Partida Rol por web

La Clepsidra

Or, la pequeña aldea

Cargando editor
10/11/2013, 01:07
Walda Boh

Walda escuchó las burlas de Manaya sin apenas inmutarse. Solo una sonrisa se le escapó durante medio segundo. Se esperaba algo así. La verdad es que había sido bastante ingenua al pensar que podía ir y pedir un antídoto sin más. Si fuera todo tan sencillo, los antídotos con los que ella había trabajado serían más eficaces.

No me ofende, buena señora. Y entiendo su razonamiento. Por el precio no debe preocuparse. En mi profesión ganamos bastante y llevo tantos años ahorrando que podré permitírmelo. Respecto al tiempo que tarda en prepararse, yo partiré hacia Aku en breve, pero pueden enviármelo o puedo acercarme yo cuando esté listo -obviamente, no iba a poder usarlo en su viaje-. Y, por supuesto, le pagaré por adelantado –no quería que la anciana dudara de su honradez-. En cuanto al antídoto en sí, yo misma dispongo de algunos menos potentes para la mayoría de especies de la zona, aunque no sirven para las más peligrosas –miró con curiosidad a la víbora que llevaba la mujer al cuello. Luego miró a su hijo, que parecía hipnotizado por ella. Clara... Qué nombre tan extraño. ¿De verdad lo usarían los antiguos o se lo está inventando para darle más misterio a la situación?

Aunque tuviera muchas olivinas, no le iban a dar para más de un antídoto. Pensó en cuál le convendría más pedirle. No tardó mucho en decidirse.

Busco un antídoto para el veneno de Krait, una especie, como ya sabrá, relativamente común y peligrosa. Mis débiles pociones no hacen mucho contra ella y he recibido a varios pacientes en los últimos años con mordeduras suyas: la mayoría de ellos murió; a los más afortunados tuvimos que amputarles el miembro afectado –recordaba a la perfección los efectos de la serpiente Krait.

Cargando editor
11/11/2013, 20:24
Ámbar Madhavi

Sigo con la mirada al tabernero mientras me sirve el agua. Mi garganta casi cruge de sed cuando por fin puedo probarla, bebo lento, sé que terminarla de una vez no es recomendable. Los garbanzos no tienen mala pinta, una vez apague un poco mi sed los probaré.

El tabernero quiere hablar un poco y -¿Por qué no? Ya me siento un poco más cómoda en este lugar extraño.-

-Tiene usted razón, soy de Tao... Vine a buscar una medicina que sólo Manaya podía darme, pero ahora estoy en deuda con ella y debo iniciar un viaje muy largo para pagarla.- Le respondo, reprimiendo una sonrisa amarga, por alguna razón mi incierto futuro ahora me hace gracia, sí, nunca me he metido en líos por gusto y ni siquiera ahora estoy segura de tenerlos -¿O si?- Viene a mi mente la imagen de ese hombre, Eruá, con su brillante cuchillo de precioso metal...

La mirada del tabernero me hace volver a la realidad y recordar la razón por la que entré a la taberna -¿Sabrá usted de algún guía que esté dispuesto a llevarme hasta las montañas del sur?- Pregunto, entre tanta gente que debía pasar por la misma situación que yo, ya habría venido alguno antes y, con suerte, esta no sería la primera vez que el hombre frente a mí escuchara esa pregunta.

Cargando editor
11/11/2013, 21:19
Lucyen

Muy loca tiene que estar la sanadora para mandar a una muchacha como tú a tal destino- intervino de pronto Lucyen, sin apartar la mirada de su vaso- ¿que tenéis que conseguir en las montañas del sur que sea tan importante para Manaya? 

Cargando editor
12/11/2013, 19:06
Eruá
Sólo para el director

-Ya bueno. Pero esa es la crónica de mi vida. Era un soldado ¿recuerdas?.- Terminó Eruá mientras hablaban en susurros en su propio idioma.

Notas de juego

Supongo que en privado hablan la legua del siglo XXXII.

Era lo que me imaginaba yo también.

Cargando editor
12/11/2013, 19:11
Eruá

-Ya sabes que no tengo ningún reparo en abusar de tu hospitalidad. Además de que este pueblo es lo suficientemente aburrido como para que prefiera tu conversación.- Dijo Eruá alegremente ante el ofrecimiento del anfitrión. -Eso si, igual me doy una vuelta que se le atrofian a uno las piernas si se pasa todo el día sobre el dromedario.

