Partida Rol por web

El anciano avanzaba lentamente a un lado del Caballero, hablando entre sonrisas y caras serias. Ser Bernard había resultado ser un hombre confiable y había abierto su corazón a los Siete, como todo hombre de bien. Ambos se acercaban al grupo que habían dejado minutos atrás.

-Me parece bien- asintió. Luego siguió al anciano para reunirse de nuevo con el grupo.

Ser Tyler : -No me pidáis perdón. Doy gracias por haber podido tratar este tema. Vuestra madre es una mujer sabia.- 

Lenia sonrió, lo cierto es que ella también pensaba que su madre era sabía, así que le gustó que Ser Tyler lo confirmara. Lenia tomó el brazo de Ser Tyler y se encaminó junto al resto, ya no quedaba mucho para llegar a los establos.

Al llegar cerca de Ser Bernard y su hermana, Lenia se percató del detalle de la flor, rió ante la broma de Ser Tyler de "las chismosas" pero no dijo nada, solo miró con curiosidad a su hermana y después las flores.

Ser Galbart : -Grata sorpresa el volver a veros Ser Tyler , Lady Lenia- 

Lenia giró su rostro y al ver a Ser Galbart sonrió, hizo una pequeña reverencia cuando la nombró - Ser Galbart, veo que ya no vais tan abrigado, la temperatura aunque algo fresca para mi, es sin duda agradable hoy - dijo la muchacha con felicidad.

Ser Galbart : -Hice un pequeño descanso y me refresqué, las comodidades de mi habitación son fantásticas, por favor transmitírselo a vuestros padres Lady Lenia-  

 - Oh, se lo trasmitiré, sin duda, le agradará saber que nuestro invitado se siente cómodo - asintió la muchacha esbozando aún mas su sonrisa, le gustaba ser buena anfitriona y aunque no dependía de ella, muchas de las cosas, que los invitados estuvieran cómodos era bueno.

Lenia miró a su hermana y vio que su rostro había cambiado nuevamente, ¿porqué volvía a estar seria?. Ser Bernard le susurró unas palabras a Alyra y eso relajó a Lenia, entre ellos parecían entenderse bien.

Ser Galbart -Por lo que veo, nuestro camino tiene como objetivo los establos si no me equivoco, buen destino así podré ver a mi montura

- Oh, yo también quiero verla, ¿como se llama? - preguntó Lenia con curiosidad, si el norteño era un hombre grande, su montura debía serlo también, seguro que era un caballo precioso y vigoroso. Miró a Ser Tyler y sonrió - Finalmente va a ser un gran viaje a los establos - bromeó. 

Entonces, llegó el Septón y Lenia se encogió un poco, agarrándose mas fuerte al brazo de Ser Tyler.

 Septón : Espero no interrumpir, pero aún puedo dar otra vuelta por el parque si alguno desea acompañarme-

Lenia no tenía interes por hablar con el Septón de momento, pero no sabía como rechazar de manera educada el paseo, ya que sus hermanas lo habían hecho.

Ser Tyler presentó a Ser Galbart y al Septón y la miró, como preguntándole si ella quería ir ahora, pero la muchacha negó de forma sutil.

Ser Galbart y el Septón intercambiaron algunas palabras, Lenia se perdió en sus pensamientos pero volvió ante la nueva invitación del Septón para conversar.

Septón :Si alguno quiere acompañarme, éste es el momento 

Lenia buscaba una escusa cuando su hermana se adelantó para despedirse e invitó a Ser Bernard a que la acompañara, sonrió, le parecía muy tierno que ambos se llevaran bien.

Lenia es una gran jinete — ser Bernard... ¿me acompañaría? —

 - Espero poder demostrar que lo soy - dijo refiriéndose a lo de "que era una gran jinete".

Septon : - Pues bien Ser Bernard, parece ser que el Guerrero lo ha elegido a usted para conversar unos momentos, esta dispuesto a acompañarme ? Reconozco que mi compañía no se compara a la de una hermosa dama, pero verá que no se arrepentirá - 

Lenia se volvió a perder en sus pensamientos pero ante la invitación del Septón a Ser Benrad se relajó y aflojó un poco el brazo de Ser Tyler.

De pronto vio como su hermana Astrid se acercó a Ser Tyler y colocándole la mano sobre uno de sus brazos, gesto que le molestó, porque se sintió ignorada, le invitó a seguirla. Lenia no entendía a su hermana, Astrid era la mayor, si ... no tenían excesiva relación, pero siempre hacia sentir a Lenia pequeña e insignificante. Si por ella hubiera sido, le hubiera dicho cuantro cosas, pero no debía ... era la hermana mayor y Lenia no quería parecer una niña pequeña, celosa porque tocaran a Ser Tyler.

