Partida Rol por web

La Clepsidra

Aku, la Villa Colgante

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11/10/2013, 19:07
Salek
Sólo para el director

Salek lo esperaba mientras curioseaba su cueva; siempre llena de libros, dibujos de artefactos y herramientas desperdigadas por todos sitios; y ese olor a tisana que siempre tenía lista para servir.

Al salir de lo oscuro, los rayos de sol que entraban por un tragaluz incidieron directamente en las varillas recién talladas en madera dura que el artífice portaba en sus manos ya adelantadas para mostrar su trabajo.

Hamada viejo amigo; eres único; son perfectas.

Lo abrazó en agradecimiento con una sonrisa amplia de satisfacción. Recogió su nuevo utensilio observándolo detenidamente, dándole vueltas por un lado y otro y haciendo como que lo utilizaba con las varillas cogidas a la altura de la cadera una en cada mano, en paralelo al suelo y entre ellas.

Vente, acompáñame, creo que se donde probarlas; cerca del puente hay una corriente subterránea que no brota en manantial hasta mucho más abajo; allí deberían de cruzarse.

Notas de juego

Las que mandas también son un instrumento zahorí aunque me refería a esto.

Disculpa por el retraso, dificultades técnicas.

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12/10/2013, 11:12
Christiam
Sólo para el director

Estaba caminando de manera relajada para no cansarme mientras llegaba hasta donde mi amiga, en ese momento la plataforma de bambú empezó a moverse con fuerza, " pero que demonios" pensé mientras me sujetaba de la rocosa pared para no caer al rió, por mi lado paso Areiba con prisa empujando a la gente y dando tropezones una y otra vez, se detuvo a 15 metros en la puerta de la casa de Aeris la talladora y comenzó a golpear con fuerza la puerta y llamar a la dueña de la vivienda, intrigado por la situación me acerque a la pequeña niña:

- Areiba, paso algo malo? Por que tan apurada?

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12/10/2013, 20:29
Director

Cuando abres la boca para hablar, ves cómo Areiba está tan concentrada que ni te escucha, sino que en cuanto le abren la puerta entra y te la cierran en frente de las narices.

Al mismo tiempo te das cuenta de que un pequeño grupo de personas se ha reunido en uno de los puentes de bambú, detrás de ti. Allí está Hamada, uno de los aprendices de Maba Gathra, que trabaja la madera del árbol sauce plateado, y parece que está con otro hombre probando alguna extraña herramienta.

Notas de juego

Si decides tocar a la puerta de Aeris, márcala como destinataria en tu próximo mensaje. 

Si decides ir a ver qué pasa en el puente de de bambú, pon como destinatario a Salek, que es quien está en el puente con Hamada.

 Esta es una foto de Hamada, con quien hablas de vez en cuando.

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12/10/2013, 20:30
Areiba

—¡Gracias Aeris! —dijo la pequeña realmente agradecida. Lo cierto es que ya había desayunado, pero aunque no se le notase en el cuerpo, Areiba estaba en edad de crecer y comía una barbaridad—. ¡Este pan de amaranto está buenísimo! Mmmm... ¿Lo has hecho tú?

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12/10/2013, 21:11
Hamada

—Me alegro de que te gusten —dijo Hamada muy sonriente—. Cuídalas bien. Tal vez no lo sepas, pero la madera prende con el fuego, así que ten cuidado de que no se te quemen. ¡Y ahora, vamos a probarlas!

Hamada y tú vais hacia el puente, donde vas a probar tu nueva herramienta. 

Un grupo de unas 10 personas os miran con curiosidad. La madera es un elemento muy raro y valioso incluso en Aku, y sus habitantes tienen ganas de saber qué es lo que ha fabricado Hamada.

Notas de juego

Cuando escribas puedes hacer como que funcionan, o como que no, o lo que tú quieras. También te doy la licencia de decir cómo reacciona el "público", aunque sólo si a ti te apetece ;)

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14/10/2013, 23:16
Salek
Sólo para el director

Salek parecía un chiquillo con zapatos nuevos; incluso caminaba más aprisa a ratos que su compañero mientras seguía conversando con él. Su oficio lo apasionaba; ya no tenía ese sentimiento de apego a la tierra; ahora quería que el artefacto funcionase y salir pronto de Aku en busca de nuevos trabajos.

Un prodigio Hamada, si esto funciona es un auténtico prodigio. Susurraba al oído del de Aku pues comprendía que podría ser un objeto que llamase la atención a personas equivocas.

Ya en el puente, no pudo evitar llevar las varillas en las manos y la gente que pasaba por allí se percató del objeto. Unos metros después, donde una corriente fluía bajo la piedra, en sentido casi transversal al que seguía el puente (el zahorí nunca investigó porqué hacía aquella curva la corriente subterránea, pero probablemente gracias a dicha curva de roca el puente podía permanecer ahí) se paró en seco y justo un segundo después llegó su amigo jadeando. Los ojos del zahorí prácticamente se iban a salir de las órbitas; su expresión de euforia no podía pasar desapercibida. 

