Partida Rol por web

Miró algo extrañado a la joven. Quizás con tanta conversación se había distraído de lo que le había llevado a allí.

-Pero... ¿no deseabais ver a vuestro caballo? No era a los establos a donde nos dirigíamos?-

Ser Tyler -Pero... ¿no deseabais ver a vuestro caballo? No era a los establos a donde nos dirigíamos?-

Lenia hizo un mohín - Oh - murmuró abriendo la boca confusa - Si - arrugó la frente y ladeo la cabeza, soltó una pequeña carcajada - Que cabeza la mia - dijo divertida - Tenéis toda la razón Ser Tyler, lo había olvidado - su cara se volvió un poco extraña, la preocupación pasó por sus ojos, pero intentó disimular - Me distraje, menos mal que me lo habéis recordado - dijo tratando de mantener la compostura. 

Se despidió de Ser Galbart y se encaminó hacia los establos, volvió a dejar una ligera distancia entre Ser Tyler y su hermana Astrid por si seguían conversando y miró a Ser Bernard - Habéis estado muy callado casi todo el camino - dijo con ligera preocupación.

- ¿Estáis nervioso? no os preocupeis que Thabitha y yo os buscaremos un buen vestido - intentó bromear para que Ser Bernard sonriera.

Rió abiertamente ante la broma de Lenia. Consiguió sacarle de sus pensamientos. El tener a Astrid relativamente cerca le había recordado a su difunto hermano y otras pérdidas, y por ello había preguntado sobre el muro. Miró a Lenia con una sincera sonrisa. Siempre agradecía una broma, y más si le ayudaba a no pensar. -Menos mal. Estaba preocupado por si se os había olvidado. Temía no poder acudir a la fiesta con un vestido y peinado a juego.- Se echó la melena hacia atrás con un gesto algo ridículo, pero sin vergüenza alguna. -¿Cuándo y dónde?-

Astrid se perdió entre tanta conversación. Tenía claro que Ser Galbart sería un hombre bueno, capaz de defender a sus tierras y a su familia, y a la vez amable y sensato. Eso le había quedado claro con la primera parte de la conversación. No era necesario hablar tanto y de tantas banalidades. Se quedó allí plantada, con una sonrisa amable, y asintiendo a las palabras que allí se decían. Pero por dentro estaba cansada. ¡Y menos mal que su hermana se había querido ir a solas con los hermanos Risefeller!

No vio necesario responder con más que una sonrisa a las palabras de Lenia, pues le parecía lo apropiado. Había dejado de hablar al principio de esa extensa conversación, y no le parecía correcto tomar nuevamente protagonismo.

Sin embargo, si que vio la oportunidad de hablar con ser Tyler. Sus ojos le miraban de vez en cuando. No quería faltar a su educación, así que en caso de que sus miradas se encontrasen, le sugeriría amablemente que le acompañara mientras esa grata conversación seguía, pues había asuntos que tratar y ella estaría muy ajetreada. Pero la oportunidad vino de mano de su hermana Lenia, que les dejó atrás para que pudiesen hablar

No la entenderé nunca pensó antes de dirigirse a ser Tyler

Siento tener que abordaros de esta manera, ser Tyler djio Astrid sin levantar la mirada del suelo. No entendía muy bien por qué estaba cohibida. Desde luego, ella no se había sentido así nunca. Quizá lo había tenido que fingir alguna vez, pero no más

Es un tema urgente el que quiero tratar. Se llevó la mano al cuello y le enseñó un medallón que pendía de él. ¿Es vuestro? ¿Vos lo ha dejado en mis aposentos, o ha mandado hacerlo a alguien?

Tyler observó el medallón tratando de encontrar algo familiar en él.

Negó ligeramente con la cabeza.

-Sinceramente no lo he visto antes.- Por un instante lamentó no haber pensado en un detalle de aquel estilo para brindárselo a Astrid.

-¿Estaba en vuestros aposentos sin más?- Recordó el detalle que había encontrado en su propia habitación, aunque en su caso creía que se trataba del servicio tratando de ser amable con su persona.

Ser Bernard : -Menos mal. Estaba preocupado por si se os había olvidado. Temía no poder acudir a la fiesta con un vestido y peinado a juego.- 

- Oh no, claro que no, creerme, a Tabitha y a mi nunca se nos olvidaría algo así - dijo Lenia con una brillante sonrisa, le divertía la idea de imaginar a Ser Bernard vestido como una mujer y le agradó la idea de poder peinar su pelo, era bonito. 

Ser Bernard : -¿Cuándo y dónde?-

- Si le parece bien, Lady Bernard - dijo Lenia entrando a la broma - Podemos quedar después de comer, Tabitha y yo iremos a elegir el vestido adecuado, sin duda ese debe ser el momento - soltó una pequeña carcajada. Se inclinó para coger una margarita, se acercó a Ser Bernard y le miró como si estuviera decidiéndo donde ponerla y finalmente, se puso un poco de puntillas - Con permiso - dijo haciendo que la flor quedara en la barba de Ser Bernard  - Estais preciosa Lady Bernard - volvió a reir.

