Partida Rol por web

AÑO: 783 D.

MES 2: METAGITNIÓN.

MENÓS PHTHINONTOS: LA DÉCADA DEL MES QUE SE ACABA.

DÍA: 29 ENÉ KAI NÉA.

HORA LOCAL: 04:00.

Intentas acceder a los datos. Tan sólo consigues acceso a información genérica, desfasada e inconcreta. Sin duda, no tienes acceso a todos tus bancos de memoria como cuando estás en Cripta.

Algo extraño ocurre que impide que accedas a la información.

AÑO: 783 D.

MES 2: METAGITNIÓN.

MENÓS PHTHINONTOS: LA DÉCADA DEL MES QUE SE ACABA.

DÍA: 29 ENÉ KAI NÉA.

HORA LOCAL: 04:03.

El Administrador Caoban obedece las órdenes de la Marquesa, teclea unos comandos en un panal y los datos comienzan a transmitirse a los datapad de todos los presentes. Tras apenas un par de minutos, todos podéis ver las imágenes de los videos.

En ellos se alcanzan a ver imágenes grabadas de una escaramuza espacial entre naves mercenarias de los Mercs y una pequeña flota Persa.

 Tras unos momentos, la imagen de la batalla se corta y pasan a observarse diversas salas de interrogatorio. Más que prisiones son auténticas cámaras de tortura. Algunos Mercs se encuentran tumbados y atados en diversas camillas. En su mayor parte son tropas de asalto, mercenarios sin cuartel ni valía. Pero uno de ellos es un capitán pirata en toda regla. De hecho, él mismo se identifica con orgullo y temeridad al comienzo de su interrogatorio. Es el Capitán Varrus Cortez.

 Por lo que indica, es el Capitán de la Fragata Terrana "Afrentor". Se niega a revelar más información hasta que, tras más de tres horas de tortura... pasadas a cámara rápida, el Capitán acaba confesando que los Mercs no son lo que parecen.

Menciona al Capitán Melpurgis como líder de una misión secreta en el Racimo, con órdenes de Terra. Dice que no es humano, que pueden confirmarlo con su sangre. No es roja, si no blanca.

El vídeo se corta cuando el Capitán Cortez cae inconsciente...

AÑO: 783 D.

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DÍA: 29 ENÉ KAI NÉA.

HORA LOCAL: 04:03.

Horrorizada por tener que presenciar de nuevo las imágenes, y encima delante de toda esa gente, sus invitados, La Marquesa se protegió de la pantalla colocándose tras el corpulento Campeón de la Marca. No estaba mal encaminado el Capitán Melpurgis. Aquellos inhumanos interrogatorios decían mucho de lo que los persas eran capaces de hacer. De pronto le costaba tragar. Ahora bien, quién estuviera libre de pecado que tirara la primera piedra. Quizá Omnios se había largado para coger una y bien grande.

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DÍA: 29 ENÉ KAI NÉA.

HORA LOCAL: 04:03.

Los ojos del emisario observaron la pantalla en la que se retransmitía las torturas. Sus manos se juntaron, entrelazando los dedos y apoyo su barbilla en los nudillos mirando a todos los presentes hasta terminar con la vista fija en el acusado, en el Capitán Melpurgis.

- “Las acusaciones son realmente graves. ¿Qué dices capitán? ¿Tienes argumentos para defender tu posición? ¿Son ciertas las acusaciones?” – los ojos del Emisario se centraron en el merc.

AÑO: 783 D.

MES 2: METAGITNIÓN.

MENÓS PHTHINONTOS: LA DÉCADA DEL MES QUE SE ACABA.

DÍA: 29 ENÉ KAI NÉA.

HORA LOCAL: 04:03.

Leónidas siguió la grabación sin inmutarse, el rostro serio. Cuando concluyó, en modo acelerado, dejó un tiempo antes de intervenir.