El puente, la corriente, las varillas, Hamada; y la gente... Salek se tranquilizó como buen profesional, respiró hondo y se concentró pues además del artefacto, su cuerpo debía estar receptivo a las influencias del entorno. Mientras tanto un pequeño grupo de personas lo observaba atento sin saber muy bien qué es lo que hacía. Alineó las varillas en su cadera, paralelas entre ellas y horizontales al terreno; aflojó las manos de manera que las varillas no tuvieran demasiada resistencia al movimiento, pero lo suficientemente fuertes para que el hecho de caminar no enturbiara la percepción de la corriente por las mismas.

Comenzó a caminar, despacio, mientras sus ojos se concentraban en el infinito; sabía perfectamente que en cuatro pasos entraría en la vertical de la corriente subterránea y que en nueve saldría de ella. Al tercer paso incluso le tembló el pie al dejarlo caer (aquel objeto sería muy valioso si funcionaba, no sólo por ser de madera); dió el tercer paso y percibió el primer empuje de las varillas hacia el centro; con el cuarto paso se acabaron de unir formando una X. Continuó caminando hasta salir de la corriente, donde las varillas aunque unidas, ya no ejercían presión hacia el interior; de hecho la derecha se movió hacia afuera, sin duda alguna por la gravedad de la poca pendiente que tenía el terreno.

¡BIEN, MALDITA SEA, FUNCIONA!, gritó para sus adentros; era un instante de enorme concentración en el que debía controlarse para que la gente no supiese bien qué ocurría allí.

Los extraños lo miraron como a un loco y pasaron completamente de él. Se volvió y mientras guardaba su nuevo juguete guiñó un ojo a un estupefacto Hamada que no comprendía bien si había funcionado su construcción.

Salek se le acercó, no podré pagarte esto nunca, no importa lo que me cobres por ello; nunca estará pagado.

Sin duda comprendió que era un objeto infinitamente más sencillo de utilizar que el péndulo y que le ayudaría a concentrarse más en su percepción que en la utilización de la herramienta.

 

 

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15/10/2013, 21:29
Director

Notas de juego

Christiam, por favor, necesito que postees cuando puedas ;)

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17/10/2013, 17:37
Aeris
Sólo para el director

- Así es pequeña, ¿quieres que te enseñe a hacerlo? - dijo Aeris con una pequeña sonrisa mientras continuaba desayunando y meditaba a cerca de las palabras de Areiba. " La verdad es que nunca he visto a Maba Gathra con un hombre... aunque quien sabe, es una mujer muy poderosa y sabia, nadie sabe lo que puede estar tramando ".

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19/10/2013, 01:59
Areiba

—¡Sííííí! ¡Ejtá muy guico! —dijo con la boca totalmente llena. Entonces, tras unos segundos masticando alegremente, la niña paró de súbito y su cara se tornó como pensativa—. ¿Oyej ejo? —preguntó todavía con la boca llena, y acto seguido se levantó como un rayo sin decir nada y salió corriendo por la puerta. Volvió a los pocos segundos—. ¡Mira Aeris! ¡Hay un montón de gente viendo algo! ¿Vamos a ver qué es? —y dicho esto volvió a salir disparada hasta unirse al pequeño grupo de personas que se había arremolinado alrededor de Selek, el zahorí.

Notas de juego

A partir de ahora marca a Selek como destinatario de tus mensajes, ¿vale? :)

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19/10/2013, 02:09
Areiba

La pequeña se acercó corriendo al grupo de personas y los apartó a todos para adelantarse y ver bien lo que Salek el zahorí estaba haciendo. También estaba allí Hamada, uno de los ayudantes de Maba Gathra. 

—¡Guau! ¿Qué es eso que tienes en las manos? —preguntó con curiosidad y alegría, como siempre—. ¿Es lo que te ha hecho Hamada? Lo he visto trabajar en el taller. ¿Qué es? ¿Qué es?

Notas de juego

Disculpa por el retraso, Salek. Estaba pendiente de un mensaje de Christiam para contestar, y se ha borrado la cuenta justo cuando iba a interactuar tanto contigo como con Aeris :(

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20/10/2013, 02:28
Aeris

Aeris negó con la cabeza. "Hay que ver qué niña más impaciente e hiperactiva". Se levantó y recogió las cosas rápidamente, tras cerrar bien la puerta y taparse bien la cara siguió a la niña hacia el grupo de gente que estaba alrededor de Hamada y de Salek. Miró con ligera curiosidad lo que había atraido la atención de tanta gente.

- Areiba... - dijo Aeris tras carraspear un poco - Las migajas de la cara... - tras lo cual suspiró.

Notas de juego

No pasa nada, la verdad es que es una pena ahora que los tres ibamos a interactuar

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22/10/2013, 23:51
Salek

 

¡Vaya, una niña curiosa!

el hombre mostraba una sonrisa, pero mirando a la pequeña fijamente mientras le hablaba

esto pequeña es una herramienta de trabajo, muy bonita eso sí, Hamada es muy bueno con las manos ¿sabes?

continuó haciendo un gesto con la cabeza que señalaba a su amigo.

