Partida Rol por web

Asiente al hombre de rostro extraño. 

Ambar, creo que están pidiendo que intentemos curarles. Yo tengo algo de nociones para ello, y sus heridas no son tan graves. ¿Sabes algo de curación?

Observo con atencion como Huayna saca de la bolsa unas joyas de los antiguos y observo la reacción del hombre extrangero. A su vez como como Narsu esta calmando al aguila, la cual estaba un poco agitada. Me quedo un poco a distancia, mientras observo que el hombre le comenta algo a la muchacha. Pese al dolor de las heridas, me mantengo fuerte y firme, en la distancia, esperando que el viejo pueda indicarme alguna otra cosa

Al ver que parecen no saber como ayudarles a curar las heridas, Huayna anima a los muchachos a acabarse las porciones de cabra que tienen y guardar el resto.  Bangahuá saré.

Hace un gesto al hombre de que continuarán hacia abajo, caminando, siguiendo el arroyo. Luego mueve las manos como preguntando que hay allá, más allá, de donde ellos vienen.

Sigamos caminando.

Escucho las palabras de Huayna hago un gesto con la cabeza hacia el tras lo que lanzo a volar a Garur, siempre venia bien sus ojos cuando nos moviamos y mas por esa zona desconocida, recupero mi arco y me lo pongo en la espalda, tambien como dijo el anciano guardo la carne restante y tomo un sorbo de agua del arroyo antes de volver a caminar.

Al pasar cerca de la chica le doy un trozo de carne con una sonrisa y le hago un gesto a ella y al hombre para que nos sigan, pese a nuestro problema de comunicacion, en un lugar desconocido el ser mas era una mayor probabilidade de supervivencia.

Mientras espero doy unos silbidos a Garur para que compruebe algo la zona por si ve algo extraño.

Estoy listo cuando quieras Huayna.

Observo cómo Lucyen interactúa con el otro hombre, quien parece ofrecer esos metales a cambio de curación.

-Sí.- Respondo a mi acompañante. -Yo puedo hacer algo por sus heridas.- Añado, asintiendo enérgicamente en dirección al hombre de los metales y, acto seguido, rebusco en mi bolsa algunos unguentos y me los unto en la piel a modo de ejemplo, para que él lo vea y entienda lo que busco mostrar.

Entonces el joven me ofrece un pedazo de carne y lo recibo con amabilidad, atrayéndolo hacia mí al mismo tiempo.

-Ven.- Le digo mientras tiro suavemente de su brazo y señalo sus rodillas, donde aún se podían ver rastros de sangre en los cortes. Acto seguido, me agacho lentamente y acerco mi mano a su pierna, lo miro, como pidiendo permiso para continuar y, cuando todo parece estar bien, comienzo a limpiar la herida con un pañuelo que saco de mi falda para después aplicar la crema.

Al ver a la chica realizar la curación Huayna se detiene, deja sus cosas en el piso, y se acomoda en cuclillas para ver las técnicas de curación de esta gente.  

Es como las aves de diferentes islas, hay que ver similitudes y diferencias para aprender. 

Cuando estoy dando la comida a la chica veo como me agarra del brazo y señala mis rodillas, tras lo que saca un pañuelo y comienza a curarmelas por lo que parece, noto como Garur se alerta por lo que le hago un gesto para que este tranquilo. Mi cara es primero de asombro, pasando a luego un tono vergonzoso, teniendo a aquella chica tan cerca.

Gracias. La digo enrojecido de verguenza y haciendo un gesto suave con la cabeza a modo de gratitud "Por suerte dado el color de mi piel no se nota, el color rojo de mis mejillas."

Deja que la chica cure al muchacho mientras él camina hacia el hombre negro. Saca sus utensilios de curación y le hace un gesto con la mano, esperando que entienda que quiere curarle. 

Observo como la muchacha interactua con el viejo, primero mostrandole un unguento que se aplica en la piel y viendo la reaccion de Huayna. Ese unguento debe ser bueno para la piel.  Observo como la chica señala las rodillas, entonces comprendo su uso. 

Mientras la chica se acerca a Narsu y le aplica dicho unguento, veo como su compañero se aproxima a mi. Le hago una pequeña reverencia, a modo de agradecimiento. Tras ello le señalo las magulladuras de mis piernas.

Después de verlos curar y aprender de sus técnicas (puso un poco de ungüento entre sus dedos, trató de descifrar su hechura, supuso que mataría los malaires o los evitaría que entrasen) Huayna preparó las cosas de sus encargos.  Tomó dos de las joyas, las más pequeñas, redondas por dentro, octagonales por fuera, y envolviéndolas en un poco de fibra clara y macerada, sosteniéndolas entre las palmas, le entregó ceremoniosamente una a cada uno de los extraños.

Hatahualpa, gamanzi ibai, tha'a pr benvinto.  -les dijo, mirándolos a los ojos, con una mano en el hombro de los muchachos. 

Agradecidofeliz, el intercambio de regalos ha sido completado.  Gracias por recibirnos aquí. 

Asiente al negro y comienza a hacer lo propio. Afortunadamente, no son heridas complicadas -meros rasguños- por lo que acabaría con rapidez.

Viendo como se sucedian las cosas la chica curandome y el hombre curando a Raikki, todo parecia ir bien pero pronto tendriamos que tomar camino para seguir en nuestra busqueda.

¿Que hacemos con ellos?¿Les invitamos a que vengan con nosotros? Cuantos mas seamos mas opciones para sobrevivir y mas en este lugar que no conocemos. Pregunto a Huayna para ver que opinaba yo era de la idea de que cuantos mas mejor para protegernos en caso de peligros, aparte que esta gente podia conocer mas que nosotros de la zona.

Al ver a los muchachos ya con las curaciones de los extraños, Huayna se sintió más tranquilo de moverlos.  Si veía que se hinchaban las rodillas o así, se detendría, pero era mejor estar en un lugar con agua, alimento y refugio para lograr la mejor curación.  

Y si estos extraños habían aceptado el intercambio de regalos, quizá podrían ir a su pueblo y presentarles sus respetos a sus jefes y shamanas. 

Galaumá adé adé.   -Señaló el camino hacia abajo, hacia el valle por donde los de la quintaraíz habían subido.  Era como pidiendo permiso con gestos.

A su casa, vamos, vamos. 

Hago otra reverencia cuando el mayor de los hombres parece agradecer y me giro un momento hacia Lucyen, sin saber muy bien qué hacer.

-Quizás ellos saben algo sobre la planta que buscamos.- Le digo. Entonces el hombre mayor hace gestos como para que les sigamos. -¿Vamos?- Le pregunto a Lucyen y, acto seguido, asiento al hombre mientras avanzo unos pasos, indicándole que quiero ir con él.

-Quiero saber si hay más gente como ellos, de piel oscura e idioma extraño...- Pienso.

Extiendo la mano para ayudar a la chica a incorporarse de forma algo nerviosa, tras ello tomo  mis cosas y comienzo andar, Garur parece algo nervioso, asi que aprovecho para hacerle un gesto y se pose en el hombro que tengo protegido con una pequeña parte de cuero.

Tranquilo hermano son buena gente. Sonrio al aguila mientras le acaricio la cabeza y ella lo agradece el gesto. Luego miro a la chica Ambar y con el dedo señalo a Garur. G a r u r. Agarrandome las manos para tratar que entienda que estamos unidos. Cuando acabo tomo camino hacia el anciano para seguir camino a la casa de esta gente nueva.