Partida Rol por web

Martes. 13 de Marzo.

Hoy había sido un día relajado para Jake. La universidad no era difícil para él, y le gustaba su carrera, y para mejor, los días martes salía temprano. Había pasado la tarde holgazaneando un poco después de que el día lunes fuera bastante pesado para él. Cerca ya de las 8 de la noche, decidió que debía ir a pasear a Momou.

Momou se había vuelto un perro grande y fuerte, y a veces le extrañaba un poco como se mantenía tan calmo para ser un perro tan grande. El desde pequeño no pensó que Momou fuera a crecer tanto, pero después de un año se notaban claramente las diferencias. Momou era un perro bastante manso, de hecho, rara vez se ponía a ladrar, y cuando lo hacía, normalmente era a gente que realmente te daba mala espina, algunos solían ser borrachos, otras veces, tenían claramente apariencia de matones o ladrones. Incluso algunas veces te había puesto nervioso cuando este se ponía a ladrarle grupos de personas.

Era una noche despejada cuando saliste con Momou. Las calles estaban muy bien iluminadas por el sector donde vivías, por lo que te relajaba salir de noche, además de que al ser de noche y no hacer tanto frío, era mucho mejor una caminata. Saliste a pasear con Momou  tranquilamente, pero después de quince minutos, paso algo que te llamó atentamente la atención. Pasaste en frente de un típico callejón por el cuál solías pasar en tu recorrido, pero al llegar a este, Momou se quedó parado como una roca. Lo miraste sorprendido pues el claramente estaba muy enfadado, pero al mirar en la dirección del callejón, no veías nada. Por lo que pudiste ver a primera vista, el callejón, al terminar, doblaba a la derecha.

El joven rubio miró a su mascota mientras se rascaba la cabeza:

-¿Estás bien chico?- dijo mientras se disponía a acariciar al perro.

De repente, el animal salió de su trance, tiró fuertemente de la correa que llevaba su amo, escapándose, y salió corriendo hacia el callejón ladrando agresivamente. El joven quedó perplejo al ver tal reacción por parte de su perro cuando sabía que era de lo más tranquilo siempre y nunca antes se le había escapado, conforme el animal se perdía al doblar la esquina Jake corrió tras de él.

-¡Momou! ¿Se puede saber qué te pasa, perro estúpido? ¡Hoy no estoy con ganas de hacer footing!- decía mientras se adentraba en la oscuridad del callejón a paso ligero, no le importaba qué hubiera ahí dentro, pero no podía perder a su mascota, era todo lo que tenía en aquel enorme contienente.

Ambas figuras se perdieron en el callejón.

Te cabreo muchísimo que tu perro haya salido corriendo como si nada. Te recordó una vez que salió corriendo de la misma manera todo para lanzarse sobre otra perrita, de la cuál casi tuviste que sacar a tu perro arrastrándolo. Al correr tras el dentro del callejón y doblar a la derecha, viste que unos quince metros más adentro terminaba el callejón. El callejón estaba formado por bodegas, por lo que no había nadie en el lugar. Te llamó mucho la atención cuando tu perro estaba ladrando a la muralla del fondo, a unos diez metros de esta. El callejón estaba medianamente iluminado.

Lo primero que llamó tu atención al llegar al lugar fue un fuerte olor del cual no podías explicarte que era, pues no lo recordabas, pero al llegar al lado de tu perro notaste que era ese olor. Había un fuertísimo olor a sangre. Buscaste su procedencia mientras los huesos se te helaban poco a poco. Cerca del final había un basurero de acero, pero al costado derecho de este (el costado que no veías) podías ver como un charco de sangre escurría por la calle...

El joven se aproximó al perro y cogió su correa para evitar que corriera en la otra dirección, ya se esperaba cualquier cosa, "¿Debería llamar a la policía?" pensó mientras sacaba su teléfono de su bolsillo, pero se podía leer perfectamente 'Sin Señal' en la pantalla de éste. 

