Partida Rol por web

La mirada de Tiziano continuaba siendo seria cuando Sir Tyler presentó al desconocido, conocer su título de nobleza no cambió la severidad de su rostro, aunque sí sus gestos, había aprendido a seguir los protocolos de la casa. El norte era tierra de salvajes y este hombre era una prueba de ello, si las aspiraciones de tu espíritu no son profundas ni verdaderas, entonces tus actos tampoco lo serán. Sin embargo, el caballero lo trató con respeto y el Septón valoraba ese detalle - Sir Galbart Glover, encantado. Cuando guste podemos hablar de los Siete y sus enseñanzas, a mi también me vendría bien conocer acerca de Bosquespeso, nunca he estado allí. Espero que su estadía en el castillo le sea grata, por lo pronto ha elegido una buena compañía - el anciano sentía un gran afecto por las hijas de Lord Vaelys y un profundo respeto por los hermanos Rosefeller, vasallos de su señor - No quiero interrumpirlos, pero las oportunidades son como la brisa, de la nada aparece y de la nada se va, lo único que podemos hacer es aprovecharla mientras dura. Si alguno quiere acompañarme, éste es el momento - dijo con el rostro mas relajado, estaba cansado y tenía muchas cosas que preparar para la noche, pero podía hacerse de un tiempo para esos jóvenes si ellos lo deseaban.

Bernard asintió a Alyra y miró al resto llegar. Se limitó a observar la conversación. Imaginaba que la siguiente en ir con el septón sería Lenia.

Ya al fin los grupos se habían juntado, por una parte, Septo Tiziano con Astrid y por otro lado Lenia con Tyler y Ser Galbart, Alyra contuvo un poco el aire y lanzó una última mirada a Bernard, ya era obvio que su hermana Lenia no vendría en su rescate y no encontraba la mejor manera de salir de ese entuerto sin parecer demasiado mal educada o demasiado tímida, lo que no era correcto respecto a su personalidad, aunque quizás lo primero si la buscaban demasiado por su lado malo.

— pues, me alegro, ser Galbart, que tenga la oportunidad de conocer un poco más sobre otras religiones, aquí conviven muchas creencias, madre y padre no comparten sus creencias, pero viven en armonía — intenta ayudar a su buen amigo en su intento de buscar oídos que escuchen sus buenos consejos, aunque ahora le correspondía a Lenia ir, pero imaginaba que si su hermana podía eludir un poco más el tema, estaría feliz, mientras que ella necesitaba eludir otros problemas, y a otras personas, en realidad, a casi todas si lo pensaba mejor.

— por mi parte, creo que deberé retirarme, puede ser que necesiten de mí, y no quiero hacer correr a las sirvientas, aunque una cosa antes — ahora miraba a ser Tyler, lástima que no pudo saber de qué habian conversado y su su hermana se había atrevido, pero eso no era lo que necesitaba de ser Tyler — Ser Tyler, con su hermano hablábamos de carreras y viejas deudas que tenemos los dos, hablaré con padre de ver el organizar algo más cercano a los intereses de muchos de los que estamos aquí, y aunque puede ser que no lo apruebe, no se pierde nada con intentarlo, Lenia es una gran jinete, — sonrió e inclinó su cabeza ante los presentes, dejando claro en la mirada que sostuvo con Tyler que si habían temas pendientes, era entre ellos dos.

— ser Bernard... ¿me acompañaría? — le pide al hermano menor de los Risefeller si la acompañaba adentro, sentía que había encontrado un buen amigo en entre los presentes.

Las palabras del septón eran educadas pero sin duda lo último que querría ahora sería hablar con el norteño para compartir y debatir sobre religión, más bien el interés del anciano iba dirigido hacia otra dirección.

El grupo ya se había reunido y Lady Alyra con Ser Bernard se encontraban a la misma altura que el cuarteto.

