Partida Rol por web

- No lo sé. Han salido dos de la cocina, pero desde luego, después de un disgusto así al último al que querría ver sería al jefe ese. Sólo me pondría más de los nervios. - Rueda los ojos, aun indignada por su actitud. Hablando de gente desagradable... - Igual parecía que hablaba con alguien, ¿No? Ten cuidado. - Le pide mientras lo sigue para asomarse tras él.

Asomasteis la cabeza en aquella puerta batiente, creada para facilidad de los trabajadores seguramente salían con cosas en la mano y no podían pararse a abrir con un pomo, visteis que se trataba de una especie de cuarto lleno de contenedores y cubos de basura de distintos tamaños. Seguramente era el cuarto de los deshechos, antesala de sacar los contenedores al final de la noche para que los recogiera el camión de la basura.

Había una puerta que parecía dar al exterior y otra que estaba cerrada que no tenía pinta de haberse abierto en muchos años.

Al principio no os pareció ver a nadie, pero un ligero gruñido y un leve ruido detrás de unos contenedores os llamó la atención.

La puerta que daba al exterior era metálica y reforzada, pudisteis ver como había unas manchas de lo que parecía sangre en uno de los bordes.

La iluminación aquí dentro no era muy buena, una luz de emergencia iluminaba la estancia muy levemente.

Nadie merecía morir tan joven.

Pero parecía que aquella noche había caído la desgracia encima de aquella pobre muchacha, pues con tu ojo clínico enseguida concluiste que había sido atropellada hacía unos minutos. Por sus heridas, te podías imaginar que la muerte no fue instantánea y habría estado varios minutos sufriendo y agonizando.

Paseaste tu luz de móvil por su cuerpo y te hiciste una película de lo que pasó: embestida con el coche provocando traumatismo craneal por el impacto al suelo con lesiones cerebrales seguramente, luego el coche pasaría por encima suyo rompiéndole la pierna y destrozando varios órganos por la presión del peso.

Era el tercer cadáver que veías en unas horas, aún siendo tu profesión, y no era agradable sensación.

... por eso se te hizo extraño cuando el pobre cadáver de aquella chica agarró tu tobillo. Seguramente sería un espasmo post-mortem, aunque cuando empezó a retorcerse y arrastrarse para acerarse te pareció de lo mas extraño y curioso. Cuando emitió un gruñido y abrió la boca para intentar morderte tu subconsciente te dio una bofetada en la cara.

Joder, te parecía oír la voz del mismísimo House. La adrenalina, la confusión y el shock despertaron en ti, algo raro estaba pasando.

— ¡Muévete idiota!

Ahora lo entendías todo.

Bobby no podía acudir a tu llamada porque aquel tipo le había agarrado la cola. Tu perro no era agresivo y estaba lloriqueando de miedo y de dolor. Parecía que aquel tipo lo había golpeado y él se había defendido dándole una dentellada en el tobillo.

No había demasiada luz, pero seguramente se trataba de un yonki o un mendigo, quizá las dos cosas, iba con ropas andrajosas y se movía de manera errática. Tenía agarrado fuertemente a tu perro por la cola y parecía que quería ¿morderlo?, aunque se le estaba haciendo difícil con los movimientos descontrolados de Bobby intentando zafarse.

Aquel tipo no parecía reaccionar a tus gritos, seguramente iba puesto de todo hasta arriba.

— Objetivo a tus 12.

Me quedé agachada a su lado, como una idiota, pensando en su cruel muerte. En como había sufrido y como aquella fuerza de voluntad, aquellas ganas de vivir, la hicieron arrastrarse unos metros hasta no poder más. Mientras, nosotros debíamos estar pendientes del tipo que la había atropellado sin saber que ella estaba fuera. Aún encontrándola con vida, no hubiese podido ayudarla, pues su lesiones eran demasiado graves y hubiese sido imposible que llegase a tiempo a un hospital en ambulancia.

