Partida Rol por web

Detrás de vosotros quedan un montón de hierros chamuscados y fomori muertos. Delante, trabajo. Scott se ha dignado finalmente, después de dar los cuidados de un amante a su moto, a arreglar la herida de Jeremiah, que se resistía a curarse, debido seguramente a los artificios del Wyrm. Poco tiempo pasa antes de que estéis de nuevo en marcha, a toda velocidad, hacia Winters. Las máquinas vuelves a rugir y el viento de California os sacude el pelo, arrojando lejos el hedor a sudor, sangre y pólvora, y regalándoos el cálido abrazo de la costa oeste. Como Garou, sabéis que los espíritus de estas carreteras son bastante acogedores, y podéis notar su bienvenida.

Pasan unas horas antes de que alcancéis vuestro destino: Winters. Una población de algo más de seis mil almas, insuficientes hasta para las manadas de chupasangres menos exigentes, pero situada en la Interestatal 505, que baja hasta Sacramento, y, por tanto, una de las arterias de los Wyld Ones. Por este pueblo pasan a menudo vuestros transportes de armas, escoltados por vuestros hermanos de Dunsmuir y de Arcata, en dirección a St. Helena, vuestro club más al sur.

Quizá por ello, los proveedores hayan decidido que os veáis aquí. Está lo bastante cerca como para que conozcáis el sitio pero lo bastante apartado como para no llamar la atención. Águila Negra sabe lo que se hace, definitivamente.

El plan es dirigiros a una librería que está en al este de la ciudad. Allí se supone que habéis quedado en encontraros con los contactos de Águila Negra para lo que sea que quieran contaros. No obstante, se supone que ibais a llegar antes. Ya ha pasado la hora de cierre y, aparecer en la puerta del local ahora mismo despertaría sospechas. ¿Podrán esperar vuestros socios a mañana por la mañana? Podríais ir a buscar un buen sitio para celebrar la vuelta de Scott...

Al parecer, matar a esos pobres diablos amigos del Wyrm ha sido providencial. Los asiáticos esperan en un restaurante llamado El Nido del Dragón, que debe estar hacia el sur del pueblo. Os podríais dejar caer antes de pasar a ver a vuestros compañeros de negocios. ¿O quizá es una falta de respeto y lo que hace falta es una buena juerga?

Volvimos a retomar la carretera, y dejé que el viento y la velocidad me reconfortaran mientras nos dirigíamos a nuestro destino. Algunas horas después ya estábamos allí, aflojando nuestra velocidad al adentrarnos en el casco urbano, hasta que finalmente nos detuvimos.

Por fin. Winters.

Sin embargo, habíamos llegado tarde, demasiado tarde. La noche había caído, y la librería ya estaría cerrada; seguramente mis hermanos ya se habrían dado cuenta de ese detalle.

-¿Y ahora qué? ¿Hay alguna forma de contactar con ellos? – dije mirando hacia delante, donde se encontraban Scar y Alexia, y después a mi lado y atrás, a Matt y Jeremiah. – No creo que nuestros socios sigan esperándonos. – expliqué entonces a Scott, que se encontraba delante de mí.

Tras un largo paseo, un par de horas más desde nuestro pequeño recreo con esos esclavos de perdiciones, alcanzamos Winters. Sigo a los demás hasta detenernos justo delante de una librería, obviamente cerrada a estas horas. Mientras los demás miran alrededor, cruzando miradas entre ellos también, yo alzo la vista al toldo de la librería, comprobando el nombre.

¿Una librería? -Digo con una sonrisa irónica, quitándome las gafas. Zoe pregunta por una forma de contactar con nuestros "socios", ya que naturalmente no van a seguir por aquí a estas horas. Pensarán que les hemos dado plantón, y cuando concertemos otra cita con ellos habrá que compensarles por ello. Me recuesto en la moto, perezoso, alzando una bota hasta el manillar- ¿Pensabais sentaros con ellos en una mesita de lectura, con un té en tacita de porcelana y un manual de autocontrol para leer? Jajaja...