El duro gesto de Alyra, había extrañado a Galbart pues él no había provocado ningún desagravio, salvo la desafortunada interrupción en el desayuno.

El norteño deseaba dar buena impresión pues sus intenciones eran buenas y sinceras, así que no dudo y la detuvo llamando su atención antes de alejarse junto a Bernard.

-Desde luego Lady Alyra, soy totalmente partidario de que dos religiones aún siendo tan dispares, pueden vivir en perfecta armonía, siempre que haya mutuo respeto entre ambas-respondió con amabilidad.

-Por cierto Lady Alyra, no quisiera reteneros más de lo necesario pero me gustaría preguntaros una cosa antes de marcharos, sé que tenéis obligaciones, pero es una duda que creo que vos podréis aclararme-comentó con una sonrisa para luego mirar a Bernard-Espero que no os moleste que la aparte de vuestro lado, no será por mucho tiempo,
os lo prometo-dijo con gesto respetuoso y esperó tranquilamente su respuesta.

ya creyendo que podría escapar de la situación y que Bernard cubriría su retirada, el norteño la detiene, Alyra, que había mantenido una distancia prudente del grupo quedó en silencio, y si bien barajó la posibilidad de que tendría que ser en otro momento, prefirió acceder, pero no sin menos complicaciones en su fuero interno, pero tarde o temprano se darían cuenta, ya era un hecho y solo encerrándose, podría evitarlo. 

— pues, en ese caso, no se preocupe Ser Bernard, he sido egoísta, no sé si deseaban ir a los establos, más ahora que Lady Astrid ha vuelto — le sonríe al hombre, e inclina la cabeza ante los presentes, caminando hacia el norteño e invitándolo a caminar a su lado. Sus mejillas se habían puesto rojas, lo que no era para nada normal en la siempre templada y fría joven.

comenzaron a caminar uno junto al otro, Alyra no lo miraba directamente, su vista estaba fija en el frente, se veía ligeramente incómoda, con los labios comprimidos y evitando mirarlo a la cara.

— entonces... ¿en qué puedo ayudarlo, Ser Galbart — su voz no demostraba timidez, era firme,lo que contrarrestaba con la forma en que su cuerpo se mostraba. La joven era delgada y más baja que el hombre pero se notaba fuerte y digna, pero era alta a comparación de sus hermanas, la cuarta hija del señor guardaba varios gestos y similitudes a su padre.

El norteño comenzó a caminar al lado de Alyra, pausadamente, su cabeza iba reuniendo las diferentes personalidades de cada una de las hijas con las que había conseguido charlar en mayor o menor medida. Astrid seria, cortés y con las ideas muy claras, Lenia contiene el ímpetu y la energía propias de su edad, soñadora y deseosa de conocer más allá de su castillo.

Ahora había surgido la oportunidad de conocer un poco a Alyra ¿cómo sería ella? Aunque su ligero rubor hacia Galbart había sido momentáneo, su porte demostraba firmeza y seguridad y su belleza era comparable a la de sus hermanas sino superior.

-Veréis Lady Alyra, cuando he vuelto del castillo tras mi breve descanso y dar con vosotros, me percaté de que vuestro rostro cambió al verme y tenía curiosidad más cierta preocupación-dije intentando buscar su mirada que aún la mantenía al frente-Desconozco si quizás mis modales son demasiado rudos y os puede haber molestado-respondió con sinceridad.

El Septón se había quedado a la espera de la iniciativa de los presentes, los caballeros parecían esperar a que Lenia lo acompañase pero ella parecía distraída, demorando lo inevitable. Pero Tiziano no había envejecido sin aprender, sabía que a su edad prefería los buenos modales de esos jóvenes Caballeros que los aburridos sermones de los ancianos, así que alivió el compromiso de la tercer hija y aprovechó el desconcierto de Bernard ante el repentino cambio de planes de Alyra - Pues bien Ser Bernard, parece ser que el Guerrero lo ha elegido a usted para conversar unos momentos, esta dispuesto a acompañarme ? Reconozco que mi compañía no se compara a la de una hermosa dama, pero verá que no se arrepentirá - dijo con amabilidad, saludando gentilmente con su cabeza a todos los presentes, incluyendo a Ser Galbart, que había superado sus expectativas acerca de lo que un señor del norte podía ser.

