Partida Rol por web

Al escuchar llegar a Alyra, Astrid alzó la mirada y se quedó observando a su hermana. Desde luego, seguía con sus malos modales. No eran formas de llevarse a nadie, y mucho menos para esconderse con ellas como dos vulgares niñitas haciendo alguna gracia. Estaban ante tres posibles pretendientes, debían ser educadas y atentas.

Bernard asintió a Lenia y Alyra. Cuando se marcharon miró a su hermano, que mantenía una conversación con Alyra. Luego miró a Galbart. Señaló las flores en su propia barba y enarcó una ceja -No penséis que podéis pretenderme. No soy una de las hijas Vaelys, así que dudo que pueda ofreceros lo que buscáis.- Sonrió ligeramente, y continuó con un tono más normal. -¿Conocíais a alguien del castillo o invitado antes de venir aquí?- 

Tyler apretó ligeramente los labios. No podía evitar sentir que alguien estaba jugando sucio, aunque sabía que en realidad su rabia nacía del hecho de que había sido otro y no él quien había tenido el detalle con Astrid.

- ¿Qué otro invitado puede conoceros previamente a la fiesta y estar en la fortaleza desde ayer?-

A Tyler tan solo se le ocurrían tres posibles sospechosos, pues estaba seguro de que no había sido Bernard.

- creo que podría haber sido el jefe de caballos, el jefe de cazadores o quizás el Targaryen...-

Dudó un poco pero tras unos segundos añadió

- Ests noche hay mucho en juego, intereses, poder, responsabilidades.... Muchos hombres os cortejarán, os adularán, deseando vuestro cuerpo y las riquezas y poder que trae consigo. Conozco la naturaleza de los hombres, serán calculadores y la mayoría mentirán, dirán lo que crean deseáis oír. Todo con el único fin de sumar poder a su propia persona...-

Apretó un poco los dientes marcándosele más la mandíbula. Se volvió hacia Astrid y con una mirada digna de un arrebato de valor le dijo:

-... Confío en que sabreís escoger bien a quien será vuestro compañero en la vida. Que decidáis contraer matrimonio con un caballero que... Que os ame de verdad. Más allá de un castillo. Que la única fortaleza que persiga sea la vuestra propia-

Al terminar la frase se mantuvo mirándole intensamente. La llegada de Alyra cortó ese momento, de modo que Tyler no dijo nada más si es que le quedaba algo por decir.

Cuando Alyra llegó Tyler se encontraba hablando con Astrid, el caballero estaba un poco serio.
Al llegar la cuarta hija Vaelys se volvió. Le pareció curioso cómo corrió hacia Lenia para "secuestrarla" por un momento.

cosas de chiquillas

Pensó. Y siguió caminando junto a Astrid.

- ay que alivio, por los siete... que alivio, ya estaba pensando en hacer que te casaras lo antes posible, mañana incluso, - 

Lenia rió - No, claro que no, tranquila, lo de casarme me gusta, pero ... no hace falta que sea mañana mismo - intentó tranquilizar a su hermana, ahora, que empezaba a darse cuenta de tal locura, le hacía gracia. 

 y no te tomo por nadie,  cualquier persona puede caer en el amor y la pasión, no se requeire ser una casquivaba para eso, de hecho no me molestaba que estuvieras embarazada, sino que fuera de ese hombre, eso si me angustiaba 

- Lo se, pero ... ya sabes que yo soy una romántica y quiero que mi primera vez sea con mi "príncipe azul" - dijo soltando un pequeño suspiro. Lenia adoraba el amor, adoraba tontear, sentirse admirada y le gustaba sentir que atraía a los hombres y alguna vez había pasado la barrera física de besos pero ... ¿tanto como encamarse?, se ruborizaba solo de pensarlo, aunque la idea le parecía divertida.  - En cuanto a "ese hombre" por favor Alyra ... teniendo hombres de verdad como voy a dejarme embaucar por "ese hombre" - suspiró y miró de reojo a Ser Tyler. - Creo que me estoy enamorando - confesó divertida, aunque ella ya estaba enamorada de un amor imposible que nunca podría ser.

