Partida Rol por web

Los jardines se demostraron tan hermosos como tranquilos, no tenían nada que envidiar a los que decoraban las escasas parcelas de tierra libres de Campoestrella, alimentados por la corriente del río Torrentino, aunque cierto es que los de sus anfitriones Vaelys eran más grandes. Lance agradeció ese paseo libre de responsabilidad, peso de armadura y polvo del camino, le otorgó otro punto de vista de la fortaleza cuya sombra era muy alargada. Se preguntó acerca de las historias que corrían acerca de esta, cuales eran ciertas y cuales falsas, pero que esa fortaleza se llamara de la sangre era, ciertamente, evocador.

El caballero se detuvo frente a un rosal, olió las flores y se preguntó si en Altojardín olerían del mismo modo, una pregunta absurda nacida de la necesidad de mantener la cabeza en movimiento. No estaba en el Dominio, estaba en Occidente, las tierras que eran el hogar de su madre, aunque cada vez más se sentía más dorniense que occidental. No se atrevió a tomar ninguno de los tallos, respetó el rosal, y reemprendió el paseo peleando con la acuciante sensación de hambre.

Tras disfrutar de una mansa tranquilidad ante las muy seguras ajetreadas horas siguientes, Lance decidió regresar a la fortaleza y, guiándose por el hambre que sentía, se dirigió al comedor creyendo que la comida ya empezaría a servirse en breve.

El aire puro entró en los pulmones de Galbart como si fuera agua fresca tras un paseo por el maldito desierto, el hedor que aún permanecia en sus fosas nasales desapareció en cuanto inspiró profundamente un par de veces con sus ojos cerrados. El aroma fresco y perfumado era maravilloso y el norteño sonrió con ganas recordando una vez más, su hogar. Al abrirlos de nuevo observó que unos metros más adelante Alyra empezaba a organizar todo los preparativos para trasladar la comida al jardín y un poco más allá se encontraban las dos parejas que habían salido primero, Lady Lenia con Oberyn y Mira con Tyler, asi que se acercó a ellos saludándolos desde la corta distancia que les separaba.

-Este nuevo entorno para la comida va a ser algo espléndido y muy acertado sin duda ¿no creéis?-preguntó mirando de forma alternativa a los cuatro, sabía que Lenia y Mira seguían con la garganta delicada, así que tenía claro que sus respuestas iban a ser nulas a favor de su rápida curación-El tiempo acompaña a la perfección-dijo mirando al cielo despejado y el Sol que les bañaba con un agradable calor.

-El placer es mío, Lady Lenia -le dijo Oberyn a la joven, tras haber leído los labios de la tercera hija de la Casa Vaelys.

Pese a que no era un experto comunicándose a través de la lectura de labios, había aprendido algunas nociones básicas de cómo hacerlo en su juventud, durante su estancia entre los Segundos Hijos. Agradecía a Lenia que hubiera sido tan clara en expresarse, aun sin palabras, por lo que le dedicó una sonrisa.

El dorniense escuchó a Ser Galbart Glover alabar los maravillosos jardines en los que se encontraban y no pudo evitar corroborar sus palabras.

-Estoy de acuerdo, Ser Glover -admitió, observando fascinado los verdes jardines-. Este lugar siempre me ha resultado precioso. Me recuerda a los Jardines del Agua, en Dorne. Un lugar hermoso. Si alguna vez tenéis la oportunidad de viajar al sur, a tres leguas de Lanza del Sol hallaréis los hermosos jardines en los que mi hermano Doran se retira a descansar. Fueron un regalo de un príncipe dorniense a una princesa Targayren, como forma de conmemora la unión de Dorne a los Siete Reinos. Hallarme aquí me hace sentirme en casa.

Oberyn aprovechó la ocasión para susurrar de nuevo a la joven Lenia, mientras caminaban por los hermosos jardines.

-¿Alguna vez habéis pensado en viajar a Dorne? -le preguntó, interesado-. Tengo la sensación de que podría gustaros, mi señora.