Contestó Salek a la niña mientras envolvía las varas con un paño de tejido recio y las guardaba en un bolsillo interior de sus ropajes. La respuesta podría suscitar más preguntas, sobre todo de alguien con el interés que mostraba la cría; no obstante no le apetecía mucho compartir con alguien extraño qué función cumplían aquellas varas de madera, pero tampoco quería ser brusco con la vivaracha chica que le preguntaba.

Se agachó y revolvió el pelo de la muchacha mientras hablaba a la mujer que le limpiaba la cara.

¿Es su hija? Tiene una gran energía, hace un rato ni me vió mientras corría por el puente. 

Trataba de ser amable, aunque no fuese su especialidad.

Se volvió a incorporar, esperando la respuesta mientras continuaba agradeciendo a Hamada el nuevo utensilio con una palmada seguida de un pequeño apretón en el hombro.

Notas de juego

Disculpa por el retraso, tarde atareada.

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23/10/2013, 15:07
Aeris

- Lo siento, pero no es mi hija - dijo con cierta sequedad Aeris mientras miraba de reojo a Areiba - No obstante, no niego que sea una niña demasiado energica y curiosa. Siento las molestias que haya podido causarle.

Aeris se recolocó el paño que le cubría pelo, boca y nariz y se giró. No le hacía ninguna gracia que la hubieran tomado por una mujer con hijos. La verdad es que no tenía problemas con los niños aprendices de Maba Gathra y era más que consciente que para su edad ella debería haber encontrado ya marido y tener al menos uno o dos hijos, mas aún no había encontrado ningún hombre que la atrajera lo suficiente como para querer asentarse con él y suponía que su tranquilo y solitario modo de vida cambiaría drásticamente.

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26/10/2013, 00:04
Salek

Mira pequeña, tu no-madre piensa que molestabas, si solo estabas jugando ¿verdad?

Salek no dejaba de sostener cons sus manos, entre sus ropajes, su nuevo juguete; y aunque hablaba a la niña, miraba fíjamente a los ojos de la mujer. Tenía esa mala costumbre; fuese quien fuese su interlocutor, lo miraba a los ojos, en algunos sitios eso podía significar un desafío, una falta de respeto y traerle serios problemas.

No le gustó la actitud de la mujer, no es que fuese nada importante, pero le pareció una especie de cuidadora pesada que no dejaba a la criatura tranquila; un poco al estilo de su padre adoptivo, sobreprotector en tantas ocasiones.

La niña parecía ser alguien del entorno de Hamada, quizá una estudiante más de Maba Gathra o la hija de algún vecino.

Tan sólo hablábamos de lo que Hamada me fabricó, una herramienta para mi trabajo que le ha llamado la atención. ¿Quienes sois entonces?

 

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26/10/2013, 15:18
Areiba

—¡Guau! ¡Yo también quiero esa herramienta de trabajo! ¿Para qué sirve? —pregunta Areiba, ignorando la conversación de los dos adultos—. ¡Hamada! ¿Me haces una a mí también? 

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26/10/2013, 15:21
Hamada

—Mmm... no sé, Areiba. Están hechas de madera del sauce plateado, no son un juguete. Además, ¿Recuerdas cuando te hice tu lanza de bambú? Te aburriste en seguida, ya nunca juegas con ella.

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26/10/2013, 15:23
Areiba

—¡Porfaaaa! ¡Porfaaaaaa! ¡Te prometo que usaré esta herramienta de trabajo todos los días! ¡De verdad! 

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26/10/2013, 15:24
Hamada

—¡Pero si no sabes ni para qué sirve! —replicó Hamada—. Anda, vete con Maba Gathra, que seguro que te estará echando de menos. ¿No se supone que deberías estar ayudándola?

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26/10/2013, 15:28
Areiba

—¿Y eso qué más da? Además, Maba Gathra me ha dicho que hoy me podía tomar el día libre. Está muy rara hoy, ¿sabes? Está claro que ha quedado con su novio —dijo sonriente, con cara de picarona. 

Notas de juego

Siento el retraso :)  Pueden continuar.

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26/10/2013, 16:59
Director

La Villa de Aku pendía de un desfiladero de roca del que brotaban numerosos manantiales, con casas excavadas directamente en la piedra que se comunicaban a través de puentes, plataformas e incluso pequeñas plazoletas de bambú ancladas a las paredes. El río Elú fluía rápido y limpio justo debajo, entre muros de piedra. Ahora que era de noche, las casas e incluso los caminos y plazoletas estaban iluminadas con lámparas de cerámica y vidrio, alimentadas por aceita vegetal. El aspecto del lugar era realmente impresionante para los que llegaban allí por primera vez. El aire era fresco, se oía el profundo sonido de las corrientes de agua y el croar de las ranas en alguna parte. Era el último pueblo al Norte, y después, nada. Las montañas seguían ascendiendo hacia el Norte, aunque no se veían bien desde el interior del pueblo. Nadie había vuelto de allá para contar lo que ocultaban tras de sí.

Unas pocas personas charlaban y caminaban animadamente sobre los caminos de bambú, y en general parecía que reinaba un ambiente tranquilo, e incluso por la iluminación, se podría decir que un tanto místico.