y...fueron unas sirvientas, las reprendí en el acto, pero es obvio que este rumor ha sugido para desprestiguarte -

Lenia apretó los dientes, malditas sirvientas - Bueno ya sabes que están enfadadas porque esta noche hay una fiesta llena de posibles maridos y estarán celosas, porque no pueden ponerse nuestros vestidos ni bailar con los caballeros - dijo intentando entender porqué había tan mala "baba" por parte de algunas sirvientas, luego hablaría con Fiona a ver si ella había escuchado algo - No hay que hacerlas caso Alyra - tomó a su hermana de la mano y sonrió, la quería, aunque no tuvieran la mejor relación. 

 y no me agrada que ser Bernard parezca un verdadero gatito en tus manos - se da cuenta de lo que había dicho y abre los ojos, - digo, no es que no tengas ese efecto en los hombres - y gracias a la doncella no sobre Evan - pero él parece estar más interesado en nuestra fortuna, así que ojo con eso, tengo temor que este sucio rumor se haya masificado con tal de... -

Lenia soltó una carcajada - Ser Bernard no es un gatito en mis manos, solo es amable - intentó explicar - Ser Bernard es un hombre amable y divertido pero ... si os tengo que ser sincera, es Ser Tyler quien me interesa realmente - dijo algo colorada - Creo que ... me gusta - confesó a su hermana - ¿Crees que le gusto? - quiso saber su opinión. - También estuve hablando con Ser Galbart, es un hombre de los más interesante, me habló de sus tierras y deben de ser preciosas, parece un salvaje pero es un hombre educado y bueno - aseguró.

- ¿crees que alguien este buscando que no nos casemos?... digo, ese rumor de ti, y mira mi cara, nunca antes había sufrido de esto... ¿crees que?..

- Hermana, de eso estoy segura ... esta noche pueden cerrarse "pactos" muy importantes, mas allá del amor ... somos unas cuantas hijas, que pueden tener buenos maridos y la casa Vaelys conseguirá influencia - dijo, miró el rostro de su hermana - Lamento que tengas la piel así, igual un baño relajante y un poco de polvos ayudaría a calmar tu piel - la acarició suavemente. 

- vuelve con ellos, pero ten cuidado, Tyler es un buen sujeto, apartalo de la serpiente de Lady Astrid, él se merece a alguien de mejor corazón que doña pomposa - 

Lenia miró a Ser Tyler y asintió a su hermana - Doña pomposa ... está especialmente pomposa hoy con sus silencios y sus aires de importate, no soporto cuando va en ese plan ... y si, le apartaré de Ser Tyler porque como os digo... creo que me gusta y me gustaría no tener que odiar a mi hermana por que me lo robe - dijo con cierta molestia. - Gracias por preocuparte por mi Alyra - abrazó a su hermana, sentía que el enfado entre ambas había pasado y eso la hacía feliz. 

- y no sabes como me ha vuelto el alma al cuerpo de saber que Evan no... ya sabes... y espero que comprendas lo que..- 

- Si tengo que seros sincera, Evan es apuesto y no negaré que he querido que se fijara en mi alguna vez pero no con mala intención Alyra ... si yo llego a saber que estáis enamorada de el ni lo hubiera intentado - en parte era verdad, no habría pasado límites pero no podía evitar querer sentirse deseada y Evan era apuesto - Pero nunca pasó nada entre ambos y ahora que se que esto puede afectarnos, no pasará nada, te lo prometo - tomó a su hermana de las manos y le sonrió. - Me ha rechazado, pero tampoco debes volverte loca, recuerda que eres una Vaelys ... Evan no es lo que padre espera Alyra ... deberías buscar un hombre que te cuide, te ame y aporte algo a nuestra familia - dijo bajando la mirada. Por eso no podía ir ella a por su amor platónico, porque no podía cuidarla ni darle nada a su familia y no era lo que posiblemente su padre aceptara.

