Partida Rol por web

El Condado de la Flor de Piedra

1. La llegada de Ariadna

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24/05/2011, 22:55
Director

4 de mayo de 1999

La Corte del Conde Lothar, tras los excesos de Beltaine, no se encontraba en el punto más álgido. La mitad de los cortesanos aún reposaban en cama, reponiéndose de la fiesta y la explosión de Glamour. La misma Condesa se había retirado a Chambord, cuando siempre, en la oposición, se mantenía alerta y acudía a casi todas las sesiones de corte. Así pues, los pocos presentes se hallaban algo aturdidos o jaquecosos, y el mismo Conde no se encontraba en el mejor de sus días.

El Conde Melancólico, repantingado en su asiento, contempló cómo entraban los dos desconocidos. Uno era un sidhe gruñón con el emblema Gwydion en el pecho, con la barba gris revoloteando en torno a su cara y ropajes de terciopelo y seda. Hizo una reverencia ante el Conde, quitándose el sombrero.

-Mi señor Conde -dijo solemnemente-. Mi nombre es Sir Marin ap Gwydion. Vengo del Ducado de las Nubes en nombre de Lord Sirius. Ésta es su hija, la Dama Ariadna ni Gwydion. Solicitamos formalmente que nos acojáis en vuestra Corte con el fin de que la joven Ariadna termine con su educación cortesana.

-Ajá -respondió el Conde, lacónico.

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24/05/2011, 23:44
Dama Ariadna

 La Dama Ariadna, con un ligero rubor en las mejillas, se adelantó e hizo una reverencia ante el Conde sin atreverse a mirarle a los ojos más de dos segundos seguidos. Era bastante apuesto.

-Mi señor –comenzó con timidez, pero después ganó fuerza a medida que las palabras emergían de sus labios-, tal y como ha anunciado mi tutor, soy la Dama Ariadna ni Gwydion. Lamento mi inesperada visita y haber importunado a la Corte tras la fiesta de Beltaine. Tened a bien aceptar mis más sinceras disculpas. Aun así, me dispongo a vuestro servicio, si así lo deseáis, hasta que finalice mi educación.

No pudo evitar contener la respiración mientras sus ojos se paseaban brevemente sobre los presentes con nerviosismo, igual que los de un cervatillo asustado. Tenía esa sensación de estar en el lugar equivocado en el momento equivocado. Pero era el deseo de su padre que estuviese allí y así lo había hecho. Sólo tenía que comportarse tal cual era, ser sincera en sus palabras y guardar la compostura. Con eso todo iría bien. 

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24/05/2011, 23:53
Conde Lothar

-Os escucho, Sir Marin y Dama Ariadna. Ya hablé en su momento con Lord Sirius y me pareció bien. Permaneceréis en el feudo como mis huéspedes y me juraréis fidelidad durante un año y un día. Después de dicho periodo, podréis volver a Cornualles con vuestro señor el Duque.

Lothar se puso en pie.

-Arrodillaos y juradme fidelidad.

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25/05/2011, 00:07
Dama Axelle

En el lado del Conde y su corte, la Dama Axelle se frotaba la frente con el ceño fruncido. La noche se había cobrado toda su energía dejándole un fuerte dolor de cabeza como regalo de despedida. ¿Cuánto habría dormido? ¿Una hora?. La canciller intentaba recordar lo que sucedido durante la fiesta y, sobretodo, lo que había pasado fuera de ella, cuando la Dama Ariadna entró en el salón reclamando su atención.

A primera vista parecía una chica tímida, prudente y educada... Toda una luminosa, pensó al instante. Y de lo único de lo que se sorprendió fue de que el conde fuera capaz de decir tantas palabras seguidas sin incluir varios suspiros melancólicos entre ellas. Eso si que era una remarcable novedad.

Por ahora no había nada más que hacer que observar, así que la canciller continuó en silencio, esforzándose por no bostezar...