Ya se que a veces las cosas se hacen así, en lugares discretos donde nadie nos esperaría encontrar. Aunque la verdad es que ahora mismo preferiría estar en un buen pub, con música ruidosa y cerveza. He llegado a sentir cierta molestia con el excesivo silencio. Me recuerda demasiado a la puta celda.

Mientras los demás deciden, miro alrededor. La calle está tan condenadamente tranquila... Este lugar está muerto, joder, al menos a estas horas. No me gusta. El viejo me prevenía demasiado acerca de estas cosas, era un paranóico, pero eso le mantenía con vida. Y me ha mantenido a mí. Buscar donde no parece que haya nada, prepararse para lo peor, aún sin indicios de que así sea.

Hmmgf... -Reniego bajando de nuevo la pierna al suelo, poniéndome en pie- Mientras os decidís, voy a echar un vistazo por ahí, al "otro lado"... -Digo con un tono que evidencia a qué me refiero. Nunca está de más comprobar la Penumbra, por lo que pueda ocultar. Y soy el puto Theurge, para eso he vuelto, ¿no? Para hacer mi parte del curro... Me dirijo caminando lentamente hacia un callejón cercano, donde sea menos probable que un ojo indiscreto me vea desaparecer como si nada.

El viento ondeando mi melena y la sensación de los espiritus benévolos circulando, me ponen de buen humor. La superflua cicatriz que ostenta mi mejilla, aún arde y posiblemente tarde en sanar un poco más que una herida convencional.

Por fin veo el cartel de "Bienvenidos a Winters" colgar a un lado de la carretera y me provoca estirar las piernas. Divertirme en algún club, flirtear un poco, cantar, bailar... pero nos detenemos frente a una aburrida biblioteca que encima ya está cerrada. ¿Qué demonios? miro por el rabillo del ojo a Jeremiah.
Al rato recordé que era el punto de reunión al que nos habían citado. Menudo rollo iba a ser ahora explicar la tardanza o quizás no. - Siempre me puedo colar por el techo, pero no creo que estén allí dentro ya. Esto va a requerir ser niños buenos la próxima vez que quedemos -Scott habla y asiento- ¡Pues ni hablar! a mi esas cosas de tardes de té, no me van. -me levanto de la moto y me estiro, hemos estado bastantes horas en la carretera y me apetece hacer algo más que solo esperar, veo animoso al theurge y capto a lo que se está refiriéndo. Ya hay guerreros de este lado, mi instinto me dice que es mejor ser precavidos- ¡Eh! Iré contigo. Después de la fotografía de amor del gordo, no sea que al otro lado... deja que te cuide las espaldas -miré a Scar pidiéndole permiso, al ver su mirada seguí al theurge. de paso que me divierto mirando un rato...la umbra, si

El fragor de la batalla, la Familia, la carretera. Todo eso se complotaba para relajar la vida, alejar los malos momentos, volvíamos a ser uno. La herida aún seguía allí, no era el dolor lo que molestaba, el dolor es nuestro aliado, el dolor te dice cuando has sido herido a veces de gravedad, pero saben que es lo mejor del dolor? el dolor te dice que Aun no estás muerto. La carretera junto con sus espíritus nos dieron la bienvenida una vez más, la formación tomo la forma de siempre, cada uno cuidando del otro.

Pasaron las horas y el sol cayo lentamente cuando Winters nos recibió, manejamos hasta el lugar pero al llegar las puertas estaban cerradas, Jeremiah negó ampliamente pero no se arrepentía de llegar tarde a la reunión, había compartido algo más con la Manada. El motor del vehículo seguía ronroneando, desde su pantalón tomo el teléfono descartable y reviso si tenía alguna llamada de los Chinos.

