Partida Rol por web

Alester estaba cada vez más convencido de que a Lady Lenia no le había dado solo un simple mareo. Había algo más detrás, la tristeza de su rostro y la letra temblorosa con la que ahora escribía hablaban por sí mismas. Lo que no imaginaba era qué podía haber visto o escuchado la dama para acabar así.

- Por supuesto, lo que necesitéis. Ahora mismo voy a buscarle –le contestó diligente. Como Ser Galbart se había unido a ellos, la joven no quedaría sola, así que Alester se levantó, hizo una reverencia y caminó con presteza hacia donde se encontraba Ser Tyler.

Unos minutos después de haber acudido hacia Lady Lenia con preocupación, Alester se alejaba con paso ligero de ella y Ser Galbart. Ya no llevaba con él su copa de agua, que le había dado a la joven, y sus ojos buscaban agitados una cara concreta.

Cuando divisó al fin a Ser Tyler, se dirigió a él, pasando entre los invitados. Seguía con Lady Mira, con quien le había dejado, esperaba que ahora con más ánimo que antes. Se inclinó primero ante la pequeña y luego habló al caballero-. Disculpad que os interrumpa, pero Lady Lenia desea hablar con vos –Miró de reojo su acompañante de cabellos plateados y añadió:- Si la damita me da su consentimiento, yo puedo hacerle compañía para que no se quede sola.

Agachó la cabeza, dirigiéndose a la pequeña-. Pero solo si vos queréis, milady. No me ofenderé si queréis ir con vuestra madre o con vuestra hermana Astrid -Bajó la voz a un susurro, sonrió a Lady Mira y le dijo, en tono de broma:- Estoy acostumbrado, ¿sabéis? Mi sobrina me rehuye constantemente, dice que no sé jugar bien y que mis historias son aburridas.

Alester fué en busca de Ser Tyler con diligencia al solicitarlo dejándolos relativamente solos-Por fin de nuevo a tu lado sin interrupciones-dijo con gesto grave. Se agachó ante ella y la miró con preocupación atendiendo a lo que escribía en su pequeña pizarra.

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El norteño sonrió levemente-No tengas miedo Lenia, estaré a tu lado todo el tiempo, no me separaré de ti-Lenia estaba inclinada hacia delante lo que hizo que la enorme capa del norteño la cubriese casi por completo de cuello para abajo. Galbart deslizó con disimulo una de sus fuertes manos hasta coger una de Lenia, apretándola con delideza transmitiéndole su calor y mirándola con intensidad para luego dejarla seguir escribiendo.

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El norteño abrió los ojos como platos, incrédulos-Esto es algo muy serio sin duda, si es así, deberemos de tener extremo cuidado-dijo con decisión.

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-No lo permitiré Lenia, te lo juro- tensó la mandíbula como hacía años, recordando las mentiras e intrigas que se tejían en palacio-un maligno complot se cierne sobre vuestra familia, oscuros intereses acechan-dijo mirando a la gente que los rodeaba.

Galbart seguía agachado ante ella, observando aquellos ojos tan jóvenes y que tanto sufrían, el norteño volvió a escurrir su mano atrapando de nuevo la pequeña mano de la joven Vaelys-Te perseguiré hasta el excusado si hace falta con tal de protegerte-le guiñó un ojo cómplice y travieso.

-Por fin de nuevo a tu lado sin interrupciones

Lenia quiso alzar la mano y acariciar el rostro del norteño, su norteño ... hacía apenas unas horas que le conocía, pero sentía que había vivido tanto con el ... que lo sucedido en la biblioteca se le hacía muy lejano ya, necesitaba volver a sentir el calor de sus brazos.

 No tengas miedo Lenia, estaré a tu lado todo el tiempo, no me separaré de ti-

Lenia asintió con una ligera sonrisa, era lo que quería, que Gal no se separara de ella, que la protegiera, por eso se sentía tan cómoda con el, porque se sentía inmensamente protegida. Lo único que quería era salir de allí, largarse con el lejos, pero no sabía si sería tan rápido como ella esperaba o deseaba.

