Partida Rol por web

Las palabras de Alyra estaban cargadas de verdad, desconocía su destino y cometido, pero sin duda sería de gran importancia para toda su familia-Os honra vuestra abnegación y sacrificio Alyra, no todo el mundo está dispuesto a sacrificarse incluso negando su felicidad personal, además persiste el peligro que tanto se ha comentado y que acecha en ésta celebración-dijo con tono grave, sin duda era un tema peliagudo y no había que olvidar que el peligro era real.

-Y estáis totalmente en lo cierto, dar a conocer secretos de uno mismo hace perder parte de la magia, ya que el descubrimiento de cada faceta de cada individuo es lo que nos hace humanos, nuestra curiosidad, el compartir y el conocer a otras personas-la conversación con Alyra era interesante y más madura de lo que creía esperar en un principio, era un orgullo para su familia-desde luego sería un placer convertirme en vuestro amigo como vos ser la mía, existen amistades, más solidas, sinceras y duraderas que muchos matrimonios, en todo lo que os pueda ayudar y esté en mi mano, contad conmigo-

El norteño sonrió de nuevo ante la pregunta de la joven-He de confesar que a penas he podido hablar largo y tendido con ninguna de las presentes, gracias a éste magnífico paseo a parte de vos, hablé brevemente con Astrid pero poco interés mostró en conversar conmigo, tenía otros menesteres más importantes al parecer. En cambio Lenia es todo lo contrario, vivaz, impetuosa y con mucha curiosidad por conocer cosas más allá de estos muros, aún carente de experiencia, aunque no se le puede reprochar en absoluto, aún es joven, pero la encontré muy interesada en conocer Bosquespeso y las tradiciones de mi pueblo-dijo con una sincera sonrisa-luego por supuesto estáis vos, equilibrada, inteligente y madura, fuerte y capaz, desde luego si en un futuro sois libre y ya está asegurado el destino de vuestra familia, el hombre que os conquiste será muy afortunado. En cuanto al resto de vuestras hermanas aún no he tenido el gusto de conocerlas-dijo manteniedo la sonrisa-pero el día es largo y si no es posible, ya tendre la oportunidad de conocerlas durante el baile, en cuanto al resto de damas, nunca se sabe, la atracción puede surgir en los lugares más insospechados-contestó manteniendo el brazo en la posición para que Alyra estuviese cómoda-oh, no por favor, veréis como esa pequeña envidia se convertirá en felicidad y dicha en vuestro corazón, estoy seguro-respondió dándole un par de suaves palmadas en el dorso de la mano a Alyra ofreciéndola otras sonrisa, lo más cálida posible para un norteño como él.

lo miró casi con ternura, pero la tristeza en su pecho era infinita, aún no se recuperaba de las palabras del septom y seguramente no lo haría, pero lograba mantenerse con esa sonrisa, esa templanza que parecía no afectarse por nada, aunque estuviera destrozada por dentro. Aceptó la caricia del hombre sobre su mano, y bajó la mirada, caminando a paso más lento, no queriendo terminar aún esa caminata, pues la frescura de Galbart era un aliciente para que ese dolor adquirido por el deber, no machacara con tanta violencia su alma. 

— lady Astrid es así, ella es la heredera y se encarga de que todos lo sepan — nuevamente se reservó cualquier otra frase o palabra contra la mayor de las hijas, a quien no la consideraba como hermana — y mi hermana Lenia... — su voz se hizo más dulce al hablar de ella — ella es la que más sufriria si la casaran sin sentir nada, aunque por otro lado, no es como nosotros que necesitamos tiempos para acostumbrarnos al otro para querer, pero creo que cuando lo hacemos, queremos y amamos intensamente — su corazón dolió profundamente, pues se sentía culpable, atrapada, pero sin plantearse siquiera el rebelarse porque lo que había decidido no era una imposición, sino, que ella misma había tomado aquel peso sobre sus hombros — y no sólo amamos personas, sino ideales, proyectos, futuros — miró hacia la fortaleza, suspirando profundamente con cariño.

— y... ¿acaso los gobernantes no debemos velar por nuestros gobernados? Somos meros admistradores, y ganamos la lealtad de los súbditos con el buen trabajo, sino, no tendría sentido el tiranicidio — se río, bromeando nuevamente a pesar de los elogios del hombre que habían hecho sonrojar sus mejillas — y es bonito como se refiere de mí, para no decir que soy la más aburrida, pero no se preocupe, lo sé, — volvió a reír, entretenida por la forma en que había retrucado las palabras del hombre — y como lo sé, no quiero aburrirlo más con estas meditaciones, aunque me alegra que sepa sobre el peligro que existe, es la sobra que oculta el sol en esta celebración, como la brisa que augura el invierno — invierno, era casi un cuento de hadas aquel concepto para la jovencita.

