Partida Rol por web

Erika se lanzó sobre la colección de armas de corte que había en el lugar, lamentablemente, parece que solo un Inquisidor, o muy pocos, se habrían hecho cargo de manejar cuchillos arrojadizos alguna vez, por lo que solo había tres de ellos, con forma de cruz y dibujos en su hoja. Tendría que recuperarlos de los cuerpos de los enemigos que matara para poder seguir usándolos, o terminaría quedando desarmada rápidamente.

Jake por su parte tomó una pistola, y guardando dos cargadores para esta, busco entre los rifles que había en el lugar, para finalmente elegir un G39, un rifle de asalto muy versátil que le serviría bien en combate, sobre todo porque sus modos de combate le facilitarían el acertar. Sumire por su parte decidió ir directamente a lo que sería la zona médica de la sección, viendo diversos kits de medicina, desde básicos, hasta los que ella estaba buscando, grado militar, lo suficiente para salvarle la vida en combate a cualquier persona. Una vez lo tomó, se aseguró de tener una pistola de 9 mm y decidió seguir al resto.

Gabriel asintió una vez que ustedes estuvieron listos, y comenzó a guiarlos a través de los intrincados pasillos del bunker. Gabriel no parecía impresionado, pero ustedes se daban cuenta de que ese lugar tenía detalles exquisitos, murales en piedra de fabulosos combates, fabulas en cada rincón, detalles de ángeles, cruces, y santos en muchos lugares. Cuando llegaron al primer piso, notaron como se oían los disparos en distintos lugares. Cruzando una esquina, y caminando por un largo pasillo, finalmente, tras cubrirse en una pared, observaron algo que los asustó bastante.

Al menos había diez inquisidores muertos en el piso, con muchas heridas de bala, habían sido masacrados. Cuando ustedes legaron el último de ellos calló muerto ustedes observaron que cerca de la entrada, avanzaban cinco soldados armados con metralletas, y tras de estos, iba un soldado…o mejor dicho, una armadura andante como nunca la habían visto, con una gran metralleta. Atrás de ellos se escucharon disparos, por lo que aparentemente, estaban siendo atacados por atrás.

Se sintió excitada ante la proximidad del combate. Ya ha empezado, están en nuestro camino.

A por ellos chicos, no les deis piedad. Susurró mientras se lanzaba en una voltereta y proyectaba uno de los cuchillos hacia el primer soldado.

No lo siento, mercenarios. No estimo a la Inquisición pero deberíais haberlo pensado antes de interponemos entre unos cazadores y la salida.

Avanzamos por innumerables pasillos. Al principio intento memorizar el camino pero al cabo de un rato desisto.

Confió que Gabriel sepas por donde vamos, por lo menos yo no tengo ni idea de donde estoy dentro de este complejo subterráneo.

He colgado el fusil a mi espalda avanzando empuñando la pistola junto a los demás. Cuando nos encontramos los cadáveres de los inquisidores no tardo en ver también a sus atacantes y el extraño ser que los acompaña empequeñeciéndolos.

Guardo mi pistola y de los nervios se me cae el fusil al suelo estropeando lo que tenía pensado de apuntar cuidadosamente para asegurar el disparo. Teniendo que limitarme a disparar cuando lo recojo del suelo.

– Lo siento, – digo todo avergonzado y costándome mucho hacerlo por mi orgullo.

Con lo más básico para una batalla, salí detrás de mis compañeros de la armería y seguimos a Gabriel por el laberinto de pasillos. Estaba claro que conocía el lugar, pues nos llevó por los corredores sin titubear. Al llegar a una esquina, pudimos observar un espectáculo dantesco. 

No sentía mucha simpatía por los inquisidores pero aquello era un masacre. Observé con cierto miedo a los soldados que avanzaban como mensajeros de la muerte y me pegué más a la pared apretando la pistola entre las manos. Especialmente el último de ellos parecía muy peligroso. ¿Cómo demonios íbamos a salir de allí con aquellos soldados en la entrada y las armas que llevábamos?

Permanecí en silencio en mi posición, mientras veía a mis compañeros lanzarse al ataque. Intenté concentrarme calculando la distancia a la que se encontraba el más próximo de los soldados, pero el nerviosismo me jugó una mala jugada y lo único que conseguí fue perder unos segundos preciosos.