-Urban, ¿no es todo demasiado evidente, demasiado lineal, demasiado oportuno? Bien, se dice que Melpurgis no es humano. Muchos de los aquí presentes no lo son o no podría afirmarse que lo son en sentido estricto.  Se afirma que es un agente de Terra. Una afirmación fruto de una tortura prolongada y de la que todos hemos sido testigos y que a nadie parece preocupar especialmente, salvo a la Marquesa dado el color de su cara -dijo suavemente-. Dame una cuchara y tres horas. Yo mismo haré que cualquiera de los presentes, susceptible al dolor físico, diga exactamente lo mismo. Y ten por seguro que quizá no necesitara tanto tiempo -su mirada se clavó en el embajador persa-. No tengo interés alguno en defender a Melpurgis, pero tampoco estoy dispuesto a aceptar de buenas a primeras lo que se me ofrece en bandeja de plata. De todos modos, que hable Melpurgis y diga lo que tenga que decir. Pero su palabra valdrá tanto como esas imágenes. Todo. O nada.

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DÍA: 29 ENÉ KAI NÉA.

HORA LOCAL: 04:03.

Horror. Es lo que sintió Melpurgis al ver aquellas imágenes que se movían a cámara rápida. Para siempre se iban a quedar en su retina, y en su mente se ralentizaban y se transformaban. Siempre se había considerado un hombre duro, incluso despiadado. Pero aquello le afectó. Era la escena donde los emisarios miraban impasibles la tortura del capitán Varrus Cortez en busca de una verdad sacada a la fuerza de las entrañas de su mente atormentada.

-El capitán Cortez era... era mi amigo, dijo. Aquella afirmación no justificaba nada, o tal vez sí. Era simplemente una constatación de un hecho. -Alguien pagará por lo que acabamos de ver, añadió mirando desde detrás de su máscara hacia algún punto indeterminado.

Las acusaciones estaban en el aire, y exigían una respuesta. -Yo soy Expurgare Melpurgis. He matado, he asesinado y he robado. He cometido delitos de piratería. Puede decirse que represento a una parte de los mercs. No sigo órdenes de nadie. Ni de Terra, ni de los Persas, ni de la IA. De nadie. Lo que hago lo hago por decisión propia o por consenso con mis aliados que suelen serlo por pactos puntuales. Sí, muchos de los que en público se muestran horrorizados por lo que hacemos y por lo que somos luego acuden a nosotros en privado para hacer daño a sus enemigos.

Tras una breve pausa, añadió: -Sobre lo otro... Mi naturaleza no humana. Parece que lo que se quiere hacer es crear un monstruo aquí. Pues ya sabéis, hay una forma de averiguarlo, dijo con voz seca. -Los persas ya os la han dado todo hecho. Solo tenéis que hacer sangrar a un representante invitado a esta ... Asamblea. Y sabréis esa "verdad" que tanto se anhela averiguar. Lo tenéis fácil. Pero aquel acto, y todo lo sucedido aquí quedará para siempre en la infamia. Y todos seréis responsables en cierto modo.

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DÍA: 29 ENÉ KAI NÉA.

HORA LOCAL: 04:03.

Que Omnios se haya ido a negro me pone realmente nervioso, aunque no lo dejo translucir. ¿Qué demonios significa eso? ¿Qué está pasando con Omnios? Debió haber venido CONTROL murmuro. Luego, vuelvo a prestar atención a la cumbre.

Observo, impasible, las imágenes de la tortura del capitán merc. Luego, levanto la vista.

Debo entender, embajador, que el capitán Cortez no está vivo para respaldar esas acusaciones y esos datos, ¿no? Así pues, nos vamos a lo que pasa siempre en estos casos: ¿qué valor tiene una confesión sacada tras tres horas de tortura?

Aún así, si es necesario, yo mismo podría ocuparme de comprobar el color de la sangre de Melpurgis. Basta un cortecito en un dedo para ello. Pero, incluso aunque fuera así, no veo en ello una prueba de la colaboración merc-terra.

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MES 2: METAGITNIÓN.

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DÍA: 29 ENÉ KAI NÉA.

HORA LOCAL: 04:05.

