Partida Rol por web

No sabía si había pasado un día o no desde que llegó al hospital para preguntar por el estado de Bates. Debía haber pasado casi uno, pues había preguntado en dos ocasiones y Ryan sólo se encontraba por allí una vez cada aproximadamente seis horas. Sin embargo su vigilia se rompió cuando una llamada de Fedora le hizo volver a la base.

Un vez allí, la hacker le llamó a su habitación, cosa que no era muy habitual. La cosa estaba tranquila en Betlam en aquel momento (la calma después de la tormenta, pensó Troy) y la hacker se encontraba sentada en su cama en la posición de loto con un portátil sobre sus piernas. Una vez Número 8 estuvo dentro le miró y le saludó con la cabeza.

- ¿Cómo te encuentras? - preguntó ella, torciendo el gesto al ver la mara cara que llevaba Sanders.

El trayecto en la centivan lo había pasado cabeceando debido a la combinación de un sitio familiar, asientos cómodos y penumbra. Se arrastró hacia el cuarto de Fedora dejando a su paso un rastro de olor a café, sudor y cansancio.

-Reventado. -Se masajeó las sienes para tratar de despejarse-. ¿Has encontrado algo del Protocolo Terminus?

Fedora se encogió de hombros volviendo la mirada a su pantalla. - Sí y no. Por eso no quería hablar en Control. Es algo muy raro, Troy. He mirado prácticamente archivo por archivo y... he encontrado referencias a algo llamado 'Protocolo Terminus' pero no he podido acceder a nada de nada ni ver más allá. - Fedora suspiró como si aquello le doliera en el alma... y posiblemente así fuera. De algun modo estaban insultando a sus capacidades. - Está a otro nivel... y no sé cómo diablos vamos a acceder a ello. Podría intentar romper las protecciones con fuerza bruta pero tal y como está el sistema... saltaría la alarma como saltó cuando Cable rompió la seguridad... y como cuando yo lo hice en el pasado. -
 

-Entonces existe -musitó, a medio camino entre el suspiro derrotado y el sollozo reprimido.

Se tapó la cara con las manos y se esforzó por pensar, pero estaba demasiado cansado. No entendía en qué podía estar pensando Wayland. Tomar el control de la ciudad. Sonaba como alguno de los villanos absurdos a los que no hacían más que encerrar sólo para que se volvieran a escapar. No pensaba que fuera posible, pero aquel pensamiento le hizo sentirse aún más cansado.

-Mira -dijo, y se retiró una mano de la cara para mirar a Fedora y agitar el dedo índice en su dirección-, si esto es verdad... Ya estamos de mierda hasta el cuello, y si Mayhem se hace con el control de esto estamos acabados. ¿Me entiendes?

- Pero... ¿qué hacemos cuando la alarma salte y empiecen a hacer preguntas? ¿Qué le decimos a Spencer y al viejo? Pedirán una explicación y un nombre, ya sabes, pedirán saber quién se está metiendo con el Centinela y pedirá que le demos caza. Necesitamos cubrirnos las espaldas si quieres que lo hagamos o nos encerrarán como a Cable. - dijo Fedora, que no parecía del todo convencida de aquello. Cerró por fin el portátil y lo hizo a un lado mientras se reacomodaba en la cama para sentarse apoyando los pies en el suelo de su improvisada habitación.

- ¿Qué se te ocurre? -

-Va a dar igual que salte la alarma. Si Mayhem se entera va a ser peor. Fue por esto que Cable nos traicionó, y si resulta ser verdad no le culpo.

Tomó aire y cerró la puesta de la habitación para comprobar que no había nadie fuera.

-Se ve... se ve que Wayland tenía un plan para apoderarse de Betlam entero si le daba la gana. Hay robots asesinos escondidos por todas partes, según Cable, con orden de volar los puentes y aislar a todo el mundo del centro. O algo así. No sé qué pretendería Wayland con esto si, y no me parece que haya quedado suficientemente claro, SI es verdad, pero imagínate que Mayhem le pone las manos encima a algo así.