Vio que su hermana estaba hablando con Ser Tyler, así que intentó distraerse con Ser Bernard - ¿Cual es vuestro color favorito? yo creo que el azul os queda bien - comentó feliz y despreocupada. - Pero lamento deciros que Tabitha y yo no podemos permitir que deslumbréis más que nosotras, a ver si ahora todos los caballeros van a querer su favor - le sacó la lengua.

Tyler paseaba junto a Astrid, caminando un poco por detrás de Lenia y Bernard. Tras intercambiar algunas palabras con la primogénita quedó un poco pensativo.

Iba con un gesto ausente, pero las voces que no logró identificar la volvieron al mundo real, y levantó la vista, los hermanos Risefeller estaban con Lady Astrid y Lenia, apretó los dientes, pensó que estarían en otro lado, pero por otro lado, ese comentario terrible. Debia confirmarlo y solucionarlo. Levantó su rostro y adoptó su gesto solemne y se acercó al grupo aunque manteniendo una distancia prodente, había algo que impedía que se acercara más, inclinando su cabeza con parsimonía.

- Lenia, disculpen que interrumpa vuestro paseo, pero necesito hablar algo importante con vos, es realmente urgente - y claro que lo era porque había que tomar cartas en el asunto cuanto antes, esos ojos castaños de la mujer estaban fijos sobre los de su hermana, aunque por unos instantes su mirada fue hacia Tyler, y su rostro mostró un pequeño gesto perturbación, pero no tardó mucho en mirar a su hermana mayor, esperando que ella pudiera acceder a lo que le estaba pidiendo.

Lenia estaba bromeando con Ser Bernard poniéndole flores en la barba cuando Alyra llegó, con su seriedad habitual - Oh - dijo al ver su rostro de preocupación - Claro ... Disculparme Ser Bernard, enseguida regreso - dijo intentando ser amable, miró a Astrid, que también parecía algo tensa, ¿porque estaban todos tan tensos?. Lenia pensaba que sus hermanas a veces podían ser muy dramáticas. Se acercó a Alyra - ¿Va todo bien? - preguntó confusa, alejándose unos pasos con ella para tener intimidad.

Se desconcertó al ver a su hermana colocándole flores en la barba al hombre, y no pudo evitar preguntarse si sabía aquello, pero, no, no era lo importante, sólo que esa actitid la aliviaba, en parte por lo menos, el resto de su alivio llegaría cuando su hermana misma le dijera que no era cierto.

- disculpen por robarla un poco - se acerca a su hermana y la toma del brazo jalándola para poder alejarse de sus acompañantes, de hecho, lo ideal era hablar de aquello lo más privadamente posible, que no las vieran, así que se inclinó hacia la dama para susurrarle algo y comprendiera la importancia de procurar intimidad.

- es por tu bien, dudo que quieras que te vean tu expresión cuando te haga la pregunta que te debo hacer - apretó un poco su brazo, quizás había llegado el momento de saldar cuentas, pero no, Alyra lucía nerviosa, asustada casi, y casi nada asustaba a su hermana menor.

Cuando Alyra tomó a Lenia del brazo, Lenia se sorprendió - Alyra por favor, ¿que pasa? - dijo empezando a preocuparse - ¿Se puede saber que sucede? hoy estás un poco rara - dijo confusa. Aprovechando que ya no había nadie que pudiera escucharlas.

Se alejaron del grupo, hasta desaparecer entre los arbustos, Alyra tomó el brazo de su hermana mayor y ella accedió a seguirla.

Ya cuando no las escucharon, se separó de ella, tenía la cara enrojecida y algunos granos, esa era la razón por la que se mantenia alejada de las personas ese día, su pequeña hermanita intelectual parecía tener atisvos de vanidad.

- no es por Evan, Lenia, pero a pesar de esa traición de tu parte, la verdad es que eres mi hermana y no es por el honor de la familia ni mucho menos, sino es por ti que por los siete que no quiero que sufras, porque esto es mucho más importante - vaya intrudicción, directa al callo, Alyra no conocía ese arte de suavizar las cosas - Lenia, dime la verdad, y te lo pido por favor para poder ayudarte... pero... dime, ¿estas embarazada? ¿es de nuestro primo, Edric Colina? - le sujetó las manos, estaba preocupada por su hermana - dime... ¿es cierto eso? no me mientas, no lo ocultes, estamos a tiempo de hacer algo,  cualquier cosa - apretó un poco los labios y luego suavizó ese rostro que sólo le había mostrado frialdad desde hace días, ahora volvía a ser dulce, el gesto que su hermana le dedicaba a Lenia antes.
 

Lenia no entendía nada, no entendía porqué Alyra estaba tan rara, pero cuando empezó a hablar, el rostro de Lenia se fue volviendo aún más confuso.