Hades había asistido impertérrito a la tortura. Quizás había reflexionado, para sí, sobre de qué modo varias de sus tesis habían quedado demostradas. La marquesa, sin duda, no podía tener la edad que afirmaba. Al final, sencillamente, el nivel de horror no nos afecta igual, y ello no por ser máquinas. O monstruos. Simplemente te acostumbras. La imagen holográfica no varió e, incluso, pareció que una sonrisa aparecía en los labios de Hades cuya imagen vibró para luego aparecer mirando a la marquesa.

- Marquesa, estoy convencido en que coincidiréis conmigo en que nos encontramos en unas conversaciones diplomáticas, en el marco de una conferencia pacífica y protegida por las normas que regulan este tipo de actos desde antiguo. Entiendo que todos los participantes en estas reuniones, salvo que se probara su implicación en un delito específico y no vinculado a los actos bélicos existentes entre nuestros diversos pueblos, están amparados por la seguridad que preside estos encuentros. Más allá de mis dudas sobre el emisario persa, o sobre el capitán Expurgare, están, obviamente, incluidos en esa realidad. Pase lo que pase no debe realizarse violencia alguna contra ellos, ni contra ninguno de los que participan en esta reunión. Además-  hizo una pausa y miró a los presentes- ¿Qué importa el color de su sangre? ¿atestiguar que guarda secretos? ¿que ha faltado por omisión a la verdad?

Una risa sorprendentemente humana brotó del holograma, aunque de forma breve

- Todos los aquí presentes guardan secretos. Si no, no participarán en estas reuniones. Y por supuesto, lo afirmado por el Gran Rey Leónidas es cierto. Bajo una suficiente tortura cualquiera puede responder a cualquier cosa que le pidan que confiese. Sea verdad o mentira. Una cosa más...- miró a los presentes- Algo está cortando el acceso que tengo a mis redes de información. Me gustaría saber si se trata de alguna medida preventiva de alguno de los presentes o debo achacarlo a mi intento de encontrar datos, mientras hablamos, sobre esa IA a la que nos hemos referido previamente. O a alguna jugada del buen Gestor Omnios.

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DÍA: 29 ENÉ KAI NÉA.

HORA LOCAL: 04:05.

Hades, mientras habla, se conecta con su nave, comprobando que puede hacerlo a pesar de su estado debilitado. Activa los protocolos de emergencia, e indica máxima alerta, avisando que se preste especial atención a las naves riteanas, mercs y persas. Ordena que no se tome medida alguna ofensiva, hasta que cualquiera ataque bien a la nave de Cripta, bien a la propia estación Iculisma.

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DÍA: 29 ENÉ KAI NÉA.

HORA LOCAL: 04:05.

Con la claridad que le había caracterizado durante toda la reunión, Helicaón se pronunció en voz alta para que el resto de participantes de la reunión le escucharan.

—Yo tampoco soy humano, soy un suprahumano y estoy orgulloso de ello —dijo con total naturalidad sin detenerse demasiado en ese hecho—. No será ese motivo para actuar contra el Capitán Melpurgis, la situación con el mismo tampoco habría que discutirla con un emisario persa delante. Creo que todos entendemos los motivos. ¿No es cierto?

Aquellas últimas palabras iban dirigidas para el representante de Jerjes, como era obvio, y el suprahumano no tenía problemas en dejarlo claro. La Alianza de Damocles no debía mostrar demasiadas cartas frente a un enemigo tan obvio y palpable como el que les acompañaba en aquellos momentos.

—Me preocupa más la desaparición repentina del Gestor Omnios de Ritea y la IA que nos ha atacado a todos. Creo que sería un buen punto de partida unir nuestros esfuerzos en identificar esos problemas. Es una pena que alguien con el conocimiento sobre IAs que tiene el Gestor Omnios haya desaparecido.

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DÍA: 29 ENÉ KAI NÉA.