Sonrió a Alyra con aire divertido cuando le dio a entender que trataría de que su padre, Lord Rhys, tuviese a bien organizar una carrera de caballos. En esta ocasión Tyler había traído a Austin, su corcel de guerra, pero se trataba de una raza ágil y veloz para su tamaño.

-Me parece fantástico, nada mejor que una buena carrera para levantar los ánimos, sobretodo los del ganador-
Esto último lo dijo en un tono en el que Alyra comprendería que no pensaba dejarse ganar.

Observó a los presentes y terminó en su hermano. Parecía que había hecho buenas migas con Alyra, aunque ahora el septón le invitaba a compartir sus inquietudes.

soltó un largo suspiro y se detuvo en la marcha, ahora tendría que verse a la cara y de cerca, lo que justamente Alyra quería evitar, pero ya no había mucho que hacer, había hecho sentir mal al hombre, tal como Tyler lo hizo con ella, por otro lado, si era un hombre superficial, sería una buena forma de espantarlo. La joven tenía los ojos cerrados y los abrió, ahora se podían ver directamente y el hombre pudo ver que sus mejillas están enrojecidas y tenía algunos granos, que se disimulaban por un poco de maquillaje, sin embargo su piel no estaba tersa del todo.

— no es nada en su contra — responde con desánimo — hoy amanecí así, mi rostro decidió que era un buen momento para demostrar que sigo siendo una niña y no tuvo ni un poco de compasión con el día — se sentía profundamente estupida, seguía pensando que no era propio de ella, pero ahí estaba, incomoda y nerviosa — no son sus modales, ni mucho menos, al contrario, estoy deseosa de conocer sobre sus tierras, sin embargo hoy me siento incómoda, e incluso sentirme así no es propio de mí, creo que de ser cualquier otro día, me daría igual, pero hoy... muchos querrán conocerme y temo que puedo ser desagradable para algunos — miró hacía dónde estaba el grupo, a pesar de haber resuelto el asunto con Tyler, esa manera en que se le desencajó el rostro, la había ofendido profundamente y lastimado, aumentando su inseguridad.

— lamento haberlo hecho sentir así, realmente fue porque lo vi venir y deseaba poder retirarme antes de que se diera cuenta, imagínese que he pensado en usar un velo en el baile, aunque asumo que sería aún más extraño ¿no? — inclina su cabeza ante el hombre — lamento mucho mi actuar, fue inconsciente sin embargo, no debí ser tan evidente para no producir malos entendidos  — era completamente sincera, y termina levantando su rostro hacia el hombre, sonriéndole.

Alyra se detuvo de repente y Galbart hizo lo propio y la miró, topándose con unos bonitos ojos castaños.

Al saber el norteño que ese gesto serio no había sido por su causa relajó el rostro tornándose más amigable y abriendo los ojos sorprendido por su confesión-Lady Alyra ¿lo decís por esas pequeñas marcas en vuestro rostro?- preguntó curioso-No podéis estar hablando en serio, ¿desagradable vos? El que pensase eso al veros sería un necio-dijo con una sincera sonrisa mientras la seguía mirando para separarse un poco de ella y que le viese bien.

