Partida Rol por web

Miro fijamente a Lugh un momento, no tenia mucho sentido ya ocultarlo, pero aun asi no quiero hacerlo

Mmmmmm… mañana te contare todo ¿si? Ahora quiero dormir

Me vuelvo acostar mirando hacia el otro lado, algo mas triste por lo sucedido, ya que presiento de alguna manera que perderia la confiansa de Lugh, aunque el de seguro no lo demuestre.
Si le digo que soy Laicos va a empezar a seguirme, o al menos eso me dijo… no estoy segura de lo que piensa hacer conmigo…me da algo de miedo

 Lugh se enfurruñó, y pareció a punto de decir algo. Pero al final decidió dejarlo, y encogerse de hombros

Vale, tú ganas. Mañana me contarás lo que sea. Eso sí... Se acercó disimuladamente, y acto seguido cogió la carta con rapidez, mientras sonreía juguetón Me quedaré esto para asegurarme de que no te vas. Ya sabes Puso una voz algo teatral Aún no sé si eres Laicos, y debo encargarme de que esta carta llegue a su legítima propietaria...

Se sentó junto a Luzavela, fuera de la tienda, y se cruzó de piernas

Te prometo que no la abriré. Y así me aseguraré de que no escapas cuando esté dormido ¿Trato hecho?

Acercó una mano para estrechársela a la joven, con una mirada amistosa

En un momento de descuido Lugh aprovecha mi defensa baja y me arrebata la carta de mi mano inmediatamente y solo puedo ver impotente como este me chantajea con eso

¿Que te hace pensar que escaparia por una cosa como esta? Realmente eres tonto…

Estrecho su mano desinteresadamente dejandole en claro que no escaparia para luego volverme a recostar

Ademas podria sacarte la carta mientras estes dormido y ni te darias cuenta –Le respondo ya de espaldas ahora intentando dormir

 ¡Ja! Eso habría que verlo. Soy el más rápido de esta región, y nada escapa a mi vista de lince

Echó la cabeza atrás y se rió de forma algo fanfarrona, mientras colocaba las manos en sus caderas. Minutos más tarde, estaba tumbado junto a la tienda, arropado por el silencio de la noche. No tenía demasiado sueño, y tampoco pensaba dormir mucho: No necesitaba más que una hora para estar como nuevo, y antes quería asegurarse de que su amiga estuviera bien dormida. Se escondió la carta en el pecho, junto al corazón, y luego cambió de posición, revolviéndose en el sitio. A pesar de que toda su vida había virado radicalmente al encontrarse con Luzavela, no estaba preocupado. De alguna manera sentía que, aunque esa fuera a la chica que había estado buscando, no por ello dejaba de ser también la patosa aventurera que había encontrado horas antes, perdiendo todas sus pertenencias según caminaba por el bosque

Miro al cielo, y sus ojos se llenaron de nostalgia ¿Que estaría haciendo su abuelo en ese momento? ¿Que diría cuando se enterara de que Lugh había encontrado a Laicos por su cuenta? ¿Volvería a encontrarse con él?

Luz... Susurró ¿Sigues despierta? No habría pasado más que un cuarto de hora, pero al chico le costaba mantener la boca cerrada durante tanto tiempo

¿Mmmhhhrrghh?

Se escucho el murmullo desde la tienda de Luzavela confirmando que si esta despierta… aunque no por mucho tiempo, tambien se puede notar claramente como esta cansada de escucharte hablar tanto tiempo.

 Lugh observó a las estrellas, que se asomaban entre los árboles como ojos parpadeantes devolviéndole la mirada. Esa vez sí que notó el cansancio de Luzavela, así que rápidamente se arrepintió de haberla molestado. Pero ya era tarde, y quedaría un poco mal no decir nada, así que terminó su frase, formulando la pregunta que había aparecido en su mente hacía ya unas horas

Como... ¿Como es tener una hermana? ¿Como te sentiste cuando te enteraste?