-Mierda- mascullo entre dientes mientras se rascaba la barba – Al menos…- miro a Scott cuando este hablo y Alex se sumó a la caminada entre mundos – Si le haces algo a Alex, ya sabes lo que te espera, manten todo en tus pantalones y estaremos perfecto-

- Scar..- Le dijo al su Alpha, hermana y compañera – Mientras estos van de paseo, conozco un bar a unas cuadras, llamare a los interesados desde un teléfono público – agrego – veremos de reunirnos a primera hora, que dices?-

Luego la vista a Zoe y Matt – Y ustedes? Vienen o hay que ordenarles que se muevan también… muévanse o me los violo a ambos aquí mismo- Sonrió ampliamente mientras acelero un par de veces su moto antes de ponerse nuevamente en marcha.

Alex levantó las manos como un rayo, clamando inocencia antes de haber siquiera terminado de escuchar lo que Jeremiah estaba hablando, cuando escuchó la voz de su padre alzarse en advertencias. Giró el rostro para responder sin dejar de avanzar - Dale, dale, padre. No pasa nada, prometo que no abusaré de él. - Ha de estar preocupado porque Gaia me obsequió dones especiales, no es culpa mía... sonrió y rápidamente bajo una de sus manos para darle una nalgada al tal Scott- Si voy a proteger ese lindo trasero nada más -le guiño un ojo al theurge y miro inocentemente a su padre- ¿Qué es eso de los pantalones? No me hagas ponerme ingeniosa padre. En lugar de estar pensando pavadas, ve y fíjate que todo esté en orden en este lado. -metí las manos a los bolsillos y mire con inocencia al theurge, extendí la mano galantemente mientras le guiñaba un ojo ¿nos vamos? -y a ver si nos cae una peleita al otro lado.

Me detengo en seco cuando oigo la voz de la hija de Bastard diciendo que me acompaña. ¿Y esto? Levanto una ceja recorriendo los rostros de los presentes, al menos los verdaderamente conocidos. Primero Scar, luego Jeremiah, y por último Zoe. ¿A qué estamos jugando? ¿Escolta? La chica se justifica con la fotografía esa, a la que yo desde luego no doy importancia. Sí, venían a por nosotros, y me tenían como pista principal para localizar al grupo. Menuda sorpresa. Era pública mi salida de prisión.

Jeremiah, además, le sigue el juego, amenazándome de coña, espero que sea de coña, si le hago algo a su hija. ¿Es que estamos todos gilipollas? Aprieto la mandíbula, molesto, incluso sabiendo que en otras circunstancias habría continuado la broma. Pero es ella la que continúa, dándome incluso un azote en el trasero antes de invitarme a pasar delante de ella.

Y una puta mierda... -Digo con seriedad, pero sin perder los estribos, y le doy la espalda encarando a los demás- ¿Esto es cosa vuestra? -Digo sosteniendo la mirada de Scar y Jeremiah- ¿Desde cuando necesito guardaespaldas para hacer mi puto trabajo? No me hizo falta nunca antes de pasar por chirona, ¿es que creéis que me he ablandado? -Guardo silencio un instante, respirando por la nariz como un toro antes del rodeo- Puede que creáis que aquello han sido unas vacaciones, pero cada puto día ha sido una batalla, una sucia guerra de trincheras en la que he estado de mierda hasta el cuello... -Aprieto los puños, recordando las tantas y tantas veces que me jugué la vida en las misiones que orquestaba el viejo, en las encerronas, en las emboscadas- Y ahora que estoy fuera, ¿este es el respeto que tengo? ¿Necesito una niñera para visitar el mundo de los espíritus, para encargarme de MI curro?

Ni siquiera se qué me molesta más. Que no me crean capaz, que puedan estar colándome una escolta de forma disimulada, que esta sea precisamente una de las dos personas del grupo a las que no conozco... O todo ello, unido a la necesidad que tengo ahora mismo de estar sólo, meditar, pensar.

Me voy sólo.

