Partida Rol por web

Las puertas del ascensor se abrieron, y en su interior estaban Daniel, Hilv y Marko junto con una camilla gravitacional médica* donde reposaba Dag** en un estado bastante lamentable. Daniel, presionaba una herida que tenía en la pierna Dag, vestido aun como lo haría uno de los MEIL, que no paraba de sangrar y Hilv portando un arma era la que mas atenta parecía y apuntaba al exterior. Marko...o lo que quedaba de él, era un cúmulo de carne quemada con un cuchillo en la mano. desnudo, brillante por la carne expuesta y con una cara de no querer hacer demasiadas amistades. 

Arabelle y Mike estaban armados, llevaban una pechera reforzada y tenían una bolsa de deporte negra al lado. Sudados y cansados pero alerta parecían necesitar un descanso con cierta urgencia. Como todos. 

Aquello era uno de los pasillos de las puertas que daban a las viviendas de saltadores. Abajo del todo casi del complejo. 

Arabelle había esperado la llegada del ascensor con la pistola en alto. La espalda apoyada contra la pared, tratando de vigilar a la vez el pasillo y el ascensor. Durante un primer momento casi temblaba de la tensión, pero se relajó rápidamente al ver a quienes estaban dentro. 

-¡¿Hilv?! ¿Estás bien? - se acercó a ella, justo antes de mirar  Dag y Marko frunciendo el ceño - ¿Que demonios ha ocurrido?  

La puerta se abrio, mi mano se cerro sobre el mango del cuchillo mientras me colocaba en posicion de combate.

Mike y Arabelle. Una bolsa negra. Armados. Frunci el ceño cuando fui consciente de donde estabamos. Mis ojos se abrieron por la sorpresa, mientras parecia que una mascara caia.

No podia ser... no... no... era... demasiada coincidencia.

Las lagrimas brotaron sin que fuera consciente de ello. Lagrimas salinas deslizandose por un rostro y una piel que estaba marcada por el fuego, brillante por la herida que habia dejado en mi cuerpo.

Este pasillo. Los primeros pasos. El inicio de todo. Aqui. Justo aqui... era donde... en cierta forma todo habia empezado...

Mis labios se curvaron levemente en una sonrisa rota, que hablaba del dolor de una perdida demasiado grande. Era como si todo se desmoronase. Absolutamente todo. Mire a Hilv, mientras los ojos se empañaban... y simplemente me abri camino hacia afuera del ascensor.

Tenia... necesitaba volver... necesitaba... lo necesitaba... aunque solo fuera una ultima vez...

Ni siquiera sabia si la puerta se abriria, ni siquiera sabia si podria acceder al lugar donde todo habia tomado forma para un orangutan.

Camine en direccion a la puerta que conocia, recorriendo un pasillo que antaño recorri muchas veces. Era casi como volver a mis recuerdos... sino fuera porque solo eran eso... todo lo demas... todo lo que importaba... ya no estaba... y ellos tampoco... ninguno de los dos...

En cuanto oí el característico ruido de que el ascensor había llegado y las puertas se abrían apunté al interior del mismo esperando lo peor, pero al ver quienes estaban dentro me relajé.

Daniel, ¿Puedo ayudar?- Le pregunté inmediatamente al ver como presionaba una herida en la pierna de Drag, instintivamente entre en el ascensor y comencé a buscar los cordones que había guardado en la mochila por si podía hacer un torniquete de emergencia.

Marko salió del ascensor.- Por aquí no hay salida Marko, hay que subir para escapar de aquí lo antes posible.

Sudadera de color rojo, pantalones vaqueros, y unas llamativas zapatillas de deporte… una vestimenta de lo más habitual en la chica, claro que el rifle de asalto que portaba le quitaba la normalidad a su clásico atuendo. Ligeramente agachada, lista para disparar, sus ojos se abrieron de par en par al ver la pareja a la que se enfrentaban.