A lo lejos, el lejano ulular de un búho. Las brasas del fuego, aún crepitando, completaban la sinfonía. La oscuridad les devolvía la mirada

Por unos segundos el campamento vuelve a estar en silencio. La pregunta me toma por sorpresa y me plantea algo que nunca antes habia pensado

Mmmhh…
Pienso aun con vos de dormida para luego dejar al silencio entrar otra vez

Supongo que… no lo se… ni siquiera se si realmente es mi hermana… no se que somos la una de la otra, pero según me dijieron tenemos algun parentesco… Quiero averiguar si es verdad

Respondo entre sueño y hablando pausadamente
Aunque no lo fuera quiero averiguarlo de todos modos

Al menos –largo bostezo- si vienes conmigo no me voy a aburrir tanto…

Vuelvo a acomodarme en la tienda para poder dormirme de una vez

Luego de eso callo en un profundo sueño y por mas que intentaste volver a hablar con ella no te volvio a responder.

El lugar quedo en un perfecto silencio, y lo unico que se escuchaban eran los grillos de la noche, el pequeño fuego ya casi extinto hacia graciosas figuras antes de apagarse y luego el cielo estrellado y la luna llena iluminaron el lugar. La tranquilidad del lugar te cautivo y te hizo de cuna mientras caíste rápidamente en un rapido sueño.

Sientes como si solo hubieras pestañado que cuando abres nuevamente los ojos ya es de mañana y el bosque esta teñido del tipico color celeste de la mañana. El suelo esta muy frio por el rocio y la niebla. Luzavela sigue alli durmiendo en la misma posición que la viste por ultima vez, aun roncando como un bebe totalmente indefenso

 Lugh se desperezó, cansado, y luego se incorporó mientras se rascaba la cabeza. Tenía un par de legañas pequeñas en los ojos, a pesar de lo poco que había dormido, algo bastante común en él, así que se frotó los ojos para quitárselas. Bostezando, se acercó hacia su mochila evitando hacer demasiado ruido; No quería despertar a su compañera

Observó su odre de agua durante unos segundos. Estaba casi vacío, así que sería mejor ir pensando en rellenarlo. Cogió el recipiente, y luego anduvo hacia un claro cercano, lo suficientemente lejos del campamento como para no despertar a Luzavela, pero lo suficientemente cerca como para no perderlo de vista, mientras hacía unos ejercicios simples con brazos y piernas para entrar en calor y desentumecer sus articulaciones. Acto seguido se arrodilló frente a la roca más grande que vio, y cerró los ojos en actitud de rezo, tal como le había enseñado Elisedd años atrás

Espíritu de la roca, espíritus del río y de la tierra. Os pido que atendáis a mi humilde ruego, y traigáis el agua a la piedra

La bufanda del viajero se agitó, y acto seguido una de sus puntas salió volando directa contra la roca. Al chocar contra ella se produjo un suave sonido, parecido al del metal chocando contra la piedra, y luego comenzó a brotar agua del lugar en donde había golpeado la bufanda, que ahora se replegaba de nuevo alrededor del cuello de Lugh como si de una serpiente se tratase

El chorro no era demasiado intenso, pero le sirvió para llenar el odre antes de que volviera a inclinarse para finalizar el hechizo. Pidió a los espíritus de la naturaleza que cesaran en su ayuda, y el agua dejó de manar, quedando debajo del lugar donde había aparecido el manantial un charco embarrado. Lugh volvió al campamento para comprobar que Luzavela no se había despertado, y dejó el recipiente de nuevo junto a su mochila, antes de sentarse para terminar de despejarse

Arriba, la luz del sol, que aún estaba asomándose por el horizonte, se filtraba entre las ramas, acariciándole el rostro, cada vez más cálida y palpable. El chico cerró los ojos y se dejó llevar por la sensación del bosque, que parecía respirar a cada latido que daba su corazón, como si estuviera sincronizado con el propio cuerpo del chico. Al igual que él, los animales comenzaban a despertar, y la vida volvía a su ciclo diario. Las criaturas nocturnas se escondían, el resto salían a la luz. El eterno devenir de la vida