Eruá no prestó demasiada atención a la conversación entre las mujeres. Ya conocía a Manaya y aunque le llamaba la atención la forma en la que trataba a la gente, era normal que alguien con su habilidad se tomara esas licencias.

Notas de juego

No se si es muy tarde, si no es así Eruá aprovecha para visitar un poco la zona y hacer un poco de ejercicio como dice, es importante no atrofiarse :P

Vaya que en Or no es tan fácil encontrar mujeres como en Arna y en algo hay que ocupar el tiempo xD

Cargando editor
13/11/2013, 10:42
Izem

Al oír las palabras, al tabernero le cambia la expresión de la cara, y lo mismo sucede a muchos de los desdentados bebedores que allí había. Están algo serios, tensos. Lucyen rompe el silencio, y poco después se oye un murmullo general en toda la taberla. Izem continúa con cara de preocupación, serio. Minutos atrás nadie hubiera dicho que de su boca pudieran salir palabras que no fueran un mal chiste o grosería.

—No serías la primera a quien Manaya envía a esas montañas que muere en el intento. En el borde del risco, p'allá p'al Sur, hay siempre un mar de nubes venenosas. Allí se acaba el mundo, muchacha. Si respiras un poco de ese apestoso gas... —Izem inspira con fuerza para ilustrar su historia— te arden los pulmones como si respiraras fuego y toses sangre y... ¡se acabó! ¡La palmas! —El tabernero tiene ahora cara de tristeza. Suspira, y mirando al suelo continúa su historia—. Y no podía crecer la dichosa planta que Manaya quiere en ningún otro lugar, no. Sólo allí y en ningún otro lugar más que en los confines del mundo. Pero me temo que no tienes elección. —Vuelve a mirar a los ojos a Ámbar—. Cualquiera le dice que no a la bruja esa. Morir consiguiendo la planta es una buena muerte, si la comparas con lo que es capaz de hacerte si te niegas a ir a buscarla. Y créeme, no sé cómo lo hace, pero siempre acaba encontrándote. Esa vieja loca encontrará el modo de que saldes tu deuda diseccionándote viva. Le encanta hacer eso.

Cargando editor
13/11/2013, 11:06
Director

Lucyen había oído más de una vez aquella historia. No sabía si eran rumores o si sería verdad, pero desde luego se decía que Manaya, la gran curandera que era capaz de curar cualquier mordedura de serpiente por muy venenosa que fuera, también disfrutaba diseccionando vivas a sus víctimas para aprender sobre anatomía humana. Esa vieja estaría perturbada, pero era rica y poderosa. Eso sí, también se decía que cuando alguien le hacía un buen trabajo sabía recompensarlo generosamente. Muy generosamente, de hecho.

Sobre la planta que busca, has oído que en el pasado crecía en más partes y que tenía grandes poderes curativos, pero que como se explotó en todas partes y era difícil cultivarla, ahora sólo crece en los lugares más remotos; es decir, los más peligrosos.

Cargando editor
13/11/2013, 11:24
Amiel Miró

—Claro claro, sal a dar una vuelta. Ya sabes que no hay gran cosa por aquí, pero tú estira las patas.

Y dicho esto, Eruá salió a dar una vuelta mientras Walda seguía "negociando".

Cargando editor
13/11/2013, 11:29
Director

Todavía había algo de luz, pero ya comenzaba a oscurecer. Or era un pueblo muy pequeño, no tenía mucho que visitar. Tus compañeros de la caravana estaban en la pequeña plaza del mercado, pero estaban ya recogiéndolo todo junto con algunos vendedores de verduras. No había más vendedores ambulantes, todos los demás eran locales. Un grupo de niños jugaba a tirarse piedras en la calle, pero algunas madres ya comenzaban a llamarlos para que volvieran a casa, y un rebaño de cabras venía junto a su pastor, seguramente para resguardarlas en algún lugar del pueblo durante la noche. Sólo quedaba de interés por visitar la única taberna del pueblo, no había mucho más que hacer allí, como no fuera pasear entre los cultivos cercanos o acercarse al río, aunque a estas horas las mujeres seguramente ya no estarían lavando la ropa. Las calles estaban cada vez más desiertas, y comenzaba a refrescar.

Notas de juego

¿Hay algo en particular que quieras hacer? No se me ha ocurrido ningún lugar que visitar, pero si quieres buscar algo en particular, tal vez lo encuentres.