No es por Evan, Lenia, pero a pesar de esa traición de tu parte, la verdad es que eres mi hermana y no es por el honor de la familia ni mucho menos, sino es por ti que por los siete que no quiero que sufras, porque esto es mucho más importante 

- ¿Que? espera, Alyra, para - intentó cortarla, no estaba entendiendo nada - Entre Evan y yo no ha pasado nada - intentó decir - El no ... - pero Alyra había cogido carrerilla. 

Lenia, dime la verdad, y te lo pido por favor para poder ayudarte... pero... dime, ¿estas embarazada? ¿es de nuestro primo, Edric Colina? -

- ¡¿Que?! - Dijo Lenia casi en un grito, luego se llevó las manos a la boca para bajar el tono - ¿Enserio me estás preguntando eso? - Lenia no sabía si reirse o enfadarse - Claro que no estoy embarazada Alyra, por favor - dijo resignada.

dime... ¿es cierto eso? no me mientas, no lo ocultes, estamos a tiempo de hacer algo,  cualquier cosa - 

- Que no, claro que no - dijo Lenia tomando aire, se apoyó en el primer árbol que vio para tomar aire - estoy afónica, como mucho, me he levantado con dolor de garganta pero que yo sepa, es lo único con lo que he despertado hoy - arrugó sus cejas y miró a su hermana confusa - ¿Quien te ha dicho semejante cosa? - esto no podía quedar así, ¿quien había dicho que ella podía estar embarazada? y peor aún, ¿de su primo?. 

- ¿Que clase de dama creeis que soy? - dijo ahora visiblemente ofendida, vale, le gustaba coquetear, si ... pero de ahí, a encamarse ... era mucho. Alguna vez se lo había planteado, si, pero nunca había llegado a nada serio, ¿alguno de los mozos era quien había dicho tal rumor? - Alyra - miró seriamente a su hermana, todo atisbo de alegría se había borrado - Quien te ha dicho tal cosa - preguntó visiblemente molesta.

Le volvieron los colores al rostro de Alyra, realmente, llevó su mano al pecho y respiró aliviada mirando a su hermana, y más encima le dice que no había pasado nada con Evan, y ella, muriendo de celos, no, eso no era lo más importante, sino que Lenia no estaba embarazada y lo mejor aún, no lo estaba de aquel hombre. A Alyra se le llenaron los ojos de lágrimas y en medio del enojo de Lenia la abrazo, la abrazo con la misma fuerza que hace tanto tiempo, casi temblando.

- ay que alivio, por los siete... que alivio, ya estaba pensando en hacer que te casaras lo antes posible, mañana incluso, - había tramado muchos planes en cuestion de segundos cuando se enteró de aquello - y no te tomo por nadie,  cualquier persona puede caer en el amor y la pasión, no se requeire ser una casquivaba para eso, de hecho no me molestaba que estuvieras embarazada, sino que fuera de ese hombre, eso si me angustiaba y...fueron unas sirvientas, las reprendí en el acto, pero es obvio que este rumor ha sugido para desprestiguarte - hace un movimiento de cabeza hacia donde estaban los hemanos - y no me agrada que ser Bernard parezca un verdadero gatito en tus manos - se da cuenta de lo que había dicho y abre los ojos, - digo, no es que no tengas ese efecto en los hombres - y gracias a la doncella no sobre Evan - pero él parece estar más interesado en nuestra fortuna, así que ojo con eso, tengo temor que este sucio rumor se haya masificado con tal de... - se llevó su mano a su cara lastimada.

- ¿crees que alguien este buscando que no nos casemos?... digo, ese rumor de ti, y mira mi cara, nunca antes había sufrido de esto... ¿crees que?...- Edric Colina se levantaba como el principal sospechoso, Alyra se mordió el labio inferior y eso se unia a otras dudas que tenía, demasiadas y oscuras dudas.

- vuelve con ellos, pero ten cuidado, Tyler es un buen sujeto, apartalo de la serpiente de Lady Astrid, él se merece a alguien de mejor corazón que doña pomposa - aclara, era obvio que partiría en busca de respuestas - y no sabes como me ha vuelto el alma al cuerpo de saber que Evan no... ya sabes... y espero que comprendas lo que..- se mordió el labio inferior con fuerza, ese corazón gélido si latía y con la fuerza de las tormentas.

- ve con cuidado Lenia, abre tus ojos y tus oídos, este baile no es lo que pensamos - tomó de nuevo sus manos, había una ferréa determinación de llegar hasta el final.

No... su mirada seguía en el suelo. Sintió pesar al escuchar las palabras de ser Tyler y algo que no sabía cómo describir en la boca del estómago. Había algo más, una nota. "Para mi amada" rezaba. No se... No se por qué pensé que podía ser suya 

Astrid se acababa de dar cuenta de lo que le acababa de insinuar a Tyler. Su corazón empezó a latir con violencia y su rostro se volvió rojo.