Esto es algo muy serio sin duda, si es así, deberemos de tener extremo cuidado

Lenia miró a la lejanía, nuevamente a los caballeros allí presentes, ¿en serio alguno tendría culpa de algo? necesitaba hablar con Tyler, pero ... no sabía como iba a hacerlo.

-No lo permitiré Lenia, te lo juro- tensó la mandíbula como hacía años, recordando las mentiras e intrigas que se tejían en palacio-un maligno complot se cierne sobre vuestra familia, oscuros intereses acechan-

Lenia tomó la pizarra y escribió.

" ¿Me llevarás contigo cuando puedas? no quiero seguir aquí " 

Sus ojos brillaron de esperanza, quería irse con el, ahora mismo si fuera posible, aunque sabía que no lo era en esos momentos, pero lo sería pronto si hacían las cosas bien. 

Te perseguiré hasta el excusado si hace falta con tal de protegerte

Lenia sonrió, parecía una estupidez pero eso le hizo sentir bien. Acarició la mano que Galbart tenía rodeando una de sus manos y por inercia quiso besarle pero se paró a medio camino, cerca de su rostro. Le miró a los ojos, le sonrió y se alejó suavemente, con cierto pesar. 

" Eres maravilloso "

Susurró apenas sin sonido alguno. Imaginó como sería su vida junto a el, sin peligros, feliz, sin su hermana Astrid amargándole la vida, sin deberle nada a su madre ... quería esa vida.

Astrid:

Madre, si la noche se anuncia despejada, ¿no cree que sería mejor celebrar la fiesta aquí, en el exterior? Creo que a los sirvientes les dará tiempo a prepararlo todo fuera no quería decir que era por el mal olor. Pero era obvio que era por eso.

Lady Myriah miró al cielo justo después de la pregunta de su primogénita. Anoche el diluvio fue mayúsculo, y aunque hoy ha amanecido soleado, esas nubes indican todo lo contrario. Dijo señalando los nubarrones oscuros que se acercaban por el sur. No voy a permitir que la lluvia chafe la fiesta de esta noche. Comentó a su hija. Así que, me temo que tendremos que hacer algo con ese nauseabundo olor. Empezaba a sospechar cuál era el verdadero motivo del olor de la fiesta. Y no le hacía ninguna gracia, pero si tuviera que prescindir de una de sus hijas para que el resto tuvieran alguna posibilidad, así lo haría. Aquella noche no podía salir nada mal. 

Entonces vio a su hija Lenia desvanecerse ligeramente y ser socorrida por el príncipe Oberyn, y atendida por Alester Marbrand y Galbart Glover. Sin dudar ni un segundo, se dirigió hacia ella dando grandes pasos para comprobar el estado de la joven. 

Hija, ¿estás bien? Preguntó lanzando una mirada molesta a Oberyn, parecía que él era el causante del mareo de su pequeña, aunque parecía haberla dejado sola, momento que pareció ser aprovechado por Alester y Ser Galbart. Este último parecía querer aprovechar cualquier segundo para estar junto a Lenia. Y no tardaron prácticamente ni un minuto en deshacerse de la presencia del primero.

Lady Myriah miró la mano de Ser Galbart acariciando la mano de la tercera de sus hijas. Las observó directamente y su rostro cambió a uno que normalmente iba acompañado de una buena reprimenda por algo que habrían hecho mal. En este caso, la señora parecía respetar la situación en la que se encontraban, aunque su mirada había sido suficiente para que todos se dieran cuenta de lo que estaba pensando.

Lenia no esperaba la aparición de su madre y al escuchar su voz, soltó la mano de Ser Galbart con un gesto de susto. Tragó saliva.

Lady Myriah : Hija, ¿estás bien?

