Partida Rol por web

Vieja ciudad: Leyendas Urbanas

Acto III, Escena 1: El hombre de hojalata

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06/01/2025, 18:34
Narrador

Poco a poco, las ruinas dejaron de oler a polvo y ozono para impregnarse de un delicioso aroma a chocolate caliente.

Mierda, no debería haber despertado tan rápido —musitó Milton.

El color desapareció del escenario y el suelo se volvió más blando hasta convertirse en hierba. Ya no había butacas, sino un viejo columpio y el orfanato a lo lejos. Los estudiantes y los ogros eran ahora niñas formando un corro alrededor de los investigadores y los tres personajes del Mago de Oz. Sin embargo, aún no había rastro de Dora*.

Milton se giró al oír su nombre. Ni siquiera se molestó en ocultar su sorpresa cuando al fin se encaró contra Killian, hacha en mano.

Vaya, veo que has hecho los deberes. Tú eres uno de esos entrometidos que ha enviado el Centinela, ¿no es así?

Enarboló su arma en un gesto amenazante, pero se detuvo en seco al ver el dibujo.

T-tú… ¿dónde has encontrado eso?

Por su parte, confusos como estaban por haber viajado a un extraño pasado idealizado pero manteniendo un aspecto aún más estrafalario que con el que entraron en acción, Susan y Wilbur se percataron por primera vez de la canción que Chénier y Muhly interpretaban para ellos.

La música hizo que comenzasen a dejarlo todo atrás para fundirse en un baile lento en el que nada más importaba.

Notas de juego

*Arthur, hazme una tirada de Ciudadano o Veterano con Ventaja. Si fallas, tendrás otra oportunidad en el siguiente post, pero pasarán cositas.

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07/01/2025, 01:43
Arthur O'Kellan

Por fortuna para Arthur O'Kellan este había sido previsor, aunque no porque tuviera unas miras muy amplias y se hubiera preparado a conciencia de preever esta situación en la que se encontraba, si no la mera y dulce curiosidad de un hombre sobre un tema que desconocía y que todo el mundo estaba hablando.

Es por ello, de haber logrado leer el libro de El Mago de Oz, que en esta ocasión podría entender mucho mejor todo lo que estaba pasando, a pesar de el no ser más que Toto en aquel libro, un papel notablemente menor pero no por ello implica que invisible en la obra.

- Tiradas (1)
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09/01/2025, 23:37
Narrador

Ya fuese por su sensible olfato, un sexto sentido desarrollado por el vínculo o su concienzudo estudio de la obra de Frank Baum, Arthur logró localizar algo que al resto parecía escapárseles.

Las niñas sin rostro se apartaron en cuanto Arthur trató de salir del corro. Seguían canturreando burlonamente, pero ignoraban a Totó, que se reunió al fin con Dorothy.

Se encontraba sollozando. Agazapada tras el tobogán, abrazándose las piernas mientras se mecía a sí misma. Miró con cierta aprensión al grandullón cuando este se acercó.

Notas de juego

¡Menudo crítico! Pues te has ganado el derecho de decidir cómo apaciguas a Dora para romper el vínculo, ^^

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10/01/2025, 13:57
Arthur O'Kellan

Estaba claro que aquellas criaturas no parecían suponer un problema para Toto/Arthur, pero aún así, por mucho que este hubiera estudiado la obra de Frank Baum, seguía sin saber muy bien qué era lo que debía de hacer a la hora de tratar de ayudar a aquella pequeña niñita triste.

No había nada en el libro que pudiera ayudarle para esta situación particular y el no era lo suficientemente inteligente para encontrar las palabras adecuadas para ayudar a nadie; aún así, había algo que tenían en común, Arthur O'Kellan en su interior aún seguía siendo un niño pequeño y sabía que era lo que siempre le funcionaba cuando estaba triste.

Mmmmm... Mmmmm... Mmmmmm.... Mmmmm... Mmmmm... Mmmmmm....

Mmmmm... Mmmmm... Mmmmmm....

Mmmmm... Mmmmm... Mmmmmm.... Mmmmm... Mmmmm... Mmmmmm....