Lo escucho y niego ¿Este es el tipo del que tanto hablaba mi padre? - ¡Eh! no te las desquites con ellos, esta fue mi iniciativa. Los ataques al azar no existen. Nos retrasamos al llegar aquí y esto está cerrado. No creo en las casualidades -miro al cielo ¿que me dijeron como no decir las cosas? ¡al diablo! si el tipo tuvo que estrellar su propia moto como si fuera una granada, mira que tratar a un espi... dale Alex, trata de entender, es el encierro y el está traumado- Necesitas ir con alguien que te pueda dar tiempo de hacer lo tuyo en caso suceda algo -respondo despreocupadamente mirando a Scar y Jere ¿para que rayos eramos una manada si a la primera susceptibilidad se iba a ir por su lado? - Si no confias en mi, entonces ve con alguien que tenga experiencia en combate, como mi padre, pero al menos no seas un engreido, que explota al primer malentendido, la necedad no te va a ayudar. No eres intocable y sin todos nosotros, no eres nada. ¿o la prisión no te lo enseño? ¿que es estar solo? - se que he sido un poco dura con esto ultimo pero que va, si le pasa algo al otro lado nadie se lo perdonará. Hice un ademán llevando mi dedo índice a la cabeza, camine hasta mi moto y me recosté en ella. Mire a Jeremiah, le hice una seña para que caminara al otro lado. ¿Total? quien le iba impedir seguirlo.

Esa prisión debió afectarle bastante, no es ni la sombra de lo que tanto hablaba mi padre. Saque otro chupetin y me lo llevé a la boca, necesitaba divertirme luego en algún lado.

Mis hermanos comenzaron a comentar sobre el encuentro, haciendo Scott y Alexia especial hincapié en el lugar escogido, mofándose de él.

¿Qué tienen de malo las librerías?

Miré hacia otro lado, tratando de ocultar mi gesto, dirigiendo pronto mi mirada hacia el asfalto. Las librerías eran lugares maravillosos, llenos de libros que contenían infinidad de historias, de otros mundos a los que me gustaba transportarme. Durante gran parte de mi infancia me había dedicado a refugiarme en estos, y aún continuaba haciéndolo cuando tenía ocasión.

Amo una buena historia, supongo que siempre he sido un Galliard.

Sonreí y volví a mirar a mis hermanos, cuando Scott informó que pasaría a la umbra. Era lógico, estábamos en un nuevo lugar, y con lo sucedido no estaba de más comprobar el terreno. Alex se ofreció a cubrirle las espaldas, pero parecía que no era lo único que quería cubrir, y Jeremiah también intervino. No tenía claro si estaban bromeando o Scott era ese tipo de Garou. Pero de pronto la cosa se puso fea y Scott estalló. Me sorprendió su actitud, pues nunca le había visto de esa forma, del mismo modo que me sorprendió Alexia replicándole con tanta dureza.

Mi mirada se dirigió inmediatamente a Scar, esperando la reacción de la alfa, y es que por lo que la conocía, era capaz de darle un bocado a cada uno o simplemente empezar a carcajearse por la escena.

Jeremiah levanto una ceja ante las palabras del Scott, que mierda le sucedía. Coloco el pie de la moto y se bajó caminando hacia el cómo toro enfurecido – Hey! – le enterró los cinco dedos en punta en el pecho y le señalo – Me importa una mierda tu paso por la caja, no iras solo a ninguna parte porque los Wylds se cuidan las espaldas, si vas hacer algo de lo que no debamos enterarnos nadie te va a juzgar por tus acciones – le miro fiero (Aclaro no uso ningún don).

Un gruñido salió desde dentro para luego mirar a Alex – Y tu cállate y deja de hincarle diente al culo de cualquiera que se te cruce por el camino – cerro uno de los puños con fuerza, si era necesario poner orden lo haría, su auspicio se lo encomendaba y no habría una separación o rabietas por estupideces.

Volvió la mirada a Scott – Iras con ella y ambos tendrán el cuidado necesario, quedo claro?- pregunto con la mirada ahora fija en ambos.