Se acordó de la carta de Luzavela, y la extrajo de su pecho ¿Que pondría en aquella misiva? No pudo evitar acordarse de la propia carta que a él le había dejado su maestro. Rebuscó entre sus pertenencias, y allí la encontró, con la misma caligrafía corrida y nerviosa de siempre. El último recuerdo de su abuelo

Algo está creciendo entre las sombras. Algo maligno

¿A qué se refería su abuelo con esas crípticas palabras? ¿Y qué tenía que ver Laicos con todo eso? Pensó que quizás sería adecuado compartir con la chica su propia carta más tarde, puede que ella pudiera deducir algo más, si era realmente el Laicos. Pero si lo era... ¿Qué haría? De repente, sentía un extraño vértigo en la parte baja del estómago, como si estuviera cayendo desde un precipicio. Había pensado muchas veces que haría cuando encontrara su objetivo, pero nunca le había dado demasiada importancia. Ahora que lo tenía delante, no sabía muy bien cómo comportarse ¿Qué se suponía que esperaban de él?

Ah, bueno, sí. Se le había olvidado que nadie esperaba nada de él. De hecho, se había embarcado en esa aventura solo. Suspiró, y luego miró la carta que aquel extraño había dejado a Luzavela. Allí habría respuestas, respuestas a sus preguntas... Pero no, no debía de abrirla sin consultarlo antes con su propietaria. Su abuelo le había enseñado ciertos códigos de conducta, y debía de ser fiel a ellos: Luz era la dueña de la carta, y por tanto ella debía ser la primera en leerlo

Para evitar esos oscuros pensamientos, decidió ocupar su mente con alguna otra cosa. Quizás podría buscar algunos frutos secos o carnosos que conociera para prepararle a Luzavela un rico desayuno. Quién sabe, quizás incluso encontraba un par de huevos o algún conejo. Aún le quedaban un par de raciones de viaje, pero no debían de estar muy buenas, y quería darle una sorpresa a su nueva amiga. Así que, evitando alejarse mucho, intentó encontrar algo decente... Siempre desde sus propios gustos a la hora de comer, claro esta

Decides por dar una vuelta por los alrededores y conseguir algo de desayuno y sorprender asi a la bella durmiente. Ya que tenia una cosa importante que decirte quizas le sea mas facil si le llenas el estomago con un buen desayuno.

Empiezas a caminar por el bosque mirando y escuchando a tu alrededor. Tu manera de caminar tan natural por el bosque te hace poder apreciar las maravillas de este de un modo que una persona normal no podria hacerlo.
Ves una lechuza que dormia placidamente sobre las ramas de los arboles sin percatarse de tu presencia; ves la gracia de una ardilla moviendose entre las ramas sin hacer el minimo ruido para llegar a una bellota. Ves como los arboles fueron creciendo libres y sin modificaciones de maneras muy diversas y ahora son el hogar y alimento de los animales. Incluso ves una familia de ciervos que caminaba tranquilamente por el bosque, como si estuvieran disfrutando el momento en familia y no existieran predadores… Tu manera de ver el bosque es unica y maravillosa, pero la gente normal no sabria apreciar eso

En tu camino encuentras de todo. Entre multitud de frutas secas, nueces, peras y hasta higos. Tambien pudiste escuchar varios animales pequeños moviendose por ahí, que podrian ser una excelente presa. Quizas sean conejos, liebres… o quizas un jabali

 Parecía que era su día de suerte, ya que el bosque respondía a su llamada como si el chico no se tratara más que de una extremidad de este, un predador más en la cadena alimenticia que se compenetrara con sus hermanos para mantener el equilibrio de la madre natura. Quizás eso era lo malo de ser él: A veces, no sentía más que ser un animal más, una parte de ese maravilloso mundo salvaje y virgen. Otras, era humano, y se alejaba de toda clase de instinto o naturaleza intrínseca, retomando las tradiciones que Elisedd le había enseñado. La mayoría del tiempo, era algo entre medias. Por suerte, ya había tenido suficientes momentos de duda y confusión a lo largo de su infancia como para haberse adaptado a esa clase de vida, y ya hacía mucho que no sufría una crisis de identidad. Simplemente, había aceptado quién era: Un viajero entre dos mundos, perteneciente a ninguno, y a los dos a la vez. Extraño, desde luego. Y suficientemente complejo como para que la inquieta mente de Lugh decidiera interesarse por temas más interesantes