La muchacha algo pálida aún, asintió sin mirar directamente a su madre, sabía que iba a encontrar un gesto de reprimenda en sus ojos y que no sería regañada pues Ser Galbart estaba presente, pero a veces, la mirada de su madre servía para decirlo todo. 

Alzó la vista poco a poco, lo justo para mostrarle a su madre que le prestaba atención, pero volvió a bajarla rápidamente. Trató de disimular con una inocente sonrisa y llevándose la mano a su estómago para indicar que tenía hambre  el mareo podía haber sido producto de esa misma hambre que sentía, pero lo malo de una madre, es que siempre sabía cuando una hija mentía, aunque la hija creyera que la mentira había colado.

Sus ojos miraron con cautela a Galbart, no quería causarle problemas.

Tras ver la mirada de su hija, lanzó otra mirada a Galbart Glover. ¿No tienes hambre? Dijo al ver que los sirvientes iban llegando con la comida Será mejor que vayas a comer algo, ¿no cree, ser? Insinuó Lady Myriah para que le dejara a solas con su hija y pudieran hablar tranquilas. Si hace usted el favor, avise a Merol o a Jhon que pidan a los sirvientes que traigan alguna bebida fuerte para Lenia. Algo que le suba la tensión y le recupere de esta mala cara que tiene. Su mirada seguía siendo seria y de desaprobación, y sin duda quería lejos a Glover en aquel momento.

Los ojos de Lenia bailaban mirando a los caballeros para luego fijarse en los de Galbart, estaba asustada por la ignorancia de quién estaba detrás de todo aquello, de la amenaza que les acechaba y el norteño lo único que podía hacer era susurrar pequeñas frases y minúsculas caricias para consolarla.

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Galbart miró con intensidad a Lenia-¿Aún lo dudas? Saldrás de éste castillo cogida de mi brazo Lenia, te lo prometo- susurró mientras sonreía para insuflarla ánimos consiguiendo arrancarla una pequeña sonrisa.

La joven Vaelys se inclinó hacia el .

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Galbart abrió los ojos con gran sorpresa y gratitud, un pequeño hilo de voz surgió de labios de Lenia, aquella dulce voz..--Tú consigues que lo sea, sacas lo mejor de mí Lenia, algo que no sabía que podía llegar a sentir - siguió susurrando mirándola con candor. Su mano seguía cubierta por las blancas manos de Lenia y entonces se percató de que la madre, Myriah venía hacia ellos con decisión y su mirada reprobatoria se clavaba en la unión de sus manos.

Galbart sonrió a Lenia y separó con mimo sus manos-Tranquila, no pasará nada, nuestras manos volverán a estar unidas-aseguró guiñándole el ojo e incorporándose a continuación para recibír a Lady Myriah.

Al ver como se acercaba la matriarca Vaelys, Galbart se incorporó e hizo una pronunciada reverencia acorde con su estatus-Lady Myriah, es un placer veros de nuevo, Lady Lenia se encontraba indispuesta y hemos venido en su rescate como habréis visto-mantuvo un gesto de intenso respeto. La mirada de la mujer era clara y fría sin duda reprobatoria ante su cercana actitud.

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La sugerencia de Lady Myriah era sin duda algo imposible de evadir, estaba claro que quería estar a solas con Lenia, sólo esperaba que la reprimenda no fuera excesiva para la joven Vaelys.

-Faltaría más, iré ahora mismo y les haré llegar su orden, si me disculpáis Lady Myriah, Lady Lenia-dijo el norteño inclinándose ante ambas mujeres, para luego alejarse en busca de alguno de los hombres que Miryah había pronunciado.

