Partida Rol por web

“Pues no tomemeos riesgos innecesarios. Me lo apañaré de alguna forma. A vosotros dos, os deseo una caza exitosa”, dijo Aki a sus amigos, sacó su móvil y desactivó la ubicación GPS más bien para complacer a Kenichi que por creer que tenía alguien sentido, y, por lo demás, dejó el móvil encendido, por la razón ya explicada antes: si los responsables del juego querían seguir trucando el juego en su contra, habría mil maneras de hacerlo y no se limitarían a un tal medio, en comparación bastante crudo, que rastrear las señales de un móvil a través un chip pre-instalado. Además, cada vez que encendería el móvil captarían la señal, tal como había explicado antes a sus compañeros.

Pero, de todas formas, desactivó el alarma sonoro en caso que recibiría una llamada.

Pues, en lugar de irse lejos, o de esconderse en una de las cuevas, lo que sería la cosa natural para hacer. Desde luego, va a hacer lo que no se espera tanto, es decir, alejarse bastante de la mesa con la comida, sí, digamos, caminará durante cinco minutos. Luego, se tumbará en el suelo entre dos arbustos de forma que no se le puede ver de ningún lado desde el exterior, cobrándose, además, con hojas. Vale, Master?

Aki dedica aproximadamente cinco de los quince minutos que tiene de margen para esconderse a caminar, alejándose de la mesa de la comida donde los demás están reunidos. Una vez cree que ha caminado lo suficiente, decide que en vez de esconderse en una cueva o un lugar profundo lo hará directamente en medio del bosque, pues la vegetación es suficientemente espesa como para ocultarle. Sin embargo tampoco está de más un poco de precaución extra, así que se dedica a cubrirse con ramas, hojas y demás elementos del bosque tras ocultarse en medio de los arbustos.

Ahora Aki tiene un escondite perfecto, al menos visualmente. Siempre que nadie intente caminar o rebuscar entre los arbustos que le ocultan, no tendrían por qué verle.

Aún quedan unos pocos minutos para que empiece el juego, en teoría. La larga espera comienza...

Cuando el Sargento Manabu da la señal de que los jugadores escogidos pueden empezara esconderse, Aki sale corriendo por un lado y, por parte del otro equipo, el chico llamado Miroku y otro de sus compañeros también salen corriendo a buscar su propio escondite. Al final, en ese claro del bosque sólo quedan el Sargento Manabu, Kazuma, Kenichi y tres chicos del equipo contrario. El Sargento Manabu se balancea con sus pies mientras controla el tiempo que pasa, para señalar el comienzo del juego a los quince minutos de la salida. Mientras tanto...

-Bueno... - dice uno de los miembros del equipo contrario, rompiendo el incómodo silencio. - pues casi estamos a punto de empezar. - dice, riendo un poco. - Mucha suerte.

Ahora solo nos queda esperar a que pase el tiempo reglamentario para comenzar el juego, quizá alimentarnos un poco, y comenzar a buscar al tal Miroku.

La probabilidad se balancea del lado del equipo contrario y por eso uno de ellos parece tener plena confianza en que ganaran, incluso nos desean suerte.

- Mucha suerte - respondo esbozando una sonrisa.

Escondido a la vista y además cubierto de hojas entre los arbustos, Aki, como acción final antes de volverse tan inmóvil como una piedra, apaga por completo el móvil. Simplemente no sabe si hay un alarma de vibración, y, aunque el sonido ya está apagado, si alguien pasa muy de cerca, incluso algunas alarmas de vibración se pueden escuchar. Además, no hay nada que podría hablar con sus compañeros. Si todo pasa bien, nadie va a acercarse a su escondite, y si todo no pasa bien y alguien del equipo enemigo se acerca, lo que necesita lo menos será el ruido de una charla por teléfono.

Trata de calmar y así reducir a lo mínimo su respiración. De todas formas, ya tan débil tras los tres días de ayuno forzado, y su metabolismo y funciones básicas del cuerpo ya habiendo bajado considerablemente, no le cuesta mucho entrar en tal estado de casi-hibernación.

Me limito a observar el lugar por el cual se había marchado mi presa, todo en mi lenguaje corporal denotaba ira y agresividad.

Luego de que perdí de vista a Miroku, mis ojos se clavaron en la mesa de la comida, al tiempo que abría mi mochila, listo para cargarla a tope de comida.

Sabía bien que Aki necesitaba reponer fuerzas tanto como Kazuma y yo, así que más me valía estar listo para la situación y eso iba a hacer.

Justo cuando el Sargento Manabu comienza a alzar su brazo para llamar la atención de los presentes y hablar en voz alta, el chico que se fue acompañando a la persona escondida del otro equipo, Miroku, llega corriendo y casi sin aliento. El Sargento Manabu lo mira y asiente antes de hablar de nuevo.

-¡A partir de ahora da comienzo el Escondite de la Amistad! - anuncia con un tono de humor en su voz. - ¡Ya conocéis las normas, el primer equipo que de con el paradero de la persona escondida del equipo contrario será el ganador! ¡Y no olvidéis el resto de normas! - el Sargento Manabu saca su espada y apunta a la mesa de la comida. - ¡Ahora sí, podéis comer!