Esa vez decidió no cazar ningún animal. Quizás lo habría hecho si hubiera tenido menos suerte, pero había mucha gente que no gustaba de comer carne nada más levantarse, y no veía necesario sacrificar un animal si no era necesario. Recogió algunos frutos secos de aspecto apetecible, y luego se decidió a llevar un par de higos, por si acaso. Al final pensó que lo mejor era coger también una pera, ya que no sabía cuales eran los alimentos preferidos de Luz. Eso sí, se preocupó de buscar los frutos que ya estuvieran maduros, dejando los otros en su lugar

A la vuelta, vio algo que le llamó la atención y le agradó a partes iguales: Un nido. No estaba a mucha altura, y no le costó nada subir para comprobar cuantos huevos había en él. Seis. Cogió dos y dejó a los otros afortunados polluelos en el nido. La madre no parecía encontrarse por los alrededores, y aunque hubiera estado cerca habría podido espantarla sin mucho problema. Contento con todas sus "presas", se decidió a volver al campamento, esperando encontrarse allí a Luzavela, probablemente ya despierta. Seguro que se le haría la boca agua al ver el sabroso desayuno de Lugh

Al llegar al campamento ves que Luzavela sigue durmiendo en la misma posición que la viste por ultima vez y aprovechas esta oportunidad para hacerle el desayuno sorpresa dejando los huevos para el final por que quizas se despertaría por el olor a comida.

Usando algo del infinito equipo que trae muchacha empiezas a preparar las cosas. Preparas los frutos secos y los ponen en un bol. Pelas las demas frutas, las cortas y las presentas en un pequeño plato bien preparado y por ultimo preparas los huevos que conseguiste en una sarten.

El olor de los huevos hacen sonar el radar de Luzavela la cual se levanta como si fuera un resorte y mira hacia todos lados desorientada. Si antes pensabas que estaba despeinada es por que no la viste recien levantada, su pelo es un desastre y su cara es similar a la de un zombie, aunque a ella no parece importarle y se te queda mirando fijo con los ojos entrecerrados

Intento ver que es lo que esta haciendo, pero no puedo ver con claridad ya que recien me levanto
que… … … ¿que estas haciendo? –le pregunto aun mas dormida que despierta

Me pongo las botas sin atarme los cordones y camino arrastrando los pies hasta donde esta Lugh para terminar sentandome pesadamente sobre el suelo mientras pego un larguísimo bostezo y miro lo que hizo
mmmmm… ¿Vas a comerte todo eso?

Veo cosas que nunca antes habia comido, y me llaman la atención para darles un mordisco, pero no me gustaria arruinar su desayuno. Mientras tanto aprovecho que mi mochila esta cerca y saco mi peine grueso y peinarme como es de rutina

 Lugh sonrió, y le acercó el plato

No. Yo ya he comido un poco. Lo estaba preparando para ti

Miró los huevos, algo dubitativo

No sé si te gustarán... He usado tus instrumentos de cocina, porque yo no tenía. Espero que no te importe...

Pensó en ofrecerle agua de su cantimplora para que se lavara la cara, pero al final se contuvo. Quizás la chica lo interpretaba mal, o como una pequeña burla a su aspecto. Ahora que lo pensaba, suponía que él debía ofrecer una imagen similar

¿Uuuuumhh?
Sorprendida por tu iniciativa pero aun dormida hace un gesto de sorpresa con su cabeza mientras lleva su mano hacia uno de los higos cortados y lo lleva hasta sus labios pero antes de comerlo lo olfatea un poco. Luego se lo hecha a la boca y lo mastica un par de veces hasta que hace un gesto de desagrado y se lo saca de la boca