¿Ara? Posiblemente un alien vestido como Freddy Kruger la hubiera sorprendido menos que ver a su amiga, las circunstancias vividas en las últimas horas apuntaban más a lo que ella había imaginado Si, si, estoy bien, ¿y tú? Preguntó mientras se acercaba a ella reprimiendo las ganas de abrazarla, no hubiera sido muy profesional, se suponía que era una soldado bien entrenada… y ha ocurrido justo eso que has dicho… demonios… o algo muy parecido, una mezcla entre demonios y resident evil, no los zombies, sino los bichos raros… paró su explicación, primero para dejar espacio a Mike y que este ayudara a Daniel con Dag, pero luego, sus ojos se entrecerraron al ver el extraño comportamiento de Marko y la mirada que le dedicó...!Eh! !espera! ¿dónde vas? ¿es capaz de llorar? Marko joder, no estás en condiciones dijo mientras echaba a andar detrás de él lanzando un suspiro maldita sea miró a Arabelle y se encogió de hombros no puedo dejarlo aquí así… no, ella no era así…

Daniel parpadeó, con la boca entreabierta, jadeando por el esfuerzo. Toda su ropa, una camisa blanca totalmente arrugada y a la que le faltaba toda una manga, la izquierda, y unos pantalones elegantes a juego, color crema, estaban totalmente cubiertos de salpicaduras de sangre, así como su rostro. Aunque era obvio que no era su propia sangre. 

Levantó el rostro al oír su propio nombre y al principio pareció no reconocer a nadie. Luego asintió ausente.

- Tiene una perforación muy jodida. La femoral. Intenté arreglársela con un chute de una droga coagulante experimental que encontramos en un laboratorio, varias plantas más abajo. Pero... joder, creo que me lo he cargado. Le he tirado de la camilla para usarla contra una mierda que iba a... el caso es que Dag... su herida se ha vuelto a abrir. Necesita coagulantes, cirugía bascular, una transfusión... es culpa mía, es culpa mía...

Daniel apretaba los restos de tela que hacían las veces de venda contra la herida con gran esfuerzo.

- Dime que hay una clínica en esta planta. O que sabes como llegar a una en menos de... no se ni lo que aguantará. Tres minutos.

Avance varios pasos y algo consiguio colarse en mi mente.

Dag. Dag. Si... lo recordaba... ella lo vio crecer... era uno de ellos... uno de sus pequeños...

Me gire parcialmente, mirando al chico de la camilla, como si los demas no estuvieran. Ausente, con un tono de voz roto hable. - Mi padre es... - Un segundo de silencio. - era medico... hay una instalacion medica avanzada en su casa...

Entrecerre los ojos y me di la vuelta mirando al pasillo. - No puedes morirte. Por ella Dag... por ella tienes que vivir... - Las lagrimas seguian cayendo sin que fuera consciente, mientras seguia caminando en direccion a la casa de Klaus. A la casa de mi padre.

El pasillo no era muy largo, me detuve ante una puerta de metal y lentamente levante la mano para tocarla, pero no llegue a hacerlo. Mi mano suspendida en el aire, mire la puerta y mi mano, mi mandibula se tenso. Mire a un lado, donde se pasaba la tarjeta de acceso. Solo tenia un cuchillo... solo... la tension se diluyo mientras me movia.

Me acerque al lateral de la puerta y me agache levemente para acceder al lector de retinas. La puerta de metal no tardo en abrirse y yo mire hacia dentro, mientras mi respiracion se aceleraba y mi puños se cerraban. ¿Cuanto tiempo que no entraba? ¿Cuanto tiempo que no estaba aqui? Ahi dentro estaba... todo... aqui era donde todo tenia sentido aun... aunque ellos no estuvieran... era aqui donde aun podria sentirles... aunque solo fuera una ultima vez... la ultima...

Entonces ¿por que tenia miedo de entrar? Habia fallado de tantas maneras. Marido... Hijo... Padre...

Cerre los ojos y ahora las lagrimas si eran conscientes y reales. Levante la mano y me toque el rostro, sorprendido por ello, mientras una sonrisa que no tenia ni pizca de alegria asomaba. Tengo miedo. Si, tengo miedo.

Traedlo. Él tiene que vivir. - Mi tono parecio estar mas aqui en ese momento.

Daba igual si el mundo se terminaba, pero Dag tenia que vivir... al menos... él tenia que vivir...

Mientras Marko se alejaba, Mike ideó una especie de torniquete con los cordones que le darían quizás un poco de tiempo. No demasiado. La diferencia entre los doctores, es que uno había trabajado mas en entornos controlados o instituciones y el otro...el otro había estado junto con gente como Dag en mitad de un baile de balas y por lo tanto tenía algunos trucos. 

El chico miró la nueva silueta que se le había acercado, confuso, intentando alargar una mano que apenas le respondía mas allá de levantarse un palmo del suelo. Sonrió de golpe- El helado...de cerezas con menta...está- Le costaba respirar-  bueno...- No parecía que estuviese entre vosotros.- ¿Alguna vez...podremos...ver el mar?

La puerta grande de metal a la que se acercó Marko se abrió* dejando paso a su interior.