Inmediatamente, dos de los chicos del equipo contrario se acercan a la mesa de la comida y comienzan a llevarse a la boca sandwiches, galletas y otros tipos de comida. ¡Estaban hambrientos!

Los otros dos, en cambio, se acercan a Kazuma y Kenichi y no les quitan ojo.

Les dedico una mirada agresiva a los que me estaban observando, y luego me acerco a la mesa para coger un poco de comida para no embotarme y luego guardo comida en la mochila, para finalmente alejarme de la mesa. 

Kazuma, cubriremos más terreno si nos separamos, intentemos peinar toda la zona lo más pronto posible.

Manten los ojos abiertos y si encuentras una pista me llamas. - sentencio mientras me pongo en marcha siguiendo la misma dirección por la que se fue Miroku y su escolta.

Mientas camino observo todo lo que me rodea en busca de cualquier pista que indique la presencia o el paso de Miroku y pese a que no era ningún rastreador experto, valía la pena probar suerte.

Parece que su táctica va a ser sencilla, perseguirnos para ver si nos acercamos a Aki. Por mi parte, me acerco a la mesa a comer, intento no ir demasiado rápido, para poder aguantar el mayor tiempo posible la búsqueda del tal Miroku.

- Estoy contigo, va a ser difícil orientarnos, y estoy seguro que nos cruzaremos más de una vez - respondo a Kenichi mientras me llevo algo de comida a la boca -, pero no debemos dejar que nada nos haga desesperarnos, quien quiera que tenga problemas de liquidez de nosotros cuenta con nosotros para solucionarlos, de una manera u otra. En cierto modo jugamos con una ventaja, no sabemos donde se ha metido Aki.

Estoy convencido que eso pueda ser una ventaja y espero que ser menos nos de mayor ventaja.

- Fíjate bien donde estarán buscando nuestros contrincantes a Aki, ahí encontrarás la mayor pista - le digo a mi compañero.

Levanto la mano en dirección a Kenichi abriendo la palma para chocarla con el en un intento de enchufarnos ánimos como cuando jugamos un partido.

Al ver el gesto de Kazuma, asiento a sus palabras y choco mi palma contra la suya de manera enérgica.

Tienes razón colega, tienes toda la razón del mundo, vamos a hanar esto, tal como hemos ganado todo hasta ahora.

Te separas de Kenichi y te adentras en el bosque. Habéis decidido separaros para cubrir más terreno, teniendo de vuestro lado la ventaja relativa de no saber dónde ha decidido ocultarse Aki. Aunque si quisierais saberlo siempre podríais llamarle por teléfono, eso está claro...

Bueno, por el momento eso no importa. Ahora en lo que crees que debes centrarte es en buscar al tal Miroku, ¿no? Es decir, a la persona del equipo contrario que se ha escondido. ¿Dónde podría estar? ¿Dónde buscarás? ¿Entre los árboles, tal vez? ¿En la zona de cuevas? ¿O de momento pasearás a ver qué encuentras?

Por cierto... este tipo no deja de seguirte.

Te separas de Kazuma y te adentras en el bosque. Habéis decidido separaros para cubrir más terreno, teniendo de vuestro lado la ventaja relativa de no saber dónde ha decidido ocultarse Aki. Aunque si quisierais saberlo siempre podríais llamarle por teléfono, eso está claro...

Bueno, por el momento eso no importa. Ahora en lo que crees que debes centrarte es en buscar al tal Miroku, ¿no? Es decir, a la persona del equipo contrario que se ha escondido. ¿Dónde podría estar? ¿Dónde buscarás? ¿Entre los árboles, tal vez? ¿En la zona de cuevas? ¿O de momento pasearás a ver qué encuentras?

Por cierto... este tipo no deja de seguirte.

Estar ahí tumbado es ciertamente... aburrido. Y monótono. Los primeros minutos en tu escondite fueron lo suficientemente tensos y te hicieron estar lo suficientemente atento como para que no te acordases del hambre que tienes... pero ahí está de nuevo, provocando que sientas pequeñas punzadas en el estómago. Pero no, todavía puedes aguantar. Confías en tus amigos, conseguirán encontrar al tal Miroku y saldréis de aquí rápidamente. ¿Verdad?

En cualquier caso, tienes contigo el teléfono móvil para llamar a tus compañeros... o incluso al equipo contrario. No es como si tuvieras intención de utilizarlo de momento, pero... bueno, ahí está. Ah, y también tienes tu botón especial para rendirte si no aguantas más. Manabu se lo ha entregado cuando te dio el móvil... pero claro, tampoco tienes la intención de usarlo.

Escuchas... pasos. Han debido pasar suficientes minutos ya. ¡El juego ha empezado!

Mientras busco a Miroku o como diablos se llame aquel sujeto, noto que tengo aun idiota pegado a mi, por lo que mi cabreo se eleva a niveles exponenciales. 