Al descartar la opción de llamar desde el callejón se le ocurrió lo que a cualquier persona con dos dedos de frente se le ocurriría, salir del callejón y avisar a las autoridades. Definitivamente él no tenía dos dedos de frente, pues le ordenó a Momou que se quedara sentado esperando, se aproximó al contenedor y abrió la tapa sin pensarlo siquiera, su curiosidad le podía más que su escrupulosidad.

Jake se preguntó el porque de que el celular no funcionaba, quizás el callejón le provocaba estática, aunque era bastante extraño. Se acercó al contenedor lentamente mientras su perro se ponía cada vez más inquieto, pues tampoco dejaba de ladrar. Al acercarte y abrir el contenedor no encontraste nada, pero al acercarte a la fuente del charco...miraste una visión que te heló el corazón.

Hazme una tirada de voluntad dificultad +2

Jake no pudo soportar ver aquello, cayó al suelo de la impresión con su cara en la máximo grado de horror.

Jake caminó unos pasos hacia atrás luego de ver el cadáver de una mujer de pelo castaño, con unos grandes cortes en los brazos y el cuerpo, además de tener el torax perforado con una inmensa herida. Cuando estuviste al frente del cadáver te llegaron unas nauseas tremendas, al punto de que sentiste arcadas, mientras te retirabas más atrás temblado, pues la visión había sido lo más horrible que habías visto y realmente no estabas preparado para ella.

Tomaste un poco de aire cuando te hiciste para atrás, pero de repente, de la pared del fondo, viste como tres sombras comenzaban a salir de esta. Una por el medio de la pared, y la otras de ambos costados. Tenían la apariencia humana, pero eran mucho más altas, alcanzando los dos metros de altura, y en vez de manos, parecían tener unas garras, todo esto era lo único que podías notar en los detalles visibles de estos seres formados por pura oscuridad.

-Pero qué coñ... esto debe ser una alucinación, ¡claramente!

El joven impresionado cogió al perro por su correo y salió corriendo lo más rápido que sus piernas le permitieron.

Su visión estaba clavada en la esquina que tenía que girar para ver la calle iluminada, tratando de no mirar las sombras.

Comenzaste a correr con tu perro (al cual casi lo tuviste que llevar a rastras, porque no se movía) cuando las criaturas hicieron una especie de ''aullido'' a tu espalda, e inmediatamente sentiste que te empezaron a seguir. Cuando doblaste la esquina, viste a un tipo con la mirada fría, el pelo corto negro y un altura cercana a 1,8 mts. Cuando te fijaste bien, este llevaba un revolver en la mano, y a penas te giraste para ver a las sombras mientras corrías, este disparo.

Observaste como al pasar a este tipo, una bala impacto directamente en una de las sombras, provocando una especie de estallido de luz, mientras que las otras lo miraran y se lanzaran corriendo contra él. Lo observaste ponerse en posición de pelea, y como se preparó frente a aquellas extrañas cosas. La primera se lanzó contra él, pero este, esquivándola como si nada, la golpeo en el pecho, provocando que la sombra saliera estampada contra la pared, mientras que la última sombra se lanzó contra él, provocándole un corte bastante grande en el pecho, rasgando su polera y su ropa, a lo cual él respondió dándole un golpe de frente a la criatura, lanzándola varios metros más allá.

Cuando esto paso, la primera criatura a la que había golpeado se lanzó contra él, pero este ya tenía preparado un golpe en su cara, provocando que la criatura desapareciera en un estallido de luz. La última criatura volvió a dar al hombre, haciéndole un gran corte en el brazo, al cual respondió con ira, dándole un golpe tan fuerte que hizo desaparecer a la criatura de un solo golpe. Todo esto lo observaste sorprendido, pues jamás habías visto a alguien con esas habilidades frente a ti.

El hombre te mira con una sonrisa, mirando sus heridas, y te responde;

-Tu no tenías como salvarte de aquellas sombras, muchacho, ni si quiera, aunque supieras defensa personal habrías podido defenderte. Me vendrá bien tu ayuda en tratar mis heridas si es que eres estudiante de medicina pues, aunque he estado mucho peor. Ven, sígueme, tenemos mucho que conversar…-

Dijo, mientras te guiaba a la salida del callejón. Cuando tuviste la intención de irte, te dijo;

-Debes acompañarme, pues estás en peligro…las sombras no iban por aquella muchacha…iban por ti. –

Dijo, en un tono mucho más serio.

