Partida Rol por web

- Hola – Respondió Susan esbozando una pequeña sonrisa amistosa. Sonrisa que no pudo evitar teñir de cierta preocupación cuando Hilv cogió uno de sus pastelitos. - Esto... - ¿Y ya está? ¿Nada de “Dios mío Susan, esto debe tener como un millón de calorias, el azucar te matará" o algo parecido?.

Indecisa, se mordió el labio y apresuró el paso hasta alcanzarla. - Oye... ¿Va todo bien? - Preguntó con todo el tiento del que fue capaz de armarse. No sabía como de amiga habría sido del tal Steve Rogers.

OA se los quedó mirando con gesto extraño, y pegó un empujón a Marko que la había agarrado del brazo para que no se fuese. Pero es que Marko estaba enfadado, Hilv con el pastel en la boca que se había metido del tirón...y apareció Susan. 

¿Cómo que no me toque?- Se volvió la muchacha hacia Hilv- mira, mierdecilla con patas, pueblerina de mierda- se acercó a ella mirandole con la rabia contenida, y el dolor, que procesaba por todo lo que había pasado y visto. Bueno, lo que había visto solo era la gota que colmó el vaso.- Si te lo quieres quedar, quedatelo.- espetó mirando a Marko de reojo- total, para lo que sirve- El inicio del sollozo salió, pero lo cortó de golpe. Bajó la vista al suelo antes de darse media vuelta para marcharse. 

Samuel se había mantenido fuera de la iglesia, conversando con el Señor Doe, mientras todo lo que ocurría en el interior del templo pasaba completamente desapercibido para él.

 Durante unos instantes alzo una ceja y sonrió a Doe, un gesto fugaz que retorno a ser la mueca de tristeza y semi ausencia que el joven mostraba.

 - Pensamos igual. Nadie muere si no se les olvida, a fin de cuentas... son nuestros actos los que dejan las hueyas de nuestra vida en las mentes de otros y eso nos define como algo mas que un momento en el tiempo o al menos eso quiero pensar y no debe disculparse, precisamente en estos momentos es cuando uno debe....en teoría poder expresarse como se siente y mas cuando ... - Tragó saliva y miro al Templo de nuevo, al interior y a la gente congregada allí - Hoy tenemos una ausencia de alguien que era querido.

Empezó a darle caladas al cigarro, aguantando las ganas de llorar mientras hablaba con el comerciante de la trastienda, su cuerpo se tensó por unos momentos, haciendo el gran esfuerzo que le suponía aquella tarea aunque finalmente se mantuvo estoico, tenía que mostrarse firme, algo en su cabeza le decía aquello.

 - ¿Conoció en profundidad a Steve, Señor Doe?- Comentó Samuel mientras tragaba saliva justo antes de pronunciar el nombre de su amigo - 

No contestó a Susan, la verdad es que no la había oido salir de detrás de ella, ofuscada como estaba con la situación que estaba viviendo.

Tampoco retrocedió ni un poquito cuando OA se le acercó y le dedicó una mirada peligrosa ¿no se dedicaba a no se qué rollos de explosivos? Se tragó el pastelito de golpe, pero la había insultado ¿mierdecilla con patas? ¿en serio? Con esos insultos hace el ridículo... Callate le dijo estás por encima de ella, demuestra que eres mucho más madura, Steve era su amigo calla y escucha celosa psicótica si, toda una adulta Hilv la señaló con el dedo eso siempre jode doña madura si te le he dicho que no se acerque es porque pasa algo raro desvió la mirada al soldado por unos breves momentos él y yo sólo somos amigos, sólo le di un abrazo por alegrarme de que siguiera vivo después de la misión y de pronto, creo que tiene algo que ver con la marca de su cara estaba casi segura de hecho la cosa se descontroló y que tú tampoco estás precisamente “calmadita”, menos mal que la bronca del cura y la señora madre de Steve ha bajado los ánimos, si, del todo, casi yo nunca haría algo así, joder no estás sonando muy creíble Hilv... sé que parece una gilipollez, pero sólo tienes que acercarte para comprobarlo ya no señalaba, sino que se recogía el pelo algo agobiada y si no me crees es cosa tuya sentenció, le daba lo mismo, en realidad, o no pero te diré una cosa señorita cosmopolita puso voz fina si crees que Marko no sirve para nada, es que eres todavía más idiota de lo que aparentas menos mal que no ibas a insultarla puede que su conversación a base de gruñidos sea una puta mierda, y que aparente las mismas emociones que un muñeco de nieve vale, no se estaba metiendo con él, solo era objetiva pero gracias a él y a que decidió ayudarme he sobrevivido a la misión, y no sólo yo, sino muchas más personas no todas... gracias a sus consejos y estando ahí genial, no creo que estés arreglando una mierda mira, que es mi amigo, te guste o no ni siquiera sabes si eso de amigo le gusta a él...dejó escapar una bocanada de aire y siento mucho lo de Steve...sé que eráis amigos...y lo que has visto pues no te ha ayudado... parecía sincera después de toda la bronca anterior siento también lo del beso, aunque no ha sido voluntario... sus ojos se encontraron con la figura de Susan y se abrieron ligeramente, para luego dedicarle una sonrisa triste.

