Partida Rol por web

Erika sabía el proceso de hacer las balas, pues ella misma las había hecho muchas veces con Gabriel. Básicamente el proceso era que al hacer el acero, este al enfriarse se usaba agua bendita, y solo ese detalle transformaba las armas, hiriendo de forma mortal a las criaturas malignas. Increíblemente esto funcionaba, y funcionaba muy bien. Ciertamente hacían diseños como pequeñas cruces o cosas así, pero solamente eran adornos. También sabía que específicamente las sombras eran espíritus de personas muertas, dominadas por energías malignas transformándolas básicamente en asesinos seriales que eran capaces de cumplir órdenes. Jake por su parte disparo una vez, dándole en el blanco a unos metros de distancia, y luego, de forma extremadamente sorprendente el arma explotó en su mano, por poco dañándolos a todos. Cuando Erika la revisó observó que el arma había quedado totalmente deshecha. Jake estaba asustado y comento;

-Parece que las armas no me quieren mucho…-

Dijo con sorpresa luego de ver cómo había quedado el arma.

Erika mira a Sumire

Las bendecimos durante la fabricación, enfriamos las municiones con agua bendita y así se fija al metal. Eso logra dañar las criaturas. Las criaturas que vieron son almas manipuladas por energías malignas. Normalmente siguen ordenes y ofician de asesinos para quienes las controlan.​

Mira asombrada la explosion causada por Jake y junta los restos del arma.

N​unca vi algo así, tal vez lograste que tu poder se interponga y reviente el arma. A propósito, han tenido noticias de eso?

Aun asustado por la explosión, Jake observaba sus manos pensando en las palabras de Érika. -Lo siento, pero aun no sabemos nada de nuestros "poderes" la única vez que los ví en funcionamiento fue en la casa del Inquisidor.- Luego de esto se encongió de hombros.

Jake pensó en Sumire y en como sería su Sacred Gear. Y el de Gabriel? -Érika... tu tambien tienes un Sacred Gear?-

Erika mira al chico tranquila

No, yo no tengo ningún Sacred Gear; sólo manejo una tienda de armas y tengo mis razones para querer ayudar a la gente.

Dice sonriendo, luego se para junto a Sumire, que sostenía el arma entre sus manos.

Ahora prueba tú.

Saqué una pequeña libreta del bolsillo y tomé buenos apuntes de lo que me explicó Erika. Estaba muy interesada en todo lo referente a hacer armas y su manejo, y la mejor manera de no olvidarme era tenerlo por escrito. Cuando ya terminaba, escuché el arma de Jake reventar y alcé la vista alarmada. Parecía que no se había echo nada, pero podría haber pasado. Tendría que buscarse un arma más fuerte si no quería salir herido por su propia arma en medio de un combate.

Observé y analicé mi arma. Parecía sólida, ¿me pasaría lo mismo que a Jake? Sólo había una manera de descubrirlo, aunque al no haber conectado con mi Sacred Gear todavía seguramente no tendría ese problema de momento. 

Apunté y me concentré en el objetivo. El primer tiro salió muy bien, por lo que volví a intentarlo. Quedó bien claro que el primero había sido la suerte de la principiante, porque la segunda fue un auténtico fiasco. Volví a repetir el tiro por tercera vez, tomando buen cuidado, y conseguí hacer una diana raspada.

Erika asiente tranquilamente

Bien, tu te entiendes mejor que jake; igual creo que ya se que hacer con él. Esperenme un segundo...

Dice con una leve sonrisa y se dirige hacia el frente de la tienda. Al rato vuelve con un revolver tradicional

Aquí tienes Jake, tecnología vieja pero fiable. No creo que tengas problemas explosivos con esto. Si quieres puedes probarlo ahora con las dianas, o luego.

Dice mientras se da vuelta y se dirige a un armario del que saca dos machetes y un maniquí con claras marcas de golpes. Comienza a atornillar el maniquí a una mesa para asegurarse de que esté firme.

Lo siguiente es ver que tal se llevan con las armas blancas, a veces un buen cuchillo puede ser un gran aliado. Si se fijan en el muñeco, hay zonas marcadas en las que los impactos son mas influyentes. Ahora no es necesario que golpeen allí, solo quiero que den un buen golpe en el torso del muñeco.

Tomó el revolver y lo pensó un tiempo, lo examinó y hasta apuntó a las dianas, pero le pareció mejor pasar a otra cosa de momento. -Mejor después...- dijo mientras guardaba el revolver y tomaba las armas blancas.

Así, intentó medir el balance de las armas que tenía en la mano, como si supiera algo... que en realidad no era el caso. Por último, se decidió a asestar golpes.

Con las armas en las manos, se sintió mas cómodo. De repente atacó al muñeco y pudo ir notando como cada golpe iba mejorando.

-Wow, no sabía que podía hacer eso! Soy muy bueno!-Estaba eufórico y con un abrazo levanto a Sumire. Luego vió el rostro de sorpresa de la joven y el suyo se ruborizo e inmediatamente dejó a Sumire en el suelo. -Esteeem... perdón, me dejé llevar un poco.- Era la primera vez que hacía algo como esto y no pensó que los blancos reales... no se quedan quietos a esperar que los golpeen.

