Partida Rol por web

Sábado 18:00 

2 días después de la salida de cuarentena. 

Todos recibisteis la invitación al funeral. Muchos conocíais a Steve Richards. Era una persona que se había criado en el complejo y su fama de genio y caballero un tanto pendenciero le precedía. Iba a ser en la pequeña iglesia dedicada al cristianismo en todas sus vertientes dentro del complejo, que estaba tras pasar por toda la planta correspondiente, una de las dos destinadas a religiones. En este caso, las religiones que eran mas conocidas. 

Planta 46

Un gran parque al aire libre, lleno de flores de mil y un colores, que perfectamente posicionadas daban una imagen tan idílica que ahora mas que antes te daba pena no haber visitado ese sitio.

Pero no solo eso, si no que había un mapa a la entrada indicando donde podían encontrarse los edificios religiosos, había un total de 10, cuyas edificaciones veías entre la gente, que paseaba distraidamente por los caminos empedrados.

Primero, un edificio de colores oscuros pero cuya gente vestía de formas muy llamativas. Se escuchaba alboroto a su alrededor. Había un cartel que te explicaba un poco en que consistía esa religión al igual. Sintoista decía llamarse. 

 "Es una de las religiones más antiguas del mundo. El pueblo japonés tiene un fuerte amor por su tierra y cree que las islas japonesas fueron la primera creación divina. De hecho, el sintoísmo enseña que ninguna otra tierra es divina, así el Japón es único en el mundo. No es de extrañar que el sintoísmo no sea popular fuera de Japón.

Las dos doctrinas fundamentales del sintoísmo son que Japón es el país de los dioses y su pueblo, los japoneses, son los descendientes de los dioses. Este concepto de la ascendencia divina del pueblo japonés, así como el origen divino de la tierra, ha dado lugar a una convicción de superioridad sobre otros países y pueblos. Con la excepción de algunas sectas designadas del sintoísmo, la religión no tiene fundador, escrituras sagradas, ni un sistema autoritario de creencias. La adoración ocurre en uno de los numerosos santuarios en el país de Japón, aunque muchos japoneses tienen altares en sus casas a uno o más de la gran cantidad de deidades. 

La palabra sinto proviene de la palabra china sen-tao, que significa "el camino de los dioses". Una característica importante del sinto es la noción de kami, los conceptos del poder sagrado en objetos tanto animados e inanimados. Hay en el sinto un poderoso sentido de la presencia de dioses y espíritus en la naturaleza. Los dioses del sinto son demasiados numerosos para agruparse en una jerarquía, pero la diosa del sol Amaterasu es muy venerada, y su gran templo imperial está situado a 200 km al suroeste de Tokio. El sinto enseña que el pueblo japonés es descendiente de los kami.

La religión sinto es totalmente incompatible con el cristianismo bíblico"

El siguiente era una edificación echa entera de piedra, fastuosa, maravillosa, cuyo alrededor estaba yermo con una arena amarillenta que parecía teñir los pies de aquellos que entraban descalzos en su interior. 

El alto edificio con sus cúpulas verdes desteñidas por el tiempo dejando un verdoso azulado era si no el mas elevado en esa planta, uno de los que más, su gran cúpula que se alzaba temperamental en el aire. Judaismo 

"En el primer libro de la Tora – los primeros cinco libros de la Biblia – Génesis 14:13 nos enseña que Abram comúnmente reconocido como el primer judío (su nombre fue cambiado más tarde al de Abraham) fue descrito como un “hebreo.” El nombre “judío” viene del nombre Judá, uno de los doce hijos de Jacob, y una de las doce tribus de Israel. Aparentemente, el nombre “judío” originalmente se refería sólo a aquellos que eran miembros de la tribu de Judá, pero cuando el reino fue dividido (Israel en el norte y Judá en el sur), después del reinado de Salomón (1 Reyes capítulo 12) se refiere a todos los que pertenecían al reino de Judá, el cual incluía a las tribus de Judá, Benjamín y Leví. En la actualidad, muchos creen que un judío es cualquiera que es un descendiente físico de Abraham, Isaac y Jacob, sin importar de cuál de las doce tribus originales descienda. 

Dios es el creador de todo lo que existe; Él es uno, incorpóreo (sin un cuerpo), y solo Él debe ser adorado como el gobernante absoluto del universo. 

Los primeros cinco libros de la Biblia hebrea fueron revelados por Dios a Moisés. Éstos no serán cambiados o discutidos en el futuro. 

Dios se ha comunicado con el pueblo judío a través de profetas.

Dios monitorea las actividades de los humanos; Él recompensa a los individuos por buenas obras y castiga el mal.