Apretó los dientes pero forzó una sonrisa - Ser Tyler, creo que finalmente no podréis ser mío hasta los establos, Lady Astrid os reclama - dijo con cierto retintín en la voz, soltando el brazo de Ser Tyler con pesar. - No la hagáis esperar, seguro que tiene muchas cosas interesantes que deciros - no miró a su hermana por no tener que ver su cara de desaprobación - Yo iré a los establos, si no tardáis mucho, allí os veo - al mirar a Ser Tyler se relajó y sonrió de forma más natural.

- Ser Galbart, ¿sabe su montura hacer trucos? - preguntó alejándose con pesar de Ser Tyler para guiar a Ser Galbart a los establos, con cierto disimulo y rapidez tratando de que el Septon no la reclamara.

Dos damas, cada una prendida de uno de sus brazos, no pudo evitar sentirse afortunado, pero al mismo tiempo se presentaba el gran dilema ¿Junto a cual caminar? Lo más sencillo hubiese sido ir todos al mismo destino, así habría podido complacer a ambas, pero no era el caso.

Por suerte Lady Lenia tomó la iniciativa liberandole para que pudiese ir a tratar los asuntos de Astrid. Tyler sonrió y asintió levemente con la cabeza a Lady Lenia. Habia tenido un gesto muy maduro y eso agradó al caballero.

-Espero lleguemos a tiempo. Sea como sea decidle al mozo que os muestre a a Austin, asi podreis conoceros también- Su caballo era de buen carácter, un caballo versátil, valiente y fuerte en batalla, pero también sociable, inteligente y equilibrado en el día a día. Estaba seguro de que a Lenia le gustaría.

Se volvió entonces para poder mirar a Astrid a los ojos. Sentía la calidez de su mano sobre su brazo, y por su mirada intuía que debían tratar asuntos que a nadie más importaban.

-Os sigo, mi señora.- Le dijo clavando una profunda mirada en la dama. Ella decidiría dónde deseaba que hablasen.

El encuentro con el resto del grupo fue fugaz, el anciano estaba cansado de las caminatas y difícilmente pudiera hacer otra recorrida. Afortunadamente Astrid invitó a Ser Tyler a que lo acompañase, a lo que él agregó cuando pasaron a su lado - Ser, no me he olvidado de usted, cuando vuelva con Lady Astrid a la Torre del Fenix, búsqueme y conversaremos - dijo saludando a ambos. Cuando levantó la mirada, Lenia ya estaba caminando en dirección a los establos Esa chica es una apasionada de los caballos, ojalá tuviese la mitad de esa pasión por los Siete. El Septón quedó solo por unos momentos, tras lo cual emprendió su camino hacia una de las torres, necesitaba descansar cuanto antes.

Ante la frase del Septón Tyler miró al anciano brindándole una de sus sonrisas.

-No faltaré a mi cita con los Siete, de por hecho que en cuanto me sea posible acudiré a verle- Tiziano había alcanzado una edad avanzada, prefería tratar sus asuntos con él sentados relajadamente, la conversación en la fe se sabía cuándo empezaba pero no cuándo terminaría.

Se despidió del anciano con un leve gesto de la cabeza.

Astrid no miró a su hermana. Sabía perfectamente que la petición que le había hecho a ser Tyler no le había agradado, el tono de su voz así lo demostraba. Le hubiese gustado negar con la cabeza, mirar con dureza a Lenia y explicar por qué su comportamiento no estaba siendo nada adecuado. Pero tendría que ser en otro momento, tendría que ser cuando todo pasara y las aguas volvieran a la calma.

Agradecida porque ser Tyler aceptara su petición, inclinó levemente la cabeza hacia todos, dejando su mirada puesta en el septón unos segundos de más. Se lo agradezco, ser Tyler, demos un paseo dando a entender, de manera muy educada, que se quería alejar de oídos que no debían escuchar.

Astrid caminó al ritmo de ser Tyler, mirando de vez en cuando hacia los lados, como si pensase que alguien pudiese sorprenderlos de pronto y que todo se fuera al traste. Se agarró las manos por delante de la cintura, y caminó con ellas así, haciendo movimientos cada escasos segundos, evitando incluso mirar al caballero.

Cuando consideró prudente la distancia, tomó aire y se permitió alzar la vista hasta Tyler. Su rostro la calmaba, pues era alguien que la hacía sentir en paz y la ayudaba en los malos momentos

Es complicado todo esto, y espero que no malinterprete mis palabras. Todo el tema de la fiesta, la herencia y el destino es algo con lo que una persona sola no puede competir y esperar salir viva o victoriosa. Es mucho lo que hay en juego y parece que los sentimientos es lo que menos importa su voz no tembló, aunque su cuerpo de vez en cuando emitía algún signo de debilidad

Ser Tyler, debo ser directa y le daré las razones. Quiero que los dos nos casemos bajo la mirada de los Siete lo soltó, sin más, y se detuvo, mirando directamente a los ojos de su acompañante.

