Partida Rol por web

El amor en los tiempos del Sida

15. Atando cabos

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11/12/2012, 14:13
Narración

6 de noviembre de 1984 - 12:30

Van Doren se dirigió al ayuntamiento. Había conseguido concertar una reunión con Rosenberg a la primera hora que fuese accesible, las doce del mediodía. Aún así la hicieron esperar media hora antes de entrar. Cuando su secretaria se lo indicó, Van Doren pasó a la oficina de Melvin Rosenberg y descubrió al susodicho acabándose un bocadillo.

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11/12/2012, 14:23
Melvin Rosenberg

-¡Sheila! -farfulló limpiándose las manos en la servilleta que le colgaba del cuello. Tragó apresuradamente e hizo una pelota con el papel de plata antes de tirarlo a la basura-. Vaya, no esperaba visitas todavía. Disculpe, señora.

Rosenberg dio un trago de agua del vaso de papel que tenía delante y se quitó la servilleta y las migas.

-Usted es...

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12/12/2012, 16:27
Madame Van Doren

-Van Doren, señor Rosenberg -dijo tendiéndole la mano enjoyada y con las uñas perfectamente pintadas de rojo brillante. La mujer sonrió-. Aunque usted puede llamarme Elisabeth. ¿Puedo? -preguntó señalando una silla.

- Tiradas (3)
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12/12/2012, 20:40
Melvin Rosenberg

Melvin le dio un apretón más bien flojo. Van Doren no tuvo duda alguna de que aquel hombre tenía una voluntad mínima a la que no le costaba esfuerzo aceptar otra autoridad. Conocía bien a los de su tipo y sabía doblegarlos rápido y fácil.

-Por favor -indicó. Tomó asiento y carraspeó-. ¿En qué puedo ayudarla?

 

- Tiradas (1)
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14/12/2012, 14:02
Madame Van Doren

La pooka continuó sonriendo y se sentó en la silla no sin antes cruzar las piernas.

-Señor Rosenberg, vengo aquí en calidad de empresaria -dijo mirándole intensamente y modulando su voz-. Llevo varios negocios de placer, totalmente legales, he de añadir, por todo San Francisco junto con mi socio. Y la verdad es que ambos estamos terriblemente... -Van Doren dejó sus rojos labios entreabiertos durante un instante antes de continuar- ...preocupados.

Al terminar frunció el ceño completamente afligida.

- Tiradas (1)
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14/12/2012, 14:54
Melvin Rosenberg

Aunque en un primer momento pareciese intimidado por su aspecto más que agradado, las dotes de persuasión de Van Doren comenzaron a dar frutos. Vio cómo se le relajaba la expresión y se tornaba interesado.

-¿Preocupados? No sé por qué deberíais mientras fuese todo legal -dijo Melvin en tono interesado-. Porque es legal, ¿verdad? No creo que una mujer como usted ande metida en chanchullos indebidos...

- Tiradas (1)
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14/12/2012, 15:10
Madame Van Doren

Van Doren se rió.

-No se preocupe por mi, soy la más devota de mi parroquia -la pooka se pasó la lengua por uno de sus colmillos de manera distraída-. Es todo legal, pero el problema aquí es que la gente tiene miedo de nuestras prácticas y me preocupa que nos utilicen como chivos expiatorios frente al problema del sida. Parece que no sirve de nada que asegure que en mi negocio cumplimos unas normas de higiene mucho más estrictas que las de un hospital... Nadie quiere venir a comprobarlo. Pero me alegra ver que un hombre tan sensato e inteligente como usted no se toma en serio esas acusaciones....

- Tiradas (1)
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14/12/2012, 15:25
Melvin Rosenberg

Melvin tragó saliva. Estaba francamente interesado. Se inclinó hacia delante y entrelazó los dedos.

-¿De qué negocio estamos hablando exactamente?

- Tiradas (1)
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14/12/2012, 15:28
Madame Van Doren

Van Doren también se inclinó hacia delante haciendo que sus pechos adquirieran protagonismo en la escena apretándose contra el corsé con más fuerza.