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25/05/2011, 00:27
Dama Danielle

 Danielle observó la situación mientras rascaba distraida la cabeza de San Jorge con su mano de plata. Le resultaba curioso que nadie fuese a esa corte a aprender en vez de a la de sus altezas reales pero, después de todo, nunca había terminado de entender como funcionaba la cabeza de la alta nobleza.

Pese a todo, observó atentamente a los recién llegados, preguntándose como influiría su presencia en el delicado equilibrio de la corte... y si necesitarían alguna quimera que ella pudiese proporcionarles. Lo único malo que podía verles era su casa... y es que, en su humilde opinión, los Gwydion estaban llenos de valor sin cerebro. Aunque nunca se podían hacer juicios de la gente antes de conocer todos los datos. ¿Quién sabía? A lo mejor acabasen sorprendiendola.

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25/05/2011, 02:22
Lord Ibrahim

Lord Ibrahim sonrió cuando vio entrar a la joven dama con su tutor. Sangre nueva para Flor de Piedra, pensó. Ya era hora...

Lo cierto es que él, como casi todos los nobles, estaba cansado. Su casaca y sus bombachos de seda ocre escondían las carnes entumecidas por el jolgorio, y por qué no decirlo, el vino. El Beaumayn no era mucho de beber, pero diablos, al fin y al cabo, Beltaine era sólo una vez al año.

Juntó pacientemente las palmas de sus manos, con la piel tostada propia de los tunecinos, esperando el momento en el que ambos dijeran sus Juramentos para comenzar a aplaudir. Nueva gente, nuevos Luminosos, presumo... ¡Y Gwydion, ni más ni menos...!, pensó complacido.

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25/05/2011, 07:41
Dama Ariadna

 Ariadna se colocó a la altura de su tutor y recogió la falda de su vestido color azul cielo para arrodillarse ante el Conde. En cierto sentido estaba emocionada por ir a realizar un nuevo juramento, sentía un suave hormigueo por la yema de los dedos similar al que notó al jurar fidelidad al Duque. En su mente repasaba las palabras una y otra vez, y aunque las sabía de memoria no podía evitar pensar que su lengua se iba a trabar dejándola en evidencia. Pero no, ya le había pasado otras veces que mucho había temido una situación y luego no había sido para tanto, así que procuró relajarse y esperó a que Sir Marin hiciese lo propio para seguirle ella.

Era consciente de que estar allí podía brindarle nuevas y ventajosas oportunidades que no podía dejar pasar. Sabía que tenía mucho en lo que fijarse y aprender de aquellas personas que la contemplaban, algunos con claro aburrimiento y otros expectantes. En el feudo de su padre era respetada por quien era, pero allí no y debía abrirse camino y aprender a evitar a aquellos que no eran de fiar. Distinguirlos no sería tarea fácil, más bien todo un reto.

Notas de juego

 Nota: no he puesto el juramento porque no sé cuál es o lo que tengo que decir. Describa usted, señora master, que lo digo.

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25/05/2011, 11:55
Sir Marin

Sir Marin se aclaró la voz y habló desde su postura arrodillada:

-Os juro fidelidad, mi señor. Vuestra orden es mi deseo así como vuestra petición. Que mi servicio siempre os plazca y mi vista se oscurezca si no es así. Como las mareas a la luna, que mi voluntad sea a la vuestra, mi señor.

Complacido, el Conde se permitió esbozar una sonrisa mientras giraba hacia Ariadna.

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25/05/2011, 13:49
Dama Ariadna

 Ariadna le devolvió el gesto a su tutor y repitió con voz clara y precisa cada palabra:

-Os juro fidelidad, mi señor. Vuestra orden es mi deseo así como vuestra petición. Que mi servicio siempre os plazca y mi vista se oscurezca si no es así. Como las mareas a la luna, que mi voluntad sea a la vuestra, mi señor.