Cerró los ojos, esperando que Fedora hiciera lo más natural y sensato ante esas noticias y traicionar al equipo tal como había hecho Cable.

- De acuerdo, veré que puedo hacer. - dijo Fedora mientras volvía a abrir la pantalla y comenzaba a teclear otra vez a aquella velocidad endemoniada que Troy era incapaz de entender - ¿Cuándo? -

Troy abrió los ojos, perplejo por la ausencia de gritos y vestiduras rasgadas y hackers a la fuga. No supo muy bien qué contestar, aunque sintió ganas de abrazar a Fedora por hacer, por primera vez en ni sabía cuánto, que algo fuera fácil.

-¿Cuándo? -repitió, todavía un poco aturdido-. ¿Cuándo qué?

- Cuándo diablos quieres que lo haga. Se va a liar una muy buena aquí, lo sabes. - murmuró Fedora sin despegar la vista del aparato

-Ahora -respondió, y de algún modo sonó como un gracias.

Fedora alzó la vista y le miró como si estuviera bromeando. Pareció percatarse pronto de que estaba hablando con Troy Sanders y que las posibilidades de que hiciera alusión a cualquier tipo de humor prácticamente cero. La hacker nisiquiera recordaba haberle visto reirse nunca.

- Kuso. - resopló ella, girando sus ojos - Me llevará un par de minutos. -

Al fin y al cabo, debía haber pocas cosas más fáciles que irrumpir a lo bestia en un sistema que ella misma gestionaba.

Tres minutos y diecisiete segundos después Fedora dió una palmada y sonrió ligeramente. Pulsó un último botón y entonces la guarida del Centinela comenzó a chillar.

La alarma llenó el silencio acústico de aquel lugar y Fedora se levantó a toda prisa para dirigirse a los paneles de Control, como era habitual cada vez que aquello pasaba. Troy también se dirigió hacia allí porque en circunstancias normales debía prepararse para recibir órdenes si fuera necesario.

Spencer apareció prácticamente a la vez que ellos y Leo Slizard unos pocos segundos después, no sin dificultad.

- ¿Qué ocurre, Fedora? - exclamó Spencer muy alarmado

- Alguien se ha colado en el sistema... pero ha desaparecido. - dijo Fedora, que no pudo evitar tensarse cuando Szilard se puso tras ella

Spencer insistió en saber quién estaba metiendo el hocico en los servidores del Centinela y Fedora intentó marearle la perdiz con palabrería técnica. Estuvieron así un minuto aproximadamente mientras Fedora intentaba 'cerrar la brecha' hasta que Leo Szilard carraspeó y dijo algo.

- Fedora, no estás siendo del todo sincera. - Spencer clavó la mirada en Slizard como si acabase de soltar una granada en medio de la base - Dices que alguien ha entrado pero no has expulsado a nadie del sistema... nisiquiera están rotos los primeros cortafuegos del sistema. ¿Qué ocultas? -

Pese a sus palabras el tono era, por ahora, calmado. Spencer abrió la boca y miró a Fedora, que no sabía por dónde salir. - ¡¡Respóndele!! - exigió Operaciones, que llegó a darle un golpe al respaldo de la silla de Fedora. La hacker se había quedado totalmente en blanco.

- Yo.. . yo... - apenas era capaz de murmurar

Troy había permanecido detrás de Operaciones con los brazos cruzados, pero tan pronto como Fedora fue blanco de sospechas sujetó el brazo de Spencer con una garra de acero. Nunca había sentido demasiado respeto por la faceta de vieja gloria de Goldfield, mucho menos por la de Spencer.

-Enséñanos lo que has encontrado, Fedora -ordenó con toda la autoridad que el agotamiento le permitió invocar.