Era un espacio amplio y muy cuidado, se diría que apenas parecía ser usado, al menos lo que había justo al frente de no ser por el olor a tabaco y....ron que estaba en el ambiente. A la izquierda había una cocina americana cuya barra estaba llena de bandejas de comida prehecha unas encima de otras. 

Al lado de la televisión, que estaba desenchufada, había un montón de fotografías colocadas en la pared. Literalmente ocupaban toda esa parte de la pared, y aunque muchas tenían su marco, otras no, simplemente colocadas con fiso o chinchetas. Al menos había una treintena, pero decir de que eran, ahora mismo era complicado por la distancia. Tres velas que en su tiempo serían alargadas pero ya les quedaba poco reposaban debajo de las fotos, a los lados azul y negro y una roja en el centro. 

Casi sin que se diera cuenta, Hilv y Marko se apartaron del grupo en dirección a una de las puertas. 

-Mierda... chicos ¿a donde vais? - salió tras ellos. Se acercó mientras continuaba vigilando el pasillo, como si esperase que algo apareciese en cualquier momento - Ell... algo nos viene persiguiendo, una criatura... tomaba la forma de Ella. 

Llegó junto a Marko y Hilv, tratando de ver de reojo lo que había tras la puerta. 

Todo aquello se estaba complicando demasiado. No sabía como demonios iban a salir de allí, ni como encontrar a Azazel. Se llevó la terminal con la que habían estado hablando hasta ahora cerca de la cara. 

-¿Seguís ahí? ¿Donde estáis? - preguntó a la terminal.

Una criatura con la forma de Ella. Enemigo.

A casa. - Tras ese breve pensamiento simplemente entre por la puerta, al lugar que una vez llame hogar.

El primer paso fue el mas dificil. Ese instante en el que cruzas el umbral, en el que dejaba atras el pasillo para entrar en aquel amplio salon. El olor fue lo mas notable. Tabaco, no, no olia como recordaba. Ademas habia… alcohol en el ambiente. Ron. Las bandejas precocinadas que siempre odiaste apiladas en la cocina. No se parecia en nada a lo que recordaba.

Me apoye en lo primero que tuviera a mano. Cada uno habiamos sobrellevado su muerte a nuestra manera, cada uno por su camino padre. Inflingi una tremenda herida y nunca supe como curarla… ni siquiera se si realmente la cure alguna vez… pero nunca lo hablamos… debimos… pero no lo hicimos... y ahora… ahora es demasiado tarde ya. Caronte se te ha llevado, o al menos eso espero porque no tuve ni siquiera tiempo de pagar tu peaje, pero se que no comulgabas como yo... asi que espero que estes donde estes... sea un sitio mejor y... que estes con ella...

No fui consciente de que me habia quedado parado en el mismo umbral. Solo un paso, ya habia traido tantos recuerdos.

Observe con mas detenimiento el lugar, recordando momentos, buenos y malos. El dolor de unos cardenales, las risas tras una caja caida y un salto de furia absurdo, los cristales rotos, las bombas de colores… y el chocolate...

Mi mandibula se tenso mientras como si fuera un automata, mi cuerpo y mi mente me llevaban en direccion a la pared llena de fotos. Mis ojos observaron las velas. No las recordaba, ni los colores ni el simbolo de la hoja. Deberia? No estaba seguro.

Mis ojos acabaron perdiendose en las fotografias que estaban pegadas de tantas extrañas formas en la pared. Estaria ella? Estaria yo? Me resultaba raro... aunque suponia que padre pasaba muchas horas en el salon, por eso mismo estaban aqui. 

Buscaria observar las fotos, asi como el lugar mas privilegiado para observarlas. Alli donde seguramente mi padre se sentaria a verlas. Dia tras dia. Noche tras noche. Mi mano fue a mi pecho, al tatuaje sobre mi corazon. Aun asi las fotos eran lo mas relevante en mi cabeza en estos momentos.

Sabia que era un mecanismo de defensa. Romper la escena. Tomar partes… tomar pedazos que pudiera aguantar… porque el completo de la escena… seria demasiado ahora mismo. El me lo enseño.

Nunca te fuiste. Ni siquiera cuando hice todo lo posible, incluso lo que no debi, para que creyeran que te habia olvidado… nunca pude hacerlo… ni podria… eras… eres… simplemente tu...

- No se si servirá pero suena que es la única opción que tenemos. Vamos a levantarlo. Yo le tomo de las caderas y tu de los hombros, ¿ok? A la de tres. Uno, dos...

