Partida Rol por web

La Clepsidra

Or, la pequeña aldea

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14/11/2013, 01:51
Walda Boh

Walda escuchó las palabras de la anciana con atención. Parecía que había ganado una batalla... pero no la guerra. Quizá ahora la mujer le tuviera un poco más de respeto, pero seguí sin fiarse de sus intenciones. Si no quiere olivinas... ¿qué busca? Pensó en la joven que había salido de allí hace un tiempo, a quien habían encargado una misión peligrosa. Le he dejado claro que tengo cerebro, pero no fuerza para enfrentarme a ese tipo de tareas. ¿Qué pensará mandarme?

Su marido la disculpó. Sin duda ese hombre era más amable que ella y transmitía mucha más seguridad y confianza. Sonrió al buen Amiel y esperó pacientemente a Manaya.

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14/11/2013, 21:32
Ámbar Madhavi

Miro al hombre de la mesa.

-Es cierto, claramente tendrá sus motivos para acompañarme a un lugar tan peligroso...- Compongo una pequeña sonrisa resignada y le respondo:

-Gracias... esperaré a que culmine sus asuntos, pero si no le molesta me gustaría saber cuánto tiempo le tomará hacerlo.- Pregunto para calcular cuántos días tendré que quedarme en Or y cuántas olivinas tendré que pedirle a Rania que me envíe para cubrir los gastos de tan largo viaje.

Una vez me responde decido probar aquellos garbanzos, mi estómago casi duele del hambre y tener algo que digerir al menos ayudará a que se acabe pronto esa sensación.

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15/11/2013, 11:40
Lucyen

Mis asuntos es acabar otra tarea pendiente- responde- escolto a una mujer y a su hijo hasta la ciudad de Aku. Cuando acabe ese trabajo podré ayudarte en tu cometido, y antes de que calcules el tiempo que vas a perder yendo hasta aqui, créeme si te digo que es tu mejor opción. Pocas personas estarían dispuestas a ofrecerse para escoltarte hasta donde tu vas. 

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15/11/2013, 17:14
Eruá

Notas de juego

¿Hay algo en particular que quieras hacer? No se me ha ocurrido ningún lugar que visitar, pero si quieres buscar algo en particular, tal vez lo encuentres.

En realidad no. Es solo que en mi mente Eruá se mantiene mejor que el resto de los hombres de su edad, aparte de por tener una juventud mejor alimentada, por mantener una cierta rutina de ejercicio. 

 

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19/11/2013, 22:43
Manaya

—¿Arrogante yo? —Manaya salió tras una especie de puerta de cortina de madera*—. Amiel, déjame con mi clienta, ¿quieres? Ya hablaremos más tarde de eso que acabas de decir —refunfuñó, seria y amenazadora—. Y llévate al chico a dar una vuelta, quiero hablar tranquila.

Amiel salió a otra sala, llevándose a Ulun con él.
 

Notas de juego

Sí, madera. Esta señora tiene dinero.

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19/11/2013, 22:48
Director

Cuando estuvieron solas, la mujer se sentó frente a Walda y esbozó una amplia y siniestra sonrisa.

—Piensa bien en lo que haces antes de actuar —soltó—. Piensa que, si haces algo de lo que puedas arrepentirte, tu muchacho pagará las consecuencias. Y tú no quieres eso, ¿verdad? Ah, ¿que no sabes de qué estoy hablando? Te lo explicaré. Ese caramelo que tu hijito se ha tomado contenía huevos de un parásito bastante molesto —Manaya seguía hablando sin dejar de sonreír, mirando fijamente a Walda—. Es más, si está mucho tiempo sin tomar el antídoto, arderá en fiebre y morirá. Pero no queremos que eso ocurra, claro que no. ¿Verdad? Por eso te he traído el antídoto, o mejor dicho, el antídoto temporal. Se lo darás cada día antes de ir a dormir desde hoy mismo, y eso evitará que el parásito actúe. Cuando hagas lo que yo te pida, si lo haces bien, te daré el antídoto definitivo, lo tomará una vez y todo esto se habrá terminado. Hasta eso momento espiarás a Maba Gathra en todo lo que haga. Todas y cada una de las cosas que diga o haga me las pondrás por escrito (porque sabrás escribir, ¿no?). Y que nadie se entere, querida. Y cuando digo nadie, es nadie. Así que ya lo sabes, gánate su confianza y envíame palomas tan a menudo como puedas, y yo te iré enviando más antídoto. ¿Qué me dices? 