Ser Lance susurraba a Merol Ríos y cuando escuchó y vio al Príncipe Oberyn acercarse guardó silencio. Su mano izquierda estaba apoyada en su cintura dejando ver un arco largo y ancho vacío. Su mano derecha se posaba en el hombro del sirviente concediéndole un trato afable a la conversación. Después su mirada se posó en el caballero que se acercaba mirándolo con cierta condescendencia, y cuando este lo nombró no tardó en responderle. - Ser Oberyn, le dijo un tanto atento a lo que quería contarle pues el caballero también habló entre susurro. Su conversación traía consigo las nuevas de una maldición al ser todas las hijas de Lord Rhys afectadas de algún tipo de enfermedad. - Así es, Ser Edric dice que es un tipo de maldición provocado por un miembro de la familia Targaryen que reside como huésped. ¿Sabe vos algo de eso? Aguardó cauteloso la respuesta del Príncipe, mientras miraba de reojo a que no tuvieran a nadie escuchando de cerca. 

La mano derecha siguió apoyada en el hombro de su sirviente quizás como señal de que su presencia no era rechazada. Su mano derecha fue moviéndola hasta acariciar el broche que juntaba su capa de color rojo y que le daba un aspecto un tanto fantasioso. La ceja derecha se elevó sobre la izquierda, como gesto de que aguardaba con cierto interés la respuesta de su interlocutor.

¿Aún lo dudas? Saldrás de éste castillo cogida de mi brazo Lenia, te lo prometo- 

Lenia sintió que su corazón se aceleraba, otras veces se había sentido atraída por chicos pero lo que sentía por Galbart no era solamente atracción ... por primera vez quería ser solo de alguien.

Sonrió y quiso besarle, pero menos mal que no lo hizo pues la llegada de su madre rompió ese pequeño sueño que estaba viviendo. 

Justamente cuando terminaba de hablar dirigiéndose a Mira otra de las jóvenes pareció sufrir un percance. Esta vez era Lenia quien parecía desfallecer y perder las fuerzas. Tyler no se dio cuenta de aquello en un primer instante, pues se encontraba de espaldas a la escena, pero entonces Ser Alester se acercó para informarle de que la dama demandaba hablar con él, y al volverse la encontró sentada, pálida y atendida por varios caballeros. El rostro de Tyler reflejó preocupación.

-Os pido disculpas mi señora, pero me temo que vuestra hermana no está bien y quizás yo pueda ayudarla en algo. No me guardéis rencor, prometo enmendar esto- Dijo a lady Mira clavándole una mirada intensa en sus pupilas.

-Gracias Ser Alester- se dirigió ahora al caballero mientras le hacía un gesto afectuoso posando su mano en su hombro. 

Después se dirigió con paso ligero a dónde Lenia estaba, dirigiendo una mirada de preocupación a Astrid, pues esperaba que aquello no tuviese un funesto efecto dominó.

Al llegar junto a Lenia la observó unos segundos, valorando su estado con el ceño ligeramente fruncido por la angustia.

-¿Puedo hacer algo por vos? ¿Qué os sucede?- 

Quizás fuese un simple mareo por el hambre, pues la comida se estaba demorando demasiado, y aunque los aperitivos estaban muy bien el cuerpo ya pedía comida más potente. Esperaba que fuese eso, pues si esa era la cuestión la solución sería sencilla.

Lady Myriah : Será mejor que vayas a comer algo, ¿no cree, ser? Insinuó Lady Myriah para que le dejara a solas con su hija y pudieran hablar tranquilas. Si hace usted el favor, avise a Merol o a Jhon que pidan a los sirvientes que traigan alguna bebida fuerte para Lenia. Algo que le suba la tensión y le recupere de esta mala cara que tiene

Lenia mordió su labio inferior, su madre estaba despachando de manera "cortés" a Ser Galbart para que se marchara y quedarse a solas, sentía que iba a caerle una buena regañina, tomó aire y alzó el mentón con orgullo, durante toda la mañana había intentado comportarse de manera correcta, si iba a regañarla, que lo hiciera, pero no se arrepentía de la pequeña caricia de manos que Galbart y ella habían compartido. 

Lenia miró a Galbart y sonrió suavemente para que se marchara sin preocupación, se haría cargo de la situación.