Aunque los cristianos basan mucha de su fe en las mismas Escrituras hebreas como los judíos, hay diferencias mayores en las creencias. Generalmente, los judíos consideran de primera importancia las acciones y el comportamiento; las creencias proceden de acciones. Esto se opone con los cristianos conservadores para quienes el creer es de primordial importancia, y las acciones son el resultado de esa fe.

Los creyentes judíos no aceptan el concepto cristiano del pecado original (la creencia de que toda la gente ha heredado el pecado de Adán y Eva, cuando ellos desobedecieron las instrucciones de Dios en el Jardín del Edén).

El Judaísmo afirma la inherente bondad del mundo, y su gente como creaciones de Dios.

Los creyentes judíos están dispuestos a santificar sus vidas y acercarse a Dios, mediante el cumplimiento del mitzvoth (los mandamientos divinos).

No se necesita un salvador ni es necesario como intermediario.

Las creencias acerca de Jesús varían considerablemente. Algunos lo ven como un gran maestro moralista. Otros lo ven como un falso profeta o como un ídolo de la cristiandad. Algunas sectas del Judaísmo ni siquiera pronuncian su nombre debido a la prohibición de mencionar el nombre de un ídolo. "

El siguiente estaba hecho de oro puro, o al menos, lo parecía, brillando con cada rayo de sol, haciendo de faro para que aquellas personas que quisieran se acercasen. Un hombre de piel oscura, ya algo mayor, estaba en la entrada saludando a la gente con una sonrisa mientras tu no sabías como podía tener tanta tela en la cabeza, formando una especie de sombrero enrollado sobre si mismo con tantas capas, que casi le doblaba el tamaño de la testa original. Vestía de un color amarillo pollo, llamativo, pero las telas no era nuevas, parecían ya algo usadas, gastadas. Estaba rodeado de una especie de río que regaba la zona, como si estuviese obligado a levantarse justo en ese terreno. 

"El sijismo rechaza todo ayuno, todo rito y todo ritual. Rechaza los reclamos del yoga, la mortificación del cuerpo, la auto - tortura, la penitencia y la renuncia de la vida terrenal. Existe pero un Único Dios para glorificar. El sijismo reconoce la existencia de la misma luz celestial en cada ser humano, rico o pobre, independientemente de la casta alta o baja, el credo, el color, la raza, el sexo, la religión o la nacionalidad. Por lo tanto, las puertas del templo sij, llamado un gurdwara, están abiertas a todos y a todas en este mundo - sin ningún prejuicio o discriminación social.

Pero aun con esas, el sijismo en su pacifismo se ha visto en medio de guerras por lo que disponen de una casta marcial para la protección de todos aquellos que deseen su erradicación."

Los estucos y el dorado eran la base del siguiente, que estaba casi en frente del anterior, rivalizando en belleza. Dos estatuas de unos guerreros con rostro de demonio ataviados con densas capas de dorado piedra y escamas del mas puro zafiro protegían la puerta, antes de entrar en la zona, de llegar a las mismas escaleras de mármol pulido, que servían para entrar al templo. Con grandes bastones entre sus dos manos, parecían estar listos para un posible ataque. 

"¿El budismo es una religión? Normalmente consideramos que la religión es creer en Dios, o mejor dicho, en creer en cualquiera de sus manifestaciones divinas; sin embargo, en el budismo no se habla de Dios alguno.

De esta forma la  pregunta que surge es si el budismo se trata de una religión o si se trata sencillamente de una filosofía -una visión particular del mundo, con pautas de comportamiento ético-, o si por el otro lado es más bien una especie de psicoterapia, una manera de comprendernos a nosotros mismos y afrontar los dilemas que la vida nos plantea. En cierto modo el budismo abarca todo esto y al mismo tiempo incluye mucho más.

Un sendero de comprensión directa. El budismo invita a reconsiderar las ideas preconcebidas sobre la religión. Se ocupa de las verdades que van más allá de lo puramente racional, revelando una visión trascendental de la realidad que en su conjunto sobrepasa todas las categorías usuales de pensamiento. El camino budista es una forma de entrenamiento espiritual que con el tiempo lleva a una comprensión directa y personal de dicha visión trascendental.

El sendero empieza desde nuestro propio potencial. Todos tenemos la capacidad de ser más despiertos, más sabios, más felices y más libres de lo que normalmente somos. Tenemos la capacidad de penetrar directamente en la esencia de la realidad, de llegar a conocer las cosas tal como son. Las enseñanzas y métodos del budismo tienen eso como un objetivo final: posibilitar la comprensión plena de nuestro propio potencial."