HORA LOCAL: 04:03

Las palabras de Melpurgis eran menos que nada. Incluso para una gobernante como ella, acostumbrada a no decir diciendo, le parecian esquivas y vacias de contenido. La naturaleza humana del Melpurgis le daba absolutamente igual. Lo que no le daba igual era la posibilidad de que hubiera conspirado con Terra para  que la Commonwealth Terrana se hiciera con el Racimo excusándose en la soberanía que ostentaban los mercs sobre sus propios actos. Si ellos mataban, saqueaban y hacian cosas terribles,  ¿cómo podían esperar justicia por los atroces interrogatorios de los persas?Por otro lado, ni siquiera trataba de defenderse dándoles información sobre el supuesto ataque informático del que decían haber sido objeto al ir hacia los persas.

- Sinceramente no veo la relación entre que el Capitán Melpurgis sea o no humano con Terra. - Dijo mirando al embajador persa, por si quería aclar alguna cosa al respecto.- Ahora bien el marco del que habláis, Rey Hades, me parece que ya no se sostiene.- La conferencia pacífica hacía tiempo que se había acabado. De hecho había varios no invitados allí presentes. Acciones bélicas, asesinato, el cierre de las puertas del laberinto...-Estamos todos aquí encerrados y les recuerdo que aún bajo un ataque informático como puede que no hayamos sufrido jamás. No seré yo la que promueba la violencia, mucho menos en mis dominios, pero creo que la Reunión de la Alianza ha terminado.- No estando los persas presentes, como decía el arcadiano.- Deberíamos centrarnos en localizar y expulsar a la Aniquiladora, lograr o esperar que se abran las puertas de laberinto, y después que todos salgan de aquí cuanto antes.- Les estaba invitando a marcharse en cuanto tuvieran ocasión. Si los miembros de la Alianza no eran capaces ni de ponerse de acuerdo, ni de saber qué hacía uno de sus miembros, el desaparecido Omnios, era mejor que se reunieran en otra parte.-¿Les parece un buen punto de partida? Propongo que hagan volver al Gestor Omnios, puesto que puede ser uno de los que más información tenga sobre la Aniquiladora, y dejar al Capitán Melpurgis "al margen". Puede quedarse en sus aposentos con todas las comodidades que desee.- En cuya entrada dispondría, por la propia seguridad de su invitado, de vigilancia marqueña.- Embajador Zirus, ¿consideraría posponer el conflicto con los riteanos hasta que solucionesmos el tema de la Aniquiladora?- La IA podía haber tomado control también de las naves riteanas, aunque eso sí que le parecía improbable.- Si están de acuerdo pongámonos manos a la obra de una vez.- y si no, no sabía qué podría pasar.

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DÍA: 29 ENÉ KAI NÉA.

HORA LOCAL: 04:03

El desencuentro entre Melpurgis y La Marquesa era ya total, y el merc se limitó a menear con la cabeza.

Una cuarentena...

-Sobra la IA, comenzó el capitán Expurgare, -como ya he dicho, tengo información de primera mano. Pero por razones de peso no voy a compartirla con todos los presentes. Y con los ausentes incluso más, añadió refiriéndose seguramente al Gestor Omnios.

-En cuanto a tenerme al margen de lo que sea esta farsa de asamblea y de cómo váis a proceder con la amenaza, pues si es vuestro deseo lo acataré. Pero prefiero no abusar de la hospitalidad de Iculisma y regresar a mi nave Cuna de Perros y seguir con las reparaciones. Y una cosa más, solicito una audiencia privada con el Rey Leónidas en mi nave con el objetivo de compartir algunas cosas relacionadas con la IA. Puede que sea el único lugar seguro de esta estación, y hay cierta información que quiero tratar con él en exclusiva. Luego él podrá compartirla con el resto de los honorables soberanos según considere.

La máscara de Melpurgis ocultaba cualquier expresión o gesto del rostro de Melpurgis. A continuación, el capitán pirata se dio media vuelta y comenzó a andar hacia la salida de la sala.

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HORA LOCAL: 04:00.