 ve con cuidado Lenia, abre tus ojos y tus oídos, este baile no es lo que pensamos

- Lo haré y tu haz lo mismo, comuniquemos lo que veamos, cuidémonos entre nosotras, Alyra, somos hermanas ... vamos a hacer de hermanas, si me entero de lo que sea, te avisaré, gracias - volvió a abrazarla y correteó hasta llegar a donde Astrid estaba intentando embaucar a su Tyler. 

Lenia volvió con paso acelerado, casi correteando con una gran sonrisa, se acercó a Ser Tyler y Astrid que eran los mas retrasados - Disculpar la demora, pero Alyra necesitaba de mis sabios consejos sobre moda, está nerviosa y mis hermanas saben que sin duda soy una experta en colores - se excusó, esperando que fuera suficiente. Sonrió abiertamente intentando llevarselos a su terreno y que no lo vieran como una ofensa - Quería quedarse con nosotros en el paseo, le dije que estaba siendo de lo más agradable pero lamentablemente no ha podido - ladeó la cabeza.

- Estoy deseando llegar a las caballerizas Ser Tyler, mi caballo sin duda os encantará - dio por sentado que la conversación entre Astrid y Ser Tyler había terminado en el rato en que ella se había ausentado - ¿Como se llamaba el vuestro? - preguntó mirando a Ser Tyler a los ojos, luego miró a Ser Bernard al percatarse que aún seguía con las flores en la barba y sonrió divertida, mordió su labio inferior intentando contener una carcajada.

- Como diría un buen caballero, Lady Bernard ... sois el jardín mas bello que he visto hoy - dijo intentando poner voz de "hombre" para bromear.

Así, sin mas, la amistad entre las hermanas se había reanudado, si no hubiera sido tan orgullosa, lo habrían solucionado apenas llegó ese rumor a sus oídos, pero ahora estaba tranquila, Lenia no era una mala persona, incluso era demasiado soñadora, como Mira, Alyra miró hacia donde estaban los hombres rodeando a Lady Astrid,  y no pudo confesar lo que pasó por su cabeza, porque de todos los hombres, el único que podría despertar en ella algún interés era precisamente Tyler, pero tras la confesión de su hermana, apartó esa idea, además, su amor estaba con Evan.

- le puedes gustar a quien eras... y Ser Tyler es un buen sujeto, en serio, háblale sobre cetrería, le gusta bastante - le confiesa a su hermana, Alyra había domesticado a Alma hace años y se había encargado personalmente de aquello, lo que había significado que durante casi un año nadie podía entra a su cuarto y este olía al águila, pero todo era necesario para que Alma la aceptara como dueña - y los caballos- agrega, levantando su dedo índice - aunque no necesitas de todo eso, eres adorable y te amará, yo creo que puede ser un buen príncipe azul - y el señor de la fortaleza, aunque miró a su hermana, recordando la conversación con el hombre, lo que él deseaba  - creo que podrías ser una buena compañera para él, así que confianza - le sonríe con amor a su hermana, pero esa sonrisa desapareció cuando habló sobre Evan.

- lo sé hermana, Evan no es lo que esperan, pero mi corazón le pertenece y no sé si pueda renunciar a él, este baile es una tortura para mí... por una parte sé que debo buscar un marido y que nuestra casa prospere, y no sólo eso, sino que además me deje seguir estudiando pero... pero... - soltó un suspiro de desaliento y sus ojos bajaron - mi príncipe azul, no es un príncipe ni es azul, soy yo misma que debo encontrar la forma de rescatarme de esta situación, hermana - se confiesa, el pecho le dolía, tampoco quería compartir sus otras dudas, temiendo que eso podría ponerla en peligro.