El siguiente mastodonte te recordó a las termiteras de algunos lugares de ensueño y pesadilla. Era piedra con aspecto de tierra dura, con multiples relieves de miles de imágenes incluyendo las decenas de elefantes que estaban en los bajos. Era por ahora, el mas detallista, el mas elaborado con diferencia. 

"A pesar de que el Hinduismo es usualmente entendido como politeísta, porque supuestamente se reconocen tantos como 330 millones de dioses, también tiene un “dios” que es supremo: Brahma. Brahma es una entidad que se cree que habita en cada porción de la realidad y la existencia, a través de todo el universo. Brahma es tanto impersonal como inconcebible, y con frecuencia se ha creído que existe en tres formas separadas como: Brahma–Creador; Vishnú–Preservador; y Shivá–Destructor. Estas “facetas” de Brahma también son conocidas a través de muchas otras encarnaciones de cada una de ellas. Pero resulta realmente difícil “señalar” la teología hindú, puesto que casi cada uno de los sistemas teológicos es representado de alguna manera por una escuela hindú de alguna clase."

El siguiente y penultimo era un edificio achatado, con una cupula dorada hecha a base de placas y una decoración exquisita geométrica con relieves de plantas y animales de mil colores en la parte mas superior de su fachada.Islamismo

"Aunque el Corán es el principal libro sagrado, la sunna es considerada la segunda fuente de instrucción religiosa. La sunna fue escrita por los compañeros de Mahoma acerca de lo que él dijo, hizo o aprobó. 

Las creencias fundamentales del Islam son, que Alá es el único Dios y que Mohamed fue el profeta de Alá. Por la simple declaración de estas creencias, una persona puede convertirse al Islam. La palabra musulmán significa “uno que se somete a Alá.” El Islam pretende ser la única religión verdadera, de la cual se han derivado a sí mismas todas las otras religiones, o han sido creadas como una parodia del Islam (incluyendo el Judaísmo y el Cristianismo)

Los musulmanes basan sus vidas sobre Cuatro Pilares:
1. El testimonio de fe: "No hay un dios verdadero sino solo Dios (Alá), y Mahoma es el Mensajero (Profeta) de Dios.”
2. La oración: debe realizarse cinco veces al día.
3. La limosna: se debe dar al necesitado, puesto que todo viene de Alá.
4. El ayuno: además de festividades ocasionales, todos los musulmanes deben ayunar durante la celebración del Ramadán (el noveno mes del calendario islámico)

Estos cuatro principios, que son la estructura de obediencia para los musulmanes, son tomados muy seria y literalmente. La entrada de un musulmán al paraíso, se basa en la obediencia de estos cuatro Pilares."

Por último pero no menos importante, apenas siendo testigo mudo de los demás edificios, había lo que considerabas un casón, de piedra y con poca o nula decoración salvo por la ventana ojival redondeada en lo alto. Cristianismo

"El cristianismo es una religión abrahámica monoteísta basada en la vida y enseñanzas atribuidas a Jesús de Nazaret, presentadas en el canon bíblico —que recoge tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento—. Los cristianos creen que Jesús es el hijo de Dios, así como el Mesías (o Cristo) profetizado en el Antiguo Testamento, que murió crucificado para la redención de los pecados del género humano, y que resucitó al tercer día.

La fe cristiana enseña que nuestra vida es un viaje y que, en este caso, la muerte es un paso que tenemos para la vida eterna. En el caso de los que siguen las enseñanzas bíblicas de Cristo, la vida será feliz y eterna."

Fuisteis llegando de uno en uno o bien en grupo. Por ahora solo estaba la madre, regordeta y de buen talante, moño oscuro con perlas oscuras, vestido de dos piezas sobrio y zapatos planos intentando hablar con el cura que oficiaba el acto. Lirios rodeaban un féretro abierto a mitad, de color negro, liso, elegante. Y en su interior, suponíais que Steve. 

Una mujer rubia de mediana edad estaba medio escondida en un lateral, con traje color chocolate, tacones altos y finos.  

Arabelle fue una de las primeras en llegar. Había pasado un buen rato contemplando los templos de la isla antes de finalmente llegar junto a la iglesia donde tendría lugar el funeral. 

-Siento mucho su pérdida - lo primero que había hecho al llegar había sido acercarse a darle el pésame a la madre de Steve - No pude conocerle demasiado, pero parecía un buen hombre. Estoy segura de que ahora se encuentra en un lugar mejor... 

No había conocido demasiado a Steve, apenas había podido conversar con el un rato en la fiesta del parque, hacía ya algunas semanas. Le había parecido simpático, y habían congeniado, pero el encuentro había sido tremendamente breve. Aun así, su perdida se unía a las que ella había sufrido y las demás de las que había tenido noticia en las últimas semanas. Aunque no podía imaginarse lo que significaría perder a un hijo, el dolor de Arabelle era sincero. 