Las horas habían transcurrido largas, lentas, como si se estuviesen arrastrando en medio de un campo de lodo. A pesar de la continua sucesión de hechos,  mi mente no había estado ociosa ni un instante. Como un guerrero exultante ante la perspectiva de una batalla. Con una mínima fracción de mi mente realizo una sonrisa mental ante la comparación. Efectivamente, mi cerebro es mi músculo más desarrollado. Y al igual que Leónidas se lanzó con vibrante emoción al ataque de los Xombies que acabaron con Kolette, así me encuentro yo enfrentándome a todos estos datos cruzados, contradictorios en apariencia, enredados cual ovillo de lana tras ser usado por un gato para distraerse.

Con metódica dedicación, voy separando, estudiando, clasificando, analizando. Cruzando posibilidades, estudiando variantes. Sin prisa pero sin pausa. Recorriendo el laberinto cual Ariadna, guiada únicamente por el hilo de la lógica, tratando de desentrañar los sinsentidos pergeñados desde nuestra llegada a la estación Iculisma. Paso a paso, dedicando a ello buena parte de mis recursos mentales, mientras sigo absorbiendo datos, nuevas variables que añadir a la ecuación.

Y así, manteniendo la fría calma, voy estudiando la situación y a los presentes y sus reacciones. Siempre cerca de mi Rey, para mostrar mi presencia y apoyo a veces con un simple toque. Recordando que de nada sirve ahora dejarse llevar por la ira. Pero también reconozco que la charla incesante amenaza con apurar mi paciencia. Pues el tiempo corre en nuestra cuenta. Tengo la sensación que desde el ataque, un invisible reloj de arena ha sido dado la vuelta y con cada grano que se desliza, nosotros nos precipitamos hacia el final. Qué tipo de final sea... ya se verá.

Me acerco a Leónidas y le susurro algo que sólo él puede escuchar, antes de que las pantallas añadan una nueva pieza al puzzle: el cibermundo local en la órbita de Callidus ha lanzado una alarma que hace parpadear en rojo todas las pantallas.

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DÍA: 29 ENÉ KAI NÉA.

HORA LOCAL: 04:00.

La imponente figura de Leónidas se inclina para que pueda susurrar en su oído:

—Hay demasiada información, toda tan entretejida que aún estoy desgranándola. No obstante sí me gustaría poder observar esa cinta con más detalle. Como bien habéis dicho, ante cualquier situación estresante, es fácil inducir a una mente a decir lo que nosotros deseamos. No hablemos ya bajo tortura. Y eso es precisamente lo que quiero comprobar: que fue Persia quién hizo confesar al capitán Mercs lo que le convenía. Y escuchar su propuesta. 

En cuanto a subir a la Cuna de Perros... mantengo mis reservas. Por un lado, contar con esa información que supuestamente puede proporcionarnos, sería muy interesante. No obstante, tras lo sucedido con nuestras naves y la suya, unido a la confesión (no podemos descartar aún que no sea veraz), mi consejo es reunión privada en terreno neutral y, a ser posible, sin la influencia de la Marquesa.

No me fío de ella. Primero dice que no disponen de tecnología por los campos electromagnéticos y luego hemos visto despliegue de fuerzas más modernas. Habitaciones vigiladas. Para alguien tan supuestamente cortés como ella... 

No puedo continuar pues el parpadeo de las pantallas irrumpe en la sala, como un elefante en una alfarería.

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DÍA: 29 ENÉ KAI NÉA.

HORA LOCAL: 04:00.

Y el circo nunca paraba, por supuesto. Algo que sería terriblemente gracioso, de no ser tan profundamente triste. Allí había al menos un titiritero, y era en cierto modo bello ver como unos y otros se iban moviendo al compás del que tiraban de sus hilos. Y más aún teniendo en cuenta los años luz de distancia que les separaban de ese canalla. El punto álgido fue probablemente la intervención de Melpurgis. Le costó mucho no levantarse y aplaudir cuando este terminó, ¡qué potencia, qué dignidad!

Sin embargo, sí sonrió, aparentemente complacido ante todo aquello. 