El grandullón empezó a entonar una leve melodía, casi podría decirse que una nana sin letra, la misma nana que un Arthur-chiquitito escuchaba cuando la tormenta rompía sobre su casa en la isla esmeralda al otro lado del profundo mar. La nana que la Yaya-O'Kellan (o seanmháthair) le cantaba para calmarlo. Quizás incluso Killian pudiera reconocerlo.

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11/01/2025, 23:54
Theodore "Muhly" Boudreaux

La voz de Chénier resonaba en las profundidades del teatro como un eco arrancado del alma misma de Nueva Orleans. Muhly lo observaba de reojo mientras sus manos tamborileaban sobre el improvisado tambor con el que el viejo hacia la percusión. La melodía del músico parecía envolver todo, como si la ciudad misma susurrase a través de las paredes agrietadas del teatro. Muhly comenzó a marcar un compás bajo y profundo, que complementaba el violín y la voz de Chénier. Golpeaba con un ritmo constante, como el latido de un corazón. Su voz grave emergió como un rugido contenido, casi como si el espíritu de las calles estuviera hablando:  

Cuando el ritmo te encuentra, no hay escape. Cuando el alma llama, no puedes ignorarla. ¡Bailad! —dijo esbozando una sonrisa hacia Susan y Wilbur— Bailad hasta que el mundo olvide su peso.

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14/01/2025, 15:35
Killian Brown

—¿Acaso importa? No cambia el hecho de que esa niña te quería, y ¿por qué no? Te quiere... —continuó, atento al hacha que enarbolaba el historiador, pero mirando a los ojos al ahora guerrero —Puedes ayudarla, liberarla, liberarse todos de esto, y continuar sus vidas, hacer nuevas sanando las heridas del pasado —continuó el investigador, acercándose de a poco para que viera más de cerca el dibujo.

Si estaba lo suficientemente cerca, podría abalanzarse sobre el historiador para no recibir el hachazo que aún pendía sobre su cabeza... pero aún no era necesario.

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19/01/2025, 16:39
Louis Chénier

La tensión casi podía cortarse con un cuchillo y sin embargo Chénier no paraba de tocar. Como si de algún modo no hubiese más intención que la de suavizar toda aquella maldad que parecía circundar la figura del historiador. Los ojos del muchacho viajaban de este a la pareja de bailarines sin perder de vista ni a unos ni al otro. Cada paso que estos daban parecía afianzar más y más la idea en torno al historiador de que abandonara toda aquella locura e hiciera lo correcto.

Por otro lado, eso era una esperanza algo vana. ¿Qué harían si no funcionaba? Habían jugado todas sus cartas a una esperanza ligera y, aunque en aquel momento, en aquel teatro que ya había dejado de serlo inundado por la visión de la pobre chiquilla, todo apuntaba a que acabaría por funcionar, el joven músico sentía en sus dedos que la moneda del destino giraba sin control en el aire. 

¿De qué lado acabaría por caer?

I'd like to know that your love
Is a love I can be sure of
So tell me now, and I won't ask again
Will you still love me tomorrow?

La música era la respuesta y aquella canción ya no parecía que hablase solo de Susan y Wilbur. EL mismo historiador debía decidir si el amor que había sentido por aquella niña aún era verdadero.

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21/01/2025, 15:40
Bertrand Higgins (Milton Blacksmith)

Dora abrió lentamente los ojos. La nana de Arthur se entremezcló con la canción de Chénier y Muhly, provocando que la música resonase por todo el jardín. El color parecía estar volviendo al mundo cuando Wilbur bailaba con Susan. Ambos le dedicaban furtivas miradas de agradecimiento a los investigadores, pues empezaban a notar como se quitaban poco a poco una carga que llevaba décadas asfixiándoles.

Sin previo aviso, Wilbur se arrodilló y le pidió matrimonio a Susan, envalentonado por la música. Tras pensarlo unos instantes, la madre superiora aceptó con los ojos llorosos y la sonrisa más luminosa que le habían visto a la, minutos antes, aún llamaban Plañidera. A su alrededor, las alimañas reanimadas que acompañaban a Susan correteaban ahora por el jardín como cientos de mariposas blancas.

Milton, por su parte, seguía aferrándose a su hacha pese a la insistencia de Killian. Trató de atacar al detective, pero era evidente que no le quedaban fuerzas. Estaba absorto por el dibujo y podía seguir con su plan.