Escuché las palabras de la bióloga.- Gracias Arabelle.- Le dije antes que se marchara a la última fila.

Con un gesto de su mano Kara me pidió que me sentara a su lado y cuando lo hice me contó algo que me dejó helado. Tardé unos segundos en reaccionar y unir lo que me acababa de contar con lo que había visto segundos antes.

Tienes razón, me parece una locura. Pero la mayoría de cosas que pasan aquí me lo habrían parecido si me las hubieran contado antes de vivirlas. - Le respondí en voz baja tratando de no molestar al resto de asistentes y le cogí la mano – Puedes contar conmigo para descubrir que es lo que le ha pasado. ¿Conservas alguna foto vuestra?

Sonreí a la propuesta de Daniel para que se sentara, el vernos con nuestras hijas daba algún tono de normalidad a la locura que había sido el viaje.

Acepté un trozo de chocolate, sabía que no era el sitio indicado para comer pero en cualquier caso no sabía decir que no a algo así, —pues he disfrutado todo lo posible con Tamra, tenía unas ganas tremendas de estar con ella. Me ha contado todo lo que ha estado haciendo estos días así que hemos tratado de ponernos al día —le revolví el pelo a Tamra —crecen rápido —.

—En verdad está siendo un funeral extraño. Creo que no conozco al sacerdote, claro que no venimos mucho por aquí —.

Moss reitó la mano con rapidez, algo incómodo ante tanta perfección. Había visto muertos antes pero no recordaba haber visto ninguno en su ataud tras ser tratados por los servicios funerarios. En el de su hijo pidieron que el ferétro estuviera cerrado. Ni su mujer ni él quisieron recordarlo atrapado en una caja de la que no saldría más. Era demasiado devastador.

Así que imaginó que Titan, con todos los avances de los que disponian, se preocuparia de borrar aquellas horribles marcas que el paso de los años deja impresa en la gente, proporcionando así una bella imagen con la que los seres queridos pudieran aferrarse.

Soltó un suspiro y se dirigió al final a tomar asiento. Entonces se percató en Arabelle, que estaba sola.

- ¿Te importa si me siento aquí? - quizás estaba guardando asiento a alguien y no quería ser descortés

No la esperaba, ni por asomo. ¿Que coño estaba haciendo la novata, aqui? No habia sido suficiente con meterme la lengua hasta la campanilla, que OA lo hubiera visto, que ademas ahora queria venir aqui...¿a que? OA como solia podia ser ella, se revolvio como hacia siempre y eso era peligroso como bien sabia. Ademas de que tenia motivos para estar enfadada, joder, hasta yo estaba enfadado.

Aun asi las palabras de Hilv y ese que tenia que explicarlo, coleaba aun.

La pelea estaba servida, OA seria muchas cosas, pero no de las que se quedaban calladas. Aun asi lo que dijo OA dolio, porque yo podia ser muchas cosas, pero jamas me habia acostado con otra mujer, o le habia sido infiel durante nuestra relacion. Se pudo notar en mi rostro, y como mi ceño se fruncio porque el enfado estaba escalando, no solo por sus palabras, sino porque fuera tan facil deshacerse de mi, de esa forma y si... estaba escalando. La mirada de reojo, solo sirvio para avivar una llama que se quedo a medias con el sollozo. Maldita sea, pero si yo no habia hecho nada.

Mas antes de poder intervenir, Hilv solto una perorata que me dejo a cuadros, mirandola sin entender, parpadeando por la sorpresa de todo lo que estaba sacando de dentro. Gruñi en varias ocasiones ante alguno de sus comentarios, mas eso tmabien me llevo a fruncir el ceño al no entender algunas cosas y llevar mi mano a la cicatrices de mi rostro, para al final simplemente suspirar, pero no era uno de relajacion, ni por asomo. Era el de alguien que mas bien parece estar tomando cierto grado de impulso. Mire a OA, cabreado sin ninguna duda, para luego mirar a Hilv, señalandola con un dedo para que se quedase quietecita, porque el azul de mis ojos estaba por hervir... sin importar todo lo que habia dicho, bueno o malo. - Ahora luego vas a explicarme de que coño hablas Hilv. - Habias oido muchos tonos duros, pero el de esta vez era ademas ardiente, como dos rocas de magma, en lugar de simplemente dos rocas golpeandose.