-Varias saunas y una mazmorra de sadomasoquismo... -susurró como si le estuviera contando un secreto.

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14/12/2012, 15:32
Melvin Rosenberg

Aquello le sorprendió. Van Doren vio que se ruborizaba rápidamente.

-¿Una maz...? ¿De sadomasoquismo? -Sonrió nervioso-. Ah, ya, ya lo recuerdo... Usted es esa mujer... -Tragó saliva una vez más-. Hablé con su socio, Castle, pero no me dijo que usted... Si lo hubiera sabido...

Melvin se rascó la nariz.

-El problema es que esas saunas de gays son un foco de infección. No digo nada por su mazmorra... La población tiene miedo al avance de esa enfermedad. Allí se... hum... practica sexo inseguro. Ya tuvimos un repunte de sífilis no hace mucho y...

Notas de juego

Tira manipulación y persuasión. Tienes +3 por haberlo seducido.

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14/12/2012, 15:42
Madame Van Doren

-Estamos trabajando en mejorar nuestros servicios además de en controlar este tipo de prácticas arriesgadas. Estoy convencida de que mi socio entenderá a la perfección que el hacer unas modificaciones en su sistema es algo más que justo si sirve para salvar su negocio -dijo Van Doren mientras se frotaba el labio inferior con el dedo índice-. Mantenga nuestros negocios abiertos y le aseguro que tendremos una relación muy satisfactoria...

- Tiradas (1)
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14/12/2012, 15:57
Melvin Rosenberg

Melvin se rascó la barbilla.

-No tengo ningún inconveniente si me promete que va a cuidar del bienestar de sus clientes -dijo él-. El problema, Elisabeth, es que no soy ni gay ni sadomasoquista. ¿De qué manera podría usted recompensarme...?

- Tiradas (2)
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14/12/2012, 17:14
Madame Van Doren

Van Doren apartó su rostro del de Melvin y se levantó del asiento. La pooka caminó marcando el golpe de sus caderas hasta colocarse a la espalda del concejal.

-Es una lástima... -la mujer apoyó ambas manos en los hombres del hombre y las deslizó suavemente hacia abajo y hacia arriba por su pecho hasta que le apretó con fuerza contra el asiento, clavándole ligeramente las uñas cerca de las clavículas- ...que no le gusten mis prácticas, señor Rosenberg.

La pooka se inclinó hasta que sus labios quedaron a la altura del oído del concejal. Podía notar su sudorosa espalda contra sus pechos.

-Podría enseñarle el Terciopelo Rojo para que hiciera una inspección en persona. Los ciudadanos agradecen ese tipo de gestos de preocupación por parte de sus gobernantes.

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14/12/2012, 17:34
Melvin Rosenberg

Melvin se sobresaltó con su contacto. Soltó un hondo jadeo y buscó con con una mano temblorosa el teléfono.

-Sheila, la señora Van Doren va a irse. No me pases más llamadas.

El concejal colgó el teléfono y se puso en pie. La pooka percibió el bulto en su pantalón, que a pesar de todo trataba de disimular.

-Podemos ir ahora. Mi mujer no me espera hasta la tarde -murmuró-. Ve tú primero, luego yo. Sheila no debería... nadie debería saber nada...

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14/12/2012, 17:41
Madame Van Doren

Al ver la erección de Melvin Van Doren no pudo evitar pensar que iba a matar a Eddie la próxima vez que le viera.

-Mi primera norma es la discreción, señor Rosenberg, no se preocupe -la pooka cogió su bolso, sonrió al concejal como si nada hubiera pasado y se acercó a la puerta-. Ya sabe donde encontrarme.

Van Doren abrió la puerta y la cerró tras de si dejando solo a Melvin con sus pensamientos.