- pero bueno, ve por ese hombre, pero cuidado con Lady Myriah, no le gustó mucho la idea de que salieran de paseo, a mi me gustaría ir, pero me da vergüenza que me vean así, y mas que Lady pomposa lo note, sino no me dejará en paz - se abraza con su hermana con mucha fuerza y le rogó a la Doncella que protegiera su corazón.

Alyra quedó pensativa saliendo detrás de su hermana para ver donde estaban los hombres y Lady Astrid, y fue detrás de ella, pero volviendo a mantener la distancia de ellos.

- muchas gracias por permitirme hablar con Lady Lenia, y disculpen la intromisión, - la joven inclinó la cabeza ante ellos, pero miró a su hermana Lenia con una dulce sonrisa en los labios, para nada tenía que ver con el gesto que le dedicaba en el desayuno.

- espero que sigan disfrutando de su paseo, el día es precioso,- observó a Lenia nuevamente - hermana, señores, lady Astrid - se despide de ellos, aunque en vez de entrar a la fortaleza, se dirige hacia el interior del jardin, evidenciando que iba hacia el huerto.

Sonrió a Lenia cuando llegó y les explicó todo aquello. 

-Mi caballo se llama Austin- respondió sin poder contener una chispa en sus ojos. Tenia mucho aprecio a su corcel de guerra.

Alyra se acercó un poco a ellos, aunque no se quedó, empezó a dirigir sus pasos en dirección al huerto, sin embargo Tyler continuó hablando aunque ella le podía oír.

-Estoy seguro de que, con vuestros consejos, Alyra asistirá a la fiesta con un aspecto exquisito- De hecho estaba convencido de que todas estarían preciosas aquella noche, y los ojos de todos los hombres se posarían en ellas durante horas.

Alcanza a escuchar lo que Tyler dice, y no se gira para ver a su hermana,  por los siete ¿por qué dijo eso?... ahora quedó como una tonta, pero también, había llegado y secuestrado a su hermana mayor, pero pudo haber inventado una mejor excusa. Se masajeo su entrecejo, de todas formas debió pedirle ayudar para la noche, esas cosas no se le daban para nada y menos como se encontraba, pero le daba vergüenza tener que asumirlo. 

Se encogió de hombros y apuró un poco más el paso, con las mejillas rojas, demasiado rojas que le llegaba dar un aire inocente por ruborizarse por algo así.

Lady Alyra : hermana, señores, lady Astrid

Lenia sonrió a su hermana con ternura - Luego nos vemos Alyra - dijo despidiéndola con cariño. Después volvió su atención a Ser Tyler.

 Ser Tyler -Mi caballo se llama Austin

Lenia abrió los labios ligeramente - ¿Austin? es ... creo que es un nombre perfecto para un caballo - opinó asintiendo - A mi me gustan los nombres menos originales - bromeó - Noche - nombró a su caballo - Me encantaría tener un halcón algún día y lo llamaría ... bueno, me gustaría que fuera blanco - especificó haciendo un gesto con la mano - Lo llamaría Cumbre - dijo tras unos segundos pensándolo - Porque las cumbres de las montañas siempre están nevadas y son altas, dificiles de conquistar la mayoría de las veces pero preciosas y con unas vistas espectaculares - explicó y miró a Ser Tyler emocionada - Pero yo no se de aves ... tendría que pedirle a mi padre que me consiguiera un maestro cetrero - suspiró con algo de desánimo. 

Ser Tyler -Estoy seguro de que, con vuestros consejos, Alyra asistirá a la fiesta con un aspecto exquisito

 - Eso espero, quiero que todas mis hermanas deslumbren - en los labios de Lenia se dibujó una sonrisa orgullosa - Como espero poder deslumbrar yo, al menos un poco - arrugó la nariz de manera tímida.

Carraspeó para recuperar un poco su garganta.