— sobre las demás jóvenes, pues está mi prima Ginevra y mi amiga Fiona, creo que debería conocerlas también, y claro, a mi hermana Tabitha, ella si es un alma del norte — levantó las cejas, de todas formas él ya debió notar el carácter de la segunda de las hijas — y con un corazón que no se encuentra escarchado  — murmuró casi para sí, en un susurro triste.

— por favor, cuénteme sobre Bosquespeso, tengo curiosidad, solo he podido leer sobre él y claro, qué opina sobre estas tierras y sus señores, y por favor, sea sincero, me gusta mucho que lo sea — ladea su rostro hacia él, para ahora observar cómo brillaran sus lindos ojos al hablar de sus tierras.  

Notó la reducción del paso, Galbart pensaba que Alyra estaba disfrutando tanto como él del agradable paseo y la interesante charla, siempre había muy estimulante para él conocer a nuevas personas, volvía a pensar en la opinión generalizada sobre los norteños, aislados, antisociales, salvajes. Estrechos de miras.

Miró a Alyra, empezaba a sentir profundamente un gran respeto por ella y la miró con calidez, una pequeña sonrisa se entremezclaba con la espesa barba y aparto su mirada de ella por un momento-el amor..- musitó y luego miró de nuevo a Alyra-pocas cosas seguras hay en esta vida y una de ellas es el amor. Mi querido hermano está casado y ya cuenta con dos hijos y no negaré que cuando les veo, una pequeña punzada de envidia emerge. Es una envidia totalmente sana, mis sobrinos son magníficos, pero entendedme no son mis hijos-mantuvo el silencio un instante y prosiguió.

-El amor hacia otra persona es caprichoso y no conoce de razón haciéndonos sufrir. En el amor por los ideales y proyectos puede ser completamente equiparable pero nos puede cegar. Una gran parte de mi vida la destiné a la seguridad y destino de Bosquespeso como vos váis a hacer sin embargo, pasados los años y viendo a mi hermano, me percaté de que había otro amor que se me escapaba entre los dedos y esa es la causa de que yo esté aquí así que Alyra, cuando la seguridad que os preocupa reine aquí, descansad vuestros hombros de tan pesada carga y encontrad el amor de una persona que os corresponda-Galbart pensaba que quizás le estaba soltando un discurso que Alyra ya entendía de sobra, pero que alguien como el norteño le hablase sobre el tema sintiendo su apoyo le haría bien.

Rió con ganas ante el comentario de la mujer-Desde luego, es nuestro cometido como líderes de nuestro pueblo, gobernar con justicia, no hace falta llegar a ser un dictador para que los súbditos nos quieran con fervor- siguió con la pequeña broma-Vaya Alyra, vuestra humildad me desborda-dijo entre sonoras risas, ni sería su esposa pero sentía que con suerte, sería una gran amiga.

Al escuchar las palabras sobre Tabitha enarcó las cejas de nuevo-¿otra norteña oculta? Al final me voy a sentir como en casa- volvió a reír, intentaría hablar con Tabitha, quizás tendría futuro como Señora de Bosquespeso.

Las últimas palabras de Alyra hicieron que Galbart sonriese con orgullo-¿Por dónde empezar? Hay tanta belleza escondida, sin desmerecer la aquí presente por supuesto. Quizás lo mejor será comenzar por lo que define nuestra propia cultura norteña. Los bosques de arcianos-los ojos de Galbart brillaron con intensidad recordando su hogar.

-Allí perdura el último gran bosque de arcianos, sus troncos blancos gruesos, nudosos, con las caras talladas de los Antiguos Dioses. Sus ramas largas y gruesas ofrecen una sombra espléndida y sus hojas de rojo vivo cuando son atravesadas por los rayos del Sol cubren el suelo de un manto carmesí espectacular-el norteño hablaba con pasión, no podía evitarlo.

había producido justo el efecto que deseaba, Galbart comenzó a hablar rápidamente sobre sus tierras, sobre los bosques que le daban su nombre a sus tierras y a su fortaleza, ya casi llegaban al final del paseo, Alyra sonría, y miraba al hombre, él le había dado un consejo sobre el amor pero realmente ese consejo revelaba que él no había captado lo que debía hacer y cómo su corazón y su deber estaban en conflicto. Debía casarse, aunque sin amor, debía hacerlo, y ese acto la condenaría por siempre a la soledad y la tristeza. 