Me quedé sorprendida ante el arranque de euforia de Jake, era la primera vez que lo veía tan contento desde que lo conocía y no pude evitar sonreírle. Cuando me bajó al suelo, le guiñé el ojo y le felicité - bien hecho, si sigues así, en poco días lo tendrás dominado.

El ambiente iba mejorando por momentos, nuestros logros eran cada vez más frecuentes y eso se notaba en nuestros ánimos. Decidí probar suerte con las armas blancas que nos indicaba Erika. Estaba más interesada en los cuchillo que en las pistolas, sobre todo si conseguía dispararlas como nuestra instructora.

Cogí un par de cuchillos e intenté apuñalar al muñeco. Mi mano resbaló acariciando mi objetivo, perdí el pie y caí de bruces patéticamente. Me levanté con un gesto de fastidio y di unos pasos atrás, mirando mal al muñeco, como si tuviera la culpa de mi fallo. Cogí el segundo cuchillo y lo arrojé, puede que tuviera más suerte así... pero el resultado fue peor todavía. 

Enojada definitivamente con el muñeco, cogí una tercera arma y se la clave justo en el corazón. Al menos el último había dado justo en el blanco. Me di la vuelta satisfecha y con una sonrisa iluminando mi rostro.

Respondió con una sonrisa cuando Sumire le guiñó el ojo. Esperó a ver como se desempeñaba su compañera e hizo lo propio con ella cuando acertó -Ves, tu tambien hiciste un golpe tremendo- Se acercó a ella hasta que los rostros de ambos quedaron muy cerca y habló suavemente -Ese último golpe incluso me dió miedo- y luego rió.

-Vamos una vez más- se dijo a si mismo y se decidió a volver a atacar al monigote.

Tal como había sucedido en la vez anterior, su combinación de golpes fué en ascenso. Se sentía cómodo manejando las armas de cuerpo a cuerpo. Pero tambien sabía que se encontraba mucho más al descubierto de ataques enemigos.

-Cuando volvamos a casa podemos practicar nuestra meditación, Sumire- dijo mientras se daba vuelta a observarla. -No puedo esperar para tomar un baño y relajarme, pedimos algo para comer?-

Mientras guardaba sus cosas y se secaba para finalmente volver a casa, Jake vió una buena oportunidad para entender un poco más lo que sucedía con ellos.

-Erika...- dijo -Hace rato quiero preguntarte algo sobre todo esto. Qué es todo esto de la guerra santa? Angeles, Angeles Caídos, Demonios... Para empezar, siempre pensé que los demonios eran angeles caídos!- Quería entender un poco más, pero a medida que hablaba pensaba que cada vez entendía menos. -Y finalmente... Sacred Gears? Nosotros que somos?-

Al escuchar todas las preguntas de Jake, Erika se puso a recordar. Desde tiempos inmemoriales había una profunda lucha entre el bien y el mal, si Jake se estaba hablando de una ‘’guerra santa’’ lo más probable era hablar de los inicios de la historia.

Erika conocía un poco de esa historia, si bien nunca había ahondado mucho en ella. La leyenda decía que en un momento hubo una gran guerra sin cuartel entre los ángeles, los ángeles caídos y los demonios. Esta guerra fue tan brutal que llevo casi a todas las razas en ese momento existentes a extinguirse, por lo que se decidió hacer una tregua, pero no era más que una guerra silenciosa que llevaba miles de años actuando. Los ángeles habían sido creados por Dios, mientras que los ángeles caídos habían sido ángeles que habían caído en el ‘’pecado’’ como amor terrenal, lujuria, maldad, violencia, entre muchas otras cosas.

 A parte de eso, los magos antiguos, jugando a ser dioses decidieron volverse los seres más poderosos posibles, y muchos terminaron dando paso a su mundo de ‘’Abismo’’ y creando la sociedad demoniaca, la cual empezó a formar sus rangos bajo el poder de sus grandes magos, quién cada cual tenía su importante casa. A parte de eso no sabía más.

En el tema de los Sacred Gears, Erika sabía cómo reconocer cuando algo no era normal, pues tenía cierta ‘’sensibilidad’’ a las cosas sobrenaturales, era un instinto que todo cazador desarrollaba con el tiempo. Sabía que los Sacred gears eran objetos místicos dejados a todos los hombres y mujeres para que los pudieran hacer para cambiar la balanza hacia el bien del mundo…pero los ángeles caídos sabían cómo robar aquellas armas de poder, los demonios transformaban a los humanos en demonios rencarnados usando también estas poderosas armas, los únicos que luchaban por los ‘’ángeles’’ eran los Inquisidores, quienes usaban sus sacred gears en favor de lo que la Iglesia dictara.

Ya que no rolearon más, cerraré el tema, paso a dar la experiencia. 

Actualicen sus fichas y siempre revisen el topic general, recuerden que hago actualizaciones periódicas.