El Septón caminaba lentamente apoyado en su bastón. Sus pensamientos estaban en el último mensaje recibido de los cuervos, las cosas no iban a salir como él había esperado, sin embargo desde la ventana vio a la persona adecuada para resolver el problema que tenía entre manos, y una caminata por el jardín vendría muy bien para despejar sus preocupaciones. 

Tardó unos cuantos minutos en alcanzar al grupo que estaba conversando, tiempo suficiente para que notasen su presencia. Respiró hondo hasta recuperar el aliento, la caminata había sido demasiado larga para él. Las tres hijas de Lord Vaelys estaban espléndidas esa mañana y los Caballeros Risefeller las acompañaban con la amabilidad habitual. - Quien pudiera tener la juventud que ustedes ostentan, creanme que es uno de sus mas preciados bienes - dijo dejando atrás el incipiente dolor de espalda - Señoritas, Caballeros, tengan ustedes una excelente mañana y que los Siete lo bendigan en este día - 

La preocupación en el rostro del Septón se iba disipando a medida que hablaba con ellos, hasta convertirse en alegría cuando una de las hijas de Lord Rhys le sonrió. - Ser Bernard, Ser Tyler, lamento que anoche los rayos hayan interrumpido la ceremonia en honor a vuestro hermano. He meditado acerca de ello y lo veo como un signo del Guerrero, una respuesta de que nuestras oraciones han sido escuchadas, lo cual me alegra profundamente por vuestra familia. Estoy dispuesto a hablar en privado con cada uno de ustedes dos antes de la fiesta, el corazón debe estar liviano para poder disfrutar de las bendiciones que el Padre nos da, y no hay como la Madre para aliviar esa carga- les dijo a ambos con amabilidad, la noche anterior no había podido brindarles la atención que se merecían y que además necesitaban, pero durante este día sí podía compensar eso.

- Señoritas, están radiantes hoy, vuestras vidas están a punto de cambiar, y me alegro de poder presidir este importante evento frente a los Siete. Deben tomar desiciones importantes esta noche y la guía de lo alto siempre ayuda, así que iré a visitarlas a cada una durante el día- dijo con una sonrisa. No era un hombre dado a tomar la iniciativa sino mas bien a atender los pedidos de los demás o a orar en la Capilla, sin embargo era un día importante para la Familia que le había dado el lugar que hoy tenía, y no resignaba esfuerzos para que todo saliese bien. - No pongan esa cara por favor, se que hay cosas mas divertidas, pero es algo importante de lo que les aseguro no se arrepentirán. Quién quiere ser la primera?- sonrió esperando que se apresurasen a elegir el primer lugar, pero al parecer el entusiasmo por los Siete no era tan grande como él había imaginado.

Alyra no estaba con los jóvenes ni con sus hermanas, se encaminaba rumbo al huerto, pero cuando ve al Septon Tiziano acercarse para hablar con sus hermanas, ella detiene su marcha y se gira hacia él, caminando de vuelta el poco tramo recorrido con una enorme sonrisa en los labios, apreciaba infinitamente al hombre, que era a su vez uno de sus maestros, junto a Marvin, así que cuando logró estar de nuevo cerca del anciano y del resto de los jóvenes, ella volvió a inclinar su cabeza, en señal de saludo y respeto.

- muy buen día, Septon Tiziano, es una mañana esplendorosa para salir a tomar aire fresco - las mañanas era justamente cuando menos era posible encontrar a Alyra, la que las aprovechaba para salir a cabalgar o perderse por ahí, lástima que esa precisa mañana y por el asunto del desayuno formal, no pudo hacerlo - si quisiera, yo podría ir primero, si a mis hermanas no les incomoda, claro está - hacía muchos años, quizás cuando aún era mucho más pequeña para entender lo que hacía, había abrazado la religión de su padre, y como todas las cosas que hacía, necesitaba aprender de ellas, estudiarlas, está niña perdía su vida aprendiendo todo cuanto pudiera.

Cuando Lenia dijo a Bernard que era el jardín más bello que había visto hoy, él sonrió y le guiñó un ojo -Gracias, vais a hacer que me ponga rojo.