¿Pero que es esto? –pregunta mirandolo aun con gesto de desagrado para luego dejarlo cerca de donde lo saco- Voy a ir por lo seguro

Con confianza agarra el plato con el huevo frito y empieza a comerlo
mmm… sabe raro, no se como… pero sabe diferente, aunque no esta mal. De hecho hacia mucho que no comia algo rico… o mas bien no feo –intenta alagarte aunque le costara hacerlo de una manera sincera

 Me alegro de que no te sepa mal

Lugh sonrió, y luego ofreció algo de agua a Luzavela: Probablemente estaba sedienta, y además querría lavarse la cara (o al menos al chico se lo parecía). Observó como desayunaba con una sonrisa, alegre de que la joven no hubiera rechazado su desayuno. A decir verdad, Lugh no era ningún chef ni nada parecido. Nunca había tenido necesidad de preparar platos demasiado deliciosos, y aunque conocía algunos trucos que Elisedd le había enseñado, probablemente sus platos serían cuanto menos criticados en cualquier taberna de cierta calidad

Pensé en cazar algún conejo, pero hay gente a la que no le gusta comer carne para desayunar Hablaba distraído, como si tuviera la mente en otra parte, aunque en realidad este efecto no era más que una manía que el chico había adquirido con los años Come lo que quieras: Aún hay mucho camino hasta Lucrecio

Parecía que el chico aún daba por supuesto que iban a continuar juntos. No se dio cuenta de ese pequeño detalle hasta que Luzavela terminó de desayunar, momento en el que se dispuso a sacar la carta de su pecho. Y entonces recordó todo lo ocurrido la noche anterior, y sonrió, expectante. No dijo nada. Simplemente le entregó la carta, aún sin abrir, a la joven, y luego se apartó para que esta tuviera espacio para leerla

Sí, quizás aquella chica era Laicos. Y quizás era él objetivo que había estado persiguiendo durante aquellos últimos meses. Pero no por ello dejaba de ser una persona. Ni tampoco era razón suficiente como para invadir su privacidad

Incluso a pesar de que aquella carta hubiera sido enviada por un extraño tipo con pinta de fantasma y un ataúd flotante a sus espaldas. Lo cuál no dejaba de ser curioso, como poco

Cuando Lugh me entrega la carta la agarro sutilmente y la abro sin detenerme en ningun momento pero sin prisa.

A medida que voy leyendo la carta mi cara va cambiando a diferentes estados de animo, sorprendida, feliz, preocupada, todas estas disimuladas por el sueño aun vigente. Cuando termino de leerla alzo la mirada y me doy cuenta que mi compañero se habia apartado para darme algo de espacio, a lo que le hago una seña con la mano para que se acerque nuevamente

Escuchame, ir a Du’ Lucard ahora es una terrible idea, aun asi quiero ir a Lucrecio ya que es el unico lugar donde puedo empezar, asi que deberia ir a Malakai ¿Sabes llegar ahí? ¿O tendremos que ir preguntando?

 Eh, eh, eh, eh... Para el carro

Lugh alzó sus manos, como invitándola a que se relajase. Luego esbozó una sonrisa

Iremos a donde haga falta. Pero antes, creo que me debes una explicación. Porque esa carta está dirigida a Laicos. Y supongo que no me dejarás leerla. Así queeeeee...

Se sentó junto a la chica, cruzando sus piernas en la posición del loto, mientras ensanchaba su sonrisa

Te escucho

Quería saber muchas cosas: ¿Quién era ella realmente? ¿Qué hacía allí sola? ¿Qué es lo que buscaba, y porque ahora quería cambiar de ritmo? ¿Quién era su hermana? ¿Por qué esa noche había aparecido un hombre tan extraño como ese llevando una carta para ella? Preguntas, preguntas y más preguntas. Pero no quería atosigarla. Así que decidió dejarle espacio para que ella comenzara con su explicación. Luego él intentaría llenar los huecos vacíos