La señora te tiende un bote de vidrio con pastillas blancas. Hay suficientes para unos 10 días.

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19/11/2013, 22:56
Izem

—Bueno muchachos, siento decirlo, pero es hora de que cierre la taberna. ¡Así que fuera todo el mundo! Mi mujer me espera en casa, tratad vuestros asuntos en otro lugar. 

La calle estaba desierta, y hacía bastante fresco. En realidad no era tan tarde, pero parecía que lo fuera. Las chimeneas todavía expulsaban humo, y se veían luces por ahí.

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19/11/2013, 22:58
Izem

Eruá continuó andando por el pueblo, hasta que por fin todo el mundo se fue a sus casas y no quedó nadie en la calle. Mientras daba una vuelta por allí, vio que sí que quedaba algún borracho que salía de la taberna del pueblo, y finalmente salieron Lucyen con Ámbar, seguidos de Izem el tabernero.

—¡Buenas noches! —se despidió. Y finalmente desapareció por un callejón.

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20/11/2013, 09:56
Walda Boh

Walda miró a Manaya con una sonrisa. Vaya, parece que su mente sigue funcionando. Nos ha engañado bien. Sin embargo, Walda no se dejó intimidar.

Muy bien, Manaya. Reconozco que ha sido un buen movimiento. Pero te diré que has tenido suerte. Mucha buena suerte. No soy una mujer cualquiera, devota hacia sus hijos. Las mujeres de Arna somos diferentes. Cuando nuestros varones alcanzan cierta edad, los mandamos fuera de casa y nos olvidamos de ellos para siempre. He vivido la muerte y la separación de varios hermanos y de otro hijo. Estoy más que acostumbrada a la pérdida. Eso era cierto. Por todas esas situaciones que había vivido, Walda se había hecho fuerte y nunca se había encariñado con nadie, ni siquiera con su familia. Su propia madre había perdido a varios hijos y nunca le afectó demasiado, aunque no era tan desapegada como Walda. Continuó con una sonrisa.

Te dije que has tenido suerte por una sencilla razón. De haber envenenado a mi primer hijo, al que hace mucho que dejé, te habrías dado de bruces contra tu propia idea. Era un lisiado, una carga que solo me truncaba mi propia vida. Y habría estado más que contenta de haberme librado de él. Por supuesto, yo no iba a matar a mi propio hijo, pero habría agradecido que alguien lo hiciera. Quería que Manaya supiera con qué clase de persona estaba hablando y que, por nada del mundo, iba a dejarse amedrentar ni asustar por ella. Que, desde aquel momento, ambas iban a estar en igualdad.  Sin embargo... Walda pensó bien sus siguientes palabras. Por muy poco afecto que sienta hacia la gente no quiere decir que vaya a dejar morir a un habitante sano de Agavé. Ambas sabemos que la población es escasa y que sería una terrible pérdida para el valle. Acepto tu propuesta. Ahora bien, espero que en el precio esté incluido el antídoto que yo vine a buscar. Miró a Manaya con ojos suspicaces. No lo había mencionado y ya no se fiaba de ella. Porque, en caso contrario, ya puedes ir olvidándote del trato. La información sobre una persona como Maba Gathra era demasiado importante como para cobrarle solo el antídoto para Ulun. Cogió el frasco de pastillas que la anciana le ofrecía y esperó a que volviera Ulun antes de marcharse.