Tras hablar con la madre, se quedó en el exterior de la iglesia, sin saber muy bien que hacer. Se fijó en la mujer rubia que había en un lateral. No parecía querer que la molestasen. 

Claro, claro… después de un infinito avance tecnológico que nos ayudó a descubrir la existencia tangible de infinitos universos y dimensiones, el ser humano se sigue regocijando en doctrinas tan absurdas como la religión ¿será estupidez? No, no lo creo y tampoco soy tan soberbio como para aseverar eso ¿será egocentrismo? Puede ser, quizás al darnos cuenta de que solo somos un grano de arena ante infinitas posibilidades, insignificantes e inferiores. Variables que nos engendró un profundo temor a lo desconocido y, por ende, ayudo a que la preservación de estas falacias argumentativas… manteniendo la falsa esperanzas de que somos importantes ante el cosmos… en fin, eso es lo que pienso mientras camino y contemplo la maravillosa arquitectura que se me presenta ante mis ojos, pensando en la lamentable pérdida de un buen Homo sapiens y de un espectacular camarada de armas.

Sigo recorriendo mi camino hacia la iglesia en compañía de mi hija, ambos vamos vestidos para la ocasión. Yo con un terno negro con camisa blanca y corbata del mismo color que mi traje en cambio, mi hermosa hija, lleva un bello vestido formal del mismo color deprimente que se suele llevar para estas funestas ocasiones.

Llegando al lugar saludo cortésmente a los presentes para luego acercarme y dar mi más sentido pésame a sus familiares, una vez terminado aquello me dirijo hacia las afueras de la iglesia, con mi retoña a mi lado, para encender un tabaco… un maldito vicio que me ha significado varias represalias por parte de Maggy.

Ya estando afuera, enciendo mi querida concentración de células cancerígenas y me doy cuenta de que hay alguien que me resulta familiar.-. Señorita Sievert-. Son las primeras palabras que describen mis labios-. Es un gusto volverla a ver… lamentable que sea en este lugar…-. Digo con toda sinceridad mientras hago que mi pequeña muchacha salude a la mujer que se encontraba al frente mío mientras le ofrezco a esta unos finos cigarrillos.

Samuel había escuchado la noticia tras salir de la zona de cuarentena y no fue capaz de encajarlo, lo único que le rondo la cabeza mientras estaba en su cuarto, cigarro en mano y una copa de Burbón en la mesita de noche eran las palabras mas típicas: "¿Como ha podido pasar?", "¿Debí elegir la misma misión que él?", "¿Su muerte está bien confirmada?", "Debe de ser un error de Titán". Una y otra vez hizo el amago de levantarse aquella mañana y sin embargo era incapaz, se sentía pesado y poco dispuesto a realizar una tarea que le parecía un tedioso acto el cual ni siquiera aceptaba, sin embargo, diligentemente hizo acopio de fuerzas para levantarse de la cama y ponerse su traje de gala militar mientras daba pequeños tragos a la copa y seguidamente daba tímidas caladas al cigarro: "Hasta esta mierda me sabe a rayos hoy".

¿Cuando empezó a vestirse y cuando acabó en frente de la familia de Steve? No lo recordaba. Todo había comenzado a ir en piloto automático cuando se fue a la dicha y apenas recordaba detalles como el haberse alisado la camisa o ajustado el pisacorbatas y ahí se encontraba ahora aguantando el tipo, en un estado lúcido pero con un aliento que olía ligeramente a alcohol caro y a tabaco, no había desayunado y su estomago parecía adormilado, ni siquiera rugía. De nuevo, antes de abrir la boca para dirigirse a la madre de Steve se sintió pesado y como si algo le volviese a tragar, por un momento las extrañas y crueles imagenes que había vivido en su misión le asaltaron por lo que sacudió la cabeza y se obligó a hablar y abrazar a la señora Rogers.

 - Mi mas sentido pésame, estoy seguro de que Steve hizo lo mejor para aquél momento. - Mientras hablaba sus palabras simplemente dejaron paso a unas lagrimas que cayeron de forma silenciosa y finalmente se quedó ahí, parado como si no pudiera encajar sus propias palabras, con unos hombros caídos y un gesto encorvado por el dolor que sentía.

Como no podía ser de otra forma Don Carlotto acudió al funeral. Ya conocía la planta 46 pues era una de las que más frecuentaba desde que había llegado a Titán, aún así siempre disfrutaba de la belleza y el buen gusto con los que la habían diseñado. Se dirigió al templo cristiano, uno de los más sobrios quizás, aunque eso no importaba, estaba seguro que a Dios le agradaba la sencillez, y al entrar se arrodilló en uno de los bancos de la parte trasera para hacer una silenciosa oración. Tras eso se levantó solemne y se acercó a la madre del fallecido para darle su pésame.