El caballero llevaba unas margaritas en la barba que le hacían tener un aspecto pintoresco. Vio llegar al septón y le saludó con un cabeceo. Era curioso la interpretación del rayo del septón tuviese relación con la suya. Podría ser solo un fenómeno natural, pero que ocurriese justo en aquel momento y lugar era mucha coincidencia. -Agradecería ese momento en privado antes de la fiesta. Gracias por el ofrecimiento.- Bernard no solía dedicar tiempo a los dioses, pero este era un día especial.

Sus preocupaciones parecieron alejarse un poco de su mente cuando Lenia halagó el nombre de su caballo.

- Noche también es un nombre muy adecuado. En cuanto al halcón estoy seguro de que os reportaría grandes satisfacciones. Para la cetrería hacen falta el don de la paciencia y la perseverancia. Quizás algún día yo pueda enseñaros lo que se. He tenido varios halcones, aunque ahora me siento más atraído por las águilas.- miró levemente a Alyra dedicándole una sonrisa cómplice - Aunque quizás prefirieseis otro maestro-

Los gestos coquetos de Lenia le resultaban muy divertidos, por ese motivo no pudo evitar una leve carcajada.

- Estoy seguro de que estaréis deslumbrante Lady Lenia. Y aunque muchos os lo pedirán no olvidéis que me habéis prometido el primer baile-

En cuanto al septón, agradeció su interés. Ciertamente la noche anterior no pudieron hacer las cosas del modo adecuado, además la tormenta había sido implacable. Tyler no había interpretado aquel rayo como un buen presagio, pero Tiziano era más exacto comprendiendo los mensajes divinos.

- Acudiré en vuestra búsqueda más tarde, muchas gracias septón- Era evidente que las doncellas tenían prioridad, no discutiría por ser atendido el primero.

El gesto de Alyra de regresar para solicitar ser la primera en lo relacionado con la fe ha de haber sido sin dudas lo que hizo que los ojos del Septón brillasen. La animosidad y el respeto con que habían hablado todos* era más que el esperado en un día tan plagado de actividades y emociones. - Alyra, ese entusiasmo no pasa desapercibido a la Madre, claro que empezaré contigo. Frente a los Siete no es el orden lo que importa, sino la disposición del corazón y la palabra genuina. Astrid, Lenia, no os interrumpo mas y podéis continuar vuestra conversación con estos caballeros, pronto vendré a verlas - dijo a las damas, esperando su consentimiento. Luego se volteó hacia ambos hombres - Os estaré esperando, hombres de tanta virtud nunca pasan desapercibidos a los ojos del Guerrero- tras ello dio media vuelta y comenzó a retirarse junto a la hermana menor de las presentes.

Caminó junto a la joven Vaelys, ella parecía hacer un esfuerzo para mantener un paso tan lento como el del Septón, pero lo disimulaba. En todos estos años esa niña no había hecho nada que haya molestado a Tiziano, ni siquiera una vez, sino que por el contrario se había ganado su preferencia. A medida que se alejaban del grupo iban aumentando la confidencia - Quédate tranquila que no tendrás una clase de historia ni de religión esta mañana- sonrió. Las preocupaciones que tenía se disolvían con la sonrisa de esa mujer, tal vez la mas hermosa de todas las que vería esa noche. 

