Partida Rol por web

De amores, muertes y sueños

II. Locus Amoenus

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27/02/2012, 14:31
Álvaro de Mesía

Álvaro de Mesía nunca lo reconocería, pero ver marcharse al grupo armado fue un verdadero alivio. Si no se hubiesen mostrado razonables podrían muy bien estar ahora todos muertos.

Era de noche y no buen momento para despertar gente o iniciar investigaciones. De modo que Álvaro pensaba que podía ser buena idea comenzar recién amanecido. La observación de Alejandro sobre la posibilidad de que hubiese nuevos sucesos durante la noche le convenció sin embargo de que debían comenzar cuanto antes.

Vamus andando antes que pase alguna disgracia.

Y visto que el Sacristán había sido propuesto para comenzar el castellano asintió conforme.

A pol cura.

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27/02/2012, 19:28
Berg Van Eyck

Levantando los brazos

- ¡ Haya tranquilidad! - dice para todos - que no es momento ahora de ir a ver al Señor de Osa, vamos a ayudar a estos soldados a buscar primero por aquí por el pueblo y luego si acaso vayamos a hablar con el Señor, pero no antes. Ahora podemos ser de ayuda, no luego. Así que por mí nos dividimos en dos grupos y buscamos en el pueblo a ver si hay rastro de la muchacha. ¿Qué decís?

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27/02/2012, 22:35
Silvia Helguera

- Creo que el señor Van Eyck tiene razón. Allí no haremos nada más que molestar al señor, y tampoco nos conviene, siendo forasteros en un lugar en el que no son muy queridos. - suspira - Creo que deberíamos movernos cuanto antes, y si antes del alba no encontramos nada, volver a la posada, ¿no creen? Tomemos caminos diferentes a los soldados para abarcar más terreno, ir con ellos no haría diferencia alguna.

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27/02/2012, 23:02
Director

Ahora es cuando me decís a donde vais según lo que yo os comenté de los lugares :)

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27/02/2012, 23:50
Silvia Helguera

Silvia se queda un momento en silencio, pensando. Después, comienza a hablar, con poca seguridad, lo que se nota en su voz.

- Supongo que habrá buscado un lugar que conozca bien para esconderse. Aunque habiéndo nacido aquí, podría ser incluso los bosques - se lleva una mano al pelo, para retirarse algún mechón rebelde de la cara - No, no lo creo, habrá buscado algún lugar cubierto, y más sabiendo sobre las muertes de las mujeres. Sobre todo si sabe lo de la última víctima, ya que eademás estaría asustada. Tal vez podríamos mirar por la iglesia y la casa en ruinas. En los demás lugares la verían, y al cementerio... no creo que alguien quiera ir de noche.- se santigua. - ¿Cómo nos dividimos?

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28/02/2012, 12:38
Alejandro Benavente

- Recapacitar un momento en vuestras palabras, y démosle algo de luz a tanto sin sentido. Para empezar no creo que el señor de la Osa este plácidamente dormido en su habitación con lo que le esta lloviendo. Y sin pistas deambulamos como perros vagabundos sin nada que llevarse a la boca... ¿Sabéis donde se dirigía la doncella? ¿Sabéis de sus motivaciones?... Pues dudo que sin esta información hallemos nada, así que de aquí no me moveré hasta que me deis un motivo que satisfaga una búsqueda a ciegas...- miro a los compañeros a falta de respuestas, era un hombre de ideas claras y ahora se mostraba en su plenitud.
Sabía que perder algo de tiempo ahora ahorraría lamentaciones posteriores.

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28/02/2012, 12:55
Director

Notas de juego

El sujeto se marchó ya, Alejandro.

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28/02/2012, 13:48
Álvaro de Mesía

El de Mesía se encogió de hombros confuso.

Tenemos que informarnos del tal Lucencio y hablar con l'infanzón, el de la Osa. El fulano no pué estar dormido. Buscar las ruinas o las calles es tontuna. Eso l'hacen los melitares. El cabrón ya estará escondido, ha pasau tiempo largo

Y dicho esto escuchó a los demás antes de ponerse en marcha.

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28/02/2012, 23:12
Alejandro Benavente

Notas de juego

No hablaba con el Sujeto sino com mis compañeros para hacerles entrar en razón de cual es el mejor camino a escoger, despues que pensaron en separarse y buscar sin argumentos.
 

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01/03/2012, 14:08
Director

ok Alejandro, quizá lo entendí mal.

¿Puedo deducir que Alejandro y Álvaro van a ver al Señor de la aldea a su casa?

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01/03/2012, 17:31
Alejandro Benavente

Notas de juego

Por lo que respecta a Alejandro, sí; y Álvaro támbien esta convencido, pero prefiero que los compañeros, tanto Berg como Silvia, nos acompañen, ya que no creo que sea buena idea separar a los guerreros del grupo y que se queden sin protección... pero que cada uno actue como estime oportuno.

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01/03/2012, 22:32
Álvaro de Mesía

Notas de juego

Sí, yo también creo que debemos ir a ver al señor de la aldea y presentar nuestra ayuda. Por dos motivos.

Que se nos dé permiso de modo más explícito para meter las narices y porque sinceramente no creo que este dormido y nos pueda orientar algo.

Sin embargo si los que saben hablar con la gente quiere ir para otro lado pues les seguiré. No quiero que nos separemos y no quiero que aparezcan muertos. Me considero el guardaespaldas.

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01/03/2012, 23:30
Director

ok, recogo vuestras posturas. Espero a Eyck y Silvia para que digan.

