Partida Rol por web

Una vez más, las atenciones que le dispensabas eran respondidas por los gemidos y temblores de su cuerpo. Nerth te contemplaba en su juego, desde su posición privilegiada, jalándote fuertemente el pelo mientras te alimentabas de su verga. Su cadera se movió, buscando acentuar la unión de su miembro con tu boca, como si fingiera hacerlo con tu vagina.

—Come.. come y bebe.. —ordenó dejando que notaras como la envergadura de su pene creciera hasta el máximo por tus atenciones —Adoro lo que haces.. lo que me entregas.. tu sumisión.. me excita..

Muy entretenida con esa erección, no dudó en lamer y disfrutar de su sabor, succionando ese glande por momentos o dándole besos de lengua para mantener la excitación en un juego muy delicioso. Pero ante las peticiones de Nerth separó más los labios y le permitió ingresar al completo en toda su boca.

Bien duro, grueso, todo bien adentro hasta que el roce del glande con la garganta ya era algo común entre los dos. Así que comenzó a mover esa boca, suavemente de extremo a extremo, incluso apretando con los labios en todo ese viaje y la lengua entre caricias húmedas, daba ese plus de placer extra. 

Ella lo miraba a los ojos, con todo aquello en la boca, pidiendo que se mueva, que la folle. 

Nerth se estremeció una vez más ante tus atenciones, el hombre gimió mientras buscaba tomarte de los cabellos, masajeándote la cabeza al ritmo de los estímulos que le ofrecías. Podías notar que tenías bien medido el ritmo y los puntos de placer de Nerth, pues enseguida la sentiste crecer en tu boca, encajada entre tus labios.

—Mi puta sagrada.. —gimió mirándote, y, tras ese contacto, te tomó de los cabellos con firmeza emprendiendo un gradual movimiento de caderas.

Tal como pedías con la mirada, Nerth te lo entregó. Movía su cadera follándote la boca, con una contención inicial que buscaba tu costumbre, pero que pronto se tradujo en un desenfreno creciente, agradeciendo tu sagrada entrega a él.

Muy entretenida como estaba con aquello tan duro y grueso en la boca, se mantuvo saboreando cada centímetro que entraba o salía de su boca. Se sentía bien, caliente y ella bajo esa motivación de estar a merced de aquel control, lograba encenderla profundamente a un punto que hasta ahora había desconocido en su interior. Esa mirada de Nerth, el movimiento candente y fuerte, el como se debía adaptar a su tamaño mientras lo lame o aprieta con sus labios era una maravilla. 

Ni hablar de sus palabras, que le erizaron la piel mientras la saliva comenzaba a escurrirse por la comisura de sus labios al tener la boca abierta durante tanto tiempo. Pero era algo que le encantaba, así que comenzó a seguirle el ritmo ingresando más y más profundo mientras lo miraba a los ojos, provocando para que le folle la boquita. 

Los jadeos de Nerth aumentaron, así como los movimientos de su cadera más salvajes por momentos, su polla penetraba tu boca como lo hubiera hecho con tu coño la noche anterior, surcando tu garganta como fuera su nueva vagina particular. Aferrándote de los cabellos, detuvo bruscamente el movimiento quedando su verga enteramente dentro de tu boca. Nerth te miraba desde arriba, obligándote a salivar mientras te retenía con ambas manos.

—Al amo le encanta su puta sagrada.. ¿lo notas? —sentiste como el pene de Nerth latía en tu boca, vibrante, como si estuviera sincronizado con los latidos asilvestrados del corazón —. ¿Lista para tu desayuno?

Ella arrodillada como estaba allí, le siguió el ritmo, se acostumbró al roce fuerte en el interior de su garganta y a la sensación que podía venirle a medida que más adentro se metía. Pero le encanta, se le notó en la piel al erizarse, en esa mirada que habla de tantas cosas y la forma en que permitía al ángel que le folle la boca de aquella manera. Era delicioso, puro éxtasis y morbo. 

Ya cuando si dirigió a ella de esa manera, no pudo evitar el asentir con la mirada para recibirlo con la lengua fuera en caso de ser necesario mientras esa polla palpitaba allí con ganas de correrse. Estaba dispuesta a recibir su desayuno, le apetecía beberlo y a ello iba, tal como estaba por hacer Nerth. 

No tardaste mucho en recibir tu prometido desayuno, Nerth gimió prolongadamente mientras su cuerpo se tensaba y su verga eyaculaba dentro de tu boca su simiente. Sus manos se aferraron a tu testa, dándote algunos tirones por la tensión del momento, y cuando tras los latidos de su polla en tu boca cesaron, el dios se derrumbó de placer en la cama jadeando.

—Glorioso.. absolutamente glorioso.. —murmuró con el corazón irle a mil por hora, movió la cabeza para encontrarte y contemplarte con satisfacción. Sonrió finalmente y soltó un suspiro.