Pero seguí ahí un rato. Pensando en que podía haber sido yo y haber perdido mi vida y la que se estaba engendrando dentro de mí. En ese momento sentí como una mano se aferraba a mi tobillo y miré asustada. No era la primera vez que veía un espasmo en un cuerpo muerto. Algo poco habitual. Lo más común era ver como se sentaban, cuando su abdomen comenzaba a llenarse de gases y el cinturón del pantalón les apretaba. Cuando no sabías eso, te solías llevar buenos sustos y aún sabiéndolo también.

Pero el gruñido no formaba parte de un espasmo y menos aún que House me gritase así en mi cabeza.

Cogí el palo y golpeé la mano con fuerza al tiempo que retiraba la pierna. Alumbré el rostro de la chica con el móvil y grité... Grité tan alto que seguramente me escucharon hasta en New Jersey. Cogí el maletín como pude y me puse en pie con la intención de correr y alejarme de ella.

- Aquello no era real, no podía ser real, pero lo era. - Era el mantra que repetía mi cabeza.

La noche se iba enrareciendo poco a poco, de eso no había duda.

Desde hacía varios días que las cosas se iban torciendo, quizá no lo podíais ver directamente pero a vuestro alrededor había sido todo sucesos que de por sí quizá no llamaran la atención pero en conjunto provocaban una sensación de desánimo y desamparo: manifestaciones, noticieros improvisados, sirenas de policía, sirenas de ambulancias, helicópteros, presencia militar, saqueos y un largo etcétera.

Y esta noche, en el Bowling Paradise no era diferente: ausencia de gente, nervios a flor de piel, el accidente, el desmayo, el muerto y otro largo etcétera de malas vibraciones.

La guinda del pastel fue cuando pudisteis escuchar un grito fuerte y aterrador, de lo que parecía miedo o histeria.

Sam caminó con cautela viendo que apenas veía nada por la luz de emergencia, sacudía su mano frente a su rostro por el olor que podía haber allí y miró con detenimiento lo que le parecía sangre.

- ¿Eso es...?

Antes de poder continuar su frase, Sam escuchó el grito que vendría de alguna parte y se alarmó, rompiendo por completo su postura.

-¡SUELTE A MI PERRO, NO LO REPETIRÉ!- Amenazó Ronald, pero aquél individuo parecía drogado y fuera de sí, gruñía y parecía querer morder a Bobby.

-¿Qué esperas para abatir al objetivo? Dispara, Ronnie, ¡DISPARA, YA LO TIENES!-

-¡DETÉNGASE!- Ronald sabía que cualquier tribunal lo condenaría por exceso de fuerza si disparaba, pero ese perro era todo lo que tenía.

-¿No puedes disparar siquiera para ayudar a un compañero, Ronnie? Estas hecho todo un marica, para ser así, bien podrías darme el control... ¿No crees? Jeeeeje.-

El convoy militar en la ruta, los Apaches pasando a baja altura, el accidente de auto que casi lo mata, el conductor fallecido que le recordó a los muertos de Irak, el delincuente en su camioneta y ahora aquél sujeto que intentaba dañar a su amado perro, la cabeza de Ronald estaba a reventar y Charlie empezaba a ganar fuerza queriendo hacer valer su voluntad.

Se escuchó un grito desgarrador. ¡Allison! Pensó con preocupación el ranchero, le había prometido que acudiría en su ayuda si la intentaban asaltar, fue la gota que colmó la paciencia de Ronald aquella noche.

-Te lo advertí, maldito...- Disparó.

Bobby lloriqueaba seguramente del dolor que tendría en la cola pues aquel tipo la estaba retorciendo en su agarre férreo. El perro decidió, por instinto de preservación, morder a aquel tipo en el otro brazo.