 

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25/05/2011, 15:56
Conde Lothar

-Entonces levantaos -dijo el Conde-. Mañana seréis presentados formalmente a la Condesa, cuando se digne a aparecer en la Corte.

Miró en derredor y se centró en una de los guardias quiméricos.

-Ve y busca a Nadia. Quiero que toque para celebrar este momento.

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25/05/2011, 16:08
Lord Ibrahim

Al terminar el juramento, Lord Ibrahim aplaudió gentilmente junto al resto de la Corte que estaba presente, sonriendo amable. Sonrisa que se tornó un tanto triste cuando escuchó al Conde requerir los servicios de Nadia. Era tunecina, como él, y habían hablado muchas veces. En la Corte de Lothar, era una de las mejores compañías del Barón. Pobre muchacha..., pensó, antes de encaminarse a saludar a los recién llegados.

Se encaminó primero a la Dama Ariadna, y estiró la mano, dispuesto a que la estrechara... O lo que fuera, mientras asentía con la cabeza en señal de bienvenida hacia Sir Marin.

- Soy Lord Ibrahim ap Beaumayn, Barón del Aliento de las Dunas. Es un placer recibiros en la Corte del Conde Lothar. Espero que vuestra estancia aquí sea lo más agradable posible.

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25/05/2011, 16:38
Dama Ariadna

 La joven se levantó con una espléndida sonrisa, recibiendo con agrado los aplausos de la corte. Ya había pasado el momento de tensión, pero ahora se sentía un poco perdida respecto a qué hacer. Por suerte, un hombre de ascendencia árabe, al parecer, se acercó amablemente a presentarse como Barón. Ariadna le tendió la mano e hizo una breve reverencia acorde con el protocolo de la situación.

-Muchísimas gracias por su recibimiento, Lord Ibriham. El placer fue completamente mío al saber que el Conde Lothar había tenido la gentileza de acogerme en su corte. Me siento realmente maravillada, si me permitís, así que podría decir con total certeza de que será una estancia de provecho.

Nada más terminar se percató de que quizás estaba siendo un poco precipitada en cuanto a las confianzas y ciertos comentarios. Aunque en el fondo todo aquello iba de eso, pomposidad. Pero el Barón a primera vista le parecía un hombre de bien.

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25/05/2011, 16:47
Dama Danielle

 Danielle observó como los diversos nobles de la corte se aproximaban a los recién llegados para presentarse. No era costumbre suya el agobiar a la gente y, además, sabía que tarde o temprano acabaría tratando con ellos, de manera que decidió dejarles espacio mientras observaba su manera de comportarse. Los detalles decían mucho de las personas en su opinión.

- Sir Jorge, creo que este próximo año va a ser interensante.- le dijo a su dragón quimérico mientras contemplaba la escena desde su asiento.

Tal vez... si, un broche, un regalo de bienvenida. Tenía que buscar diseños, pues podría resultar un detalle interesante para la joven sidhe. Y tenía que pensar algo para su tutor...

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25/05/2011, 19:45
Sir Cedric

Sir Cedric, el escriba, terminó de tomar nota de lo ocurrido en la Corte. Dejó la pluma en el tintero y levantó la mirada. Sonrió con afabilidad a Ariadna y luego sopló en el pergamino para que se secase.

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25/05/2011, 19:46
Director

-Eso espero yo también -afirmó el gruñón con cierta frialdad-. Mi señor, si fuese posible que nos guareciera en su feudo, os estaríamos muy agradecidos.

-Bernhart -dijo el Conde a un boggan vestido con levita de criado-, indíquele cuáles son sus habitaciones. Sir Marin, existe un horario estricto de libre movimiento por el castillo. Los humanos suelen visitar parte de él, donde no hay un feudo. El mayordomo os lo explicará.