Una vez fuera, Lenia dejó de respirar de "poco en poco" para evitar poner cara de asco a dar una larga inspiración. Le encantaba estar al aire libre pero le preocupó por un instante que al llevar el cuello y la garganta al aire, pudiera pillar mas frío y no se recuperara de su afonía, así que soltó su larga melena rizada y la colocó sobre sus hombros para darle algo de calor a su piel.

Oberyn -El placer es mío, Lady Lenia

Lenia hizo una pequeña reverencia flexionando sus rodillas y cogiendo la falda blanca de su vestido, como le habían enseñado que hacían las damas educadas, ladeo la cabeza suavemente y sonrió.

Galbart  -Este nuevo entorno para la comida va a ser algo espléndido y muy acertado sin duda ¿no creéis?, El tiempo acompaña a la perfección

Lenia asintió y alzó la mano ligeramente para tapar el sol que daba de lleno en su rostro, cerró los ojos un instantes y sonrió disfrutando del aire fresco, el calor de la mañana y la buena compañía. Lo cierto es que era una situación agradable.

Observó como Alyra se ocupaba de todo, lo agradecía pues aunque quisiera, Lenia no podía hacerlo.

Oberyn  -Estoy de acuerdo, Ser Glover . Este lugar siempre me ha resultado precioso. Me recuerda a los Jardines del Agua, en Dorne. Un lugar hermoso. Si alguna vez tenéis la oportunidad de viajar al sur, a tres leguas de Lanza del Sol hallaréis los hermosos jardines en los que mi hermano Doran se retira a descansar. Fueron un regalo de un príncipe dorniense a una princesa Targayren, como forma de conmemora la unión de Dorne a los Siete Reinos. Hallarme aquí me hace sentirme en casa.

Lenia giró el rostro para mirar al príncipe, aún iba cogida de su brazo y sus ojos brillaron al imaginar unos jardines de tal belleza, sobre todo, puso cara de "amor" cuando escuchó que esos jardines habían sido regalo de un príncipe a una princesa, a Lenia los temas de amor, le resultaban tan emocionantes ... que su risueña mente imaginó que algún día, alguien le regalaría algo tan hermoso como un jardín. 

-¿Alguna vez habéis pensado en viajar a Dorne? -le preguntó, interesado-. Tengo la sensación de que podría gustaros, mi señora.

Al sentir la cercanía de Oberyn, Lenia salió de su ensoñazón y nego con suavidad, nunca había pensado en visitar Dorne porque nunca nadie le había dicho que podía ser tan hermoso.

La muchacha alzó una ceja ante las palabras del príncipe "tengo la sensación de que podría gustaros, mi señora".

" Es una ***tacion" 

Quisieron decir sus labios, de nuevo, aquella sonrisita traviesa se dibujó en sus labios, se imaginó corriendo por los jardines, oliendo sus flores y disfrutando del sol en algún banco de piedra gris, también imaginó por un instante, una breve conversación con el príncipe, ahora con voz y casi pudo escuchar la propia risa de ambos. A

Agitó la cabeza suavemente, no podía seguir soñando despierta, decidió que quería hacer realidad todo lo que soñara e ir a esos jardines, ahora era un capricho que quería cumplir. 

Cita:

-Conozco a la perfección esa sensación- suspiró el norteño mirando por un instante el verdor y mezcla de vivos colores que les rodeaba-Cuando ví esta mañana el Jardín por primera vez me recordó con viveza al bosque de Arcianos que aún vive en Bosquespeso-

Galbart dejó volar su imaginación y se vió de nuevo ante aquel árbol corazón al que juró una promesa.

-Si surge la oportunidad, no dudéis que lo visitaré, será un verdadero placer, todo lo que tenga una estrecha relación con la naturaleza me apasiona, no puedo evitarlo-el norteño sonrió de nuevo casi con un gesto de fingida culpabilidad mirando a sus acompañantes de charla.