Lo agarró entre sus dientes y empezó a sacudirse como un loco haciendo la típica presa canina. Ante el estupor de su amo, arrancó el brazo de aquel tipo y se lo quedó agarrado con sus mandibulas.

Extrañamente el tipo no parecía inmutarse.

¿Cómo podía haber arrancado un brazo a una persona? Bobby era un perro grande pero... joder que demonios!

Y lo peor de todo.. ¿cómo podía ser que aquel yonki no estuviera aullando de dolor ante tal atrocidad? Iba tan tan puesto de drogas que no se enteraba quizá. Quien sabe.

Aquel tipo además estaba intentando morder a Bobby en el lomo como si estuviera loco y fuera un caníbal, por suerte el perro se consiguió escurrir.

— PUUM — se escuchó un disparo de una arma potente, pues sonó un buen cañonazo. En medio de la nada, el eco resonó durante unos instantes como si el sonido estuviera explicando lo lejos que llegó aquella bala.

Parecía provenir del exterior del local.

El grito y el sonido del disparo alteraron a Jerry que se escondía detrás de aquellos contenedores. Ahora lo pudisteis ver, era uno de los camareros que habiais visto detras de la barra y asomandose a la puerta. Aun siendo de piel negra se podía notar su palidez en el rostro y expresión de miedo.

Se levantaba con muchas dificultades y se asusto enseguida que os vio. Se apoyó en uno de los contenedores, como si no pudiera apoyar bien el pie o la pierna y se derrumbó de nuevo.

— A-ayu...dadme... por favor.. — dijo jadeando con voz entrecortada.

-Me gusta este perro, Ronnie, tiene estilo.- Dijo Charlie cuando el can le arrancó de un mordisco el brazo a aquella persona. ¿Cómo demonios consiguió eso? Por contra, el disparo de Ronald impactó pero apenas si raspó al hombre.

Atónito, observaba que aquél sujeto ni se inmutaba con lo sucedido, seguramente estaba tan subido de drogas que ni sentía un ápice de dolor.

Ronald volvió a apuntar con su pistola.

-¡BOBBY, VEN AQUI!- Le ordenaba sin sospechar que el sujeto se llamaba igual que su perro, pero parecía que éste aún lo tenía agarrado por la cola con el brazo que le quedaba. ¿Se zafaría?

-¡Esta es una noche maravillosa, Ronnie! Jeeeee.-

Ronald tenía deseos de desaparecer, de estar en la tranquilidad de su rancho tomando una cerveza y mirar un rato las estrellas. ¿Qué clase de infierno era éste en el que estaba metido?

Su voluntad le hizo mostrar entereza, y volvió a disparar.

Kate se dirigió a por ese botiquín y limpio sus heridas y las de Paul con un poco de agua, en el fondo solo parecían rasguños asi que no se preocupo mucho. Tranquilo Paul son solo heridas superficiales no es nada le dijo mientras le curaba.

Si claro Carla subimos a por ellas sin mucho problema, que es lo que tomas le pregunto Aunque supongo que antes te vendrá mejor que te libremos de ese la dijo mientras señalaba a Simon, y sin mas dilación se dirigió con paso seguro hacia aquel hombre.

Con una precioso sonrisa y mirándole con sus enormes ojos de Bambi Vaya destrozo que te han causado aqui, aunque te lo pagara el seguro y te llevaras una gran cantidad de dinero le dijo tocando su brazo afablemente, Aunque bueno nunca se sabe con los seguros, si la culpa no es de ese conductor lo mismo se tratan de escaquear le dijo con una fingida cara de preocupación Quizas deberia salir fuera para ver que provoco el accidente para que esos cabrones del seguro no se salgan con la suya y llévate al cocinero ese hindu o lo que sea, ya que le pagas que al menos grabe lo que ha pasado fuera le lanzo el anzuelo esperando que picase y dejase a aquella pobre mujer con calma.

Tras su conversación se dirigió con Paul a por las medicinas que le habia pedido Carla