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Edda - El Reino que Vendrá [+18]

[Escena personal] Malcolm Isauros

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24/09/2021, 02:28
Ratatösk

A pesar de la velocidad que había demostrado Ratatösk no parecía alguien muy hábil para el combate, lograste cumplir tu objetivo y desarmarle luxándole el brazo, tu siguiente maniobra no acabó de cumplirse, ya que no contaste con la suficiente fuerza o enfoque, pero el tirón que le diste fue suficiente para tumbarlo en el suelo sollozando patéticamente sobre lo que le habías hechos.

¡Ay! ¡Ay! Pobre Ratatösk.. ¿Por qué le haces esto? Ay.. ay.. —se lamentaba mientras tomabas la huida, saliste del complejo científico, pero quien te esperaba fuera no era aquel escuálido con aspecto ratonil, sino el propio Magnus. El pelirrojo hizo una señal para que los guardias armadas bajaran las armas dando unos pasos hacia ti.

Regrese dentro, señor Isauros. O me veré obligado a hacerle daño —hablaba de una forma tan calmada y fría que provocaba terror. Te miraba fijamente, y sentías un poder inmenso fluir a través de él. Magnus se ajustó los guantes, al hacerlo desprendieron unas pocas chispas, y el ambiente se llenó de estática cuando un trueno, un jodido trueno, retumbó en las entrañas de la tierra.

Magnus se interponía entre ti y el ascensor de huida, además de los dos guardias que estaban a la expectativa. No parecías tener demasiadas opciones..

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26/09/2021, 20:40
Malcolm Isauros

Le tomó toda la fuerza de voluntad que le quedaba reprimir una arcada al percibir a través de su tacto como removía el hueso de Ratatösk de la articulación correspondiente, pues nunca había hecho algo así. Ya con el científico en el suelo, Malcolm se agachó con rapidez para levantar el bisturí que antes había tomado el hombre con cara de ratón.

¡¿Yo?! ¡Tú eres el que me ha amarrado a una camilla para hacer... quien sabe qué! —le respondió en una exclamación molesta, aunque no se quedó demasiado tiempo ahí.

Al salir, se encontró de frente con el jodido Magnus, el mismo tipo que lo había llevado ahí y que le causaba escalofríos. El ingeniero tragó en seco, mirando de reojo a los dos guardias que habían bajado sus armas. Sus palabras hicieron que Malcolm volviera a enfocar al pelirrojo, encogiéndose un poco ante esa extraña aura imponente y poderosa que exhibía. ¿Acaso eso habían sido chispas? El joven se humedeció los labios, nervioso, mientras sus ojos recorrían el lugar, intentando buscar alguna forma de escapar, preferiblemente evitando al que parecía ser el líder de seguridad.

Podía sentir sus latidos, quizás la fuente de aquel extraño poder que emanaba. ¿Habría forma alguna de llegar hasta él con el bisturí? ¿Tendría acaso la fuerza, y la voluntad, necesarias como para matar a alguien? Su vida también estaba en riesgo, así que creía que sí. Sin embargo... se llevó el bisturí a la garganta. La mano le temblaba, así que lo mantuvo a unos cuantos milímetros para no rasgarse su propia piel, no hablar ya de la arteria.

— ¿Quién coño sois? ¿Y por qué me queréis amarrar a una camilla? ¿Qué pensáis hacer? —preguntó, con voz que pretendía sonar firme—. Quiero respuestas, u os quedáis sin... conejillo de indias.

Notas de juego

Dijiste que era una gruta, ¿cierto? ¿Tiene por casualidad algún río o corriente subterránea?