—debe ser un verde precioso — acota, imaginando aquellos místicos árboles, consagrados a la religión de los antiguos — ah, una cosa, si me permite, Galbart — se detiene para hablarle con mayor intimidad — ¿que sentido tiene el haber venido hasta aquí, si se llevará a una mujer como cualquiera que pudiera encontrar en sus tierras?— pregunta con gran franqueza —espero que mi pregunta le haga reflexionar — cierra los ojos, la brisa llegaba a ellos y meció sus cabellos oscuros, debiendo la joven arreglar sus mechones detrás de su oreja, un dulce aroma a jazmines llegó a la nariz del hombre, era el perfume de la joven castaña.

— y dígame, ¿qué papel tendría su esposa en su familia o mejor dicho, en su fortaleza? — preguntó, lo mismo habia hecho con Tyler meses atrás, mientras cabalgaban — ¿solo sería la madre de sus hijos o la escucharía como si fuera su consejera si demuestra conocimientos y juicio? — miraba al frente, eran preguntas extrañas, pero también una forma de conocerlos y saber si sus deseos podrían ser bien acogidos.

Los gestos de Alyra eran delicados y con una gracilidad natural, deslizaba sus dedos entre su largo cabello para intentar contenerlo tras su pequeña oreja, esos ínfimos detalles eran con los que una mujer conseguían conquistar a un hombre observador-Una pregunta muy interesante me hacéis Alyra..- mantuvo un breve silencio mientras la miraba con franqueza-De hecho no sé realmente que hago aquí, empezaré por confesaros que no llego a comprender por qué invitaron a un norteño, cuando hay nobles en el Sur mucho mejor adaptados a desenvolverse en la corte-comentó con gesto serio, desvió la mirada más allá de los ojos de Alyra, observando los vivos colores de las flores mecidas por el viento para retornar de nuevo al vivo castaño de sus ojos-Aún así me siento afortunado no me entendáis mal por favor y en respuesta a vuestra pregunta es que mujeres como vos, con vuestra preparación, presencia, con el intelecto cultivado y el juicio e inteligencia que destiláis, no se pueden comparar ni encontrar en Bosquespeso, creedme. Si es cierto que en el Norte podría encontrar una mujer, pero no como la que yo necesito a mi lado-se detuvo de nuevo, reflexivo ante su segunda pregunta, frunció el ceño pensativo y prosiguió.

-Busco ambas cosas, por su puesto quiero a una mujer que me dé descendencia para perpetuar la casa Glover, pero ante todo, quiero a una amiga, una compañera. Que me sirva de apoyo y reflexión, que participe en las decisiones de nuestro pueblo- miró con ojos brillantes a Alyra-Y esa conjunción de capacidades y virtudes no las poseen todas las mujeres. Yo no deseo una mujer sólo para engendrar hijos. Deseo a una Señora de Bosquespeso-suspiró durante un instante el aire puro que les envolvía, percibiendo el dulce perfume que rodeaba a Alyra-Y ahora permitidme que os haga una pregunta si no os importa ¿qué buscáis en vuestro esposo, cómo os gustaría que fuese?-miró con curiosidad e interés, volviendo a mostrar su rostro amable.

sonrío de una manera traviesa, el hombre se sorprendería de saber sobre la preparación de la doncella, algo no esperado en una jovencita de su edad y posición, pero que conocia lo que significaba el esfuerzo y el trabajo. La joven miró al cielo, era un día despejado, con el sol brillando intensamente, a pesar de la tormenta de la noche anterior. Podía ser que el septom Tiziano tuviera razón, y aquello había sido un simbolo del guerrero por la muerte del mayor de los Risefeller y prometido de Lady Astrid.