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02/03/2012, 11:34
Berg Van Eyck

Mirando al suelo pensativo

- Vamos a ver, ¿para qué ir a hablar ahora con el noble? ¡ lo que quiere es encontrar a su hija ! no que cuatro desconocidos vayan a darle la murga. Si la muchacha, Dios no lo quiera, ha sido asesinado y su cuerpo escondido, ¿no creéis que es más lógico que esté en el cementerio ese que vimos? o... ¿incluso en la casa esa que se caía? en cas de su padre es donde yo os digo que seguro que no está la muchacha. Primero buscamos y después vamos a hablar con el tal de la Osa, con Dios quiera que algún indicio y no con las manos vacías como decís -dice para recalcar cuán es su postura.

- Yo voy al Camposanto a echar una ojeada. Si alguien viene estupendo y no puedo obligaros a nada, pero no estaría de más que echáseis un vistazo en la casa esa derruida antes de ir a ver al de la Osa.

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03/03/2012, 10:48
Silvia Helguera

PNJOTIZADO

No me agradaba la idea de visitar el cementerio a estas horas tan tardías, pero las razones de Van Eyck parecían coherentes.

Notas de juego

Silvia sigue a Eyck. Deduzco que Álvaro, también, por esta frase:

Sin embargo si los que saben hablar con la gente quiere ir para otro lado pues les seguiré. No quiero que nos separemos y no quiero que aparezcan muertos. Me considero el guardaespaldas.

Así que de momento postead para vosotros tres camino del cementerio.

 

Alejandro: si finalmente vas también al cementerio os actualizo para todos. De momento yo entiendo que vas a presentarte a casa del noble local, el señor de la Osa.

 

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03/03/2012, 11:46
Alejandro Benavente

- Sea así pues, id a camposanto y buscar cualquier indicio, si creeis que es lo mas coherente confío en vuestro juicio.- no estaba convencido de sus palabras pero, ¿acaso tenía que estarlo?.

- Yo me dirigiré a la casa del Señor de la Osa, si nada consigo allí rápido me reuniré con vuestras mercedes.

Dicho esto, parte en dirección de la casa del triste Señor de aquellos lares...

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03/03/2012, 12:55
Director

Fue en estas que el comerciante, la doctora y el guardaespaldas marcharon en dirección al cementerio. Dejaban ya las últimas casas de la aldea y se internaban en el detallado camino de tierra desde el cual, incluso antes de dejar atrás las viviendas, podían verse los muros del camposanto, aun siendo plena noche.

Mientras caminábais escuchásteis a lo lejos, muy lejano al pueblo, un severo aullido de lobo; gutural, aterrador, sobresaltante. No obstante, vuestro objetivo era dar con la muchacha del señor de la Osa, la tal Dorotea.

En menos de diez minutos ya estábais frente a la puerta del cementerio. Su planta no era rectangular, sino más bien irregular. Su entrada se componía de una verja negra bastante descuidada en la cual había tres cruces. Abrísteis la puerta, pues estaba abierta, y las visagras rechinaron tanto que bien podrían hacer despertar a cualquiera de los que allí descansaban...

Un sentimiento de tensión comenzó a invadiros, aunque no sabíais porqué. Sin embargo, parecía que manteníais la calma. Veíais frente a vosotros tumbas de varias formas: lápidas simples en el suelo, cruces maltrechas y rotas por el paso del tiempo, torcidos palos o cantos blancos que simbolizaban que alguien había allí enterrado o pequeños sepulcros con alguna estatua sobre sí. También había algunos eucaliptos aquí y allá, lo cual provocaban cierta hojarasca en el suelo, lo cual se hacía notar cuando pisábais al andar, en referencia a un ligero crujido de hojas y ramas.

Notas de juego

Postead sólo para vosotros tres. Es importante.

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03/03/2012, 12:58
Director

En esos momentos, tus compañeros partieron hacia el camposanto. Sin embargo tu consideraste más plausible tomar detalles o al menos presentarte ante el noble local, tal y como hace un buen investigador antes de comenzar su "trabajo etnográfico". Avanzaste por la calle y vístes a alguno de los soldados de antes revisar las esquinas, incluso haciéndote un saludo con la cabeza. En menos de dos minutos llegaste a la casa del mismo. La puerta de la mansión (pues seguramente era el mayor palacio en la pequeña aldea) estaba abierta y desde dentro emanaba hacia la calle una refulgente luz de candelas, antorchas o chimenea.

Notas de juego

Postea sólo para ti. Es importante.

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03/03/2012, 21:04
Alejandro Benavente

No era mala compañía la soledad, muchas veces había sido su única compañera y siempre cumplía sus promesas, nunca lo abandonaba… y Alejandro se sentía a gusto con ella, no echaba en falta nada mas…
 

Espero que el de Flandes y los demás no se topen con adversidades que no puedan solventar.- pensaba mientras se dirigía directo a la casa del Señor de la OSA. Una vez llego a la puerta del caserío, observó que esta estaba entreabierta.
 

- ¿Alguien ahí adentro?, es necesario que intercambie unas palabras con el señor de la casa.- dicho esto espero en el rellano alguna contestación.

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05/03/2012, 11:10
Sacristán de la Osa

Nada más hablar, se acercó a ti un guardia, ataviado igual que los que os encontrásteis minutos antes. Enseguida llegó otro y el primero mandó llamar al dueño de la casa. Un hombre con aspecto robusto, alto y gran barba lucía una ropa de andar por casa y parecía muy preocupado. Al verte y no reconocerte como ningún vecino no dudó en observarte descaradamente de abajo a arriba.

¿No eres tu el marido de la panadera? -preguntó extrañado al no verte bien-. Ehmm... ah, no, espera... ¿y tu quién eres?