Luego se giró hacia Zoe y Matt – Cuando Scar lo diga nos moveremos, intentare contactar con los amarillos ni bien pueda -

Sentada en mi moto, escucho otra vez la voz de mi padre. Esta vez puedo no sólo notar su voz alta y grave, sino también la rabia que asoma sobre su piel ¿Quién podía culparlo? ¿Desde cuando los garous, wylds o no, andaban solos por ahí? pero fue algo que me guardé para mi. Luego dicen que las Furias somos más tozudas y complicadas. Cuando Jeremiah termina de hablar me rio - Solo estaba bromeando, padre, porque tú empezaste con el plan celos. - lanzo una mirada seria al theurge- Asegurarme que nadie lo mate al otro lado era todo lo que me disponía a hacer. -regreso la mirada a Jeremiah. Si tenía que ir con el, iría. Si tenía que ir otro, me quedaría de niñera. De niñera por cierto de dos cliath que estaban presenciando algo ridículo: Un lobo queriendo actuar solo. Al menos sabía que Matt era avispado y vería más allá de lo que realmente sucedía. Scarr estaba en silencio, eso era un poco intimidante. Había que reconocerlo, pero seguro estaba tan crispada ya como yo.

De pronto me dieron ganas de meterle un puñetazo al bastardo engreído y que deje de lloriquear como nena, que ya no está solo. Sus jodidos hermanos, nosotros, estamos con él.

Alex comienza a hablar a mi espalda, poniendo todo tipo de justificaciones que no me importan y acusándome de cosas que no entiende. Cada nueva palabra que sale de la boca de esta tía me enciende más, pero eso sólo de refleja en mi mirada iracunda y mi respiración agitada. Pero nada de eso es para ella, por eso continúo dándole la espalda. No es mi familia, no es mi gente. No tengo por qué esperar nada de ella ni ella de mí. Puede que formemos parte de la misma manada, que sea una Wyld, pero no nos conocemos lo suficiente.

A ellos sí.

Por eso les espero a ellos. A Jeremiah y Scar. Sobre todo a nuestra alfa. Porque con ellos sí que he hecho kilómetros, y a pesar del tiempo separados creo poder contar con cierto crédito. El suficiente para poder hacer mis cosas a mi manera. Yo no le digo a un Ahroun cómo cargar contra nuestros enemigos. No estoy dispuesto a soportar que me digan cómo debo inspeccionar el mundo espiritual.

Por eso me jode la reacción de Jeremiah. Viene hacia mí como un venado y me agarra de la camisa como si fuera un camionero gilipollas de cualquier club de carretera por los que paramos. Y dándome órdenes como si fuera un novato. Se que no soy el que era. Se que tampoco antes era el hombre más resuelto ni el más exigente. Pero, hostias, no he salido del infierno para soportar esta mierda. No soy el que fui, tampoco voy a soportar lo que habría soportado.

Quítame la mano de encima, Jeremiah. -Mis palabras son neutras, carentes de pasión. Me esfuerzo en que así sea, en no dejar escapar la ira, la decepción, todo eso que sí muestra mi mirada encendida- No tienes autoridad sobre mí, ¿o me confundes con un novato? -Miro por encima de su hombro, buscando a Scar. Ella sí tiene autoridad, ¿también me insultará decidiendo sobre mis funciones?

Ahora hago las cosas a mi manera. Sí, no es convencional. Por los métodos convencionales no habría sobrevivido al primer mes en ese agujero. Por los métodos convencionales no seguiría allí el viejo haciendo el trabajo sucio al club. Con sus métodos convencionales no estaban allí conmigo. Estaba sólo. Y sólo he aprendido a relacionarme con el otro lado. Si eso funcionó en las fauces de la bestia, no voy a cambiarlo aquí fuera porque crean saber más que yo. Vuelvo a mirar a Jeremiah.

Algún día te daré explicaciones de por qué hago las cosas que hago, Bastard, pero hoy no es ese día. Algún día te contaré lo que ha sido vivir allí dentro, convivir cada puto segundo con el eco espiritual de la desesperación y el dolor, dormir con un ojo abierto, saltando al menor sonido a sabiendas de que el enemigo descansa a una celda de distancia, recorrer la celosía como campo enemigo sin encontrar un espíritu aliado en meses. Y todo ello cada minuto del día, trescientos sesenta y cinco días al año, sin saber si serán cinco años, veinticinco, o toda la vida. -Endurezco aún más el gesto- Porque tenía que hacerlo. Y eso me ha hecho hacer las cosas a mi manera. Pero hoy no es ese puto día. -Acerco más mi rostro al suyo, impasible- Hoy es el día en que decidís si soy el Theurge de esta puta manada... O no lo soy.