Todos sentían la adrenalina comenzando a correr por sus cuerpos. Confiando en que detrás de ese grupo de asesinos habría una salida, comenzaron a actuar. Gabriel se lanzó de un gran salto al pasillo del otro lado, y quedó apuntando directamente a los enemigos con su escopeta, preparándose para el disparo. Erika, como una experta, se lanzó tras Gabriel, pero a diferencia de él, con un gesto único, lanzó un cuchillo, directamente a la cabeza de uno de sus enemigos.

Este no se lo esperaba, ni siquiera reaccionó cuando el cuchillo dio de lleno entre sus ojos, atravesando su cráneo, y matándolo al instante, haciendo que se cayera hacia atrás. Mientras eso pasaba el resto comenzaba a reaccionar, pero esto no evitó que Jake se asomara, y usando la metralleta, disparara contra uno de estos una gran cantidad de balas. Muchas, como un novato, llegaron a la pared, pero al menos seis de ellas dieron directamente en contra del enemigo que intentó esquivar, más no lo logró. Las balas de Jake atravesaron pierna, pecho y brazos, acabando con el enemigo en un charco de sangre. Sumire se intentó acercar al borde para poder apuntarle a sus enemigos, pero debido al actuar de Jake, y principalmente a su nerviosismo, no logró apuntar lo suficientemente bien como para tener una buena visión y prepararse para lo que sucedía.

Son muchos, retroceded, buscad cobertura. Mientras daba un salto hacia atrás buscando la cobertura de la esquina, maldijo su mala suerte al encontrar solo tres de estas preciosidades. Ese pasillo iba a llenarse de plomo. Lanzó un segundo cuchillo al tipo más cercano.

Viendo que no podría apuntar y que los enemigos se estaban dando cuenta de lo que pasaba, decidí pasar a la acción. Había perdido toda sorpresa y no había vuelta atrás, por lo que lo mejor era apoyar a mis compañeros y lanzarme al ataque. Con la pistola firmemente sujeta entre las manos, me tiré al suelo justo en medio del pasillo y apunté rápidamente al soldado más próximo. Apuntar a uno más lejano habría sido una tontería ya que no era muy buena con las armas.

Ya había un par de soldados en el suelo, lo que me dio la suficiente confianza para arriesgarme a salir de mi escondite y plantarles cara. Con un poco de suerte, los soldados me verían primero a mi y me atacarían mientras mis compañeros atacaban. Y si todo salía bien, podría levantar mi escudo y protegerme.

Me dispongo a seguir las ordenes de Erika cuando veo que Sumire en lugar de retroceder se lanza al suelo en medio del pasillo para cubrir nuestra retirada.

No lo puedo permitir.

Giro hacía nuestros enemigos y acabo de vaciar el cargador contra el mas cercano no atacado por mis compañeras.

Comienzo a cambiar el cargador.*

Justo cuando ustedes estaban preparados para atacar al enemigo, pasó lo inesperado. Desde la espalda de ellos, directamente la entrada del bunker, comenzaron a llegar disparos. Un grupo de disparos dio directamente sobre la armadura, todo aparentaba a ser un arma pesada pues el daño que le hizo fue muchísimo, aunque la armadura parecía seguir moviéndose con completa normalidad. Uno de los tres soldados que estaban allí resulto muertos. Solo quedaban los dos soldados de la retaguardia y la armadura…y todos se dieron vuelta a atacar quienes estaban atrás.

Erika aprovecho la ocasión, y mostrándose, lanzó un cuchillo directo a uno de los soldados, el cual atravesó su garganta por la espalda, saliendo por el otro lado, haciendo que se comenzara a sangrar hasta ahogarse con su propia sangre, cayendo en convulsiones en el piso. En tanto, el disparo de Sumire logra dar en el hombro de uno de los enemigos, haciéndolo que se percatara de que ustedes habían salido de su escondite. En cambio…Jake logró hacer una buena diferencia sobre la armadura. Las balas dieron directamente sobre ella. Parecía que el duro blindaje que tenía se estaba mellando poco a poco, pero todavía se veía en bastantes buenas condiciones.

Pudieron observar luego como el otro grupo terminaba de matar al soldado que quedaba vivo, pero la armadura les volvía a disparar a ellos, realmente ellos estaban recibiendo todo el fuego pesado.