-La acompaño en el sentimiento, es duro perder a un hijo, no hay nada que pueda prepararnos para eso. Si en cualquier momento necesita hablar o desahogarse me tiene a su completa disposición.

No había mucho más que decir en aquellos momentos, Don Carlotto ni siquiera había conocido a su hijo, pero si el cualquier momento la mujer necesitaba de su asistencia, ya fuera religiosa o psicológica, podía contar con ella sin dudarlo. Se retiró dando espacio a la mujer y dejando que otros asistentes le dieran las condolencias y se acercó a Arabelle, con la que si había compartido experiencias durante su cuarentena.

-Es bueno verte. ¿Que tal te encuentras?

Michael Doe apareció a la entrada de la iglesia vistiendo un impoluto uniforme militar de color negro. En la pechera llevaba varias medallas, así como el escudo de su guarnición, dos espadas curvas cruzadas sobre una calavera. En las hombreras, en cambio, no llevaba rango alguno y, al cuello, un colgante con tres llamas de colores azul, rojo y negro, que juntas parecían formar una llama algo más grande, labradas en metales de esos mismos colores. Con paso firme se dirigió a la mujer y presentó sus condolencias.

-Esté orgullosa de su hijo señora, hizo más de lo que nadie puede imaginar trabajando con nosotros. Mi más profundo pésame, y si necesita cualquier cosa, lo que sea, no dude en pedírmela, estoy a su entera disposición -volviendo luego a retirarse tras darle el pésame, quedándose en un lugar donde pudiera ser fácilmente localizado y en espera de entrar junto a los demás para el último adiós. 

Acudió sola. Como siempre. Conocía al hombre de cruzar un par de palabras pero era un compañero más y le parecía feo no aparecer. Tuvo que comprarse un traje acorde pues ella no usaba vestidos y el que usó para el entierro simulado de su marido lo quemó en cuanto se lo quitó. Aunque no habían encontrado el cuerpo su suegra se había empeñado en hacerle una ceremonia negandose a oir hablar de las reticencias que ella tenía.

Apenas disfrutó de los alegres colores de las flores que le dieron la bienvenida cuando llegó a la planta. Si se fijó en los edifcios que se iban sucediendo en el camino hacía su destino. Era curioso ver como la gente se aferraba a la idea de algo superior. Daba igual la forma o esencia que tuviera.

Cuando ya estaba cerca divisó a Samuel. Parecía realmente afectado y aquello la sorprendió. Había más gente cerca de él, dándole el pésame a una mujer regordeta. Reconoció a uno de ellos como el señor Doe y su corazón comenzó a aletear. Aún no había tenido tiempo de ir a verle y no podía eludir esa cita, pues aún no había tenido noticias de lo que le había prometido.

Intentando esquivar el incómodo momento del pésame se aproximó por un lateral y fue cuando vió a la mujer rubia escondida. Se colocó a unos cuantos pasos de ella - ¿Le molesta si me pongo aquí? - le preguntó con educación. La miró de reojo antes de atreverse a preguntarle - ¿Conocía mucho al señor Steve? Yo la verdad es que apenas había entablado conversación con él, pero era un buen compañero... - realmente no sabía si era bueno o no, pero decir aquello no habría sido apropiado

Otro más. No conocía al hombre y desconocía las causas de su muerte pero aquellos actos eran los únicos que lograban sacarlo de su retiro autoimpuesto. Cuando volvieron de la cuarentena intentó hacer caso de las palabras de Hilv y salir más, disfrutar de la vida, de la libertad recién devuelta, pero seguía doliendo intentar hacer algo divertido y solo. Si al menos tuviera alguien con quien compartir algún momento de ocio habría sido más fácil, pero...

Cabeceó mientras caminaba con las manos en los bolsillos de su traje oscuro. Un negro con rastas, barba y traje de chaqueta. Sabía que imagen daba pero le daba igual. Aquellas cosas no solían durar demasiado y pronto estaría de vuelta en su habitación.