La pequeña contienda entre hermanos continuó, haciéndoseme un nudo en el estómago al oír a Scott hablar a Jeremiah de aquella forma. Había sabido de Jeremiah en infinidad de ocasiones por medio de Scott, era consciente del aprecio que se tenían, y es que eran hermanos en más de un sentido. Pero ahora, las viejas historias de la manada no estaban viéndose reflejadas en la conversación de ambos. Nuevamente volvía a aflorar en mí aquel sentimiento, había separado a la familia.

Las últimas palabras de Scott se clavaron en mí como si fueran garras, desgarrándome más y más por dentro a medida que continuaba. Sí, había un plan, esa había sido toda la razón para dejarse apresar en mi lugar; sin embargo, no podía evitar pensar que las cosas podrían haberse hecho de otra manera, que su estancia en la cárcel tenía que haber sido la mía.

Me bajé de la moto con su última frase, con rostro impasible, al menos hasta que conseguí dar la espalda a mis hermanos. Eché mi pelo hacia atrás y miré al cielo un instante, antes de meter mis manos en los bolsillos de atrás del pantalón y caminar despacio hacia la librería. Fingí echar un vistazo dentro, pero en realidad sólo quería alejarme de allí.

Scott estaba perdiendo los estribos de la ira. Había que aceptar que hasta un theurge tenía tanta rabia dentro que lo consumía en sentimientos negativos que en realidad no existian fuera. ¡Pegaso! menos mal que no soy yo la de la escenita de rabia. Esto si es una novedad Acostumbrada a sentir la rabia fluir, permanezco sentada pero atenta a mi derredor esperando que el estado de ánimo del tal Scott se enfríe. Echo un vistazo al otro lado de la acera y a los rincones oscuros, no sea que alguien este presenciando todo esto, aparte de la verguenza de tener que ver todo el berrinche y discusión.

Bueno, es parte de la vida.

Discutir, hacer amistad, seguir.
De pronto el theurge da una dentellada en palabras a mi padre.

Entorno los ojos. ¡ya tío! ¡párala por dios!

Todo es él, él, él.

Gaia, métele un espíritu en esa sesera de que al igual de mal que el la paso, la pasaron todos ellos. La culpa de dejarle solo. El viejo solo quiere protegerlo. Lo que no pudo hacer antes

Lo que pasó, lo que vivió, lo que sintió. Porque el resto la pasó bomba ¿no? Apreté el manubrio de la moto, recordando las cartas de mi padre mientras vivía con la impotencia encima de no poder hacer nada. Fue un motivo importante de la decisión que tomé de volver a su lado: me necesitaba. Y volví y me aceptó y también nuestro espirítu guardian.

Pues no será uno pero se está comportando como uno, como un cachorro novato, soltando rabia con quién solo desea estar tranquilo de su bienestar. Pero ni modo, no hay peor ciego que el que no quiere ver. medito un poco No, no. Es la rabia. Ha de estar nublándole. Yo lo arreglaría con un par de puñetazos y tirarle unos cuantos dientes abajo para que se deje de tonterías. Pero siendo sinceros, mi juicio no es el mejor para tomar la justicia por mis manos. De hecho, soy la peor en esos casos porque no suelo pensar muy claramente cuando estoy enojada.

Eso es cosa de Philodox y lo que decida Scarr

Hay sabiduría en Gaia

Miro el cielo, solo veo dos opciones, dejarle la piruleta o que lo acompañe alguien que de hecho pueda defenderle. ¿Qué tiene de malo la precaución?

Hoy decidís si me dejan hacer como digo yo o si no, pues que me voy, me voy a la cárcel de nuevo ¡joder!

