Partida Rol por web

Demasiados cosas para asimilar de toda aquella gente extraña. A pesar de que ninguno muestra ninguna actitud hostil, no puede negar que aún estaba algo prevenido por lo que pudiera ocurrir. 

El tipo negro como el carbón dice algo que no puede entender. Acto seguido, el menos negro empieza a hacer gesto: se lleva las manos a la boca y me señala, vuelve a hacerlo pero esta vez indica a la cabra. O él era muy torpe o le estaba indicando que podían comer con ellos. Y justo cuando piensa eso, el de rasgos mas estilizados se acerca con un trozo de carne y lo ofrece. 

Lucyen lo coge pero no come aún. Está observando aún al muchacho de piel menos negra. 

Na...rsu- dice. ¿Era su nombre? Le señala- Narsu- repite. 

Tras esto, mira de nuevo al hombre que le ha ofrecido la comida. Previamente había señalado hacia el sur y luego comienza a dibujar. Quizás quiera mostrarle de donde han venido.

Ambar, saca algo de comida de nuestras bolsas. Seamos hospitalarios.

Ámbar y Lucyen notan que los extraños hombres tienen heridas por todo el cuerpo, como si se hubieran golpeado con algo. Sobre todo los negros.

Observaba atento como Narsu trataba de explicarle la situación al hombre de rostro blanco. Tras ese acto Huayna les ofrece un trozo de cabra. Tras ello ello observo a la muchacha y le ofrezco el pedazo de carne de cabra, lentamente y le hago el gesto para comer. Tras ello veo como el hombre de tez blanca le dice unas palabras indescifrables para mi entendimiento. Por la manera de hablar parecia tranquilo.

Apenas veo a los hombres pienso que el calor nos está jugando una mala pasada, pero, tras parpadear varias veces, me doy cuenta de que, efectivamente, son personas con la piel muy oscura.

-¿Qué les habrá pasado?- Pienso, preocupada por los extraños efectos que pudiera tener el mar de nubes venenosas.

Entonces Lucyen se adelanta para comunicarse con ellos, pero nuestros interlocutores parecen no hablar como nosotros. Mi sorpresa se acentúa más si se puede, pues pocas veces había visto yo a otras personas que no hablaran nuestra lengua común.

Hago caso a las advertencias de Lucyen y me quedo algo más atrás que él, pero eso no impide que los otros hombres se acerquen ofreciendo comida. Una vez más escucho a Lucyen y, lentamente, saco la vasija con agua y la ofrezco al igual que uno de los hombres hace conmigo.

Acepto su comida y hago una leve inclinación reverencial, quizás así entendería mi agradecimiento.

-Están heridos.- Digo en voz baja a mi compañero, si de verdad son buenas personas, podemos ayudarles.

No entiendo que hablan entre ellos pero no parecen ser peligrosos asi que dejo el arco en el suelo, acaricio a Garur en el pico y hago el gesto para que vaya a posarse en alguna roca con un cacho de carne que le he dado. Huayna y Raikki parecen tratar tambien de comunicarse con los extraños.

Veo como la chica parece ofrecer algo que tiene en una vasija me acerco y como con el hombre me señalo y digo N a r s u.

Luego me acerco a la vasija a ver que es como un cervatillo cuando ve por primera vez una mariposa, me acerco olisqueo y veo lo que es, agua. Sonrio y hago un gesto con la cabeza tratando de ser agradecido, luego me dirijo hacia donde caia el pequeño riachuelo que habiamos encontrado, y señalo hacia la chica y luego al riachuelo "A lo mejor quieren rellenar la vasija." Las heridas ahora ya solo eran algo molestas en un par de dias estaria seguramente perfectamente.

¿Huayna te suenan de algo estos extraños? Era el mas ilustrado e igual habia leido sobre ellos en algun momento.

Veo que el otro hombre se acerca y se presenta. Yo hago lo propio, señalándome.

-Á M B A R- Y, acto seguido, muestro una sonrisa, mi ofrecimiento es absurdo considerando el ambiente en el que estamos. Así que revuelvo mi bolsa y saco esta vez un trozo de pan y algo de fruta, ofreciéndolos a los hombres que se acercaron a mi.

Entonces yo misma me atrevo a probar un poco de la cabra que ellos están asando. Si ellos la comen yo no tengo razones para desconfiar..