Vió a Don Carlotto hablando con Arabelle y los saludó con un ademán antes de acercarse a la viuda y darle el pésame. Tras eso se acercó a la caja y posó una mano sobre la pulida y brillante superficie. A su mente acudió la imagen de Khan. ¿Qué habrían hecho los de Titán? ¿Habrían celebrado algún entierro en su honor, como hicieron ellos en aquel pequeño jardín? ¿Lo habría hecho su familia? Ahora no recordaba si tenía alguien esperandole fuera de ese maldito mundo que acabó con su vida. Suspiró antes de alejarse hacía una esquina del sobrio y sencillo edificio y se encendió un cigarro. Se quedó mirando intensamente el suelo mientras dejaba el tiempo correr

Steve Richards. No es que hubiera tenido mucho trato con él directamente, pero teniamos al menos una persona que nos unia, la misma que no aparecia por ninguna parte, por mas que su mision tendria que haber acabado antes que la mia. ¿Estaria bien? Debia admitir que eso si me preocupaba un poco, no era un maldito insensible, pero el tiempo y la mente juegan malas pasadas, recordando epocas unicas y especiales, dandome cuenta de las mentiras de este presente. Unas que debian terminar, de eso estaba seguro, se habia terminado el actuar.

Atravese las diferentes estructuras dedicadas a los dioses de este mundo. Las habia visitado ahcia una eternidad y no atraian ni la mas minima curiosidad, ya no al menos. Me preguntaba cuales habrian tenido del planeta que habiamos venido. No tenia ni idea y aunque la pregunta tenia su fuerza, la realidad es que en el fondo poco importaba. Las creencias eran creencias, aunque fuera a dioses pusilanimes.

El ultimo edificio. La iglesia de piedra, dedicada al cristianismo. Habria que atravesar todo la maldita planta.

Avance por el camino y atravese el umbral, reconociendo a algunos de los presentes alli. Mire a los que solo conocia de vista y salude con un muy leve gesto de cabeza a los mas conocidos, como Daniel, o el mismo Michael. Ninguno del trio habia llegado, ni tampoco habia visto a HIlv, no tenia claro si esto era bueno o malo, no andaba de demasiado buen humor ultimamente.

Con pasos tranquilos me desvie de la entrada, para quedarme a un lado, observando el escenario, que a mi parecer tenia poco de interesante. No llegue a apoyarme del todo en la pared, pero me asegure de no estar demasiado a la vista, el unico motivo por el que habia venido era porque ella le conocia... y se merecia al menos ese respeto.

Si alguien llegase a fijarse, se darian cuenta de las marcas de acido que ahora decoraban parte de mi rostro. Un nuevo añadido mas, tras un viaje infernal, asi al menos seria menos agradable a sus ojos, cuando vinieran a por mi.

No conocía de nada a Steve Richards, pero para una persona que había dedicado un año de su vida, entre los doce y los trece, a ir a todos los funerales posibles en su pueblo, ir a uno más no iba a suponerle ningún problema. Además, no había habido semana que no visitara esta planta de Titán desde que la descubriera, le fascinaba la cantidad de doctrinas que se agolpaban en aquel babel de religiones, y la añoranza de su familia la había llevado a escuchar misas católicas con frecuencia.

Llevaba zapatos negros, pantalones vaqueros también negros, y un jersey de cuello alto ligeramente holgado en el mismo color, tal y como dictaba el luto católico.

Se detuvo un rato delante del templo sintoista, como solía hacer, y luego se dirigió hacia el lugar del entierro, observando a los allí presentes. A algunos los conocía, a otros los recordaba vagamente de vista...Arabelle esta ocupada, así que la saludo con una sonrisa, la misma que dedicó a Carlotto, al que estaba acostumbrada a ver en este lugar. Reconoció a Kara por haberla visto alguna vez en la zona de entrenamiento pero sin haber cruzado palabra, y el saludo con la mano que hizo a Moss se quedó a mitad de camino cuando se dio cuenta de que el interés de este último estaba centrado en el suelo... no iba a acercarse a la mujer regordeta, entre otras cosas porque no tenía ni idea de quien era y pasaba de molestarla en un momento jodido como ese. Ya había pasado más de un mes desde que ellos celebraran el improvisado funeral.

Buscó entonces un lugar discreto, y fue entonces cuando vio a alguien dando el cante vestido de blanco... y sin pensarlo dos veces aceleró sus pasos mientras su rostro se alegraba de manera inconsciente, y cuando estuvo justo enfrente de Marko, se detuvo y miró su rostro sin cortarse mucho joder...tu cara tras lo cual, le dio un abrazo, que fue primero suave, luego rígido y luego se relajó me alegro de que estés aquí... vivo y todo eso se quedó unos momentos con la frente apoyada en el hombro del soldado, era lo más parecido a una familia que tenía allí dentro y se permitió sentirse mejor durante ese breve instante tenías razón... las misiones son una putada tuvo que contener sus emociones, estaba bien, era el único camino.

En cuanto salí de allí fui a ver a Tamra lo más rápido posible, sabía que había estado bien cuidada pero no es lo mismo que lo que pueda hacer una madre.