— creo que luego de escucharlo, sé que si le agradaría conocer sobre mis particularidades, — ¿que buscaba?, no se lo había puesto a pensar ¿que buscaba? Definitivamente no era romance, amor o algo similar, era algo mucho más frio y objetivo — si pudiera no tener que buscar, lo haría la verdad, pero como no puede ser, pues... desearía a una persona que me viera como su igual, su par, que no me minorizara por ser mujer, sino que me reconociera, también desearía que no se molestara conmigo por ser un desastre en la mayoría de las tareas que se espera de una mujer, pero que me admirara por saber de otras cosas — admiración y libertad, eso sin buscaba, — me gustaría también poder admirarlo, saberlo mi amigo, mi aliado, aunque no exista amor entre los dos, — era una posibilidad, le dolía, pero era cierta — he estudiado por algunos años administración, sé sobre derecho económico y leyes comunes, sigo estudiando, también historia y religión, y eso desearía, alguien que me permita continuar con mis estudios y... y que fuera mi compañero en ese viaje por el conocimiento — tomó una gran bocanada de aire.

— pero sobre todo.. deseo que busque el bien de la gente que le rinde lealtad, de sus súbitos y vasallos, que comparta mi amor por los ideales de un buen gobierno... que sea leal, fiel y coherente, y que tenga buen humor — se ríe, ya deteniéndose en la entrada a la fortaleza — pido mucho, ¿no? — baja la mirada unos segundos.

— Ser Tyler pide algo similar a usted, aunque él quiere a una compañera de lecho en donde serían iguales  la escucharía, pero dejó en claro que él es el señor ¿piensa lo mismo? — quizás la fría hija de señor estaba pronta a iniciar una revolución, esos ojos chispeantes demostraban un espíritu de fuego a pesar de sus calmados movimientos.  

La conversación y el breve paseo con Alyra se había tornado mucho más cómoda e interesante de lo que él había esperado en un principio y sentía cierto fastidio al ver su cercano final-pues será un placer escuchar sus particularidades cuando gustéis, creo que tenemos varios puntos en común y dudo en extremo que pueda incomodarme os lo aseguro-su sonrisa era franca, menteniéndose, mientras oía atentamente a Alyra, desgranando todo lo que había estudiado y lo que deseaba hacer-vaya, sinceramente pedís bastante-rió con ganas-pero permitidme deciros que no son peticiones descabelladas, ¿que se encuentren en un solo hombre? es dificil pero no imposible.-constató el norteño.

-Por desgracia, no todos los caballeros han sido instruídos ni educados bajo un telón de igualdad y entendimiento, tomando a hombre y mujer como iguales, tanto en decisión como ejecución-siguió su mirada-por suerte, yo tuve la posibilidad y libertad tanto por parte de mi padre como de mi madre de aprender cómo ambos sexos son iguales y perfectamente válidos para tomar y llevar a cabo decisiones de extrema importancia, incluso en la propia batalla-sonrió ante la confesión sobre Tyler.

-Alyra, yo pienso que la la igualdad se ejecuta en cada aspecto de la vida en común, ya sea en toma de decisiones o en el lecho, como decís. Personalmente y os ruego que esto quede entre nosotros, ¿por qué no puede haber una Señora en el lecho? es mucho más interesante-puso una sonrisa picarona y divertida, para luego admirar los muros del castillo elevando la cabeza y torciendo la comisura de los labios-Es una pena que el paseo haya terminado, estaba disfrutando mucho de vuestra compañía-dijo mirando a la bella joven-confío en poder seguir charlando con vos de lo que os apetezca, estaré encantado de hacerlo-

Se puso muy roja cuando dijo lo de señora en el lecho, es decir, no era puritana, pero se puso roja de solo pensar en algo así, no sabía muy bien como seria la situación, pero quien diría que al fuerte hombre le gustaba de esa manera, de ahí la mirada que le lanzó, con su mano en su cintura y soltándose de él. Aún no sabía muy bien como responder a aquello, sin ser demasiado descarada, pero disfrutaba de lo desvergonzado que era el hombre.

— creo que en esos tópico, se requiere más instrucción — responde, tampoco quería parecer pacata, parte dela seguridad era demostrar que se podía hablar de cualquier tema, aunque manteniendo cierto decoro — pero vamos, esperemos que tenga suerte en su búsqueda, además, si nuestro señor lo invitó debió ser porque vio potencial en usted, ya sea como yerno y aliado, o solo como aliado, de todas formas, es asuntos también deberían tratarse, más allá del matrimonio —  dio unos pasos hacia delante del hombre y se giró sobre sus talones, para verlo de mejor manera, debía mirarlo hacia arriba, realmente era corpulento y esa barba enmarañada le daba un aspecto rudo, pero las apariencias engañaban, era un sujeto accesible y agradable.