Mas entonces mire a OA y si ella era un dragon yo no me queda a tras. - Pero tu... - Se noto como ahora si intentaba controlarme, aunque no lo consiguiera mucho. - ¿Que coño te pasa? Yo no la he besado, ni siquiera se a que coño ha venido, ni siquiera si tiene que ver con las putas cicatrices como ella dice... pero que tu sabias... ¿que TU sabias que? - Avance un paso hacia ella. - ¿Tu sabias qué, OA? Jamas te he sido infiel, ni de cerca, asi que... - Inspire, expire y cerre los ojos. - Se que es... un momento... complicado. - Lo habia dicho Hilv. Mis manos se cerraron hasta que dolieron. Mi cuerpo estaba en tension por intentar no sacar todo lo que habia, porque no era el momento, ni el lugar. - pero mas te vale que tengas una jodida y muy maldita buena explicacion, porque si el golpe en la cara me importa una mierda... tu desconfianza no... y lo sabes. Lo sabes muy bien. - Señale la iglesia con el dedo. - Si he venido aqui hoy ha sido porque esperaba verte... porque vuelvo de una maldita mision magenta, que casi me cuesta la jodida vida, y tu, no solo no estas, sino que estas desaparecida durante dos malditos dias sin explicaciones. Dos largos y malditos dias. Asi que no me vengas con estupideces de ese tipo, porque sino ya sabes que maldito camino coger...

El oficio comenzó, y con este, se cerró el féretro que tan brevemente había sido visitado por tan pocos de sus antiguos compañeros. El cura os miró, luego a la madre y al final a las puertas que permanecían abiertas. Era obvio que estaba algo nervioso. Su mirada se posó sobre Kara unos instantes, por lo acontecido con anterioridad y tras elevar la cabeza al techo del templo comenzó. 

Las almas de los justos están en las manos de Dios y no los alcanzará ningún tormento. Los insensatos pensaban que los justos habían muerto, que su salida de este mundo era una desgracia y su salida de entre nosotros, una completa destrucción. Pero los justos están en paz. Steve está en paz. La gente pensaba que sus sufrimientos eran un castigo, pero ellos esperaban confiadamente la inmortalidad. Después de breves sufrimientos recibirán una abundante recompensa, pues Dios los puso a prueba y los halló dignos de sí. Los probó como oro en el crisol y los aceptó como un holocausto agradable. Los que confían en el Señor comprenderán la verdad y los que son fieles a su amor permanecerán a su lado, porque Dios ama a sus elegidos y cuida de ellos. Palabra de Dios. 

Los llantos de la madre, que era consolada por una mujer que habíais visto antes, de recursos humanos llamada Megan se escuchaban de vez en cuando, con hipido incorporado que le restaba un poco de seriedad al asunto. 

Como busca la cierva corrientes de agua.  Así mi alma te busca a ti, Dios mío.  Tiene sed de Dios, del Dios vivo ¿cuándo entraré a ver el rostro de Dios? Recuerdo cómo marchaba a la cabeza del grupo hacia la casa de Dios, entre cantos de júbilo y alabanza.  Envía tu luz y tu verdad: que ellas me guíen y me conduzcan hasta tu monte santo, hasta tu morada. Que yo me acerque al altar de Dios, al Dios de mi alegría; que te dé gracias al son de la cítara, Dios, Dios mío. ¿Por qué te acongojas, alma mía, por qué te me turbas? Espera en Dios, que volverás a alabarlo: “Salud de mi rostro, Dios mío”. Era un salmo que Don Carlotto se conocía muy bien, pero que pocos pudieron responder a las palabras del sacerdote, pues venía con respuesta. 

¿Sabéis lo mas extraño? Que Steve no parecía se creyente, en absoluto. No se metía con otras religiones pero decían que no era cosa de él. Seguramente la madre se habría empeñado.

Tras quince minutos, donde nadie habló ni dijo unas palabras sobre el muerto, se acabó la ceremonia y con ella, la obligación de estar entre esas cuatro paredes. 

¿Pero que cojones haces hablando de eso en plena puta planta de civiles?- No gritó pero vamos tenía la vena hinchada hasta casi saltarle. 