Cargando editor
13/11/2013, 12:12
Lucyen

La pregunta era baladí, puesto que Lucyen intuía cual era el propósito de aquel peligroso viaje. Las palabras del tabernero eran del todo ciertas: donde iba solo encontraría su perdición... pero tampoco tenía mucha mas opciones. Hacer tratos con Manaya y no cumplirlos era mil veces peor que el fracaso en tu misión. La pobre muchacha estaba realmente en un verdadero apuro.

Pero había otro detalle a tener en cuenta: misión arriesgada, sin lugar a duda, pero Manaya tenía fama de pagar bien, muy bien sus encargos. La cuestión era, ¿merecía la pena arriesgarse en aquella misión suicida?

Muchacha, puede que este sea tu día de suerte- dijo Lucyen mientras se giraba a mirarla- puede que esté interesado en acompañarte, aunque tendría que cerrar algún que otro asunto previo.

Cargando editor
13/11/2013, 12:25
Manaya

Manaya parecía algo molesta, aunque no sabías bien por qué. 

—¿Antídoto de krait?  —pregunta la señora mientras juega con Clara—. Claro que tengo antídoto de krait, ¿por quién me tomas? Si no tuviera los antídotos siempre preparados y listos para usar, ¿de qué me servirían? Pero te lo digo desde ya, ese antídoto es caro —como todos los que yo vendo, pensó Mayana—, con que me des 3 kilos de hierro u otro metal y 5 bolsas de olivinas bastará. Pero dime, ¿a qué vas a Aku? No me dirás que vas a pedir que Maba Gathra te tome como discípula —ves como Amiel sale de la habitación sin decir palabra—, ¿verdad? Eres un poco mayor para eso, ¿no crees? Además, esa vieja chocha no es tan lista como la gente piensa. Se cree muy lista, pero no lo es tanto. 

Notas de juego

Haz una tirada de "comercio" para saber si el precio que te ha dicho es correcto.

Cargando editor
13/11/2013, 12:45
Walda Boh
- Tiradas (1)
Cargando editor
13/11/2013, 12:48
Director

Los antídotos contra el veneno específico de una serpiente son caros. Más que caros, de hecho. Pero una cosa es que fueran muy valiosos y otra cosa era que costaran el valor de la mitad de Agavé. Era absurdo que te pidiera una cantidad tan exorbitada. No ya solo porque era claramente un timo, sino porque ni el gobernante de Uru podría permitirse pagar algo así, así que no tenía ningún sentido pedir tal cantidad a nadie.

Cargando editor
13/11/2013, 13:14
Walda Boh

Walda se sentía decepcionada. Pero no solo por el alto precio que le dijo la mujer, sino por ver que esa anciana a la que había admirado tanto tiempo no era tan inteligente como suponía. Quizá hacía años lo era, pero claramente ahora empezaba a chochear. Pero si fue ella quien me dijo que tardaría en preparar el antídoto... ¿Y ahora me viene con que ya lo tiene listo? Pobre mujer, está perdiendo facultades. Y hablar así de Maba Gathra... Quizá no sea tan lista, no lo sé. Pero esa rivalidad tan infantil no es propia de una persona inteligente. Empezaba incluso a dudar incluso de que el antídoto fuera bueno, si lo había hecho una mujer con dudosas capacidades mentales.

En cuanto al precio en sí... Walda sabía perfectamente que era imposible que un antídoto, aunque muy caro, costara tanto. Así que, por muy importante que fuera esa mujer, le plantó cara.

-Sin ánimo de ofender, Manaya, no pienso pagar ese precio. No soy una persona tan estúpida como debe usted creer. ¿Piensa que no sé que lo que usted pide no puede permitírselo ni el mismísimo gobernante de Uru? No sé si intenta usted ponerme a prueba, si lo hace por divertirse conmigo o si realmente intenta sacarme todo ese tesoro (algo, claramente, imposible)  –todo esto Walda lo dijo sin alzar la voz ni cambiar el tono. Ante todo, era una persona educada y no quería faltar al respeto a nadie, por mucho que se lo faltaran a ella.

-Le propongo otro trato. Olvidaré lo que me ha dicho si me da el antídoto y, a cambio, le doy 1000 olivinas, un precio más que razonable –sacó de su petate uno de los 5 saquitos de piedras que llevaba-. Seguro que encontrará mi oferta satisfactoria para un antídoto de tal calidad. Deje el metal para los cazarrecompensas.

Antes de que la anciana tuviera tiempo para responder, añadió:

-Y, ya que ha mencionado mi edad, le diré tengo 24 años. Suficiente para seguir poblando de niños esta región y para conservar mis capacidades mentales y cognitivas.