El joven se paró en seco al oír aquello: "¿Venían a por mí?","¿Qué tengo yo que quieran ellos?"... Miles de pensamientos le rondaban la cabeza mientras se giraba para mirar a aquel hombre.

-¿Dices que venían a por mí?¿Pero qué .... qué tengo yo que ellos quieran?...- respondió el joven tras mucho pensar.

-De acuerdo, vale, iré contigo, pero antes déjame que me encargue de tus heridas-. Decía el joven mientras se acercaba a su salvador.- Pero si me dices algo raro ten por seguro que me encargaré de que no me vuelvas a ver.- Miró por encima del hombro al que ahora sería su primer "paciente".

El hombre te miro con otra de sus sonrisas. Te resultaba un poco tragicómico, pues el tipo, a pesar de estar bastante herido, se veía que ni notara las heridas. Te miró y te dijo;

-Será algo que averiguaremos muy pronto, pero para eso, deberás acompañarme. –Dijo, mirándote más serio. Cuando le dijiste que te dejara ver las heridas negó con la cabeza y te dijo – No es el momento, antes debemos alcanzar mi refugio. Esta solo a un par de cuadras de aquí, y si seguimos por los callejones no nos demoraremos mucho en llegar, tenemos suerte de estar cerca…la pobre chica que murió no morirá en vano, pero tenemos que salir de aquí antes de que alguien más se dé cuenta de que la han asesinado y que llegue la policía. Vámonos. –

Dijo, y sin esperarte, comenzó a trotar, mientras te señalaba el camino.

El joven quedó estupefacto ante la reacción de aquel hombre: "¿Con tantas heridas y se preocupa primero por mi seguridad? ¿Qué le pasa? Está mal, sin duda. 

-Bueno Momou, parece que tenemos que ir con él.-Dijo el joven mientras se agachaba para mirar al perro más de cerca.- Si en cualquier momento hace algo raro..., ¿tú le atacas no?.-sonrió a su mascota. Momou solo torció la cabeza y emitió un lloriqueo muy sordo, normal, ese perro nunca atacaría a nadie, prefiere mover la cola y dormir.

-Perro vago, no tienes remedio.- el joven se incorporó y se dio cuenta de que aquel hombre se alejaba sin mirar atrás.- Oye, espera, no vayas tan rápido.- Jake se aseguró de tener bien cogida la correa de Momou y corrió para alcanzar a aquella sospechosa persona.

Gabriel trotó mostrándote el camino, y antes de darse cuenta, habían llegado a una casa con un aspecto bastante interesante. Podías ver símbolos cristianos, principalmente cruces en todos lados de la casa, así como también tenía una gran cruz en la entrada de la casa. Una vez allí, Gabriel te miró y te dijo;

-Entra, antes que alguien me mire raro por las heridas. –

Dijo. Observaste que ya estabas en una zona mucho más poblada que antes. El hombre llevaba su chaqueta doblada sobre sus heridas, ocultándolas de una manera bastante simple, pero también se movía bastante rápido, evitando las miradas más observadoras del lugar. Antes de entrar te dijo;

-Mi nombre es Gabriel Harris…y mi profesión…un poco complicada. Ya te explicaré todo adentro, acompañame. –

Dijo, abriéndote la puerta y dándote paso dentro de la casa.

Jake miró tantos iconos religiosos que no pudo evitar pensar: "Espero que no sea un fanático, odio hablar sobre la fe":

-Mi nombre es Jake Inukami.- Respondió al que ahora sería su anfitrión.- Espero que no te molesten los perros, Momou es muy tranquilo, pero si quieres hablar conmigo deberás soportarle.- Afirmó mientras cruzaba por la puerta de la casa de Gabriel seguido por Momou.