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14/12/2012, 18:05
Narración

Cuando los primeros clientes empezaron a llegar, Melvin se fue. Dolorido pero satisfecho, el concejal no puso ninguna pega a mantener los negocios de Eddie abiertos, además de prometer volver por el Terciopelo en algún momento cercano. Parecía que Van Doren le hubiese causado una buena impresión. A pesar de que no le hubiese dado lo prometido en un principio, la pooka sabía leer a la gente y sacarles sus secretos. Melvin no había tenido reparos en confesarle que siempre le habían atraído las mujeres como ella y que si no había intentado algo así había sido por pudor. Con concejales así, meter mano al ayuntamiento se le iba a hacer muy fácil. En muchos sentidos.

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15/12/2012, 04:16
Madame Van Doren

Van Doren regresó a su cuarto para arreglarse después de la sesión. No tenía prisa, así que se regaló un baño de sales. Después de todo se lo tenía bien merecido. Estando ya dentro de la bañera cogió el teléfono que había dejado en un taburete cercano y marcó una combinación de números que se sabía demasiado bien. Al otro lado esperaba oír a la secretaria de Eddie o al propio redcap.

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15/12/2012, 04:25
Narración

En efecto su secretaria contestó y le cogió el recado. Al parecer, Eddie tenía toda la tarde muy ocupada y tenía que reunirse para comer con un sinfín de gente importante. Le prometió que le daría el mensaje con urgencia y se despidió de ella con la educación y docilidad de siempre. Eddie la había contratado poco después de que rompieran y Van Doren había tenido siempre la sospecha de que se acostaban. Y si no lo hacían, Eddie debía de sentirse realizado con una secretaria tan pulcra y servicial.

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15/12/2012, 15:22
Madame Van Doren

Van Doren torció el morro y colgó el teléfono. Pero pensándolo mejor tampoco tenía muchas ganas de encontrarse con Eddie de manera inmediata; ya había tenido suficientes emociones en un solo día y el asunto de Garin tenía más importancia. La pooka recordó las palabras de Pandora mientras agitaba el agua de la bañera, cogió un poco de espuma blanca y la sopló para observar a Garin en las burbujas.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Gasto Fdv. 3 éxitos.

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15/12/2012, 15:38
Narración

La imagen se formó con nitidez en el interior de las burbujas. Como si mirara a través de sus ocho ojos de araña, todas mostraban la misma escena: Garin en un taller colorido y lleno de trastos. El sluagh estaba mucho más pálido y demacrado que de costumbre. Con este nuevo cantrip podía apreciar detalles que antes no, como las venitas moradas que se extendían desde sus ojos en dirección a los pómulos, como una enfermedad oscura y sin duda peligrosa.

-Pero... ¿podré usarlo fácilmente? -preguntaba Garin ansioso.

-Una vez lo cargues, sí -dijo una voz rasposa, la de un nocker vestido con un mono de trabajo que llevaba en las nudosas manos un artefacto metálico parecido a un cañón-. Te lo pones en la mano, te atas las correas y disparas. Necesita una hora de carga por cada media de funcionamiento. -Ante la mala cara de Garin, el nocker levantó las manos para excusarse-. Lo siento, no he podido hacer nada mejor. Si me dejaras hacerle unos ajustes yo...

-No, no. -El sluagh cogió el cañón y lo apretó contra su pecho-. Así está bien.

-Bien, chico. Ahora págame.

Garin tragó saliva y se rebuscó en los bolsillos de los pantalones. Se quedó congelado mirando hacia la puerta.

-Oh, no.

-¿Te has dejado la cartera en casa? -rezongó el nocker.

-No... No, aquí viene. Y está enfadado... -Garin soltó un murmullo de pánico-. Lo siento, Dung. Lo siento.

-¿Qué dices?

-No puedo... Tengo que irme.

Garin se escabulló en dirección a la puerta cañón en mano. El nocker salió tras él, pero el sluagh era demasiado escurridizo para pararlo.

Las burbujas se evaporaron y la visión terminó. Van Doren reconocía al nocker: tenía su taller Chinatown. Se llamaba Dung y había pasado a Gruñón poco antes que ella misma. Se especializaba en la confección de objetos de ciencia ficción que los sidhe desdeñaban pero que los plebeyos consideraban muy útiles. De hecho, Dung había provisto de armas a los rebeldes de Ed el Rojo durante la Guerra.