Un golpe seco en el suelo, amortiguado por la hierba gris y la música que aún flotaba por el jardín. El historiador había dejado caer el hacha. Estaba llorando.

Yo… Hice cosas horribles. Dora me tenía cariño y quise aprovecharme del don que me concedió tras su muerte. Me dio un regalo, ¿y qué hice yo? Aprovechar la inmortalidad para torturarla y que así aumentasen mis poderes. Reunir conocimiento y seguidores, forzar vínculos, extorsionar, mentir.

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21/01/2025, 15:54
Dora

¿Totó? —dijo Dora al ver a Arthur arrullándola—. Creo que ya no me duele. Al menos, ya no tanto.

La niña se levantó. El corro de niñas desapareció en un remolino de hojarasca. Los colores volvían poco a poco, pero su saturación aún era tenue, como la de una foto antigua.

Con el coro roto, Dora avanzó hasta tomar de la mano a Milton.

Cuando Millie rompió mi peluche, la madre superiora nos pidió que hiciésemos las paces. Tú me consolaste diciendo que las buenas personas no dejan que el rencor las envenene. Siento no haberte hecho caso. Te perdono, Milton. Creo que nosotros deberíamos hacer las paces también.

Miró a los investigadores, agradecida. Susan, Wilbur y Milton se volvieron traslúcidos. Su vínculo estaba roto y estaban listos para abandonar aquel lugar con Dora.

El suelo era ahora cada vez más sólido y polvoriento. Volvían a la normalidad. Dorothy, el Espantapájaros, el León y hombre de hojalata avanzaban ahora hacia una lejana luz en el horizonte del jardín, ahora sin muro ni vallas de ningún tipo. La niña se giró unos instantes antes de desaparecer en el cálido resplandor. No alcanzaron a oír nada, pero en sus labios se dibujó un «gracias».

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21/01/2025, 17:03
Tía Mildred

La luz se apagó, dejando paso a una ominosa oscuridad, tan solo atenuada por las bombillas de emergencia. Los investigadores se encontraban ahora en mitad de las ruinas, rodeados por un ejército de estudiantes y ogros confusos.

Alguno de los jóvenes aprovechó que los investigadores para apresarles con un hechizo, pero lo único que consiguió fue hacer un ridículo aspaviento. Los Carontes aún estaban allí.

Miss Midnight abrazó con fuerza a Killian, que sintió una extraña mezcla de frío y calidez cuando sus labios se encontraron.

¡Lo habéis logrado! —exclamó pletórica Tía Mildred—. Sabía que conseguiríais guiar a la pobre niña. Este lugar aún rebosa magia debido a las líneas ley, por lo que deberíais avisar al Centinela para que asegure la zona antes de que alguna de las otras facciones se le ocurra una idea de bombero.

Notas de juego

Doy una última ronda de impresiones y pasamos al epílogo, ^^

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21/01/2025, 20:28
Theodore "Muhly" Boudreaux

Al ver que la niña desaparecía junto al resto y que conseguían liberarla, Muhly soltó un suspiro largo tiempo contenido y se dejó caer en el asiento del teatro con cara de alivio. 

Ya estoy muy mayor para esta mierda —dijo mirando a Chernier con un resoplido y con la frente perlada de gotitas de sudor. 

Pero no pudieron disponer de mucho tiempo para congratularse y felicitarse por lo que habían conseguido. La tía Mildred les hizo saber que debían avisar al Centinela cuanto antes para que asegurara la zona cuanto antes. Muhly se levantó de nuevo soltando un quejido mientras se aupaba con las manos dándose impulso en las rodillas y palmeó con un inesperado vigor la espalda del músico. 

Vamos, no hay tiempo que perder. 

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22/01/2025, 00:00
Arthur O'Kellan

El bueno de Arthur O'Kellan no comprendía muy bien que era lo que acababa de pasar, pero eso realmente tampoco le importaba demasiado, lo que sí estaba claro es que aquella pequeña niña que tenían que ayudar había sido ayudada gracias al trabajo en conjunto de todos los investigadores.