Ser Galbart : -Faltaría más, iré ahora mismo y les haré llegar su orden, si me disculpáis Lady Myriah, Lady Lenia-

Lenia se levantó para hacer una pequeña reverencia mientras se marchaba y volvió a sentarse, mirando a su madre, preparada para la regañina. 

Galbart se marchó, cruzándose con Ser Tyler, a la llegada de Ser Tyler, Lenia suspiró, Lady Myriah estaba junto a ella y Lenia temía una bronca de su madre pero la llegada de Tyler la retrasaría.

Ser Tyler -¿Puedo hacer algo por vos? ¿Qué os sucede?- 

Lenia sonrió dulce aunque debil y miró a su madre, tenía que hablar con Ser Tyler ... o al menos, comunicarse con el a través de la pizarra, era un asunto privado del cual no quería que su madre se enterara, ¿pero como se iba a deshacer de ella en ese instante?.

Lenia intentó pensar rápido pero sabía que su madre tenía un par de cosas que decirle y no se quedaría tranquila hasta que se las dijera, le importó bien poco a Lenia ser regañada, le urgía hablar con Ser Tyler, ¿pero como iba a conseguirlo?.

Lenia tomó la pizarra para escribir.

" Mi señor, quería terminar la conversación pendiente que dejamos antes "

Lenia rezó para que Tyler entendiera que le estaba usando de "gancho" para salir de la compañía de su madre, pero como Ser Tyler era un caballero, no haría nada que pudiera molestar a Lady Myriah.

La muchacha borró las palabras de la pizarra y volvió a escribir.

" Si aguardáis un instante, mi madre me dará unas instrucciones y enseguida me reuno con vos "

Le miró a los ojos casi rogándole. Luego sonrió y miró a su madre indicándole que le dijera cuanto debiera decirle, pues tenía una conversación pendiente con Tyler.

Tyler leyó las frases que Lady Lenia fue escribiendo en su pizarra y asintió con la cabeza.

-Por supuesto, mis señoras, en cuanto terminéis de conversar regresaré junto a vos Lady Lenia- Dijo el caballero haciéndoles una leve reverencia al final de su frase. Después se alejaría levemente, lo justo para darles la intimidad que precisaban y no inmiscuirse en los asuntos de las dos mujeres, pero desde donde pudiese estar atento para que, al finalizar, él pudiese regresar a atender los asuntos con Lenia.

La criada llegó a los jardines llevando primero una bandeja con varias jarras de zumo y agua. Después de dejarlas en distintos puntos de la mesa volvió a la cocina y regresó con una bandeja aún mayor que si disponía de comida recién hecha y deliciosa para los invitados.

Jevic había preparado distintos platos, entre ellos un redondo de ternesa asado, trinchado y dispuesto ya en rodajas, acompañado de una guarnición de pure de patatas, guisantes y zanahorías. Además quien así quisiera podría ponerse las botas también con la salsa mojando pan.

 
Con cuidado fue sirviendo la carne en distintos platos y dejándola de la misma manera en varios puntos para que los comensales pudieran alcanzarla con facilidad.

Aún arrastraba una ligera cojera por la caída que había sufrido pero gracias al maestre ya se sentía bien y se había propuesto demostrárselo a la señora de la casa. Volvía a ser ella, fuerte y trabajadora.

Buscó con la mirada a su señora Alyra, al igual que a su hermano Kyle, en teoría él era otro prentendiente más con pleno derecho a cortejar a las señoritas Vaelys pero no actuaba como tal, más bien huía del bullicio.

No sabía como de honorables serían aquellos caballeros, excepto Ser Alester y Lance, no había tenido apenas trato con el resto, el príncipe Oberyn claramente no le parecía un hombre confiable y el norteño por razones personales que no contaría jamás, tampoco. Los rumores que circulaban sobre los hermanos Risefeller no les dejaban en una mejor posición.