No se si le sorprenderán estas palabras. Pero es innegable la conexión que tenemos. Pasé mucho tiempo triste tras la muerte de tu hermano, pero tú fuiste el único que me hizo sonreír. Hace tiempo que simplemente su presencia hace que mi vida sea más sencilla, más cómoda, incluso más... feliz. Es complicado.

Pero no sólo se trata de sentimientos. Es una unión políticamente muy interesante para los dos. Por un lado, su familia no se sentiría ofendida, pues así seguiríamos logrando lo que nuestros padres pactaron para nuestras casas. Además, me desgarraría por dentro si tuviésemos que enfrentarnos de alguna manera.

Además, no quiero que a mi lado esté una persona de la que pueda desconfiar, alguien con la que tenga que empezar de cero, ver si sus intereses son los mismos que los míos... Y también eres alguien que conoces la presencia de "ese" invitado tan desagradable, y el riesgo que supone

Se quedó en silencio. No sabía cómo continuar, necesitaba una palabra de su parte. Suspiró y se colocó un mechón que se le había soltado por detrás de la oreja.

Caminaban el uno al lado del otro tranquilamente, alejándose del grupo. Al principio Astrid estaba en silencio y Tyler no creyó apropiado romperlo para iniciar él una conversación, pues había sido la dama quien le había requerido y consideraba que lo que tuviese que decirle era lo suficientemente importante como para respetar que se tratase cuando ella decidiese oportuno. 

Astrid parecía un poco nerviosa, y eso alertó de algún modo al caballero, que escuchó atentamente cuando ella comenzó a hablar. A medida que iba explicándose comprendió que quería hablar sobre el motivo de la celebración que se acontecía. Los nervios se agolparon en el estómago y pecho de Tyler, y a medida que ella continuaba en vez de aplacarse ganaban fuerza. El corazón le latía rápidamente. 

La primogénita de los Vaelys terminó de exponer sus pensamientos, voluntad y motivos sin ser interrumpida. Ella le miraba a los ojos durante todo el tiempo y pudo apreciar como en el momento en que le proponía que contrajesen matrimonio la mirada de Tyler adoptaba un brillo entre la sorpresa y el miedo. Pero tan solo un segundo más tarde esa expresión cambió, y le miró de un modo que ella ya había podido apreciar en algunas ocasiones. Cuando Astrid terminó en su rostro se empezó a dibujar lentamente una sonrisa y clavó sus ojos azules en ella como si algo hubiese cambiado para siempre.

-Es cierto que el dolor por la pérdida de Richard nos unió. Pero poco a poco mi afecto por vos fue creciendo más allá de todo aquello. Creedme si os digo que no renunciais al amor contrayendo matrimonio conmigo, pues yo mismo deseaba proponeroslo, aunque no había encontrado el momento o el valor todavía.-  Tragó saliva. Tras haber puesto ella todas las cartas sobre la mesa se veía en situación de hacer lo mismo - No hay nada que desee más que ser vuestro esposo. No tan solo porque lo justo es que vos seais quien tome las riendas de la fortaleza roja, si no porque os amo - hizo una breve pausa, siempre había creído que podía parecer incorrecto que tomase por esposa a la prometida de su hermano mayor. Pero estaba de acuerdo con ella en todo lo que había dicho, y si ella no veía inconveniente ¿Quien era el resto del mundo para juzgarlo? -y espero, con el tiempo, ganarme vuestro corazón.- 

Estaba convencido de que juntos serían fuertes y felices. Ambos tenían todo lo necesario, unir las dos casas era perfecto y adecuado. Si se casaban los primeros las hermanas de Astrid ya no podrían heredar la fortaleza y ellos, unidos, defenderían lo que era suyo.

Permaneció mirándola a los ojos con ternura, observando su reacción y aguardando por si ella quería añadir algo más antes de dar otro paso.

Bernard vio cómo su hermano se iba con Astrid. El septón se marchaba y quedaba el resto. Quizá era el momento de llegar al destino que se habían marcado al comenzar el paseo.

-¿A los establos, entonces?- sonrió mirando al resto.

Lenia miró a Ser Bernard - Yo voy hacia allí, sin duda - comentó la muchacha.