-¿Me veis ahora? Un hombre fuerte y alto ¿verdad? Pues no siempre fuí así, cuando era mucho más joven era un chico más bien escuchimizado con unos brazos como ramitas-sonrió abiertamente-Sois joven y el desarrollo de vuestro cuerpo os juega malas pasadas, pero sois demasiado dura con vos misma y no os disculpéis, entiendo vuestro malestar, no tenéis de qué preocuparos-se detuvo un momento y prosiguió acercándose de nuevo.
-Y estáis en lo cierto si apareciéseis en el baile con un velo, los caballeros no podrían veros sonreír y se perderían algo hermoso- comentó manteniendo la sonrisa-y por supuesto si os sentís más cómoda en otro momento os contaré encantado todo lo que queráis sobre Bosquespeso- contestó sonriente.

esperaba un hombre de modales toscos, alguien sin mucho filtro y definitivamente alguien que pusiera los nervios de punta de su señora madre, y si bien Ser Galbart cumplía varios de esos presupuestos, no le desagradaban para nada a la joven Alyra, pues además de toda esa rudeza, había franqueza y empatía, sobre todo empatía. Alyra amplio más su sonrisa, y claro, no era necesario decirle que nunca antes había sufrido de un brote así, y que sospechaba que le estaban haciendo algún mal, pues, su explicación era mucho mejor, a pesar de ponerla más cercana a la niñez que a la madurez que los pretendientes buscarían en una futura esposa. Lo miró con aprecio, hubiera deseado que Tyler la hubiera recibido así. Nuevamente era herida en su orgullo y que era la razón última que la tenía así, incomoda. 

— comprendo que todos cambiamos y crecemos, pero mi cuerpo pudo escoger cualquier otro día para hacerlo, menos este ¿no? — río animada la cuarta hija, la helada hija — aunque agradezco sus elogios, le sugiero que guarde algunos para el resto de mis hermanas, no vaya a ser que se pongan celosas — acotó tanto con humildad como con decoro, pues, no era apropiado aceptar buenas a primeras tantos halagos por su belleza, aunque sabía que era la forma en que el hombre buscaba ser amable y alegrarla y agradecía ese detalle con ella. Alyra hace un movimiento para que sigan caminando, ya no le molestaban caminar a su lado, aunque solo pudiera ser de vuelta al castillo, pues un paseo a solas por el jardín les traería problemas a ambos.

— y me siento cómoda ahora, ser Galbart, la timidez no es muy común en mí, pero hoy no es uno de mis mejores días, sin embargo espero que los demás invitados piensen como ustedes, aunque sino, creo que es ya un asunto de ellos — dijo con convicción, aunque también para auto convencerse, los granos estaban ahí, y desaparecerían con los días, no esa noche — por cierto, si deseo disculparme por lo sucedió en el salón, tanto por el recibimiento como el comportamiento al levantarse de la mesa, lamento que haya pasado por ello, y espero que confíe en que no volverá a ocurrir, la idea es que disfrutemos de la celebración — mientras las piezas se van ordenando, pensó, pues a pesar de tanta amabilidad, que si la consideraba sincera, no podía obviar el hecho que estaba ahí como todos los demás, buscando una esposa entre las hijas, y tuvo el impulso de preguntar abiertamente sobre aquello, consideró que serían violento y era mejor intentar juzgarlo un poco mejor. 

— pero eso no quiere decir que no cumpla mi palabra de intentar persuadir a nuestro señor de que nos permita alguna carrera a la que sin lugar a dudas estaría cordialmente invitado, si gusta — Tyler ya lo había anunciado, aunque soslayadamente, ella tenía una carrera que ganarle.

Galbart rió ante el comentario de Alyra-Estáis en lo cierto, pero tened una cosa en cuenta, la madurez del cuerpo no siempre tienen porqué corresponder con la madurez mental, es sabido que las mujeres son mucho más cabales antes que los hombres, doy fé, he visto a hombres bastante adultos comportarse como niños-el norteño se sentía cómodo ante Alyra y en parte quería sincerarse, él no valía para intrigas ni segundas intenciones.

Asintió ante las palabras de la joven-Entiendo lo que decís Lady Alyra, soy consciente de que mis modales no se ajustan a los que estáis acostumbradas en la corte, caballeros más corteses y mejor educados-Galbart en parte se sentía inferior ante esos caballeros, pero al final no le importaba.