Habíamos tenido suerte de salir indemnes del viaje, me miré el guante que me había puesto para taparme la inexistente mano, pero no todos habían tenido esa suerte, tanto los conocidos en la casa de cuarentena como el resto. No era creyente pero al recibir la invitación no dudé en ir a presentar mis respetos y a acompañar en esos momentos tan duros a la familia.

Me vestí con un discreto traje negro, no llamaría la atención. No había estado en la planta 46 pero sin duda el entorno era precioso, tras comprobar el mapa encaminé mis pasos hacia allí. Los edificios llamaban mi atención, aunque no los cultos de los mismos. La mayoría de las religiones dicen que la suya es la auténtica y las demás no, es como ser un hincha de un equipo. Coincido con algunas cosas que predican algunas religiones, o más bien, no me parecen mal. Mi religión es el conocimiento, que no se basa en creencias arbitrarias, y en el cual todo se puede demostrar, y si no se puede es porque no se ha investigado lo suficiente.

Observé la situación al llegar, algunos compañeros ya estaban allí. Creí ver a Marko, pero parecía querer estar solo. Me acerqué a la madre, –la acompaño en el sentimiento, como madre –era una frase típica en estas situaciones que difícilmente consuela a nadie tras perder a un ser querido, y más aún un hijo.

También pude observar a una mujer medio escondida, no entendía a qué fin se escondía, a fin de cuentas habíamos recibido la invitación. Sin embargo, no conocía mucho a Steve y podría ser alguno de sus líos.

Me di cuenta que Daniel había venido con su hija, era algo mayor que la mía pero la conocía bien. Luego saldría a saludarla cuando acabara el servicio.

Dejó de lado a ese hombre, vestido de hábito que llevaría muy poco en el complejo porque no os sonaba a nadie...salvo a una persona. 

Samuel recibió un abrazo acongojado por la misma mujer que mas de una vez cuando era pequeño le había llevado una porción extra de tarta de cerezas para él y River junto con Steve. Un quejido bajo, un sollozo contenido antes de soltarlo y simplemente señalarle los asientos. Era un mar de lágrimas reprimidas. 

Aceptó en tremenda gratitud las palabras de Don Carlotto evitando hablar para que todo simplemente no se desbordara. Entraron un pequeño grupo de personas, cinco, tres mujeres y dos hombres, que también se acercaron a darle el pésame a la madre y que observaron con cierta reticencia al hombre ataviado de blanco. 

Doe fue el siguiente, y fue recibido como si lo conociera de toda la vida, aunque fuese mentira. Porque en esos momentos, quizás, uno ya no sabe ni a quien saluda, o evita pensar en lo intrascendente. Moss que estaba delante del cuerpo presente, o eso creías, lo sabía bien mientras se perdía en su propio mundo. 

Kara se acercó a la mujer rubia, que mantuvo una pequeña charla con ella, escueta si acaso. 

Marko se llevó una pequeña sonrisa rota de la madre del difunto. Como le gustaba el blanco a su hijo...

Y por último Ella con su pequeña, la cual fue observada como un diamante por Isabel, la madre de Steve- Cuidala...- la única palabra destinada a la hija, mas que a la madre. 

Se giró prestando atención al nuevo grupo, que iban hacia ella para darle las condolencias apropiadas. 

La mujer negó ante la pregunta de si le molestaba- esto es de todos- musitó con preocupación. 

Si, lo conocía de hace años. Éramos buenos compañeros de trabajo por así decirlo.- Tu mirada se posó sobre el cura, el que oficiaba la misa. Esa barba de un par de días, esos ojos verdes, la piel algo más morena de lo normal y la seriedad por bandera... Geralt

Si la mujer rubia dijo algo más, no lo escuchaste. 

Momentos de vacío traen momentos para olvidar. 

Viste el cielo teñido de rojo, el hiriente cielo, la arena, y una vez sobrepasado eso, una cueva, una caverna, una sombra que se balanceaba colgada del cuello, con la piel arrancada a tiras en mitad de una oscuridad insondable. 

Las voces familiares te trajeron de vuelta, pero tardaron. A veces, tardaban demasiado. 

Ah la sangre derramada sobre la tierra. Aquellos gritos, aquella muchacha...

Cuando te asomaste para ver a Steve, te encontraste con su rostro esculpido, sus facciones suaves, la piel, quizás demasiado delicada. Con un traje digno de reyes, ni justo, ni ancho. Pero había algo...algo que no te cuadraba en él. 

En el abrazo, notaste el olor extraño de Marko, el olor a lo que le hubiese quemado la cara, suponías. Era espeso, denso, como el almizcle pero había un rastro que era atrayente. 

Demasiado cerca.