¿Qué ocurre contigo idiota? ¿Estás buscando novio o acaso tienes miedo de perderte en el bosque y quieres que te tome de la mano mientras te echas a llorar como el marica que eres? Si es lo primero mejor busca en oteo lado.

Sin embargo, si es lo segundo, pues tampoco tengo tiempo para ello, porque tengo que buscar a una rata cobarde que se mea en los pantalones y le encanta andar de sopla pollas.

Y, por si no lo has entendido, hablo de ese subnormal amigo tuyo con cara de imbecil. - digo encarándolo mientras pongo todos mis músculos en tensión, listo para soltarle un potente golpe de derecha en toda la quijada si respondía a mi provocación y me atacaba.

El idiota disfrazado nos prohibió atacar a los mimbros del equipo rival, pero nunca dijo que no podíamos defendernos, vamos idiota golpéame, sólo necesito una excusa y te haré tragar tus dientes. - pienso ansioso.

Aki decidió firmemente de no ablandarse, costara lo que costara, y de aguantar así tumbado en el suelo hasta el final de esta prueba, hasta que, como esperaba encarecidamente, sus amigos encontraran al sujeto del otro grupo de locos haciendo este juego de propia voluntad.

Como no se movía de todo, sentía menos la debilidad que le asolaba por la falta de comida y también la ingestión insuficiente de líquidos de los últimos días. De verdad, si hubiera tenido que moverse aún más, habría caído de bruces en el suelo y quizá no habría podido levantarse más. Pero así, sin hacer nada, como una piedra, la respiración reducida al absoluta mínimo, también podría sufrir los punzones en su estómago…

Parara lo que pasara en su alrededor, no iba a mover ni un dedo… sólo había que quedar quieticito y esperar que nadie lo encontrara…

Simplemente decido pasar de mi nuevo compañero de viaje, si sabe donde se ha escondido su colega puede que tenerlo cerca me ayude a distinguir si sus gestos me indican si me acerco o me alejo.

Mientras camino pienso en donde se puede haber metido el tal Miroku. Con mi acompañante sin despegarse de mí, decido seguir caminando, fijándome en el, y en todo lo que me rodea, intentando recordar por donde voy pasando.

- ¿Que hizo que acabaseis aquí? - pregunto así de repente - ¿Sabéis quien de vosotros es el que necesita liquidez? A mí me da igual quien de mis amigos necesitasen el dinero, pero se que no todo el mundo está de acuerdo.

No tener a Aki y a Kenichi zumbando en mis oídos con sus paranoias es un buen momento para intentar tener una conversación con alguien, y ya de paso intentar relajar el ambiente.

-...Vaya. - el chico escucha todo lo que tienes que decirle y luego, tras mirarte fijamente unos segundos, se echa a reír. No pasan más que unos segundos antes de que vuelva a hablar. - Así que he ido a toparme con el violento del grupo, ¿no? Vaya suerte la mía. - dice, mirándote fijamente con una sonrisa de lo más presuntuosa. - Tranquilo, por suerte para ti no me van los hombres. No voy a tomarte de la manita ni a llorarte... solo voy a seguirte. - explica, encogiéndose de hombros. - Por si te entran ganas de ir a ver a tu amiguito escondido y darle algo de comida, claro.

-¿Quieres decir que no sabéis cual de vosotros os ha metido en los Juegos? - pregunta el chico que te sigue, extrañado. No disimula que te esté siguiendo en ningún momento. - Nosotros sí que lo sabemos, claro. Por eso estamos aquí. - explica tranquilamente. Parece un chico apacible, amable. - Nuestro amigo nos pidió ayuda, y se la estamos prestando. Es lo que hacen los amigos. Aunque no esperaba que tuviéramos que enfrentarnos a otro grupo en una situación parecida a la nuestra... - suspira. - Lo siento, pero no podemos perder.

Estar tendido en el suelo te ayuda de alguna forma a no gastar la poca energía que te queda tras los días de cautiverio, y eres capaz de reducir tu respiración al mínimo, obligándote a ti mismo a estar tranquilo, a fusionarte con la naturaleza. Estás bien oculto dentro de los arbustos, y por ahora no sientes la necesidad de moverte, así que no llamarás la atención... aunque conforme pasen las horas los músculos comenzarán a agarrotarse, y esperas que no te gruña el estómago cuando haya alguien del equipo contrario cerca.

Pero de momento... estás bien. Bueno, más que bien... estable. Simplemente te pone un poco nervioso escuchar... los pasos. Esos pasos más cercanos de lo que deberían. Tu escondite es perfecto, siempre y cuando a nadie se le ocurra atravesar caminando los arbustos que te ocultan...

La persona que habla... ¿Será amigo o enemigo? Está aún un poco lejos y no habla a gritos, pero puedes escuchar algo. Es una voz masculina, pero no es lo suficientemente clara como para reconocerla en caso de que sea uno de tus amigos... ¿Qué está diciendo?

"...el que necesita liquidez..."