Alex se aguantó una risita.

No escupas al cielo Alex, el karma regresa...

Suspiré y esperé la decisión de Scarr y la réplica de mi padre, al que prácticamente quizás, solo quizás, le habían herido el orgullo. Me tensé, si le decía una sola cosa más a Jeremiah yo...

Parpadeé y empecé a contar...

1 pegaso...

2 pegasos...

3 pegasos...

...

Lo que dijeran cualquiera de los dos, Scarr o Jere se haría a rajatabla. Al menos de parte mía.

Me quede sentada en la moto en silencio y me hice una coleta en el cabello.

Unos "cerdos" con la foto de Scott, la impresion de que nos han vendido desde dentro y los cuerpos que tenemos detras a pesar de ser un lugar que no pase mucha gente, puede que nos pase factura si consiguen relacionarlos con nosotros. Mi mente vaga entre las sombras del pasado, el presente y el incierto futuro que creo que Abuelo Trueno tiene peleando con Wyld Lady por mi.
Creo que esbozo una sonrisa mientras el humo negro del cableado de los coches y puede que alguna explosion por los tanques de gasolina de los vehiculos se ve en la distancia.

Winters nos abre sus brazon con las luces de la noche, es tarde, puede que demasiado para poder ver a nuestros contactos. Paro en una esquina y bajo la pata de la burra mientras me saco un cigarrillo, lo enciendo dandole una calada con mucha tranquilidad. Tendra que esperar a mañana por la mañana es lo que pasa cuando te encuentras con el Wyrm.
Tendremos que ocuparnos de los orientales primero y me gusta como juerga para el regreso de nuestro hermano.

La chachara de mis hermanos detras de mi, hace que la rabia me de un pequeño toque recordando que soy su Alfa y un Guerrero. Tecleo algo en un mensaje en mi movil, la cita nos la buscaran los que nos han mandado a esta mision y lo guardo de nuevo en los pantalones.

La niña de Jeremiah pidiendo ir con Scott a la umbra, no en este momento,  no nos separaremos. Tenemos mucho trabajo y no voy a dejar que nadie se separe. Tiro el cigarrillo a un charco, descabalgo de mi burra mirando al suelo y voy levantando la mirada poco a poco, con los ojos rojos como ascuas de fuego y la rabia a flor de piel.

Montad nos vamos al sur de la ciudad, nos avisaran cuando sea la siguiente reunion. Tengo antojo de comida china.
Mi mirada se clava en la de Scott.
No vas a ir solo a ningun sitio ahora, puede que estuvieras en una guerra de trincheras tras las rejas, pero puedo asegurarte que los que hemos estado fuera tampoco hemos estado de fiesta.

Asi que montad de una puta vez en vuestras burras. Mi cuerpo siempre ha sido fuerte en forma hominida, una ventaja en un combate para no tener cambiar, pero si cambio no van a poder pararme ni entre todos antes de que les hiera. Controlo la rabia, no me controla ella a mi, pero en este momento seria capaz de dejarla que salga sola para darles una puta leccion.

---Flashback--

Scott no has sido el unico que ha estado este tiempo en una guerra, algunos llevamos muchisimos años en una encubierta contra nuestra propia familia. Una guerra en la que no involucramos al club y que solo importa como termine, que sera con  la muerte de una de las dos partes y el legado que sobreviva a esa confrontacion.

Oigo con sorpresa la respuesta de Scar, entrecerrando los ojos. En medio de una discusión acerca de si se me permite elegir el plan que quiero dentro de mí especialidad, o si se me impone otro distinto, ella elige el camino del medio. No lo esperaba, y menos de ella. Pensaba que su ardor Ahroun imperaba sobre la sangre fría de su tribu. La misma que el viejo Elijah. Pero incluso ese viejo zorro sabía que, de cuando en cuando, hay que mojarse.

Esto no ha terminado...

Son palabras que escupo en dirección a Jeremiah mientras saco mis gafas negras y me las pongo, introduciendo mis dedos entre el pelo para alisarlo hacia la nuca. Miro a un costado, encontrando a Zoe con cara de preocupación. ¿Qué pensará de todo esto? ¿Comprenderá mis motivos o se sentirá decepcionada conmigo?

