Partida Rol por web

Al caer la armadura, Touka salió de su escondite terriblemente herida, mientras guardaba la pistola, viendo como la armadura caía con un sonido de metal pesado. El Cazador de Brujas experimentado yacía a punto de morir, al igual que su novio, y no sabía qué hacer. Finalmente, corrió a intentar prestar auxilio a Reaper, quién se veía peor de los dos. Acercándose rápidamente a este, tomó los restos de la chaqueta que llevaba, y empezó a hacer torniquetes y a detener el sangrado de las peores heridas que poseía Reaper, salvándolo del borde de la muerte, mientras que Lawrence se estaba desangrando al otro lado del lugar. Sumire, Jake, Erika y Gabriel observaron la escena con estupor, al ver como ellos tres estaban extremadamente heridos, y había cinco atacantes más muertos un poco más arriba. Gabriel grito;

-¡Reaper! – Y corrió al ver como un tipo de cabello corto se encontraba bajo un charco de sangre, al igual que otro más joven (vean la imagen de Lawrence en los personajers, esta es la de Reaper), Gabriel desvió su mirada de Reaper y la mujer que había al lado de él un segundo para decirle a Erika- ¡Erika, ocúpate del otro chico! –Dijo, mirándola.

Tras eso Erika corrió, y agarrando los trozos de la ropa ensangrentada y baleada de Lawrence comenzó a hacer torniquetes de la mejor forma podía, y a pesar de que jamás había hecho uno, logró detener las heridas y las hemorragias de una forma incluso más efectiva que la de Touka, que tenía amplios conocimientos médicos. Erika miró a Sumire y a Jake y les dijo;

-¡Vamos, tenemos que salir de aquí! –Dijo, pidiéndoles que les ayudaran a sacar a todos los que estaban allí heridos y ensangrentados. Probablemente de no ser por ellos la armadura habría arrasado con ustedes también.

Una vez finalizado el combate paso un par de minutos como paralizado al disiparse la adrenalina.

Tienes que acostumbrarte de una vez Jake o acabaras muerto.

La costumbre de obedecer las ordenes de Erika me hacen salir de mi estupor y después de ponerle el seguro al rifle de asalto me lo cuelgo a la espalda con la cinta y llego a su lado.

– Si puede caminar lo llevaré apoyado en mi. – Les digo mientras miro a Erika y la desconocida. – ¿Creéis que se aguantara o mejor lo llevamos entre dos?

Dolor, frio, impotencia, ardor, eso era lo que sentia despues de la vigesimatercera bala, "Estoy vivo?", trato de moverme pero el dolor se hace intenso y una gran bocanada de sangre sale de mi boca, no puedo ver nada trato de abrir mis ojos pero solo veo una capa roja antes de volver a cerrarlos por instinto, trato de articular pero no sale nada de mi boca, aun asi no me rindo y lucho por mantenerme conciente no podia darme el lujo de desistir aqui, poco a poco me siento mas estable y dejo de sentirme como si callera al abismo, veo una figura "Touka?" no, es alguien mas, aliado o enemigo?, no lo se pero debe ser bastante habil como para sacarme del limbo donde me encontraba.

El alivio de ver como caía la armadura poco me duró. Nuevas personas aparecían en escena y parecían conocidos de Gabriel. Al ver que estaban heridos no dudé en correr a ayudarles. Puesto que Gabriel y la chica que no conocía estaban con uno de ellos me acerqué corriendo hasta el otro (Lawrence) para ayudar a Erika. Le hecho una mano deteniendo las hemorragias y poniendo vendajes rápidamente antes de tener que salir de allí rápidamente.

- No creo que pueda caminar - dije preocupada mirándole - aunque consiguiera ponerse de pies eso sólo empeoraría sus heridas. Debemos llevarlo a cuestas - dije intentando alzar al herido.

Aunque por un momento me he quedado contemplando a Sumire como si estuviéramos relajadamente en una plaza intento reaccionar rápidamente esta vez. – No creo que sea nada bueno estar aquí si los inquisidores ganan y nos encuentran junto a sus compañeros muertos. Sumire ya te ayudo indicame como te ayudo a llevarlo. Es mejor que Erika tenga las manos libres por si encontramos mas enemigos.