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21/11/2013, 17:24
Eruá

-Era lógico.- Pensó Eruá cuando vio a la chica que había ido a casa de Amiel. Or era un pueblo pequeño y ya estaba claro que Lucyen era alguna clase de mercenario con lo que no era raro que se hubieran encontrado si la joven buscaba con quien ir. O también era posible que ya se conocieran, en cualquier caso, no era su problema y dado que la relación con ambos no había empezado muy bien decidió seguir su camino hasta casa de Manaya para pasar una noche tranquila.

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21/11/2013, 21:55
Lucyen

Hizo un gesto de saludo a Erúa nada mas verle, aunque parecía que el hombre no tenía intención de pararse a charlar un rato -no es que le incomodara eso precisamente-. Se giró a la muchacha- ¿donde te hospedas?

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23/11/2013, 17:23
Ámbar Madhavi

Izem decide que es hora de cerrar la taberna, dejándome con aquellos garbanzos en la mano, los guardo en un bolsillo antes de salir seguida por aquél mercernario que aún no ha respondido mi pregunta.

—Buenas noches— Respondo al tabernero, quien se va a paso rápido, imagino a su mujer esperándolo, pero eso no es lo que importa ahora, me doy la vuelta para recordarle mi pregunta al mercenario cuando veo a Eruá caminar en dirección a nosotros, bajo la mirada, incómoda, mientras el otro hombre le saluda, afortunadamente Eruá no se detuvo y el hombre frente a mí me sorprende con su pregunta.

¿donde te hospedas?

-No... la verdad es que llegué hoy, tengo que buscar hospedaje.- Le respondo algo aturdida, tengo que buscar un sitio donde pasar la noche y descansar. -No quiero dormir otra vez en la calle.- Pienso recordando la incomodidad de los días anteriores. Entonces recuerdo otra cosa.

-No me has dicho tu nombre, yo me llamo Ámbar.- Le digo al mercenario, seguir pensando en él como un desconocido no era una opción ahora que se había ofrecido a guiarme en el viaje.

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23/11/2013, 21:22
Lucyen

Lucyen- responde. Mira a la muchacha durante unos segundos- vamos, te hospedarás conmigo- dice finalmente. Era lo mas sencillo dadas las circunstancias. Dudaba de que le pusieran muchas pegas sus compañeros de viaje. 

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26/11/2013, 11:53
Manaya

—Veo que te haces la dura. No te preocupes, el antídoto estaba incluido en el trato. Yo siempre cumplo lo que digo, ¿sabes? —te mira y muestra una falsa sonrisa para dar énfasis a sus palabras—. Siempre. 

Manaya sale del salón y vuelve no solo con tu antídoto, sino también con una bolsita de olivinas y tres diminutas bolitas de hierro. Detrás de ella llega Ulun.

—Toma, para el camino —dice poniéndote la bolsa en la mano—. Te deseo suerte.

Dicho esto, se despiden de ti tanto ella como Amiel, que aparece por allí. Tú vas al campamento de los comerciantes, ya es hora de dormir.

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26/11/2013, 11:58
Amiel Miró

Llegas a casa de Amiel y Manaya. Walda ya no está allí, sólo están los dueños de la casa.

—Bueno, Eruá —se despide el hombre en voz alta—, nosotros ya nos vamos a dormir. Te he preparado un colchón de lana en el salón y unas mantas, ya nos veremos mañana por la mañana.

Y dicho esto, desaparecieron en su habitación, dejándote solo en la sala.

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26/11/2013, 12:01
Lúder

Los mercaderes ya tenían preparado el campamento a las afueras de Or. Pese a que no era tan tarde, la mayoría ya estaba descansando, y el joven Lúder montaba guardia. Walda y Ulun estaban llegando al mismo tiempo que Ámbar y Lucyen. Cuando vio acercarse al grupo se levantó para saludar.