— luego de bailar con ser Bernard, podemos bailar y seguir conversando, Ser Bernard se propuso como escudero para espantar a los que podrían molestarme, asume que no puedo hacerlo por mis propios medios, pero es agradable saber que alguien se preocupa por mí, así que... puede sumarse y conversamos, y comentamos lo que suceda, de todas formas nos queda el almuerzo, en fin, el día es largo aún y podremos seguir viéndonos, ¿le parece? — mordió ligeramente su labio inferior, pensando distraídamente en algo, un gesto inconscientemente coqueto — y podemos hablar sobre batallas y estrategia, creo que en eso podemos encontrar otro punto en común — inclina su cabeza en señal de despedida, a menos que el hombre quisiera acompañarla, aunque no sabía si aquello podría traerles problemas, a ella sobre todo, con sus padres.

Las mejillas marcadas como un intenso rojo, mostraron que quizás Galbart se había sobrepasado y quizás escandalizado, cuando se separó de él pero no tanto como él esperaba, el norteño y su manera de ser tan directo podía incomodar mucho a gente poco acostumbrada.

-Hasta ahora lo desconozco por completo pero a lo largo del día o en la cena hablará conmigo si tiene algún interés especial más allá del posible matrimonio con alguna de vuestras hermanas-la acción de mirarle de cuerpo entero divirtió al norteño, como si estuviese valorándole, el hombre mostró un gesto amable y volvió a sonreír, otra vez ¿cuánto tiempo hacia que no lo practicaba con tanta asiduidad? Tantos años de guerra habían dejado cicatrices en parte curadas pero que aún dejaban rastro-Será un honor compartir un baile con vos y entiendo que Ser Bernard quiera protegeros, aunque después de lo que he conseguido descubrir de vos, seríais más que capaz de defenderlos sola llegado el momento- apareció en su mente la imagen de Alyra con una armadura de cuero junto a una espada en posición de combate y pensó que sería algo digno de ver, una gran adversaria.

Cuando Alyra se despedía de para atender sus cometidos, Galbart hizo lo propio, pero antes de que se alejase, la detuvo un instante-Alyra esperad- comentó en tono bajo llamando su atención-¿Sería mucha molestia si os acompaño?-la miró con ligera complicidad-Siendo sincero no sé dónde dirigirme, ya está todo el mundo desperdigado por vuestro castillo, es decir si nos os supongo una complicación o si sería un problema que alguien os viese conmigo. Además también es posible que tengáis ciertos menesteres en los que no necesitéis compañía- dejó la pregunta en el aire esperando respuesta.

-Espero que ese rayo fuera realmente una bendición. Allí y en ese momento, con esa fuerza... me dio la impresión de que mi hermano me daba una señal. Como si supiera que vaya a pasar algo en esta fiesta. No sé qué opináis vos, pero no creo que todo el mundo venga con buenas intenciones.-

Sonrió -no sé cuan queridos somos por Lord Rhys y sus hijas. A ellas no las conozco tanto. He tenido el placer de dedicar un tiempo a Alyra mientras vos hablabais con Astrid, y es muy prometedora. Tiene buen carácter y pretende ser muy independiente. Espero que no permita que ningún hombre le arrebate la libertad de hacer lo que ella desea-. Estaba claro que la cuarta hija le había caído bien. -Imagino que Lord Rhys nos aprecia, pero no tanto como para ver a su hijo en nosotros. Eso sería demasiado. Supongo que ha creado esta fiesta para asegurar un buen porvenir a sus hijas y su familia.-

Alyra ya se había dado vuelta para retirarse, cuando lo escucha decir su nombre, ella se voltea en él, sintiendo un poco de pena por el hombre, que parecía sentirse un pez fuera del agua en lugar donde no tenía aliados ni temas de conversación, ahora se preguntaba si había venido con más personas, quizás con ellos se sentiría mejor.

— pues no tengo nada en especial que hacer, solo iba a reportarme con lady Myriah, — era curioso que con ciertos miembros de su familia, se refiriera con su título, como Astrid y su madre, mientras con otros, los llamaba por su lazo sanguineo — y claro que puede complejo que nos vean populando por ahí, juntos, no quiero destruir sus opciones con otras damas y de paso, dar motivos a chismes, pero ya se me ocurrió qué hacer, podemos buscar juntos a alguno de los varones de este lugar, y ahí, podrán conversar, además si encontramos al señor Curton, el señor Ross o mi padre, podría quedarme, también creo que sufriré un poco del aburrimiento de aquí al almuerzo — hace un movimiento de su cabeza para que la acompañe luego de haber expuesto la situación.