Encontrandose aún mal herida, la chica más joven después de haberse curado como pudo las heridas, que se veían bastante graves, se acercó al joven que estaba intentando ayudar Sumire. La ayudó como pudo, de hecho, Sumire pudo reparar en que la mujer por más de que estuviera herida, se notaba que sabía bastante de medicina, excepto por el hecho de que estar tan herida le hacía muy difícil el poder ayudarla, pero de todas formas, entre la ayuda de ambas, pudieron detener las heridas más graves del joven y mantenerlo de una manera estable. Ella le pasó la mano por su cara y le dijo;

-Lawrence…siempre tienes que ir de frente contra ellos….-Dijo, mientras tosía un poco de sangre por las heridas.

Erika, a unos metros más allá, había logrado dejar en las mismas condiciones que Lawrence al hombre de pelo corto que parecía llamarse Reaper. El cuál hablando con ella y Gabriel, hizo que este último se alejara corriendo, para volver con un Jeep, en el cuál pudieron subir todos los heridos. Una vez allí, Gabriel dijo;

-Volveremos a la base, allí tenemos lo necesario para este tipo de heridas. –

Dijo, y tras eso, comenzó a andar en el Jeep. A medida que se alejaban, podían ir viendo cómo iban llegando más policías a la zona. No tenían idea de que había pasado con los inquisidores, pero notablemente, la situación se había salido de control. Lo más interesante iba a ser como se iba a manejar la cadena de información por todo lo que había sucedido en ese lugar.

Tenían suerte de haber salido del área antes de que se llenara de policías, y tras unos quince minutos en auto, llegaron de vuelta a la casa de Gabriel y Erika. No había gente mirando, por lo que los hicieron pasar a todos al living. Una vez allí, los que se fijaron, Gabriel se acercó a una estantería que llamaba la atención, donde tenía diversas botellas con cristales de diferentes colores adentro. Sacando un grupo de ellas, que tenían un color entre rojo y dorado, se las dio a los que estaban más heridos.

Una vez las tomaron, las heridas se empezaron a cerrar. Las balas salían de las heridas como si nada, y todos volvían a estar en buen estado. Los que no tenían heridas de gravedad fueron tratados normalmente, y se limpiaron las heridas. Una vez todo estuvo más calmo, se miraron entre todos en medio del comedor.

El hombre que estaba con una metralleta pesada cuando lo encontraron en un charco de sangre, con una apariencia bastante cansada, y sobre todo, aun bastante pálido después de tomar la poción, los miró a todos y se presentó;

-Bueno…soy Jack Reaper, vine con Lawrence y Touka hasta aquí a reforzar el grupo de cazadores que estaban teniendo problemas…nos conocemos con Gabriel y Erika hace bastante tiempo…hemos ido a averiguar lo que ha pasado cuando han atacado a la Inquisición…más parece que nosotros fuimos los que necesitaron rescate. –

Dijo antes de reírse un poco, y mirarlos, intentando saber un poco más de lo que allí había pasado. Gabriel se encontraba cerca de una ventana, fumando, mientras Erika estaba parada caminando por la sala, pensando.

Una vez en la casa de Gabriel y Erika dejo el fusil de asalto apoyado en una pared y me siento al lado de Sumire después de que haya bebido lo que le ofrece Gabriel le pregunto en voz baja. – ¿Te encuentras mejor Sumire?

Al presentarse uno de los desconocidos lo hago yo también. – Jake Inukami, llevo poco tiempo en los cazadores.

Miro a Gabriel y Erika al no saber exactamente cuanta información es correcto dar a otros, o no.

Asentí a la pregunta de Jake y le sonreí. Sentada en un sofá, miraba agotada al hombre que acabábamos de conocer. Había sido un día largo.

- Sumire Idane - me presenté con una leve inclinación de cabeza - nosotros nos encontrábamos allí para un interrogatorio, por así decirlo, pero como bien ves, nos interrumpieron... algo que no me preocupa lo más mínimo pero seguro volverán a buscarnos.