¡Bueno bueno! ¡Esta bien!
Respondo enojada por la iniciativa del joven, haciendome sentir como un raton en la boca de un gato sobre la esquina de una habitacion

Si, es verdad, me llamo Laicos, pero no tengo ningun padre que me alla dado ese nombre ¡Ni los recuerdo! Por alguna razon la gente me llama asi, y eso solo me trajo problemas

¿Por que no puedo llamarme como una chica normal? Y por mas que lo intento la gente sigue buscando a Laicos por algun motivo y siempre va a ser asi… lo odio
No eres la primera persona a la que le cuento esto, pero que eres la persona mas ingenua y inofensiva con la que trate es obvio, por alguna razon eso me da confianza para decirlo. Aparte, si es cierto lo que dices me terminarias ayudando si tengo algun problema… (o al menos eso espero)

suspiro hacia un costado como si me hubiera sacado un peso enorme de encima, aunque siento como si el peso volveria cuatro veces mas fuerte por haber dicho mi verdadero nombre… o al menos eso creo
¿Qué… que piensas hacer algo?

Pregunto temerosa mientras un escalofrio recorre mi espina

 Lugh no dijo nada durante la explicación de Luzavela. Se mantuvo quieto, aunque poco a poco iba sonriendo, más y más, y cualquier persona con una mínima capacidad de observación podría haber deducido que estaba conteniéndose... ¿De qué? Sus músculos estaban en tensión, e incluso sus cabellos parecían erizarse por momentos. Como si fuera a explotar. Entonces su compañera finalizó su pregunta, y el silencio llenó el lugar durante un par de segundos

La duda desapareció. Acto seguido, Lugh se levantó bruscamente y comenzó a saltar de alegría

¡SIIIII! ¡HE ENCONTRADO A LAICOS! ¡POR FIN HE ENCONTRADO A LAICOS!

Rió. Y bailó. Incluso hizo alguna pirueta. Estaba totalmente fuera de sí, como si le hubieran dado la mejor noticia de su vida, lo que, probablemente, no era del todo mentira. Este estallido de felicidad duró un par de minutos, hasta que Lugh, recuperando el control tras finalizar una breve cancioncilla improvisada (cuya letra coincidía casi completamente con la frase "He encontrado a Laicos" repetida de forma periódica y constante), se sentó en el suelo, aún riéndose y mirando a la chica como si esta fuera la persona más importante del mundo

¡Ja! No creí que fuera a ser tan fácil, ¿sabes? Me refiero a... ¿Sabes cuantas personas hay en el mundo...? ¡Pero si creía que el Laicos era un objeto hasta esta mañana! ¡Y de repente, aparece frente a mí como si alguien la hubiera colocado ahí aposta! Eso es tener suerte, vaya que sí

Volvió a reir. Y luego, recordando algunas de las normas de comportamiento que Elisedd le había enseñado, intentó calmarse un poco. Algo difícil, pero no imposible, al fin y al cabo. Sonrió enseñando los caninos, un gesto bastante común en él, y su expresión se volvió algo pícara

Seré sincero. Tú lo has sido conmigo, así que no veo porque no tendría que serlo yo también contigo

Hizo una pausa, y tomó aire

Tranquila, no voy a hacerte nada. Es más, pienso pegarme a ti como una lapa. Vayas donde vayas, iré contigo. Aún no sé porque mi abuelo te buscaba, pero sé que eres importante, y no voy a dejar que te ocurra nada. A partir de ahora, puedes considerarme tu más fiel guardaespaldas... O el compañero más pesado que hayas tenido nunca. Según como quieras verlo

Rió, divertido. Apenas se dio cuenta de que había volcado algunos bártulos de cocina (ya vacíos) en su estallido de felicidad

La verdad, no tengo ni idea de donde está mi abuelo. Así que, hasta que tenga una ligera idea, no tengo ningún problema en acompañarte a donde vayas, y ayudarte en lo que me pidas. Soy tu más humilde sirviente

Hizo una reverencia, y luego volvió a reír. Aún así, ya se le notaba algo más tranquilo