-Señor Melpurgis, ¿está seguro de querer seguir siendo capitán? Estoy seguro de que podría encontrarle un buen lugar como actor en mi planeta. Ha sido quizás demasiado dramático, pero hay que reconocer que ese discurso ha tenido cierto gancho y emotividad. Me descubro ante usted-dijo, sin una pizca de sarcasmo, con una amplia sonrisa-no puedo más que recalcar lo dicho por mi compañero Leónidas. ¿Podrían alzar la mano los dirigentes o representantes que sean humanos, por favor?-preguntó, aunque era evidente que de un modo retórico. De todos los presentes solo tres, siendo muy generosos, podían presumir de esa condición al fin y al cabo-supongo que si hubiéramos tenido ese duelo, que aún estamos a tiempo de tener por cierto, habríamos comprobado el color de la sangre del capitán-añadió con una sonrisa, encogiéndose de hombros-pero ahora es tarde para eso. Y respeto su decisión de privacidad sobre su propio ser. Sin duda hay otros que guardan secretos mucho peores en esta reunión, o que, como en esa vieja religión de Terra, nos han vendido por treinta monedas de plata, ¿me equivoco? Y sin embargo, no los estamos persiguiendo. Aún-todas aquellas palabras fueron pronunciadas con aquella sonrisa amable y tono afable que había mantenido el monarca en casi toda la reunión. Salvo esa última palabra. En esa última palabra la sonrisa desapareció momentáneamente, y en ese "aún" había mucho más que unos sonidos. En ese "aún" se encontraba el peso de una promesa de venganza. Una promesa sostenida por el sobrehumano monarca ateniense, el antiguo sargento Laertes Solar, terror del campo de batalla. Y por tanto la carga de aquello era de todo menos desdeñable. 

-Aunque antes de ponernos serios, me gustaría citar al antiguo cónsul Escipión. Una sola frase, pero que creo es bastante clara. "Roma no paga traidores". ¿Creen que Persia sí?-sentenció, riéndose levemente-yo no apostaría por ello. 

Y entonces llegaron las alarmas y el redundantemente alarmado gesto de ese humano llamado Caoban. Más sorpresas, más problemas. Sin embargo la acumulación había sido tal a estas alturas que estaba ya lejos de sentir desesperación o impotencia. Esas emociones habían volado cuatro vuelcos antes, ahora simplemente se dejaba llevar por la corriente de despropósitos, con aire de estar divirtiéndose. 

-Vaya, qué contrariedad-añadió riendo-¿quizás alguien está siendo travieso, sargento Winston?-preguntó mirando al hombre, pues Omnios seguía "apagado" y sin dar muestras de seguir allí. 

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DÍA: 29 ENÉ KAI NÉA.

HORA LOCAL: 04:00.

Las acusaciones se suceden, un gesto airado de Melpurgis, una respuesta no menos airada, aunque sí acertada, de la Marquesa... y yo muerto de aburrimiento.

¿Es que no va a pasar nada interesante para mí en esta reunión? Bostezaría si no fuera porque tengo un poco de educación.

Entonces las pantallas muestran avisos. ¿Algo sucede? Peor, estamos en el espacio, ¿será algo que podamos enfrentar?

Siento mi cuerpo en tensión cuando escucho mi nombre salir, de labios del rey Laertes. Por un momento le miro con los ojos de un niño que ha sido atrapado en una travesura, para observar luego mi arma. Y entonces suelto una risotada para nada alegre.

Deme un momento, rey Laertes comento con ironía, voy a buscar un cable y a conectarme a Omnios.

Niego con la cabeza. Sí, Omnios no está, y no tengo la más mínima idea de a qué es debido. No soy informático para saberlo. Tengo nociones, igual si me dejan usar una consola puedo averiguar algo, pero no soy informático. Ni diplomático, ya puestos. Soy un soldado.

Observo la pantalla en negro. Más que la ausencia de Omnios me preocupa la presencia de la IA. ¿Y si ésta toma el control del Gestor? Él posee la capacidad de controlar la flora riteana.