Lo cierto es que estaba tan enfrascada en su trabajo y pendiente de no decepcionar a su señora Lady Myriah que no reparó en el desmayo de Lenía hasta que vio el tumulto de caballeros alrededor de ella intentando ayudarla. Esperaba que ese desmayo no se tratase de un envenenamiento, habían demasiados intereses en juego por culpa de la dichosa herencia.

Se acercó a la señora que siempre tenía la última palabra. - ¿Quiere que sirva los siguientes platos o espero a que los señores coman esto primero?

Mira peinaba el césped con la mirada en busca de las huellas que tanto la inquietaban, pero levantó la vista al escuchar la voz de Ser Tyler, quien había regresado a su lado. Esbozó una suave sonrisa, aunque su mirada no estaba libre de preocupación. Claramente debía encontrar a esas criaturas que lo estaban complicando todo y seguramente necesitaría la ayuda de Sloth.

Se disponía a responder al caballero cuando un alboroto llamó su atención. Ser Alester se acercó también para ofrecerse a quedarse con Mira mientras Tyler hablase con Lenia, ya que ella lo había mandado a buscar. Mira estaba de puntillas, alargando el cuello, intentando ver el rostro de su hermana entre los caballeros que la rodeaban. Ser Tyler se despidió y la pequeña tuvo la sensación de que se esperaba de ella que retuviese su deseo de ir a verla.

Ser Alester parecía amable. Incluso tenía una sobrina y... le contaba historias! Ella también quería conocer esas historias.

-Q -qué hist o -hizo un esfuerzo para lograr decir alguna palabra entera- hist-orias?

Cambiaba el peso de un pie a otro rápidamente, dando pequeños saltitos y notándose que estaba inquieta. Seguro que entre todos atenderían bien a Lenia, y era posible que su hermana no quisiera que la interrumpiese, puesto que había solicitado la presencia de Ser Tyler para hablar de algo en lo que seguramente ella no debiese entrometerse. Sí, seguro estorbaría. Pero no podía resistir el impulso de comprobar si su hermana estaba bien y ayudarla si estaba en su mano.

Seguramente Ser Alester hubiese comenzado a hablar, pero la joven ni siquiera había reparado en ello. Si le dejaba con la palabra en la boca no era por maldad ni un acto deliberado, sencillamente su pensamiento estaba en otro lugar que la absorbía por completo. De repente y sin previo aviso, dejó de estirar el cuello, cogió la falda de su vestido elevándola lo suficiente para no tropezar y salió presurosa al encuentro de su hermana.

-¿Un Targayren alojado como huésped en la fortaleza de un vasallo de los Lannister? -Oberyn frunció el ceño ante semejante revelación-. Vaya, es la primera vez que escucho algo como eso. Sería la sentencia de muerte de Lord Rhys por conspirar contra el rey si de hecho fuera verdad, aunque, dado lo debilitado que se encuentra, no descartaría que piense que casar a una de sus hijas con un Targayren podría fortalecer a la Casa Vaelys. -Sonrió con picardía, mientras valoraba los riesgos que enfrentaba su viejo amigo-. O hacerla desaparecer para siempre. No creo en maldiciones, Ser Dayne, aunque gracias por la información. Tal vez haya sido uno de esos Targayren quien esté haciendo daño a las hijas Vaelys. O puede que sólo sea otra ocrtina de humo que haya vertido el verdadero culpable.

La Víbora Roja de Dorne se fijó entonces en el rollizo joven que acompañaba a Ser Lance Dayne, uno de los sirvientes de la Casa Vaelys.

-Mozo -se dirigió a él, ya que desconocía su nombre-. Pedid a una de las sirvientas que sirvan a Lady Lenia un caldo caliente. No es bueno que beba cualquier tipo de líquido durante estos días. Su garganta no ha hecho otra cosa que empeorar esta mañana.

Sabiendo que la joven dama no se encontraba bien, el dorniense consideró oportuno regresar de nuevo hacia su posición, con paso decidido.