- Es un día muy importante para ti, Alyra, y la lección que hoy te toca aprender no la encontrarás ni en libros ni en fábulas, sino que la hallarás en la vida, hay cosas que solo se aprenden transitando el camino que se nos presenta delante - bien lo sabía Tiziano, los Siete hablaban mas en lo mas en la sencillez de lo cotidiano que en la extravagancia de la Ciudadela. - Como estas tomando las responsabilidades que tu padre ha puesto sobre todas ustedes? Tu sonrisa es lo que muestras en la superficie, y por cierto es deslumbrante, pero que sucede en tu interior, mi niña?- preguntó pacientemente.

efectivamente, caminaba más lento, ofreciéndole el brazo para que el anciano se afirmara de ella para caminar mejor, en todos esos años había aprendido a adoptar sus movimientos al anciano, como una manera de respeto, y aunque siempre lo escuchaba con gran atención y una sonrisa animosa, esta vez, estaba meditabunda, y su rostro estaba estropeado por granos que estaban sobre su barbilla y mejillas. Alyra no era muy preocupada de los asuntos femeninos, donde era, en realidad, bastante torpe, pero de seguro el tener el rostro así, enrojecido y para nada semejante a su piel clara y tersa, la debía tener desmoralizada.

— ay... mi querido señor Tiziano, juro por los siete que preferiría una nueva instrucción a esta pregunta — lo mira, pero rápidamente gira el rostro, avergonzadas de verse tan mal — siento un enorme peso, usted sabe que pienso sobre el asunto del señor de la fortaleza y que debe ser el más digno y como necesito continuar con mis estudios... pero se suma además los reparos sobre nuestra situación de mi padre, y el verlo enfermar... no me deja más que con la angustia de que debemos buscar una solución lo antes posible, un matrimonio, pero que no se basará en el amor sino en la conveniencia   — con su otra mano de toca la mejill, detesta sentirla así.

— pero... pero acabo de hablar con Lenia, ella solo piensa en príncipes azules, no sé si es consciente del todo de lo qué pasa y aunque lo fuera, no quiero que se case con el primero que aparezca, si quiere un príncipe azul, debe conocerlo, y bueno, mis otras hermana, Tabitha va por su cuenta, es un alma libre y sabe que no soporto a Astrid, así que siento que el peso de todo recae sobre mí pero... pero... — su voz se apaga, el septón era también su confidente, y realmente muchas cosas pesaban sobre sus hombros — creo que no he sido bendecida hoy... mire mi rostro ¿cómo me acercaré a alguno de los varones?... pensará que soy indigna, que carezco de belleza, a comparación de mis hermanas, y por desgracia la inteligencia no es algo que brille por si misma — estaba desmoralizada, le hubiera gustado pasear con los caballeros, aunque lo hubiera hecho solo para molestar a Lady Astrid, pero así se sentía insegura, daría fé a todos que la cuarta hija del señor, la más parecida a él, realmente carecía de la belleza de la que sus hermanas rebozaban.

— sabe que en otro momento, esto me daría igual, pero hoy, justo hoy, es un problema, más que eso... un obstáculo, además siento que si Lady Astrid es la que se termina casando, deberé irme lejos, ella no me querrá aquí, y pido a Madre que cuide mis pasos y a Guerrero que me dé su fuerza y fiereza, pero... me siento insegura, con el corazón dividido - y claro que lo tenía, entre el deber y el querer y eso era lo más doloroso e inconfesable. — además... desearía que mis padres me reconocerán... pero solo soy la penúltima de sus numerosas hijas, por mucho que me esfuerce, no ocupo un lugar especial- era obvio que veía en la oportunidad de casarse, heredar la formar de ser reconocida y a su vez, procurar la seguridad y el bienestar de todos los que dependían del señor de la Fortaleza de Sangre, sino, no se explicaría todo lo que se esmeraba en ajá estudios, y como se interesaba en temas que otras no lo hacían. Alyra suspiró, bajando su mirada. El mismo Tiziano había tenido que responder numerosas preguntas de Alyra sobre lo que significaría ser un buen gobernante, sobre justicia y sobre compasión y firmeza. Alyra le había dicho en varias ocasiones que creía se los gobernantes estaban al servicio de sus vasallos, y de quienes dependen de este, y que sus decisiones marcan el destino de muchas personas, de ahí la inportancia de instruirse en todas las materias posibles y joven, llevaba algunos años aprendiendo y esforzándose todo lo posible en sus tareas.