Al fin había conseguido estar cerca de Lenia de nuevo, el norteño no perdió detalle de cómo se soltaba el pelo recogido, convirtiéndose en una melena rizada, libre y rebelde que ahora descansaba cubriendo sus hombros, el mismo que pudo admirar sin tapujos en la biblioteca.

Charlaba amistosamente con Oberyn sobre bosques y jardines, pero el norteño siempre de forma deliberadamente distraída, miraba a Lenia, si pudiese la tomaría de la mano y echarían a correr lejos de todos, la cogería de nuevo de la cintura...pero les era imposible, por el momento sólo podían permitirse cruzar miradas esquivas.

Al ver que se acercaba el caballero del norte sonrió y dijo algo a la joven que llevaba prendida del brazo.

Ser Galbart:

-Este nuevo entorno para la comida va a ser algo espléndido y muy acertado sin duda ¿no creéis?-preguntó mirando de forma alternativa a los cuatro, sabía que Lenia y Mira seguían con la garganta delicada, así que tenía claro que sus respuestas iban a ser nulas a favor de su rápida curación-El tiempo acompaña a la perfección-dijo mirando al cielo despejado y el Sol que les bañaba con un agradable calor.

Asintió a sus palabras.

-Estoy de acuerdo, ha sido una buena idea. Además así todos podremos disfrutar un poco más de los magníficos jardines.- Aunque en su hogar también disponía de un jardín, el suyo era mucho más modesto que el de los Vaelys. Además la gran mayoría de los terrenos de la familia Risefeller estaban destinados a cultivar la vid de distintas variedades. -¿Sabéis? La flor que más abunda en la familia Risefeller es la rosa. Pues los viñedos están rodeados por preciosos rosales- Dijo mirando a la menor de las Vaelys aunque sus palabras iban dirigidas al grupo -No es por que seamos unos románticos...- rió un poco -...que también, pero los rosales y los viñedos son primos hermanos. Las rosas nos avisan cuando alguna enfermedad puede dañar la vid- Estos datos seguramente resultarían de poco interés para muchos, pero Tyler era un apasionado del vino, y esperaba que a Mira le gustase haber recibido aquella curiosa información.

-Ser Oberyn, ¿Suele visitar la fortaleza de sangre?- Se interesó al decir el dorniense que los jardines de los Vaelys siempre le habían resultado preciosos. 

Si Mira no se había soltado de su brazo Tyler no hizo gesto alguno para desasirse de ella. Al contrario, de vez en cuando cruzaría miradas con su acompañante, algunas incluso con cierta complicidad.

Mientras paseaban camino a los jardines hablaban distendidamente. Tyler iba relajado con Mira cogida de su brazo, avanzando con tranquilidad, no había prisa. 

Inevitablemente llegarían a su destino, y cuando el lugar escogido para organizar el almuerzo estuvo a la vista Ser Galbart, que de algún modo les había adelantado, caminó a su encuentro. Antes de que el caballero, Lenia y Oberyn estuviesen lo suficientemente cerca para oírles, Tyler dijo algo a Mira en voz baja.

-Ese caballero de aspecto duro es Ser Galbart, un hombre del norte. A los de su tierra los definen como lobos, pero este lleva piel de cordero- le explicó medio en serio medio en broma. -Vuestra hermana Lenia creo que va a estar muy ocupada entre los dos, y el día no ha hecho más que empezar.- Ahora le sonrió, pero después, con gran sinceridad añadió - En cualquier caso, si os llegan a agobiar, sabed que podéis contar conmigo. Hacedme una señal, o simplemente venid, cogeos de mi brazo y espantaremos a todos esos moscones.-

El dorniense esbozó una ligera sonrisa al percibir la sonrisa traviesa que se había dibujado en los labios de la joven. Mientras Ser Galbart y Ser Tyler conversaban, dirigió una mirada a la joven y movió los labios, de forma lenta y un tanto gesticulante para que Lady Lenia comprendiera sus palabras.