 

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25/05/2011, 20:40
Dama Axelle

Lady Axelle, al ver que Lord Ibrahim se había adelantado para hablar con la Gwydion, prefirió quedarse algo rezagada. Tampoco tenía mucho entusiasmo por presentarse ante la nueva dama, y menos después de que el Conde decidiera hacer otra fiesta para alagar la ceremonia.

La canciller suspiró y se arregló la túnica granate y negra. Túnica que llevaba sobre una camisa de cota de mallas que se dejaba entrever entre las averturas, como era su costumbre. Después miró a su alrededor, buscando un remedio para sus bostezos, para descubrir a otra persona rezagada: la Dama Danielle permanecía en el mismo sitio con su dragón.

-¿Y bien? ¿Qué opináis vos y vuestra quimera de la nueva adquisición del Conde? -preguntó a la dama, mirando al frente, una vez que se encontró junto a ella.

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25/05/2011, 21:03
Dama Danielle

 Danielle se sorprendió ligeramente al escuchar a la canciller, aunque asintió a sus palabras, sopesandolas. Normalmente se movían en circulos distintos y, por tanto, no conocía tan bien sus reacciones como las de otros nobles. Pese a ello, cualquier conversación en la corte debía tener la misma cantidad de diplomacia que de cautela.

- La opinión de Sir Jorge dependerá directamente de lo fácil o díficil que sea que le den alguna golosina. Yo, personalmente, opino que es muy posible que hagan que el próximo año sea interesante. Después de todo, muchos de los nobles locales supondrán que ganar influencia sobre la joven Dama les dará influencia sobre otras cortes. En el mejor de los casos veremos a la corte en todo su explendor luchando por sus atenciones. En el peor... siempre es bueno tener savia fresca que evite que nos estanquemos en nuestra complaciencia.- miró de reojo a la canciller.- Y, si no os importa mi pregunta... ¿qué opináis vos?

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25/05/2011, 22:36
Dama Axelle

Axelle se sonrió al escuchar la respuesta de la Dama Danielle preguntándose del discurso de qué político de centro la habría sacado, y es que nadie podía haber dicho nada más neutral y apropiado. Pero eso no la disgustó, sino que le hizo darse cuenta de que hablaba con alguien que prefería conocer a su adversario antes de dar un paso en falso. Una cualidad honorable, sin duda, pero no lo que buscaba la Canciller para olvidarse del sueño que la rondaba. Axelle le devolvío la mirada de reojo a la Gwydion y habló:

-Más bien opino que pueden pasar dos cosas: que el Conde la ignore completamente como al resto de sus súbditos, o bien que sea la próxima Nadia... -se atrevió a contestar lo que no pocos pensaban.

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25/05/2011, 22:49
Dama Danielle

 Danielle frunció levemente el ceño ante la respuesta de la canciller, antes de recuperar su expresión neutral. Como portavoz de los plebeyos el asunto de Nadia era un dolor de cabeza permanente, además del hecho de que, aunque no hubiese sido ese su puesto, no le parecía aceptable la situación actual. Pero había un límite a lo que podía llegar a hacer, aunque intentase siempre que le era posible hacer entrar en razón al conde.

- Hay diferencias con el caso. Y todo depende de los juramentos que tenga la... idea de pronunciar.

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25/05/2011, 22:49
Lord Ibrahim

Lord Ibrahim puso su brazo, de manera caballerosa, para que Ariadna la tomase.

- Acompañadme, os voy a presentar a dos Damas.

Una vez la Gwydion la hubo tomado, echó a andar hacia Axelle y Danielle. Una vez llegaron, sonrió a ambas y asintió con la cabeza por turnos, a modo de saludo.

- Damas, quería presentaros a la nueva integrante de nuestra corte, la Dama Ariadna ni Gwydion. Ellas son la Dama Axelle ni Fiona, Canciller del Conde y la Condesa, y la Dama Danielle ni Dougal, Portavoz de los Plebeyos de la Corte. - dijo señalándolas a la vez que las nombraba.

Luego, el Barón se retiró a un lado y esperó.