Cargando editor
13/11/2013, 12:32
Ámbar Madhavi

Volteo en dirección al desconocido que decidió intervenir en mi conversación con el tabernero y lo estudio brevemente, -Parece un tipo misterioso y solitario.- Pienso preguntándome también si será un cazarecompensas como el que estoy buscando.

Pero antes de responderle percibo el ambiente incómodo que se ha creado de repente en el lugar, al parecer mi misión es más peligrosa de lo que había pensado, me vuelvo hacia el tabernero y sus palabras me dejan practicamente desfallecida.

-Así que mis opciones son morir o ser asesinada, qué perspectiva...- Pienso mientras la amargura se apodera de mi, recuerdo a Ágave, ella no habría querido esto para mí. -Sin embargo aquí estoy...- Sin querer muerdo mi labio inferior, no quiero enfrentarme a Eruá, de ninguna forma. -Casi preferiría viajar con cualquiera de estos tipos que con mi verdugo declarado.- Pienso ahora molesta.

Las palabras del hombre misterioso me sacan de mi ensimismamiento, sorprendiéndome al mismo tiempo, volteo hacia él nuevamente, mirándolo de arriba a abajo perpleja, no puedo creer que esté diciendo eso.

-¿De.. de verdad?- Titubeo, con el aliento contenido, ese hombre además de misterioso parecía tener más experiencia que yo, diría que todos en la taberna lo hacían, pero él es el único que se ofreció. Miro un momento al tabernero, como preguntándole si estará bien ir con aquél tipo, no conozco a ninguno, pero me parece que hasta ahora ese hombre ha sido bastante honesto conmigo.

Cargando editor
13/11/2013, 15:30
Lucyen

Asiente a la pregunta titubeante de la joven- tu tienes que realizar un pago por el servicio de Manaya, y yo puede que saque algo de todo esto- responde- pero ten en cuenta que tengo aún un asunto pendiente que tratar antes de poder ir contigo a cumplir tu misión- reitera- pero hablaremos de este asunto cuando comas algo- dice volviendo su vista al tabernero- si Izem está dispuesto a servirte.

Cargando editor
14/11/2013, 00:58
Manaya

—Vaya vaya, parece que no eres tan tonta como yo me imaginaba —dice sonriendo—. Mira, te diré la verdad. ¿Ves lo que hay en esta habitación? —dice mientras mira a todos lados y abre los brazos para hacer notar la grandiosidad de todo lo que contenía—. Las más caras alfombras y tapices, jarrones, esculturas... Tengo de todo. No me hace falta el dinero, riquezas ya tengo, y de sobra. Podría hacer que la gente me pagara con olivinas, ¿pero para qué más? Y yo misma podría pagar a los demás en olivinas si quisiese que hicieran algo por mí. Pero ese no es mi estilo, querida. Mi estilo es otro: haz que la gente esté en deuda contigo y no tendrán más remedio que hacer lo que les pidas, sea lo que sea. La muchacha de antes hará un gran trabajo, seguro si no muere en el intento, pensó Manaya—, un trabajo que la mayoría no haría por dinero, pero como no hay más remedio... Espera un momento aquí, te mostraré algo.

Manaya salió de la habitación, llevándose a Clara con ella.

Cargando editor
14/11/2013, 01:12
Amiel Miró

Poco más tarde, antes de que a Manaya le hubiera dado tiempo a volver, Amiel apareció por allí y se acercó.

—Discúlpala si se pone un poco arrogante —soltó—. Es un poco excéntrica, no lo niego, pero en el fondo no es mala persona. ¿Unos caramelos? —ofreció a Ulun acercándole una bandeja de mimbre con caramelos de colores—. A mí me encantan, sobre todo los de menta.

Cargando editor
14/11/2013, 01:17
Director

Notas de juego

Información adicional para Eruá:

Manaya, la mujer de Amiel y nativa de Agavé, fue un día discípula de Kazra Slauf (Maba Gathra) y de ahí sus conocimiento médicos, pero tuvieron una fuerte discusión y esta última se negó a seguir instruyéndola. A día de hoy siguen sin hablarse, y Amiel casi no se relaciona con Maba Gathra.

Cargando editor
14/11/2013, 01:47
Ulun

Ulun había presenciado la escena entre Manaya y su madre sin entender la mitad de las palabras que decían. ¿Veneno de "Kati"? ¿Gobernante de... "Ulun"... como yo? No sé qué dicen estos mayores. Lo único que sabía era que esa señora le daba miedo. Menos mal que su madre era una valiente.

El señor parecía más simpático. Hasta le ofreció unos caramelos, que aceptó encantado.