Hizo un gesto con la mano para que te acercaras a él sobre la cama, en ese momento la mirada de Nerth se perdió mirando al techo, pensativo sobre algún asunto que lo abdujo durante unos segundos.

Una vez comenzó Nerth a correrse, sintió como el espeso líquido se coló en su boca saboreando sorbo a sorbo de lo que le ofrecía aquel hombre con tanta pasión, tanto morbo. Le mostró en ese instante que lo había tragado todo y tras relamerse con ese aire sensual los labios, acompañó al ángel a la cama. 

Allí recostada correspondió al beso y acarició ese torso esculpido por los dioses. Tan apuesto, tan interesante en todos los sentidos, hicieron que Irenka en verdad estuviera muy embelesada con aquel hombre mientras el beso sabe en demasía a él y le encantaba. 

—Que delicia eres—confesó y preguntó—. ¿En qué piensas?

Nerth te acogió entre sus brazos, placentero, a gusto y, tras besarte la sien, te respondió.

—Nunca pensé que volvería a sentirme así —admitió un poco sombrío —. Cuando.. vi a todos los que conocía morir.. incluso.. —te miró sutilmente, dándote a entender que se refería a Ereshkigal —.. me resigné a esperar mi muerte. Pero no llegó. El tuerto me protegió, me salvó.. y yo lo odié. Lo odié durante siglos, porque.. no podía aceptar que fuera el único que hubiera sobrevivido. Que estaría condenado a vivir toda la eternidad como un exiliado.. —respiró hondo volviendo sus ojos sobre ti, admirando toda la mujer que eras en cuerpo y alma —. ..pero.. estás aquí. Y.. temo entusiasmarme. Temo que vuelva a pasar lo mismo, ¿sabes? Todo es tan perfecto que.. suele romperse.

Las palabras de Nerth llegaron al corazón de Irenka como si fuera un soplo de aire fresco, era hermoso ese sentir pese a la vulnerabilidad que ello implica. No obstante se refugió entre aquellos brazos y se aferró a la ilusión de que estar juntos puede ser una segunda oportunidad para alguien que ha perdido mucho. Si se habían cruzado en el camino, tenía un sentido y ella lo aprovecharía. 

—Lo sé, pero estamos juntos en esto. Tengo muchísimas cosas que aprender de ti e intentaremos no repetir la misma historia, podemos con lo que sea que tengamos delante—dijo en un tono dulce—. Confío en ti. 

Y sin más lo llenó de besos, al menos para aplacar ese miedo que cobraba vida en él. Nunca imaginó que cambiaría todo tan rápido y de aquella manera, aún así lo sintió y aquí estaba. Eso era lo que importaba al fin de cuentas. 

El resto de horas las pasaste junto a Nerth, embarcados en un viaje de plenitud para los sentidos. El hombre tenía una resistencia.. ¿divina? Si el término era correcto. Pero el tiempo seguía avanzando, y tuviste que prepararte para el encuentro con Aaron en tu taller. Aseada y lista, pudiste ver que las repercusiones del vídeo de la noche anterior no habían trascendido, seguías siendo la diseñadora revelación y apenas llegó una nota al pie de página sobre el incidente con River.

Nerth te había acompañado hasta el taller, pero prefirió quedarse fuera. Te dijo que tus poderes irían despertando cada vez más deprisa, por lo que deberías tomártelo con calma. El ángel de alas negras se quedó en una cafetería cercana tomando algo mientras decidía esperarte. Una vez en el taller, Aaron te recibió con un gran suspiro.

—¡Niña! ¿Cómo estás? —sonrió el hombre dándote un sentido abrazo —. Que bueno que no hayas perdido la cabeza con el éxito. Ahora viene lo más difícil, mantenerse.

El anciano asintió convencido mientras te acompañaba dentro. Había varias cajas que contendrían las telas que habías pedido, también algunos empleados que hacían trabajos de patronaje y demás labores menores.

Luego de aquella noche y parte del día con Nerth, donde le pareció en verdad increíble todo lo vivido, experimentado. Sintió que era el momento de retomar con sus rutinas, una de ellas era aquella reunión con su mentor y por ello tras dejar un dulce beso en esos labios hambrientos de tantas cosas, avanzó a paso firme hacia su taller para empaparse de su trabajo, encauzando la mente. 

De momento su fama no había sido enturbiada por nada y lo de River le dolía, aunque ya recibió lo merecido. No obstante una vez ingresó a ese lugar ataviada con un colorido atuendo de su propia creación. En actitud se la veía jovial, animada. 

Al ver que Aaron estaba allí, se acercó a darle un sentido abrazo mientras pudo notar que ya estaban las telas allí y lo agradeció porque tenía muchísimo por delante. 

—¡Hola! Muy bien la verdad, no puedo pedir más. Intentaré mantenerlo, pero ya sabes—confesó siendo muy consciente de lo que tenía delante—. ¿Sabes algo de River? 

Sin poder evitarlo le preguntó, quería saber cómo se encontraba más allá de que se tenía merecido aquello.