Daniel solo tenía ojos para aquella ayuda caída del cielo. Empezaba a sentirse superado y al ver las manos de su colega trabajando se sintió algo mejor. Cuando hablaba su voz ya no temblaba.

- Necesitará una transfusión. ¿Alguien conoce su tipo sanguíneo? Quizás lleve una de esas chapas al cuello, hay que comprobarlo.

Tenían que acudir al centro medico. Era eso o dejar que Dag muriese. Por eso asintió a las advertencias.

- No tienes porque venir. Lo entiendo. Pero un medico no puede dejar de ayudar cuando es necesario. Y si no le llevamos a ese centro medico Dag no lo logrará. Tampoco tienes que quedarte. Puedes... podéis seguir.

Después pareció caer en la cuenta de algo, sus ojos brillaron diferente.

- ¿De quien dices que toma la forma ese... ser?

Puto Marko…

¿Es esta tu casa? No lo era, al menos no era el sitio en el que ella había estado y él le había dicho que vivía… ¿tu padre? ¿es la casa de tus padres? Sus siguientes palabras… se le está yendo la pinza que flipas… pero tiene razón en lo de ayudar a Dag…

No lo tengo muy claro… contestó a Arabelle a nosotros nos perseguía una especie de demonio echo de polvo y una esfera con muy mala leche se encogió de hombros, a estas alturas pocas cosas podían sorprenderla es como si todo el complejo se hubiera vuelto loco y las cosas más chungas hayan escapado miró hacia el ascensor ¿con quién hablas? Dijo mientras se alejaba un poco, de vuelta al lugar donde estaba Dag… !Traedlo! Vamos a llevarlo a la casa, voy a buscar la instalación médica de la que habla Marko, ya que él no está por la labor a pesar de que la necesita gruñó y cogió del brazo a Arabelle para meterla dentro de la casa ¿con quién hablas? Preguntó con gesto interrogante ¿me ayudas a buscar la instalación médica? Se adentró en la casa, buscando puertas y mirando al piso superior… como pensara demasiado en la situación iba a entrar en estado de pánico, y no podía permitirse algo así ahora.

Marko, ¿dónde está la enfermería o lo que sea? Preguntó acercándose y tocando el hombro de su amigo, que parecía ido hay que ayudar a Dag tenían que ir resolviendo los problemas uno por uno…

Ayudar a Dag

Averiguar más sobre la criatura con forma de Ella no vaya a intentar matarnos

Escapar de Titán

Era un buen orden.

Tres.- Dije a la vez que levantaba al soldado por los hombros. Aunque me hubiera gustado no tener que usarlos los cordones que había metido en la mochila cuando sonó la alarma habían sido de utilidad. Mientras trasportábamos al joven soldado intenté explicar la situación a Daniel.- No vamos a dejar a nadie atrás, pero Titán va a eliminar toda forma de vida en su interior en menos de una hora. No hay tiempo para cuidados prolongados, cerrar la femoral, continuar subiendo y confiar que el soldado sobreviva o todos moriremos cuando Titán cumpla su protocolo.

Hilv date prisa en encontrar esa sala médica, tenemos tres minutos como mucho.

Continuábamos trasportando a Drag en la dirección en la que Marko había ido cuando el médico preguntó por Ella. -Algo se apoderó de su cuerpo.- Negué con la cabeza mientras hablaba.- Se ha ido, Daniel.

Daniel parpadeo y levantó la mirada. Sus ojos estaban repentinamente llenos de miedo.

- ¿De quien hablas? ¿Quien se ha ido? ¿Le ha pasado algo a Maggy?

Paso a paso avanzaban hacia la puerta.

Era un espacio amplio y muy cuidado, se diría que apenas parecía ser usado, al menos lo que había justo al frente de no ser por el olor a tabaco y....ron que estaba en el ambiente. A la izquierda había una cocina americana cuya barra estaba llena de bandejas de comida prehecha unas encima de otras. 

Al lado de la televisión, que estaba desenchufada, había un montón de fotografías colocadas en la pared. Literalmente ocupaban toda esa parte de la pared, y aunque muchas tenían su marco, otras no, simplemente colocadas con fiso o chinchetas. Al menos había una treintena, pero decir de que eran, ahora mismo era complicado por la distancia. Tres velas que en su tiempo serían alargadas pero ya les quedaba poco reposaban debajo de las fotos, a los lados azul y negro y una roja en el centro. 