-Decidme una cosa, ¿por qué mis elogios pueden llegar a incomodar ¿pero qué hay de malo en decir algo obvio? no lo entiendo- negó ligeramente con la cabeza mientras paseaban-me temo Lady Alyra que en el Norte no tenemos una educación tan refinada, somos más directos-dijo frunciendo el ceño desviando la mirada al esplendido jardín.

Luego volvió a mirarla inclinando ligeramente la cabeza hacia ella recordando el episodio del desayuno-Oh, eso fué desafortunado, deberían de habernos recibido y no pasar directamente, en parte fue culpa nuestra- torció el gesto durante un instante.

-En cuanto a la carrera, sería un placer participar en ella, mi montura, Brego, no desperdicia ninguna oportunidad para hacer gala de su velocidad a galope tendido- mostró un gesto orgulloso por tener tan poderoso corcel.

Era como ella, asombrosamente directa, sin muchos pelos en la lengua aunque algo más brusco, ella por lo menos intentaba usar  palabras dulces y a veces rimbombantes para no ser demasiado violenta en lo que decía, pero siempre era agradable encontrar personas así, así que Alyra tomó un poco de aire a medida de que se acercaban a la fortaleza.

— debemos parecerle unos estirados y hasta aburridos, con tantos modales y normas, pero aún así ha venido y seguramente buscando esposa con estas características, aunque imagino que también busca una mujer para llevarse ¿no? — si quería ser directos, lo serían — y no se confunda, a mí no me molesta que sea como es, no tengo por qué sentirme incomodaba con usted, hacerlo, sería ser cínica si lo pienso bien porque tampoco soy muy cercana a lo que se espera de una de la idea de una dama, no como mis hermanas por lo menos — no era necesario entrar en detalles sobre aquello, quizás él lo descubriría, solo quizas — aunque la verdad, sobre los elogios... pues... me son un poco extraños, es más preferiría que elogiara otras cosas de mí, pero apenas me conoce, por eso no me molestan, por otro lado, está noche es muy distinta, y por desgracia seremos el centro de atencion de muchos, y muchos dirán cosas así, y no sé qué dirán mis hermanas, pero yo preferiría conversar de otras cosas, hablar y crear amistad, y no partir con elogios — ladea su rostro, sonriendo, ahora estaban hablando sobre la carrera, ya tenía a varios entusiasmados, y tendría que ver cómo conseguirlo. 

— Indómito es muy competitivo, y claro que deseara luchar hasta las últimas consecuencias contra quien nos desafíe, la verdad me hubiera gustado que en vez de un baile, se hubiera celebrado una justa — claro, en algo así, ella hubiera luchado por su propia mano y de seguro hubiera ganado. 

Galbart río animado ante el comentario de Alyra-¿Estirados? Sinceramente un poco, pero aburridos no, de todas maneras llevo apenas horas aquí y no me ha dado tiempo a aburrirme-la miró volviendo a su cara amable endurecida por el frío, aunque se tornó un poco más seria-¿una mujer para llevarme? Parece como si viniésemos a comprar ganado-mostró un gesto de desagrado-aunque al fin y al cabo creo que os debéis de sentir así... Venimos a hablar con vosotras, intentar conquistaros en una noche y a ver quién es el más convincente-frunció el ceño y apretó ligeramente la mandíbula. Era así, sus padres las trataban como simple ganado vendido al mejor postor..

-Mirad Alyra..Yo por su puesto que he venido a encontrar una esposa y a convertirla en la Señora de Bosquespeso, pero y esto que quede entre nosotros os lo ruego, no son las mejores formas de hacerlo-la miró a los ojos para apartarlos de nuevo suspirando pensando en su tierra.