Sigue en pie, sea lo que sea sigue en pie. Por que no podremos enfrentarnos a criaturas normales que si les vacias un cargador por lo menos caigan al suelo.

Mirando a Sumire que también esta bastante expuesta mientras cambio los cargadores. – Cubrámonos, no puedo apoyarte todavía.

Busco la mas próxima pero que no suponga dejarla sola.

La cosa comenzaba a caldearse y no sabía bien qué esperar de los tipos que atacaban desde el otro lado. Por el momento no parecía que fueran enemigos, pero después de un tiempo en aquel nuevo mundo y haber conocido a gente como los de la inquisición, había aprendido a no fiarme de nadie.

Negué al comentario de Jake y le sonreí. Aproveché que la armadura estaba concentrada en el otro grupo para volver a dispararle y volver a fallar.

- Mierda - estaba claro que no era mi mejor día, o puede que fuera que no estuviera acostumbrada a aquella arma, pero mis disparos estaban siendo realmente pésimos - sugiero que nos vayamos de aquí mientras esa cosa está ocupada con los del otro lado. No se nos ha perdido nada aquí y es muy posible que sean los que están atacando el lugar. Su enemigo es la inquisición, no nosotros.

Mientras todos ustedes se cubría, y Erika se dedicaba a apuntarle a la máquina, se dieron cuenta de algo bastante malo.  Si bien la armadura recibió otra ráfaga de balas brutal por su lado, dejaron de sentir la metralleta pesada que le estaba disparando. De hecho, desde su posición, vieron como un tipo se acercaba a la armadura desde el frente a una velocidad sin igual, pero que retrocedió de un tremendo salto hacia atrás, esquivando una ráfaga de balas que iba hacia él, pero luego, la armadura disparo toda la artillería posible que tenía contra él.

- Esos deben ser los atacantes - dije viendo la reacción de la máquina - o defensores, ya no sé ni quien es quien. Pero nos sirve de distracción, podemos aprovechar para huir mientras se están atacando. No quiero morir defendiendo una causa que no es mía ni tengo intención de luchar al lado ni en contra de la inquisición. Propongo echar a correr y evitar en la medida de lo posible la zona de combate. ¿A cuanta distancia de la salida estamos, Gabriel?

Estaba esperando el tener una línea de tiro limpia sobre la criatura de la armadura de combate cuando las palabras de Sumire me detienen.

Sin dejar de apuntar expreso mi apoyo ante su opinión. – Creo que es la mejor opción cuando lleguen mas inquisidores verán a sus compañeros muertos y unos desconocidos armados. No creo que se pongan a preguntarnos quienes somos.

Puede que hayan aquí muchos amigos de Gabriel pero él que conocí hace unos días creo que quería acabar con nosotros una vez muerto quién lo mato. Por lo menos con Sumire y conmigo, ¿Gabriel se habría enfrentado a un inquisidor por defendernos?

Mientras Sumire y Jake plantean escapar, Gabriel niega con la cabeza, y dijo;

-Estoy seguro de que los que están al otro lado no son de la Inquisición. Antes de enviar un mensaje aquí envié un mensaje a otro grupo de la asociación de cazadores de brujas, para que vinieran a buscarnos en caso que algo sucediera, deben ser ellos. –Dijo, con determinación.

Luego de eso el de inmediato apuntó con su escopeta a la espalda robotizada de la armadura, y le disparó directamente. El duro blindaje ya estaba tan mellado, que cuando Erika lanzó su cuchillo, este terminó de romper el blindaje en mil pedazos, notándose claramente la persona que manejaba la maquinaria, la cual tenía muchas marcas de sangre ya, se veía que estaba en las últimas. Esto no impidió que pasara una escena ante sus ojos que no se esperaban.

El tipo en la máquina siguió disparando, y a lo lejos escucharon que el sonido de la ametralladora pesada dejo de sonar. Pudieron ver como un tipo, corriendo a velocidad impresionante intentaba escapar de la máquina de batalla, pero aun así recibía heridas, heridas letales, que hicieron que sus acrobacias se detuvieran y cayeran al piso cubierto de sangre. Se escuchó un único disparo de más atrás y observaron como la armadura caía finalmente derrotada.