-Adios, pequeña... -Se despidió de ella levantando tiernamente una manaza hacia ella antes de este girarse hacia su primo- Creo que... lo he hecho... ¿Bien?. Volvamos junto al señor de las golosinas, seguro que nos da las gracias o mejor aún... más chucherías...

El grandullón mostró sus bolsillos, enseñando un preocupante número de chucherías, siendo este un total de 0. Por eso lo preocupante.

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23/01/2025, 23:23
Killian Brown

Cuando Killian vio que el Historiador intentaba levantar el hacha, no pudo evitar dar un paso hacia atrás y levantar el arma levemente. Pero fue eso, algo leve, porque estaba claro que el viejo no tenía fuerzas para luchar. Como un hechizo que se estaba desvaneciendo, el artero Hombre de Hojalata parecía haber perdido toda malicia y lo había allí era un viejo arrepentido, dolido y triste. Al ver el hacha cayendo, el irlandés sonrió de lado. No estaba del todo terminado, pero era un avance. Un avance que merecía un brindis.

Dejó que el rifle de asalto colgara de su sujeción, pero aún sostenía el dibujo en su mano. La escena realmente lo conmovió, aunque luego no fuera a admitirlo. Lo habían logrado, y sin derramar una gota de sangre. Las armas no habían valido de algo. Sí las argucias y la investigación. Sí el amor y el perdón.

El ensimismamiento fue roto por aquel beso que no podía catalogarse como tibio: era tanto gélido como frío. Y devolvió el beso con gusto, abrazándola, aún con el dibujo en una mano. No estaba seguro de salir vivo de aquel trance, y ahora podía decir que seguiría en ese estado... y que podía disfrutar de aquella mujer que había conocido.

Cuando se separaron, y Killian escuchaba a Tía Mildred, dobló el dibujo y se lo guardó en uno de sus amplios bolsillos. Sería un buen recuerdo, uno mucho mejor que otros atesorados de trabajos anteriores. Miró a Miss Midnight con una sonrisa leve, pero cargada de significado, no sería la última vez que se verían. Se acercó a los demás investigadores.

—¡Bien hecho, primo! —le dijo a Arthur dándole una fuerte palmada en la espalda. Era la única forma de que lo sintiera.

—Muhly tiene razón, avisemos al Centinela antes de que alguno quiera pasarse de vivo con este lugar —secundó, al tiempo que volvía a cerrar la gabardina reforzada, ocultando el rifle de asalto.

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04/02/2025, 19:49
Narrador

Horas después, en las ruinas se reunían representantes de las facciones del inframundo neorleanés. La misteriosa Madame Colette, la vampiresa Madame Lafitte*, la tía Mildred y el Centinela Zack Wolfskin. La muerte de Higgins, el Historiador, había dejado un vacío de poder en la ciudad. Aquel insensato había forzado el despertar de cientos de estudiantes y profesores de la Universidad de Tulane. ¿Qué pasaría con todos esos nuevos magos?

Por otro lado estaba el tema del lugar de poder. Hasta el momento había sido una zona neutral, pero todos concluyeron en que lo mejor era que los Carontes se ocupasen de mantener alejada a los curiosos de las profundidades de las ruinas, mientras que los vampiros del clan Lafitte se encargaban de vigilar los pasadizos secretos**.

También se convino que los nuevos despertados de Tulane conformasen su propia facción, si lo deseaban, bajo la tutela del Centinela.

Los investigadores observaban la reunión con una mezcla de tedio y agotamiento. Era algo anticlimático terminar aquel dramático caso con politiqueo, pero así era el inframundo. A su lado estaba también Diana que, como de costumbre, aparecía de sopetón, acompañada por Miss Midnight.

Esto va para largo. Será mejor que os vayáis a dormir —dijo Diana, con su habitual monotonía propia de los hombres y mujeres de negro.

* * *

Pese a la promesa del Centinela, éste no pudo atenderle por días enteros. La excusa era siempre la misma: papeleo y reuniones con peces gordos. Al menos se habían ganado unas buenas vacaciones.

Notas de juego

*Que aunque colabora económicamente con el Consejo de las Sombras, prefiere que su clan goce de ciertas libertades como facción independiente.

**Y así, de paso, controlaban el tráfico de sangre por una ruta segura alejada de miradas indiscretas.

 

FIN DE LA ESCENA. Continuamos en el epílogo.