-En Bosquespeso no actuamos así, tiene que haber interés por ambas partes y que haya algo intenso y real entre ambos, los matrimonios de conveniencia casi se podría decir que están mal vistos. La sinceridad y el compromiso forman parte importante de nuestro pueblo, fuertemente ligado a los árboles corazón -respondió con una leve sonrisa-si pudiera elegir Lady Alyra, necesitaría varias semanas para conoceros a todas, pero creo que a vuestro padre no le haría mucha gracia-rió por lo bajo para luego arquear una ceja con gesto de curiosidad-¿y que es lo que os diferencia tanto de vuestras hermanas para decir tal cosa?-preguntó intrigado.

-¿Una justa decís?-a Galbart se le iluminaron los ojos-Ojalá fuera así, soy más hábil con la lanza sobre mí montura que con los pies en un baile-dijo en tono animado y con una amplia sonrisa-Si hubiese tiempo más tarde os presentaré a Brego y tengo curiosidad por ver a Indómito, si es tan poderoso como su nombre será interesante competir contra él- quizás Galbart estaba siendo demasiado sincero y abierto, hablando de tal manera con Alyra, pero no podía evitarlo, cuando se sentía cómodo y agusto, se relajaba y trataba a los demás de manera informal.

la había llamado Alyra, así, sin más, habían muy pocas personas que la llamaban así y muchos de esos debió exigirles que lo hicieran, sin embargo estuvo muy lejos de sentirse ofendida por aquello, al contrario, se dio cuenta que el gentil hombre había encontrado un lugar cómodo en donde hablar, y sentirse así, y ella parecía haberlo logrado, lo que le hacía sentir bastante bien, aunque hablaran de ganado.

— no pretendo inventar un sueño o creer que esto no es más que negocios, somos ganado, y los mejores postores se quedaran con el premio mayor, la herencia y con la heredera — que no necesariamente debía ser Astrid, y ojalá así fuera — y otros podrán levarse a una esposa de sangre noble, es lamentable que así sea, pero tampoco vamos a creer que esto es un cuento de hadas con un final feliz — no iba a mentirse, aunque estaba sonriendo a pesar de la incertidumbre de sus palabras, pues era completamente consciente que el devenir de su casa y su gente dependía de las decisiones de aquella noche — pero creo que si no podemos evadirlo, sólo queda vivirlo de la mejor manera, aunque claro, tampoco me favorece ni me agrada esta situación, pero es lo que hay y debemos ser fuertes — y jugar de la mejor manera.

— por otro lado, si me permite decirlo, usted tiene un punto a favor, no necesita casarse de inmediato, tiene su tierra y su posición, ofrece un futuro, y puede darse el tiempo para conocer a la que no se case en la brevedad, creo que tiene mejores cartas que otros, si me lo preguntar se... digo, Galbart — no era que necesitara la herencia, al contrario, no servía para ser el marido de la heredera, pues él se iría y alguien debía quedarse en la fortaleza — tiene más oportunidades de encontrar el amor, y espero en la doncella que así sea y ojalá pueda ayudarlo en lo que necesite  — pues el destino de Alyra se apartaba de los intereses del hombre al estar intímamente ligado al destino de la Fortaleza de Sangre y al fervor de sus decisiones que la habían llevado a sacrificarse tanto por aquella convicción.

—¿lo que me diferencia de mis hermanas?, oh... creo que no está en mí decirlo, además, quizás le espante si no está acostumbrado a mujeres como yo — se ríe, marcando un poco de misterio en sus palabras — Indómito le hace gala a su nombre, es un animal difícil de llevar, sólo el jefe de caballos y yo podemos acercarnos y montarlo, el resto, puede sucumbir ante el peso de sus cascos si no mantienen las distancias  — hablaba con amor de su compañero, amor y orgullo — es un caballo de guerra, yo me encargué de su doma, con ayuda del señor Evan — cuenta, quizás ahora el hombre podría atisbar que tipo de mujer era la joven de ojos castaños que tenía delante de él.