Miró a Hilv- Pues que siga siendo tu amigo, ya te la meterá doblada en algún momento. Y entonces te acordarás de mi

Ahora a la nueva en todo eso- ¿Y tu quien coño eres? ¿Vienes también a defender al machito de turno?

Otra vez el foco en Marko- Joder, menudo harén te has montado. Y si, no estaba, NO ESTABA- algunos ya miraban en los alrededores, porque había que recordar que era una planta bastante visitada- porque yo también me estaba recuperando señor yo soy mejor que nadie, yo soy el primero, yo soy el mejor, soy lo mas importante y los demas no merecen ni que los miré o obtener mis gruñidos como dice tu amiga.- Enarcó las dos cejas y puso los brazos en jarra- ¿A que no se te había ocurrido que estuviese mal?- sarcasmo violento y abrasivo- ¿por que no preguntarme en vez de amenazarme con que debo de tener una razón muy buena? Sabes, se me murió mi mejor amigo, no he estado en NUESTRA casa y aun así, lo primero que haces ni siquiera es una disculpa ni un abrazo, si no una explicación, me pides UNA EXPLICACIÓN!- Pateó el suelo al borde del llanto. 

Y tengo a la misma gilipollas que estuvo contigo en el hospital insultándome y tu ni te metes. ¿Que coño va mal contigo?- Estaba en pleno ataque de ansiedad y de eso Hilv...sabía bastante. No iba a estar controlada, ni bien, ni nada. Y ME GRITAS!!- dio dos pasos para atrás, negando mientras intentaba volverse a ir. 

-Por supuesto, siéntate - contestó con tono afable cuando Moss le preguntó si podía sentarse a su lado. 

Arabelle, que se había sentado junto al pasillo, se movió un poco hacia dentro del banco dejando para que tuviese sitio. No esperaba a nadie. 

Escuchó el salmo con rostro impasible. No comentó nada, no tenía intención alguna de hacerlo, pero no era difícil ver que se sentía completamente fuera de lugar. Trataba de guardar la compostura pero, al contrario que Don Carlotto semanas antes, aquel sacerdote había conseguido que se sintiese incómoda. Nada de lo que allí se dijo tenía demasiado que ver con Steve. Aquel lugar de pronto le recordaba a la iglesia a la que acostumbraba a ir con su familia cuando era joven.

Tras el final de la ceremonia, Arabelle le susurró algo a Moss, y después se levantó y salió de la iglesia tratando de no hacer ruido ni llamar la atención. 

-Necesito salir... Necesito... necesito algo de aire - comentó en voz baja justo antes de salir. Tanto su voz como sus manos, algo temblorosas, denotaban que se encontraba alterada tras la ceremonia - Estaré fuera.  

Susan había estado observando la escena ojiplatica, tal y como lo habría hecho si se tratara de un intensísimo capítulo de los “dias de nuestra vida”, ese en el que el doctor Drake Remoray, descubre que su hermano gemelo Straker no solo no estaba muerto, si no que además se había hecho un cambio de sexo y se acostaba con su ex ¡que ahora era lesbiana!. Lo cual, bien pensado, no estaba exento de ironía, porque cuando Drake y ella salían juntos, su hermano se había hecho pasar por él para salir con ella.

Hilv le devolvió una mirada triste y Susan le correspondió con absoluta empatía. No estaba segura de entender del todo lo que había ocurrido, pero de estar en su lugar, le parecía que también querría que la tierra se la tragara, al menos por un tiempo. Lo justo para capear el temporal. Estaban cerca, así que le dio un discreto y amistoso apretón en la mano.

No tenía intención de meterse en la pelea, ni mucho menos, cuando de repente, la furia de la mujer despechada se vio catapultada hacia ella por alguna clase de razón mística que Susan no llegaba a comprender. Fuera como fuese, el caso es que en algo sí que tenía que darle la razón, esa chica parecía necesitar un abrazo desesperadamente.

- Pues um... la verdad es que no – Respondió timidamente. No le parecía que Marko necesitara que nadie lo defendiera, más bien al contrario, a juzgar por como le latía la vena de la sien. - Yo um... solo había venido a presentar mis respetos porque, es un funeral y eso... y um... bueno, me parecía que sería buena idea traer algo de comer porque bueno, es una especie de tradición y ya sabes... En realidad me parece que nada de lo que diga podrá hacer que te sientas mejor, creo... Pero todo siempre es un poquito mejor con magdalenas. - Ofreció diligente y conciliadora. - Yo um... Lo que quiero decir es que también siento lo de tu amigo. - Añadió con sinceridad.