Me dirijo a mi burra, montando sobre ella con desgana. Mientras me pongo los guantes, sobre la mesa junto a Scar, ni siquiera la miro mientras termino de ajustar los guantes y arranco la moto.

Tarde o temprano tendrás que tomar una decisión sobre esto, Scar. -Acelero el motor, haciéndolo rugir un par de veces- Escurrir el bulto no te pega nada.

Dejo que la moto me lleve lentamente por el asfalto, tomando la dirección marcada por Scar y esperando a que me adelanten. No pensé que mi primer día fuera terminaría así.

Qué puto desastre...

Volví a girarme hacia mis hermanos al escuchar la voz de Scar, observando la escena desde la relativa lejanía que me había autoimpuesto. Como siempre, las palabras de la alfa sonaban firmes, pero la vi furiosa como nunca, a pesar de mantener su rabia a raya. Scott tampoco parecía el mismo, respondiendo desafiante tanto a Jeremiah como a Scar.

¿Era esto en lo que había provocado que se convirtiera? ¿En un lobo herido? Me resultaba inevitable sentirme en parte responsable de todo esto, puede que debiera hablar con Scar; no quería que la herida no fuera capaz de cicatrizar, porque ¿Acaso no era yo un recordatorio de aquella estancia en la trena?

Me acerqué a mi burra cuando Scar nos instó a ponernos en marcha, con visible cara de preocupación, ocultando mis ojos tras las gafas de sol cuando mi mirada se cruzó con la de Scott.

Ni siquiera soy capaz de mirarle a la cara.

Me subí a la moto y arranqué, deseando acelerar lo máximo posible y perderme unos minutos en la velocidad, olvidarme de eso por unos instantes. Pero no podía hacer aquello, las órdenes habían sido claras y me correspondía ir en la retaguardia, así que puse rumbo al sur esperando llegar cuanto antes.

De golpe a porrazo, de una victoria estabamos pasando a no se si derrota. Llamemoslo, momento de debilidad dentro de la manada. Somos seres de Rabia, las peleas son necesarias, pero siempre y cuando sean solo circunstanciales. Soy un hijo de la penumbra, no suelo caer bajo su yugo con facilidad, a diferencia de mis hermanos por lo visto. Un accionar poco comun dentro de lo "convencional" para un theurge, digamos. Pero la jaula hace cosas con tu mente, ni el mas cuerdo puede salir como si nada de alli.

Quizas Scott estaba pasando por algo por el estilo, quizas Jeremiah fue un poco demasiado duro con su hermano, pero asi era el camada. No recuerdo tratos diferentes para conmigo hace no mucho tiempo atras. Mantuve el silencio, esto era una diferencia entre Wylds y asi debia terminar. Por mas que quisiera meterme, no debia. El humor y las respuestas ingeniosas no iban a ayudar en nada aqui, solo redirigir esa rabia que estaba a flote contra mi y tosdos sabemos que eso no iba a ser bueno. No al menos si queria pertenecer al grupo.

Subi a mi burra, encendi un cigarro. QUe no habia fumado desde que llegamos, joder. Repose mis brazos en el manubrio y mi cabeza inmediatamente por encima, mirando hacia abajo... esperando que todo termine por las buenas o algun que otro puñetazo limpio por ahi, una pelea de bar mas.

Afortunadamente la voz de la Alpha se hizo oir con duras y estrictas palabras que nadie se atrevio a contradecir. Arranco su motor y echo a andar, confiada en que la seguiriamos... y pobre del que asi no lo hiciera. Uno tras otro comenzamos a realizar la formacion de costumbre...

A mi lado, por rango iba Zoe, a la que le diriji unas palabras. - Eso si que estuvo cerca. Por un momento pense que se agarraban ahi nomas jajaja - Bromee complicemente de la situacion. Solo para alivianar el ambiente tenso que se habia creado.