"Es una ***vitación"

Oberyn dejó escapar una sonrisa, divertido y esperando que la tercera hija de la Casa Vaelys hubiera logrado captar la confirmación de sus propias palabras. Tenía la sensación de que había mucho de Dorne que la muchacha disfrutaría de contemplar si alguna vez decidiera viajar al sur.

-Sus palabras me complacen, Ser Galbart -le comunicó Oberyn al señor norteño, con cordialidad-. Sabed que, si viajáis a Dorne, seréis recibido con todos los honores. Al igual que vos, Ser Tyler. -Observó a Lady Lenia para añadir-: Y por supuesto vos y vuestra familia, mi señora. -Volvió a dirigirse a Ser Galbart, pensativo-. Nunca he visto un bosque de arcianos, salvo el que se encuentra en el bosque de los dioses de Desembarco del Rey. A decir verdad, nunca he viajado más allá del Cuello y he de decir me encantaría poder visitar Bosquespeso y conocer el auténtico Norte.

-En cuanto a vuestra pregunta, Ser Tyler, he visitado la Fortaleza de Sangre en numerosas ocasiones en el pasado. Lord Vaelys y yo fuimos compañeros de armas en nuestra juventud -se formó una expresión melancólica en el rostro del dorniense, que esbozó una pícara sonrisa y se dispuso a añadir-: Aunque fuimos mucho más que eso. Lord Rhys fue uno de los mejores amigos con los que he contado en mi vida. Un gran hombre, sin duda.

Cita:

Galbart asintió con interés, poco sabía de viñedos y su relación con las rosas, para luego reír ante la broma-Desconocía esa relación entre ambas especies, muy útil sin duda aunque me temo que mi cultura sobre rosas se limita a su destino ornamental y como regalo para las damas-dijo mirando a las jóvenes Vaelys con una amable sonrisa-Mis conocimientos sobre flora van más encaminados al campo medicinal-el norteño imaginaba que le mirarían con extrañeza, un caballo herborista..Si, sé que suena extraño os entiendo, pero el Norte es un lugar hostil y al pasar largas jornadas en enormes bosques, saber de hierbas y frutos es una gran ventaja-

Cita:

A Galbart le brillaron los ojos-Venid cuando queráis y yo mismo os guiaré por el Bosque de Arcianos, su belleza es única, jamás podrá compararse a esta belleza refinada y ordenada que nos rodea. La belleza de Bosquespeso es salvaje e indómita.

Galbart : todo lo que tenga una estrecha relación con la naturaleza me apasiona, no puedo evitarlo

Lenia soltó un pequeño suspiro, se sentía tan identificada con la frase que Ser Galbart acababa de decir que no pudo evitar soltar ese pequeño suspiro y mirar al cielo. La naturaleza era libertad, era brisa fresca, el calor del sol, el olor a lluvia ... Lenia prefería mil veces bailar bajo la lluvia, que estar encerrada dentro del castillo mientras los árboles se nutrían de esa lluvia.

Miró a Ser Galbart de manera cómplice y sonrió.

 Ser Tyler -¿Sabéis? La flor que más abunda en la familia Risefeller es la rosa. Pues los viñedos están rodeados por preciosos rosales, No es por que seamos unos románticos...- rió un poco -...que también, pero los rosales y los viñedos son primos hermanos. Las rosas nos avisan cuando alguna enfermedad puede dañar la vid- 

Lenia hizo un gesto de sorpresa, no sabía ese detalle pero le encantó descubrirlo, miró a Ser Tyler sorprendida y asintió lentamente almacenando esa información, que si bien, no era excesivamente útil para una muchacha como Lenia, era algo que quería recordar. 

Oberyn : Sabed que, si viajáis a Dorne, seréis recibido con todos los honores. Al igual que vos, Ser Tyler. -Observó a Lady Lenia para añadir-: Y por supuesto vos y vuestra familia, mi señora. 

Lenia sonrió ampliamente, tenía ganas de salir de aquel castillo y visitar los sitios a los que estaba siendo invitada, soñaba con disfrutar de nuevos olores, descubrir nuevos colores y acumular esas experiencias para cuando fuera adulta.