Ser Tyler -Espero lleguemos a tiempo. Sea como sea decidle al mozo que os muestre a a Austin, asi podreis conoceros también

- Oh, lo haré, ya que voy, no quiero quedarme sin ver a vuestra preciosa montura - Lenia hizo una pequeña reverencia a modo de despedida encaminándose con decisión hacia los establos. De pronto, Lenia cayó en una cosa, se giró y miró a Ser Bernard - ¿Nos quedamos solos pues? - esperó a que Ser Bernard la alcanzara para cogerse a su brazo y poder pasear tranquilamente el corto recorrido que quedaba hacia los establos.

Bernard siguió a Lenia hacia los establos dejando intimidad a Tyler y Astrid

Astrid sonrió como hacía mucho que no sonreía. Aunque algo en su corazón le decía que todo iría bien, una pequeña parte la avisaba de que fuera tranquila, ordenada y concienzuda. Todo había que dejarlo atado y bien atado antes de que cualquier detalle pudiese desbaratar todo.

Yo también le amo, ser Tyler. Una parte de mi quería negarlo porque me sentía culpable. Pero vuestro hermano siempre quiso verme feliz pero no era el momento de hablar de sentimientos, ni de caminar juntos agarrados de la mano hasta el fin del mundo. La lógica tenía que imponerse al corazón y el dictado de la razón mandaba

Creo que tenemos que guardar las apariencias de momento. No creo que sea de agrado de nadie saber que una de las hijas de los Vaelys acaba de prometerse, y mucho menos siendo la primogénita. Pero creo prudente hablar con mis padres cuanto antes, incluso y, aunque a mi corazón le pese, desposarnos lo antes posible. Sólo tendremos que aguantar hasta la fiesta, en la que podremos hacerlo oficial pasado un tiempo. Así, nadie se sentirá del todo ofendido. Si nos casamos antes de la fiesta, nos aseguraríamos que ningún bastardo pudiese llegar aquí y acabar con todo su fría lógica podría ser apabullante, pero era muy necesaria. En esa última frase no quería añadir a sus hermanas, pero la verdad es que también lo pensaba de ellas.

¿Está de acuerdo, ser Tyler? ¿Hablamos con mis padres?

Ante la declaración de que también le amaba Tyler sintió el impulso de estrecharla fuertemente entre sus brazos, sin embargo se contuvo, habría tiempo para eso y si alguien les viese podría ser un problema. 

-Mi hermano os amaba más que a nada en el mundo. Estoy seguro de que bendeciría nuestro amor. Pues al final será la unión de dos de sus seres más queridos. -  Sonrió a la dama, esperaba que viese la verdad en sus palabras. El recuerdo de Richard jamás desaparecería en ninguno de los dos, tampoco deseaba eso. De algún modo le hacía sentir una extraña paz. 

Astrid tenía madera de líder. La gente decía que no tenía corazón, pero simplemente era porque ella sabía templarlo cuando era preciso, no se puede dirigir un pueblo si uno no es capaz de pensar y hacer lo que es necesario. 

-Estoy de acuerdo en todo lo que decís. Tampoco deseamos envidias ni rencores, ni perder posibles aliados. Por otro lado entiendo la urgencia del asunto, y no me importa demasiado casarme con vos en secreto, ya habrá tiempo de celebraciones. Prefiero convertirme en vuestro esposo cuanto antes, así ambos sabremos que soy vuestro. Y en la fiesta aguardaré paciente hasta que vos decidáis que ha llegado el momento.- Ella conocía a sus hermanas, y seguro que también conocería mejor a bastantes de los pretendientes. Así que lo más coherente era que ella decidiese el momento más adecuado.

Asintió a su amada.

-Por supuesto, vayamos a verles- 

Astrid podría templar su corazón y dominar su duro carácter, pero cuando el cuerpo lo necesitaba, se imponía a las órdenes de la joven. Aunque su estómago no rugió, ella lo notó, y se llevó la mano a la boca del estómago

Me temo que todo esto me ha pasado factura, y me ha dado hambre dijo, con una sonrisa vergonzosa en la voz. Escuchar el nombre de Richard no la había tranquilizado, si no todo lo contrario. Sentía como si todavía le estuvieran traicionando.

Creo que lo mejor será que nos acerquemos a comer para no levantar sospechas. dijo, haciendo un leve movimiento, dejando que su cuerpo señalara el castillo. ¿Me acompaña, ser Tyler?

Tyler también había sentido la necesidad de apaciguar el hambre que poco a poco iba haciéndose presente en su ser.

Asintió a Astrid.

-Por supuesto, vayamos, tras comer podremos enfocar mejor todo el asunto y transmitírselo a vuestros padres- 

Un foco de calor y felicidad pugnaba por invadir todo su cuerpo, pero Tyler sabía que todavía habían muchas cosas que podían salir mal, por esta razón luchaba por aplacarlo, aunque no deseaba sofocarlo del todo.