Cuando el caballero menciona a la hija del Lord, el rostro del Septón se mostró radiante - Alyra es una doncella encantadora y fascinante, he notado que también se ha sentido a gusto con usted. Es mas madura de lo que aparenta, así que sabrá elegir lo mejor para ella y los suyos - dijo confiado, conocía a esa doncella desde que era una niña. A medida que Ser Bernard continuaba hablando frunció el ceño y negó con la cabeza - Conozco a Lord Rhys desde hace décadas, Bernard, y se equivoca en su apreciación. Él eligió a vuestro hermano Richard como esposo de su hija mayor, en pocas palabras, lo convirtió en su sucesor, dándole toda su herencia y confiándole a las personas que mas ama. Eso le parece poca muestra del aprecio a vuestra familia?- se queda mirando al caballero a los ojos para asegurarse que entendiera sus palabras - Es cierto que la fiesta esta abierta a muchos hombres importantes, pero eso no significa que no aceptaría de buen agrado que uno de ustedes dos despose a su heredera, no puede manifestarlo en público, sería irrespetuoso para todos los que asistirán y no es su estilo pasar por arriba de la voluntad de las personas en las que confía, pero sería bueno que los hermanos Risefeller tengan en claro eso...- hizo un breve silencio - ...y actúen en consecuencia- el anciano sabía que no era su lugar entrometerse en las elecciones privadas de los demás, pero poner luz dónde había sombra era su misión después de todo.

- Sin embargo, Bernard, me da la impresión que usted no está detrás de ese privilegio, verdad? No parece del tipo de persona que ataría su vida por un poco de poder, me equivoco?- preguntó el religioso a medida que entraban en confianza - Debo agregar que su vínculo con las hermanas Vaelys parece genuino y sin segundas intensiones, lo cual es muy loable de su parte, otros revolotean para su beneficio - dijo en clara alusión al Señor de Bosqueoscuro, en quién aún no terminaba de confiar.

Caminó lentamente, su espalda comenzaba a reclamar un lugar dónde sentarse pero el jardín no era el mejor lugar para hacerlo, temía no poder levantarse luego. Esperó a que el caballero contestase su pregunta y luego agregó - Ser Bernard, usted ha demostrado ser un fiel aliado de la casa Vaelys y un hombre honesto con buenas intensiones, así que seré sincero con usted, hay algo que ha dicho que es mucho mas cierto de lo que imagina. A la fiesta va a asistir gente con intensiones muy variadas, siempre es así cuando de nobles se trata, y no todos tienen los principios de la fe y menos aún gozan de las virtudes que tienen muchos caballeros. Sin embargo, me temo que esto va mas allá y la vida de Lord Rhys está en peligro, incluso ahora. Puede que el enemigo esté usando a los criados de esta casa para darle muerte... si nuestro señor muere antes del casamiento sucederán cosas no deseadas para la familia y sus aliados, y créame que hay quienes buscan eso. Es algo muy grave y no puedo hablarlo con la familia sin preocuparlos, tal vez usted pueda ayudar - la última frase quedó haciendo eco en el silencio absoluto que le sucedió, el Septón sabía mucho pero podía hacer muy poco, y cosas delicadas como ésta requerían de gente capaz y de confianza, lo cual no abundaba en esos tiempos.

Bernard asintió cuando el septón hizo referencia al aprecio que Lord Rhys tenía hacia los Risefeller. Eran mucho más cercanos y confiables que la mayoría de caballeros que vendrían a la fiesta. Era consciente de que si algún caballero aleatorio se convertía en el heredero, podría perjudicar a la familia y a los sirvientes trayendo su propio séquito.

-Es normal que venga gente en busca de poder. La forma en que se ha formado la fiesta invita a ello, así que yo tampoco los culparía. La parte más difícil es para las hijas del Lord. Elegir un esposo entre gente que no conocen, y al mismo tiempo competir con sus hermanas.- Miró al anciano -Alyra me pidió sinceridad, me gustó lo directa que fue. Lo cierto es que a todos los invitados les conviene ser el heredero de Lord Rhys. En ello me incluyo, creo que sería beneficioso para ambas familias. Pero no quiero conseguirlo a costa de otros, ni deseo tener una esposa que no quiera estar conmigo. Tampoco una que no me deje vivir tranquilo- rió para quitar tensión a la conversación. -La verdad es que deseo lo mejor tanto para mi familia como para los Vaelys y sus sirvientes. La Fortaleza de sangre sin la misma gente dejaría de ser lo que es por mucho que mantenga las mismas piedras.