Oberyn : Aunque fuimos mucho más que eso. Lord Rhys fue uno de los mejores amigos con los que he contado en mi vida. Un gran hombre, sin duda.

Lenia se mantenía en silencio, al igual que Mira, escuchando la conversación entre caballeros, disfrutaba de lo que contaban y miró a sus hermanas, algún día todas estarían casadas, puede que con esos hombres o puede que no, pero le encantó la idea de pasear con sus hermanas casadas, embarazadas o con críos correteando cerca y con sus maridos. 

Al escuchar que su padre y Oberyn fueron grandes amigos, cosa que Lenia había escuchado, miró a Oberyn confusa. Lenia veía a su padre como un hombre ... adulto, anciano caso, en cambio, Oberyn le parecía jovial y fuerte.

Lenia, que aún seguía rodeando el brazo de Oberyn hizo un gesto para que el príncipe se detuviera un segundo y pararan el paseo. La verdad es que durante un instante el dolor de garganta había crecido y de ser una ligera molestia había pasado a ser un malestar bastante incómodo. 

Quizás, el salir al jardín si nada que cubriera su cuello la estaba haciendo empeorar. Miró hacia el castillo, ¿habría alguna sirvienta cerca para pedirle que fuera a su habitación a recogerle un pañuelo?, ella no quería marcharse, estaba disfrutando de aquella conversación pero no quería empeorar y que la fiebre la atacara y por culpa de ello no pudiera disfrutar de la noche.

Llevo su mano a su garganta y suspiró con frustración, hoy debía ser un día maravilloso, había soñado con ese día y a pesar de que estaban pasando cosas increíbles, la sombra de ese malestar estaba fastidiándola.

Miró a Oberyn a los ojos intentando decirle algo sin pronunciar palabra alguna.

" Necesito ***o **e cu***a mi cuello "

Aunque las palabras no podían ser del todo legibles, Oberyn entendió que quería algo que cubriera su cuello por como lo tapó con su mano, Lenia no quería ser descortés y cortar la conversación que Oberyn parecía disfrutar con el resto de caballeros, pero le aterraba la idea de enfermar antes de la noche. Volvió a girarse en dirección al castillo buscando a una sirvienta a la que pedirle que le trajera algo.

Parte de los invitados ya estaban en los jardines, disfrutando del aire fresco aunque con los estómagos vacíos desde el desayuno lo que era un problema si se quería ser un anfitrión. Alyra estaba con los sirvientes en medio de la terraza, haciendo algunas indicaciones a las jóvenes que preparaban las mesas para comer, pedía el vino y que todo estuviera listo para poder atender a los invitados, también solicitó que llevaran pequeños aperitivos a los invitados. Dio algunos pasos hacia atrás para contemplar cómo estaba quedando la terraza y si bien no era perfecto, si era aceptable más considerando el poco tiempo que tenía y el no tener ni a Ginevra ni a Fiona con ella. 

La joven Vaelys bajó los hombros y soltó un enorme suspiro, por unos segundos pensó que sis hermanas mayores debían estar haciéndose cargo de aquello, mientras que ella simplemente podría estar tomando el fresco en el jardín con los invitados, pero no había sido así, y alguien debía hacerlo, así de simple. Levantó la vista hacia los jardines y al ver a su hermana Lenia sonrió, era la única que tenía una buena excusa para no estar organizando todo eso. Alyra llamó a una de las sirvientas y le pidió que fuera a su cuarto y que trajera la pequeña pizarra que usaba para sus estudios, también le pidió una mascada o algo para el cuello, Lenia estaba demasiado descubierta y si aquella agonía se debía a un resfriado, el aire tan fresco del jardín le haría peor. Nuevamente se volvió hacia las sirvientas y lacayos y dio algunas indicaciones más, todo debía estar listo en máximo quince minutos para poder servir la comida. 