El religioso se retiró hacia el altar y subió para revisar que las cosas del sagrario estaban bien. Observó con tranquilidad y barbilla baja las escrituras elegidas, mientras se iba preparando para lo que iba a acontecer. 

Aunque serio, sus dedos se movían con nerviosismo por las tapas del libro bendito.

Aunque no había hablado ni una sola vez con Steve decidí acudir a su funeral. No sabía si tenía algún familiar en Titán, pero lo que sí sabía era que todos nos habíamos ganado el derecho a ser acompañados en nuestra despedida.

Tras ducharme, me arreglé, engominé mi normalmente alborotado pelo y con mi mejor traje oscuro me dirigí a la planta 46.

No había estado nunca allí y todo me sorprendió enormemente. El parqué, las impresionantes y vivas tonalidades de colores de las flores. Pero sobre entre todo lo que más destacaba eran los diez templos que había en aquella planta.

Cada uno de ellos parecía sacado de las fotos de una agencia de viajes exóticos y traídos a aquella planta. Eran enormes, majestuosos. Me entretuve contemplándolos, mirando la gente que entraba en ellos vestidos para el culto.

Cuando llegué al templo cristiano ya habían llegado la mayoría de los asistentes. Saludé los que estaban fuera y entré en la iglesia, agradecí que aún no hubiera comenzado y me acerqué a la que supuse que sería la madre de Steve, pues estaba recibiendo las condolencias de un grupo de personal. - Le acompaño en el sentimiento.- Le dije con un par de besos y me retiré a unos de los bancos del final dejando los primeros para los más allegados.

Vi a Hilv y Arabelle, las había conocido en la fiesta del parque, cuando aún no sabía en qué me había metido. Me alegré que estuvieran bien.

De nuestros compañeros de cuarentena habían llegado todos menos Teo, tal vez había decidido no acudir. Les saludé con un gesto de cabeza cuando nuestras miradas se cruzaron. Ya habría tiempo de hablar con ellos cuando acabara la ceremonia.

Poco a poco fue pasando por allí bastante gente a la que conocía. Desde personas a las que había visto alguna que otra vez, a gente a quien ahora consideraba sus amigos. Vio a Mike, habían hablado un rato en la fiesta. Saludó a Hilv y a Moss, que la habían visto pero habían preferido no meterse en el grupito que se había formado a su alrededor. 

Daniel fue el primero en acercarse a ella. Habían hablado brevemente tiempo atrás, pero sin apenas oportunidad de conocerse. Venía acompañado de su hija, ambos vestidos de negro, igual que ella. Los saludó con afabilidad al verlos llegar. 

-Gracias, pero no fumo - rechazó la oferta con una sonrisa - Es un placer volver a verle, doctor... ¿Que tal habeis estado? - preguntó incluyendo a Maggy también. 

Poco después se acercó el padre Carlotto. En las últimas semanas habían pasado bastante tiempo juntos. El suficiente para que él se diese cuenta de que a ella la iglesia le incomodaba, pero también el suficiente para que eso hubiese quedado atrás. Le caía bien el padre. Le había gustado como había enfocado la ceremonia que habían celebrado semanas atrás. 

-Hola padre - le saludó - creo que bastante bien...  dadas las circunstancias. Los primeros días desde que volvimos han sido... extraños. No estoy segura de que mi cabeza esté ya de vuelta... 

Algo había llamado su atención, o quizás había sido una sensación, no lo supo muy bien, pero se giró. La mujer rubia le decía algo, pero había dejado de oirla. El sonido de su voz se perdió en los recovecos de la Iglesia y un frío intenso recorrió despacio cada centimetro de su cuerpo haciendola temblar mientras se aferraba a los pliegues de las faldas de su vestido negro.

No podía ser. Era imposible. Seguro que era otra de las alucinaciones que había padecido pero ahora estaban en Titán. Buscó desesperada la mirada de sus compañeros de misión para que la devolvieran a la realidad pero Samuel estaba demasiado afectado como para darse cuenta de lo que sucedía a su alrededor y Daniel estaba hablando con una mujer, así que tenía que despertar ella sola.

Dió un paso pero sus rodillas le fallaron y se doblaron obligandola a sujetarse al banco más cercano. Se le escapó un leve quejido mientras buscaba fuerzas para erguirse de nuevo y dar un paso. Luego otro. Notaba el nerviosismo en las manos del hombre y dió varios pasos más que acortaron la distancia entre ambos

Recordaba el tacto de su piel morena. El olor de su cabello cuando la abrazaba en la cama recién despiertos.

Ya estaba llegando

Su corazón aleteaba freneticamente cuando por fin alcanzó el altar  - ¿Geralt? ¿Eres tú? - el tiempo se detuvo mientras sus ojos desesperados esperaban una respuesta