-No tenéis que pedírmelo. Estoy más que dispuesto a enfrentarme a quien venga con intenciones asesinas. Además no he podido entrenar esta mañana y un poco de acción no me vendría nada mal.- Pese a la seriedad del asunto, lo decía sonriendo y con un tono bromista, posando una mano sobre su otro hombro mientras daba vueltas con el brazo para darle movilidad. -Aunque quiero adivinar que vos habíais pensado en otra forma de afrontar esto.

Tiziano asintió con el rostro mas relajado cuando Bernard aceptó colaborar, guardando para sí todo lo que el Caballero le había dicho. Se sorprendió en parte de la ingenuidad que evidenciaba ese joven respecto al casamiento que iba a tener lugar esa misma noche, no había nada que elegir, todo ello debía ser político y muy distante al amor, Astrid era la heredera y tal vez uno de los dos Risefeller, si eran inteligentes, ocuparían el lugar de su difunto hermano y se convertirían en el próximo señor, la hija que aspirase a gobernar debía tener claro el costo y la mayor parecía ser la mejor preparada en ese sentido, aunque no la única. Sin embargo la inocencia de aquél hombre no opacaba su valentía y tal vez el futuro de toda esa casa estuviese en manos de ese Caballero. - Lamento admitir que no se por dónde empezar, pero tengo una vaga idea. Dado que son pocos los invitados que han llegado, adhiero al eco de los rumores y estimo que es un sirviente el que intente darle muerte. Ambos estábamos presentes cuando el Lord ordenó a Sebastián, Fiona, Gwen y Sloth que se ocupen de temas ligados a la comida, bajo el mando de John que es quien estará al mando de todos los sirvientes durante el día de hoy. Merol iba a colaborar también, pero es un buen chico y me ha asistido por meses, yo hablaré con él para que nos ayude a descubrir si realmente los rumores son ciertos. Le pido encuentre el modo de persuadir a John de la gravedad del problema y siga la pista de estas personas hasta dar con la verdad. Luego que eliminemos ese problema, habrá que erradicar la causa... me refiero a saber quién está detrás de eso, me entiende? La familia tiene enemigos y no se detendrán ante un tropiezo, tal vez la única salida sea custodiar personalmente a Lord Rhys, usted asumiría la función de protegerlo? si está dispuesto a hacerlo hable con Evan de mi parte y le prestará ayuda para logarlo. Mas tarde podemos volver a juntarnos para ver que hemos averiguado. Le agradezco su buena disposición, toda la familia estará en deuda con su valentía Bernard, pero sepa que debe manejar esto con absoluta discreción, si quien buscamos se da cuenta que estamos tras él, probablemente se oculte y ataque durante la fiesta, además no podemos estar preocupando a la familia, será un disgusto difícil de digerir. Confío en que me ha comprendido, Ser Risefeller, y cuento con su colaboración- dijo con alivio, sabiendo que alguien ajeno a la casa pero fiel a su líder podría ser el adecuado para infiltrarse con éxito, y este muchacho parecía ser el mejor candidato.

El norteño escuchó con atención las palabras de Alyra, su respuesta afirmativa a ser acompañada por él le alivió. En parte porque se sentía fuera de lugar, demasiada piedra le rodeaba, echaba de menos sus bosques y el inabarcable mar color esmeralda que recordaba con extrema nitidez y detalle.

Además la compañía de Alyra le era muy grata su conversación muy interesante, amena e inteligente-oh, no os preocupéis por eso Alyra, no destruiréis ninguna opción incluso quizás, aumente el interés y curiosidad por mí al veros en mi compañía ¿no creéis?-un gesto divertido apareció en su rostro-Más que un problema sería una ventaja-dijo para asentir ante la idea de la joven.