Galbart escuchaba con atención, la manera de emparejar a los nobles de una manera obligada como aquella no llegaría nunca a entenderla-Os comprendo, desde luego existen ciertas obligaciones y aunque vosotras desgraciadamente no tenéis total control sobre ellas en éste caso el matrimonio, son cosas inevitables, pero sin duda dolorosas-dijo con cierto todo triste, quizás la propia Alyra estaría enamorada de alguien y se vería obligada a romperse el corazón por culpa de los caballeros, aunque sabía que a ellos les traería sin cuidado eso-ya no por el hecho de dejar vuestra tierra sino de separaros de vuestras hermanas, pero no voy a amargaros haciéndoos pensar en esas cosas-le mostró una sonrisa sincera elevando una de las comisuras de sus labios-Gracias por ese positivismo, en ese sentido tenéis razón, pero también existe la desventaja de mi procedencia, sabéis que los norteños no disfrutamos de una buena fama- rió entre dientes-se engloba a todos los norteños como unos salvajes sin modales y asilvestrados- imprimió un tono cómico a su comentario-Y es algo con lo que tengo que lidiar constantemente cuando gente nueva me conoce, pero bueno, ya estoy acostumbrado a ello- demasiados prejuicios ante el desconocimiento sin dar oportunidad a conocer, pensó el norteño.

Enarcó de nuevo las cejas ante el secretismo de Alyra-oh, vamos Alyra, muy raras tendríais que ser para espantarme, no obstante os entiendo yo también tengo mi extraña rareza y las doncellas se sorprenderían si la supiesen- el norteño le guiñó el ojo picaron y no era un farol aunque lo pareciese-Si esta noche, os atrevéis y me confesáis el vuestro yo os contaré el mío-la sonrisa picarona se mantuvo durante un instante, transformándose en un gesto de sorpresa mayúscula-perdonadme ¿decís que domásteis con ayuda un caballo de guerra?- preguntó gratamente sorprendido, intentó ocultar el gesto pero le fué imposible-he de confesar que me sorprendéis, aunque no lo aparentéis sois una mujer fuerte y valerosa, no todo el mundo tiene esa capacidad y aún menos una mujer, podréis negarlo ¡pero tenéis alma de norteña!-dijo divertido.

Miró con gran curiosidad e interés a los castaños ojos de Alyra-Ojalá tenga la posibilidad de veros cabalgar, Brego también es un caballo de guerra y sería un duelo interesante- contesto pensativo.

no sabía que el hombre comprendía del todo sus palabras, lo escuchaba, y disfrutaba de su risa y su aire despreocupado, era la seguridad de quién no tenía nada que perder, ¿sabía lo que se estaban jugando los Vaelys?, no estaba estaba del todo segura, pues de saberlo, quizás no se lo tomaría con tanta liviandad, sin embargo él no le debía nada a la familia que lo estaba acogiéndolo ahora, solo estaba ahí ofreciendo un buen partido, siendo muy objetivos, pues el hecho de ser del norte no importaba mucho si aquel "salvajismo" venía acompañado de tierras y titulo. A Ginevra le convendría un hombre así, o a Fiona, verdad... los ojos de Alyra se iluminaron, Fiona podría salir de esa fortaleza y tener lo que merece una buena persona como ella. 

— si tengo algo seguro, es que no me iré de este lugar, Galbart, — era una certeza para Alyra, la joven sabía a la perfección cuál era su destino y sus pasos y ese camino era independiente de los caballeros que pretendieran  — no sin antes estar segura que el destino de mi gente y de mi familia estén protegidos y asegurados, por eso este baile no es solo un baile, el destino de muchos se juega en las decisiones de unas chiquillas como nosotras — revelaba una lucidez mental que quizás sus hermanas no lo tenían, pues ella no levaba por intereses que trascendían a su propia felicidad personal — y vamos, que no me entristece, he barajado casi todas las opciones, y el entristecer no es sinónimo de acallar lo que produce esto, sino que al contrario — ya casi estaban llegando al sendero que los llevaría a la galería de la fortaleza.