Al momento que le iba responder a Ella, el ritual cristiano da su inicio con las típicas palabras de consagración, pensando, al mismo tiempo, si esto era realmente la idea que tenía Steve para su despedida… espero que sea así… en fin, en total silencio y respeto, escucho cada parte de la misa mientras que mi mente divagaba por diferentes situaciones que estaba siendo afectado como dolores de cabeza, insomnio e incluso pesadillas bastantes funesta y realistas que generaban que la única forma de poder dormir de alguna forma fuese con el uso contante de medicamentos, una maldita solución pasajera que si no la abandono pronto todo se me ira a la mierda.

Una vez terminada la ceremonia, acaricio la cabeza de mi retoña para luego mirar a Ella-. ¿tienen planes? Estaba pensando en cocinar algo para disfrutar el día con mi muchacha y mientras más mejor, especialmente si hablamos de comida casera-. Indico al mismo momento que disfruto como Maggy comienza a fanfarronear sobre mis preparaciones con la única y clara intención de invitar a su única amiga…

Hilv y Oa habían mantenido un sano, mutuo y distante odio que no molestaba a nadie, aunque realmente no tenían motivo, pero era difícil cambiar las primeras impresiones. Celosa y posesiva, suponía que nunca había llegado a entender la relación que la joven soldado mantenía con Marko, o no había querido hacerlo, pero claro, después de lo que acababa de ver... ¿cómo no darle un poco la razón? No OA, yo no quería besarlo, ha sido un extraño olor que antes no estaba ahí el que me ha puesto lo suficientemente cachando para perder el control momentáneamente durante unos instantes, pero no tienes nada de que preocuparte, sólo somos amigos... rememorando su explicación en su cabeza se daba cuenta de como sonaba, aunque por otra parte, era algo tan estúpido que costaba creer que fuera una excusa inventa.

Al apretón en su mano por parte de Susan sirvió para que sintiera todavía más ruin ¿y si todo estaba en tu cabeza y en realidad sólo te has dejado llevar? Ya sabes, está bueno y ya llevas tiempo en Titán...!no!, no me ralles... y tampoco quería hablar con Marko bufff estaba comenzando a agobiarse a base de bien, ella no quería que pasara nada de esto, no quería liarla, vale que tenía pinta de que la relación no iba muy bien, pero ser la gota que colmara el vaso era una puta mierda....

¿Le está ofreciendo magdalenas? ¿En serio? Sólo le faltaba echarse a reír por lo surrealista de la situación, si no estuviera preocupándose de veras por los síntomas que estaba notando en OA, lo habría hecho.

Miró a Marko Por Dios abrázala le murmuró entre dientes, sino lo hacía él no estaba segura de poder contenerse y hacerlo ella, con el consiguiente riesgo para su integridad, pero sólo quería que se abrazaran, que hablaran y largarse de allí, esconderse en su cuarto y no salir nunca más de él.

Nos dirigíamos ya hacia la salida cuando Daniel nos plantea su invitación, sonreí mientras negaba con la cabeza, algo de tranquilidad vendrá bien. —Iremos encantadas —de repente pensé en Marko, anteriormente siempre venía cuando íbamos Daniel y yo pero… tras lo sucedido en la misión y estos últimos extraños sucesos acontecidos en la Iglesia pensé que no sería lo mejor, además, en todo caso tendría que ser Daniel el que cursara la invitación. Algún día se volvería a arreglar la situación, espero…

Sacudí la cabeza —Oh, ¿Seguro que Daniel puede preparar todo eso que dices? —moví la cabeza un poco de un lado a otro —tendré que probarlo para verlo, aunque no me conviene —no me vienen bien algún kilo de más que llevo pero no sé negarme a un buen plato.

El hombre escuchaba la ceremonia con la cabeza semiagachada y con una mano envolviendo la otra sobre el regazo. Se sobresaltó ligeramente cuando la muchacha se inclinó para hablarle. La miró un segundo evaluando su estado y se dio cuenta de que estaba mal.

Se incorporó justo cuando lo hizo ella y con paso pausado la siguió hasta el exterior - ¿Que sucede Arabelle? ¿Lo conocías mucho? - no hizo amago de acercamiento físico, pero su voz si que sonaba preocupada - En ese caso siento tu pérdida... Yo apenas le conocía y aún asi... - cerró la boca pues no quería meterle ideas tonta que le habían pasado por la cabeza. Bastante tendría ella ya.

- ¿Puedo invitarte a algo? - su tono era paternal.