Ya con eso listo y marchando  aunque volviendo a pedir que hicieran llamar a Evan y a Ginevra cuanto antes, fue hacia donde estaban conversando los hombres, pues sus hermanas no podrían decir mucho por desgracia, Lenia debía sentirse incómoda a un nivel que ella no podría comprender, más ahora que ya le daba bastante igual las marcas en su cara, esos granos que habían enrojecido su clara piel y estaban comenzando a arder y a molestar. A medida de que se acercaba, alcanzaba a escuchar parte de su conversación y lo bien que se estaban llevando los invitados, alcanza a escuchar que Galbart conocía sobre herbología, una materia que ella apenas había podido estudiar, al estar meditada en otros asuntos, un poco menos beneficios para las personas y quizás para muchos más aburridos. A medida de que se acercaba, sonrió de manera plácida. 

— pero belleza al fin del acabo, e incluso más valiosa que aquella que se debe pulir para ser hermosa — agrega a la conversación de los hombres, —aparece justo detrás de Galbart pero en último instante, cambia sus pasos y se pone al otro lado del príncipe para poder mirar a los dos hombres, Galbart y Tyler, al primero le da una mirada extraña, levantando ligeramente los ojos hacia él, mientras que al segundo apenas dedica algunos segundos a él antes de dar un pequeño hacia delante para que la viera su hermana.

— Ser Galbart, podría ver si algo en nuestro invernadero que pudiera ayudar con la garganta de mi hermana —  se queda con las manos delante de ella, y ve venir a la sirvienta con la mascada para su hermana y una pequeña pizarra, la chica se la pasa a Alyra y ella se la extiende a su hermana — no es lo mejor, pero quizás podría ayudarte, — le guiñó un ojo — ah, dentro de poco podremos comer, espero que este lugar sea más agradable que dentro, hoy está fresco y el sonido de las hojas mecidas por el viento, nos acompañara en las charlas — hace el anuncio, mirando hacia el castillo, las puertas, esperando poder ver pronto a Ginevra para que se hiciera cargo de todo. 

Oberyn observó con cierta incomodidad el estado en el que se encontraba Lenia. En los jardines hacía un aire fresco y era evidente que la muchacha no deseaba que la irritación de su garganta fuera a más. Sin embargo, también entendía que regresar al interior del castillo antes del almuerzo que Lady Myriah había organizado en el jardín, podía resultar una acción un tanto descortés de cara a sus invitados, opinión que el dorniense no compartía.

La mirada del dorniense recorrió los jardines, buscando algún tipo de tela que la joven dama Vaelys pudiera utilizar para cubrir su garganta. En el jardín no parecía haber nada con lo que tapar el cuello de Lenia, y los ojos de Oberyn se posan de forma inevitable en la capa de piel de oso que luce Ser Galbart. Las vestimentas norteñas parecían realmente cómodas.

Oberyn procedió a susurrar una palabras al oído de Lady Lenia. Quizá no las más adecuadas, pero esperaba que pudieran agradar a la muchacha.

-Acepto vuestra invitación, Ser Galbart. -El dorniense levantó la vista hacia el hombretón norteño-. La próxima vez que nos veamos, será en Bosquespeso. Siento un gran deseo por contemplar vuestro bosque de arcianos. ¿Quién sabe? Puede que, para entonces, también nos acompañen estas hermosas damas.

Por fortuna, Alyra había actuado con rapidez y había ordenado a las sirvientas que trajeran una mascada para el cuello de Lenia y una pizarra con la que podría comunicarse.

-Lady Alyra, ¿podríais pedir que traigan una mascada también para vuestra hermana Mira? -preguntó el príncipe dorniense, preocupado de que la hija menor también sintiera que su garganta se enfriaba-. Si no me equivoco, ella también sufre de la misma afección que Lady Lenia esta mañana. -Dirigió una mirada de preocupación a la más pequeña de las Vaelys-. Puede que Lady Mira no se atreva a pedirla, pero no dudo de que sería beneficioso para su salud.