Galbart estaba asombrado de escuchar que había domado a un caballo de guerra, y eso le hizo pensar en qué diría si supiera todo lo demás, a veces sentía miedo de que si se casaba sin hablar  bien aquello, cortarían sus alas y eso sería su muerte en vida.

— si supiera cuantas veces me han dicho algo así, que no soy lo que parezco, creo que es parte del encanto de dejar siempre algo en secreto, como su particularidad,  y no es que no me atreva a hacer algo, es simplemente que debo meditar si es necesario que lo sepa, no somos amigos, no aún por lo menos aunque me gustaría; y realmente como dije, tampoco creo que pueda pretenderme, no porque no sea atractivo y con un gran futuro que ofrecer, sino que, como dije, mi deber y destino está unido a este lugar, de momento por lo menos — más clara y directa no pudo ser, apesar de la sonrisa que mantenía en sus labios a medida de que hablaba.— y quizás tenga alma norteña, jejeje, por eso creo que podemos ser grandes amigos y aliados — en eso creía.

— ¿y que idea se ha llevado de mis hermanas? También me gustaría que conociera a otras damas de este lugar, como dije, usted está bendecido, puede realmente cortejar a quien quiera, y tomarse el tiempo que desee, creo que no tiene mucho que perder, y si mucho que ganar y hasta cierto punto , lo envidio — sonríe y pone su mano sobre el brazo del hombre.

Bernard asintió a Alyra -Claro, os acompaño.- Se disponía a seguirla cuando Ser Galbart le pidió a Alyra algo de tiempo. El caballero asintió a ambos y sonrió a Alyra -Si hay algo pendiente de lo que queráis hablar, mejor hacerlo cuanto antes.- Bernard esperaba que esa conversación fuese en beneficio de la joven Vaelys. Siempre había sido partidario de afrontar las cosas de cara y no esconderse, y pensaba que sería también lo mejor para ella.

Miró al septón y asintió. -Siento decir que estoy de acuerdo- rió cuando Tiziano habló sobre su compañía -Vos también salís perdiendo conmigo- dijo en tono bromista. -Os agradezco la oportunidad de hablar. Os sigo.-

- Vayamos a tener una buena charla entre perdedores entonces - el Septón rió ante el comentario del caballero y se alejaron juntos del grupo. El día soleado ensalzaba la belleza de esos jardines y Tiziano se sentía a gusto de poder invocar la sabiduría de los Siete en medio de la naturaleza templada por la mano humana. Porque eso representaba un jardín para él, tomar lo salvaje y templarlo para que exprese lo mejor de sí, al igual que se tallaba la piedra para que surja el diamante, al igual que se domaba al caballo para surja el noble animal, y era justamente eso lo que los Siete hacían con los hombres. - Ser Bernard, se ha dado cuenta cuan presente esta el Guerrero en su vida? Usted recién iba a ir con Alyra y yo con Lenia, y aquí estamos, lo que pensamos que iba a suceder cambió de repente, como un signo de lo alto. Al igual que anoche, verdad? Ese rayo... Me complace que él esté bendiciendo también el descanso de vuestros hermanos difuntos - la noche anterior se había interrumpido la ceremonia, pero el anciano era consciente que gracias a eso esta conversación era posible, y reconoció en ello el modo en que los Siete marcan la vida de las personas, creando situaciones inesperadas que llevan al hombre más allá de sus límites. - Lord Rhys los tiene a ambos en gran estima, por eso pidió esa ceremonia, son Caballeros de gran confianza para él, y por lo que veo muy queridos por sus hijas también - rió con el comentario y prosiguió - Se siente a gusto aquí? Creo que ambos le recuerdan al hijo que no pudo ver crecer - eso era una suposición del anciano, pero siendo su confidente, sabía que no estaba muy herrada.