-Una idea muy acertada, os sigo y veamos con qué caballeros damos por el camino. Y si vos os quedáis el placer será doble- contesto con una ligera reverencia para dejar paso a Alyra-Vos guiáis-

Bernard se quedó pensativo. No se le había pasado por la cabeza que algún sirviente quisiese atentar contra Lord Rhys. Hasta el momento había estado convencido que la amenaza venía de fuera. Quizá eran ambas. -Escoltar a Rhys. Para eso él deberá estar de acuerdo.- Ese trabajo tenía una parte buena: Estar cerca de la acción. Eso le gustaba a Bernard, pero al mismo tiempo le quitaría libertad y no podría enterarse de gran cosa. -Colaboraré. Necesitaré saber en quién confiáis y en quién no para saber con quién hablar. Personalmente yo confío en John Kahlan, así que me gustaría hablar con él. También con mi hermano. Por lo que decís parece que Merol y Evan son de confianza para vos. Yo no los conozco tanto, aunque esta mañana han tenido una pelea la mar de divertida en las cocinas.- Rió un poco. -Por un momento pensé que Merol iba a ganar, pero no fue así.- Carraspeó -Volviendo al tema. Yo sospecho de algunos invitados como Edric Colina que tiene mucho que ganar, y Mordred- frunció el ceño al mencionar el último nombre. -¿De quién sospecháis vos y por qué?

- Merol y Evan se enfrentaron?- preguntó algo sorprendido, y no pudo menos que sonreír mientras imaginaba la escena - Le agradezco que colabore, Ser Risefeller, es en los momentos difíciles dónde uno reconoce el verdadero rostro de quienes lo rodean. En cuanto a como accionar, John será un buen comienzo, y luego si me permite le sugiero que hable con cautela con la servidumbre. Yo hablaré con Evan y Merol para ganar tiempo, que como bien dice los conozco bien, y luego podemos habar con Lord Rhys con algo mas concreto. En cuanto a su hermano, es buena idea tenerlo al tanto pero no creo conveniente que él desvíe su atención respecto a sus responsabilidades, si aspira a convertirse en Lord hay otro problema que la casa está enfrentando y tal vez le interese colaborar en el asunto- el anciano asentía conforme, hace unos minuto no sabía como abordar el peligro que los acechaba y ahora había encontrado en Ser Bernard a un hombre comprometido y confiable, capaz de proteger a su señor. - Respecto a los sospechosos, no corresponde a un servidor de los Siete prejuzgar a los demás, yo elijo en quien confiar pero no me permito señalar a nadie a menos que de lo alto se me indique lo contrario. Sin embargo debo admitir que es acertada su opinión sobre Eric, tiene mucho que ganar pero tal vez eso no sea suficiente para querer matar a su tío- el Septón estaba convencido que sí y él era el único foco de sus sospechas, pero no era su lugar el de acusador -Mordred ha sido instruido en esta casa desde joven, incluso yo lo he formado en sus valores y ha colaborado desde siempre con Lord Rhys, porque cree que podría querer hacerle daño?- Tiziano se dio cuenta que esos hombres tenían algún tema personal, de lo contrario no lo hubiera mencionado, y el Septón estaba abriendo el espacio para que Bernard se explayase si así lo sentía, después de todo él representaba a los Siete y ellos guiaban a los hombres en los momentos turbulentos. 

Astrid se mantuvo en silencio durante las presentaciones, meditando sobre todo lo que había hablado con el septón. Sonrió a los presentes, como haciéndoles saber que aún estaba con ellos, que su mente no había volado. Observó cómo sus hermanas se iban moviendo y ser Tyler se quedaba a solas.

Avanzó, sin miramientos, y apoyó su mano sobre el brazo de ser Tyler. Confiada, le sonrió cuando éste la miró

¿Caminamos? Aún no me apetece volver al castillo le preguntó, haciéndole partícipe de una mirada cómplice

-Parece que Lord Rhys sospecha de Ser Mordred. No le he preguntado por qué. Mordred y yo hemos estado en el mismo bando en la guerra, pero si he de elegir a alguien a quien confiar mi vida no sería él.- Estaba claro en el tono de Ser Bernard que no tenía una buena relación con el caballero. -No podemos demostrar que quiera atentar contra Lord Rhys y tampoco sé en qué le beneficiaría. Podemos preguntarle al Lord.

El anciano asintió - Comprendo. Le propongo entonces que juntemos la mayor cantidad de información entre servidumbre y personas de nuestra confianza, y luego vayamos juntos a hablar con Lord Rhys, sin duda él tendrá una mejor idea de quienes pueden querer hacerle daño- El Septón puso su mano en la frente del Caballero - Tu honestidad y valor no pasan desapercibidos a los Siete, Ser Bernard, que el Guerrero te bendiga - y tras esas palabras hizo una plegara silenciosa antes de proseguir.

Continuaron avanzando hasta donde los demás se encontraban, hablando de temas variados y mucho mas relajados. El encuentro había resultado ser mucho mas importante de lo que Tiziano hubiese imaginado.