—¡Buenas noches! —saludó—. ¿Ya te traes a otra mujer, Lucyen? Ten cuidado con quién te traes aquí, eh, asegúrate de que no trae armas. —Miró hacia Ámbar. No le parecía peligrosa, pero toda precaución era poca—. Lo siento, señorita, pero si va a pasar la noche con nosotros tendrá que dejar sus armas ahí —dijo señalando un rincón cercano al fuego—, si es que tiene. Podrá recogerla por la mañana, son las normas.

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26/11/2013, 12:10
Director

Notas de juego

Quizá no debería decir esto, pero hagan lo que hagan ustedes, Walda va a seguir hacia Aku con Eruá, por lo que si quieren pueden empezar yendo hacia las montañas del Sur ya. Si es así, necesito un simple sí rápido (o un no) para que sepa qué hacer en otra escena, pero si puede ser una respuesta rápida pues mejor.

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26/11/2013, 12:35
Walda Boh

Walda volvió de casa de Manaya con Ulun de la mano. Lucyen apareció al instante acompañado de la chica que había estado también en casa de la anciana. 

-Muy buenas a todos. Espero que hayan tenido un buen día de comercio -Al instante, sentó a Ulun en una roca, le dio un cacho de pan con queso y sacó una de las pastillas del frasco que le había dado Manaya-. Toma hijo. Tómate esto con la cena y, cuando termines, vete a dormir. Ulun la miró con cara extrañada al ver la pastilla, pero Walda no le dejó hacer la pregunta-. Es una medicina, te la vas a tener que tomar quieras o no.

Luego se dirigió a Lucyen y a la joven. ¿Ha tenido un día provechoso, Lucyen? Tome, ahí le dejo algunas viandas de las que le prometí -Sacó entonces más pan, queso, agua y un poco de carne en salazón-. Usted también puede coger, señorita. Hay para todos.

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26/11/2013, 14:18
Ámbar Madhavi

Prefiero asentir antes que quedarme sola en ese extraño lugar. Si algo busca ese hombre, ya me las arreglaré para librarme de él, mientras tanto él ofrece un sitio dónde quedarme, probablemente gratis, así que no me quejo y le sigo.

Al llegar el hombre que vigila la entrada hace un comentario bastante ofensivo:

¿Ya te traes a otra mujer, Lucyen? Ten cuidado con quién te traes aquí, eh, asegúrate de que no trae armas.

Le asesino con la mirada antes de decirle: -No tengo armas, puede revisar si quiere.- Con bastante rabia contenida, estoy empezando a cabrearme, cansada por el viaje, hambrienta y maltratada por casi todos los habitantes de este sucio lugar.

Cuando nos topamos con Walda, la mujer que estaba en la casa de Manaya, me pongo ligeramente a la defensiva también, pero ella parece más amable que el promedio de los demás habitantes, así que cedo ante la tentación del pan y, ante los ojos de Lucyen, me siento junto a ella.

-Muchas gracias.- Digo recibiendo el pan. -Mi nombre es Ámbar y vengo de Tao ¿Cómo te llamas?-

Notas de juego

Si

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26/11/2013, 21:44
Lucyen

Hace un gesto de saludo a Ludun nada mas llegar al campamento

 ¿Ya te traes a otra mujer, Lucyen?

Sonríe ante ese comentario y la mirada asesina de la joven: creo que perdería algo si intentase algo extraño con esta muchacha- responde a la chanza. Tras esto, se sienta cerca de Walda -Ambar se sentó cerca de la anciana- cogiendo la comida que le ofrecía.

¿Ha tenido un día provechoso, Lucyen? 

Si- responde- he encontrado un nuevo trabajo al que hacer frente. A decir verdad, puede que nuestros caminos se separen, Walda. Visto que tu ya tienes una caravana y una escolta para ir a tu destino, puede que nos separemos aqui. 

Notas de juego

Si.