- Yo... - parecía haberse quedado rota por un momento, pero carraspeó y asintió - Si, de acuerdo. -

Volvió a llevar sus dedos a los numerosos teclados de Control y abrió una serie de carpetas y procesos que pronto llevaron a los archivos que Fedora quería encontrar. Uno a uno, comenzó a abrir varios archivos, planos e informes.

Planos de robots voladores, robots bípedos y vehículos no pilotados con una cantidad de armas y métodos de supresión que costaba enumerarlos todos. Órdenes en el software de esos robots para reprender todo signo de autoridad de la ciudad: la policía, la base militar... así como aislar el centro de la ciudad volando los que conectaban Old Betlam con el resto de la urbe.

Todo aquello estaba repartido y escondido en las construcciones de los edificios financiados por Industrias Wayland, esperando una activación para conquistar Betlam. Los documentos databan de 1962, escritos del puño y letra de Brian Wayland... y Leo Szilard.

Instrumentación se quedó totalmente quieto sin decir nada cuando su nombre salió en aquellos documentos. Spencer se había quedado en blanco con todo aquello y absolutamente nadie dijo nada. Allan Paul y Brenda Farrel estaban algo más atrás, pero tampoco intervinieron.

Durante varios segundos, el más sepulcral de los silencios se cernió sobre el Centinela.
 

Al igual que los demás Troy fue hipnotizado por los planos de máquinas de mil formas diferentes que bailaban en la pantalla. Hacía unas horas había tomado la decisión, sin darse cuenta, de jugarse su cordura, su centro, a una sola baza: la posibilidad de que Cable estuviera mintiendo. Ahora, al descubrir una nueva traición al Centinela y lo que Sanders pensaba que representaba, había perdido.

Tenía la sensación de que el tiempo se había detenido para darle un respiro, un momento para asimilar aquello. La falta de sueño y el silencio y la inmovilidad completa de los demás contribuían a crear aquella ilusión tan asfixiante.

Sin decir una palabra, y con un movimiento rápido, pero en apariencia mecánico, tranquilo y meditado que no se correspondía con la furia que sentía tras la cortina de tiempo detenido, Troy Sanders agarró a Leo Szilard de la cabeza y le estampó la cara contra el escritorio con toda la fuerza de la que era capaz. Le dio la impresión de que el golpe, como de coco reventando al ser lanzado contra una pared, resonó por toda la base y puso en marcha otra vez el reloj.

Szilard soltó un quejido pero no murmuró nada. Sin embargo Fedora soltó un grito y Spencer se lanzó contra Troy, agarrándole para separarle de Leo Szilard. - ¡Por Dios, Troy! ¿¡En qué estás pensando!? - dijo Spencer, soltándole para ponerse luego frente a él. Slizard se había quedado de rodillas y su cabeza había empezado a sangrar, pero Farrel ya estaba con él. Paul no tardó en llegar con el botiquín.

- Esto... esto es algo que no comprendo, pero no es motivo para volverse así de loco, ¿me oyes? Podríamos perder a Bates y puedes haberle hecho mucho daño a Szilard. Quién te ayudará cuando estés ahi fuera con tu traje si a él le ocurre algo, ¿eh? ¿Es eso lo que buscas? - le recriminó Spencer

Levantó las manos mostrando las palmas en señal de rendición. Sentía la furia, tan familiar, tratando de abrirse camino hacia el exterior sin conseguirlo, por más que Troy no se estuviera resistiendo al estallido enrabietado que no terminaba de llegar.

-Tienes razón. Tienes razón. Nosotros no hacemos esto. No nos cargamos a nadie por algo así -dijo, señalando la pantalla. Bajó la mirada hacia el bulto patético que era Szilard-. Por cosas como estas les encerramos y tiramos la llave.

- Aunque sea una barbaridad, es algo de hace muchos años. Y Slizard tendrá derecho a explicarse... - dijo Spencer, aunque parecía poco menos contrariado que él. Todos habían parecido olvidar momentáneamente el 'ataque' al sistema - Leonard, por favor... -