Marko estaba mirando las fotografías cuando Daniel y Mike entraron llevando a Dag, parecía ido y Hilv estaba a su lado. Arabelle recibió una respuesta un poco...confusa. El grandullón confuso señaló escaleras arriba cuando preguntaron donde estaba la enfermería. 

En las fotos aparecían 3 personas diferentes, quizás no juntas, pero si que todas tenían en común a una chica castaña y bizca. En algunas aparecía Marko, mayormente sonriendo, pero eran pocas, y en otras un hombre ya un tanto mayor**

La mas antigua por la edad de la chica sería cuando tendría siete u ocho años y se estaba dando un baño en una bañera con un montón de patitos de goma amarillos y navecitas de plástico. Luego otra situada en el parque del lago, en un banco, donde Klaus aun sin cana alguna se tomaba un helado de cono mirando hacia algún lado a la derecha y la misma chica algo mas mayor estaba tirada a lo largo leyendo un libro con las piernas apoyadas en el hombre.

Un par de fotos de cumpleaños, de 14 y de 16 donde ella soplaba las velas de sendas tartas donde una parecía sacada de alguna película de star Wars y la segunda donde la tarta tenía forma de nave espacial de aquella manera hecha, que casi parecía mas una bomba atómica que un pastel. Otra de 50 donde Klaus miraba con gesto de resignación como la muchacha había metido ya los dedos en la nata antes de que el pudiera soplar las velas. Se ve que después de eso ella se puso un mechón en el pelo y se lo cortó de la cintura a los hombros, y el color variaba mucho.

Estaba estudiando una enciclopedia, jugando con mas gente aunque no se viera bien a los demás a un juego de mesa, otra con el hombre mayor comprando al parecer ropa, donde el se había puesto por encima un vestido largo de encaje rojo y ponía morritos mientras ella optaba por el mismo solo que en azul. La graduación en enfermería de ella, con su vestido azul, y él con su vestido rojo mientras la gente los miraba muchísimo.

En otra ella aparecía con un montón de niños que parecían estar en el hospital, Hilv pudo entrever la mandíbula de Dag con apenas cinco años al lado, solo que mucho más pálido y sin nada de pelo. Eran 5 niños, dos niñas y tres niños entre los que estaba Dag.  

Dag apareció en un par más, ya algo mas mayor, mientras pintaban huevos de pascua. Había cuatro bastante mas deprimentes donde parecía que tenía lugar un entierro, pero las ropas eran diferentes en cada uno, y casi siempre enfocaban a la chica y el hombre no aparecía. 

Marko, sin barba, bastante más joven que ahora y con gesto de enfurruñado como si no se fiase demasiado de la cámara y con ropa demasiado básica mientras la chica le plantaba un beso en la mejilla al hombre. De fondo estaba esa misma cocina. Una de los tres cenando porquerías mientras parecían estar viendo algo en el salón, en la tele. Klaus de nuevo pareciendo que estaba de resaca llevando un carrito lleno de tarrinas de Helado con la chica al lado cogida de Marko por el brazo, aunque la cercanía era casual. La siguiente era de Marko y la chica jugando a lanzarse palomitas en el sofá, la foto parecía tomada desde la cocina. La chica de nuevo mirando una tarta, que ponía 1, y cuyas velas eran apagadas por el grandullón quemado que estaba allí presente. 

Las siguientes eran un poco mas confusas en general. Estaba la chica sujetando a una especie de lemur o algo similar, pero parecía triste. A partir de ahí la sonrisa se le iba yendo hasta dejar de existir. Daba igual que salieran Marko o el otro hombre, era como si ella estuviese aparte, perdida, y era mas una sensación que una realidad. Incluso cuando llevaba un vestido de premama verde y enseñaba un anillo en el dedo mientras Marko la cogía en volandas la sonrisa no era de verdad. Había una foto, una, donde todo lo que se veía era una bañera que se veía a través de la puerta y como las paredes parecían estar escritas con algo un tanto oscuro. Era tenebroso, daba miedo, cualquiera que lo mirase notaría un escalofrio. 

A ti lo que viene escrito te resulta....familiar. Te viene un olor, una sensación. No, un lugar. El observatorio. No...es...si...quizás...no, no es el observatorio, es algo familiar, algo...querido y odiado, es...

Hilv empezó a tener un run run en la cabeza, era como si intentase acordarse de algo, como si algo se te escapase, como si lo tuvieses en la punta de la lengua y solo tuvieses que concentrarte mas para sacarlo. Hablar contigo misma en voz baja no parecía una mala opción, porque algo tenía que ver con los que habían mas allá...estaba segura...