dag.

- Puta mierda Dag, creo que te he reabierto la herida. Ayudadme a ponerlo sobre la camilla.

Pronto aquello no sería más que un trozo de hierro, pero al menos era una superficie sobre la que trabajar y estaba mas o menos limpia. Si otro trozo de tela limpio que poder utilizar, dio un par de fuertes tirones a la manga de su camisa, listo por si necesitaba con urgencia una venda compresiva y se puso a levantar parte del vendaje con extremo cuidado.

- Si eso, Marko, cuéntanos que te ha pasado. Por cierto, intenta mantenerte limpio. Si te duele es buena señal. Como me digas que no te duelen las quemaduras empezaré a preocuparme de veras. Significaría tercer grado, así que se honesto con el doctor y vete diciéndome como te ayudo a ti en cuanto termine con Dag.

Mire a Hilv ante su pregunta, mientras era consciente de como obviaba mirarme. Iba a hablar cuando Daniel entro en la conversacion.

Gruñi, se me notaba cabreado y frustrado. Mas de lo habitual y el tono del gruñido dejaba de manifiesto la agresividad de mi estado. Ayude a subir a Dag a la camilla. - Los sistemas de contencion de Titan detectaron una anomalia, un puto bicho interversos que parecia haber hecho algun tipo de trato con River Lindel, aparecio en la enfermeria y Titan simplemente pulso el puto boton de incineracion total. Es muy probable que Samuel Krieg tambien este metido en el ajo... sino es que hay mas gente en ello.

Mire mi cuerpo. - Estoy bien y si, duele, claro que duele... tengo todo el puto cuerpo quemado... aunque mas bien escuece y molesta... - La frustracion estaba muy muy ligada a la necesidad de violencia en estos momentos, aunque ninguno de los presentes, era el objetivo.

- Samuel y River... Dios santo, ¿que tipo de trato pueden haber intentado pactar? ¿Para que?

Daniel no levantaba la vista, sus ojos estaban permanentemente fijados en la herida de Dag. Presionaba y usaba todo lo que pareciese mas o menos limpio para taponar la herida y tratar de que volviese a coagular.

- Vale, se que es una gilipollez Marko, pero trata de no ensuciar las quemaduras hasta que pueda lavártelas y vendértelas. Necesitaremos antibióticos de aplicación tópica... No, mejor intravenoso. Es mucha superficie. Y vendas. Apósitos. Piel sintética sería lo ideal. Te van a quedar unas cicatrices estupendas -añadió negando con la cabeza.