Miro a la Marquesa y a Caoban. Díganme que las alarmas no vienen por naves riteanas.

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HORA LOCAL: 04:00.

Tras la visualización de las imágenes no puedo evitar mostrarme de acuerdo con el Rey Leónidas. Cualquier individuo, bajo una "adecuada persuasión" acabaría por romperse y confesar crímenes no cometidos.

En ese momento las alarmas empiezan a sonar y distintas órdenes van siendo emitidas por las personalidades allí reunidas.

- Permite que te ayude - digo acercándome al soldado Winston - tengo conocimientos técnicos que tal vez puedan serte de ayuda...

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HORA LOCAL: 04:00.

Era realmente tarde y el sopor del sueño abotargaba a Ladi. Él, a diferencia de la mayoría de los presentes, no tenía mejoras cibernéticas, electrónicas, informáticas o genéticas que le ayudaran a evadir o aguantar algo como el sueño. Reprimió con éxito un bostezo y solo pensó en que el vídeo persa mostrara algo relevante. Y desde su punto de vista así fue.

Por un lado lo espabiló, haciendo que frunciera el ceño ante lo que veía, aunque para nada espantado. Por momentos pareció estar interesado, en otros curioso y en otros indiferente. Finalmente escuchó la confesión del torturado y su estado. Meyers chasqueó con la lengua, en desaprobación.

Después de una sesión así, cualquiera juraría que es la concubina de Jerjes si así se lo requirieran, pensó el consejero. La tensión llegó después, cuando Melpurgis no tuvo la capacidad de negar nada, creando un ambiente tenso y fatalista. La Alianza era puesta a prueba por primera vez y al primer roce se resquebrajaba como vidrio barato. Meyers volvió a chasquear la lengua.

Finalmente Omnios se apagó y las alarmas sonaron. En el fondo aquello no sorprendió al consejero de Laertes aunque hubiera deseado que aconteciera, fuera lo que fuera, no tan pronto.

A saber la que estás armando ahora, tostadora, pensó mientras miró la pantalla apagada del riteano. Y Meyers volvió a chasquear la lengua mientras extraía su tablet y tecleaba, mostrándoselo posteriormente a su rey.

Mientras Laerte leía, repentinamente, Ladi se dirigió al sargento riteano.

- Disculpe, sargento Winston. Permítame una pregunta no reñida con la protección de su consola - ironizó levemente -. En el viaje de Ritea a La Marca, ¿Advirtió alguna anomalía? ¿Algo extraño? ¿Fuera de lugar? - preguntó a bocajarro al humano.

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HORA LOCAL: 04:00.

Reflexiones personales:

>>Cada vez creo más que Omnios y la Aniquiladora son lo mismo, tecleó redundando en esa hipótesis que sugiriera el día anterior. Quizás conchabados o probablemente el primero controlado por la segunda, añadió dando su opinión.

>>Cada vez creo más que los servicios de defensa y seguridad de Iculisma están más intervenidos. Omnios y/o Aniquiladora ven y oyen todo lo que los sistemas de seguridad y espionaje de La Marca les permiten, pudiendo manipular audios y vídeos a su antojo y la Marquesa no se entere.

>>Cada vez creo más que Omnios y la Aniquiladora entraron en contacto o comunión ANTES o DURANTE el viaje a La Marca. Las naves riteanas apostadas y el cierre del laberinto se sincronizaron perfectamente contra los persas.

AÑO: 783 D.

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DÍA: 29 ENÉ KAI NÉA.

HORA LOCAL: 04:00.

La Ministra de Cripta se había quedado callada de nuevo detrás de su Señor. Ver aquellas imágenes la habían trastornado demasiado, y escuchar las declaraciones de unos y otros no había ayudado en nada a mejorar su estado.

La gota que derramó el vaso fue el que Caoban indicara que acababan de saltar las alarmas informáticas, coincidiendo con que Hades no consiguiera acceder a los datos que buscaba. Se inclinó hacia él, y le susurró algo.