Tras unos breves gestos de ofrecimiento por parte del hombre y de la muchacha, veo como ella saca una fruta y algo de pan de una bolsa; mientras le ofrezco la chuleta de cabra que estaba comiendo. Cojo el pan con cautela, y tomo un pequeño pedazo en mi boca. Sonrío a los extranjeros, a los cuales les digo en voz baja  y señalandome R a k k i i

Asiento ante los gestos de los dos hombres. Entonces les señalo diciendo:

-Narsu... Rakii.- Respectivamente, para que entiendan que ahora sé sus nombres.

-¿Cómo podremos comunicarnos con ellos?- Pienso algo frustrada, porque se me hace difícil imaginar otra forma de comunicarme además de la que es normal para mí.

"Vaya la chica parece llamarse Ambar". La verdad que acostumbrado a ver chicas de mi poblado la belleza de la chica se acentua y dada mi timidez con las chicas prefiero quedarme algo mas atras y dejar a Raikki que siga, asi que hago un gesto afirmativo cuando repite mi nombre y me dirigo hacia mi aguila Garur, la acaricio y quedo viendo como transcurre todo.

Acaricio la cabeza de Garur que ya habia acabado de comer, el frota su cabeza con mi mano tambien.

El viejo shamán abrió con cuidado el paquete de tela que traía y les mostró:

Oilana, gamailamán ibai cachatutzu . -les dijo.

Miren, traemos de comercio, joyas de los antiguos...

Tras haber hablado timidamente con la chica, observo como el viejo saca unas joyas de los antiguos. Empiezo a recordar la conversación con mi tio Ash, el cual me comentaba que debia partir en mi viaje debido a la existencia de tales joyas. Observo de nuevo con cautela al hombre y a la muchacha, en espera de la reacción que pudieran mostrar al ver tales objetos.

Lucyen quedó muy sorprendido al ver lo que tenía aquel paquete de tela. Se agachó para inspeccionar mejor su contenido. Miró al anciano e hizo un gesto a los mismos, luego hizo amago de coger uno y volvió a mirar al hombre. 

Cuando el hombre  frente a Lucyen saca tal cantidad de hierro, abro mucho los ojos y miro a mi acompañante al tiempo que éste estira la mano para tocarlo.

Por un momento me siento angustiada, no sé qué reacción puedan tener estos hombres de piel oscura, pero trato de lucir calmada, mi actitud alarmada podría empeorar la situación.

-Vaya... espero que sepan el valor de semejantes reliquias.- Pienso.

Lo dejo que las toque para que las examine.  Quiero que vean su hechura, la delicadeza de sus bordes, los cuales están casi todos enteros, tallables si fuera necesario.  Son gestos de mercader.  

Catuaman, simparaguè?

Donde viven?  Vamos hacia allá? 

Desde atras ahora observo como sigue el encuentro, estaba claro que como nosotros no eran gente violenta, a lo mejor se habian perdido. Aunque lo trataba de evitar no podia si no fijarme en la chica era bella pese a su palida piel, tenia una sonrisa bonita, creo que tendra mi edad mas o menos. "Centrate Narsu." Me digo mientras espero ver que decide Huayna que se encontraba mirando lo que hacian los extraños al ver los objetos que les mostraba.

El material era bueno... muy bueno. A decir verdad, nunca había visto tanto de esa clase. 

En un buen mercado esto puede venderse a muy buen precio- observó a aquel hombre, pensando de donde habría sacado tal material.

No son gente corriente, eso estaba claro. 

El shaman parece decepcionado, ¿de que no tuvieran nada a cambio para el trueque?

 Se voltea, se restriega la cara con las manos, pensativo, frota un poco sus heridas en la frente, frescas aun.  

Y en eso se da cuenta y con energía señala las heridas de sus encargos: las rodillas magulladas de Narsu, la cortada de lado a lado del hombro de Rakkii.  Hace gestos como de hierbas, ¿machacadas?, gira las manos como en vendaje o algo así, como vertiendo agua en ellas.  Voltea a ver a los extraños de la quintaraíz, como queriendo saber si entienden lo que les pide... 

Al parecer Huayna estaba tratando de negociar por las cosas que habia traido en el viaje, mientras sigue esto observo algo separado evitando mirar a la chica por timidez.

Miro como reacciona su acompañante "Deja de mirar seguramente este con ese hombre y se puede ofender estupido." Me digo, luego noto como Garur vuela cerca y lo llamo extiendo el brazo con la proteccion para que se apoye y acaricio al aguila en la cabeza para calmarlo. Tranquilo hermano todo esta bien son gente de bien.